La condición de estar aquí. 16 Salón Regional de Artistas zona Centro Occidente

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La condición de estar aquí 16 Salón Regional de Artistas zona Centro Occidente


La condición de estar aquí 16 Salón Regional de Artistas zona Centro Occidente Curaduría de

Daniela Argüelles Gómez Andres Felipe Gallo Patiño Beatriz Amelia Mejía de Millán ISBN

978-958-753-295-1 Diseño gráfico y diagramación

Mesa Estándar Impresión

Artes y Letras S.A.S Tiro

300 ejemplares Entrega gratuita Se prohíbe la venta o reproducción de este libro para uso comercial.

[16 SRA]

LA CONDICIÓN DE ESTAR


[16 SRA]

PRESENTACIÓN [ pag.06]

RESIDENCIAS 16SRA CENTRO OCCIDENTE

CONSIDERACIONES CURATORIALES

Lomas Aisladas, residencia de

La condición de estar aquí,

Puerto Triunfo, residencia de

Daniela Argüelles Gómez

[ pag.09]

Catalina Toro

[ pag.1 6] Gustavo Toro

[ pag.2 2 ] Riosucio, residencia de

Propuesta, Andres Felipe Gallo

Mauricio Rivera y Luna Aymara

[ pag.10]

De Los Ríos (Colectivo

Distopías heterotopías de

[ pag.2 8 ]

un encuentro, Beatriz Amelia

El Silencio, residencia de

Mejía

Angélica Teuta

[ pag.11]

[ pag.3 4]

RIVERADELOSRÍOS)

Alegrías, residencia de Ana Cristina Berrío

[ pag.40 ] San Isidro y El Cofre, residencia de Daniela Hoyos, Leidy Baena y Yamile Tafur (Colectivo Tejedoras)

[ pag.46] Mundo Nuevo, residencia de Juan David Henao

[ pag.54]

La Soledad, residencia de Gabriel Botero

[ pag . 6 0 ] El Placer, residencia de Sonnia Yepez

[ pag . 6 4 ] La Unión, residencia de Lindy María Márquez

[ pag .70 ] Montenegro, residencia de Alejandro García

[ pag .74 ] El Encanto, residencia de Laura Martínez y Nadina Marquisio

[ pag . 84 ] La Esperanza, residencia de Francisco Peláez

[ pag .9 6 ] Pueblo Tapao, residencia de Fernando Valencia

[ pag .1 0 2] La Pizarra, residencia de Luza Quiceno Quiroga

[ pag .1 0 8] Calarcá, residencia de Felipe Florez

[ pag .1 1 6 ]

PROYECTOS VINCULADOS AL COMPONENTE DE FORMACIÓN

OBRAS INVITADAS All present is past, Ana Mejía

Andrea Zúñiga en Neira, Caldas

[pag.138 ]

[pag.122]

Bosque de niebla,Ana María

Macmaster

Pintura 6, serie El Río, Kamel Ilian

[pag.148 ] Ruderal 7, Jansel Figueroa

[pag.15 0]

DARLE SENTIDO A UNA PRÁCTICA

Andrés Felipe Valencia en

Álvarez

Caracolí, Antioquia

[pag.139]

[pag.126]

Conjunto vacío I, Andrea Ospina

Carlos Mario Vera en La Unión,

[pag.140]

Antioquia

Espejismo, María Isabel Rincón

Valentina Salazar Vinasco

[pag.130]

[pag.141]

[pag.15 6]

David Aronnax García en San

Inmovilizándonos, Vladimir

Isidro, Risaralda

Cortés

Ana María Salazar Aguirre

[pag.142]

[pag.15 7]

[pag.134]

Nivelaciones (siembras nocturnas), John Mario Ortiz

[pag.143] Orogénesis, Angela Maya

[pag.144] Quitasol, Natalia Pérez

[pag.145 ] Playa Divina, Natalia Pérez

[pag.146] Dislocación, Natalia Pérez

[pag.147]

De una estudiante agradecida

Estar, pertenecer, apropiarse

EPÍLOGO Los artistas y la construcción del lugar. Ensayo de la profesora Elena Acosta

[pag.160]

CRÉDITOS [pag.172]

PATROCINADORES [pag.174]


PRESENTACIÓN Por más de 40 años se han desarrollado periódicamente en Colombia los Salones Regionales de Artistas (SRA); un programa que es hoy liderado por el Área de Artes Visuales del Ministerio de Cultura como recurso para visibilizar y reunir a los artistas, haciendo palpable la rica diversidad cultural del país. Desde el año 2014 la realización de estos salones se vincula al Programa Nacional de Estímulos, a través de una Beca de investigación curatorial que ofrece a los participantes de cada zona la oportunidad de proponer ideas y convocar a los artistas para emprender juntos la construcción de un nuevo relato de región. En esta ocasión, la versión número 16 del SRA zona Centro Occidente – que comprende los departamentos de Antioquia, Caldas, Quindío y Risaralda- nace de una investigación curatorial que se pregunta “la condición de estar aquí” y emprende un viaje en búsqueda de lugares con nombres particulares como “puerto amor”, “la soledad”, “el silencio”, “la esperanza”…, indagando las razones por las que fueron llamados así e invitando a sus comunidades a acoger artistas durante 25 días de residencia. Al abrir una convocatoria pública para artistas interesados en vivir esta experiencia, fueron seleccionados 35 artistas sumando metodologías de participación al salón: 16 residencias de las que hicieron parte 21 artistas a título individual y en colectivo, 4 artistas vinculados al componente de formación y 10 artistas invitados con obras ya realizadas al componente expositivo.

Más que un catálogo, este libro reúne fragmentos de las bitácoras que los artistas llevaron durante los días de su residencia y algunos comentarios a las obras invitadas, dejándonos ver un poco de la intimidad de sus experiencias y convirtiendo en narración –lo propio del aquí es ser contado- lo intangible de las relaciones, colaboraciones e intercambios de los hombres entre sí y con la naturaleza. Esta edición del salón tiene artistas que han vivido los riesgos de una aventura con generosidad y ahora solo queda esperar que en la acción de contar los diferentes “aquí”, se abran también espacios para que artistas, comunidades, públicos y lectores vuelvan a inventar lugares donde se pueda vivir.

Entre junio y agosto de 2018 los artistas desarrollaron sus residencias en medio de las más diversas realidades y condiciones geográficas excepcionales, acogidos en casas de familia, fundaciones, centros comunitarios, refugios o habitaciones alquiladas. Cada residencia propició un gran número de encuentros, dando lugar a experiencias que fueron traducidas en obras y acontecimientos al interior de las comunidades y que también fueron recogidas en una exposición abierta al público entre el 14 de septiembre y el 26 de octubre en tres espacios de la ciudad de Pereira: la Facultad de Bellas Artes y Humanidades de la Universidad Tecnológica de Pereira, el Centro Colombo Americano y La Bodega 16SRA en la Avenida 30 de Agosto # 49-50.

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CONSIDERACIONES CURATORIALES

La condición de estar aquí

daniela argüelles gómez , curadora

¿Hace cuánto existe esta vereda? – uuuuu toda la vida Hay una especie de lugares que son los de la vida, cuyo tiempo se mide con los años de los hombres, que aparecen enunciados cuando al preguntar “¿hace cuánto vive aquí?” la respuesta es “yo toda la vida soy de aquí”. Estos lugares tienen además una manera especial de abrirse a los extraños: nadie puede “no ser de aquí” sin estar en el lugar del que está hablando, o preguntar “¿qué tal vivir aquí?” sin estar compartiendo un lugar junto al otro; y entonces la experiencia - la condición de estar – nos hace a todos participantes de los aquí, locales (aquí en la casa) o globales (aquí en la tierra), que vamos inventando para guardar la memoria que tenemos de existir. Es común que en este tipo de lugares se comience y se termine la vida, pueden tener nombres propios y ubicación geográfica, o puede tratarse de un convite de personas que resiste, de un cerro que se ve por la ventana, de las mantas tejidas por mamá o del andén; tienen sobre todo dimensiones intangibles y no se puede estar en ellos como en cualquier parte, sino que responden a personas y condiciones específicas en razón de experiencias e intimidades que les pertenecen.

La condición de estar aquí, Daniela Argüelles Gómez Propuesta, Andres Felipe Gallo Distopías y heterotopías de un encuentro, Beatriz Amelia Mejía [16 s ra] occidente

Toñita mira al frente y se pregunta “¿qué habrá en ese monte negro?”, para atender a su curiosidad el hijo toma camino por la orilla del río Roble hasta que de pronto se amaña en una de sus curvas, acampando a un costado de la montaña sembrada de yarumos - don Julio hace un paréntesis aquí para explicarnos: “en ese momento no había la premura de que mañana tengo que hacer algo, sino que la vida fluía y ahí estaba”-, al cabo de los días Toñita va en búsqueda del hijo y conviene con él en que han encontrado un buen lugar para vivir.

En diferentes instancias este salón ha propuesto condiciones para cuestionar las premuras y los mañanas ocupados que nos han llegado con la industrialización, el progreso, la educación, el trabajo, etc., gracias a la capacidad que tiene el arte de estirar y concentrar el tiempo, así como de hacernos habitar con licencia poética e imaginativa la geografía con sus flujos de poder. Ahora, la experiencia de la exposición invita a los espectadores a movilizarse por la curiosidad, “amañarse” y quedarse un rato aquí, entre lugares que nos quieren ser contados, emotivos y mnemotécnicos, negociados con el tiempo, mediados por la belleza, cultivados en una relación larga con la naturaleza, donde los ecosistemas conviven en riesgo; que surgen de miradas atentas a la geografía, que nos hablan en clave nación y vuelven sobre archivos históricos o patrimoniales, refiriéndose a oficios que producen hallazgos, actualizando saberes, mientras irrumpen las versiones oficiales dando validez a conocimientos clandestinos. Siempre colaborados, porque “estar aquí” sobre la tierra comprometida, luchada, resistida, es también una condición política que los artistas de este salón asumieron gracias a la compañía de profesoras, fundaciones, refugios, centros comunitarios, ofreciéndonos ahora con espontaneidad el registro de sus esfuerzos y generosidades cotidianas. 9


Propuesta

andres felipe gallo , curador

Distopías y Heterotopías de un encuentro beatriz amelia mejía de millán , curadora

Propongo: el tiempo de un caminar silencioso, la confianza en la intimidad de un encuentro, la ocasión de habitar un terruño y la labor del presente.

ESTAR AHÍ nos plantea una búsqueda de lo que hemos extraviado, de sus raíces y de sus significados, y así mismo nos habla del encuentro con resultados fortuitos e inesperados, implicados en la diversidad o en la nulidad de un efecto predecible. Las propuestas desarrolladas por los artistas, corresponden a la interiorización del proyecto planteado por los curadores, logrando acercamientos conceptuales al tema por ellos escogido y resuelto de manera muy personal y subjetiva, pero siempre contextualizados dentro del grupo social con el que les correspondió compartir. En dicho acercamiento y sus resultados, se pueden percibir varias situaciones comunes como la sorpresa, el sentido crítico frente a situaciones adversas ,la reinterpretación de creencias y costumbres ancestrales, la presencia constante de la naturaleza y una nostalgia simbólica expresada ante la destrucción y conservación de los seres humanos y el medio ambiente que los rodea. Aunque la presencia de los animales no es tan frecuente en el periplo de los artistas, algunos aparecen en sus investigaciones como parte de sus círculos más cercanos y se convierten en protagonistas de las mismas, dándole así un tono poético, a medida que surgen dichos encuentros. Nuestra realidad regional surge evidente en este Salón, sus miradas se desplazan entre las distopías, las experiencias cotidianas, la apropiación interior del territorio y el reconocimiento del Extrañamiento. Algunos artistas utilizaron sus bitácoras para visualizar sus propuestas a través del dibujo, la palabra y la tecnología. Especialmente el video y la fotografía fueron medios esenciales para expresar teorías sobre el rescate medioambiental, nuestra manera de vivir en el campo, y la sabiduría del campesino, paradójica y también llena de sentido común. La curaduría consideró mostrar dos aspectos del desarrollo

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estético de la región. Uno de carácter exhibitivo, para artistas con algún recorrido anterior a la convocatoria, cuyas obras mostraban resonancia con la intención del proyecto. Otro aspecto dirigido a la expansión estética, que consistió en un programa de residencias con una duración de 25 días. Los artistas se aplicaron a la razón de Estar AHÍ, en lugares de nuestra geografía rural intentando descubrir sí los nombres de los sitios coincidían con el origen de la investigación In Situ, y así poder transformar sus objetos extraviados o encontrados en verdaderas propuestas de estética relacional. Las circunstancias sociales y políticas no pudieron ser ajenas a las experiencias de nuestros artistas, y en su Estar AHÍ han redescubierto y activado de una manera temporal prácticas que se hicieron históricas en diversos lugares, como son la guaquería, las competencias deportivas -por el Magdalena, el cual a pesar de ser la columna hídrica de nuestro país ha perdido por la sedimentación, su condición de navegabilidad y movilidad en la zona-. Todo esto rodeado de una atmósfera de dudas y confusión, ocasionada por la presencia de los violentos. Entre las metodologías utilizadas, están desde las más tradicionales como la pintura, donde el paisaje se presiente como 11


una huella dejada por la luz en el espacio arquitectónico. El dibujo, la cerámica y la acuarela se instalan en algunas narrativas y explican la Razón de estar Ahí, viviendo un proceso estético diferente, pero igualmente creativo. Los soportes más utilizados por los artistas son los medios digitales, no solo desde el punto de vista visual, sino también sonoro y las diferentes instalaciones pretenden plantear un sinnúmero de heterotopías regionales, miradas casi imposibles de interpretar desde un punto de vista cognitivo, pues solo depende de intuiciones y situaciones de tipo relacional. Entre las costumbres ancestrales que pretenden un rescate de la presencia femenina y de la memoria, es el tejido un tema que podría ubicarse en la frontera de la tradición comunitaria y la utilización de fibras naturales que tejen nuevas relaciones de armonía y convivencia.

Daniela Argüelles Gómez (Bogotá, 1990). Estudió

Héctor Polaina Sánchez (Pitalito, 2016), “Cerca

Artes Visuales y actualmente adelanta su

de la posibilidad” Salón de Arte Contemporáneo

investigación para optar al título de Maestría

(Pereira, 2015), entre otras. Fue ganador de la

en Estética y Creación en la Universidad

Beca de Creación de la Secretaría de Cultura de

Tecnológica de Pereira. En los últimos años ha

Pereira (2017), de la convocatoria Pasantías

trabajado como curadora del 16SRA zona Centro

Nacionales del Ministerio de Cultura (2016) y

Occidente (2017-2018), curadora del Museo de

del primer premio del Salón de Arte Contemporáneo

Arte de Pereira (2017), asistente curatorial

(2015). En su trabajo se interesa por considerar

del 44 Salón Nacional de Artistas “AÚN” (2016)

la noción de espacio, fragmentación, el residuo

y curadora del Salón de Arte Contemporáneo del

y la ruina a través de procesos de recolección,

Instituto Municipal de Cultura en el año 2015

reciclaje y reconfiguración de materiales,

con la exposición “Cerca de la posibilidad”. Ha

objetos e imágenes. Vive y trabaja en Pereira.

recibido becas del Ministerio de Cultura y del Instituto Municipal de Cultura para desarrollar procesos de investigación y creación alrededor

Esa búsqueda de un espacio real pero a la vez subjetivo, consigue que el Habitar se convierta en un acto interior en el cual la relación entre el cuerpo y el lugar, la naturaleza y el cielo abierto surjan como territorios metafóricos y a la vez como apropiaciones de los artistas. Se establece una dicotomía en el proceso de territorialización de cada uno de ellos, en relación con el no lugar, y la presencia del otro, (en este caso, las comunidades).

de diferentes temas, entre los que se destaca la

Beatriz Amelia Mejía de Millán (Pereira,

reflexión “Dispositivo Panóptico” a partir de

1946). Licenciada en Filosofía y Letras

una pasantía en el Museo Nacional de Colombia

de la Universidad Pontificia Bolivariana,

en el año 2014. Le interesan la construcción

especialista en Filosofía de las religiones

de ensayos curatoriales, la producción de

e Historia de la Universidad Estatal de Iowa

obra plástica, la escritura, la educación y la

y en Historia del arte, Apreciación del arte

reflexión estética. Vive y trabaja en Pereira.

y Estética de la Universidad de Florida. Es profesora titular en la Facultad de Bellas Artes

Como toda acción estética contemporánea, las propuestas están transversalizadas por el espacio y el tiempo como coordenadas de investigación. Cada una de ellas busca respuestas, que probablemente no sean evidentes en el resultado “final” de las obras presentadas y sea necesario hacer énfasis en el desarrollo de los procesos.

[16 s ra] occidente

y Humanidades de la Universidad Tecnológica de Pereira desde 1971, en áreas de Historia Andres Felipe Gallo Patiño (Santa Rosa de Cabal,

del Arte, Estética, Modernidad, Sociología

1988). Artista. Estudió Artes Visuales y es

y Teoría del Arte. Sus labores de docencia

candidato a Magister en Estética y Creación de la

e investigación la han llevado a dictar

Universidad Tecnológica de Pereira. Desde 2011

seminarios, diplomados, talleres y conferencias

exhibe su trabajo en exposiciones colectivas e

en distintas universidades e instituciones

individuales, tales como “Nuevos Nombres” del

culturales de la región y a ejercer como decana

Banco de la República ( Tercer ciclo, 2018), “No

de la Facultad de Bellas Artes y Humanidades. Ha

hay medida en la tierra” un proyecto de sitio

publicado varios libros y colaborado en revistas

específico en el barrio Nacederos en Pereira

especializadas y proyectos editoriales,

(2017), “Justificar el lugar” en el Centro

siguiendo de cerca el desarrollo de las artes

Colombo Americano (Pereira, 2017), “AÚN” 44

en la ciudad de Pereira y asesorando proyectos

Salón Nacional de Artistas (Pereira, 2016), “La

de producción artística y curatorial. Vive y

postal no es roja” en Pitalandia Centro Cultural

trabaja en Pereira.

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RESIDENCIAS

Lomas Aisladas,

Mundo Nuevo,

La Esperanza,

residencia de Catalina Toro

residencia de Juan David Henao

residencia de Francisco Peláez

La Soledad, residencia de Gabriel Botero

residencia de Fernando Valencia

El Placer,

La Pizarra,

residencia de Sonnia Yepez

residencia de Luza Quiceno Quiroga

Puerto Triunfo, residencia de Gustavo Toro

Riosucio, residencia de Mauricio Rivera y Luna Aymara De Los Ríos (Colectivo RIVERADELOSRÍOS)

El Silencio, residencia de Angélica Teuta

Alegrías, residencia de Ana Cristina Berrío

San Isidro y El Cofre, residencia de Daniela Hoyos, Leidy Baena y Yamile Tafur (Colectivo Tejedoras) [16 sra] oc cidente

La Unión, residencia de Lindy María Márquez

Pueblo Tapao,

Calarcá, residencia de Felipe Florez

Montenegro, residencia de Alejandro García

El Encanto, residencia de Laura Martínez y Nadina Marquisio

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Lomas Aisladas

Catalina Toro Giraldo (Medellín, 1989). Fotógrafa, Artista Plástica

residencia de catalina toro

de la Fundación Universitaria Bellas Artes y candidata a Magister

Región central del Urabá Antioqueño, a 1 hora y 30 minutos

en Estudios Humanísticos de la

en jeep desde la plaza de Chigorodó.

Universidad EAFIT. Con su trabajo ha participado en diferentes exposiciones colectivas a nivel

40km por hora para llegar al km 40. Cuarenta kilómetros sin pavimentar (excepto el pequeño tramo de puente que pasa encima del Río León), a lado y lado planicies verdes, ganado, árboles, haciendas, casas y búfalos que como rocas parecen salir de los humedales.

nacional e internacional entre las que se destacan “Umbral 18: Arte emergente”, la “Sexta Bienal de arte joven de Comfenalco”, donde recibió el segundo premio, el concurso fotográfico “topografías del adentro y del afuera” realizado por el instituto Goethe, en el que recibió el primer puesto, “Imagen regional 8” del Banco de la República, “Rephrasing Memory” en el centro fotográfico de Ámsterdam. Su obra está encaminada a explorar, a través de la fotografía y el video, y con un carácter

Vista desde la Loma

autorreferencial, los intersticios entre el hombre y el territorio que resultan del acto de habitar. Vive y trabaja en Medellín.

Carmen, la única mujer pescadora de

En Lomas Aisladas se termina el tramo de la carretera panamericana que uniría a Colombia con Panamá. El tapón del Darién, de selvas, ríos y pantanos, se impone en el medio para detener los pasos agigantados del progreso. ¿Cómo sería Lomas Aisladas si la carretera panamericana llegara hasta Panamá? Algunos habitantes ya se habrían ido…. Los carros que salen de Chigorodó hacia las veredas son unos Jeep en los que caben diez personas adentro, arriba toda clase de insumos, el ayudante del conductor y algún pasajero que no alcanzó a comprar cupo. “Botella” es el sobrenombre de quien hace años, incluso en los tiempos de más violencia, maneja el Jeep desde y hacia Lomas Aisladas. Salir y llegar en botella, es salir a las seis y media de la mañana y llegar a las siete de la noche. A su paso por cada caserío o finca de los cuarenta kilómetros recoge y descarga pasajeros, botellas o galones de leche, gasolina, también queso, medicina, mujeres a punto de parir o con sus bebes en brazos y enfermos que parecen no sentir. En susrostros ni un gesto de dolor o alegría.

[16 s ra] occidente

Lomas Aisladas

“La potencia de esta experiencia podría convivir conmigo. Estar en circunstancias y lugares desconocidos despiertan la inquietud, el sentido común y la intuición. Esta residencia que se vive y surge del azar, y de la expectativa, propone y cuestiona las maneras de hacer y relacionarme con el arte y con la vida misma”.

catalin a to ro

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1 - 25 julio, 2018 Día 3

Primero la guerrilla, después los paramilitares y hasta la fuerza pública. El palo de mangos tiene la altura precisa para que el fruto al caer alcance una velocidad tal, que la fuerza del choque contra el techo de zinc produzca un sonido seco y aterrador como el de un disparo. Día 4

Después de un puente festivo, con música a todo volumen, cerveza, ron, baile, fritanga, y gallera. Lomas Aisladas parece un desierto plano y verde, solo se escuchan las gallinas, el roce de las escobas y rastrillos contra el suelo. Los hombres se fueron a trabajar, pasa una mujer de vez en cuando y uno que otro niño. En un segundo, el gallo ya había montado como a tres gallinas.

estaba dentro de un hueco. Una vez en el hospital, sintió que el viaje en la camilla era eterno, y unos días después, ya en recuperación, se levantó a mirar por la ventana del cuarto piso de su habitación para ver la ciudad, le pareció infinita, le dio miedo y se volvió a acostar.

Dago, en compañía de dos de sus nueve hijos, comienza a trabajar en un cerco para rodear el arroz con palma de corozo y a dejar trampas entre las ramas para cuando pase el chigüiro. Adrián que camina con el agua hasta las rodillas y los pies descalzos salta de un susto porque casi pisa una raya, su padre no duda en llegar con el machete para cortar el animal por la mitad diciendo qué hay que matar lo que le haga daño a uno. Adrián sigue caminando sin asombro alguno y encuentra en el pantano las huellas del tigre que en verdad es un jaguar. Nini dice que nunca han visto el tigre y que las mujeres paridas no pueden ir por allá porque el olor de la leche atrae al tigre que es una jaguar. Los jaguares también son las mascotas de los narcotraficantes, matan a las hembras paridas y se llevan las crías para tenerlas en sus casas con aire acondicionado, pero casi siempre, sin siquiera domesticarlos, matan al amo y la nueva viuda debe venderlo a otro narcotraficante.

Día 7

Loma, dibujo tomado de la bitácora de la artista Adrián en champa por la ciénaga

Día 5, 14

Dago dice que en cuatro años Lomas Aisladas estará inundado por el agua. Para llegar a un pedazo de tierra donde tiene cultivado el arroz, se va en bote o en champa. Mientras rema de pie, abriendo camino entre las plantas que invaden el agua, comenta en voz baja que no le gusta viajar por el canal principal, donde pasan los botes con motor, para no encontrarse problemas. El arroz crece verde y frondoso pero las plantas que están a la orilla se ven débiles por que los chigüiros se las están comiendo. [16 s ra] occidente

Dago es un hombre alto, con rasgos indígenas, y piel fina, parece tan fuerte como si pudiera cargar el peso del mundo en sus hombros. Hace unos años tuvo que salir de la finca que tenía en San Pedro de Urabá porque la guerrilla quería reclutarlo. Él nunca quiso ese camino y por eso un día decidió huir. Sin decir nada, se fue a buscar surte en otras tierras, encontró Lomas Aisladas y a las semanas mando por su familia. La única vez que Dago visitó Medellín fue porque lo trasladaron de urgencia para una cirugía de hernia lumbar. Cuando estaba por aterrizar le pareció que la ciudad

La junta de acción comunal está compuesta por el presidente, el vicepresidente, el contador, la secretaria y el fiscal (puesto que está vacante) 60 minutos después de la hora citada se dio comienzo a la reunión, la secretaria no llegaba porque se quedó viendo el alargue del partido del mundial, Rusia - Croacia. El punto álgido fue con el tema de la escuela. El presidente subió el tono de voz descalificando las acciones que algún joven malintencionado había cometido en la escuela. Había regado pintura en las sillas, las mesas, el tablero, el piso y había tirado los libros de la biblioteca. Dijo que tenían evidencias y que iban a encontrar al culpable. Algunos asistentes a la reunión susurraron y otros en voz alta manifestaron su deseo de encontrar al culpable aunque ahí todos saben quién fue. Día 9 y lo que está pasando (13 días de mi llegada a Medellín)

Los padres de familia están en huelga porque el techo de la escuela se cayó y el restaurante no tiene mesas. Lomas Aisladas parece hacer honor a su nombre pues aunque es corregimiento no tiene el menor apoyo del municipio, no hay centro de salud, ni acueducto, y la escuela es como si no existiera, sin embargo, catalin a to ro

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la profesora Yajaira y algunos niños intentan sostener las cosas. Si tumban la biblioteca, ellos la organizan, si entran las ranas a las aulas, ellos las sacan, si no pueden ir a la escuela porque están en paro, juegan fútbol o Dominó.

cada nueve meses. Bien temprano, café más dulce con galletas migadas dentro, o en su defecto arroz, más pescado, en caldo, o salado para el fricasé, plátano y yuca. Día 24, 25

Día 12

La loma alta que parece vigilar el caserío ruge cuando va a temblar, dicen que ahí la yuca crece amarga y que en el interior de los otros cerros que se ven desde la carretera hay minerales por lo que Antioquia quiere apropiarse de esas tierras. Hace unos años el cerro estaba pelado, no había monte porque la gente hacía quemas para sembrar, y cuando había celebraciones subían a la cima para hacer sancocho y mirar las luces de los otros pueblos.

La pesca no está buena porque la luna está muy clara, tan clara, que los peces reconocen en el agua las redes del trasmallo.

(Mojarro) Catalina Toro: Relatos Aislados, 2018. Instalación, video y fotografía. Cortesía “la condición de estar aquí”

Día 16

La cosecha de mangos terminó, las noches son tranquilas sin el sonido aterrador de la fruta contra el techo de Zinc, en las noches que no llueve escucho el sonido de las piezas de dominó que los jugadores disponen con fuerza en la mesa de plástico. Como si fuera una pintura de Edward Hopper imagino la escena desolada con una luz diagonal casi cenital que alumbra a cuatro jugadores y a un perro que los acompaña.

Agradecimientos: Profesora Yajaira Valencia y niños de la escuela de Lomas Aisladas Milena Berrocal y su familia Doña Eldi y su familia

Comida

Don Remberto Márquez,

Arroz con coco frito, natilla de arroz, bollo de maíz, carimañola, tamales, pan dulce, pescado frito, mangos de todas las especies, jugos dulces de Guanábana, Guayaba y Borojó, que se cosecha [16 s ra] occidente

presidente de la Junta de Acción Comunal Don Herenio Miguel González

catalin a to ro

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Puerto Triunfo residencia de gustavo toro Municipio de Antioquia en la región del Magdalena Medio que limita con el departamento de Boyacá.

Este lugar es tan agua como arena.

Isla de sedimentos con tronco varado en el Río Magdalena

¿Ama la gente al río?

27 de julio de 2018. Competencia Náutica del Río Magdalena a canalete o remo. Proyecto de sitio específico del artista Gustavo Toro, en colaboración con la comunidad de Puerto Triunfo

[16 s ra] occidente

Gustavo Toro (Pereira, 1982) Estudió Artes Visuales en la Universidad

la sombra” en la Cámara de Comercio de Bogotá (2017), “AÚN” 44 Salón Nacional

Tecnológica de Pereira. Su trabajo ha consistido en observar la forma cómo se

de Artistas (Pereira, 2016), entre otras. Durante su carrera ha expuesto en

relaciona el individuo con su entorno, específicamente al habitar territorios

diferentes escenarios nacionales e internacionales como el Museo de Arte

en tensión debido a dinámicas naturales que alteran el paisaje. La mayor

de Pereira, el Banco de la República en Pereira, el Museo de Arte Moderno de

parte de su trabajo se desarrolla a partir de trabajos de campo durante viajes

Medellín, la Alianza Francesa y el Centro Colombo Americano, el pabellón de

exploratorios a lugares específicos, cuyas reflexiones toman luego forma en

Artecámara en artBO, la Casa Republicana de la Biblioteca Luis Ángel Arango,

medios como la fotografía, el video, la escultura, instalación y acciones. En

Desing District Exhibition (Miami, EUA), el Centro de Artes CMA y Art House

su trabajo reciente se encuentran las exposiciones individuales “la condición

(Madrid, España). Ha recibido diferentes menciones y becas de creación del

de los suelos” en la Galería BIS (Cali, 2018) y “A propósito del lugar” en el

Ministerio de Cultura y la Secretaría de Cultura de Pereira. Actualmente su

Museo La Tertulia (Cali, 2016), así como la participación en exposiciones

obra hace parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM),

colectivas como “Video SUR” en el Palais de Tokyo (París,2018), “Alrededor de

vive y trabaja entre Pereira y Dosquebradas.

g u stavo to ro

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Estado en el que se

7 - 28 julio, 2018

encontraba la Placa conmemorativa de la octava versión de la Maratón Náutica

7 de julio

del Río Magdalena en 1993.

Juan Eloy Virgüez ha sido lanchero toda su vida, en 1986, siendo adolescente, vio nacer la motonáutica como deporte en Colombia. La maratón náutica desaparece debido a que el río se desplaza hacia el otro brazo y deja de ser navegable.

Calle 11 con carrera 10,

¿Por qué se llama Puerto Triunfo? ¿Existe un evento que celebre el río? ¿Quiénes son las familias dueñas de las islas?

Puerto Triunfo

8 de Julio Comparsa del recorrido de

Todo empieza y termina por el río. Preguntarle a la gente ¿qué sabe del río Magdalena? Magdalena. Los primitivos pobladores lo conocían cómo “Huanca-Hayo” y “Huancayo” o Río de las Tumbas; “Yuma”, cuyo significado puede ser “procedente del país amigo” o “río del país amigo y de las montañas”; así era nombrado en su parte media, donde también le decían “Arli” que quiere decir Río de Pez, o “Caripuya” y “Caripuaña” que significa El Río Grande. El 1 de abril de 1501 el conquistador Rodrigo de Bastidas le da el nombre de Río Grande de la Magdalena en honor a Santa María Magdalena. El río nace en la laguna de la Magdalena en el departamento del Huila, tiene una longitud de 1578km y el lugar donde alcanza a ser más angosto es de 2.20 metros.

la placa conmemorativa de la Maratón Náutica del Río Magdalena por las calles de Puerto Triunfo. Acción en el marco del proyecto de

10 de Julio

sitio específico “El río arrastrando la montaña al mar” del artista Gustavo Toro

Fiestas del aguacero. Conmemorar: Recordar un acontecimiento histórico o a una persona destacada mediante la celebración de un acto solemne o fiesta.

Reubicación de la placa en el nuevo

Servir (una cosa) como homenaje o recuerdo de un acontecimiento.

pedestal construido por Don Elías junto al río Magdalena en el Malecón de Puerto Triunfo

11 de Julio

Las causas principales: Alteraciones producidas sobre la superficie terrestre por actividades como la deforestación, la agricultura, la minería y expansión urbana.

Biblioteca del Río: usar los libros que componen la biblioteca del río para hacerlos rotar por las casas de los habitantes

“El análisis del cambio de cobertura forestal de la cuenca del Magdalena entre finales de las décadas de 1970 y 1990 indica que aproximadamente 43% del área de bosques fue talada. Gran parte de estos suelos fueron transformados en áreas de agricultura y ganadería. No cabe duda de que la descomposición de nuestros suelos andinos influye en la erosión y en el incremento del transporte de sedimentos de los ríos colombianos, incluyendo su máximo exponente, el Magdalena” [Causas naturales y humanas de la erosión en la cuenca del Río Magdalena, Juan D. Restrepo]

9 de Julio

¿Monumento a la náutica? En una conversación con Jhon, profesor de teatro del municipio, me entero de la placa conmemorativa, tumbada y olvidada, de la maratón náutica. La maratón se originó en Puerto Triunfo y dejó de realizarse allí porque el río perdió navegabilidad, debido a los sedimentos que arrastra el río, producto en gran parte de la deforestación.

[16 s ra] occidente

¿Por qué no importa que el monumento a la maratón náutica esté caído? ¿Por qué cuando se desplazó el monumento no se ubicó en un lugar adecuado? ¿Cómo se cayó el monumento? ¿Por qué se celebra la fiesta del limón y la simpatía y no se celebra el río? ¿Qué es más importante para Puerto Triunfo, la arena o el limón?

g u stavo to ro

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“Magdalena arrastrando la montaña hasta el mar” [youtube publicado en 2013] Colombia está entre los primeros siete países con deforestación del mundo. De los 47 millones de colombianos, 37 viven en La cuenca del Magdalena. El Magdalena transporta por hora 1.650 volquetas de arena a la altura de Calamar. A finales de los años 80 el Magdalena daba 80 mil toneladas de pesca, al 2008 es de 7 mil toneladas. Las zonas inundables del Magdalena se empiezan a encontrar desde Puerto Triunfo. 14 de Julio

Se identifica lo que está escrito en la placa de mármol a partir de una fotografía. El río se va, se aleja. Este trabajo gira entorno a la extinción del río, tal vez por presencia de la sedimentación. La presencia de la montaña en el río. 15 de Julio

Los elementos varados como ramas y troncos, ponen en evidencia la poca profundidad del río. ¿Cómo se relacionan las personas con esta porción de tierra (arena) que aparece en el río?

17 de julio

Tareas: 1. Definir con la alcaldesa la nueva ubicación de la placa y el apoyo para el premio. 2. Cuadrar con Eloy lo de la retroexcavadora para mover la placa. 3. Definir con Jorge Almanza convocatoria y fecha de competencia. Diseño del cartel de la convocatoria para la Competencia del Río Magdalena: cartón paja, fuente roja, pedir a Don Jorge Almanza que dibuje una canoa. 4. Programar el recorrido de la placa por el municipio en compañía de los chicos. 23 de julio

Levantamos con una retroexcavadora la placa conmemorativa del lugar donde se encontraba tumbada para montarla en un motocarro y llevarla de manera muy lenta por las calles del municipio hasta dejarla en el sitio donde estaría reubicada. El recorrido estuvo acompañado de un grupo de chicos que iban preguntando a las personas que encontraban, lo que recordaban sobre la placa y si sabían por qué se había dejado de realizar la maratón náutica en Puerto Triunfo. Cuando la retroexcavadora empezó a levantarla, se cayó y se rompió el pedestal en varias partes; finalmente se subió al motocarro la parte que tenía la placa.

tón Náutica del río Magdalena, evento que se originó en Puerto Triunfo y que luego se convirtió en una competencia internacional que usaba su puerto como punto de partida desde donde salían yates cargados de turistas y lachas de velocidad. La maratón ahora inicia un puerto más abajo en otro municipio; el de Puerto Triunfo ya no es “navegable “porque el río está repleto de sedimentos, que son la misma arena arrastrada de los suelos que se quedaron sin cobertura vegetal por la deforestación.

El propósito de reubicar esta placa y proponer una nueva Competencia Náutica a canalete por el Río Magdalena, es recordar a la población de Puerto Triunfo sucesos de su pasado que han aportado a la construcción de la identidad del municipio, invitándolos a mirar al río mientras se la lee, como un recordatorio de los daños ambientales que se le están ocasionando al Magdalena.

Agradecimientos: Don Elías Rubér Iván Sepúlveda Eloy Virgüez Jorge Almanza Eugenio Álvarez Ospina John Edisson Palacio Higinio

27 de julio de 2018. Competencia Náutica del Río Magdalena a canalete o remo. Proyecto de sitio específico del artista Gustavo Toro, en colaboración con la comunidad de Puerto Triunfo

16 de julio 26 de julio

Podría decirse que la maratón desaparece porque aparece la arena. Estas rocas que he encontrado son fragmentos de la montaña que baja, arrastrada por el río.

[16 s ra] occidente

Don Elías se encargó de construir el pedestal donde se pondrá la placa conmemorativa de 1993 que recuperé de una esquina en la calle 11 con carrera 10, donde estaba tumbada, ilegible y olvidada luego de ser desplazada para construir un faro gigante, blanco y caliente. La placa recuerda que en ese año se estaba realizando la octava versión de la Marag u stavo to ro

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Riosucio

Luna Aymara De Los Ríos Agudelo (Medellín, 1986). Magíster en Estética y Creación de la Universidad Tecnológica

residencia del colectivo

de Pereira y Antropóloga de la Universidad de Caldas.

riveradelosríos , luna aymara

Artista visual independiente y docente universitaria. Ha sido Ganadora en 2018 del estímulo Pasantías Nacionales

de los ríos y mauricio rivera

del Ministerio de Cultura (Bogotá), en 2016 de la Beca de Este municipio se encuentra ubicado

Investigación-creación en Artes Visuales de la Secretaria

en el sector nor-occidental del

de Cultura de Pereira. Fue co-curadora en “Amor” 17 Salón

Departamento de Caldas, sobre la

Traslude de Arte Contemporáneo (Pereira). Ha realizado varias ponencias internacionales en torno al arte y

vertiente oriental de la Cordillera Occidental

Resistencia y subsistencia definen la zona que desborda lo que hoy es Riosucio, que antes, y hasta los tiempos de Conquista y Colonia de los españoles, pertenecía a una misma comunidad que tenía un vínculo vital con los cerros, en especial el Batero y otros contiguos como el Ingrumá, las cimas más altas de esa parte de la cordillera Andina, en el centro-occidente colombiano. Quisimos poner nuestra atención en esos cerros, en plena zona del Resguardo Indígena Escopetera y Pirza, uno de los cuatro resguardos del municipio. Esta comunidad se asentó en la parte media de la vertiente oriental de esa parte de la cordillera

Líder comunitario de Aldea Sol de los Andes. Fotografía tomada desde la parte nororiental de Riosucio. Veneros. Territorio de resguardo San Lorenzo

la estética y participado en diferentes exposiciones individuales y colectivas dentro del país. Vive y trabaja en Pereira. Mauricio Rivera Henao (Pereira, 1980). Graduado en el año 2003 como Licenciado en Artes Plásticas de la Universidad Tecnológica de Pereira. En el año 2010 obtiene el título de Magíster en Diseño y Creación Interactiva de la Universidad de Caldas. Su obra se ha presentado en diferentes eventos internacionales y nacionales como “In-Sonora VII” Museo Reina Sofía (Madrid, España), “Videoformes” (Francia), “La composición global” (Alemania), “AÚN” 44 Salón Nacional de Artistas (Pereira, Colombia), ARTBO Artecámara (Bogotá, Colombia). Ha sido ganador de varias becas, menciones, estímulos de investigación y de creación. Complementa su práctica artística con la docencia universitaria. Su interés artístico señala las interacciones simbólicas de las relaciones humanas con la naturaleza y el orden autorregulable de sus fenómenos, lo que permite ver

Antes de la llegada de los españoles el barequeo era un modo común de conseguir oro, en los ríos que nacen en los cerros, que van sedimentando las montañas, y con ella las betas de oro. El oro es un elemento que ancla las fuerzas de la naturaleza presentes en Riosucio, se deposita en riveras que ha trasportado el río. El oro es de cierto modo río, y de cierto modo rivera. Viene de lo profundo de la montaña, del cerro, la cúspide del viento, donde el aire va apresurado, es frío y arrastra las columnas de las nubes más densas y blancas que parecieran ser sólidas.

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“La condición de estar aquí es estar donde uno quiere estar. Esa es la premisa que a veces intentamos conciliar con la realidad en la que acontecemos, en lugares tan entrañables y provocadores como Riosucio, municipio del departamento de Caldas, donde Mauricio Rivera y yo habitamos un tiempo y realizamos la Residencia Artística para el 16 Salón Regional de Artistas Centro Occidente, proceso que hemos llevado a cabo buscando, ante todo, despejarnos de la perspectiva de “locales” y, al mismo tiempo, de la visión indolente y lejana del turista. Punto medio que exige pericia.

nuestra vida en el marco de unas repercusiones generales. La confluencia de medios caracteriza su obra que en muchos casos problematiza desde intervenciones para sitios específicos. Vive en Pereira. (www.mauriciorivera.com)

A Mauricio se le hizo fácil ver en cada cosa un gran tema de investigación; yo, en cambio, tuve la sensación de encontrarme vagando en un murmullo de cosas sin tener idea de qué hacer. Con el pasar de los días, conversando, tomando café y comiendo parva barata y deliciosa, pudimos comenzar a situarnos los dos en un espacio en el que pudiéramos compartir los intereses que trazan nuestras obras, en un nuevo cuerpo conceptual que explore la condición de estar y, en general, la actitud ante la vida donde sea que uno se halle. En este sentido, la pregunta curatorial tiene mucho que ver con la vida, y se encuentra antepuesta a cualquier otra pregunta que se quiera hacer en torno al arte; sin embargo, vimos que son planteamientos que se banalizan con trámites y diligencias, cuando todo finalmente pasa por la institución gubernamental que regula este ejercicio”.

Vista diaria al cerro Ingrumá desde el lugar de la residencia artística. Sipirra, Riosucio.

co lec t ivo riveradelo srío s: lu n a aym ara de lo s río s y m au ric io rivera

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25 junio - 17 julio, 2018

RIVERADELOSRÍOS, es de por sí un señalamiento al paisaje, un poema que alude a la conjunción, la interacción de dos fuerzas de la naturaleza, sin embargo son dos apellidos comunes que uno puede encontrar en diversas poblaciones colombianas. En esta ocasión, Luna Aymara De Los Ríos y Mauricio Rivera, desarrollamos nuestra residencia en Riosucio, Caldas, en un periodo que comprende del 25 de junio al 17 de julio de 2018, con el fin de iniciar una investigación que permita articular formas y significados de nuestros apellidos en un contexto único en el mundo. Las peculiaridades de Riosucio nos han maravillado, y han influido muy directamente, no solo en lo que vendríamos a construir como obra durante tal proceso, sino que además, se han quedado guardadas en nuestras memorias. Las formas onduladas del paisaje, -con una vista diaria y frontal al cerro Ingrumá desde Sipirra comunidad del resguardo indígena Cañamomo y Lomapietra- dieron los cimientos a una obra de arte contemporánea como Escopetera; nos fueron llevando por muchos caminos y sugerencias, de donde resultaron una serie de premisas de corte metodológico y ejercicios planteados en torno al acoplar de las formas entre ellas. Hay un estado de las cosas previo a la obra de arte, un universo llamado Riosucio, cúmulo de actividad cultural, de interés antropológico, arqueológico, sociológico, en general estético, y a la vez un panorama nublado e incierto en lo que tiene que ver con el medio ambiente por cuestiones como las actividades de minería y las zonas de protección entre otras. Con ello, entendíamos que muchos temas están relacionados con problemáticas profundas y con temas visitados, no solo de corte artístico, sino investigativo en general. Escoger uno u otro, implicaba un cuidado para evitar “someternos” a las formas ya delimitadas de comprender el lugar, desde el principio quisimos tomar un camino abyecto a las ya representativas ideas y la identidad de quienes habitan tal lugar, respecto de quienes lo visitamos; nos referimos específicamente al Carnaval de Riosucio y al Encuentro de La Palabra.

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Si bien la obra toma como base aspectos de la conformación, social y cultural que ha llevado al territorio a ser lo que es hoy, reconoce un amasijo de diversos factores económicos como mínimo; la cadena de supermercados Ara y la Plaza de Mercado están en la misma calle, un suceso que hoy nos toca presenciar. Lo nuevo tiende a abrirse lugar entre lo más tradicional, sin embargo es notable, que en este lugar lo tradicional mantiene una fuerza casi subversiva en el mundo posmoderno, le es posible insertarse dentro del sistema para poder subsistir. Recorrer hoy en día Escopetera, es imaginar lo que fue. Sus habitantes conservan entre sus pertenecías tesoros precolombinos, así como los recuerdos de una oleada de violencia que aún hoy no termina. Algunos frentes guerrilleros fueron encubados en este territorio, la literatura que habla de la zona, para todo el siglo XX, señala la cerca conservadora a la isla liberal que fue el lugar, sin entrar en detalles de las atrocidades que prosiguieron en el siglo XXI. Las fotografías de la obra, tomadas en lo alto de los cerros, muestran el enmarañamiento de la maleza y los helechos, la mirada latente sobre el paisaje, y en el encuadre central estamos nosotros: artistas en residencia. No hay actitud de posar. No somos turistas ni campesinos. No hay maquillajes pero tampoco hay algo evidente que muestre que se trata de jornaleros, es más bien un punto medio. Cada uno tiene, una mirada sostenida y penetrante, y un aro dorado y brillante justo bajo la nariz. Queríamos conseguir un trozo de oro, en especial uno que fuera de origen del territorio de Escopetera, cerca al Cerro Batero; no de mega minería y multinacionales que abundan en el lugar, sino por extracción artesanal en los ríos, que puede conseguirse en cualquier parte del municipio. En largas interacciones que tuvimos con la comunidad se reitera la evidencia de guaquería, ya constatada en la literatura, del uso de narigueras de los indígenas de la zona. Las personas importantes usaban narigueras que tapaban la mitad del rostro. En una oportunidad, también, pudimos ver una pequeña nariguera, de la cual se decía que pertenecía a un bebé.

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El uso de una nariguera, hoy en día, remueve varias capas históricas; hoy no denota un prestigio social especial. Las narigueras en la fotografías son solo una sugerencia, poco vistosa, que hace alusión, y más que ello, homenaje a la conformación del estado de las cosas en un territorio cultural que mal que bien, se mantiene.

Agradecimientos: Aldea Sol de los Andes en San Lorenzo, Jhonnathan Jaramillo Ramírez Y a todos los perros y personas que amablemente nos acogieron y compartieron su amor.

Nuestra obra presenta entonces, varias capas de significados, entrelaza varios tiempos en un paisaje recompuesto, despoja la noción de riqueza y jerarquía de elite del oro, deja de ser un artilugio para ser algo más cercano y más experiencial, ordinario y vital. Nuestra propuesta permite naturalizar un ejercicio estético, contrario a la ritualidad del arte. Hay una potencia poética en el hecho de reunir elementos que la naturaleza humana ha vuelto instrumento en una corta instancia de significado. La funcionalidad de dos herramientas presentes en la obra como la china y el hacha son materia intervenida en lo mínimo, es un encuentro hombre-naturaleza íntimo, una manufactura simple. Porque vemos importante devolver algo que ha nacido del mismo departamento, ya que el proceso fue desarrollado en uno de sus municipios, pensamos la obra para sitio específico, esto en el lugar virtual y accesible de internet: con www.riveradelosrios.com nos interesa poner en diálogo estético la navegabilidad de los afluentes, de los ríos en las riveras, y de internet, como acto de navegar en la web, “democrático” y accesible a todo aquel que quiera enterarse de lo que ha sido el proceso de residencia. Esta propuesta artística es una manera poética de navegar Riosucio.

Colectivo RIVERADELOSRÍOS: Escopetera, 2018. Obra de contenido web www.riveradelosrios.com. Pieza en sala: pisapapeles lítico: herramienta precolombina 2.663 AC, 1000 impresos con acceso a web a través de código QR y bandera pintada. Cortesía “la condición de estar aquí”

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El Silencio

Angélica Teuta (Medellín, 1985). Artista Visual graduada de Columbia

residencia de angélica teuta

University gracias a la Beca de Jóvenes Talentos del Banco de la

En el límite entre los departamentos de Caldas y Risaralda.

República. Crea instalaciones in-

La entrada a esta vereda se encuentra sobre la carretera

situ y espacios inmersivos donde

Riosucio-Pereira, a cuarenta minutos de Riosucio (Caldas).

sumerge al visitante en ambientes ficcionales y metafóricos que hablan del contexto o las necesidades que ella y personas a su alrededor experimentan. Su trabajo reciente se interesa en la construcción de estructuras temporales basadas en la cultura casera y mediática del DIY (hágalo usted mismo). Utopía,

Casa en El Silencio donde se alojó la artista durante la residencia

Es imposible evitar el ruido de la carretera mientras duermo en “El Silencio”. Mi solución es apenas me levanto a las 6 am me subo monte arriba con Sombra y una maleta llena de libretas, libros, comida y demás para experimentar el silencio o por lo menos escapar del humano y que la naturaleza me acoja. Aquí solo veo vegetación, escucho el viento atropellarse en las hojas de los árboles, algunas aves que no reconozco su sonido, grillos haciendo el ruido de background y mi nariz constipada porque en las noches hace frío.

[16 s ra] occidente

“A esto no lo llamo residencia artística. Lo llamo retiro espiritual forzado de la montaña. No me lo tomen a mal. Yo apliqué y sabía que era así. Pero es forzado por mí misma. Yo no me manejo muy bien en la naturaleza y el aislamiento, parezco al contrario de mi obra pero me fuerzo a hacerlo, por lo menos una vez al año. En mi obra añoro algo que tal vez realmente no puedo ni hacer bien, por eso es escenográfico-fake. Siempre digo que sería de mí si no viviera en la ciudad, si viviera aquí en la montaña, ¿habría entonces necesidad de ser artista? Escribo esto mientras veo la niebla pasar allá abajo al lado de la carretera y yo estoy arriba desnuda disfrutando de mi soledad acompañada de no humanos”

fantasía, memorias de infancia, espacios de ensueño, ambientes zen y naturaleza son temas que prevalecen en su obra. Su última exposición individual “Forest houses tent shelter forest” se realizó en la galería Kasia Michalski en Varsovia, Polonia. Sus proyectos de gran escala han sido presentados en Nueva York (EUA), Toronto (Canadá), Buenos Aires (Argentina), San José (Costa Rica), Oslo (Noruega), Sao Paulo (Brasil), Bogotá y Medellín (Colombia). Durante su carrera ha sido ganadora Vista desde uno de los caminos cercanos a El Silencio

de varios premios y distinciones y ha participado en múltiples proyectos de residencia nacionales e internacionales. Actualmente vive en Medellín y es docente de la

Universidad de Antioquia.

a n gélic a t eu ta

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4 - 28 julio, 2018

Don Oscar y su familia me acogieron a mí y a Sombra. Son muy queridos y tienen una finca por ahora ganadera y luego de cultivos de espinacas, café y demás, pero es irónico que la casa quede al lado de la carretera y en lo único que se pueden enfocar mis oídos es en el no-silencio por los carros y las grúas de la carretera. Don Oscar y yo mientras caminábamos y él alimentaba sus vacas hablamos del tiempo, el trabajo y la libertad o el sentido de felicidad propio según lo que uno hace. Para él su libertad y felicidad es estar ocupado en el campo y manejar su horario. No depender de otro y eso es lo que vino a buscar con su familia aquí. Yo lo comparé con mi libertad y felicidad de quehacer de artista. Los dos estamos de acuerdo en que no estamos hechos para ser personas que cumplen horarios laborales tiempo completo y estar a la merced de otro. Él prefiere estar muchas horas trabajando su tierra, siente que es reconfortante. La más feliz aquí es Sombra, en las mañanas ya sabe que vamos monte arriba y brinca como un borreguito feliz mientras sube y baja rápidamente tratándose de adecuar a mi ritmo de caminada. Luego coge cuanto chamizo ve y los muerde, me los trae hasta que ya queda cansada y se echa a dormitar mientras yo escribo esta bitácora.

Arquetipo Montaña Alta - símbolo de trascendencia Centro – símbolo de la manifestación El encuentro entre el cielo y la tierra

“THERE IS A WORLD ELSEWHERE” Shakespeare. Coriolanus Luego de mucho insistir e ir a escuelas a ofrecer mis talleres a los niños hubo una escuela donde sí abrieron las puertas sin necesidad de permisos reglamentarios (aún espero a que me conteste el rector de San Clemente a cargo de la escuelita de la vereda el Silencio y la escuela cerca a Anserma).

1 Montaña sagrada – unión cielo y tierra 2 Arquetipo de la ascensión / la separación entre el mundo de los hombres y el espacio de los dioses

Logré que me dieran el permiso en la vereda El Silencio. Las escuelas de las veredas tienen una particularidad y es que hay un solo profesor asignado que dicta los cursos de preescolar a quinto y todos están en el mismo salón. Supongo que ella les da tareas y les sube de nivel por logros. Les di el taller a todos, niños de 5 a 10 años. Hay algo que me gusta y es que todos conviven en el mismo espacio e interactúan constantemente no importa la edad.

Estudiantes del colegio de la vereda El Castillo armando una carpa

Los curadores cuando hablaron conmigo me señalaron una obra en específico y fue “la carpa de mamá”. Esa obra fue una colaboración de trabajo entre mi madre y yo hace 2 años. Ella murió hace 11 meses y esta obra se ha convertido en mi manera de honrarla. Me gusta mucho porque al hablar de refugio y arquitectura emocional, llegar a la idea de los castillos de sábanas era casi imposible no hacer el link de la madre como el refugio del niño. Así como la naturaleza “pacha mama” es el refugio que nos alimenta, nos cuida. Es una tienda donde el tejido exterior es hecho por mi madre y el interior es una cobija de retazos hecha por mí. Es un dibujo de un bosque interior tapado por un castillo de sábanas. Al recordar que los niños veían en la carpa la forma de la montaña he pensado en “disfrazar” la carpa de montaña cafetera y esta a su vez es cubierta por un castillo de sábanas escogiendo los tejidos de mi madre.

Los talleres fueron muy productivos tanto para ellos como para mí. Observar su manera de trabajo y vincular la idea de construir refugios. Mi sicóloga me dijo que se entiende la construcción de castillos de sábanas como la materialización del crecimiento del Yo, la separación de su madre y su individualización. En el proceso primero construimos castillos de sábanas y luego les presento la carpa que ellos decoran temporalmente y juegan con ella. Decidí que los dibujos no los harán directo en la carpa como los talleres en Medellín porque ellos no tienen la carpa para ellos, pero si pueden hacer dibujos en collage de tela que luego conservan. Jugamos a que piensen ¿qué les parece la forma de la carpa?; en uno de los talleres algo que me sorprendió mucho es que encontraron forma de montaña en la carpa. Es muy interesante porque hay una asociación del refugio en el afuera de la montaña. La montaña es su casa, los refugia. Les pedí que me pintaran animales, plantas y frutas de la región que yo no conociera por ser la foránea.

“Big Mountains are a completely different world. You cannot conquer them, only rise to their height for a short time. The struggle is not with the enemy, or a competitor like in sports, but with yourself, with the feelings of weakness and inadequacy. The longer I live, the more certain I am that there are no accidents in life. There are no chance meetings” Anatoli Boukreev

Los estudiantes del colegio de la

Me queda mucho la asociación porque es como hacer colaboración con mi madre post mortem. Ella (sus tejidos) están allá arriba en el “cielo” cubriendo esa carpa que es la montaña, la niña, aquella que es el límite entre el espacio humano y el de los dioses. Es algo que en cierta medida tiene una carga sentimental muy fuerte pero que en el espacio va a capturar a todos porque no es acerca de mi madre, es del sentimiento, el link que generamos todos con nuestra descendencia y ascendencia.

vereda El Silencio con la artista

[16 s ra] occidente

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Taller Escuela El Castillo Hablamos sobre los dones que le ofrecemos al otro y los traducimos con dibujos en las carpas. Esta escuela es muy interesante porque es comunitaria y se sostiene de la plantación de bananeras para pagar el salario a sus profesores. La comida de los niños y demás es a través de fundaciones. En un principio pensé utilizar sábanas de la gente donde vivía pero luego mi viaje, debido al ruido del espacio y las condiciones, se volvió más nomádico, más de conocer el paisaje de la región en todos sus cambios, así es como la carpa disfrazada de montaña da cuenta de esos recorridos y ese paisaje. Cuando hicimos el castillo de sábanas con los niños la señora de la finca donde estaba me dio los tendidos hechos por su madre. Fue así como llegué a pensar que por diferentes tipos de conexiones era mejor volver a los tejidos de mi madre.

La Montaña (Sonetillo) Enhiesta y altiva de beldad bastante, se eleva su cima de eterna gigante Un flanco de riscos su cúpula es landa el otro en declivio con exóticas plantas Sombría a la tarde del albor es madre tornasol del día!

Poema hecho por mi padre en 1973 en homenaje a la montaña de su pueblo. Cuando fuimos a Guativa a pocos minutos en carro desde el Silencio, vimos una montaña escarpada prominente y el empezó a recitar el poema. De ahí concluimos juntos el título de la obra: ¡MONTAÑA ESCARPADA, CARPA MONTADA!

Del hombre y el campo ve con gran espanto su amarga agonía! Guimote, 73 Angélica Teuta: Montaña escarpada, carpa montada, 2018. Instalación, carpa con intervenciones en retazos de tela, cintas de colores y bisutería inspirada en los talleres con los niños de las veredas El Silencio (Anserma, Caldas) y El Castillo (Montenegro, Quindío). Castillo de sábanas dispuesto sobre la carpa usando tejidos hechos en croché por la madre de Angélica, en homenaje post-mortem. Cortesía “la condición de estar aquí”.

Agradecimientos:

castillo, vereda el Castillo.

Asistentes producción obra:

Su profesor a cargo Wilmer

Construyendo castillos de sábanas en la escuela El Castillo

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Oscar Sánchez y su familia.

López y sus 16 estudiantes

Salomé Acevedo, Diana

Estadía en El Silencio

Carmen Rosa Giraldo, rectora

Allinger, Julián Carvajal,

Colegio comunitario vereda

Institución Educativa San

Vanessa Estrada, Laura Henao,

El Silencio. Su profesora a

Clemente

Luz Elena Hincapié, Hayley

cargo Amparo Correa y sus 25

Guillermo Teuta. Asistente

Matthews, Andrés Felipe

estudiantes

durante la residencia

Ortega, María Alejandra Urrego

Colegio comunitario El

Noralba Correa. Facilitadora

y Lorena Zuluaga.

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Alegrías residencia de ana cristina berrío

Vereda Alegrías, a 10 minutos del corregimiento de Altagracia en el departamento de Risaralda, aproximadamente a 1 hora de Pereira.

Altagracia, como su nombre lo indica, está en un alto y la vista que se puede apreciar desde allí es simplemente enmudecedora; por un lado el inicio del Valle del Cauca y las montañas de Risaralda al otro. La ruta de ascenso es lenta con muchas curvas y si es en la mañana, se pueden ver señoras tejiendo en los corredores de las casas y cultivos de café que hacen que las montañas parezcan pecosas. La conformación física de Altagracia y la experiencia de estar ahí dan la sensación de ser un lugar de paso, una vía principal de la cual se desprendieron casas, ranchos, restaurantes, misceláneas, farmacias, bares, panaderías, iglesias, papelerías, colegios, escuelas, cultivos de maíz, café, plátano que se van desparramando por la montaña y dibujan una estructura como de “crema decorando una torta”.

Ana Cristina Berrío (Medellín, 1978). Maestra en Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, Master en Arquitectura, arte y espacios efímeros UPC Barcelona, España. Realizó estudios de Producción de orfebrería y modelación en cera en la Scuola d’Arte e Mestieri de Vicenza, Italia. Entre sus exposiciones están “Temps de flors” (Gerona, España), “Maratò del espectacle” (Barcelona, España), “Parcours bijoux” (Paris, Francia), “Circuito off Joya” (Barcelona, España), “23 Joyería contemporánea en Iberoamérica” (Lisboa, Portugal), “Munich Jewelry week” (Munich, Alemania), “Metalofonas” (Vilna, Lituania, 2014, 2016), “Autor” (Bucarest, Rumania) y “De la Mano” (Medellín, 2015). Vive y trabaja en Medellín. Ana es artista en residencia del 16SRA, representando el Colectivo Xocolatlummm, que integra junto a Alejandra Ferrer. Xocolatlummm, se mueve como una intervención en espacio público, entre el sabor del cacao colombiano y la joyería contemporánea; a través de un carrito ambulante, las piezas producidas en chocolate llegan al encuentro de los espectadores, convirtiéndose así en un medio de aproximación al público.

“Las bondades de una residencia son los encuentros y las nuevas rutas que aparecen dibujadas en el mapa. Llegué a la Fundación “Jesucristo y Gedeones en Acción” guiada por los curadores del 16SRA; la primera impresión fue la de estar en un sitio lleno de niños libres, enmarcados en el nombre de la vereda en la que está localizada la fundación: Alegrías. Este era el nombre perfecto para enunciar que pasara lo que pasara la alegría y el disfrute eran una obligación. Recorrí varios Municipios (Filandia, Cartago, Salento, Montenegro, Armenia, Manizales, el mismo Pereira) para recordar las rutas de mi niñez con mi familia y buscar materiales gastronómicos para la obra, intentaba por momentos salir, alejarme de la fundación para tomar distancia y pensar en la obra pero todo me llevaba de regreso a los niños, su alegría y su amor.”

Panorámica Fundación “Jesucristo y Gedeones en Acción”

Taller de difuminados y dibujo con tiza.

Organizando y pesando los huevos que se recogieron durante el día.

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a n a c rist in a berrío

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Julio 17 – agosto 10, 2018 El 17 de julio, después de unas semanas bastante duras e invadidas por compromisos previos al salón regional, salí para Alegrías, Risaralda proponiéndome a mí misma una experiencia alrededor de los fenómenos gastronómicos en el eje cafetero; mi idea era involucrar nuevos ingredientes al proyecto Xocolatlummm y compartir experiencias personales alrededor del objeto de chocolate. Con este compromiso gastronómico previo inicié labores de exploración, el 18 de julio en la mañana me levanté, no muy temprano, para reconocer las pequeñas poblaciones cercanas a la fundación, llegando así a Altagracia. Esa tarde ubiqué las panaderías observando cómo se podían intervenir las piezas de xocolatlummm con un toque local, pensando también que en la fundación pudieran hacer algún mini emprendimiento alrededor del chocolate. Mi idea fue dejar algo en el lugar de residencia y llevarme las experiencias del lugar en mi obra. El internet, la panadería y una papelería fueron mi ruta de ese 18 de julio, conseguí materiales y así empezamos con un taller de moldeado en plastilina. Al taller llegaron niños de todas las edades, quienes maravillosamente se dieron al disfrute haciendo bolitas, pulpos, flores, jarrones, vacas y una infinidad de objetos que me dieron pauta para diferenciar las capacidades de cada uno de ellos. Terminó este primer taller y empecé a advertir la conformación de historias que acontecían al interior de la fundación; pronto me dejé llevar por las actividades y necesidades de este espacio lleno de posibilidades, con potencial de ser autosostenible, que cuenta con dos galpones de gallinas, una huerta, un abrevadero para las terneras y un cuarto para todo el material agrícola. Mefí y Gonzalo son los guardianes de los huevos que se venden en Pereira y Altagracia; paralelo a mi residencia, Oscar (De Ibagué) y John (De Medellín) estaban construyendo otro galpón y pintando la fundación. Ellos fueron amigos de residencia y compañía para mí. Las historias de vida, el espacio como punto de convergencia, la alimentación como motor y una pequeña población con necesidad de ser impactada, me hicieron dejar a un lado por

unos días el carrito de chocolates y volver mi mirada sobre la Fundación, pensando qué hacer dentro del espacio que me estaba acogiendo.

Algunas historias… Marlin la pedagoga, originaria de Quibdó, que tiene a su cargo registros civiles y tarjetas de identidad, me explicó toda la papelería que se debe tener organizada para cada uno de los niños. Algo que pude entender mejor ante la cantidad de procesos que requería la atención de los niños en mis recorridos por algunos sitios de urgencias del Hospital San Rafael, Hospital San Jorge, Salud Pereira y Registraduría Nacional del Estado Civil.

La idea inicial de producir chocolates con los niños se vió bloqueada temporalmente por una epidemia de varicela que impedía la producción de piezas para el salón regional en condiciones de higiene ideales, por lo que decidí hacer con los niños recetas básicas que lentamente fueron involucrando a todas las personas de la fundación. Así me acerqué a Orfilia Isaza, hermana de doña Rubiela Isaza (Directora de la fundación), que nos explicaba pacientemente, a mí y a los niños que me ayudaban, cómo cocinar para un batallón; ollas gigantes y mucha comida salía cada vez que entrábamos en la cocina. La comida nos movilizaba y hacía felices. Entre la elaboración de objetos y preparación de recetas que desarrollé con los niños acercándolos al proyecto Xocolatlummm y su sistema de exhibición, se mezclaban las experiencias e historias de vida de los habitantes de esta fundación que reúne personas de diferentes lugares de la geografía colombiana y en algunos casos de países extranjeros, niños y adultos de Pereira, Cartago, Ecuador, Venezuela y sobre todo Chocó. Una serie de talleres con resultados diversos - como la recuperación de la panadería de la fundación, tras limpiar el espacio y enseñar a usar los rodillos de la máquina de amasar- fueron el preámbulo para concluir con la elaboración y pintura de piezas de chocolate.

Rubiela Isaza, originaria de Manaure (Guajira), creó junto a su esposo Jaime la Fundación “Jesucristo y Gedeones en Acción” hace 24 años, dedicando su vida desde entonces a los niños, que hoy los llaman tíos, mamá o papá. Doña Rubiela, alma de este lugar, es una mujer exigente que inculca disciplina en los niños, necesaria para garantizar la convivencia en medio de las diferencias que hay entre cada uno de ellos. De todas las historias, la de Doña Rubiela es transversal a la vida de la fundación:

Piezas básicas de chocolate antes de ser intervenidas por los niños Proceso de pintura sobre piezas de chocolate

Reclutada por las FARC a los 13 años, madre a los 13 y 15 años de edad, enviada por la organización a estudiar Ciencias Políticas en la Habana y luego a Moscú para realizar el postgrado que suspendería un año después de haber iniciado. Fueron largas horas de conversaciones que dejaban ver claramente la fuerza y la inteligencia de una mujer que renunció a su formación académica para dedicarse a los niños, llenándolos de amor y valores. Sus historias, vinculadas a sus compañeros durante el tiempo que estuvo en Las FARC, conocidos gracias a varios medios de comunicación, me hicieron palpar la realidad de nuestro país, su diversidad y contrastarla con todas las historias que convergen en ese pequeño rincón de Risaralda llamado Alegrías La historia de vida de Rubiela, es la semilla de la fundación que me estaba acogiendo.

Venta de arepas en Altagracia

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Gonzalo, guardián de los huevos, es un hombre venezolano que llegó a nuestro país hace seis meses. Originario de Puerto La Cruz, le ofrecieron trabajo aquí en Colombia y no dudó en dejar Venezuela para poder sacar a su familia adelante, ya que el gobierno venezolano expropió la bodega portuaria en la que trabajaba. Mientras estuve haciendo la residencia, el hijo de Gonzalo se graduó de bachiller en Venezuela, algunas lágrimas se dejaban ver cayendo por su cara de vez en cuando y las limpiaba con la ilusión de estar reunidos aquí en Colombia muy pronto. La nostalgia de su tierra la compartía día a día entre columnas de cajas de huevos, frijoles secos y música cristiana. De la experiencia de vivir con afrodescendientes quiero contar que siempre había tenido curiosidad por conocer como se peinaban y me deleité preguntando todo lo que quise saber sobre trenzas, extensiones y alisados. Cada uno de los personajes que habitan la fundación aporta una historia y cada una de las recetas simples que elaboramos trajo experiencias, sonrisas y mucha alegría para todos.

Lorena, Sajara y Nicol sembrando y desyerbando la huerta de la Fundación Ana Cristina Berrío: Alegrías, 2018. Carro ambulante de madera intervenida con gráfica de chivas y chocolates rellenos, fotografía e ingredientes culinarios. Cortesía “la condición de estar aquí”.

Agradecimientos: Rubiela Isaza y todas las personas de la Fundación Jesucristo y Gedeones en Acción

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San Isidro y el Cofre

residencia de daniela hoyos , leidy baena lópez

y yamile tafur , colectivo de artistas tejedoras reunidas por la comisión de una obra para el

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Veredas San Isidro y El Cofre en el corregimiento de Puerto Caldas, adscritas al municipio de Pereira en el

San Isidro es una vereda de Pereira muy cerca de Cartago. Su ubicación, al límite entre Risaralda y el Valle del Cauca, repercute en olvido por parte del Estado. Se llega después de pasar por Puerto Caldas, abordando alguna mototaxi que cruce la vereda El Cofre. Aquí vamos en moto cuatro tripulantes, transitando entre historias, a un territorio al borde del mapa.

Colectivo de artistas TEJEDORAS: Daniela Hoyos Osorio (Armenia, 1991). Maestra en Artes Visuales de la Universidad del Quindío, investigadora activa interesada por temas referentes a la percepción del contexto, los imaginarios que surgen de la cotidianidad, las maneras en que ésta es habitada y finalmente atraída por la idea de proponer nuevos modos de estar juntos. En su trabajo se puede visualizar un uso experimental del lenguaje fotográfico y el video, buscando nuevos tratamientos en las imágenes que aporten a la deconstrucción de la imagen tradicional, y un interés por el dibujo expandido trabajando con diversos materiales que

departamento de Risaralda.

acompañan los registros fotográficos y de vídeo. En 2016 recibió la distinción Behance appreciation award *Portfolio Reviews*, Eje Cafetero. Vive y trabaja en Armenia. Leidy Baena López (Pereira, 1987). Licenciada en Artes Visuales de la Universidad Tecnológica de Pereira y Técnica en Producción de Medios Audiovisuales. En su trabajo indaga el cuerpo como contenedor a través del textil como lenguaje y soporte artístico, buscando que los objetos instalados en el espacio evoquen la memoria, el origen y la identidad. Expone colectivamente desde el 2006. Entre sus exposiciones se destacan “Susurros piedras, eco-creación en colectivo” en el garaje de la Biblioteca del Banco de la República (Pereira, 2017), “Objetos útil utilitario” en la Sala Carlos Drews Castro (2015) y “Mujeres artistas, café literario Cortázar” en la Alianza Francesa de Pereira (2009). Vive y trabaja en Pereira. Yamile Tafur Ríos (Pereira, 1987). Licenciada en Artes Visuales. Desde el año 2009 ha diseñado y ejecutado talleres artísticos dirigidos a la población infantil y juvenil de Pereira. Docente involucrada en procesos independientes de investigación-creación en el campo de la indumentaria, los oficios y las maneras de producción cotidianas. A lo largo de su producción artística la prenda de vestir ha sido el eje temático desde donde se ha desplazado a analizar diferentes espacios de creación. Entre sus exposiciones individuales están “Interrelaciones” en la Galería Maga (2016), “Siete puntadas por centímetro” en la Alianza Francesa de Pereira (2015), “Manufacturaciones: reflexiones en Canoa por el río La Vieja

Iraca, cogollos al sol

torno a la indumentaria y su confección” en El garaje Artes y Oficios (2013). Ha participado en muestras colectivas como “Amor”, Salón Traslude de Arte Contemporáneo (2017), “Imagen regional 8” (2014), “Puntos suspensivos”, Museo Rayo (2010). En el 2013 fue ganadora de la Beca de Investigación-Creación Curatorial Salón Vismio, Arte en el Ámbito Escolar del Instituto Municipal de Cultura y Fomento al Turismo Pereira y de la Beca Pasantías nacionales del Ministerio de Cultura.

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5 - 28 julio, 2018 Viernes, 6 de julio

Hay problemas de alcantarillado en todo San Isidro, algunas casas están construidas sobre terrenos inestables y laderas peligrosas, sin electricidad.

A lo largo de la carrera cuarta; la calle larga que cruza entre los corregimientos de San Isidro y el Cofre, se sientan señoras de la comunidad a bordar. Oficio que por lo general es mal remunerado en la zona.

Se requiere para asumir esta experiencia de residencia en San Isidro, y tal vez en otros lugares: tener un arraigo por lo popular, despojarse de prejuicios y asumir una actitud humilde.

Por un aplique bordado de una camisa se paga al bordador entre 10.000 y 15.000. El precio al público es de 100.000

Martes, 10 de julio / 8pm

Por un gabán completamente bordado se paga al bordador 60.000. El precio al público es de 420.000 No hay remuneración digna para las bordadoras. Hay fundaciones que ayudan a las bordadoras del Valle del Cauca, pero San Isidro es Risaralda y la comunidad no puede acceder a estos beneficios. La condición de estar en las afueras; en el límite Sábado, 7 de julio

Caminamos por San Isidro durante tres horas con la señora Carmenza. Empezamos a encontrar en el camino casas hechas con pendones de campañas políticas, costales, plástico, madera, caña brava. La mayoría de casas tienen cinco metros de frente. La comunidad fue apropiándose de terrenos que son del Estado, ese que no hace presencia, salvo por el ESMAD.

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Herencia de saberes. San Isidro.

Lugares donde se trabaja con fibras: estrecho del magdalena, San Agustín en el Huila. Las fibras se aprietan, luego con un chillo se doblan las puntas para sellarlas y que no se suelten. Cuando se usa el seudotallo del plátano recién cortado es necesario ponerlo a secar siete días al sol. Una vez esté seco se limpian y cortan las fibras. Tener en cuenta que si hace el tejido con la fibra no tan seca, este se encogerá un poco

aproximadamente. Noche, ay nochecita

Juvenal, vecino de Carmenza, irá mañana a recolectar la iraca. Ella nos ayudó a pedirle el favor, ofreciéndole algo de dinero. Octavio, Embera Chamí que pasó por la casa, se ofreció a enseñarnos a tejer la iraca con su familia en el espacio de la residencia. Residir con la comunidad ha sido fundamental para entender sus dinámicas, quedarse en la casa de Carmencita ha posibilitado encuentros que tal vez no se habrían dado si no amaneceríamos aquí, donde el tiempo camina de maneras distintas. Una de las cosas más bellas que nos ha permitido La condición de Estar Aquí ha sido la oportunidad de tener una cita a ciegas con una comunidad determinada. Vivir el día a día con cada una de las familias de San Isidro nos ha llevado a tejer lazos (relaciones) desde el compartir, entendiendo las dinámicas propias de este territorio donde no llega el alcantarillado pero si llega el ESMAD, donde un corte del fluido eléctrico es la oportunidad para jugar parqués a la luz de las velas.

La vista atrás de la casa Quizás sea por las condiciones geográficas o tal vez porque Carlos Mario me dice “Montañita de Alegría”, pero el único lugar de la residencia desde donde puedo hablar con él por teléfono es desde el balcón con vista hacia ese pedacito de cordillera.

Andrés Muñoz Ocampo, 7 años, grado 1º Inquieto, sonriente y muy curioso, tenía un sello marcado en su mano que decía: ¡trabaja un poco más! Me contó que le pusieron esa marca porque no hizo la “otra tarea”; verla me dejó un poco triste, me llevó a reflexionar mi labor como docente. Hay realidades que en ocasiones ignoramos y que repercuten en los actos de los estudiantes. Quizás muchas veces sea más importante celebrar esa única tarea que los niños hicieron y dejar de pensar en la que dejaron de hacer. Tarea: ponerme más seguido los zapatos de Andrés. Jueves, 12 de julio

Amanecer tras la montaña

Tejer, arte tradicional, es entrelazar hilos para formar una tela. Aquí se cose al tiempo que se van enrollando las hojas y las horas. Las fibras han ido fortaleciendo una unión por la que la comunidad se ha hecho más resistente. [Retratos de costura]

Zulay Valencia, 19 años en San Isidro Vino con su esposo porque en Cartago los servicios públicos eran muy caros. Cuenta que antes era necesario obtener el agua por medio de aljibrez (camión cisterna) y vivían a la luz de las velas. Para ella éste es un lugar hermoso y tranquilo Carmenza González, 19 años aquí Llegó desde Guachené, Cauca, “por azares de la vida” Para ella San Isidro es el paisaje, la naturaleza y el campo co lec t ivo de art istas t ejedo ras: dan iela h oyo s, leidy baen a ló pez y yam ile tafu r

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Ángela Patricia Muñoz, 8 años en San Isidro Vino de Santa Bárbara, Antioquia a causa del desplazamiento. San Isidro para ella es el cultivo Antes había menos gente y las casas estaban alejadas, pero hubo una llegada de personas de otros lugares. Miércoles, 18 de julio. Rastrojeo

Después de que la máquina recoge el maíz, se les permite a las personas pasar entre los cultivos buscando algo que haya quedado en el suelo; a esto se le llama rastrojeo. Hice mi primer tejido de capacho de maíz con los residuos que quedaron después de recoger la cosecha.

La vista desde la cocina de Zulay es un enorme maizal. Con la excusa de comprar helado entramos a su casa. Ella, que vive en San Isidro hace 19 años, nos mostró con orgullo su hogar decorado con artesanías traídas de diferentes partes del mundo y nos contó cómo ha visto cambiar el barrio; esta calle larga que antes poblaban unas cuantas familias y en la que ahora viven varias familias en una misma casa.

cio desde la música. Una de las cosas más bellas que nos regaló esta metodología fue la oportunidad de compartir una caminata, una conversación o una comida, para entender la naturaleza de un territorio que, a pesar de ser parte de la misma ciudad donde yo vivo, se me presentaba azaroso y frágil. Desde mi orilla, me llevé un cúmulo de inquietudes y nuevas manera de ver la vida.

La condición de estar “a las afueras” y la falta de políticas gubernamentales a causa del olvido del Estado, han hecho de San Isidro un territorio invisibilizado donde la comunidad construye sus casas de invasión a punta de tesón y resistencia. Jueves, 27 de julio

Lo que se recoge del rastrojeo es para el hacendado. Una mañana los pobladores de San Isidro se metieron sin permiso a rastrojear; no querían el dinero por el día de trabajo sino los maíces para alimentar las gallinas y los capachos para tejer sus sueños.

Tejiendo comunidad con fibras naturales. A lo que antes llamaban basura hoy le llaman materia prima, insumo para objetos, obras de arte y de construcción. Por medio de lo que nos rodea construimos nuevos horizontes.

Sábado, 21 de julio

22 de agosto, Tierra Veracruzana

Los espacios para tejer en comunidad han posibilitado la construcción de lugares comunes, el estar juntos ha permitido construir miradas diferentes hacia lo que nos rodea.

Gracias a que Daniela no puede concebir su vida sin la música, esta canción me transporta a aquella casa sencilla y a la naturaleza que la circunda, a los sabores emanados de una cálida cocina y a las palabras dichas para dibujar un paisaje. Pienso en esa calle larga donde a pesar de que no abundaba el café no faltaba la comida dulce y salada de la señora Carmenza, pienso en las praderas luminosas y los bordados multicolores. Podría decirse entonces que encontré otras maneras de vivir y habitar el espa-

Lunes, 23 de julio

Aquí la felicidad está arriba de la montaña: correr hasta su cima para después bajar rodando, corriendo o deslizándose con cartones.

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Tejiendo en comunidad con fibras naturales.

Las noches azules de San Isidro están acompañadas de calidez, agitación y anhelo. Han nacido del lado del infortunio, del que huimos y en el que no quisiéramos ver a nuestros hijos, y sin embargo entre las casas inundadas de verde encuentro la belleza. Anoche, en una de estas noches azules con el intenso brillo de las estrellas, se encontraron los abuelos con sus nietos para hablar de resistencia, de esperanza y de lucha: la que se lleva por el territorio, por sus

casas, por el derecho a una vivienda digna y por algo que dejar a los nietos. Sentarnos a tejer durante las tardes de julio es construir puentes, nuevas rutas de ida y de regreso a lugares sin geografía exacta, rutas de afectos, de palabras, de penurias y sonrisas de regreso. Es tejer en círculo, en espiral, en zigzag, estirar el tiempo para olvidarnos del tiempo, es hallar lazos rotos, lazos fuertes, entrelazos, todos latentes, palpables, abiertos de la posibilidad de regenerarse. Aquí la necesidad de habitar el territorio, apropiarse del espacio, modificarlo y resignificarlo en cualquier circunstancia y ante cualquier panorama, es distinta a la manera institucionalizada y regulada de habitar en las ciudades. Aquí las personas hacen sus casas con sus manos, con la ayuda de sus familias, de sus vecinos, a veces con poco, a veces con

Talleres de tejido.

Preparando la Iraca

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nada, caminando largas distancias bajo un sol incesante para conseguir la guadua, transportarla en sus hombros, descargarla en un terreno que no es de su pertenencia y levantar una estructura para luego cubrirla, generalmente con plástico. Resistir así con la consciencia de que al día siguiente podrían encontrar su casa en el suelo, a causa de la lluvia o un ataque del ESMAD, preparados para de nuevo volver a levantarla, sin importar cuántas veces sea necesario. La condición de estar aquí, entregada al lugar, permeada por el clima y las dinámicas sociales, me regala nuevos ojos para ver el mundo, un conjunto de sensaciones y percepciones me abren puertas a realidades no pensadas, no exploradas desde mi cotidianidad. Ver que por un momento alguien lejano a este territorio experimenta la vida aquí, con todos sus matices y de manera natural, ha hecho surgir la empatía entre las personas del lugar y nosotras, ha permitido la emergencia de lazos profundos entre quienes nos abrimos a este intercambio. La potencia del trueque, el juego y los intercambios de conocimientos con la comunidad, nos ha llevado a la construcción de una obra cargada de afecciones, símbolos y marcas, que dibujan el mapa a la vez que describen el lugar donde hemos residido. No es posible pensar en una obra proyectada para un espacio de exposición, atendiendo a lenguajes museísticos.

Agradecimientos: Doña Carmenza González

Colectivo de artistas Tejedoras: Entre, 2018. Tejido colectivo en fibras naturales, construcción modular diseñada para el cielo raso de la caseta comunal de Puerto Resiste. Cortesía “la condición de estar aquí”.

Fundación El comienzo del Arcoíris

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Mundo Nuevo residencia de juan david henao

Pájaros, clima perfecto, gente amable, desorientación, pantano, un sueño me dice como comenzar de modo plástico el día anterior, perros, deseo de caminar, ver las estrellas

Juan David Henao (Medellín, 1987). Maestro en Artes Plásticas de la Fundación Universitaria Bellas Artes, es docente en áreas de escultura e investigación-creación

“¿Cómo establecer vínculos con la comunidad siendo tímido, serio y poco sociable?

en FUBA y la Facultad de Artes del Instituto Tecnológico En el departamento de Risaralda, aproximadamente a 20 minutos de Pereira

“…al regresar se asombró con los cultivos y el empuje de la nueva comunidad, entonces dijo a sus amigos: “Esto no es ninguna Montañita, esto es un mundo nuevo”; por eso, a partir de esa fecha, los vecinos siguieron llamando “Mundo Nuevo” a esa zona pereirana”.

Metropolitano. Algunas de sus exposiciones individuales

La condición de estar aquí

más destacadas son “Del indicio la tierra, de la tierra el fuego” en Lokkus Arte Contemporáneo (Medellín, 2017), “Siembra” Programa C Museo de Arte Moderno de Medellín (2016), “A las piedras vamos” espacio Solo Projects de PARC en el Museo de Arte Contemporáneo de Lima (2015). Ha hecho parte de exposiciones colectivas como “Nuevos Nombres” en

El paisaje le pertenece a quien arriesga, a quien lo da todo, al campesino; pero es contemplado por el otro… el que no es dueño de este, por quien transita pero no da nada por este lugar, ni por su gente.

el Museo del Banco de la República (Bogotá, 2018), “Setba Jove” en la Fundació Setba (Barcelona, 2016), “El Barro tiene voz” piezas en la colección del Museo de Antioquia (2015-2018), “Taller de construcción” MDE11 en el Museo

Una postura política es permanecer por fuera del mundo nuevo, seguir siendo un extraño”.

de Antioquia (2011) y “Académica 09” en el Museo de Arte moderno de Medellín (2009). Su obra estudia la influencia y la transformación estética a partir de la colonia europea en Latinoamérica a través de la escultura. Vive y trabaja en Medellín.

Yarumo en la vereda Mundo Nuevo

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Carretera a Mundo Nuevo

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18 junio- 20 julio, 2018

Esculturas para levantar sospecha La guadua es un recurso económico y eficaz además de sus posibilidades de habitabilidad y de interactividad (bioconstrucción)

Elegir el lugar correcto y encontrar las personas adecuadas. En la estancia inmediata me hospedé en la finca de Sergio Osa, la cual ha sido utilizada principalmente para la recreación. La finca La Esperanza no proporciona la energía correcta o adecuada para el trabajo, sus espacios a pesar de ser acogedores son interrumpidos en cualquier momento por actividades ajenas y no concertadas conmigo.

Posibilidades de lo absurdo - la forma por la forma Tarea Realizar diseños utilitarios y no utilitarios. Intercambio de saberes con el material desde donde resido Dejar algo para la comunidad Dejar esculturas en las vías para activar a la gente (público) con la intriga Taller de cerámica abierto itinerante

Tomé la decisión de buscar otro hospedaje y encontré un lugar idóneo para el trabajo, con personas que parecen entender lo que busco y que me pueden ayudar a establecer contactos. Además me parece que es atractivo para el proyecto poder encontrar un espacio que pretenda generar ecologías a partir de la construcción (bioconstrucción) y establecer vínculos con la naturaleza y sus recursos. Hay posibilidades de trabajo con la comunidad en la Fundación La Esperanza que funciona como una escuela de música. Podría ser provechoso el vínculo con personas sensibles desde el arte. Podría realizar talleres desde el barro con la comunidad y generar inquietudes con respecto a las artes visuales.

Usar la cerámica como forma de transferir pensamientos La cerámica y el barro como elementos de tránsito, de intercambio. Este material es afligido y modificado de acuerdo a las intenciones que se tengan con él; este se corresponde con las formas de visualizar el presente, con lo que sucede allí en el instante en el aquí y el ahora. Hay que declarar que no me interesa presentar un proyecto desde la clasificación científica y que el tono sea completamente ambiental. Quiero recrear la sensación o la experiencia del paseante, de aquel que experimenta el bosque y las carreteras y levanta sospecha a partir de la mirada.

Taller Objetos para levantar sospecha

La condición de estar aquí Comienza por entender el problema del mundo capitalista. El mundo nuevo es un territorio impuesto con ideas de lo bello que afectan directamente al nativo. Aquí no hay respeto por la gente, ni por la tradición. Destacan El paisaje cafetero, las huertas y los cultivos en la vereda La Bella, la gente, los habitantes, los campesinos y su forma de ser. Las ideas de lo bello están relacionadas con las cosas lindas de los ricos.

Intercambio de saberes a partir del trabajo con arcilla, Taller Objetos para levantar sospecha

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Hojas del yarumo Por otro lado hay que contar con las características de los materiales -la fragilidad de una hoja seca es equivalente a la fragilidad de la cerámica-, es una condición que teje ambas materialidades, lo vegetal y lo terreo. Allí existe una suerte de fascinación por estos cuerpos que ya son cadáveres, casi morados y en estado de descomposición. En este sentido cuando un objeto se llena de significados se comienza a convertir en poesía en la medida que depende de un paseante que pueda detonar los elementos que presenta… “Donde hay un Yarumo hay una señal de paisaje”. Germán Ferro.

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Hay una conexión ancestral entre el yarumo y el paisaje al ser un árbol nativo y que ha presentado una condición de resistencia durante muchos años. Sé que este árbol cumple un papel fundamental en la recuperación de los suelos y de la alimentación de la fauna, sin embargo y lanzando una pregunta frente al paisaje me cuestiono si este no existiera qué habría en cambio de su presencia y quién lo podría recordar. Trazar el paisaje desde un elemento sutil, sublime e imperceptible que pueda presentarse en dinámicas cotidianas y simples evidenciando las características de un lugar y un territorio que posee una nueva mirada del paisaje. Yarumo –Cecropia- se encuentra en bosques subandinos. En mundo nuevo se presentan algunas variedades de yarumos jóvenes. La carretera está rodeada de estos árboles, quienes además de ornamentar propician una reconstrucción del suelo. Dentro del tallo del yarumo habitan hormigas y otros insectos, las aves y los monos aulladores se alimentan de su fruto, estos últimos también duermen en sus ramas. Entre sus usos se cuentan la construcción de instrumentos musicales, usos medicinales y espirituales en la creación del mambe y obtener cenizas (cal, coca, saliva).

Juan David Henao: Altibajos, Fragilidad en el Paisaje, 2018. Instalación, Detalle fundición en oro y cobre (tumbaga). Cortesía “la condición de estar aquí”

Agradecimientos: Paula Andrea Montoya

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La Soledad

Gabriel Botero Serna (Medellín, 1981). Magíster en Artes Plásticas y Visuales, graduado en el año 2012 con la tesis

residencia de gabriel botero

meritoria “Transformaciones: Narrativas del Hacer” de la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín, después

Es una vereda del Quindío cuya entrada está sobre la

de recibir el título de Maestro en Artes Plásticas de

carretera Quimbaya – Filandia a pocos minutos de la plaza

la misma Universidad en el año 2006. Se ha desempeñado

de Quimbaya donde se toma el jeep

como docente, artista e investigador independiente y ha participado en múltiples exposiciones colectivas entre las que se destacan “Territorios Inciertos” en la Suramericana (Medellín, 2016) y “Contraexpediciones” en el Museo de Antioquia (Medellín, 2014), entre otras. En 2016 fue ganador de la Beca de Creación a Artista de Larga Trayectoria de la Alcaldía de Medellín con el proyecto Aguas Turbias. Actualmente vive y desarrolla su trabajo en la ciudad de Medellín y se desempeña como docente en la Universidad de Antioquia. Guaqueros colaboran con el artista a lo largo de su residencia

La media caña es una herramienta usada en guaquería para catear el suelo

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gabriel bot ero

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Agradecimientos: Fundación Carteros de la Noche Roberto Restrepo José Duque Alzate Nelson Piedrahita

Gabriel Botero: Cateo, 2018. Video proyección de cortometraje, dibujos e instalación de tiestos encontrados por el artista en su periodo de residencia con los guaqueros de La Soledad.

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El Placer

Viernes, 6 de julio

residencia de sonnia yepez

Visita Villa Paola

Vereda en el departamento de Quindío,

El señor Carlos Mario Arango lleva un año y medio trabajando con el plátano. De la plantación de café poco queda en esta finca, sólo los restos arquitectónicos que se usaron para sacar el café dan cuenta de aquella presencia.

a 15 minutos en jeep desde el municipio de Quimbaya.

La vereda El Placer la conforman tierras plataneras y cafeteras, debido a que son estratos de tierra negra lo que permite la producción de estos cultivos con la noción de ventas. En un paisaje mucho más verde, lleno de humedales y guaduales, la vía hacia Trocadero continúa con muchos más huecos en la tierra. Los agujeros hechos por las hormigas simulan ser un campo de minas en el que con mucha precaución puedes caminar.

Vereda El Placer

“El placer de ver escaleras que te acercan al cielo. El placer de idealizar el infierno de Borges. El placer de dilatar mi catálogo de sonidos. El placer de ver un gancho en una nube”.

Sonnia Yepez Solarte (Buga, 1992). Actualmente cursa la Maestría en Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia. En el 2016 obtuvo su título de Maestra en Artes Plásticas de la Universidad de Caldas con la presentación de su tesis “Regalos visuales”, seleccionada en el proyecto Tesis del Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá (2016). Este mismo año fue invitada a exponer en el 44 Salón Nacional de Artistas, “AÚN”, en la ciudad de Pereira. Ha realizado dos exposiciones individuales “No todos los amores de Platón fueron imposibles” en el Museo la Tertulia (Cali, 2018) y “Delicado” en la Pinacoteca de Bellas Artes (Manizales, 2014). Actualmente reside en Bogotá.

Árboles borracheros a la entrada de la vereda El Placer.

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1 - 25 julio, 2018 Domingo, 1 de julio

Para encontrar el Placer una sirena te indicará con pocas palabras, la ruta de los borracheros, quienes cabizbajos sonreirán con mucha malicia hasta llegar al sendero de las plataneras. Hojas del placer Anchas hojas verdes, pesadas bolsas azules y pequeños racimos de café, hacen de este paisaje siempre idéntico, un cielo inmensamente azul. Repite “verde y azul” hasta que camines lentamente entre las hojas altas de un platanal. Jueves, 12 de julio

Un racimo de hojas de plátano se movía, pies no se veían. Pero así fue la entrada de Don Jaime a su casa. Un hombre de ochenta y seis años que ni con su gran estatura logró destacar entre extensas hojas de plátano. (Hoja de la mata de plátano) (Hoja de un machete) (Hoja de una teja) Un azul claro de pocos espacios blancos hace soporte para las compactas líneas verdes de los plátanos. Jueves, 12 de julio

Tierra perforada. Balsa perforada. Hojas perforadas. Muebles perforados. Techo perforado. [16 s ra] occidente

Lecturas “En ningún caso D’Ors quería que el arte renunciase a la forma y a la apariencia sensual de la realidad”.

“Creo que la pintura muere (...). Después de cuarenta a cincuenta años, una pintura muere porque su frescor desaparece”. Pág. 51

“La teoría estética de Zuccari sobre el «concettismo» lo expresa claramente: «la obra de arte es el producto de una idea del artista, no de una imitación de la naturaleza» (…) Leonardo afirma: «“El espejo es nuestro maestro porque para el manierista el hombre vive y duerme ante un espejo, confrontándose continuamente con Dios, quien crea objetos naturales, mientras que el hombre crea objetos artificiales». pág. 45

(El molde como proceso indirecto de la representación de la forma, que sin embargo ha tocado fielmente la realidad pero que se distancia de ella para crear una apariencia alegórica, su doble). Pág. 64 Se establece, pues, una nueva distancia con la obra, que modifica tanto la mirada como el lenguaje sobre las cosas. Su lucha contra la teatralidad.

Naturfacto Artefacto Naturaleza Hombre

Agujeros en la puerta, lo más parecido a un visor fotográfico.

Construir ideas abstractas en una alegoría múltiple.

El acto de ver. Un acto aparentemente fotográfico.

Decía Baudelaire que la muerte es una belleza abstracta. La muerte aterroriza, pero también intriga, hace sentir lo extraordinario.

Leche El pasto se vuelve leche Alimento para la vaca, receta Heno: Miel de purga Lichigo de sal Salvado

Curiosamente termino de leer esto, cuando al señor Uber, el agregado de la finca, le fallece una sobrina. Y los comentarios de Sol alrededor de la muerte no se hacen esperar, puesto que para ella la muerte la visita desde niña. Pág. 49 En 1996 Hugo Ball hablaba de una moderna necrofilia. La muerte significa ser arrojado a lo desconocido, ya que se duda de las promesas de la religión.

“Plata en mano, mano en tierra”

Taller modelado en arcilla de mis plantas Resultado del taller de Autorretrato y muñecos.

El carácter perecedero del arte porque deriva del hombre.

s o n n ia yepez

4:02 pm Canta el gallo, los pájaros juegan y Lola la vaca decide tomar el sol. Y San Narciso el patrón de las moscas. Siendo las 5:15 pm un gancho de ropa se suspende de una nube.

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Jueves, 12 de julio

Al terminar Don Jaime, un señor muy religioso, me cuenta sus historias de cómo llega a estas tierras. Prácticamente el brotó de ellas, desde Circasia al Placer, a sus once años viaja a la ciudad de Manizales donde pasa unos once años más sin dejar de visitar la tierra del paraíso.

Samantha se centró en que sus colores fueran tan ágiles de pintar, que pocos amarillos pudo capturar.

Escuela El Placer

Materiales recurrentes Las estructuras son las mismas, los materiales cambian. La guadua es el pilar más importante en la construcción. Techos, muros, rejas, canaletas fluviales y herramientas utilizan la guadua.

Hace un año su nieta se fue a Dallas (USA). Ahora sólo notas y comparsas llegan al teléfono de Doña Marta para acompañarla. Si bien ha pasado un año, los juguetes siguen siendo parte de la decoración de su casa.

Tierra - Arcilla - Plantas Guaduas - Esterilla - Construcción Láminas de zinc se oxida, se dobla. Zn Madera Perforada

Por el contrario en el caso de Daniel, su naranja se volvió un rosa componiendo un cálido atardecer en su paisaje.

Niños de la

Cuando leo y veo obras de Pascal Convert, pienso que la clase del miércoles se puede complementar con la idea del autorretrato. “Trabajar sobre sí mismo es ante todo hacer una crítica”.

Un lunes doña Marta la dueña de la finca, inicia su conversación conmigo afirmando su tristeza por la ausencia de su nieta. Que los columpios y el pasamanos dan cuenta del tiempo inhabitado por ella.

Los niños pintan su espacio. [Taller con los niños de la Escuela El Placer] Los colores de Mariana fueron un poco agrisados. El violeta en dos casillas se torna gris.

Agradecimientos:

Altas líneas de maleza y dos sólidas estructuras de guadua conforman la cancha de fútbol para los ocho niños de la escuela El Placer. Fue un Placer

Sonnia Yepez: Hojas y líneas vacías, 2018. De izquierda a derecha “Mi sustento”, “Mi uniforme”, “Mi techo”. Cortesía “la condición de estar aquí”

Para María fue inevitable oscurecer el azul y llegar a un violeta que no muy lejos del negro se acentúo en la última casilla. Maxxi por su parte no dejó oscurecer sus colores, rosas, lilas y celestes acompañaron su paisaje.

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s o n n ia yepez

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La Unión residencia de lindy maría márquez La Unión, departamento de Quindío, aproximadamente a 15 minutos del municipio de Quimbaya, ubicada sobre la carretera que se dirige a Naranjal.

Mientras avanzaba por la carretera y me adentraba cada vez más en lo desconocido, me preguntaba por qué la selección de lugares tan apartados de lo visible. “Lo esencial es invisible a los ojos” (Saint-Exupéry, 2016, pág. 64)

“Ser piedra”, extracto de la bitácora de la artista.

De esta manera, las 16 veredas y por supuesto La Unión, son lugares esenciales, de ahí su reticencia al protagonismo y al fácil y superficial reconocimiento. Allí, a más de 270km de mi casa, tuve que adentrarme, esforzarme, trascender lo aparente y mirar el reverso de lo visible, lo lejano, lo ajeno, lo que antes no había sido mirado, para encontrar algo propio, algo que me recuerde quien soy desde la extrañeza, la indefensión, la duda y el estar ahí.

Lindy María Márquez (Bogotá, 1985). Hay papeles que dicen que soy artista y docente, pero también soy lo que éstos no alcanzan a decir, por ejemplo: que no me canso de buscar en el pasado imágenes para mirar en el presente; que trato de crear una particular visión del mundo a partir de gestos simples y fraternos que se confunden con la vida; que aún me siguen pareciendo mágicas las fotografías y los videos por Formación

su manera de capturar el movimiento, el tiempo y la realidad; que estoy convencida de que la infancia nunca termina y que la memoria y el olvido es de lo que estamos hechos.

“Vuelvo a la escuela para aprender lo que sin darme cuenta olvidé… Vuelvo a la escuela para hacer memoria “¿Qué letra es esta? –m- ¿Qué letra es esta? –p- ¿Qué dice aquí? -Mamá-. ¿Qué dice aquí? -Papá-. ¿Qué dice aquí? -Mapa-” En la Escuela La Unión aprendí a nombrar todo de nuevo, pero cada día me preguntaba: ¿Cómo se dice esto que siento?, ¿Cómo llamo a aquel ser que me recuerda a mi madre, a mi hermana y a mí misma y que parece tener la inmensidad adentro?, ¿Será que lo hago como lo suelen hacer los niños? –¡Profe! -. Así me encontré con lo innombrable, lo indefinible, lo que extrañamente no puede alojarse en la palabra”.

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Julio 7 – agosto 7, 2018 tanto, demasiado, pero me

sí, la vida me puso en un lugar y tiempo específico para asomarme a un momento importante y fuerte en la vida de un ser humano. El hecho de que la profe se jubile y sean estos sus últimos meses de docencia, me lleva a imaginar lo desgarrador que será desprenderse de sus niños y a su vez de lo que ha sido su vida.)

esfuerzo porque nadie lo sepa.

7 de julio 10 de julio

“La unión hace la fuerza” Desde que supimos de este lugar, esta frase empezó a ser pronunciada por nuestros padres. “Todos tenemos dos vidas: la verdadera, esa que soñamos en la infancia, y seguimos soñando adultos, en su sustrato de niebla. Y la falsa, esa que vivimos en conveniencia con los otros, la práctica, la útil, esa en la que acaban por meternos en una gran caja” Fernando Pessoa 8 de julio

Empacar en una maleta lo necesario para lo indeterminado, lo insospechado y lo incierto…entonces ¿qué empacar? 9 de julio

Rutas, tiempos, desvíos, atajos, climas y dinámicas que conoce a la perfección y que me hace preguntarme: ¿cómo ha hecho durante tantos años?, ¿cómo puede alguien no tener miedo ante el hecho de viajar? Trato de no hablar, de dejar simplemente que pase el tiempo…tengo miedo, mucho, [16 s ra] occidente

3:40am. El miedo seguía ahí, pero me repetía que ya era un logro “estar ahí” Esperé en una silla, abrazando las maletas hasta las 5:00am, hora en que los buses para Quimbaya empiezan a llegar a la terminal. 5:15am. Puentes, montañas, una carretera ancha y pavimentada que poco a poco se iba desdibujando hasta convertirse en una carretera estrecha, llena de curvas, piedras y sobresaltos… ¿a dónde me habían mandado? Lo bello fue ver el amanecer. 9:40am, escuela La Unión Minutos antes me monté en un jeep y no sé si soy muy cobarde, pero estaba aterrorizada, sentía todo mi cuerpo desprotegido y a merced de una carretera sinuosa hasta que dos niños de no más de siete años se montaron en el vehículo con fuerza y tranquilidad. Entonces me dije: Tranquila, si estos niños pueden, tú también. Llegué a la escuela y desde lejos una mujer con un bello delantal azul me preguntó: “¿tú eres María?” a lo que contesté: “¿usted es a quien busco?” sonreímos y auto-

- un acto de amor es también despedirse 18 de julio

Clase III: Cuerpo

Detalle de delantal

La Unión. Aura Matilde y Lindy María

máticamente nos abrazamos…Así fue como conocí a la profe Aura Matilde, aquella cálida mujer con la que me había comunicado días antes por teléfono.

14 de julio

11 de julio

Un jeep azul avanza por la calle. Vi a la profe adentro y me subí, pero también me bajé varias veces porque ella recoge a varios niños a lo largo del camino para llevarlos a la escuela. ¿Cómo enseñar para la vida?, ¿cómo amar para la vida?...porque solo así es posible ganarle la batalla al tiempo y lograr que aunque pasen los años y los niños ya no sean niños, recuerden quien fue su profesora… los verdaderos maestros trascienden su ser inolvidable

Me rehúso a ser turista De regreso a Quimbaya logro apreciar unos hermosos paisajes y a la vez horizontes…son como los que mi traviesa imaginación imaginó desde el momento que supe a dónde me enviaría la curaduría del Salón Regional.

Dentro de mis confusiones, de la zozobra de no tener nada entre las manos, de sentirme desorientada…un pensamiento claro apareció:

17 de julio

Profe, yo no quiero aprovecharme de su hacer, lo que quiero es hacer algo que me permita decirle que usted es importante y que esa vida que le entregó a todos sus niños merece ser señalada. Cada vez siento que el mundo está más lleno de cosas y no quiero hacer más, más bien quiero llenar el mundo de gestos que el otro pueda llevar consigo para siempre.

Clase II: Imagen

(Sé que nada pasa porque

16 de julio

Clase I: Objeto

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Soy piedra para los niños y me ubico a la entrada de su salón de clases para que ellos pasen por encima de la piedra. Valentina, estudiante de 5º grado llegó esta mañana con un hermoso regalo para la profe: una Rosa Rosa silvestre, tomada de su jardín. 19 de julio

Hoy me dediqué a organizar el material, a mirarlo con detenimiento para empezar a bocetar palabras, frases y ojalá ideas para la posible obra. Al finalizar el día, me voy a la cama con una intuición que todavía no llega a ser palabra, ni frase, ni idea… 26 de julio

El reloj no me despertó, me arreglé rápidamente y tenía la sensación de haber olvidado algo…Nada olvidé, solo que trabajar con la premura de una imagen me exalta. El gesto era sencillo pero sentí su fuerza al colocarme el delantal de la profe, no 73


era tela, eran un montón de años de docencia y de darse a los otros 29 de julio

Me desperté antes de las campanadas de la iglesia y escribí por más de una hora la carta que les leería a todos mañana en mi última clase. Lloré cada palabra al comprender todo lo que este viaje me regló y llenó por dentro. No sé si de todo esto vaya a salir una obra, pero lo que sí sé es que los niños y la profe Aura obraron en mí 30 de julio

Les dije a los niños que íbamos a jugar a la gallina ciega…coloqué en cada una de las mesas el regalo y cuando terminé les dije “bueno, les voy a leer un cuento que se llama viajar” La palabra viajar siempre ha sido difícil para mí, quizás porque nuestro padre la ha ejercido durante muchos años debido a su trabajo. Aprendí a despedirme con fe, a rezar por su regreso, a esperar y a comprender la ausencia. Ahora que tuve la oportunidad de viajar a más de 270km de mi casa, me doy cuenta que esa dificultad era miedo; miedo a la indefensión, a lo desconocido, a lo impropio, y otras palabras que la Escuela de La Unión disolvió con el abc, las unidades, decenas, centenas, las sumas y las restas, las multiplicaciones y divisiones (…) las partes de la flor. [16 s ra] occidente

De esta manera la palabra viajar adquirió otros significados como jugar, enseñar y encontrar…Como se sabe de estas tierras emergió el tesoro Quimbaya que ahora está en España, y aunque sé de su importancia, creo que el verdadero tesoro Quimbaya sigue en Quimbaya en una vereda y en una escuela: ustedes son el verdadero tesoro que yo tuve la oportunidad de encontrar.

cartas de los niños… ¿cómo es que esto puede pasar? Mi lógica no puede explicar la existencia de este amor puro… ¿cómo es que existe? No lo sé, solo sé que “está ahí”. Agradecimientos: Estudiantes de La Escuela La Unión: Juan Pablo Duque Mendoza

Las palabras, las lágrimas, los abrazos de la profe no tienen representación. La corrida de los niños a través de la reja de la escuela siguiéndome no tiene representación. En definitiva, La Unión no tiene representación.

Sofía Moncaleano Duque Sofía Friedli Castellar Valentina Robledo Posada Santiago Gutiérrez Duque Miguel Ángel Osorio Arango Emanuel Castaño Valencia Thaliana Sofía Peñaloza Esala Miguel Antonio Pérez Arboleda

31 de julio

Alejandro Jiménez Hoyos María Camila Ossa Valbuena

Volver a Quimbaya, a la Unión, a la escuela, al espacio que la profe es y que acoge no solo a los niños, sino también a mí, me hace sentir feliz…ya no hay miedo…

Daniel Alberto Duque Mendoza Santiago Rincón Vega Vanesa Lucia Guerrero Duque Anny Michael Usma García Profesora Aura Matilde Gómez Patiño

1 de agosto Rector de la Institución

Le conté a Gabriel que quería volver para saldar una especie de deuda que tenía con las imágenes, testigo de mi experiencia.

Educativa El Naranjal, al que está inscrita la Escuela de La Unión: Gerardo Burgos Camelo

7 de agosto Lindy María Márquez: La Unión, 2018. Video y dibujos sobre papel en técnica

Para toda Colombia hoy es un día patrio pero para mí es navidad. Dentro de un hermoso bolso artesanal, había un pesebre y

mixta. Cortesía “la condición de estar aquí”.

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Montenegro residencia de alejandro garcía Departamento del Quindío, a aproximadamente 20 minutos de Armenia.

La maraña oscura del monte negro ha sido remplazada por la geometría de los cultivos, por la red de caminos y carreteras y por los paisajes de postal de las fincas hoteleras. El monte negro ya no existe, solo quedan algunos fragmentos de monte diseminados entre los cultivos y las áreas urbanas. Pero lo nativo no ha desaparecido del todo, algunas especies han sido oportunistas, estableciendo nexos con la nueva fisonomía del paisaje. El viaje fue un tránsito de un paisaje a otro, el cambio de una idea de paisaje que he desarrollado durante toda mi vida al estar en la Merced del Playón en Antioquia, a un paisaje rural completamente nuevo, con otros flujos y relaciones.

Cordillera en los límites del departamento del Valle Del Cauca y el Quindío.

Domingo, 15 de Julio

Alejandro García Restrepo (Medellín, 1983). Licenciado en Educación en

“Cuando creía que ya me estaba acostumbrado al entorno natural circundante, ese terrible momento en que los cantos más llamativos de los pájaros comienzan a hacerse un ruido más del lugar, se deja ver un Batará grande o Taraba Major, que me toma por sorpresa y me llena de emoción. Había escuchado su canto en cada una de mis salidas sin poder identificar al ave autora. También le tomé registro a un nido con tres huevos en una mata de habichuela. La construcción del nido aprovecha la estructura del tallo ensortijado de la planta, incluso aprovecha las hojas que quedan en la parte superior para mantener ocultos del sol y de la vista de los intrusos a sus habitantes, es simplemente maravilloso. Procuraré hacerle seguimiento al nido para identificar el tipo de ave y el desarrollo de los pichones en el tiempo que me queda de residencia”.

Artes Plásticas de la Universidad de Antioquia. Se desempeña como artista visual e ilustrador independiente. Su obra gira en torno al encuentro entre lo natural y lo humano. Sus ilustraciones han sido publicadas por editoriales como Penguin Random House, Sexto Piso, Tragaluz, Mesa Estándar, entre otras. Ha expuesto en muestras colectivas nacionales como el “XIV Salón de Arte BBVA” (Bogotá, 2006), el “Salón Departamental de Artes Visuales” (2011) y “Del Latín Malitia” en la Galería de la Oficina (2013); y participado de eventos internacionales como el “Festival Internacional D´art Contemporain Ego Echo” (Paris,

Martes, 24 de julio

2006), “New Prints Winter” (Nueva York, 2010) y el “Reth-Ink Art Digital

“Como si supiera que mi viaje estaba a punto de terminar, el pájaro tres pies (Tapera Naevia) por fin se dejó ver colgado a plena vista sobre uno de los cables de luz junto a la casa. Interpretó su canto y se acicaló las plumas, luego voló a esconderse a un matorral donde continuó el concierto. El único mal augurio que vaticinaba su melodía fue el del final de mi residencia”.

International Festival” (Creta, 2016), entre otros. En la ciudad de Medellín ha realizado dos muestras individuales: “Cortezas” en la Galería Olivier Debré de la Alianza Francesa de Medellín y “Dibujos con Tiempo” en CasaTeatro El Poblado (2018). Vive y trabaja en Medellín.

Simetrías entre el cielo y la tierra,cultivos de piña en la vereda La Esperanza

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1 - 25 julio, 2018

Jueves, 5 de julio

Martes, 3 de julio

“El monte es una cosa muy bonita, lástima que debajo de la sombra no dé nada y haya que tumbarlo.” Don Wilson.

Los guaduales son un refugio fresco del calor abrazador del medio día donde se percibe una actividad que no había visto antes. Descansar bajo un guadual y escuchar el concierto espectacular con sonidos de múltiples pájaros es una maravilla, las chicharras inundan el espectro sonoro con su chillido, de repente se callan y dejan oír otra bocanada de sonidos de aves ocultas.

La topografía ondulada sin elevaciones pronunciadas facilitó la colonización y el cultivo de la tierra. El monte quedó reservado a los lugares que eran inaccesibles o de difícil trabajo como las cimas heladas de los páramos y los desfiladeros. El monte es lo que no se deja trabajar, esta condición de inaccesible lo hace al mismo tiempo salvaje, lo convierte en un lugar indómito.

Ideas sueltas Hay dos ideas generalizadas sobre la naturaleza: la primera es la idea de una naturaleza dadora de vida y sustentos, como alimentos, agua y maderas. La segunda entiende la naturaleza como enemiga que nos ataca, aquella que se nos presenta como fenómeno natural adverso, fiera o plaga que amenaza y devasta nuestras frágiles posesiones. En una perspectiva de vida sustentada en lo eficiente y productivo, regida por estándares de calidad elevados sobre productos agrícolas que deben ser perfectos para obtener mayor ganancia, no tiene lugar lo “otro” natural, lo que es impredecible y aleatorio, lo que no tiene un fin productivo en sí mismo y simplemente está ahí.

Las dinámicas sociales de narcotráfico y violencia han sido responsables en buena parte del proceso de extinción de los agricultores. “Los traquetos” son quienes se están apropiando de las tierras para hacer fincas hoteleras y monopolizan el negocio de la producción y venta de alimentos como los huevos, la cebolla y el tomate. La fuerza pública está impotente ante las mafias o en el peor de los casos las ampara, dejando al campesino en una situación de indefensión que lo obliga a asumir otros modos de vida y desplazarse.

Especies en peligro, Don

El desayuno, Don Wilson en la vereda

Wilson en el cultivo

Los Alpes, Montenegro Guayaba Arazá, dibujos en la libreta

Miércoles, 4 de julio

El día dura más en Montenegro; con las montañas elevadas distantes, el sol se demora más en cruzar el firmamento, regalándole más luz a la tierra; la prueba es que los pájaros se mantienen activos desde las 5:00am hasta casi las 7:00pm. Entre la vereda los Alpes y La Esperanza el canto de las aves es sobrecogedor en la mañana y la tarde. La variedad de cantos es apabullante, todo el día a todas horas se escucha el ruido de lo natural; en el día son los pájaros y las chicharras, en la noche los grillos y alguna ave nocturna. A esto se suma el ruido de la gente hablando en las casas o trabajando en las huertas. Por las noches se escucha también el bullicio de un grupo de personas emparrandadas que llegan a las fincas hoteleras.

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Paisaje privatizado Las personas que tradicionalmente viven en la región se ven amenazadas por las nuevas dinámicas económicas del lugar. El interés económico actual apunta más hacia el turismo que al trabajo agrícola. La gente no desarrolla una vida propia en la que establece nexos fuertes con la tierra, sino que se dedica a crear una especie de postal que ofrece al turista. Deja de tener una conexión vital con el espacio para dedicarse a tener lista la simulación que el turista vivirá. Su casa no es su casa, es el lugar acondicionado para atender a otros. No prepara su comida, más bien establece un menú con el que intenta complacer al visitante. El paisaje no es ni un paisaje natural, ni un sembrado del cual se sacan las provisiones, el paisaje se convierte en prototipo del área natural o agrícola para el esparcimiento: una zona vasta y plana de grama, unos cuantos árboles que den sombra – en su mayoría foráneos, árboles de mango o una palma africana. Los campesinos son víctimas de los programas apresurados del gobierno; en su momento les pidieron arrasar con el monte y les pagaron por ello, el terreno debía ser idóneo para

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la actividad agrícola, cultivar café era la nueva orden que se acogió con gusto pues significaba trabajo y progreso. El café cayó en decadencia porque el gobierno no pudo establecer políticas que posibilitaran la permanencia del cultivo. Se implantaron nuevos cultivos como el del plátano y el banano, mezclados con otros como el maíz, la habichuela, el pepino, los cítricos, etc. Ahora los campesinos agricultores se están viendo desplazados por la nueva estrategia económica y comercial que se impone en este territorio, el turismo. La finca hotelera con sus parcelas muy bien delimitadas por rejas, privatiza definitivamente el paisaje, es un escenario construido para visitantes transitorios, mientras sus dueños viven en un plano secundario, casi invisibles, como sirvientes atentos. Historias y mitos El tres pies. El tres pies es un ave de mal augurio. Cuando este pájaro canta junto a una casa o un cultivo donde trabajan los agricultores, anuncia la llegada de la muerte o la visita de cualquier calamidad. Es difícil de observar, casi nunca se posa en un lugar despejado y acostumbra hacerse entre los matorrales o en la frondosidad de un árbol. Su canto tiene un melancólico sonido aflautado que inunda el espacio. Oscar dice que no cree en el agüero del tres pies pues él lo escucha cantar todo el día y en todas partes, “Si fuera verdad la superstición significaría que todos los días a todas horas alguien se está muriendo o llevando del bulto.”

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en contra del propio organismo, igual sucede con las personas y el planeta” Hay algo profundamente atractivo en la contemplación de formas que se repiten. La tierra cultivada no solo nos gusta por los frutos que nos proporciona, también complace nuestra mirada. La unidad y lo repetitivo nos proporciona una monotonía placentera. Lunes, 16 de julio

“Dios no está en las iglesias, cuando yo veo una semilla de tomate que es una cosa tan chiquita, una pepita, y que de ahí sale una mata que se llena de frutos y que usted le puede sacar kilos y kilos de tomates, ahí es donde yo veo a Dios, ahí es donde yo digo ¡ese es Dios!” Don Wilson. Jueves, 19 de julio Polluelos recién nacidos, nido de un Arañero amarillo o

Pájaro tres pies (Tapera Naevia)

Basileuterus Flaveolus en una mata de habichuela

Sábado, 7 de julio

Martes, 10 de julio

Desde que llegué todos en la casa me hablaron mal del Guatín. La descripción de este animal es variada: “Es como un chigüiro pero más flaco”, “es como un conejo pero sin orejas”, “es como una ardilla pero sin cola”, “es como un perro o un gato de alto”, para mí el guatín es solo una sombra que pasa rápido. El guatín o Dasyprocta Fuliginosa, es un mamífero roedor nativo que se alimenta especialmente de frutas y raíces, sintiendo una gran predilección por los tubérculos de la yuca cultivada. El fuego es cruzado entre guatines y agricultores: los primeros se alimentan de los cultivos, por su parte los campesinos los cazan para proteger lo sembrado y se alimentan de la carne del guatín a modo de compensación por las pérdidas que ocasiona el escurridizo animal. Le propuse entonces a los jóvenes y niños de la casa hacer una actividad de dibujo donde lo representáramos, fue un disfrute hacer la actividad, incluso se habló de “lo bonito que era el desgraciado”. Aunque la percepción del guatín como una plaga no varió mucho, ese día hubo una tregua, pero la guerra se mantiene.

La conversación giró en torno a estas tres preguntas: ¿Qué es la naturaleza? ¿Qué no es la naturaleza? ¿Hace el hombre parte de la naturaleza? Don Wilson definió la naturaleza como lo que mantiene el equilibrio de las cosas y produce oxígeno. Oscar dijo que las cosas que hace el hombre no son naturales y generan sobrepeso al planeta pues tienen aditivos. Esta afirmación generó el debate entre Óscar y Cristian, ya que éste insistió en que los aditivos químicos también provienen de la naturaleza. Oscar cerró la conversación diciendo: “Creo que el hombre si hace parte de la naturaleza, pero el hombre es el cáncer de la naturaleza. Así como en el cuerpo humano se producen células cancerígenas que son parte de él pero que actúan a lejan dro garc ía

Volvimos a las disertaciones acerca del peso de las cosas. Según Óscar las acciones humanas le generan un peso extra al mundo. “Nosotros le generamos peso (al planeta) con cada edificio que construimos, con los carros que se hacen, con todo, eso genera peso”. Según Don Wilson esas cosas no generan peso pues son hechas con las materias primas de la tierra: “Yo digo que eso no genera peso porque eso lo tiene la tierra, pero los seres humanos al ser tantos son los que realmente pesan más”. El sobrepeso no está en las creaciones humanas sino en la humanidad misma que ha sobrepoblado la tierra. Óscar insiste en que a pesar de que las materias primas provengan de la tierra misma, los químicos que se les echan para producirlas les agregan peso, un peso que no es el natural. La modificación genera peso. Según Óscar, no solo la sobrepoblación humana le genera más peso a la tierra, también el hecho de que una sola persona pueda pesar lo que pesan 10. Según don Wilson quizás las cosas estén más “balanceadas” que antes, “pues este mundo antiguamente eran meras montañas (con monte), hoy en día están talando todos los montes, y un árbol tiene que pesar toneladas y toneladas”. Viernes, 20 de julio

[Actividad con 16 niños de preescolar de la Institución Educativa General Santander, entre los 4 y 5 años] Cuando se 81


les preguntó a los niños ¿Qué es la naturaleza? Estos contestaron que los árboles, los animales, las matas, los tigres, las flores y la hierba. Cuando se les preguntó ¿Qué no es la naturaleza? Los niños contestaron: Las casas. Cuando se les preguntó ¿Ustedes hacen parte de la naturaleza? Los niños dudaron y la respuesta estuvo dividida entre algunos que afirmaron que sí y un grupo mayoritario que respondió que no.

Luego de presentarme y explicarles a grandes rasgos mi ocupación y las razones por las que había ido de visita al Quindío, debí hacer una demostración de mi habilidad en el dibujo para su hijo David de 13 años, quien me exigió que dibujara un peluche de un oso panda que él mismo apresuradamente buscó, para poder hacer valer mis credenciales. Al final terminamos los dos dibujando y ganándome la confianza del chico.

Viernes, 20 de julio

Lunes, 23 de julio

La vida es impredecible para todos. Un campesino cultiva la tierra con esmero y procura controlar todas las variables posibles para lograr una óptima cosecha; un día por la tarde pasa un vendaval y arranca todo lo sembrado de raíz. La señora que programa salidas guiadas para los turistas, coordina una visita al Parque del Café, el tour incluye la entrada, el almuerzo y pases para todos los juegos del parque; ese día a las 11:00am una joven se suicidó en una de las atracciones del parque y debieron cerrarlo para hacer el levantamiento. Un pájaro migra desde el norte hasta la calidez del trópico, elabora con maestría un nido en las ramas de un árbol frondoso del que al parecer hace poco recogieron sus frutos; el sol pasó cuatro veces sobre el firmamento, al quinto día se inició la poda de todos los arboles de aguacate.

“¿Viste esa señora escogiendo esas vainas de frijoles en media carretera cuando veníamos del río? Esa si es la pura campesina. Increíble que la gente pueda ser feliz en esa soledad tan brava.”

Sábado, 21 de julio

Al mediodía salimos en moto para Génova. En el trayecto de Montenegro a La Tebaida no podía dejar de estar atento a la cantidad de zonas privadas, cercadas con rejas metálicas y recubiertas con arbustos; definitivamente este es el paisaje natural urbano. Una naturaleza controlada, podada de manera prolija, estandarizada y desprovista de cualquier característica autóctona. El entramado de arbustos es tupido y uniforme, es agradable como todo lo uniforme, aunque carente de interés por monótono, su propósito fundamental es impedir que los transeúntes husmeen desde el exterior hacia el interior. [16 s ra] occidente

“Una cosa es que uno se vaya con una batea a sacar oro en un río, incluso se pueden ir mil personas a sacar oro con batea al río. Otra cosa es que lleguen con la draga y le cambien el curso al río para sacarle el oro. Pero a esos si no les dicen nada.” [Explotación minera en el río Barragán por parte de una multinacional] Martes, 24 de julio

Cuando volvimos a Montenegro la familia estaba desgranando unos chócolos para hacer tortas y arepas, Julián tenía antojo hacía días. El sembrado de maíz estaba en cosecha y no se podía desaprovechar la oportunidad, además las loras cariazules ya estaban acabando con él. El contraste entre el ajetreo de la ciudad contrapuesto a la tranquilidad de las áreas rurales, el paisaje que rodea a las personas humildes en el entorno urbano y el rural, no hizo más que confirmar la dignidad con que se puede llegar a vivir en el campo en comparación con la hostilidad de las urbes. Son las mismas personas en uno y otro lado, con las mismas necesidades básicas, las mismas carencias, del mismo estrato, con las mismas ansias de vivir, pero en un entorno natural que los dignifica. La naturaleza

Alejandro García: Cruce, 2018. Video instalación. Cortesía “la condición de estar aquí”

provee lo necesario para vivir. La ciudad, margina. Martes, 25 de julio

Como tenía planeado salir en el último bus, me dediqué a hacer los últimos recorridos por el lugar. Hasta el final de la residencia hubo sorpresas y encuentros afortunados. Fui a mirar los nidos de los Arañeros amarillos (Basileuterus Flaveolus) en el sembrado de habichuelas y uno de ellos ya contaba con 3 polluelos. La natua lejan dro garc ía

raleza es azarosa e impredecible para los humanos, pero al mismo tiempo nuestras acciones traen males o fortuna a otros seres que habitan este mundo con nosotros. Somos también una naturaleza impredecible para ellos. En la casa desde que me levanté comenzaron a darme las razones por las cuales no debía viajar: ¿Usted se va ir hoy? Que afán. ¿Cuándo es que viene la suegra de Cristian con el queso para que hagamos los “envueltos” de

chócolo? Los hacemos el viernes y usted se va el sábado. El viaje fue aplazado un día más y a mi equipaje se sumó un bulto repleto de chócolos, aguacates, plátanos, habichuelas, limones, un puñado de semillas de arazá, los mejores recuerdos y mil arrobas de gratitud. Agradecimientos: Don Wilson Alberto Mayo y su familia Don Julio Cesar Gallego

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El Encanto residencia de laura martínez y nadina marquisio Ubicada en zona de paramo entre los departamentos de Quindío y Tolima dentro de la jurisdicción del Parque

Los frailejones nos reciben cuando ingresamos al páramo. Cambia el paisaje, el suelo y el aire. El barro ya no es rojizo de tierra colorada, ahora es lodo volcánico, negro y viscoso. Nuestras paradas son cada vez qmenos espaciadas y sentimos dificultad para respirar. En uno de los picos más altos a 4.000 metros de altura, cruzamos la cima de una montaña con vientos que alcanzan los 90 kilómetros por hora. Nos cuesta sostener la conversación con James. Pisar mal implica hundirse en el barro y cargar más peso en las botas. Comenzamos a dimensionar la exigencia física del viaje…

Natural Los Nevados. 9 horas de caminata en recorrido de montaña de alta dificultad con desnivel acumulado de 1880 metros.

(A lo lejos y en contraluz, los frailejones aparecen como una magnífica horda de indios guerreros, erguidos y orgullosos, vigilantes de su montaña. De cerca, esos penachos de terciopelo amarillo inspiran ternura. El suelo está cubierto de restos de frailejones secos, muertos. Son muy vulnerables. Ellos también van a desaparecer…) Nos despertamos muy temprano justo para ver salir el sol. El amanecer, de un dorado difícil de poner en palabras, nos regala una hermosa imagen desde la ventana: el nevado del Tolima, completamente despejado, nos saluda. La niebla hace bailar la luz como si hubiera amanecido de buen humor. Será un buen día, pensamos.

“Hemos caminado casi 15 de las últimas 24 horas. Sentimos un cansancio que no conocíamos. A las 8 de la noche ya estamos en la cama. En nuestro cuarto hay dos camarotes pero decidimos compartir una litera para darnos calor. Tomamos las cobijas de las otras camas y nos sepultamos debajo de ellas. Hasta ese peso duele en los músculos. Este es un frío que no conocíamos”.

Nadina Marquisio (Argentina, 1985) Artista multidisciplinar y cineasta. Laura Martínez Duque (Colombia, 1987) Cineasta y periodista. Fundadoras del colectivo cinematográfico Gallito Films. Han dirigido y producido cortometrajes como “Puma, mi bienamado”, “La esencia sonora de la sombra”, “La Providencia”, “1982” y “Ezeiza” que participaron en festivales como Clermont-Ferrand, Tampere, Bafici,

“A la fuerza aprendemos a controlar nuestra mente para hacer funcionar el cuerpo. Estar aquí implica someternos a condiciones que desconocíamos. El cuerpo responde, haciéndose más resistente, solo si la mente lo ordena. Después de 4 días hemos desactivado la percepción del frío, o por lo menos, hemos intentado desplazarla del centro de nuestra atención. Como si estuviéramos en otro planeta en el que es normal que el cuerpo tiemble de esa manera. No volvemos a comentar el frío”

Huesca, Uppsala, Hamburg, Kurzfilmtage Winterthur, Kinoforum, Signes de nuit, entre otros. Su primer largometraje documental, “Juntas”, se estrenó en París en el festival Cinema du Réel en la categoría Mejor Ópera Prima. Además fue parte de la selección oficial de múltiples festivales y ha hecho un gran recorrido en museos y espacios de arte. En 2017, “Juntas - Proyección Sonora”, una pieza sonora que compusieron a partir del material de su primer documental, se presentó en el Museo de Arte Moderno de Medellín, el Museo de Arte Moderno de Bogotá, el Festival Internacional de la Imagen, Sonodoc y FLORA ars+natura.

Panorámica de la Laguna El Encanto

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1 - 11 agosto, 2018 Día 1 / miércoles, 1 de agosto

Viajamos de Medellín a Pereira para llegar a Salento desde donde partiremos mañana, 2 de agosto, hacia La Primavera. Este hospedaje de paso, para montañistas que buscan llegar a los nevados del Tolima y Santa Isabel, será nuestra casa los próximos 20 días. Llegamos de noche a buscar comida en la plaza principal del pueblo y, mientras devoramos unas empanadas, nos sorprende la cantidad de extranjeros que nos rodea. En una típica fonda paisa la música de Galy Galiano se confunde con el parloteo en francés de todos los clientes del lugar. Salento parece una colonia europea enclavada en el Eje Cafetero. Regresamos al hostal a preparar nuestras maletas con ropa, equipos de grabación, computador y algunos víveres que llegarán a destino cargados en mulas así que todo debe ir empacado a prueba de agua y de posibles golpes. Decidimos dormir y descansar, nos espera una caminata de 8 horas…

Día 2 / jueves, 2 de agosto

A la mañana nos encontramos con James, nuestro guía de alta montaña. En la plaza tomamos un jeep hacia Cocora y nuestra caminata inicia a las 7:30 de la mañana. Atravesamos el valle de las palmas de cera para internarnos en la selva húmeda. Cruzamos ríos y puentes colgantes junto a otros turistas que hacen senderismo en la reserva ecológica. Sin darnos cuenta vamos dejando atrás el eco del agua y el camino se hace cada vez más estrecho, seco y empinado. Comienza el ascenso. El sendero está adornado de carteles con fotos y descripciones de las especies endémicas: osos, pumas, cóndores, pequeños y grandes roedores. Triste obituario ilustrado pues gran parte de esta fauna ha desaparecido para siempre. Los animales que sobreviven han sido desplazados de su hábitat por

el turismo y otros, pocos, se reproducen en cautiverio. Lo único a la vista -salvo algunas aves- son los perros que llegan hasta la reserva persiguiendo turistas desde el pueblo. Agradecemos las paradas que hace James cada vez que oye algún pájaro cerca. “No todas las aves son pájaros, pero todos los pájaros son aves”, nos enseña. Los pájaros son de menor tamaño y tienen un canto particular, una melodía. Luego de 4 horas de caminata llegamos a Estrella de Agua, una parada estratégica donde almorzamos sopa y tomamos aguapanela. James nos advierte que el camino será cada vez más difícil para llegar al páramo. Vamos a subir más de 2.000 metros de altura y por suerte, dice, nos acompaña el sol. El tramo final del viaje -las últimas 4 horas tal vez- se hace lento y pesado.

Cometemos el error de preguntar con insistencia (como niñas chiquitas) cuánto falta para llegar. James intenta hacernos reír y darnos ánimo. El cansancio duele en todo el cuerpo y de nada sirve sentarse a recobrar el aliento pues es difícil reanudar la marcha y quietas sentimos más frío. La mente comienza a jugarnos en contra. Hay que respirar y pensar únicamente en pisar tierra seca. Finalmente, tardamos más de lo previsto y luego de 9 horas y media llegamos a destino. Es de noche y nuestros cuerpos tiemblan de frío y cansancio. Solo nos queda energía para tomar la sopa que nos ofrece Doña Mabel, la dueña de la finca. Sin duda, esta fue la prueba física más dura de nuestras vidas. Día 3 / viernes, 3 de agosto

A las 6:30 de la mañana ya estamos desayunando. La cocina de doña Mabel es el único espacio cálido de toda la finca gracias al horno de leña en el que prepara comida para grupos de 10 a 20 turistas. Se levanta todos los días muy temprano a ordeñar, hacer queso y moler maíz para hacer arepas. Todo lo que comemos, además del gusto de lo hecho en casa, tiene la magia del “sabor a leña”. James nos guiará hasta El Encanto, una laguna ubicada a 7 kilómetros de La Primavera sobre la cual elaboraremos nuestra obra en residencia. Debemos aprender el camino para llegar solas los próximos días. Se trata de un trayecto que no supone ningún riesgo, pero luego de oír tantas historias sobre viajeros perdidos a causa de la niebla del páramo, estamos algo inquietas. Emprendemos la nueva aventura. James va atando retazos de cinta verde en algunos arbustos a la vera del camino. Eso y los carteles de señalización deberían ser suficiente, sin embargo, nos describieron una niebla capaz de envolverlo todo a tal punto que es imposible ver a un metro de distancia. En ese caso, no veríamos ni cintitas ni carteles. Nos aconsejan caminar siempre en la mañana y evitar la tarde.

Nevado del Tolima

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Señal en La Laguna El Encanto

Valle del Cocora

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(Aprendemos a decir “nubado”. Hay algo poético y preciso en este giro coloquial pues el fenómeno dista mucho de la niebla que conocíamos. En estas montañas, a esta altura, sí parece que las nubes bajaran a tocar la tierra. A la vez hay algo ame87


nazante en esta presencia que desciende de la montaña, aparece de la nada y ha cobrado muchas vidas. ‘El cielo esta nubado’ suena a mal presagio) Vamos contando las quebradas, los portones y haciendo marcas mentales. Capturas de memoria. Hacemos muchas paradas y nos cuesta respirar como si aún cargáramos el cansancio del día anterior. Este camino supone ascender unos 200 metros más y el cuerpo lo siente. Por suerte el paisaje se abre y al menos descansamos visualmente. A lo lejos vemos el Nevado del Tolima por primera vez. El trayecto de El Encanto a La Primavera es de 2 horas y media, casi 3. Lo que supone una jornada de 6 horas de caminata ida y regreso. Seguimos aprendiendo a controlar nuestra mente a través de la respiración. James nos habla de la hipoxia, la falta de oxigenación del cerebro que se manifiesta en el habla. Curiosamente lo sentimos hoy más que ayer: balbuceamos, decimos incoherencias o cosas que no queremos decir.

Día 4 / sábado, 4 de agosto

El sol nos acompañó hasta ayer. El día amanece gris, lluvioso y más frío todavía. Conocemos un nuevo elemento que compone nuestro cuadro cotidiano: el viento. Nos hace recordar un documental sobre el suicido masivo de unos jóvenes en la Patagonia Argentina. El director viaja, atraído por las extrañas circunstancias de los hechos, y concluye que una ola invernal sin precedentes fue la causa de la tragedia. El frío insoportable, el aislamiento y el sonido enloquecedor del viento hicieron que treinta adolescentes se quitaran la vida. Este viento sacude la casa como si fuera capaz de derrumbarla. Se cuela por las maderas y las tejas generando un sonido que logra estremecernos. Es cierto que el viento enloquece…

(Nos quedamos en la habitación, Laura no se siente bien y tiene fiebre. Nadina comienza a leer Walden. Los cuerpos piden reposo…) Después de almorzar la lluvia cesa. Alistamos los equipos y salimos a registrar paisajes sonoros por los alrededores de la finca. Gracias a este ejercicio de deriva y escucha, encontramos el disparador de nuestra obra: NIEBLA Plano blanco Sonido blanco Desaparición -------------------------------------------- Encantar Domesticar Dominar Atraer

Día 5 / domingo, 5 de agosto

La casa amanece casi vacía, no hay turistas como todos los días. No tenemos que esperar para usar el baño ni debemos ceder el puesto en la mesa. Así que desayunamos sin prisas y entre charlas con doña Mabel. Decidimos bañarnos por primera vez desde que llegamos. En la finca no hay forma de calentar el agua que baja directamente del páramo y es tan fría que parece quemarnos el cuerpo. Después de unos minutos bajo el chorro la piel queda entumecida y no sentimos nada. Hemos cruzado “el umbral del dolor” y ya estamos del otro lado.

Laguna El Encanto, cortesía de las artistas Laura y Nadina Dago de regreso a casa

La niebla corriendo por las montañas

Nos alegramos al divisar la laguna y el Nevado del Tolima cada vez más cerca. Por efectos de la altura y el sol la superficie de agua refleja una luz fulgurante. Hemos llegado a El Encanto. (La laguna es hija del nevado. Cuando la montaña se deshiele completamente la laguna desaparecerá. No falta mucho tiempo. Ya es posible ver la marca que muestra cuánto han mermado sus aguas. Se sabe también que los glaciares del Nevado del Tolima y el Santa Isabel, custodios de la laguna, habrán desaparecido completamente para el año 2030) [16 s ra] occidente

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Nuestra cotidianidad se ha llenado de carencias. No hay agua caliente, no hay electricidad, no tenemos un lugar para sentarnos a trabajar; Debemos llevar todas las basuras con nosotras y reciclarlas en nuestro cuarto. Compartimos el baño con decenas de personas y obedecemos pequeñas reglas que imponen la casa, el frío y la convivencia. Preparamos la cámara y el trípode. Salimos a buscar una imagen. Deriva + Intuición El alma de cada individuo es idéntica al alma del mundo y contiene lo que el mundo contiene. Cada individuo debe buscar su relación original con el universo. Nota del traductor de Walden de Henry David Thoreau La Primavera está enclavada en el medio de dos colinas. Cuando aparece la niebla queda contenida entre estas paredes naturales. Mientras capturamos imágenes del paisaje blanco una mula se cruza, por azar, frente a nuestra cámara. Aparece y desaparece. Empezamos a pensar el horizonte como esa línea que marca un límite virtual y etéreo alterado constantemente por múltiples relaciones. Animal --------------------- Paisaje -------------------- Humano Paisaje Alterado ------------------------ Paisaje Domesticado Deforestación / Arrieros / Especies foráneas / Montañismo / Turismo / Cultivos Filmamos durante toda la tarde. (La niebla aturde. Sabemos que viene bajando por las montañas porque se oye como una máquina que ruge. Una bestia metálica. En cuestión de segundos todo es blanco. Estamos a pocos metros de distancia, la una de la otra, sin vernos y sin escucharnos. Nuestra voz sale en forma de vapor y pierde la batalla contra ese humo espeso que lo envuelve todo. Gritamos hasta el cansancio. Intentamos grabar el sonido de la niebla y no se escucha nada. ¿A qué suena el blanco? ...) Día 6 / lunes, 6 de agosto

Mientras desayunamos, doña Mabel nos cuenta que la noche anterior encendió una vela a la Virgen para que el clima me[16 s ra] occidente

jorara. Hoy iremos solas a la laguna por primera vez así que necesitamos buen tiempo y le agradecemos. Doña Mabel se burla de nuestro miedo a perdernos. Partimos en silencio, cada una concentrada en sus pasos y atenta al camino. Todo se reduce a pisar bien, a elegir donde poner el pie, a recuperar el equilibrio si trastabillamos. Puro tiempo presente de una acción mínima que no nos permite divagar. La mente está en función de eso. Es un ejercicio muy interesante. En El Encanto recuperamos el aliento. Nos sentimos vigorosas y decidimos subir una colina frente a la laguna para filmar el reflejo del cielo en el agua. Para lograr el plano cenital que queremos tenemos que subir unos 200 metros más, pero el camino cuesta arriba es mucho más difícil de lo que parecía. Recordamos lo que James repetía: “La montaña castiga, la montaña regaña, la montaña sabe. Hay que aprender a escucharla…” Hacemos un poco más de 100 metros hasta que Nadina no puede seguir ascendiendo. Se marea y comienza a llorar. Entendemos que no debemos subir más y que la montaña se ha manifestado. Gracias a eso, por detenernos en ese punto, conseguimos el encuadre justo. Desde ahí vemos una larga hilera de montañistas que cruzan el camino en dirección a La Primavera. En cámara se ven como pequeños puntitos de colores moviéndose lentamente. La escala y las dimensiones, a esta altura, confunden. El ojo debe reconfigurar todo lo que conoce. También conocemos otra cara de la laguna. El viento mueve el agua que irradia destellos con los colores del cielo

“nubado”. Se forman remolinos de mil texturas por minuto. El efecto es hipnótico. Ahora entendemos su nombre, su encanto.

Doña Mabel, su hijo Sebastián y Nadina ordeñando la vaca

De regreso en la casa encontramos la pequeña cocina y el corredor abarrotados de montañistas. Los puntitos de colores que compusieron nuestros planos son 32 turistas que llegaron a alojarse en el refugio. Doña Mabel parece no dar abasto despachando platos de comida. Compartimos el cuarto con una mujer mayor que desistió de acampar con su grupo porque no resiste el frío. Esa noche somos tres insomnes por culpa del viento. Duelen los pulmones y duel los oídos. Mañana intentaremos registrar el sonido que nos mantiene despiertas. Día 7 / martes, 7 de agosto

Amanecemos cansadas. El cuerpo pide una pausa. Desayunamos de últimas, cuando todos los turistas se han ido. Pensábamos leer buena parte de la mañana pero en la cocina Doña Mabel nos retiene con sus relatos. Cambiamos de planes y preferimos acompañarla a ordeñar asegurándole que sabemos cómo hacerlo. Una vez más ella se burla cariñosamente de nosotras afirmando que la ciudad “emboba a la gente”. Efectivamente nuestras dotes para el ordeño son un chiste al lado de su talento. Unas mulas se han perdido cerca de la casa y doña Mabel nos invita a acompañarla en su búsqueda. Aceptamos gustosas pues es un placer escuchar sus historias, además, nos asegura que estaremos muy complacidas con la vista que ofrece el lugar. Caminamos más de una hora cuesta arriba para llegar a una gran meseta llamada “la línea” desde donde se divisan los tres nevados: Santa Isabel, El Paramillo y El Tolima. Desde ahí, doña Mabel nos muestra el rastro de la deforestación de la tierra a causa del cultivo de papa. Aún hoy, cuenta, muchos campesinos queman grandes extensiones de páramo para hacer crecer el pasto que alimenta el ganado.

Observando el horizonte junto a “Pinina”

En la tarde decidimos visitar La Playa, una finca aledaña. Queremos averiguar la posibilidad de alquilar un caballo para realizar unas tomas. Nos atienden Jhon Freddy y Luz y nos invitan a tomar un café. Vemos un televisor encendido por primera vez l au ra m art ín ez y n adin a m arq u isio

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en muchos días. Perdimos la noción del tiempo y el contacto con el mundo exterior: es 7 de agosto, el nuevo presidente de Colombia se posesiona. Las imágenes de la pantalla chocan con el escenario que nos rodea. Hay algo de todo eso que nos resulta violento. Intercambiamos comentarios y nos sentimos incómodas de irrumpir en esa casa, en esa realidad tan diferente a la nuestra. Hemos escuchado muchas historias de los tiempos en los que la guerrilla azotaba esta zona. Aquí celebran la llegada al poder de ese hombre cuya posesión parece saboteada por el clima. Aquí, la paz es otra cosa. (Hay realidades y tierras cuyos sustratos no conoceremos del todo nunca. Hay diferencias y abismos. Acá somos nosotras las invasoras. ¿Qué nos estamos llevando nosotras y con qué se quedan ellos?) Debemos administrar muy bien la carga de nuestras baterías. Hay un solo panel solar en la finca y no alcanza a abastecer la demanda. Turistas y guías hacen fila para cargar sus celulares. Nuestro computador se ha descargado completamente por el frío y Doña Mabel nos permite conectarlo a su generador pero la batería no responde del todo. Tenemos una sola oportunidad de revisar el material registrado hasta el momento.

Queremos repetir la escena de la mula que se cruzó por azar. Recordamos un ejercicio de la universidad llamado Repetición y Variación a través del cual buscaban enseñarnos que no hay dos planos iguales. Siempre hay un cambio -por más mínimo que sea- y más aún cuando entran en juego factores como la luz del día. Aquí, además, tenemos viento, neblina y una mula enferma. Lo bello de aquel ejercicio era entender que en la variación aparecen nuevas cualidades y muchas veces la magia. Nadina lleva la mula hasta lo más alto de la colina y comienza a cruzar la montaña de un lado al otro. Laura debe controlar el plano y sostener el sistema de bolsas para evitar que el agua llegue al lente. Sabemos que no sirve de nada gritar para darnos indicaciones, la niebla ya insonorizó el espacio. Así que confiamos y repetimos la escena una y otra vez. En otras condiciones filmaríamos de más y “por las dudas”. Aquí estamos obligadas a ser rigurosas principalmente por la energía. La de nuestros cuerpos y la de las baterías. Nosotras nos cansamos fácilmente y sabemos que los equipos también se descargan más rápido. La altura nos ha enseñado la austeridad. Subir una colina para repetir una toma o cambiar de encuadre quita muchísima energía así que no hay lugar para el error. O, en todo caso, no son errores. Abrazamos la contingencia y el azar. Sabemos que la montaña nos entrega lo justo… (“La montaña sabe. Hay que aprender a escucharla…)

Finca la Primavera, hospedaje de las artistas durante la residencia

Por la tarde nos sentimos bajas de ánimo. O grises como el día. Decidimos salir simplemente a caminar. Sin la presión de grabar, filmar o llegar a algún lado. El paseo nos despeja la mente y comenzamos a pensar en el montaje de la obra. Se nos ocurre incorporar el movimiento, la idea del trayecto y el desplazamiento. La transformación del paisaje y del caminante.

Día 8 / miércoles, 8 de agosto Día 9 / jueves, 9 de agosto

Las mulas tosen como hombres viejos. Hay una gripa equina que enfermó a todos los animales de La Primavera y la Playa. Doña Mabel nos presta a ‘Pinina’ para hacer unas tomas y la sacamos del establo en medio de su acceso de tos. El sonido es particularmente humano. [16 s ra] occidente

Llueve, llueve y llueve. El frío nos demostró que podía ser aún peor. Nos cuesta salir del cuarto y contemplamos la idea de regresar antes de lo acordado. Si no podemos salir a filmar, si no podemos trabajar en el computador, si ya grabamos el ulular del viento desde los cuatro rincones de nuestro cuarto… ¿Tenemos todo lo que necesitamos? ¿Pudimos haber hecho más?

Cocina de la finca La Primavera

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Es un día lúgubre… Por la noche, mientras comemos, charlamos con doña Mabel sobre nuestra situación. Ella nos hace saber que en los próximos días viajará a Salento para quedarse una semana entonces nos quedaríamos solas en la finca o acompañadas de algunos turistas. Tácitamente, nos aconseja volver. Entendemos que parte del proceso de creación tiene que ver con percibir cuándo es hora de irse. El cine nos ha enseñado la importancia de la duración de un plano, de una escena. Hay que saber cuándo cortar. Decidir el comienzo y el final. Tenemos que volver a la laguna antes de lo pensado y por última vez. Es muy importante que el clima nos acompañe. Día 10 / viernes, 10 de agosto

Último viaje a El Encanto. El día amaneció gris y lluvioso pero sospechamos que irá mejorando. Tenemos la suerte de ir en compañía de Carlos, un guía que quedó “atrapado” en La Primavera debido al mal tiempo y debe esperar para ascender al Nevado del Tolima con su grupo. Creemos que Doña Mabel lo convenció de ayudar a sus niñas flojas, pero en todo caso, parece feliz de acompañarnos. Nos lleva por un atajo y gracias a eso tenemos otra vista de la laguna. Al llegar, el cielo se ha despejado completamente y Carlos nos cuenta un mito que ha sobrevivido en su familia de generación en generación: Los hombres que caminaban por estas tierras evitaban bordear la laguna pues unas fuertes olas, como remolinos, se alzaban a su paso y amenazaban con ahogarlos. Decididos a hacer algo arrojaron un bulto de sal en el centro de la laguna para acabar con el encanto. De ahí el nombre. Decidimos subir a otra colina para conseguir más planos cenitales. Animadas por nuestro guía llegamos más alto que antes y, gracias al viento y al sol, contemplamos un hermoso espectáculo de [16 s ra] occidente

remolinos en la laguna. Carlos se emociona porque nunca había visto los remolinos de la laguna que confirman la historia de su familia. Felices nos despedimos de la montaña, de la laguna y de su encanto. Carlos se ofrece a llevarnos de regreso a Salento. Pero, si aceptamos, tendríamos que viajar mañana pues él debe volver a su excursión. Todo se precipita y tenemos que tomar decisiones. También se nos arruga un poquito el corazón… hay algo de esta rutina que ya nos pertenecía. Y uno se encariña. Día 10 / sábado, 11 de agosto

Por suerte Doña Mabel también parte hoy. Nuestra despedida queda diluida en el afán propio de los viajes y disimulamos nuestra tristeza. Quedamos prendadas de aquella mujer fuerte y amorosa que se burlaba de nosotras con gracia. Nos preguntó si volveríamos por aquellas tierras y solo atinamos a decir “uno nunca sabe”… El camino de regreso parecía -en teoría- más fácil. Bajar y bajar sin el esfuerzo de ascender. Pues bien, nuestras rodillas también conocieron un nuevo tipo de dolor. El trayecto duró lo mismo y llegamos a Salento casi sin poder caminar. Como era sábado la cantidad de turistas era abrumadora y el barullo nos hizo sentir mareadas. Advertimos -por las caras de algunos turistas- que no teníamos buen aspecto. Estamos felices de regresar y algo nostálgicas. Sentimos, además del cansancio, un profundo agradecimiento. (Bañarse con agua caliente por primera vez en diez días...)

Laura Martínez y Nadina Marquisio: Solo el blanco desaparece, 2018. Video instalación y composición sonora. Cortesía de “la condición de estar aquí”.

Agradecimientos: Doña Mabel y su pequeño hijo Sebastián

Esta fue, sin duda, una de las grandes experiencias de nuestras vidas.

Nuestros guías de alta montaña James y Carlos

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La Esperanza

Francisco José Peláez (Medellín, 1984). Para mí, desde un principio

residencia de francisco josé peláez

estuvo claro que dibujar era un fantástico pasatiempo, pero no una

Vereda en el departamento de Quindío, a 30 minutos de

profesión. Por eso aplacé la práctica

Armenia sobre la carretera que se dirige a Montenegro.

de tiempo completo hasta la edad de veintisiete años. Para mí dibujar es pensar: si uno no entiende, si algo se escapa de su mundo, si algo es demasiado abstracto, uno puede ensayar a dibujarlo, o si no puede

El dibujo es el único “lugar” en donde puedo ser realmente libre, verdaderamente capaz, y lo defiendo a capa y espada. Uno no hace buenas obras para complacer a nadie, ni por gratitud, ni por seguir los parámetros de alguna residencia que así lo ha pedido. Las mejores cosas deben suceder en el momento y por eso creo que esta residencia fue para mí más fructífera de lo que hubiera sido, digamos, un proyecto controlado en un ambiente dispuesto para tal cosa. En cuanto a La Esperanza...solo quería estar ahí, como la cantidad de perros y gatos que yacen tirados al sol, sin pensar en nada más que lo que tienen frente a los ojos.

dibujarlo, puede describirlo. Después de pasarme toda la vida dibujando un mundo del que no lograba apropiarme, fui pasando naturalmente a hacer historietas cortas, narraciones gráficas con las que lograba dibujar cosas que no tienen presencia en el mundo físico, como los sentimientos, la sociedad, la economía y el amor.

Torre de tres pisos en guadua, en casa de la familia Acevedo Noreña en La Esperanza

“No se hermano, no sé cómo quitarme de encima esta manera de sentirme indigno. De sentir que le estoy robando a alguien o a algo por venir a pasarme el día dibujando”.

Casa en La Esperanza

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1 - 25 julio, 2018 10 de julio

Me digo a mi mismo: “Dibujar es pensar”. Hay quien diga que leer es pensar, pero uno lee y puede hacerlo de tal manera que simplemente se limite a recoger una información que se le da. Escribir: eso sí que es pensar, porque implica tomar el pensamiento concreto, visible, y convertirlo en ideas abstractas. Aun así según se ha oído decir, el verdadero pensamiento, la asimilación de contenidos tal y como se busca en la psicología moderna, solo viene con la escritura manual. Sólo cuando se imbrican de manera inextricable el trabajo manual con el cerebro y confluyen, tiene lugar la anhelada sinopsis; a ese respecto la escritura a máquina es mucho menos efectiva y es posible que el escribiente termine su ensayo sin siquiera saber qué ha escrito. Pero entonces, ¿qué es la escritura manual sino hacer garabatos? Dibujar es pensar. Y sin embargo, el del dibujo y la escritura se revelan a veces como procesos bien insuficiente para comprender el mundo. Recién vengo de justificarles estas clases a los niños con el dudoso argumento de que “si no pueden entender algo o no les cabe en la cabeza, ensayen a dibujarlo”, pero ¿acaso comprendo mejor el amor por dibujar parejas de enamorados? El pensamiento, al ser de esta manera consignado se ralentiza de modo que puede ser considerado inconveniente, pero acaso sea aún más perjudicial el rápido pero nebuloso pensamiento que es grabado tal como sale sin apenas procesarlo. Recuerdo la novela de Ajedrez de Stefan Zweig… 13 de julio

Estuve caminando por la vereda. Me ofrecí para dar clases de dibujo pero no fui aceptado. Al final es una cosa lógica ¿o es que acaso usted termina aceptándole a cualquiera cualquier cosa que le viene a ofrecer? En fin, que iba yo caminando sin [16 s ra] occidente

saber qué hacer y apareció Alejandro que me ayudó con eso. Ya más relajado y sin el apuro de ir a Pueblo Tapao a pedir permiso para dar clases de dibujo, me fui a buscar algo que dibujar y encontré una casa con una valla anaranjada. Me senté a dibujarla y en esas salió el dueño-más bien el hijo del dueño de la casa- un peludo alto y flaco llamado Yeison que me estuvo preguntando muchas cosas y que traía al lado un chivo de tres meses de nacido llamado “colombianito”. Me dijo que volviera para que fuéramos a unos guaduales a dibujar un nacimiento de agua. Les regalaron el chivo, pero la mamá de él quería una chiva para tomar leche en la casa, no para vender, ni con fin comercial alguno. Fui tan güevon de entrar a otra escuela y en esta sí fui aceptado. El lunes 16 tendré clase con los niños. 16 de julio

Estoy aquí en la escuela esperando a dar clase. No recuerdo haber estado tan aterrado desde que yo mismo estuve recluido en un colegio como éste.

Cultivos de piña en La Esperanza

A los niños les gustó la intervención y tuve cuando menos un gran logro: uno de los niños, que soñaba con ser futbolista, ahora dice que quiere ser artista, otro de ellos con familia de tradición militar, también quiso ser artista. Dos rescates para la posteridad. 18 de julio

Acabo de soñar una versión criolla y artística de Ocean´s Eleven. No recuerdo la mitad de los detalles pero desperté con la sensación de haber soñado una serie larguísima, que sería el cómic más soberbio de mi carrera. 19 de julio

Esta vereda, y el Quindío en general está viviendo una dura transición. Ellos han sido y se siguen haciendo llamar un departamento cafetero, pero los

Calle de Montenegro

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robos, la caída de los precios y otras cosas han hecho que el cultivo de café se pierda en favor de otros cultivos como la piña, el plátano y, recientemente, el aguacate. Un par de plagas se comen el plátano y las otrora grandes fincas productoras se vuelcan hacia el turismo.

Me sentí heroico por dar el taller en la vereda Baraya, aunque no quise repetir la experiencia. No esperaba enseñarle a nadie a dibujar, apenas abrirles en algo las fronteras de la imaginación.

22 de julio

Los tres sufren de displasia de cadera en mayor o menor grado, y aunque se nota a la distancia que sus mejores años pasaron ya hace mucho tiempo, es verdad que la vida de la finca gira en torno a éstos tres animales – buen tema de discusión sería la relación entre los veredanos y sus animales domésticos – perros, gatos y un chivo llamado colombianito que vi por ahí.

Agradecimientos: Familia Acevedo Noreña, especialmente

23 de julio

a Don Fernando, Doña Martha y

Ya casi llega la hora de decir adiós a mi pequeña aventura, no sé si sentirme un triunfador o sentirme muy fracasado. La única certeza es que es una experiencia que tiene que agradecerse. No sé si pasa con el resto de los pasantes pero para mí esta fue una oportunidad única para despertar, de a pocos, capacidades investigativas que la molicie y la zona de confort han tenido adormecidas desde hace rato. Todos o casi todos mis dibujos han sido furtivos, a nadie le he pedido que me pose, ni he pedido permiso de dibujar a nadie, ni he buscado que la gente me cuente sus historias; una vez en una cantina se enteraron de que yo dibujaba, un borracho me preguntó si yo iba a ofrecerle el dibujo a los “protagonistas” y otro quiso saber si por cien mil le dibujaba a la familia en un tablón. Cualquiera de esas opciones me parecieron horrorosas y pagué y me fui. El dibujo “in situ” se vuelve más que una técnica, un estilo de vida: tiene uno que estar siempre dibujando y cada vez se tiene menos paciencia con técnicas hiperrealistas de dibujo que exigen detalle y precisión. Es verdad que esta experiencia ha elevado mi fuertemente mi capacidad como acuarelista, pero he notado que en el afán de hacer expresivo el cuadro distorsiono la perspectiva en maneras que se hacen poco verosímiles, y no son como una buena fotografía. Aquí hay ojo de poeta, una enredadera que en Medellín y Rionegro se ha expandido como plaga arrasando con todo, pero que aquí aún no está identificada. Igual tienen otras plagas con que lidiar. [16 s ra] occidente

Doña Yolanda. Julio Cesar Gallego, encargado de la biblioteca en Montenegro

24 de julio

Amaneció mojado y lluvioso, con lo que el ambiente luego de esta muerte se vio más triste aún. …creo que es cierto que ese solo fue el pretexto necesario para un evento que era para la familia tan necesario como para mí; sé que originalmente me quería hospedar en la finca que él cuida – y donde ahora duerme Julio- eso no explica que doña Yolanda y doña Martha me hayan aceptado y que tanto ellas como sus hermanas me hayan recibido con un amor y una familiaridad que debo agradecer infinitamente porque me facilitaron dejar en algo la prevención y el miedo propios de quien no sabe hacerse cargo de sí mismo, y me han hecho sentir incluso importante y necesario para ellas. Doña Luz Mary, la mayor de las hermanas, llegó incluso a sugerir que pidiera un alargamiento de mi estadía y todas ellas me han pedido que vuelva después. Quisiera estar a la altura de su amistad; por ahora solo puedo decir que esta familia, igual que yo, está atravesando una transición, de la que mi hospedaje es una pequeña parte, y también como yo, no tienen idea de qué es lo que sigue.

Francisco José Peláez: Existiendo en la Esperanza, 2018. Acuarela sobre papel. Cortesía “la condición de estar aquí”

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Pueblo Tapao

Fernando Valencia Salgado (Calarcá, 1960). Maestro en Artes Plásticas de la Universidad de Caldas, realizó

residencia de fernando valencia

estudios en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en Ciudad de México, becado por Artesanías de Colombia. Cuenta con una trayectoria como artista de más de 20

Pueblo Tapao es un corregimiento del municipio de

años, exhibiendo su obra en Colombia y otros países en

Montenegro ubicado a 30 minutos de Armenia.

escenarios públicos y privados. Ha obtenido diferentes reconocimientos entre los que se encuentran el Primer Premio del I Salón de Octubre (Armenia, 105 Años), Mención de Honor del XIII Salón de Artistas Quindianos y Mención de Honor en Pintura del IV Salón de Artistas del Quindío; entre las exposiciones colectivas nacionales de las que ha participado están “Imagen regional II” del Banco de la República, “X salones Regionales de Artistas” zona cafetera, “VIII Salón Regional de Artistas” zona Cafetera, Vista desde Pueblo Tapao

entre otras. Vive y trabaja en Calarcá.

“Falto tiempo porque este se escapó entre los niños y el lugar; me los goce y en ningún momento sentí carga laboral y en el frenesí del trabajo se fueron los días y se acabó el tiempo que se volvió corto, di lo mejor de mis conocimientos y estoy seguro que dejó huella en esta tierra cercana pero distante donde se deja sembrada una semilla”.

El paisaje es exuberante porque se está en una colina y se domina una planicie, el entorno es amable al igual que sus gentes y hay una vida animal que ya no se encuentra en mi lugar de origen. En determinado momento en este caserío obtener un servicio de hospedaje o restaurante fue una odisea pues en este lugar no esperaban más que a sus residentes; fue cuando alguien se dio cuenta de la falencia de estos servicios que estaban siendo solicitados por viajeros, que intervino la sala de su vivienda, adecuó su casa y la transformó en un híbrido entre casa y negocio multifacético: servicio de restaurante, recepción y hospedaje, cafetería y también para una cita de amor. Una casa normal donde lo atienden como si lo conocieran hace mucho tiempo y por la misma plata le dan repite o encima de cafecito o más bogadera. La fórmula de los alimentos en este lugar serían estilo de la abuela y de aquí se trasmitiría la noticia y el chisme del momento

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Atardecer en Pueblo Tapao

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1 - 25 julio, 2018 Buscar una ruta y un objetivo cuando el horizonte esta nublado es confuso porque la visibilidad es nula, sólo cuando se ha llegado a ese espacio es posible entender la magnitud del problema de estar aquí, este lugar planeado no es el rincón domesticado al que se ha accedido, aunque este rincón es tan cercano al rincón de origen tiene unas condiciones adversas como el clima, la economía, la comodidad, entre otros aspectos. Al aterrizar aquí se comienza a sentir una cierta incertidumbre porque no se conoce nada. Hay un clima de vacaciones, están en el campeonato mundial y el lugar es invadido por gente foránea. Me dirigí al Centro Renacer donde me hubiera gustado quedarme pero la señora cobraba como hotel cinco estrellas. Le dije que yo tenía que desarrollar una labor de docencia en técnicas, que podría ser un taller sobre calceta de plátano que les serviría a los señores que ella cuida. Ella se ofreció a aportar los materiales, que de hecho tenía en la finca, a comprar lo que hacía falta, a convocar la gente y hasta a dar refrigerio. Así quedamos. De igual modo les comunique a ustedes en Pereira lo que creía un hecho, pero la señora que parecía normal, en reali-

dad tenía manías. El lugar era similar a una novela llamada la casa de los cuervos donde se conversan con las miradas y cualquier intruso es revisado minuciosamente por ellas, llegando al punto en que son más amables los perros que lo saludan a uno. En la segunda semana de estancia el caserío amaneció sin turistas, las clases empezaron, bajó la tensión del futbol, el tiempo fue real porque ya no existía el nerviosismo del campeonato. Ofrecí mi servicio a la escuela Marco Fidel Suarez; allí el rector me conecto con el profesor de artística de esta institución, al cual le conté que iba de parte del Ministerio de Cultura y la idea curatorial “la condición de estar aquí” y le ofrecí mis servicios y asesoría sobre diferentes técnicas, él encantado me dijo que había pensado en máscaras para una obra de teatro y que tenía dos escuelas a cargo para dar artística. Le dije que el proceso para la elaboración era lento, que había que apurar y así comenzó una jornada educativa y el reconocimiento de los moradores del lugar, se compartió la jornada de la tarde para dictar clases en el punto vive digital dejando registros por los mismos alumnos, los niños jugaron y se divirtieron haciendo, rayando, aprendiendo, coloreando, moldeando arcilla y pegando papel para construir sus máscaras.

Casa en Pueblo Tapao

Este lugar es lejos en apariencia, pero cerca ya que cuenta con buenas vías de comunicación a la capital Quindiana. El entorno es rústico en transición a ser colonizado por edificios y condominios que poco a poco absorben el lugar, que se compone de seis cuadras. El servicio de estar aquí es costoso, es para turistas, solo cuatro casas tradicionales pelean contra la colonización de los constructores. En los fines de semana llega un furor de gente que atraviesa el caserío porque tienen muy cerca el parque del café. Como si las personas adultas pasadas de años en este lugar hicieran culto al astro rey el sol, salen sagradamente a diario a recibirlo a las primeras horas del día, se asoman en sus puertas y debajo

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Hospedaje del artista en Pueblo Tapao

de los aleros de sus casas a tomar los calurosos rayos, esto lo hacen intermitentemente hasta que comienza su puesta en el horizonte y se guardan en sus moradas; también en ésta se da vida a otra ceremonia el día sábado a primeras horas, las casas cobran vida, todo es alborozo, las personas jóvenes del lugar entre cuentos y chismorreos se peinan, se acicalan, hacen alarde de su destreza para maquillarse y organizan la pinta del día eligiendo el atuendo más llamativo porque quizás llegue el amor de su jornada de trabajo de la semana, quizás caiga en sus redes un turista adinerado o como mínimo una salida a algún lugar del caserío a degustar un bocadillo, “una pola con bailada incluida” o visitar a la suegra para desatrasarse del cuento de la semana. 105


Desde el viernes en la tarde comienza el cortejo, el tiempo es corto, como la vida de un insecto que nace inmediatamente a fecundar a la pareja, el sábado y el domingo son los días que durará el frenesí y como si nunca hubiese pasado nada el pueblo dormirá los siguientes días. Los pobladores y negociantes de este pequeño caserío comienzan una acelerada maratón para limpiar los locales y asadores, sacudir, organizar, retocar, adecuar, para su majestad el visitante que son propios y extranjeros, quienes entrarán a las polvorientas calles del lugar y se dispondrán a ser atendidos por una linda lugareña para atrapar el cliente, quien tendrá a su menester polas, chorizos, pollo asado, pinchos, raspao de fruta, plátano asado, ropa, bermudas, gorras y quizás una azotadita de baldosa, para que se vaya iniciado o caído de la perra y “aquí mismo le tenemos dormida”.

sor de artística no concibe que sus sueños se hagan realidad, los encargados del centro digital y la escuela no entienden cómo estos conocimientos llegaron aquí de la nada porque constantemente me lo preguntaban incrédulos y evidenciaban cierta suspicacia ya que algo así no se regalaba y más cuando llevaban tiempo atrás pidiendo estos servicios a las entidades del gobierno sin encontrar respuesta. Todas estas entidades estuvieron prestas a facilitar materiales y espacios convenientes para la realización de las clases y mantener el orden.

Agradecimientos: Al finalizar el trabajo de residencia en el corregimiento de Pueblo Tapao (Montenegro,

El transcurrir de los días me lleva a tener gran familiaridad con los pobladores, ellos generan cierto respeto hacia uno por los conocimientos y los niños cariño y expectativas por lo que tenga para darles. A diario los sorprendía con una clase y eso los convertía en una clientela ávida de conocimientos.

Quindío), quiero con estas palabras agradecer a la Institución Educativa Marco Fidel Suarez, a su rector Jorge Eliecer Largo y al Docente Mauricio Urrea, al Punto Vive Digital, a su administradora

Fernando Valencia: Hospedaje, restaurante y recepción, 2018. Diorama. Cortesía “la condición de estar aquí”

Luz Marina Arias quienes me han facilitado las cosas para que el trabajo colaborativo con la comunidad llegue a un feliz término, por eso para

En la escuela se dejaron realizadas unas máscaras que después serán usadas en obras de teatro, entre ellas la máscara de la patasola y el mohán. El profe-

mí es un verdadero placer utilizar este espacio para expresarles mis agradecimientos.

Fernando Valencia: Calle de la espera, 2018. Diorama. Cortesía “la condición de estar aquí”

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La Pizarra

Luz Adriana Quiceno Quiroga (Armenia, 1970). Diseñadora Gráfica de la Universidad Jorge Tadeo Lozano con Maestría en Artes Plásticas y Visuales de la Universidad Nacional de

residencia de luza quiceno

Colombia sede Bogotá. Entre sus exposiciones individuales

quiroga

están “Concierto Sonoro de Campanas” Parroquia del Pueblo (Circasia, 2018), “Cordisofono” Archivo Audible de FLORA ars+natura (Bogotá, 2017), acción sonora

La Manga, finca del abuelo, ahora es

“Efectos cordiales (un solo de corazón)” Fundación

el barrio La Plancha en el sector de la

Calle Bohemia Octavo Performance por la vida Ma. Teresa

Pizarra en el municipio de Circasia en

Hincapié (Armenia, 2017), instalación y acción sonora

el Quindío.

“In Corde Cordis” Universidad Nacional (Bogotá, 2016). Colectivamente ha participado de las exposiciones “Acción Sonora Colectiva Escultura Sonora Baschet” Universidad Antonio Nariño (Bogotá, 2017), “Imagen regional 8” Banco de la República (Medellín, 2015), “Arte consciente” Casa Ensamble (Bogotá, 2014), “Salón de artistas Quindianos”, mención de honor con la obra Catar-sis (Armenia, 2012) y La Manga, foto de 1990

Doña Angelina y Juana la lora

“Tierra nueva” Museo de Arte Contemporáneo MAC (Bogotá, 2012). Sus intereses actuales están orientados a lo sonoro, a acciones donde involucra el cuerpo, el espacio, la instalación sonora con objetos, la imagen y el video. Vive y trabaja entre Bogotá y Armenia.

Fueron dos años con mis padres y hermanos allí, a todo el sector se le llamaba la pizarra por ser un terreno más bien plano. Yo era la pequeña y no había más niños de mi edad en la finca, pero no tuve tiempo para aburrirme; era un disfrute descubrir el entorno, subirme a un árbol y quedarme por ratos divisando el paisaje y escuchando; también jugar con tierra, piedras, agua de la lluvia y llamar con mi voz a las gallinas para que se juntaran en el patio a comer su maíz. La finca, y sobre todo la huerta, me dieron el descubrimiento de la siembra y la cosecha, la tierra negra y desnuda se abrigaba con el paso del tiempo: brotaban zanahorias, lechuga, repollo, rábanos, maíz, fríjol verde y cebolla. Era hermoso ver surgir la vida en sus formas y colores, para luego disfrutarlos en la mesa.

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“El recuerdo, la memoria, van caminando en diferentes espacios de la vida, estar aquí es estar siendo con lo nuevo y sus potencias. El recuerdo es un espacio infinito de combinaciones, relatos e imágenes, quizás una forma de hacer que se actualiza con los lugares, el cuerpo y el otro. Lo que fue (como lugar o sitio específico) tiene una carga energética en movimiento, que permite que ese territorio sea un campo de creación con sus fuerzas vitales, con sus intensidades. El recuerdo del latín re: de nuevo y cordis: corazón (volver a pasar por el corazón) permite que encontremos un plano lleno de afectos y afectaciones. “La condición de estar aquí” es estar siendo”. Estendedero de ropa comunitario

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6 - 30 julio, 2018 El recuerdo, la memoria de haber estado allí cuando era pequeña El lugar, los afectos, las afectaciones, el cuerpo, la relación con el entorno, la vida, los sonidos. ¿Cómo es mi condición de estar aquí, de lo que fue y es hoy? Estar aquí… Ahora como hace muchos años atrás, me encuentro sentada observando y escuchando el entorno. Antes me abrigó la sombra de los naranjos y entre los palos de café el arrullo del viento entre las hojas. Aún recuerdo el olor del ambiente, de niña feliz en el cafetal pude experimentar el sonido de este paisaje, de los pájaros azulejos, del petirrojo liberal y del cucarachero; en este momento, como en ese momento, suena la sirena de bomberos porque son las 12:00 del día…muchos momentos aquí en el cafetal, a solas entendiendo que era feliz si juagaba con lo que me rodeaba. Tantos momentos.

Antes y después. La Manga / Barrio La Plancha

Después de muchos años estoy en el “mismo” lugar, el de mis entrañas. Aquí con el recuerdo de la imagen, del juego, del silencio. Los sonidos han cambiado, los nuevos habitantes del barrio construido por casas de dos plantas sobre la que antes había sido la finca del abuelo, me regalan sus voces y radios y sonidos de motos, configuradores del nuevo territorio. Escucho pájaros, voces, motos y gallos. Preguntas, pensamientos, respuestas…Monólogos ¿Cómo se aborda el lugar a partir del recuerdo? ¿Cuál es mi condición de estar aquí? Entendiendo condición como un estado con características particulares del ser y del estar, ¿o la situación en la cual me hallo a partir de unas experiencias? Vuelvo a estar aquí, donde el espacio deviene sensible, intensivo, pasado por el corazón. La pizarra, sector donde ahora queda el barrio La Plancha, funciona como una metáfora para estar aquí siendo, con el entorno, en el presente, con las personas, con el otro. Me lleva a reescribir, a relatar y a recoger esos nuevos relatos que enuncian un movimiento desde lo sensible. Justo cuando estaba allí sentada sonó la canción “aire que respiro en aquel paisaje donde vivo yo “. Sí, aire que respiro,

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tierra que piso, paisaje que vivo. Sonidos que me cuentan, que ya no están, que se cruzan… Imagen génesis y su migración territorial y cosmológica La tierra es pigmento del territorio. Negra, nutrida, sostiene mis pisadas, las abriga, las reescribe. Después de saber que ese hermoso espacio donde viví parte de mi niñez con mis padres no era el mismo, quise volver en mi edad adulta. La finca del abuelo (La Manga) que había sido cafetera ya no estaba. Recorrer el camino hasta el sector donde existió, fue el inicio de esos recuerdos que de nuevo volvieron a mí. La finca fue “loteada” entre once hermanos después de morir la abuela materna. En la vida todo cambia y se transforma. Ya mi madre unos años atrás me había contado que en ese terreno estaba siendo construido un barrio pero yo no podía imaginarlo y guardaba todavía los cafetales, la casa, las cocheras para los cerdos, la huerta, el beneficio y la elba (donde se procesaba y secaba el café), el árbol de chachafruto, los naranjos; ese espacio, ese que precisamente tanto sentí y viví. El palo de madroños a la entrada de la finca también quedó en la memoria - pocas fotos quedaron del lugar-, veo su imagen como si fuera ayer: sus hojas verdes y sus madroños amarillos semidulces de piel corrugada; el lugar donde estaba sembrado ahora es un camino sin pavimentar y al frente se alza el barrio La Plancha. Fue un golpe fuerte pasar de mis imágenes a un presente de cemento y ruido. Donde estaban los cafetales, la casa, el patio, las cocheras, la elba, el fogón de leña, el beneficio, la huerta, los árboles frutales y demás, posa ahora una gran mole de casas sencillas de dos pisos con sus nuevos habitantes. Solo se mantiene el potrero que antes fue cafetal y ahora conserva un tío, donde en aquel entonces contemplé el susurro del viento entre las matas de plátano, los cafetos y los árboles. Un espacio mágico para una niña de diez años.

Parada en el patio donde jugué de niña

Aquí coexisten los relatos del pasado y del presente. Las imágenes vívidas reconfiguran el lugar, haciendo de él un traslapamiento de todas esas condiciones: recuerdos, juego, formas, olores, sonidos. Todas condiciones que se avivan en un plano deseante, donde reposan estímulos que ponen el recuerdo y la vida en movimiento. luza q u ic en o q u iro ga

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El olor de la guayaba me devuelve a la vida Cagajón: estiércol de caballo recogido en el potrero. Muchas casas del sector fueron hechas antiguamente en pañete (cagajón, barro y agua). Esterillas de guadua para hacer las paredes en las casas de bahareque. Anteriormente aquí estuvo la finca de mi abuelo y en 1996 fue comprada por un señor que a su vez la vendió por lotes. Al cabo del tiempo se asociaron varias personas y compraron micro lotes a una constructora para comenzar a construir sus casas. Lo último que quedó fue la casa de la finca que era hecha en bahareque (guadua, madera, esterilla y pañete de cagajón), la habían llamado la casa madre de encuentros para los asociados.

Pedazos de baldosa encontrados en las dos calles del barrio

La Plancha Las personas adultas son un tanto reservadas y desconfiadas, los niños son sueltos, alegres y se relacionan libremente con el entorno y sus habitantes, juegan futbol en su gran patio de tierra frente al barrio y en un pequeño parque con columpio, deslizadora y pasador de mano. En el patio se alzan varios palos de guadua con alambres que conforman el estendedero de ropa comunitario; cada familia sabe de quién es la ropa que se pone al sol. Las personas de este sencillo y hermoso lugar me hicieron abordar mi vida adulta desde la cotidianidad de un tiempo que va sin afanes; con los niños volví a ser una niña en medio del juego, los talleres y el relato. Las personas del barrio escuchan música de cantina buena parte del tiempo, carros y motos transitan y su ruido se entremezcla con el paisaje sonoro de las voces, los ladridos, el canto de los pájaros, las chicharras, los gallos, el viento, los ecos y el bramido de vacas y terneros. A un costado del barrio el señor Carlos -campesino a mucho honor- se ha construido una pequeña finca que llama “Finquita el Agrado”, la hizo con sus propias manos, es colorida y tiene una pequeña huerta. A los habitantes de este sector les entregaron su casa en obra negra y cada familia ha ido pintando y organizando su vivienda a su gusto y con sus posibilidades. Varias personas me refirieron que el lugar es tranquilo para vivir…con muchas carencias sí, pero tranquilo y muy sano. Cagajón seco que parece piedra

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La Manga, la pizarra Ubicarme espacialmente y sobreponer imágenes del pasado y del presente me llevaron a la pregunta: ¿Cómo volver tangible el recuerdo de lo que viví aquí? ¿La experiencia, las sensaciones, las afectaciones? ¿Cómo abrigar este presente desde mi pasado? Con el transcurso de los días encontré una respuesta, ser aquí. Bajo esta condición de Pizarra (como el tablero) se pueden a modo de metáfora reescribir cosas; sobreponer capas e intercambiarlas.

Agradecimientos: A mis tíos Quiroga Trujillo (Mercedes, Margarita, Gonzalo e Isabelita), por sus dibujos y relatos referentes a la finca del abuelo A mi madre, Rosa Quiroga, por su recuerdo profundo de lo que había sido la finca y su vivencia allí

El intercambio permite deconstruir lo que llevamos construido, dejarse sorprender por el otro permite que las cosas más bellas se develen; como ver en una nube un tigre o llamar a un azadón de más de 20 años de trabajo “una gatica”, apreciaciones éstas de una niña y un campesino que de nuevo me hicieron ver con otros ojos. Un espacio incontrolado y no pensado para la producción artística resulta ser un espacio despojado de prejuicios artísticos y estéticos, ideal para la sorpresa, lo nuevo, lo diferente, donde se vuelve importante acoger sin juzgar, dejar que el otro y lo otro sea en el encuentro y los procesos; entender que los demás, cuando salen al encuentro, llegan para donar nuevas formas de percibir el mundo, que constantemente cambia y se transforma.

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Agradecimientos especiales a los actuales habitantes del barrio La Plancha, Sector La Pizarra en Circasia, Quindío quienes me ofrecieron su amistad y relatos Gratitud infinita a los niños Julián y Zumaira Avedaño, Juan Camilo Rincón y Simón Ramírez, quienes con su alegría y creatividad me dieron la posibilidad de adentrarme en su presente. Luza Quiceno Quiroga: Venga es un azadón, 2018. Acción sonora, video e instalación. Cortesía “la condición de estar aquí”.

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Calarcá

Felipe Florez (Caldas, 1987). Maestro en Artes Plásticas de la Universidad de Antioquia, con un diplomado en

residencia de felipe florez

Laboratorios de Formación e Investigación para la Promoción de las Artes Visuales. Se ha desempeñado como docente del pregrado en Artes Plásticas de la Universidad

Está localizada a 6 kilómetros de

de Antioquia y en el pregrado en Artes Plásticas de la

Armenia, la capital del Quindío.

Universidad Nacional sede Medellín. Su trabajo ha sido expuesto en diversas instituciones, ferias y galerías como la Alianza Francesa de Medellín, el Banco de la República, el Centro Colombo Americano de Medellín, el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, el Museo de Antioquia, el Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe, Casa Tres Patios, ARTBO entre otras. Ha sido ganador de la Beca de Creación para Artistas Emergentes del Ministerio de Cultura (2016), Nuevos talentos en el arte de la Cámara de Comercio de Medellín (2013) y ganador también de la Beca para la creación artística de la Alcaldía de Medellín (2012). Vive y trabaja en Medellín.

Casa típica del centro de Calarcá

La conexión existente entre el robo de la espada de Bolívar por parte del M-19 y dos escritores de Calarcá, es el punto de partida de esta residencia.

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Julio 16 - agosto 25, 2018

Agradecimientos:

Felipe Florez: La espada y la pluma, 2018. Escritura colectiva

Jose Nodier Solorzano

mediada por herramientas digitales. Programa de generación de

Castaño David Alejandro Florez

Ángel Castaño Guzmán

Restrepo

Tatiana Velásquez

Luis Fernando Londoño

Edwin Vargas Bonilla

Aristizábal

Gladys Bernal Garibello

texto Raspberry Pi modelo B, impresora de inyección de tinta y material documental. Cortesía “la condición de estar aquí”

Libaniel Marulanda

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PROYECTOS VINCULADOS AL COMPONENTE DE FORMACIÓN Andrea Zúñiga en Neira, Caldas

Andrés Felipe Valencia en Caracolí, Antioquia

Carlos Mario Vera en La Unión, Antioquia

David Aronnax García en San Isidro, Risaralda

Las ideas se dan porque en determinado momento están ya dadas las condiciones que las hacen posibles, y tal vez la única “novedad” surge por la singularidad de las personas que participan de su desarrollo; así, esta curaduría propuso una serie de preguntas y metodologías que vio luego materializadas en los procedimientos de decenas de artistas que respondieron a su convocatoria. El caso de los cuatro artistas que fueron invitados a participar del componente de formación es el caso de personas que desde tiempo atrás (en algunos casos podríamos hablar de años) sitúan su práctica y entienden su condición de “artistas” en medio de vínculos estrechos con comunidades y lugares específicos de la región, sin preocuparse de cómo su hacer escapa disciplinas convencionales para responder de múltiples y “contaminadas” maneras a la realidad que los rodea y los otros con los que colaboran. Ellos fueron entonces invitados a proponer actividades pedagógicas en el marco del componente expositivo del salón, que pudieran vincular a los espectadores con alguna parte del proceso que continuaron al interior de sus comunidades. Presentamos aquí fragmentos de las bitácoras y comentarios que surgieron de 25 días de trabajo intenso en sus propios lugares, proponiendo una suerte de extrañeza sobre los que son sus ejercicios cotidianos, ahora enmarcados en una reflexión sobre la condición de estar aquí. [16 s ra] occidente

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Neira, Caldas andrea zúñiga

Andrea Zúñiga Delgado (Neira, 1993). Artista Plástica en formación en la Universidad de Caldas (2018), con estudios de tres años en Ingeniería Química en la Universidad Nacional. Recientemente estudia Percusión y Música folclórica. Es integrante fundadora de Colectivo Concienciarte, Arte y Educación; Colectivo Las Profesionales, Creadoras de Contenidos para Inexpertos y Colectivo Maleza, Arte y Feminismo. Su trabajo consiste en mediar -a través de metodologías, ejercicios, dispositivos- entre los seres humanos y lo que nos rodea; estimulando el aprendizaje de maneras alternativas, entendiendo que éste determina no sólo lo que sabemos o ignoramos sino también como vivimos con nosotros mismos y con el entorno. Trabaja desde el arte y la educación

están enfocadas principalmente en que el espacio y el tiempo se expandan para dar lugar a un encuentro que era improbable de otra manera. Por ello mi propuesta no pretende ser una “creación artística” dentro de lo que tradicionalmente entendemos por obra, sino que busca acercarnos a la vida diaria a través de la sensibilidad, la creatividad, la atención, el juego y el afecto. Para ello son vitales las personas, y por eso era necesario vincularlas, de diversas edades, disciplinas, barrios y personalidades: a mi familia, mis amigas, mis colegas como colaboradoras, y a quienes por azar o por decisión también encontramos de repente en un parque o una calle cualquiera como participantes. Las piezas elaboradas no pretenden ser algo digno de colección, son instrumentos de acción, vías de comunicación, pretextos para dialogar. Son PUENTES, quieren hacer parte de la vida, de un contexto determinado. Quieren ser vías de conocimiento, de encuentro; son directas, explícitas, evidentes, requieren de la participación del otro de forma clara, urgente.

convencida de que son prácticas vitales para conocernos de otra forma y por tanto sentirnos, habitar, interpretar y re-crear la realidad. Vive y trabaja entre Neira y Manizales.

Conectar con este mundo Me agrada mucho la expresión “propuestas estéticas”, devuelve el arte a la vida cotidiana, sugiere que más que una gran obra es una idea sensible. Nos invita a salir del relato hegemónico del arte occidental para aceptar que los fenómenos estéticos ocurren todo el tiempo en todas las latitudes, inesperadamente. Me agrada porque dentro de ella cabe mi convicción de que no podemos vivir de otra manera que no sea estética, y que esa vivencia no depende de cánones, técnicas, movimientos, convocatorias o eventos. Me interesan las acciones que podemos idear para conectar con ese mundo, participar juntas en la construcción de un relato local que hace parte de un relato de región y de país mientras el tiempo se sucede. Las acciones que propuse durante mi trabajo

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Residencia en Neira Durante mi residencia en el lugar en el que nací y he vivido durante toda mi vida, Neira, Caldas; me sorprendió sobre todo mi propio desconocimiento de la vida local, el pequeño temor que sentimos al intentar acercarnos a otras personas y la aparente necesidad de migrar a “centros” –capitales, ciudades más grandes, países más prósperos, modelos de vida lejanos de nuestras necesidades y contextos- en busca de experiencia, crecimiento, “progreso”. Me sorprendieron mucho las conversaciones con las personas que encontrábamos y también los diálogos posteriores con quienes estaban colaborando en la propuesta. Surgía esta idea de que para la generación joven, Neira, la periferia, no es concebida como “un imaginario posible”. Muchas personas jóvenes no hacemos parte de la vida diaria, de los sucesos corrientes… vivimos en una especie de pueblo residencial en el que no se estudia ni se trabaja masivamente, es decir, se viene a dormir.

Se pegaron más de 70 carteles de “Yo estoy aquí” en distintos lugares de Neira para que las personas interactúen

Devolviendo el mundo a otros centros

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No ser parte de la vida de nuestra comunidad nos hacía cuestionar muchas cosas. ¿Por qué siempre tenemos la idea de que debemos partir de nuestras regiones a buscar “el progreso”? ¿Qué nos obliga a estudiar, trabajar, y desarrollar nuestros proyectos vitales en otras latitudes? ¿Por qué teníamos opiniones sobre los adultos jóvenes y adolescentes que “se quedaban” como sinónimo de espera, de mediocridad, de fracaso?

Lo que más comprendo de este intercambio artista-comunidad-lugar, es la importancia de lo local, lo micro político, lo que está sucediendo colectiva y cotidianamente; que con este salón todos podemos dar relevancia a otras voces. Que más que un espacio de exhibición es un espacio de enunciación, encuentro y creación que se sale de sus fronteras y espacios, para propagarse en vías que no podemos cuantificar, registrar, socializar o exhibir.

La residencia como intercambio La experiencia es completamente distinta desde la intemperie. Construir en el fuera, desde la incomodidad, la incertidumbre. Construir buscando la reciprocidad. Es un aprendizaje enorme asumir el temor a lo otro, entenderlo, lanzarse a eso desconocido, pero también profundamente humano. Hay intercambios muy potentes; compartimos todo un mundo simbólico, afectivo, tangible e imaginario con otros seres que sólo pueden ampliar nuestra visión de mundo en general. Nos sitúan en sus prácticas, preguntas y vivencias, nos invitan a repensar el mundo, a ver tantos caminos posibles. Nos permiten imaginar que el arte debe surgir de otro tipo de manifestaciones, que requiere de un trabajo contextual profundo, mucho más consciente. Que requiere ser compartido y dar cuenta de las muchas esferas que nos atraviesan como sociedad.

No buscamos que lo vital se llame obra, que lo precioso y diminuto se llame arte; sin embargo, “creación artística” es una noción que requiere de cambios, pues bajo su nombre es posible reunirnos, trabajar, apoyarnos, debatir, proponer, retorcer sus conceptos, procedimientos y teorías. Quizás a veces me resulte lejana, elevada. Siento que venimos reconstruyendo esta noción, que durante el salón surge la necesidad de promover una que defienda la autonomía, una “creación” que dé cuenta de dónde venimos, para qué y para quién estamos proponiendo; que esa noción haga parte de nuestra propia forma de resistencia y construcción. Que puede vincularse con lo que significa en otros circuitos y sistemas, pero que se mantenga atenta a las necesidades y particularidades de las personas, objetos y relaciones que establecemos con el mundo aquí, ahora, constantemente.

Me parece importante también este intercambio porque remueve muchas nociones en términos educativos. Siento que esta experiencia nos permite mirar las necesidades y posibilidades estéticas, afectivas, culturales de nuestros propios entornos; de nuestros barrios, vecindarios, veredas. Me pregunté bastante por esta clase de exilio que se nos impone al intentar desplegar nuestras ideas en lugares específicos, lejos del “mundo del arte”, sus intereses, sus prioridades, su cobijo. ¿Es nuestro circuito artístico consciente del país en el que surge? ¿Cómo nuestra geografía e historia lo determina o permea?

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1 - 25 julio, 2018

Extracto de bitácora de la artista Andrea Zúñiga

colectivo Las Profesionales,

Orozco, Jairo Hernán Zúñiga

en la ideación y puesta en

López, Jackeline Valencia

A Lorena Franco Rendón del

marcha del Laboratorio de

Villa, Cristy Julieth Patiño

colectivo Concienciarte, en la

socialización “Guía práctica

Ospina, Juliana Ceballos

ideación y puesta en marcha de

para conocer un lugar”.

Rojas, Jhaquelin Hincapié,

la propuesta “Devolviendo el

A quienes permitieron el

Andrés Felipe Orozco, Juan

mundo a otros centros” en Neira.

contacto con las personas y sus

Pablo Hincapié Santa, Leidy

A Aixa Echeverry González del

historias: Alba Cecilia Delgado

Yohana Franco y John Ocampo.

Agradecimientos:

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Caracolí, Antioquia andrés felipe valencia

Andrés Felipe Valencia Murillo (Caracolí, 1989). Artista Plástico de la Universidad Nacional de Colombia con estudios de Diplomado en Museografía y Museología del Museo de Arte Moderno de Medellín. Entre sus exposiciones se destacan “Ganadores Nuevos Talentos” en la Cámara de Comercio de Medellín (2017), “Mejores

En esta ocasión, el punto de partida fue identificar y dar a conocer las características que dan origen o definen las prácticas ganaderas en Caracolí, Antioquia; teniendo entre los objetivos, diagnosticar el porcentaje de fincas que hay en el municipio para proponer prácticas artísticas con los datos obtenidos. Para esto desarrollé una serie de actividades que consistieron en: inventariar y registrar la información sobre la ubicación actual de las fincas ganaderas; reconocer las fincas ganaderas mediante recorridos y visitas; ubicar las fincas ganaderas en un mapa del Agustín Codazzi y divulgar la información recopilada.

trabajos de Grado 2016” en la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín (2017), “Cicatrices y Marcas” en la Biblioteca Pública de la Universidad Pontificia Bolivariana (2016), el Salón Arte Joven de la Universidad Nacional (2016), y Through Our Eyes: Nine Young Artist Perspectives on 21st Century Environmental and Social Justice Crisis en Los Ángeles/Honolulu/Boston/Durham/Medellín (2015). Ha sido ganador del concurso Nuevos Talentos en el Arte de la Cámara de Comercio de Medellín (2017) y de la Beca FLORA-Secretaría de Cultura de Medellín, para realizar una residencia de seis meses en la Escuela de FLORA Ars + Natura (Bogotá, 2018). En los últimos años su trabajo indaga la relación del paisaje de su lugar de origen, Caracolí, con la ganadería. Actualmente reside en Bogotá.

Morada y memoria

Este proyecto nace de mi interés por explorar las relaciones que tienen las personas con el entorno que habitan, cómo inciden en la naturaleza y cómo se valen de los recursos naturales para producir economía. Habla desde la experiencia de crecer y vivir en el campo, haciendo una lectura sobre la relación que se da entre las personas, los animales y la tierra; preguntándose, entre varias cosas, cómo se domestica la naturaleza y cómo se generan nuevos ecosistemas.

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Más que una creación artística entendida desde la producción de obra, Morada y Memoria se piensa como una propuesta estética que redescubre el territorio y su esencia cultural enraizada en una historia que alude a mi memoria familiar, así como a los relatos involucrados en las prácticas ganaderas; que no se pueden desligar ya de las consideraciones ambientales sobre la transformación del paisaje debida a la devastación de los bosques. De esta manera, el proyecto se refiere a un paisaje cultural donde se juegan valores y se pone en riesgo la soberanía alimentaria de la región; buscando dar a conocer el origen de una economía que ha sido importante a nivel local y nacional, mientras acerca el tema de la ganadería a las personas, generando conciencia entre los habitantes de Caracolí sobre el paisaje que habitan y desmitificando la figura del ganadero asociado con el paramilitarismo, la expropiación de tierras y el narcotráfico. Algo que no es así en varios lugares de la región, donde la ganadería ha surgido de la apropiación de terrenos baldíos por parte de familias que han venido, -en el caso de Caracolí- del Oriente Antioqueño, aprovechando los caminos de herraduras, como el Camino de Islitas y El Camino de Juntas, que comunican el Oriente con el Magdalena Medio.

Caracolí, Antioquia. Investigación en campo, proyecto “Morada y Memoria”

Inicialmente las familias aprovecharon estas tierras para la producción agrícola, el café, y el ganado en menor proporción, pero la broca y la roya que llegó

a n drés felipe valen c ia

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en los años 80, acabó con los cafetales y todo lo que había sido cultivo se convirtió en potrero para tener vacas. En esa misma época, muchas fincas entraron en sucesión por el fallecimiento de sus dueños y la posterior repartición de las herencias, entre quienes las vendieron y quienes aún las conservan, definiéndose así el tamaño general de los predios en Caracolí, que no superan más de 80 hectáreas según datos del PAM 2017. Actualmente el problema para los predios de menos de 40 hectáreas, radica en un decreto municipal que impide, a conveniencia, hacer escritura a los terrenos pequeños, de manera que la mayoría de sus dueños solo posean el documento de compraventa. El proyecto, que se empieza a definir indagando la historia de Caracolí, se expande entonces sobre la carencia de investigación que se ha realizado acerca de la ganadería, en un país donde grandes extensiones de tierra están dedicadas a la producción de pastos para alimentar ganado; que a su vez tenga en cuenta los matices regionales de pequeñas unidades familiares donde la vaca hace parte de la familia. Con estas inquietudes, inició el proceso de recolección de información en fuentes oficiales como el POT de Caracolí, el PAM, el POMCA del Río Nus, entre otros registros, libros y entrevistas, terminando en una búsqueda de cartografías en el portal digital del IGAC. Una vez impreso y armado el mapa con el apoyo de un grupo de voluntarios de la Biblioteca Pública de Caracolí, empezamos a ubicar los ríos, quebradas, cerros tutelares, sitios de interés turístico y las fincas ganaderas con sus respectivos sellos; que serían luego confirmados o contrastados con la investigación en campo, a partir de recorridos y entrevistas con los ganaderos, a quienes el dispositivo del mapa ayudó a tomar consciencia del lugar que habitamos.

un inventario de caminos de herradura, que será utilizado por la Corporación de Caballistas y Turismo Ecológico para proponer y planear sus actividades. Breve comentario de Caracolí a partir de los caminos de herradura La historia de caracolí se construye alrededor de caminos de herradura y de sitios de descanso para arrieros, en estrecho lazo con la historia del ferrocarril de Antioquia y de empresarios colonizadores como su fundador, Rodolfo Ceballos, quien se lucró con los abundantes árboles de maderas finas y minas de oro que había allí. Los relatos históricos cuentan que los juegos de azar ayudaron a consolidar este lugar y que ante la escasez del dinero, se pagaban las apuestas con totumas de oro. Luego de ser referenciado como san Felipe de las Barajas, decidieron cambiar el nombre a Sardinas de la Plata, lugar en el que se fundó el primer caserío que se convirtió en aldea y que sería trasladado por su cercanía a la línea férrea, al lugar donde se encuentra actualmente la cabecera municipal. Durante el proceso de investigación en campo, se recopilaron relatos y registros sonoros que han sido transcritos y publicados en un blog que recibe por nombre “El poder de la vaca: historias de ganadería en Caracolí”. A través de un mapa que la experiencia hizo sonoro, aprendí a entablar una relación con los lugares a partir de los sonidos y las voces de sus habitantes. Estos sonidos me han hecho consciente de que cultura, sociedad y paisaje son participantes vivos, sobre cuyas voces puedo editar y componer, trascendiendo la linealidad y temporalidad de las historias.

Caracolí, Antioquia. Investigación en campo, proyecto “Morada y Memoria”

Alberto Torres

Doña Águeda

Alfredo García

Giovanny Usme

Familia Valencia Murillo

Arturo Giraldo

Honorato Zapata

Secretaría de Agricultura y

Carlos Chispas

Jaime Murillo

Desarrollo Rural de Caracolí,

Benjamín Arango

Leonardo Tabares

Antioquia

Carlos Galeano

Lucelly Aguilar

Así, el ejercicio de inventariar las fincas devino una labor importante para que nos conociéramos unos a otros, aportando a la construcción de memorias sobre el valor cultural que cada una representa para la historia del pueblo. En el proceso se levantó también

Julián Álvarez

Carlos Valencia

Manuel Ochoa

Iván Ferraro

Albeiro Ciro

Napo

Abelardo Morales

Conejo

Octavio Ochoa

Abelardo Orrego

Darío Yepes

Tulio Yep

Abel de Jesús Ríos Montoya

William Franco

[16 s ra] occidente

a n drés felipe valen c ia

Agradecimientos:

129


La Unión, Antioquia carlos mario vera

Carlos Mario Vera Galvis (La Unión, 1991). Maestro en Artes Plásticas de la Universidad de Antioquia y Tecnólogo en Artesanías con énfasis en medios cerámicos de la misma universidad. Es docente de arte en las áreas de escultura y cerámica, coordinador y curador del “Museo Estampas” – MEP en la Casa de la Cultura de La Unión, Antioquia. Su trabajo plástico indaga

“Habitar el paisaje”, como proyecto de residencia de arte colaborativo, generó un diálogo comunitario con estas zonas, entablando una relación con el entorno minero y sus visualidades. Se partió del concepto “habitar” proponiendo recorridos fundamentados en la observación y la recolección conjunta, que permitieron redescubrir puntos tonales del paisaje, creando en ellos zonas de encuentro, de habitamiento y de reflexión. Estas impresiones, que fueron luego traducidas al proceso pictórico, develaron una nueva forma de interrogar los lugares a través de materiales encontrados, siendo estos, finalmente, una forma narrativa del espacio - tiempo.

las transformaciones que sufre el paisaje a raíz de las diferentes intervenciones humanas sobre la naturaleza, entre ellas la acción minera.

1 - 25 julio, 2018

Ha sido merecedor de premios y becas entre las

Habitar el paisaje

La Unión es un pueblo de Antioquia con aproximadamente 19.000 habitantes que lleva una calurosa vida cotidiana. De calles amplias, pocos edificios y escasas áreas de concentración de parcelaciones y/o urbanizaciones, todavía con poca influencia de la industrialización. Un lugar entre montañas, frío, tranquilo y verde. La mayor fuente de economía de La Unión es la papa, la agricultura de frutos pequeños, la ganadería (lácteos) y la minería de materiales no metálicos (caolín, arcilla). Su caolín es uno de los más puros del mundo. Poco se ha explorado la historia prehispánica del territorio, salvo por algunos hallazgos arqueológicos que dan indicio de un pasado indígena sobre el que todavía los conocimientos son escasos.

El paisaje del municipio de La Unión vive dinámicas de cambio constante; la agricultura, el crecimiento urbano y la minería son los grandes agentes transformadores del entorno natural. La extracción de minerales ha sido una de las actividades que ha trascendido en el tiempo, integrándose durante más de 50 años al cotidiano de las diversas generaciones que en su trasegar permanente por los lugares de explotación, los dejan inadvertidos, contenedores de un mineral arcilloso en su estado más puro, el caolín.

Dentro de estas generalidades, y sobre la base de un proceso de investigación creación que he venido desarrollando en el municipio desde tiempo atrás, propuse la metodología de la residencia “habitar el paisaje”, motivado en las transformaciones que el territorio de La Unión ha sufrido por más de 50 años, evidentes en los cambios de su paisaje natural: lugares que pasaron del verde pastoso al blanco mineral; industrias cerámicas asentadas de forma definitiva y con plantas procesadoras desde

que se encuentran Formulación del proyecto municipal “Salas itinerantes del Museo Estampas del pueblo Unitense”, Ganador de la convocatoria pública para Iniciativas en patrimonio cultural del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia, Ganador de la Beca de creación en la modalidad de escultura de la convocatoria pública en cultura y patrimonio del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia y Ganador del segundo puesto en la II Bienal Regional de Arte el Santuario, Antioquia. Vive y trabaja entre La Unión y Medellín.

[16 s ra] occidente

Primera salida de campo a mina de caolín en la vereda Chuscalito. Zona que ya fue explotada donde crece ahora vegetación

Recorrido con los niños de la escuela de Quebrada Negra a mina de caolín

carlo s m ario vera

131


donde se practica la explotación a cielo abierto. Todas dinámicas que han instaurado visualidades que al volverse cotidianas pasan inadvertidas. Habitar el paisaje propone una reflexión sobre este paisaje local minero, invitando a las personas a palparlo, recorrerlo, sentirlo, observarlo; y propiciando acciones que generen encuentros, diálogos e interrogantes entre la comunidad. ¿Qué es lo nuestro? Paisaje como narrativa. Sábado, 7 de julio / Primera salida

Se convocó a nivel municipal a una primera salida de campo, en la que se plateaba recorrer parte de una vereda de La Unión hasta llegar a una de las minas activas más antiguas. Antes de esto (3 de julio) había hecho una salida individual, cartografiando y planteando el posible recorrido que seguiría con el grupo. El recorrido fue guiado por Sandra, joven residente del lugar, y fuimos llevados por atajos y lugares desconocidos. Los perros nos acompañaban. Este recorrido de casi dos horas, consistió en: La caminata; en la que también se socializó el proceso de la residencia en el marco de la producción artística y se dialogó sobre el tema de la minería en La Unión. El compartir de un refrigerio y tiempo de descanso, seguido de la recolección de elementos y el registro fotográfico en la mina. Se propuso un ejercicio de observación que exploró diversas miradas y acercamientos al tema, gracias a las diferentes edades de los participantes; todos teníamos bolsos para la recolección de elementos y posteriormente cartografiamos el recorrido a través de lo recolectado. En los momentos de descanso en los bosques, se establecía un diálogo e intercambio de pensamientos con relación al lugar visitado y el largo recorrido. Martes, 17 de julio / Segunda salida

Se programó una visita a la Mina Betania (mina de arcilla y caolín) y nos fue asignado un recorrido guiado con Jarold, Ingeniero en metalurgia y coordinador minero de la zona. Inicialmente nos [16 s ra] occidente

habló de la formación geológica del territorio de La Unión, explicándonos por qué en medio del inmenso batolito Antioqueño hay un área con un suelo como éste. La Unión desde su formación geológica cuenta todo un proceso milenario de la tierra. El caolín, que se explota 30 metros hacia abajo, es producto de la roca descompuesta en contacto con erupciones volcánicas del interior de la tierra. Las arcillas, en cambio, se formaron por filtraciones externas de agua y ceniza volcánica proveniente del Nevado del Ruíz. El Ingeniero nos contó sobre procesos de exploración y extracción minera, desplazamiento de capas vegetales, acumulación y separación de minerales, procesamiento, usos a nivel industrial, concentración de arcillas, etc. Luego revisamos algunos mapas identificando las zonas en licencia minera (según él, “licencia” no es sinónimo de explotación); inmensas cartografías del territorio de La Unión ubicando minerales.

Recorrido con los niños de la escuela de Quebrada Negra a mina de caolín

Sábado, 21 de julio / Tercera salida

A esta tercera salida de campo se sumaron jóvenes de varias edades. Se planteó de nuevo como un encuentro para caminar y recolectar elementos encontrados en el paisaje. Gracias al amplio espectro de materiales que ofrecían los hallazgos almacenados, se propuso la creación de collages colectivos en talleres posteriores a las visitas y creaciones cartográficas con los niños de las veredas cercanas a las minas. Jueves, 19 de julio

Tal vez una de las principales razones que motiva la realización de actividades en el marco de la residencia en este lugar, sea que para llegar al Centro Educativo se deben cruzar dos zonas de explotación minera; las minas son una constante en el recorrido cotidiano de los niños a la escuela. Este proyecto deja enunciada la importancia de crear espacios de reconocimiento del entorno en la escuela y sensibilizar a los niños con el paisaje en tanto lugar trabajado por el que transcurre la vida.

de recorridos exploratorios

A todas las personas del

y en el taller de creación

municipio de La Unión que se

Camila Parra, quien apoyó

cartográfica con los niños de

sumaron al proceso de arte

la residencia en el proceso

la vereda Quebrada Negra.

colaborativo.

Agradecimientos:

carlo s m ario vera

133


San Isidro, Risaralda david aronnax garcía

David Aronnax García (Bogotá, 1989). Licenciado en Artes Visuales, artista plástico e integrante del Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo (MODEP). Hace parte del proyecto Jóvenes para jóvenes de la Universidad Tecnológica de Pereira con énfasis en psicoactivos y sexualidad. Participa de diversos proyectos culturales de la ciudad tales como Frailes Arte, Moviendo el Arte y del Centro Comunitario de Artes y Oficios El Comienzo del Arco Iris, donde actualmente es docente de artes plásticas y activista.

A los que poco poseen en las manos, pero su espíritu no claudica.

A esas miradas desorientadas por no saber si van a desayunar o almorzar o comer; a los que con sus manos abren un hueco en la tierra para enterrar un palo y así obtener una suerte de columna para sus hogares; a los que cargan dentro anhelos, sueños, sonrisas, alegrías, esperanzas; amor, compasión, hermandad, pero que debido a un contexto de abandono estatal, crean una coraza dura de miedo, dolor, sufrimiento y angustias, dejando todo lo bonito encerrado en una bóveda de carne. Pero es tanto el deseo de una vida digna, que todo lo que está encerrado crece y empieza a escaparse, y se pueden ver chispazos de risas, abrazos entre hombres en una sociedad machista, besos de amor bajo la noche y las luces mortecinas de las lámparas que dejan ver parte del gredoso suelo y las paredes de bahareque; se escapa inevitablemente la alegría pese a su captor que se escapa con ella también porque no tiene otra opción, pero también para olvidarse por un destellante momento de una miserable existencia. “Nunca es más oscuro, que cuando va a amanecer”

1 - 25 julio, 2018

Agradecimientos:

Proceso de construcción colaborativa de la caseta comunal en San Isidro

Ana Yaneth Arango Extracto de bitácora del artista David Aronnax

[16 s ra] occidente

Ortiz

david aro n n ax garc ía

135


OBRAS INVITADAS

All present is past,

Ana Mejía Macmaster Conjunto vacío I,

Andrea Ospina Espejismo,

María Isabel Rincón Inmovilizándonos,

Vladimir Cortés Nivelaciones (siembras nocturnas),

John Mario Ortiz Orogénesis,

Angela Maya Pintura 6, serie El Río,

Kamel Ilian Playa Divina,

Natalia Pérez Quitasol,

Natalia Pérez Dislocación,

Natalia Pérez Ruderal 7,

Jansel Figueroa [16 sra] oc cidente

137


Intervención de la artista en la Universidad Tecnológica de Pereira. Cortesía

Obra presentada en La Bodega 16SRA. Cortesía “la condición de estar aquí”

“la condición de estar aquí”

All present is past ana mejía macmaster

La propuesta All present is past es una reflexión sobre la imposibilidad de capturar el momento presente a través de la imagen de la sombra siempre cambiante; el momento presente se eterniza en su continuo movimiento. La observación y captura de las diferentes condiciones de la luz durante el día, son acciones intrínsecas de un proceso donde el blanco cobra la fuerza de un cuerpo que se sincroniza con las condiciones climáticas y le hace guardia al sol. La tiza blanca conserva un momento, persigue el movimiento, juega con las realidades de la luz artificial, instalando un dibujo temporal, que desaparecerá por la acción de otros cuerpos sobre el espacio en el desgaste de los días.

[16 s ra] occidente

All present is past, 2018 Dibujo temporal con tiza blanca y cal

Bosque de niebla

sobre las escalinatas de la Facultad

ana maría álvarez

Intervención de sitio específico

de Bellas Artes y Humanidades de la Universidad Tecnológica de Pereira Dimensiones variables

Los municipios que rodean el extenso parque Nacional Natural Tatamá son merecedores de un paisaje natural que figura como único en el mundo. Paradójicamente, fue el contexto de violencia el que preservó estos bosques montanos de la acción devastadora del “progreso”. “Bosque de niebla” es una pintura panorámica que evoca esa zona del chocó biogeográfico, que ha sido históricamente escenario del conflicto armado en Colombia, pero que a su vez se ha conservado en el tiempo, permaneciendo como una de la fuentes hídricas más importantes del país.

a n a m ejía m ac m ast er - an a m aría álvarez

Bosque de niebla, 2016 Acrílico sobre lienzo 160 x 86 cm

139


Obra presentada en la Universidad Tecnológica de Pereira. Cortesía “la condición de estar aquí”

Conjunto Vacío I andrea ospina

Las relaciones con el paisaje se han transformado a causa de los dispositivos móviles, llenos de información archivada inconscientemente en mensajes e imágenes instantáneas, especialmente en las ciudades donde pasamos mucho tiempo en lugares cerrados con vistas externas. Estas prótesis de memoria son abordadas de forma colaborativa desde la diversidad de lenguajes, explorando posibilidades sensibles de leer el contexto, en este caso primero de fotografía a texto y luego al sonido. Conjunto vacío es una búsqueda de relaciones que unen fotografías sin definiciones ni recuerdos vinculados, puntos de escape visual guiados por un movimiento entre el afuera natural y el adentro urbano, la ventana y la pared: pausas presentes en rendijas, espectros atemporales con formas híbridas, unidos por fragmentos de narraciones alrededor del vacío y la indefinición que genera el exceso, donde el encanto yace en el silencio que se resiste, en la sombra presente en archivos personales de experiencias discontinuas generados por estos artefactos. La propuesta visual fue reinterpretada convirtiendo el proyecto en una creación colaborativa. El libro está dividido en secciones que son a su vez partituras tituladas con dinámicas musicales (pianississimo, mezzoforte, fortississimo, mezzopiano y silencio), las cuales fueron enviadas a seis artistas abiertos a la experimentación para realizar una pieza sonora libre. El juego con las palabras y sus significados mezclados con símbolos musicales y onomatopeyas, recuerdan que los códigos lingüísticos son un material flexible en el límite de lo comunicable. Cada lenguaje codifica aspectos que pueden ser decodificados desde otras formas de acercarse a los registros: la fotografía puede ser un tono, un silencio o palabra, que complementa la lectura y permite seguir fluyendo para convertir la propuesta en base de un sinfín de caminos.

[16 s ra] occidente

Conjunto vacío I, 2016 Libro arte e instalación sonora colaborativa Dimensiones variables En colaboración con las reinterpretaciones sono-

Obra presentada en La Bodega 16SRA. Cortesía “la condición de estar aquí”

ras de: Camilo Jiménez, Camilo Rojas, Mateo Quintero, Manuela Jaramillo, Ricardo Giraldo, Sebastián Rivera.

Espejismo maría isabel rincón Espejismo, 2013

El espacio y el silencio del desierto nos hacen conscientes de la condición de ser y estar en el mundo efímero.

a n drea o spin a - m aría isabel rin c ó n

Collage 97 x 67 cm

141


Obra presentada en La Bodega 16SRA. Cortesía “la condición de estar aquí” Obra presentada en el Centro Colombo Americano. Cortesía “la condición de estar aquí”

Nivelaciones (siembras nocturnas) john mario ortiz

Inmovilizándonos vladimir cortés

Inmovilizándonos, 2011 Instalación

A aquellos que tejieron sueños, urdieron esperanzas y sueñan con vivir en un país en paz

[16 s ra] occidente

Tejido con fibras de plátano 7 x 5 mts

Nivelaciones (siembras Nocturnas) es una instalación escultórica inspirada en los dibujos de nivelaciones de plantas realizados por el científico granadino Francisco José de Caldas en el siglo XIX, que servirían de base para el desarrollo de la agricultura en nuestro territorio. La obra está construida a partir de mesas apiladas sobre burros, lámparas de escritorio y lentes de aumento. Las narrativas de la historia nacional se entrelazan en esta obra con la incipiente producción científica que tuvo lugar en nuestro territorio durante la época de las luchas independentistas mostrando las difíciles condiciones de producción de conocimiento en un contexto de transición hacia la liberación del colonialismo. Este proyecto se desarrolló originalmente en el marco de una residencia en Matadero-Madrid.

v ladim ir c o rt és - jo h n m ario o rt iz

Nivelaciones (siembras nocturnas), 2018 Instalación y dibujo Dimensiones variables

143


Obra presentada en La Bodega 16SRA. Cortesía “la

Obra presentada en la Universidad Tecnológica de Pereira. Cortesía “la condi-

condición de estar aquí”

ción de estar aquí”

Orogénesis angela maya

Orogénesis es una obra cinética que reflexiona el paisaje a partir de la observación de la naturaleza y la transformación constante de los estratos superficiales y profundos de la corteza terrestre. El fluir incesante de la imagen se pone en relación con la sensación dinámica que subyace a la inmovilidad aparente de las cadenas montañosas, la fuerza de la orogénesis y el esculpir permanente del tiempo sobre la geografía. La montaña se apropia como elemento de identidad incorporado en el imaginario de territorio y el movimiento terrestre se explora como metáfora de las transformaciones fluctuantes del cuerpo y la humanidad, de las transmutaciones de la materia en su intimidad molecular.

Orogénesis, 2012 Escultura cinética Aluminio, acero inoxidable, hierro, acrílico, madera

Quitasol natalia pérez

260 x 70 cm x

La obra hace parte de Tectónica del Paisaje, un proyecto que a través de la poética establece encuentros entre naturaleza y arte para pensar la experiencia del fenómeno como acontecimiento estético. El deseo de poetizar el constante devenir de la corteza terrestre bajo el influjo de las múltiples fuerzas de la organización tectónica de la tierra, encuentra lugar en sistemas mecánicos y tecnológicos que permiten incluir el movimiento como característica discursiva.

El cerro Quitasol se encuentra ubicado en el municipio de Bello Antioquia. Se levanta al norte como una gran presencia que ha acaparado siempre la vista de todas las ventanas de las casas en las que he habitado. En mi construcción de paisaje siempre ha sido un referente visual y afectivo. Con el pasar de los años me percaté de que no lo era solo para mí. Mi abuela, que llegó a Bello a los 14 años siguiendo la promesa de un trabajo en una fábrica de textiles, a menudo mira hacia Quitasol y pronostica el clima de su pueblo natal - está lloviendo en mi casa- dice.

[16 s ra] occidente

a n gela m aya - n atalia pérez

altura variable

Quitasol, 2013 Fotografía instalada en caja de luz 86 x 66 x 10 cm

145


Obra presentada en la Universidad Tecnológica de Pereira.

Obra presentada en la Universidad Tecnológica de Pereira.

Cortesía “la condición de estar aquí”

Cortesía “la condición de estar aquí”

Playa Divina natalia pérez

En el proceso de indagar sobre los elementos o fenomenologías que configuran un lugar me encontré en Playa Divina. La noche antes de partir nos alejamos un poco del hotel y encontramos un hostal con una pequeña tienda de madera donde compramos algunas cervezas. Nos sentamos a conversar en un muro que separaba la calle de un hostal donde la vista no era muy acogedora: teníamos al frente una discoteca en la arena de la que provenía todo tipo de música tropical que no nos dejaba escuchar el sonido del mar, no había mucha gente en ella excepto una o dos parejas y un grupo de extranjeros. Un gato rubio atigrado al que le faltaba una pata trasera apareció de la nada y se acercó al grupo de extranjeros, ese detalle de inmediato llamó nuestra atención. Se notaba manso y respondía a los llamados así que nosotros con soniditos y chasquidos de dedos hicimos un intento para que se acercara también. Y así lo hizo. Comenzó a ronronear inmediatamente yo lo levanté y lo puse en mi regazo para acariciarlo, él no se resistió. Por ese fragmento de la noche todo parecía extrañamente perfecto, hasta la música parecía inmanente al momento y justo allí, gracias a ese instante, el vasto espacio que nos rodeaba se había convertido en un lugar. Para siempre será de noche en él y la brisa soplará fuerte, para siempre será el hogar de un gato amarillo al que le falta una patita trasera. Tiene que ver un poco con que este lugareño nos hubiera acogido, supongo que el lugar requiere de lazos. No tengo una foto de este lugar ni del gato amarillo, no tengo una prueba excepto por este video de un perro que rondaba playa divina como un espíritu de la arena.

[16 s ra] occidente

Playa Divina, 2018 Retroproyección de video sobre vidrio opaco 65 x 24 x 4 cm

Dislocación natalia pérez

Concibo las imágenes visuales como receptáculos en los que depositamos información, afectos e ideas. Lo que vemos corresponde más a una reacción química y mecánica en nuestro cerebro que a lo que está ante nuestros ojos, de modo que no percibimos ninguna imagen sin que ésta pase por nosotros y todo lo que sentimos y creemos saber. Por eso no creo que nunca una imagen esté realmente fija, sino que muta en la medida en que nosotros también lo hacemos. Esta foto es parte de un conjunto de imágenes que juegan con esta idea y tratan de hacerla visible. Es una foto de un espacio atravesado por afectos, añoranzas y deseos de estar en otra parte.

natalia peréz

Dislocación, 2013 Fotografía Sublimado en placa de metal 40 x 30 cm

1 47


músico, el pintor experimenta el mundo sub specie aeternitatis. La pintura orquesta una sinfonía con todos los elementos. Desde sus comienzos, la obra de Kamel Ilián dio cuenta de eso que Le Clezio llamó el “éxtasis material”: Ya en sus primeras pinturas (en las que observamos la presencia de personajes y de cosas) resplandece lo que estallará después: La creación de atmósferas desde una Estética de lo Sublime. Con independencia de los materiales que utilice, el artista pareciera estar siempre bajo el influjo extático de los cuatro elementos naturales (o de los cinco, si consideramos el éter comprendido antaño como la sustancia propia del mundo supralunar) o de los múltiples elementos creados o intervenidos por el hombre en el “estadio tecno-natural”1 actual. Es como si el cuerpo del pintor se hincara ante la inmensidad de la materia y la tocara solo con la intención de venerarla. En sus pinturas están presentes múltiples paisajes. Pero, ¿qué forma el paisaje? Es frente a esta pregunta que se impone la necesidad de experimentar con todo tipo de materias, pues si lográsemos rasgar lo sublime, si consiguiéramos fragmentar el mundo que se nos presenta a la vista, nos encontraríamos con lo inmenso en estado permanente de regresión a lo molecular. Por eso las pinturas de Ilián están pobladas de capas, estratos que esconden historias; huellas, marcas, surcos y hendiduras que no obstante fulguran, se insinúan, como diciéndonos que en cada cuerpo y en cada espacio (aunque el cuerpo es espacio) está escrita la historia entera de la materia.

Obra presentada en La Bodega 16SRA. Cortesía “la condición de estar aquí”

Pintura 6 serie El Río kamel ilian

Dijo Ciorán que “la música es el refugio de las almas ulceradas por la dicha”. Podríamos afirmar que el aserto del filósofo es extensible a la pintura: Música y pintura son expresiones constituidas por materiales que rebasan las fronteras de la lengua y se inscriben en lugares de la sensibilidad cuyos códigos (si existen) podrían pensarse incluso como henchidos por disolución. Sobre todo cuando hablamos de pintura pura, de obras en las que el compromiso con la figuración ha sido soslayado para ir tras otro, material, pactado entre el cuerpo del pintor y el cuerpo de la obra (o la obra como cuerpo). Y hablamos de la materia como una totalidad en devenir, cuyos límites se amplían más allá de las dimensiones del cuadro: materia del cuadro como confluencia, cuadro como espacio liminar entre el Hic et nunc y la Eternidad. La pintura es al mismo tiempo habitáculo del pintor y umbral desde el que intuye el infinito. Como el

[16 s ra] occidente

Pintura 6, serie El Río, 2015

¿Y qué puebla nuestros paisajes? ¿Qué late bajo nuestro cielo? ¿Qué llevan nuestros ríos? La vida: Lo puro y lo impuro, los flujos de la voluptuosidad y también la sangre de la muerte. Los ríos arrastran líquidos mezclados de selva y de sabana, de costa y de páramo, también de carne humana: lacerada, quemada, despedazada. ¿Y qué hay en nuestros cuerpos? ¿Qué nos recorre? En nuestra sangre navegan pedazos de milenarias hordas aún vivas, animales de otros tiempos se retuercen en nuestras venas. Las noches de las tribus y su olor a tierra fresca fueron tal vez un pliegue pretérito de estos cuerpos nuestros. Así, paisaje y cuerpo-cuadro y pintor-cuadro y contempladores, estamos hechos de eso que la sinfonía elemental expresa: El latido de todos los elementos en armonía o en convulsión. Estamos compuestos por elementos de antes y de ahora, que el pintor re-crea en policromías, en monocromías o en negro (esa otra forma de lo múltiple). Todo late, todo vibra, todo se mueve, todo fluye, todo canta. La obra de Ilián es un eco de ese canto.

Acrílico y mica sobre lienzo

Elena Acosta.

160 x 160 x 4.5 cm 1

Utilizando el concepto de Félix Duque

k am el ilian

149


Ana Mejía Macmaster (Medellín,

de educación artística diri-

mente. Su trabajo indaga la

1960). Maestra en Artes Plás-

gidos a jóvenes habitantes

transformación de narraciones

ticas de la Universidad Nacio-

del municipio de Pueblo Rico

a partir de archivos y colec-

nal sede Medellín y Maestra en

en Risaralda, introduciendo a

ciones compuestas por objetos

Pintura Tradicional China de

la población en la necesaria

y fotografías, los cuales son

Beijing Central Institute of

re significación de su propio

intervenidos tanto en su dis-

Fine Arts (China). Ha expuesto

paisaje. En su trabajo plástico

posición espacial como en su

nacional e internacionalmen-

toma como punto de partida la

materialidad. Se ha centrado en

te en países como Finlandia,

geografía de la región cen-

el encuentro de la creación con

Vietnam, Argentina, China, Ca-

tro occidente de Colombia, su

la mediación y colaboración,

nadá y Estados Unidos y ha sido

entorno rural y las áreas de

articulando diversos roles y

ganadora de premios como la V

reserva natural, buscando es-

formas de producción de las

Convocatoria Becas de Creación

tablecer relaciones entre el

artes visuales y la cultura en

ciudad de Medellín, la I Convo-

espectador, su territorio y las

cada propuesta.

catoria para Intervenir Puen-

diferentes problemáticas que

tes Peatonales (Medellín) y las

pueden presentarse en éste. Ha

Residencias Artísticas Inter-

sido merecedora de menciones

María Isabel Rincón (Medellín,

nacionales Banff (Canadá),

y premios del Museo de Arte

1962). Es Diseñadora Indus-

San-Art, Ho Chi Minh Vietnam

del Quindío. Vive y trabaja en

trial de la Universidad Ponti-

y Saari Finlandia. Entre sus

Quimbaya, Quindío.

ficia Bolivariana de Medellín. Muchos de sus profesores hacían

principales exposiciones se

parte del grupo de “los 11 ar-

Obra presentada en la Universidad Tecnológica de Pereira. Cortesía “la condi-

encuentran “Pho”, III Bienal de

ción de estar aquí”

Arte de Bogotá, Salón de Arte

Andrea Ospina Santamaría (Ma-

tistas Antioqueños”, cuyos

Bidimensional, “Memorias de

nizales, 1994). Egresada de

miembros fueron los más repre-

una casa”, y las intervencio-

Artes Plásticas de la Univer-

sentativos exponentes del arte

nes para sitio específico en

sidad de Caldas y estudiante de

de la ciudad en la época de los

Vietnam, Canadá y Finlandia.

Gestión Cultural y Comunicati-

70’s. De ahí nace su pasión por

Su trabajo ha estado marcado

va de la Universidad Nacional

el arte. Participó en el VI Sa-

por los diferentes países don-

de Colombia, sede Manizales.

lón Arturo Rabinovich en 1986,

de ha vivido, China, Canadá y

Ha participado en exposiciones

organizado por el Museo de Arte

Colombia. Su producción se ha

colectivas en varias institu-

Moderno de Medellín, junto con

desarrollado desde medios como

ciones del país como el Museo

el artista Ernesto Restrepo.

la pintura, la fotografía, la

de Antioquia, el Museo de Arte

Sus posteriores exploraciones

Ruderal 7, 2018

instalación y las intervencio-

Contemporáneo de Bogotá, en-

en el dibujo han sido exhibidas

Óleo sobre madera

nes para sitio específico en

tre otros; y en exposiciones

en Stuttgart y Berlín. Actual-

160 x 200 cm

espacio público.

individuales en Manizales y

mente trabaja en una nueva obra

Armenia. Además, ha tenido

que habla de la contaminación

experiencia en investigación

del paisaje.

Ruderal 7 jansel figueroa

Observo una constante en el paisaje contemporáneo, un elemento siempre persistente en la transformación del espacio geográfico, que insistentemente se anula de éste hasta parecer imperceptible, es la hierba ruderal; término que se refiere a un tipo de vegetación primaria que nace junto a lugares que han sido habitados y modificados; pero que es también el nombre que recibe el suelo donde se depositan los desechos de construcciones, constituyendo así un elemento común en el imaginario de paisaje que pretendo construir; ruderal es ese punto en común, a un paso de lo natural como de lo artificial. De esta manera pues, las imágenes que pinto son una síntesis de los lugares en los que he estado, de la mirada condicionada por la infancia y de mi percepción de Medellín como ciudad en crecimiento y transformación constante.

[16 s ra] occidente

Ana María Álvarez (Cali, 1992).

(participando en congresos

Licenciada en Artes Visuales

a nivel nacional e interna-

de la Universidad Tecnológica

cional), y en producción de

Vladimir Cortés (Bogotá,-).

de Pereira. Ha realizado pro-

proyectos curatoriales en Ma-

Artista Plástico con estudios

yectos interdisciplinarios

nizales, donde reside actual-

de la Universidad del Quindío

j an sel figu eroa

15 1


y en Biología Marina de la Uni-

Superior de Arte de la Habana

drid (2015) y en el Zentrum für

tro Colombo Americano de Bogo-

ción en Pintura Experimental en

rra” proyecto ganador de las

versidad Jorge Tadeo Lozano,

(ISA). Entre las exposiciones

Kunst und Urbanistiks (ZK/U,

tá (2014), “Para verte mejor”

la misma institución

Becas de creación para artistas

con Diplomado en Teoría y Crí-

individuales recientes figu-

Berlín, 2016). Su práctica

Salón Regional Zona Pacífico

emergentes de la Secretaria

tica del Arte de la Universidad

ran “Espacio Inflacionario”

artística enlaza ámbitos como

(2009). Reside en Medellín.

de Cultura de Medellín (2016).

Tecnológica de Pereira. En los

galería Lokkus (Medellín),

la arquitectura, el diseño, el

Natalia Isabel Pérez (Mede-

Ha hecho parte de numerosas

últimos años se ha desempeñado

“Mapas Edificables” galería

urbanismo, la geografía, las

llín, 1988). Es Magíster en

exposiciones colectivas como

como director de la Fundación

BETA (Bogotá, 2015), “De- pro-

matemáticas, entre otras cien-

Kamel Ilián (Pereira, 1974).

Artes Plásticas de la Univer-

el Salón Departamental de Ar-

Calle Bohemia y el Encuentro

yectar” Universidad Nacional

cias; examina los sistemas de

Doctor en Investigación en Hu-

sidad Nacional de Colombia sede

tes Visuales en el Palacio de

“Performance para la vida.

(Medellín, 2014), “Especulan-

representación visual de estas

manidades Arte y Educación por

Medellín. Actualmente reside

la Cultura Rafael Uribe Uribe

María Teresa Hincapié”, miem-

te– Programa ALBO” Museo de

disciplinas y la influencia

la Universidad de Castilla la

en Bogotá donde se ha desempe-

(Medellín), la II Bienal In-

bro del Consejo de Cultura de

Arte Moderno de Medellín MAMM

que ejercen en nuestras formas

Mancha (2017), ha sido galardo-

ñado como docente, gestora e

ternacional Desde Aquí, Casa

la Gobernación del Quindío y

(2012), entre otras. Su trabajo

de experimentar y comprender

nado con dos becas de la Unión

investigadora. En su trabajo

Cultural El Solar (Bucaraman-

dinamizador cultural de va-

ha sido incluido en exposicio-

fenómenos de la cultura, la

Europea. Cuenta en su reper-

aborda la fotografía como me-

ga), el VI Salón Bidimensio-

rios proyectos sociales del

nes colectivas internaciona-

historia y el conocimiento,

torio con más de una decena de

diador entre las diferentes

nal en la Fundación Gilberto

Ministerio de Cultura en favor

les como Universo Holográfico

estableciendo premisas para la

exposiciones individuales en-

formas en que lo emocional y lo

Alzate Avendaño (Bogotá),

de comunidades vulnerables.

en el Museo de Arte Moderno la

elaboración de conceptos del

tre las que se destacan la rea-

físico interactúan cuando se

Imagen regional 8 del Banco de

Su obra se expresa por medios

Tertulia (Cali, 2017), De lo

mundo material.

lizada en el año 2016 Carbono,

habita (o se quiere habitar)

la República (Medellín) y ha

como la instalación, el perfor-

Espiritual en el Arte, Obertura

en el Centro Colombo Americano

un espacio. Su trabajo ha sido

participado de diferentes ex-

mance, la pintura, el dibujo,

en el Museo de Arte Moderno de

de Manizales, Éter en la Gale-

expuesto individualmente en la

hibiciones en galerías de Bogo-

el vídeo y la escultura. Entre

Medellín (2016), Mensajes de

ría Beatriz Esguerra, Bogotá

Alianza Francesa de Medellín en

tá y Medellín. Su obra pretende

(2012), la realizada en el año

2010 y en la Fundación Casa Tres

ejemplificar la distribución y

2009 en el “Memorial de América

Patios en el programa Cubo. X

los límites de la naturaleza en

Latina en Sao Paulo (Brasil),

durante 2013. También ha parti-

las ciudades. La palabra “ru-

y la realizada en el 2007 en la

cipado en exposiciones colec-

deral” proviene del latín “ru-

Galeria Contrast en Barcelona

tivas en el Archivo histórico

dus”, que significa escombros.

(España). Desde el año 2011 es

de la Universidad Nacional sede

También se refiere a cierto

profesor en las áreas de Pin-

Bogotá, LA Galería, Emerson

tipo de vegetación que crece de

tura, Escultura además de los

College y la galería Resnikoff

manera natural o a la irrupción

cursos de seminario III y IV en

de Roxbury Community College,

artificial en la tierra o el

la Universidad de Antioquia.

estos dos últimos en la ciudad

paisaje urbano. De manera que

Actualmente es coordinador,

de Boston, Massachusetts como

las islas verdes que se obser-

asesor y evaluador de proyectos

parte de la primera versión del

van en sus pinturas son vegeta-

de grado en la Facultad de Artes

proyecto “Boston-Medellín” que

ción ruderal y también la forma

tomó lugar en el 2010.

en que el artista describe las

sus exposiciones recientes se encuentran el 2 Festival Internacional de Arte Contemporáneo de Manizales con el performance colectivo “La vida es una tómbola” (2017), el XV Salón de artistas Quindianos de la Alcaldía de Armenia con la obra de ensamble “Cruz y grama” (2017), Liberty State Park con el Performance “Palapapa” (NY, EUA, 2017), I Festival de performance de Manizales “Encuen-

una Nueva América - 10º Bienal de Mercosur (Porto Alegre, Brasil, 2015), El Mundo era Plano, Ahora es Redondo y Será un Holograma, Bildmuseet (Umea, Suecia) y Museo de Arte Moderno de Guadalajara (México, 2015), La Vorágine, Arte Contemporáneo Colombiano, galería OMR (México D. F. 2015), Mutis Mutare, El Ranchito Colombia (Matadero, Madrid, 2015), Línea Blanda, Arte Abstracto en

Angela Maya (Santa Rosa de Cabal, 1987). Maestra en Artes Plásticas de la Universidad del Cauca. Ha expuesto de manera individual y colectiva en diferentes escenarios del arte nacional. Ganadora del primer puesto de Nuevos Talentos en el Arte 2018 en Medellín y del primer puesto en el proyecto “Tesis” 2013 del Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá. En 2017 realizó residencia artística en Lugar a Dudas, Cali. Dentro

tro poético de la acción libre”

la galería Sextante, (Bogotá,

de sus participaciones colec-

de la Universidad de Antioquia

(2016), entre otras. Vive y

2014), Saber-Desconocer: 43

tivas están las exposiciones

Seccional Oriente, así como do-

trabaja en Armenia.

Salón (Inter) Nacional de Ar-

“¡Otros mundos, ahora!” Ciclo

cente de cátedra de la materia

tistas en el Museo de Antioquia (Medellín, 2013), Nodos de John Mario Ortiz (Medellín, 1973). Es Magíster en Artes Visuales de la Universidad

la Emergencia - Pabellón Arte cámara - Feria Internacional de Arte de Bogotá, Artbo (2012).

Prisma de ArteCámara (2016), “La barbarie originaria” Museo de Arte de Pereira (2016), “Imagen Regional 8”Banco de la República (2014), “Década II”

estructuras hechas por el hombre. El verde enfatiza el pai-

Pintura espacio-tiempo en la

Jansel Figueroa (Barrancaber-

saje urbano dándole una forma

Facultad de Artes y Humanidades

meja, 1993). Maestro en Artes

física a este, es en conclusión

del ITM, Medellín, donde tam-

Plásticas de la Universidad de

una muralla de color que con-

bién ha dictado el curso de Arte

Antioquia. Entre sus exposi-

tiene la ciudad y no viceversa.

y Nuevos Medios Tecnológicos.

ciones individuales se encuen-

Vive y trabaja en Medellín.

Nacional y cuenta con estu-

Ha realizado residencias in-

Museo de Arte Contemporáneo de

Desde 2015 es director del se-

tran “Ruderal” MaCa (Bogotá,

dios de arte en el Instituto

ternacionales en Matadero, Ma-

Bogotá (2014), “Réplica” Cen-

millero de investigación-crea-

2016) y “A la medida de la tie-

[16 s ra] occidente

15 3


DARLE SENTIDO A UNA PRÁCTICA

Valentina Salazar Vinasco Ana María Salazar Aguirre [16 sra] oc cidente

15 5


De una estudiante agradecida

Estar, pertenecer, apropiarse

valentina salazar vinasco

ana maría salazar aguirre

El 16SRA ha sido un espacio que me ha brindado una perspectiva diferente de lo que el arte representa en la región. Desde mi visión como estudiante de Licenciatura en Artes Visuales, en la academia, he percibido los acontecimientos artísticos con cierto tipo de lentes que, aunque me acercan a lo que podría considerarse su esencia, no dejan de pertenecer al contexto universitario, en ocasiones distante de esa realidad que solo puede ser conocida en la acción de tocarla, sentirla, vivirla. La experiencia de hacer parte del equipo curatorial y de producción del salón, me ha abierto entonces la posibilidad de enfrentarme a un panorama artístico cargado de valiosos aprendizajes, haciendo tangibles las condiciones de un entorno que se cuestiona por los términos subjetivos que nos unen como región.

arduo trabajo investigativo y multidisciplinar que requiere la producción de este Salón, compartiendo con un equipo que ha convertido mi labor y días de trabajo en un ambiente de aprendizaje constante, en medio de consejos, referentes artísticos, pautas esenciales y gratas experiencias que me invitan a seguir participando activamente a favor del arte; un equipo al que solo puedo expresar aprecio y mucha gratitud.

Interpreto la condición de estar aquí como un devenir que progresivamente se va permeando de diversos elementos referentes al lugar habitado. Si bien puede ser entendido desde una mirada crítica del paisaje, el territorio, o las constituciones sociopolíticas que lo determinan, el lugar se propone aquí como forma de ser y sentir el espacio que se va construyendo a partir del convivir e interactuar con el otro, creando significados colectivos y memorias compartidas, que más allá de hablar de delimitaciones físicas, profundizan en las múltiples dinámicas que nos configuran como comunidad; siempre en medio de sentidos estéticos, vínculos afectivos o reflexiones a través del arte.

Valentina Salazar Vinasco (Pereira,

Estar, pertenecer, apropiarse, son acciones derivadas de la interacción que durante un mes sostuvieron los artistas y los habitantes de las diferentes comunidades; acción de convivir y volverse parte del lugar, por la que se entretejieron lazos de amistad y cariño, se entendieron realidades tal vez desconocidas hasta entonces y se transformaron visiones de vida; llevando la experiencia del lugar más allá del sitio dibujado en el mapa, al encuentro con el otro, en quien aquel espacio antes desconocido se personifica.

sión estética; para cuestionar nuestra cultura visual y aportar así a la formación de diferentes percepciones sobre el mundo. De este modo, enriqueciendo también la práctica de los artistas, dando cuenta del impacto de sus obras.

Ana María Salazar Aguirre (Pereira, 1995). Es estudiante de décimo semestre de Licenciatura en Artes Visuales de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP). Su obra

1998). Es estudiante de Licenciatura en Artes Visuales en la Universidad Tecnológica de Pereira. Su proceso en el arte comienza desde la música con el estudio de violonchelo y se proyecta posteriormente hacia las artes visuales, interesándose por la educación artística y los procesos de formación que devienen de ésta. Actualmente su trabajo aborda el reconocimiento del cuerpo como imagen

A lo largo de este proceso he presenciado propuestas artísticas que provienen de una multiplicidad de sensibilidades, ideas que parecen estar locas, otras sustanciales, diversidad de discursos y variabilidades técnicas muy impregnadas por medios tecnológicos en el contexto del arte contemporáneo; que, en definitiva, despiertan mi asombro y cuestionan mis habilidades artísticas e interdisciplinares al momento de crear. Pero es sin duda de lo que me siento más agradecida, la posibilidad de hacer parte del

[16 s ra] occidente

y su reconfiguración en el espacio

El Salón Regional de Artistas zona Centro Occidente, propuesto para el presente año, genera mucha expectativa entre quienes lo esperan, acompañado de un mensaje sobre “La condición de estar aquí”. A través de las obras de los artistas exponentes, los espectadores y las comunidades cuyos territorios son protagonistas, esperan conocer cómo se ha logrado traducir el sentimiento de estar y pertenecer a aquellos lugares particulares, que la obra de arte expresa en diferentes lenguajes estéticos y artísticos.

la construcción cultural del cuerpo desde lo biológico, el género y la sexualidad, a partir de la exploración material con el dibujo, la pintura y la escultura.

técnicas, planteando una hibridación entre las miradas animales y humanas, en su convergencia con la naturaleza y los territorios que habitan. Su exploración gráfica hace énfasis en diferentes formas de grabado (linóleo, punta seca, xilografía, monotipo) vinculado a la escultura para expandir los soportes tradicionales. Ha tenido la oportunidad de participar en exposiciones como “Río arriba” en el Museo de Arte de Pereira (2017),

educativo desde un papel consciente y activo, además de la discusión sobre

indaga la imagen desde diferentes

Ahora pues, la invitación es la de convertirnos en público de este cúmulo de experiencias, entrando en el disfrute de la variedad de expresiones que están aquí para volverse parte de nuestras iconografías personales y hablar a nuestra dimen-

valen t in a salazar vin asc o - an a m aría salazar agu irre

“Corto circuito, escenarios para el arte” (2017), “Festival de las Artes” en la UTP y “Festival Departamental de Artistas por la Paz” (2018), entre otras.

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EPĂ?LOGO

Los artistas y la construcciĂłn del lugar. Ensayo de la profesora Elena Acosta [16 sra] oc cidente

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Los artistas y la construcción del lugar

elena acosta , docente investigadora facultad de artes y humanidades , itm

Los Espacios son las afecciones irreductibles a los conceptos del Yo-Pienso como conciencia, los instrumentos con los que la Naturaleza dibuja en el paisaje la subjetividad. José Luis Pardo. Sobre los espacios pintar, escribir, pensar.

El artista hace perceptible el acontecimiento inaugural. Pintores, escultores, músicos, escritores, bailarines, instaladores y performers; todos, cristalizan ese suceso fundacional de aquello que después se ha repetido tanto que ya nos hemos habituado a su ocurrencia. Dicho acaecimiento entonces, no sucedió una sola vez antes de la cronología, sino que sigue pasando, pero enmudecido en la constancia. No se trata pues de ir al rescate de un momento único, sino de traer en la obra ese instante magnífico que ocurre en todos los momentos y que, por su carácter de , de principio, es casi siempre imperceptible para nosotros en la marea de lo cotidiano. Por el arte recordamos que no somos los habitantes de un espacio construido para nuestra habitación, sino cuerpos (que son también espacios) y que han sido habitados de antemano por ese espacio que pareciera otro, pero que al penetrarnos se ha hecho parte nuestra, al mismo tiempo que nosotros suya, de tal modo que siempre estamos espaciando y estamos siendo espaciados por el espacio. La función artística de des-ocultamiento de dicho proceso permanente de mutua espaciación, está en la génesis del proyecto de investigación curatorial La condición de estar aquí.

El comienzo El arquitecto antioqueño Carlos Enrique Mesa González (1950-2017), realizó importantes reflexiones sobre el espacio, siguiendo, entre otras, la ruta de los estudios estéticos expandidos. Conocedor de la obra del paleontólogo francés André Leroi-Gourhan, comprendió el origen biológico y zoológico

[16 s ra] occidente

de los fenómenos estésicos: más allá de la subjetividad, de la conciencia, de la razón; las múltiples percepciones que del mundo experimenta el animal humano, se configuran en los entramados moleculares de la materia, en las relaciones que su aparato fisiológico establece con el ámbito que lo rodea, en la humanización del tiempo y del espacio, en la habituación a unos ritmos a través de la cual construye valores. La filosofía se ha preocupado desde la Grecia clásica por la dimensión sensible de la experiencia humana, pero también desde ese momento, ha privilegiado, para efectos de verdad, los datos de la inteligencia sobre los ofrecidos por los sentidos. La estela metafísica entronizada en Occidente, denostó pensadores cuyas preocupaciones mostraban desde la antigüedad una orientación materialista. Esos pensadores han sido traídos de nuevo a la discusión con base en algunos descubrimientos de la ciencia contemporánea, lo mismo que por las grietas que el ejercicio filosófico ha visto, ya desde el siglo XIX, en la tradición dualista a este respecto. Incluso desde el siglo XVIII, la utilización por parte de Baumgarten del término Estética para referirse al estudio

de aquel conocimiento que nos llega a través de lo sensible, que es otro distinto al que llega a través de la razón y que merece una filosofía propia; da cuenta de una apertura ilustrada frente a las conceptualizaciones herederas del platonismo. Mucho más lejos llega Kant, quien crea las condiciones para el despliegue de lo que hoy conocemos como Estética Moderna y que, bajo la égida del sujeto, construye todo un aparataje crítico sobre las relaciones entre el hombre y el mundo, determinadas por la sensibilidad particular que éste posee y por sus facultades que, puestas en libre juego, le permiten emitir juicios de gusto sobre los fenómenos que se le aparecen para ser percibidos. Pero será ya en el siglo XX, cuando estas intuiciones modernas vayan mucho más lejos (o más cerca), ya no del plano de lo inteligible, sino incluso de aquel que limita al homo sapiens: el estudio filosófico de lo bello en la naturaleza y en el arte (objeto privilegiado de la Estética Clásica), será para la Estética Contemporánea sólo una pequeña parte de otro mayor, en cuyos estratos múltiples se mezclan revisiones paleontológicas, antropológicas, sociológicas, etológicas, físicas y químicas. En esa nueva Estética filosófica se inscribieron los estudios de Carlos Mesa. De la mano de pensadores como Heidegger, el ya mencionado Leroi-Gourhan, Stiegler, Serres, Duque, Trías, Salabert, Pardo y tantos otros; Carlos Mesa erigió un corpus de pensamiento con el que acompañó a muchas generaciones de discípulos suyos, quienes tuvieron la fortuna de asistir en sus clases, a la construcción in situ de una auténtica poética del espacio, que además nos legó en textos como Superficies de contacto. Adentro, en el espacio (2010) y Carcazas y motores. La doble imagen en la configuración de la espacialidad maquínica (2011). Esas dos obras recogen asuntos significativos sobre las exploraciones realizadas a lo largo de una vida dedicada al trabajo. El encuentro con este maestro, marca el principio concreto de la idea que subyace en la curaduría: En el año 2014, Carlos Mesa plantea un curso cuyo nombre toma del tercer capítulo de Sobre los espacios pintar, escribir, pensar de José Luis Pardo1, inspirador de muchas de sus reflexiones y quien había además prologado su libro sobre carcazas y motores. Pero ya para ese entonces, la salud del arquitecto flaqueaba y Juan Diego Parra y yo fuimos

llamados para hacernos cargo de las sesiones2, conservando, en la medida de nuestras posibilidades, el sentido inicial de Geo-poéticas del habitar. Bajo el nuevo título de Poéticas de la espacialidad, nos ocupamos con él en la reestructuración del temario, conservando su objeto de estudio y la bibliografía. A través de las resonancias conceptuales, trataré de abordar los posibles alcances expuestos por este equipo curatorial en el marco del 16 Salón Regional de Artistas Centro Occidente.

Tatuaje en ¿el alma? ¿Qué decir de todo esto? Algo bien sencillo: no hay paraíso que no esté perdido. Perdido desde siempre. Consiste en eso: en ser puro pasado. Félix Duque. Habitar la tierra. Volvamos al comienzo de este escrito: El artista hace perceptible el acontecimiento inaugural. Y con más precisión, el creador, el poietés, fundador de pueblos, de religiones, de obras. Cada pueblo particular, el de cada uno, ha sido mitologizado por los creadores. Todos hemos nacido en pueblos ficcionalizados y cuando buscamos nuestro origen, el camino se extiende más allá de lo real, llevándonos a palabras iniciáticas, a ritos inaugurales, a ceremonias en las que nombrar fue crear, en las que lo nacido, lo hizo porque alguien invocó su emergencia. ¿Quién? Un dios, un demiurgo, una entidad híbrida Dictadas para la Cohorte III de la Maestría en Estética y Creación, en la Universidad Tecnológica de Pereira.

2

1

Titulado La Geo-Poética.

elen a ac o sta

161


entre lo humano y lo divino, un profeta, un iluminado, encarnación individual de un colectivo. Nos remontamos también a un nombre, o a muchos, cuando indagamos por los fundadores. La senda de los mitos se extiende hasta antes de nuestras cronologías, a un tiempo sin tiempo en el que no podemos situar el principio. Los poetas son alquimistas de la palabra y lo son también por extensión los artistas, de toda materia creadora; ellos han heredado esa potencia de los inventores de religiones, por eso el arte tiene un fermento sagrado, está emparentado con la creación mítica y con la experiencia ritual. Cada artista, en el momento creador, está ante la creación de un mundo y quienes se acercan a su obra (si se acercan de verdad), recrean el momento de la creación, ya no solo de esa obra, sino del mundo al que ella remite. Si pensamos el espacio a la luz de estos razonamientos, cada lugar es tal porque fue nombrado, es decir, creado. Javier Maderuelo3 se refiere así al espacio geográfico: El espacio que describe la geografía posee direcciones, está condicionado por unos puntos cardinales que lo dotan de orientación y sentido y, además, en él se distinguen accidentes topográficos, formaciones geológicas, ocupaciones bióticas y aglomeraciones urbanas. Todos estos elementos que aparecen en el espacio geográfico poseen formas y funciones características y son singulares, por eso reciben, cada uno de ellos, un nombre particular, un topónimo. El espacio de la cultura, el definido por el arte y la arquitectura, está también señalado con nombres propios, pero esos nombres, además de referirse a unas formas características, se cargan con significados emotivos. A través de esta emotividad, de la significación cultural, de la historia colectiva y de la memoria personal, el espacio geográfico se hace paisaje, pueblo o paraje, se convierte en lugar. (Maderuelo: 2011, 17). Y retorna la pregunta: ¿Quién o qué da sitio al lugar? Pienso en Romualdo Brito, nacido hace sesenta y cinco años en una comarca del Caribe colombiano, uno de esos pueblos olvidados de la Guajira que al parecer carece de sitio claro en el mapa y cuyo nombre de origen legendario y extraño, Treinta, no conocí En su libro La idea de espacio en la arquitectura y en el arte contemporáneos. 1960-1989.

3

[16 s ra] occidente

hasta que el vallenato Tatuaje en el alma me llevó a él. El pueblito existe sin duda para sus habitantes, quienes se saben alejados del Estado, pero muy cercanos a la nación por la geografía, la gastronomía, la historia común de desplazamientos e injusticias y, además, por los ritmos musicales que nos hermanan. Brito compuso letras tan enclavadas en nuestra idiosincrasia como Embrujo, El diario de mi vida o Mi presidio. Los que nacimos y crecimos en los últimos años del siglo XX en Colombia y tuvimos la suerte de pertenecer a familias fiesteras, recordamos estos vallenatos como parte de nuestra “educación sentimental”, no solo por sus palabras, sino por la manera como éstas, aunadas a la voz del cantante y a los instrumentos, conformaron unas piezas que entrañan las cadencias de nuestro relieve, de nuestra vegetación, de nuestros climas, de nuestros cuerpos. Así, estos vallenatos no sólo son nostálgicos y nos recuerdan esos amores de bailes de garaje y esquina, sino que nos traen noches en las que, entre el olor a sudor, a empanadas y a ron, bailábamos hasta el amanecer prometiendo amor eterno a gente que tal vez no volvimos a ver jamás. De ahí que cuando escuchamos esos vallenatos, “bloques de tiempo” vienen hasta nosotros intactos y de repente, ya no estamos en el sitio del presente, sino en ese cuarto precario donde varias parejas compartían un pedazo de eternidad sin saberlo. Para mí el pueblo de Treinta fue creado por Romualdo Brito, para otros habrá también otros creadores (al margen de las casuales agregaciones humanas y de su topónimo) y como se trata de mitología, todos estamos en lo cierto. Pero antes de brotar en el arte popular, el pueblo había nacido por ese nombre que, como todos los nombres, comienza una leyenda. Y gracias a ese nombre, igual que el rostro de la amada para el personaje de la canción, el pueblo como un tatuaje en el alma, vive prendido en sus pechos, aunque no lo sepan sus oriundos, aunque lo olviden. Pero las canciones se los harán recordar, des-ocultarán para ellos ese acontecimiento primero y también para nosotros, que no nacimos allí, pero que, al amarrar nuestras historias personales a esa música, ya somos habitantes de

elen a ac o sta

Treinta, no del espacio físico en el que se enmarca el pueblo, sino de ese lugar creado (en el caso del ejemplo) por Brito. Y no hablo de un tema menor, los poietés son los auténticos fundadores de lugares, de ahí que Gabriel García Márquez, creador de uno de los cronotopos más potentes del Caribe, pidiera a músicos y bailarines de su tierra que lo acompañaran a recibir el Premio Nobel, para, en medio de la sofisticación sueca, armar una parranda vallenata. La creación de Macondo se alimentó del pueblo y a la vez, lo creó. Después de la obra del cataquero, un pequeño poblado del Magdalena devino territorio planetario y la expresión musical de esa novelística monumental, tal vez sea el vallenato, por lo menos lo es para el creador del cronotopo. Pero volvamos al concepto inicial. Aristóteles dice: Consideremos, por lo que al lugar se refiere, todo aquello que parezca ser en él una cualidad intrínseca y esencial. Concebimos, pues, el lugar como aquello que inmediatamente envuelve y contiene aquel ser de quien él se dice lugar; entendemos que el lugar no es nada que forme parte del ser contenido; además, que el lugar primero e inmediato no es ni menor ni mayor que la cosa localizada. Y, en fin, que puede ser abandonado por cualquier ser y que es separable de él. (Aristóteles: 1964, 617) Notemos que esta definición del estagirita conlleva a una separación entre lo contenido y el continente, de lo que se sigue que el espacio no puede estar vacío, pues lo propio de él es estar ocupado. En su concepción del lugar, lo contenido, es decir, los cuerpos, buscan el suyo natural, de ahí que el movimiento (causado) sea también característico del interior del continente. Estos razonamientos componen entre otros, lo que será la cosmología aristotélica, que se constituirá en la imagen del Universo hasta tiempos de Copérnico: El Universo es finito, limitado por la esfera de estrellas fijas, detrás de la que un motor

163


inmóvil, causa primera, mueve sin ser movido y causa sin ser causado. Dividido a su vez en dos esferas, la supra-lunar, en la que los cuerpos celestes, compuestos de éter, se mueven con un movimiento natural circular uniforme, y la sub-lunar, en la que los elementos buscan su lugar arriba o abajo; tierra y agua se dirigen al centro inferior con un movimiento natural lineal uniforme, mientras que fuego y aire buscan su lugar en el cielo, con un movimiento similar, pero en dirección contraria. Los cuerpos solo serán sometidos a movimientos violentos si se les impele una fuerza externa. Como vemos, el mundo aristotélico tiene límites, está lleno y en él los contenidos buscan su lugar natural de manera organizada. Dicho sistema es una de las raíces más profundas de la idea que sobre el espacio se tiene en Occidente: “Por tanto, el lugar es el límite inmóvil primero e inmediato del continente.” (Aristoteles: 1964, 619). Félix Duque hace una deconstrucción del concepto aristotélico y plantea el lugar, ya no como un límite natural del continente, sino como una construcción que, por lo tanto, es de carácter artificial. Para el filósofo español, el lugar no es inmóvil, ni advino en un momento claro: siempre se está moviendo, lo mismo que su origen está siempre desplazado, perdido. Así, “todo lugar es, pues, producto de una cortadura y de una raspadura: eso sí que es esculpir el lugar.” (Duque: 2006). Dicha acción también es confusa y no puede determinarse su sitio. Luego, el lugar tiene un doble origen: por un lado, se trata de lugares culturales, aquellos que tienen sitio en los mapas y una historia colectiva en la que se reconocen sus poblaciones, son los lugares que habitamos y cuyos tiempos se

[16 s ra] occidente

miden por la cronología; esos lugares fueron originados por la intervención del hombre sobre la tierra salvaje, por el ímpetu arquitectónico sobre aquello que estaba ahí, inviolado y casi inviolable, hasta la llegada de un grupo humano que lo hirió, haciendo lugar con esa herida. Por otro lado, hablamos de lugares cultuales, aquellos que se levantan sobre los que tienen sitio en los mapas, compuestos por los relatos míticos o las leyendas, por los poemas, los cuentos, las novelas, las canciones, los dibujos, las pinturas, las esculturas, las obras teatrales, las películas o las series de televisión (cuando éstas se inscriben en experiencias artísticas que rebasan el mero entretenimiento de masas4); estos lugares han sido originados en la mente de un poietés, son fruto de creaciones suyas, que universalizan el topónimo que determina el lugar cultural del que parten, pero cuyo territorio es de todos aquellos que habiten en la ficción, sin importar de qué modo, pues cada receptor de una obra de arte esculpe a su vez su propio lugar. Nos encontramos ya frente al concepto de cronotopo, de origen físico, pero que la teoría literaria ha desplegado para efectos de dar nombre a esa tipología de lugares creados por los escritores: Vamos a llamar cronotopo (lo que en traducción literal significa ‘tiempo-espacio’) a la conexión esencial de relaciones temporales y espaciales asimiladas artísticamente en la literatura. (…) Entendemos el cronotopo como una categoría de la forma y el contenido en la literatura (no nos referimos aquí a la función del cronotopo en otras esferas de la cultura). En el cronotopo artístico literario tiene lugar la unión de los elementos espaciales y temporales en un todo inteligible y concreto. El tiempo se condensa aquí, se comprime, se convierte en visible desde el punto de vista artístico; y el espacio, a su vez, se intensifica, penetra en el movimiento del tiempo, del argumento, de la historia. Los elementos de tiempo se revelan en el espacio, y el espacio es entenMerecen aquí mención algunas de las series colombianas que hicieron historia y que esculpieron lugares emocionales en los que habitamos sus televidentes, aún hoy, después de tantos años de haberlas visto: Escalona (1991), Caballo viejo (1988), San Tropel (1987), Quieta Margarita (1988-1989) y La casa de las dos palmas (1990), de la que sabemos partió de la novela homónima de Manuel Mejía Vallejo (1988), entre otras.

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dido y medido a través del tiempo. La intersección de las series y uniones de esos elementos constituye la característica del cronotopo artístico. (Bajtín: 1991, 237-238). Así pues, cuando nos referimos a lugares creados por el arte, el concepto de cronotopo tiene su origen en la teoría literaria, lo que de plano nos lleva a pensar que los grandes creadores de cronotopos son los escritores, ya que este bloque de tiempo-espacio se construye en co-laboración con el lector, quien da forma final en su cerebro a las imágenes que compondrán el lugar: Macondo (García Márquez), Hispania (Rubén Blades); pero también La Guajira, El Cesar o El Magdalena de los cantores vallenatos. Los cronotopos quedan tatuados en los cuerpos de sus receptores. De ahí que Duque, haciendo eco de Heidegger, hable de los fundadores de pueblos: para el filósofo alemán hay un poeta que re-liga a su pueblo, Hölderlin. Sin embargo, en la lectura del español se nos aclara el peligro de la comprensión heideggeriana del pueblo, de marcados tintes nacionalistas que, si se quiere, contradicen el hecho de que el lugar sea ilimitado, ya que, si por algo se preocupó el nacionalismo en el que, entre otras atrocidades ideológicas, germinaron las guerras, fue por marcar los límites entre el espacio vital alemán y el resto. A pesar de que Heidegger acierta en comprender al poeta romántico como uno de los mayores representantes literarios de la lengua alemana y, por tanto, como uno de los fundadores de ese lugar emocional, es imposible dejar de lado su simpatía por `la ideología nacional-socialista; observada también por José Luis Pardo, quien afirma: “Pero como tenemos oído que Heidegger tenía unos gustos políticos más bien lamentables, nos tememos que en esa alusión suya al origen haya alguna connotación de pureza racial con olor a campo de exterminio.” (Pardo: 1998, 171). Tanto Duque como Pardo, ven en las ideas heideggerianas a propósito de Hölderlin como el poeta con el que tienen que enfrentarse los alemanes en términos del Espíritu, un camino para analizar el asunto del lugar, no obstante, en la medida en que el filósofo habla del Espíritu Alemán, su mirada supone un peligro del que es preciso alejarse, ya que los lugares cronotópicos son de todos, nos pertenecen sin que les pertenezcamos y para habitarlos sólo tenemos que adentrarnos en las obras de arte; menciona Pardo a este respecto la Londres de Dickens que se levanta sobre la de los londinenses y que es la ciudad de esos millones de cualesquiera que en el mundo hemos leído al escritor:

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Así que, paradójicamente, ese Londres cualquiera, que es el Londres original, el sentido de la palabra “Londres”, aún estando en el origen, no es visible desde el principio: hay que descubrirlo (y a eso llamamos talento o genio). Al descubrir el Londres literal y global del que derivan por restricción todos los Londres figurados y locales, Dickens no solucionó ningún problema a los londinenses, sino que más bien les creó uno. Descubrió el Londres-problema del que todos los Londres locales, históricos y geográficos se presentaban como casos de solución. Descubrió a qué respondía Londres, cuál era su sentido textual, cómo se llamaba, a qué sabía y cómo olía. (Pardo: 1998, 191). Si el arte hace perceptible el acontecimiento inaugural, lo hace precisamente porque nos muestra la promiscuidad de la creación, el desplazamiento del lugar, el hecho de que existir implica estar situado siempre por fuera de ese lugar natal, de esa matriz nutricia, de esa tierra propia. Ninguna tierra nos pertenece. Pertenecemos a un lugar porque lo llevamos a donde vamos, pero no porque estemos en él. De ahí que solamos darnos cuenta de la grieta sólo cuando en momentos privilegiados de nuestra sensibilidad accedemos a lo perdido, no porque lo busquemos, sino porque nos busca, como ocurre cuando, estando en otro país, yo escucho Tatuaje en el alma. Notemos que hablo de un lugar cultural que no es el mío: yo nací en Medellín, no en Treinta; habito Treinta como lugar cultual cada vez que escucho a Romualdo Brito. Reafirmo el carácter ilimitado del lugar; los oriundos de todos los lugares nos sentimos siempre un poco desterrados, como nos sentimos abandonados por nuestra madre desde el momento de nacer, aunque no nos haya abandonado, y siempre la buscamos, hasta que la otra madre nos reciba muertos; pero mientras estemos vivos seremos expulsados de nuestro lugar. El arte nos re-liga con él: con el vientre, con la tierra, con el amado, con los amigos, con nosotros mismos, de quienes también estamos siempre un poco excluidos. No hay que irse de la tierra natal para ser un desterrado, sólo ha encontrado su lugar quien ha muerto, vivir es buscar el lugar. Viene a mi mente una película del director argentino Adolfo Aristaraín (1992), cuya trama sucede en una villa de la Provincia de San Luis, llamada Santa Rosa del Conlara. Allí vive una pareja (Mario y Ana) con su hijo adolescente (Ernesto) y todos luchan por mejorar las condiciones de los habitantes, quienes soportan existencias precarias, en medio de la explotación de un terrateniente y de la llegada de una multinacional con el propósito de construir la hidroeléctrica que amenaza con cambiar características tanto topográficas, como de convivencia. A pesar de que hay excelentes colegios para Ernesto en Buenos Aires y de que tal vez mejoren allí las condiciones de trabajo para Ana que es médica, Mario insiste en permanecer en Santa Rosa y continuar dictando clases en salones improvisados, ¿por qué? Porque como le explica a su hijo

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en algún momento, no es capaz de irse, él pertenece a ese lugar. Se trata de uno de esos poblados argentinos, que lejos de la capital, se abren a la inmensidad de una geografía desolada y a la vista de unas montañas desérticas si las comparamos con las nuestras, pero allí cobran sentido las batallas cotidianas del profesor rural, que no se reconoce en la gran ciudad ni en la búsqueda del progreso que atrae a los demás. La película, de claro tono proustiano, despliega una poética sobre los marcajes que el lugar inscribe en los cuerpos de quienes le pertenecen: colores, texturas, sonidos, sabores y aromas que penetran las superficies porosas, sensibles a esas huellas de un pasado que se mantiene “puro” en la materia viva. Luego de ser rechazado por la niña de quien está enamorado, Ernesto (que presiente una inevitable partida a Buenos Aires), talla en un tronco de árbol las rúbricas que guardan los códigos de ese amor inocente que, sin embargo, permanecerá en su memoria. En pocos kilómetros, todos los personajes, incluido un español (Hans, visitante en tránsito), que funciona como canalizador de las fuerzas humanas y naturales que allí se cruzan; son vividos por las situaciones, ocupados por el espacio, y nosotros, los espectadores, vemos los acontecimientos desde los ojos del adolescente, es decir, desde esa suerte de eternización del paraíso perdido, a la que asistimos cuando un Ernesto ya adulto regresa de visita al cementerio de la ciudad, al cementerio donde reposa su padre, muerto poco después de los acontecimientos y a quien inquiere con la pregunta pronunciada por una voz en off que se escucha mientras aparece Mario mirando a lontananza: “Me gustaría que me dijeras cómo hace uno para saber cuál es su lugar. Yo por ahora no lo tengo. Supongo que me voy a dar cuenta cuando esté en un lugar y no me pueda ir. Supongo que es así. Ya va a aparecer. Todavía tengo tiempo de encontrarlo.” (Aristatraín: 1992). Tal vez tengan razón quienes dicen que somos de donde son nuestros muertos, pero esto no tiene nada que ver con la identidad en términos de un nacionalismo venenoso, se trata de la materia de nuestros cuerpos, de una composición elemental que, por supuesto, carece también de límites.

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La condición de estar aquí Retomemos la reflexión de Maderuelo: El lugar es, por tanto, un tipo concreto de espacio, aquel que posee unas condiciones físicas determinadas y una forma emotiva y simbólica que se hacen reconocibles, lo que le permite poseer un nombre propio. Podríamos, pues, decir que el lugar es un espacio culturalmente afectivo. (Maderuelo: 2011, 17). Ergo, si la condición de lugar cultural está determinada por la asignación de un topónimo y por la simbolización colectiva que sobre él se hace, podemos inferir que la curaduría planteada desde el título La condición de estar aquí, invita a un grupo de artistas a compartir la experiencia de habitar en lugares culturales, conviviendo con los nativos, durante un tiempo; ello con el propósito de producir obras en las que se intente esculpir lugares cultuales, o por lo menos, contar dicha experiencia para hacer partícipes de esas geografías a quienes no las conocemos o no las hemos percibido con una intención creadora. Desde la convocatoria, los topónimos marcaron el eje de la búsqueda, se trataba de ir a lugares cuyos nombres sugestivos entrañaran ya una práctica: El Silencio, Puerto Triunfo, La Soledad, El Retiro, Calarcá, Laguna El Encanto, Riosucio, El Placer, Mundo Nuevo, Montenegro, Lomas Aisladas, La Pizarra, La Unión, Pueblo Tapao, La Esperanza, Alegrías, San Isidro y El Cofre. Podría extenderme en un intento poetizante sobre estos nombres, pero es el trabajo que ya han realizado los artistas que participan de la Muestra: expresar artísticamente, de distintos modos, las afecciones del espacio, de cada lugar, las fuerzas por las que fueron atravesados sus cuerpos. He venido de ese tiempo y de ese lugar sin rostro. En ese caos, ese caos calmo y completo, me bañé durante siglos innumerables. Ese vacío, más pleno que todo, me sustentó. Ese vacío fue mi carne. Ese vacío me creó. (Le Clezio: 2010, 13).

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En El éxtasis material, el escritor J. M. G. Le Clézio, se pregunta por el origen, ya no del lugar entendido como continente, sino de la materia que constituye al propio cuerpo fundido en la totalidad universal, y para ello, el camino se extiende otrora, lejos de la genealogía familiar, hasta antes de todas las familias, de la especie entera, incluso del planeta tal como lo concebimos en nuestra Era, la búsqueda se remonta al origen de la materia como tal, de la constitución material de todo lo que existe, de los procesos de aglomeración molecular que llevaron a la diferenciación de los cuerpos, de los reinos que llamamos naturales. Visto así, todo está mezclado: por mis venas corren los ríos desde los principios de los tiempos, con toda su limpidez, pero también con toda su inmundicia, con los animales que los pueblan, con los pedazos minerales que componen los fondos, con los detritus y millones de deyecciones que arrastran; también me recorren los océanos y los bosques, las aguas filtradas en la tierra y las que caen del cielo; voy conteniendo los cuatro elementos en los kilogramos de carne y los litros de agua que me llenan. Voy con el universo y él va en mí. No hay separación, no hay fronteras, no hay límites. Mi piel es membranosa, porosa, todo entra en mí y todo lo penetro. No sólo me contiene el espacio, yo lo contengo a él, nos contenemos. Cada cosa lleva en sí su infinito. Pero ese infinito tiene un cuerpo, no es una idea. Es el espacio preciso de la materia del que no puede salir. El único infinito donde se expresan todos los otros infinitos es la barrera real de la materia: todo lo que es, es infinitamente. (Le Clezio: 2010, 14).

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Notemos la cercanía de Le Clezio con el poeta Walt Whitman en su Canto a mí mismo: Mi lengua, todos los átomos de mi sangre, formados de esta tierra y de este aire, Nacido aquí, de padres cuyos padres nacieron aquí, lo mismo que sus padres: A los treinta y siete años de edad, con la salud perfecta, empiezo, Y espero no cesar hasta la muerte. (Whitman: 1975, 113) Se trata sin duda de un paroxismo de la materia, de un éxtasis material. Y uso estos dos fragmentos literarios porque, ¿quién sino un poeta puede comprender este fárrago elemental que nos ocupa? Claro, ya lo sabía Lucrecio, ese sabio romano, considerado empero loco en su tiempo: ¿A quién se le ocurre hablar de la naturaleza de las cosas como de una permanente penetración de cuerpos, movidos por fuerzas incontrolables? El mundo comprendido como esa borrasca material en constante declive, responde más a la idea de caos que a la de orden que da nombre al fenómeno desde las cosmologías inaugurales. Hacía falta una historia entera de búsquedas filosóficas para que la ciencia mostrara que ese latino chiflado no lo estaba tanto y que todo tiende irrefrenablemente a la hecatombe, pero también, que todo está mezclado. La organización de los cuerpos contenidos en el continente que es el espacio, cuyos lugares señalan límites según Aristóteles; es poco más que una ilusión vista con ojos lucrecianos. Sí, buscamos nuestro lugar, pero no nuestro lugar natural como señalaba el griego, más bien buscamos un lugar difuso y revuelto que, además, se confunde con tantos lugares cuantos cuerpos componen el mundo. Es decir, si pensamos el lugar, ya desde un punto de vista estrictamente materialista, todos los lugares están siendo penetrados y penetran. Esa es la senda que elijo para pensar el problema del espacio, la que eligieron Carlos Mesa, Pardo, Rosset, Deleuze, Spinoza, Lucrecio… Hemos escogido el camino maldito. ¿Y el sujeto kantiano? Lejano de estas consideraciones, o por lo menos, partícipe tardío de un encuentro que data de millones de años atrás y que sigue ocurriendo en las profundidades y en los bordes de todo lo material, al margen de las facultades de entendimiento, razón y juicio. No se trata entonces aquí de pensar a estos artistas como sujetos cognoscentes que observan

objetos cognoscibles y que, a partir de sus juicios, crean obras bellas que luego serán también observadas por una comunidad privilegiada de buen gusto que asiste a la muestra ahora expuesta. No. Se trata de conglomerados materiales que, durante un periodo de tiempo, se mezclaron con toda la materia que compone esos espacios elegidos, esos lugares: tierra, aire, agua, fuego; también sangre, sudor, semen, orina, materia fecal, mucosas, sustancias químicas naturales y artificiales, minas, balas, aguardiente, ron, cerveza, arepas, café, arroz, panela, carne de cerdo, de pollo, huevos, y hasta palabras, pues el lenguaje también responde a esos ritmos naturalizados en cada región y se hace cuerpo en las ceremonias cotidianas. Esas particularidades, que muchos teóricos llaman atmósferas, motivan las residencias: ¿Cómo expresar la condición de estar aquí? Pero no hay respuestas, sólo misterios. Cada vez más misterios, si todos los artistas que componen la Muestra hubiesen estado en un mismo lugar, también las obras que expresan las experiencias y que ahora miramos, habrían sido distintas, pues cada conglomerado material, cada aparato fisiológico, cada cerebro, experimenta de modo inédito para los demás esa penetración espacial. Cada cuerpo (humano para nuestro caso) es superficie de contacto y, por lo tanto, de inscripción del espacio, de marcaje único.

¿De qué espacio hablamos entonces? El libro Sobre los espacios pintar, escribir, pensar ha sido escrito por Pardo alrededor de dos novelas de Peter Handke, aunque como él aclara, no se trata de un estudio sobre el autor austríaco, sino de una reflexión sobre el espacio atravesada por asuntos que le han permitido pensar estas obras literarias. Aunque también se remonta aquí Pardo a la obra de Cezanne y a la filosofía; dando así forma a los tres acontecimientos anunciados en el título. Valentín Sorger, el personaje de una de las novelas revisadas, Lento regreso (1979), quiere escribir un ensayo titulado Sobre los espacios, que de algún modo leemos en el libro del filósofo español. ¿Qué ocurre en su búsqueda? El esfuerzo de racionalizar el espacio, de comprenderlo desde unas coordenadas humanas, se enfrenta al vértigo que le produce una indomable naturaleza que rebasa cualquier comprensión, una historia del espacio que se derrama más allá de la historia de lo humano. Así, el personaje experimenta la imposibilidad de asirlo con base en a priori, pero también, de medirlo, de situarlo en planos; para poder habitarlo se aboca a la tarea de una indagación material que recuerda la que señalé líneas arriba a propósito de Le Clezio, aunque su modo de expresión sea el dibujo. En el tercer capítulo, La Geo-poética, Pardo apunta tres dimensiones de la geografía: escritura de la tierra, inscripción en la tierra y escritura sobre la tierra. El ejemplo al que acude para explicar no puede ser más claro: El agua choca repetidamente contra la montaña, dejando en ella una huella (grafía);

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la montaña expresa, ese gesto suyo da cuenta de la fuerza con la que el agua la toca. Posee entonces la montaña una memoria geográfica (del choque), una imaginación para fantasear e invocar la repetición del contacto y una sensibilidad para experimentar la presencia de la corriente. Para el agua la montaña es un hábitat; para ésta, el paso del agua crea un hábito. El agua ha encontrado un lugar en el que devenir sentida; la montaña ha encontrado una forma de devenir sensible. Ha ocurrido el acontecimiento del Espacio, que solo siente la montaña en la repetición que la marca, pues la primera vez es imperceptible para ella, el río es río por hábito, por repetición, de marcaje y de gesto, de escritura y de expresión. Ya entonces el agua ha escrito sobre la tierra, pero, ¿cómo entra aquí el artista? Recordando el momento prístino, que la montaña ha olvidado, que nosotros hemos olvidado, horadando nuestra memoria. De ahí la recurrencia a Cezanne: el pintor pinta todo como si se tratara de su génesis, una manzana como si fuera la primera manzana, una montaña como si fuera la primera montaña. ¿Conoceríamos nosotros la Montaña de Sainte-Victoire si Cezanne no la hubiese pintado tantas veces, si no se hubiera dado a la tarea de crearla como si en cada cuadro acaeciera el Espacio, ese espacio, ese lugar, por primera vez? Se trata de un paisaje más de la región francesa de Provenza, al sur; pero por gracia del artista, poietés, fundador de lugares, es para nosotros la primera montaña de Sainte-Victoire, la eterna, aquella en la que quizá queramos habitar más que en la otra, física, cuya topografía podría antojársenos grisácea y monótona si la comparamos con la que acontece en las pinturas. Así, la montaña espacia en el cuerpo del pintor y éste a su vez, espacia en la montaña y expresa dicho gesto espaciador en las telas, con las que, de nuevo, espacia. La mirada demorada del artista, esa manera de habitar el lugar5, de comprender una historia espacial, elemental, que escapa a los alcances de lo humano, es lo que persigue el que va tras los pasos de Sorger en la segunda novela revisada por Pardo, La doctrina de Santa Victoria (1980). AborInvocada por Heidegger en Construir, habitar, pensar, para efectos de plantear la necesidad de construir con un gesto inseparable del habitar, entendiendo por habitar dejar ser a la tierra, salvar a la tierra, demorarse en la tierra para comprenderla en su ser. Lo que parece ha costado tanto a los arquitectos funcionalistas, sin embargo, fue propio del gesto creador de Cezanne.

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dada desde esta perspectiva, la geo-grafía deviene geo-poética, tanto del agua que escribe cuanto del poeta (del artista) que escribe sobre ella (sobre la tierra con su cuerpo y sobre la tierra en el papel o en el lienzo). Si el agua deja una huella sobre la tierra, el creador lo hace también y, además, deja sus trazas sobre otra materia (salvando del olvido al acontecimiento espacial) por medio de la que el paso del tiempo se detiene y nos permite asistir al instante fundacional.

tearnos algunas preguntas: ¿Cómo estamos esculpiendo lugares? Si la emergencia del lugar implica una herida, ¿cómo estamos comprendiendo desde el arte regional esos nuevos lugares de nuestra historia? Al arrogarnos la prerrogativa de producir relaciones, ¿no estamos invocando un retorno de la entronización del sujeto, ya no por los caminos de la belleza y la figuración, sino por los de la transformación social? Estamos ante un riesgo, sobre todo en tiempos de tanta crisis, pero también, nos encontramos ante la llamada a reflexionar sobre los posibles derrames y trasvases de la experiencia creadora; a los que los artistas, constructores de lugares, se ven conminados cuando el devenir histórico nos destroza.

El cierre Pre-ocupados por el espacio, los artistas lo territorializan a su vez. De este encuentro al que han sido convocados, resulta un puñado de obras que, al ser exhibidas en un lugar, componen una polifonía expresiva. Los modos en que cada uno creó su obra serían motivo de otra reflexión que excede los límites de este trabajo: desde registros fotográficos, pinturas, dibujos, instalaciones, obras procesuales, hasta diarios y resultados de experiencias colectivas que propenden por el mejoramiento de las condiciones sociales o por la meditación sobre el statu quo, tales como talleres o creaciones a varias manos. El arte que rebasa lo meramente objetual y que incluye la creación de situaciones o de relaciones inéditas y la forma como esos planteamientos actuales se han reelaborado en nuestro país a la luz de las condiciones históricas de este tiempo, son asuntos que reclaman ser pensados. De cara a lo que he dicho, las nociones de identidad y nación, en el marco de los retos a los que nos enfrentamos en el umbral de nuestra más contundente actualidad, demandan ser revisadas. En suma, se trata de plan-

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*Nota:Las cursivas para la palabra

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lugar en la mayoría de citas de otros

y la palabra. Caracas: Universidad

autores, son mías, para efectos de

Central de Venezuela.

claridad.

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CRÉDITOS

Equipo 16SRA Centro Occidente Daniela Argüelles Gómez Andres Felipe Gallo Patiño Beatriz Amelia Mejía de Millán Equipo curatorial

John Quiceno Productor

Cristian Muñoz Adrián Trejos Jefferson Salazar Camilo Ortiz Ladino Julián Céspedes Santiago Chiquito Sebastián Quintero Logística y montaje del

Valentina Salazar Vinasco Ana María Salazar Aguirre Asistentes curatoriales y de producción

Andrés Gaitán Asesor artes visuales Diana Camacho María Victoria Benedetti Laura Sofía Arbeláez Área de Artes Visuales Ministerio de Cultura

componente expositivo

Andrés Herrera Anthony Santamaría Bibiana Ríos Carolina Villada Daniel Orrego Erika Rengifo Francy Orrego Ricardo Silva Valentina Ramírez Yenni Méndez

Fecha de apertura y cierre del componente expositivo:

Septiembre 14 a octubre 26 / 2018 Espacios del componente expositivo:

Facultad de Bellas Artes y Humanidades Universidad Tecnológica de Pereira, bloque 12 Centro Colombo Americano Cra. 6 # 22-12 La Bodega 16SRA Avenida 30 de Agosto # 49-50

Mediadores 16SRA Centro

Alejandro Morales Pérez Maria Fernanda Ariza Profesionales de proyectos Nelly Peñaranda Directora Arteria Fundación Arteria

Aida Trejos Alexander Tello Jaime Manrique José Puentes Ayala Juan David Marín Múnera María Ruíz Equipo de Producción del componente expositivo

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Occidente Agradecimientos:

El equipo del proyecto curatorial “la condición de estar aquí” agradece inmensamente a todos los socios, aliados, patrocinadores y amigos, por quienes ha sido posible la convergencia de esfuerzos colectivos y colaboraciones de diversa naturaleza, que son el fundamento de la actividad artística, académica y cultural que enriquece la perspectiva de artistas, comunidades y espectadores del 16SRA zona Centro Occidente.

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PATROCINADORES

Proyecto de:

GOBIERNO DE COLOMBIA

MINCULTURA

En asocio con:

Aliados:

pen

Apoyan:

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Este libro se terminó de imprimir en Noviembre de 2018, en el taller de Artes y Letras S.A.S. Para la formación de textos se utilizaron fuentes de la familia tipográfica Sabon, diseñada por Jan Tschichold en 1967 y la fuente Mr Eaves diseñada por Zuzana Licko en 1996. También se usó la fuente IBM Plex, diseñada por Mike Abbink y Bold Monday en 2018.


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