TIPOSHUM CAMPOYL
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las fotos que integran este volumen salvo indicación expresa, pertenecen al autor. Foto de la carátula: Amílcar M. Persichetti.
NOCIONES METODOlÓGICAS ,RElI Etimología y significados de Criterios TI'OS HUMANO los tipos las tres lo dimensión Lo dimensión lo dimensión En busca de uno lOS n,os PAISANOS Tipos humanos de lo estancio El caudillo El peón "po'todo" El domador Tipos humanos del comino Los troperos y los carreteros Los mercachifles las "carperas" los contrabandistas los desdasados, Antecesores Los "siete oficios" Los montaroces lOS 111'05 CAMPESINOS Los cha::areros Los granjeros Los plantadores los quinteros lOS TIPOS URBANOS los bichicomes los prostitutas calleleras los cuidadores de automóviles 1.05 TIPOS ORiLlEROS Etimología y sinonimia término "orillo" Los orilleros Los orilleros los orilleros del I.OS TIPOS MARGINALES El escenario de los pescadores de' lo vida social El acervo tecnológico CONCLUSIONES
18 20 21 21 22
23 24
25 25 28 29
32 32 41 41
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efectuar el frópológic;os Miembro Exp~rtos de Aetualmentees Cultural en la Susprincipc:Jles PUIj)W::aC:IOrleS una sociología rural
en ,América. indígena
«19601, Sº~iedades cut UfO gallega (1961 del opusculodé J. L El PCiisajeur"guayo ( res gauchos y litera,tura Poesía y compo. De. nal'ivis;mo Bdad de A....ricar Ha escrito
de qUilnlEmfc)s
año 1942 comienza a espedalizarse en SodoenuaIC)$ sistemá ticos de y Geografía Humana. a conocer intensamente el Uruguay, cuyos a viajar por África, y Asia para Desde 1962 el Centro de Estudios An~ AMERINDIA y los CU,AUI::I<l\IU:S :. ,,+ del y de
Hombre abarcan los títulos: rural uruguaya (1 955 ),El caballo de América colonial «1958 L ( 1960 ) , y universalismo la del territorio -edición y comentaríos AfltrolPologiía e historia (1 ) I Cabanos y (1 1967), El Y su mundo (1967), tierras del sin (1 ), El Tango y literatura (1968), en revistas
ETIMOLOGIA voz "TIPO'Il
SIGNIFICADOS DE
La
de los tipos huse abordará en t."Ste nos ponetimología y -o voz "tipo". Tipo gtiego typos y quiere decir equivale a imagen, sello, marca, figura. Tipo, por lo tanto, puede como "molde o modelo que determina una serie de objetos derivados" (LALANDE, 1951: 1 ~55). El tipo sentido, engendra una colecdón de imágenes semejantes al modelo. linotipo, por ejemplo, acuña en el metal fundido, cuerpos de letra que dejarán en el papel, una vez efectuada la impresión, caracteres idénticos al cuño
una al R'allCnO un sello, mafeo, Los son de
vall"lelC1al:1es de
tipos sociológicos, tipos psico-hojas humanos, tipos tejidos conjuntivos, tipos materJnátJ.cos~ etc. A nosotros nos interesan, exclusivamente, los tip'os humanos, y a ellos nos referiremos de Inmediato. Los tipos humanos pueden ser reales o ideales. Su constTucción· surge a posteriori, luego de efectuar una inferencia. Para construir un tipo se va de lo particular a lo general, de la casuística a la abstracción. Algunos ejemplos servirán para comprender el proceso elaborativo de un tipo humano en las dos dimensiones indicadas. En el caso de los tipos reales éstos pueden ser promediales o prototípicos. El tipo promedial surge de una operación empírico-estadística. Sea el caso del tropero, clásica figura laboral del campo uruguayo. Troperos de ayer y de hoy, del sur y de la frontera, tropero:~ con nombres propios y modalidades personales, homologados todos por una especial tarea, la de con· ducir y custodiar el ganado arreado a la invernada, a la Tablada o a la feria, van decantando a la larga una serie de caracteres concretos que ,permiten realizar un esquema, obtener un promedio. El prototipo es el tipo concreto representativo por excelencia de una cualidad. El baqueano Cheveste es el prototipo de los baqueanos; Aparicio Saravi.:a el. prototipo de los caudillos rurales; Arligas, el prototipo de los caudillos nacionales. E.: tipo promedial posee una individualidad; el pro·· totipo se encarna en una personalidad. Aquél ':'s ahistórico y brota de una abstracción racional, éste es un ser con'::retb que concentra en sí todos los rasgos reales posibles.
Changador o D'Hasfrel) .
espartillero
urbano
(litografía
de
En el lenguaje popular la voz "tipo", referida a un ser humano, sirve ya para designar a una personalidad singular ("es un tipo fenomenal"), ya para indicar a un individuo innominado ("había un tipo parado en la esquina"), ya paTa denigrar a un sujeto despreciable ("fulano es un tipo") . El tipo ideal o arquetipo no existe más que en la mente de quien lo elabora. Todos los rasgos de la realidad, concentrados y perfeccionados, se focalizan en un tipo cuyos caracteres han precisado los filósofos e historiadores de la cultura. Pensemos en el tipo de "político" idealmente construido. Para COMTE (1830-42, IV, lección L: 291) el tipo ideal exige, para ser válido arquetípicamente, un "justo grado de exageración ( ... ) hasta el cual la realidad' nunca podrá llegar". Para WEBER (1944, 1: 18-19) es condición esencial que las abstracciones sociológicas fabriquen conceptos "relativamente vacíos frente a la realidad concreta de lo histórico". Estos tipos puros o ideales son "estructuras" que muestran en sí "la unidad más consecuente de una adecuación de sentido 1<;> más plena posible" y se conducen como "un proceso físico calculado en el supuesto de un espacio absolutamente vacío". Para SPRANGER (1954: 131) las formas de vida -el hombre econ6mico, el hombre estético, el hombre religioso, el homhre social, etc.- "no son fotografías de la vida real, sino que se basan en un método de aislamiento e. idealización. Se engendran por tal manera tipos ideales de intemporal carácter que han de ser referidos como esquemas o estructuras normativa:~ a los fenómenos de la realidad histórical y social". El término tipo exhibe en su historia semántica múltiples variaciones. Los griegos, en particular los filósofos, lo usaron con distintos significados. Para Platón es una representación esque-
CRITERIOS CLASIF ESTAILECERTIPlOI Recién a lo'gía se fico de campo de las eleJnCll~ fue el propulsor de esta dislcin)iÍna analizar los distintos NIAKOFF, 1897). Esto no significa hieran establecido, tintos tipos ca:rac:tel~ol()2Í'cos frasto (373-287 ción por describir obra Los Caracteres semblanzas, escueta y clentlílCamlen-te con la ciencia de la titudes barde, más tarde escribe una para pintar ya no se trata un enjuiciamiento de sociedad cortesana de glione (El cortesano, les del cabanero
del pensamodo obextravertidos narcisistas
:Familia
:filfa I ºruguaya~
Fofogrcfiade fines riel siglo XIX. (Museo Histórico Nacional),
eottey el español Gltacián (El héroe, El discreto,
El PlíflíticO') comienza a pintaren 1630 un vasto y barroco friso de personalidades ideales, de ar,quetipos dignos de ser imitados por sus contempOrheos. La tipología, empero, todavía está en pañales. y ruando surja, en las primeras décadas del siglo Xx,· lo hará bajó el signo de la ambigüedad. En docto, el establecimiento de los tipos "depende :1Í1llfCamente del fin perseguido y de las pTeferen(c]:asdoctrinales; cuando se cambia el principio una 'Clasificación es sustituida por otra. Es lo que ha :mecho decir que las. especies fueron imaginadas pata la comOdidad de los sabios y que en la realidad no existen más que individuos" (SCHREIDER, 1950: 12). Las clasificaciones tipológicas ,del· horno saplens reconocen, pese a su abundancia,
algunas líneas fundamentales. Éstas, en definitiva, son dos: la somática y la .psíquica. Ambas, a su vez, responden a determinantes económicos, sociales y culturales cuya importancia no puede jamás sosIayaTSe. Las tipologías sOIlláticas agrupan a los hombres desde el punto de vista físico: la figura corporal, la raza, el sexo, la edad. Hay así negros, amarillos y blancos; niños, jovenes, adultos y viejos; hombres y mujeres; y dentro de los criterios escogido."\ para clasificaT la figura corporal se distinguen los til)OS circulatorio-respiratorio, digestivo, nenro-cerebral, locomotor-muscula:r; (Rostan, 1826); macroesquélico, mesatiesquélico, braquiesquélico (Manouvrier, 1902); leptosómico, somatosómico, nosómico (Sheldon y Tuckner, 1940), etc.
que son por En tal sentido la tipología se convierte en la "ciende los tipos humanos considerados desde el de vista de su conformación física, pero (en (correlación con el psiquismo" (FOULQUIÉ, 1028). Si se toman en cuenta las tipologías más recibidas, o biotipologías como también se !Nama (Kretschmer, Jaensch, Pende), hay en ellas "cierto acuerdo para individualizar un tipo delgado, esbelto y sensitivo (asténico, cerebral:t ectomornfio, cerebrotónico), un tipo grueso, ventrudo y ~m:ante de los placeres gastronómicos (pícnico, abd:ominal o digestivo, end'omorfo, viscero'tónico) y un ancho, robusto y con voluntad (atlético, mesomorfo, somatotónico). Los tipos así constituyen límites variación dirigida, de los tipos intermedios, más comunes, que a veces se llaman normotip'os" (PIERON, 11964: Nuestro ha cumplido con una necesiinformativa al ofrecer una breve enumeración de las tipologías desde los puntos de vista psíquico o somatopsíquico, cuy~as actuales tendencias están repTesentadas por caractIEf'oJla:rílas" al estilo de de LE SENNE, ya nos reclama, perentoriamente, el tema de la tipología humana nacional.
TI·POS. HlIMA
UR.IUAYA
o
LOS TIPOS SOCIOCULTURALES El criterio que preside la tipo~ogía analizada en~te estudio está prefigurado por el título del volumen. Vamos a ocuparnos de los tipos humanos del campo y la ciudad: el peón de estancia, el canillita, el contrabandista, el chacarero, la rezadora, el tropero,. el gaucho, e} compadre,. el cazador furtivo el carbonero, el afIlador, el bolIchero, el baqueano,' el bichicome, el curandero, el ciruja, el boyero, y tantos más que clasifica~emos ~n 3U momento~ . Estos tipos existieron o eXIsten, tIenen vigencia histórica y localización geográfica, poseen un repertorio de costJ,lmbres, ocupan un lugar. e~ la estratificacióIlsocial; son exponentes, en defInItiva de una cultura o, como es más correcto decir·.' de las subculturas' que parcelan una cultura na~ional. Se trata, por lo tanto, de tipos v!sibles, con peculiares aspectos en su modo de vestlr, hablar o actuar. Responden a los dictados de una
DE LA
OCIEDAD
economía, actúan socialmente, poseen particulares concepciones de la vida. Y todo ello se refleja en una especial conducta, en un psiquismo característico. En cuanto a su construcción, son de naturaleza empírico-estadística. No es pcsible erigir al Gaucho Florido en paradigma de los gauchos el Martín Aquino en el príncipe de los mat.reros. Esto no impide que busquemos a veces las dImens:ones ideales de un arquetipo o señalemos las cualidades históricas de un prototipo. Y aun cabe la anécdota del caso concreto. 'Claro que lo general y abstracto debe privar sobre lo particular e individualizado: a la ciencia no le interesan los hechos aislados sino las uniformidades. Las ciencias sociales, en particular la sociología. y la antropología cultural, nos servirán como guías conceptuales y metodológicas. Pero no ~e desechará el testimonio de los viajeros, la memona
°
los cronistas, el don de observación de los periodistas, las recreaciones literarias de los noveeslistas, narradores, dramaturgos y poetas. quemas científicos deben decantar vivencias de lo cotidiano. Y así surgirá la rumorosa, colorida y por momentos desamparada colmena de nuestro "color local", que siempre es el color de la pobreza, el trasunto de la cultura de los humildes, la estrategia para estibarse en las bodegas la pirámide clasista. Los tipos populares son pintorescos exteriormente y dramáticos en su esencia. La visión tradicional exalta con fTases entusiastas y patrióticas la autenticidad con que encarnan lo "nuestro", pero esquiva cuidadosamente ahondar en las carencias delsubconsumo, en las degradaciones de la ignorancia. Desde ya prevenimos que éste no es un inventario de viejas o nuevas felicidades folklóricas, sino un análisis de las causas y efectos de la cultura de la pobreza y su !'efracción en la tipología humana nacional. En tal sentido configura un ejercicio de desencanto, una de:luncia que las ciencias sociales, por el propio hecho de serlo, no pueden silenciar.
en de
conocer urbano, es es de cuño Se han .ete,ctuaao cultura, cuyo COIlce1Dto tribución ,,..n r'l1l~1 .miento autores Y'VJl
LAS TRES DIMENSIONES DE LA CULTURA ¿A qué criterios recurrir para ordenar el abigarrado friso de hombres y mujeres que desde d pasado al presente llenaron con sus cuerpos y mentalidades, con sus trabajos y sus recreos, con sus papeles y posiciones sociales, el marco de un territorio y los resquicios de una nacionalidad? Los caminos a escoger son múltiples. No existe un cartabón lógico que permita agrupar a los tipos humarros dentro de un compendio clasificatorio con validez absoluta. Pero la tarea nuestTa se encuadra en el marco de referencia de la antropología y esta ciencia, en particular la an-
r
biente plícita "La conducta de los tanto, no gica. ticamente, la invención a través del ap'rerlQl:~alt::. gen de lo flexible a un
mscrItos en un grupo parte de supone una del no hay sociedad (humana, claro .. a.u~u."',u se habla de animales) son como el anverso y reverso de 4'U na cultura es el modo de vida de en que una sociedad es el agre on~al1lízaldo de individuos que siguen un misde vida" (HERSCOVITS, 1952: 2). sociedades ,un sistema en operación de roles más correcto decir) determinados estratificación social que surge de .las relalos con el modo de producción, y las formas de ganar sociedades posfen eslmlClonles' son esto es surevolucionarios; están cony se perpetúan a 10 cual, en mayor o sus componentes
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en la tipolode los los -do-
,;)'.J\..UU''-.:l
asÍ-
imitación, etc.--- y los positiva o negativamente con el disfrute de los recursos económicos. 10
paisaje sin tiempo.
Los tipos humanos revelan una cultura e ideoI~~a pe~uliares determinadas por la estratificaclan SOCIaL N o son aerolitos caídos de un· cielo caleidoscópico para gozo de los literatos o deleite de los pintores que han escogido a los harapientos del cuerpo y los del alma para encarnar las cidades del pu~blo: recordemos los mendigos Bruegel o Murillo, los personajes de Víctor Hugo o Florencio Sánchez. Vamos a dar un ejemplo claro de la dimensocial de la cultura. La subcuItura de uruguayos dedicados a la ganadería es compartida,
TEMPORAL tipos humanos tienen vigencia his,tÓirica: culminan, decaen, mueren. Algunos espara siempre: el gaucho, mamayoral, el baqueano, el rastreador, el el aguatero, el paragüero. Otros se han tiempo: el changaqor de antransformado con se en el actual "siete oficios", el payador radiofónico, el en el comerciante sedenno es un cuerpo estático: próceso de cambio, siempre se usoS y costumbres se suceden con ritmo pausado o vertiginoso: en determinados sectores del campo uruguayo todav!a sobrevive. el repertorio material y mental del sIglo XI~ ~llen tras en Montevideo nos desvela el advemmIento del ya ceTcano siglo XXI. Los carboneros ~e los bosques fluviales padecen una subcultura .casI. pTehistórica' los pl'ay boys de Punta del Este apuran hasta el'hastío los placeres de la modernidad tecnificada sofisticada y opulenta. Esto revela la coetaneidad espacial de dos épocas, ~os distinto~ !empos socioculturales en una sola area geografIca., En la ordenación de los tipos humanos habra, pues, que tener en cuenta el factor histórico. El tiempo social, estudiado por GURYI!C: H (1963, 11, 325-430), que incide en la dInamIca de los grupos y de las sociedades globales, o.rdena en la sucesión cronológica o enfrenta en el hIato cul,tural de dos tipos coetáneos pero no contemporaneos toda una problemática que aparecerá e? el tratamiento de algunos tipos humanos analIzados en este estudio. \.-"J'''U.4....
Mujer de D'HasJrel.
campaña,
hacia
1840.
litografía
de
lidad del rancho es la tecnología miserable, la suciedad, los malos olores, la promiscuidad de la familia, el trabajo mal remunerado y. el hambre siempre diligente. Sin embargo, menCIonar estos aspcctbS es, .para muchos espíTitlls ruralistas, po~ litizar el tema, convertir a lo inocuamente "tradicional" en un manifiesto de las "clases pe~ ligrosas".
LA DIMENSION ESPACIALJ' Los tipos humanos, en su calidad de portadOTes de una subcultura determinada, se distri-
Una escena típica del área
paisanacontemporónea~
buyen en el espacio concreto de la geografía. El contrabandista de la frontera, con sus cargueras y sus "comparsas", representa una variedad espacial peculiar. Hay también contrabandistas fluviales, asentados en las orillas del Tío Uruguay. y los hay en el Río de la ·Plata. Y todavía está la especie de los que utilizan los transportes aéreos. Pero el factor geográfico no solamente permite ubicar los distintos tipos humanos uruguayos en un mapa. El comarcalísmo se manifiesta, además, impon:endo géneros de vida. Cuando las sociedades humanas no se han emancipado por medio de una adecuada tecnología de los mandatos de la naturaleza, el determinismo geográfico gravita de manera decisiva. Los isleños padecen los peligros de .las crecientes, los pescadores están aislados del mundo por un ancho y estéril cordón de dunas que llega a veces a las proporciones de desierto costanero, los habitantes de las arip'ucas en las arroceras o de los benditos en las carbonerías sufren los altibajos del clima y el impacto de una absoluta orfandad de dispositivos materiales. La geografía, por lo tanto, impone géneros de vípa que podrán ser eludidos. recién con la mecanización de las tareas rurales:' cuando el Viejo
dor que El espacio la génesis y r"ú"i::l r'.¡......"'I",.. . . . del chacarero hombTe solar dad una em:Idatd chacareros ce pocos guna solemne OCc:lSlÓln rCm~~l0.5:a bio, el El caballo la peniUanura. al horizonte y nados por el En la época o las guerrillas y el hombre .. r'." ..."fo'...... de lugares y entrañas Queda 1""'rl~u:¡oj espacio: el T'YI"''71"1111T''rl
de un tercer al tratar 13
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de
de un mismo en la moscas, el otro se pasos, en los links tínarrlente es¡:_aC:LO social que los separa el habitante el
EN BUSCA
UNA CLASIFICACION
intentarse clasificaciones de los humanos del Uruguay. U na de las posibles surge nítidamente del manejo de las tres dlI"l1el(1S110m~ de la cultura anteriormente señalada: hí5,tólric,:t.men1t.e escalonados Un si se quiere una oficios" tan bien es1962. sub-empieo obliga a los marginales 'fotar de a una de "changas". Tipos históricos son el gauderio, antepasado del gaucho, en el área rural, y el pintoresco cochero del tranguay, difusor del tango a de la ruta por urbana. Un geográlos caballos, en ficamente es el cañero Artigas, una nueva modalidad quien no sólo un estilo de lucha agrícola sino por la tierra, una mentalidad revolucionaria. En cuanto a la caracterización polivalente de los hay (el caudillo), klóricos yuyero) , el 14
maestro rural, el médico de campaña) ~ esquilador, el deschalador, el trenzael escobero, el botellero y ropaveetc.). como se comprenderá, no es una clasificación total, con todos del pasado y del preLdIHU'U'. Dicho inventario ta~¡t1dllO~,O catálogo. esc:of!lLdo presenta otros, pues se refiere (l, pe:rman,cnt:es, cuya tipicidad es viEl murguista es un tipo caro sea ocasional. Un año puede actuar en un conjunto y el siguiente no. El canilHta, en cambio, vive de la venta de diarios; el oficio ha inscrito muy profundamente en sus actitudes 80en su habla popular, en su actitud general ante la vida, una impronta indeleble, que lo determina integralmente. N uestra clasificación se ordena de acuerdo con el reconocimiento de cinco grandes grupos de los paisanos, los campesinos, los orilleros y los' marginales. Los paíhabitan en el campo, pero es muy distinto, económica, del campo agra--entre los que se puede, con a los pueblerinos, pues el pueinterior es un administrativo y social de la urbe- se individualizan en razón de su habitat, netamente definido. Los orilleros son los tipos representativos de una zona ecológica donde el la ciudad se fusionan para formar l<'irLa:hneJo.te están los marginale..,,; geo-marginalidad económica) luego- reprecomo se por los pescadores de la \..,.lU,UaUuJl.l.\A'l
I
Un país, es una están humanizados sanos, que son sus un , 1960, 1: etIlmolóQ'ica de esta
¿u,J."'.UJ,a
p1agus. El poblado de esto es, una aldea, un pueblito, un paganos eran en la antigua Italia los pagos. Cuando la ciudad de al cristianismo los paganos, permanecieron fieles a las . . poIiteísm?,. Hoy se conserva la cormo, ., taclOn rehglOsa del termino , que se . . a t o,d os. no CrIstIanos del orbe, y se ha :lado la ...........". ."J,:::;u... ,a. . volvamos al paisano. En el d paIsano es el hombre del en del a la co-
end secan el campestre. Dicho campestre coincide con la figura dd rural temporario pues "cuando se les da la gana se van sin d menor motivo, porque no se les nota afición a sitio ni amo ni hacen más que Su antojo presente". Naturalmente que Azara mira las cosas desde el ángulo patronal, que pide mucha devoción y concede poca paga. También los otros rasgos caracterológicos que otorga al paisano o campestre del siglo XVIII son poco favorables, por lo menos para la mentalidad europea del sabio español: "No teniendo otra instrucción que la de montar a caballo y como se ocupan desde la inJancia en degollar reses, no ponen reparos en hacer lo mismo con los hombres y esto con frialdad y sin enfadarse ... ". Azara no insiste en el complejo cultural del caballo, tan decisivo en la construcción de una mentalidad colectiva, y desmesura la propensión a la pelea y al juego. Reconoce, sÍ, su cualídad hospitalaTia, común a ,todos los hombres de oasis, sea éste vegetal, sea,humano (en última . instancia oasis, que viene del egipcio uasoi, techo, significa humanidad, sociabilidad en llledio del desierto de arenas o de hierbas). Al respecto expresa: "Son hospitalarios y al pasajero le dan comida y posada, aun sin preguntarle de dónde viene y dónde va." .Los gauchos son otra cosa que los campestres o paisanos: "Además de los dichos hay por aquellos campos otra casta de gente, llamada más propiamente gauchos o gauderios. Todos son, por ]0 común, escapados de las cárceles del país y del Brasil o de los que por sus atrocidades huyen a los desiertos. Su desnudez, su barba larga, su cabello nunca peinado y la oscuridad y porquería de su semblante, los hacen espantosos a la vista. Por ningún motivo ni interés quieren servir a nadie y sobre ser ladrones roban también mujeres" (AZA16
1847, 1: 305). Este implacable prontuario policial, hijo del desprecio que los marginales económico-sociales inspiran a un peninsular disciplinado y discip1inadO'r, ha caído como un sambenito sobre la cabeza de todos los ~~ ... ~I~~~ por CONI, 1945. Un autor uruguayo especializado en temas rumuy buen conocedor de Azara y resume las diferencias caracterológicas entre el gaucho y el paisano con estas palabras: "PUf eso hemos dicho antes que el paisano y el gaucho poco por tienen que ver entre sí; y no fue el cierto, salvo contadísimas luchó por liberar esta tierra, sino d criollo pañol y también los indios de mISIOnero, esos infelices paisanos como genéricamente los llamaba siempre Artigas, en cuya correspondencia jamás se menciona al gaucho, a quien ya es po de reducir a su verdadera estatura histórica y social" (CAM PAL, 1967: 53). Quedamos, pues, en que el paisano es el hombre del área ganadera. Este hombre abstracto tiene declinaciones tipológicas concretas: las que imponen las jerarquías sociales, las especializaciones laborales, las variedades folklóricas, las actitudes insurgentes, el desclasamiento socioeconómico, etc. Entre los paisanos, considerados en sentido amplio, caben también los gauchos y los gauderios. y en atropellado montón se definen los peones de estancia, los changadores y zafreros,lQs domadores, troperos, carreros, trenzadores de guascas, cantores y payadores, bolicheros, comisarios y milicos, mercachifles y contrabandistas, matreros y curas rurales, curanderos y tahúres, carperas y quinchadores, montaraces y ñanduceros, baqueanos y rastreadores, chasques y carreros, cazadores furtivos -garceros, loberos, nutrieros, carpincheros, bicheros-y alambradores, etc.
Un caudillo de 1897
rod~ad!> por su
"estado mayor".
Todos estos tipos se encuadran en 'arámetros co,munes. Pertenecen al área de la ganadPe ' . h. ben en l' na, ex 1su persona Idad básica la infl .
~~,::pl:jo tUI~ural del c~ballo,
cuyos
cara~~~:: h~~
na Iza os en otros estudios (VIDART 19~J ). ,Pa~ecen unánimemente las desventajas dei s.u esarrOllO consu~tancial a una existencia ue :Ir~a. con la. ~arbane: tecnología pobrísima, a¿ala etIsmo, VIVIenda sumaria alimen'tac" .1 . ' I O n escasa als amIento espacial, explotación econo'. ., los t · . mIca por erratementes, desconocimiento de 1 . del gremialismo. as ventajas Hhemos escogido una serie de tipos entre los' muc os que cab ' en en este sector, para ejemplificar
el repertorio tipos humanos del camino; :3) refugiados.
TIPOS
HUA\ANOSDE
EL CAUDILLO El caudillo algunos a u tares mente configura de 10 económico tr2l.Sc:ienLde de guerra, a 10 .. El caudillismo el caudillismo ibérico forjado u ......... l.c:lu..
antecedentes en recon17
El. PION del estanciero de _L>!"~''i-.~./- •• los y se constelan en su contorno -,a.l.,"~~<:1'UU''', de de estancia. cotrabajo pecuario. Se levanta, con las del día y se acuesta con el advenídel lucero. a caballo y duerme sobre el 'recado o en camastros roñosos, en la húmeda lobreguez de galpones. Come asados chamusca. matea interminablemente dos y hervidos durante sus vacíos ocios domingueros -si es que se descansa en domingo--; viste con pobreza ostenslO:le' se conforma con el primer peldaño a partir del nivel zool6gico. A cambio de su penuria y su destajo tiene acceso a la carne del fogón COl1ü';atíjg'Ulra
HU..., . . . ."
proletario, retaceada a mealdia de
sera pese a en las noci6n de .1 . . la menor en nomb d ' ~ SI • a tUVIera la rechazaría re e su eSplntu Individualista ue (-' empero, acata al patrón que todo 1, b Háb.i1 jinete cortador de le'" o sale y o puede. 1 .' na en e monte ~ patIO ~: paraísos, aIambrador euand y en sIta-, albamI cuando cu d o se, neced 1 ara, aguatero cuando 1 . (, agua .e pozo escasea, vareador de los del feudo, rasqueteado d I . pareJeros r e os toros de raza, pa-
-caminos de cuchilla y llevan hacia el sur su carga de cueros. El tropero se define claramente con la aparición del tasajo. El esquilador nomádico de las "comparsas" surge en la era de la oveja. El domador ínsito en cada hombre de a cabaIlo del á:r1.ea paisana cobra con el tiempo rasgos especiales. Además de ser un buen jinete se ~pli ca a su faena de desbravar el potro, de asentar al redomón, de acomodar al resabiado, de enseñar los aires de marcha, de volcar su docencia paciente y persuasiva en la bestia. Se convierte así en domador, que es algo más que jinete. Domesticar es hacer doméstico al bruto irracional y es también dominarlo, someterlo al dominio señorial del hombre. El domador quiebra dura y' sangrientamente, a fuerza de talero y nazarenas, al potro insumiso; luego, una vez entregado, lo manosea, lo mima, le hab~a al oíd..), le saca las cosquillas, le descubre el sitio exacto de la caricia aplacadora, lo amansa de "abajo" 'y de "arriba"," de la verija y de la boca, le quita 'las mañas de estrellero, le enseña a correr boleado, le adiestra en la coquetería del escarceo, lo cura de las' espantadas y las tendidas. Si es un caballo para el trabajo lo prepara' en todas las artes del aparte y la pechada; si es parejero lo doma y amansa con mano de seda para entreg~rselo al vareador igual que un "trompo" -blandito y obediente ~e boca-; si es su propio flete le adorna con lo mejor de su paidología campera. En un estudio anterior nos referimos al domador con detalles que ahora deben obviarse (VIDART, 1957: 71-82). Los que quieran complementar con una interpretación simbólica estos apuntes sobre su tarea pueden consultarlo. Falta decir que en la actualidad la doma de Semana de Turismo, realizada en el local de La Rural, en el Prado, concita desde hace años a los más publicitados jinetes. La doma a campo
f' '1 a arece como un relámpago, por la biogra1a , so op . ' , de nuestros escrien la ·lly.ar{atiya :u:l:e1o:1 Pao::~~ato de sugal~ón tares. uego . , ' a su camastro a guasca , .,. mlsecon o1Qr a seb oY' a l b ' es "el criollo de rabIe, que, elP~tron. aat:e ~ino en el recado", verdad. no duerme en .~ •.•• ficiente asU noria de a su dietarronóton~ e lanlstUe.ados, liste in.fe1,iz pión • b· ' .. SUCIOS Y OCIOS S •.• • • " , ..• ' d tra, a JOS • ' •..d tiene del arrogante centauro e p'a todo, que na td '.' las ideologías paterna.. la leyenda fabll a a ,por m • · ano de una tiqueza .. . 1 fundamento h,ti· . hstas, es e .•,.. l' H. roductotes" rurales por os ,p ., .a.y.of méritQ y q,•ue los ganaderos, . • •laman como su m ., antonom~la, rec • ••••• f. ntosa. Su redención )10 disfrutan con holgural a re.. del otrooficiQ al.. ha de surgir de la p un;a SIno terno que cantara GarCIlaso. EL DOMADOR · 'ci· de la ganaderIa En los primeros tIempOS . . ~s . ntado en la estanCia marrana el p~lsa~fo as~ d No hay división dd un trabajador lndl eren~lala. o·ciones Todos hacen · No hay especl I z a · 1 trab a JO. la hOTda arcaica. Sabe por o de todo, como ~n ar descornar, curar bi.. tanto enlazar, PI~:rt~rCaao~ar, esquilar, marcar, cheras, tusar, 01' , ' • canear a los bueyes caapartar ganado, tropear, t PI ara ir a la cachimba. rreteros, fabricar una ras ra p definiendo subtipos el tiempo se van .. ue a no sirven para P ero con en la estancia. Los VIeJOS q Y 1 centro de la trabajar tr~nzan gU1~::d~r:~nEsedecir, y tTadugerontocracla en~ocuresuntuosa terminociendo al leng~a)e vul~;;: t;asmisores de la tralogía antropolog;c¿ so d conductas socialmente dición, Jos acuna ores e bIes de la cultura que valiosas., las estrellas ve;eT~uevas generaciones en d iluminan los pasf ~a~eraspatrimoniales del grupo. tas ue como, armael quehacer Y e . El boye:o parte codn l~ ca~~s p~ los pedregosos dillos gigantescos an um
"a de la calle Tristón Narvala. Domadores en Ia f era
abierto se convierte show montado por fiestas. Pocos son lbs exigencias de la espectá,culo, surgido nostálgicas de los velería de la ciudad, lidad ontológica de la piadado desleal tarifada tidiosos. mios y mente a vienen con de su U4~"U.l'q,. fesionalismo dores, de biológicamente a y significaciones que por más lo intente.
TIPOS HUMANOS DEL CAMINO Los tipos itinerantes muy esquemática y sel,ect:iv~u;nlent:e cen dos familias de entre los muchos posibhes. que frecuentan elcami:no el otro los que lo recorren ~ºIb.o o delincuentes. Entre los nrlmp'rnl;! el carret~ro y las "carperas" y LOS TROPEROS
CARRETEROS de me:tCaleterías. así como el diligencia hombres, correspondencia')' valores, ma-nos han sufrido muy nítidamente la i111IUe~nc'ia del medio físico. Largas jornadas de marcha 21
secuela consabida reumatismos. influencias l1ace, se cría y pago, antiguo caso de las los trQperosy los carreteros tratan con gentes. de distintos pªgos, conocen la fauna pintoresca de cien pulperías, .Uegan a la ciudad y se asoman a sus al\lsiones e. indicadores urbanos. Se forjan, también, una filosofía de seres nomádicos por necesidady no por. vocación que han poetizado con lirismo metafísico Romildo Risso y con indisimulada rebeldía Julián García. Éste hace decir a su Personaje, que quiere transformar su irremediable monólogo en diálogo al dirigirse al buey Golond~Ila: . "S.iempfeP'alp,obrel4 sU,erte / . .trai Za disgracia escondida. / Si me salvé de la muerte I no me escap-é de la vida. I y vos, cuando te caparon I casi morís de la herida. / Pero ... l;OmO te· sanaron I juiste güey toda la vida. / y ya se el final I deu,n giley y de u,npión carrero. l. y 0, a morir a un hospital/y el güey viejo . .. al matadero" (GARCÍA, 1958: 31-32). _ El ir y venir por los caminos rumiando pensamientos y postergando retornos, el ruido de los ejes chitdantes y el monótono golpear de las pe..; zuñas, el trato con paisanos, campesinos,puebleros y ciuda.dahos, •. todos estos< elementos ··han dotado a los tipos amblI1antes de UI1 pesimista rezUmo filosófico, de un ~spíritu obE',ervador y meditabundq, de un sentido agudo del relativismo cultural y las injusticias sociales. La aparición del. ferrocarril y otros medios de 22
ganado. El ha desfuncionalitrashumantes de caracteres recién
LOS MERCACHIFLES El mercachifle no Pertene:ce al grupo de los productores primarios sino al de los mediadores terciarios. Es un comerciante rural de poca monta, de chacra en va estancia en estancia con sU carga de mercaderías, particularmente cosméticos, perfumes y otras chucherías feEl comercio ambulante de otrora reclufrecuentemente sus integrantes entre los siriolibaneses, mal llamados "turcos" por los iletrad0s criollos. El mercachifle tenía tres modalidades: iba a pie cargando inmensos cajones, ·10 que requería una fuerza hercúlea y un aguante a toda prueba; poseía uno o dos .cargueros, con árganas y maletas gigantescas; era dueño de un carrito en el que insta.laba su mostrador· y transportaba su casa ambulante. El mercachifle llevó a los más inverosímiles rincones del campo su carga de tentaciones: ja0101', agua colonia, cintas y géneros flopeines y espejos. Muchas veces pagaron los pobres "turcos" su audacia indefensa al atravesar pagos plagados de malandrines. Fueron desvalijados y asesinados a y no sólo por gauchos o bandoleros sino también por terratenientes serviciales que surtieron a su mesnada a costa de la vida y mercancía de los buhoneros.
°
era para campo crudo
cachifles o los contrabandistas, enhebrando los oasispt>blados. Son servidoras itinerantes de las urgencias sexuales de los hombres· en soledad; 01 igual que los tahúTes que trampeando ofrecen la emoción liberadora del juego, tipología que la moral criolla "con ideales, pero acepta como que "mal neC~~aTJlO" la época nomádica prostituta se lo hace en las orillas de los Cal!TIpan:a, en la mala" del se en los miserablesranrecalan los desechos del lumpenjJrQletarÍ4t fabricado por la estancia; ya ofrece sUS servicios a los viandantes en los cruces de caminos donde florecen postas y pulperías. LQSCONTRABANDISTAS El contrabando es un fenómeno consustancial a toda frontera. Durante la colonia se afirrtló el -..rebelde espíritu antiespañol contrariando el bando, es decir la ley, mediante la vio:ación de las prohibiciones de comercio con otros países. U na vez establecidos los límites con el Brasil la frontera uruguaya del norte y noreste se consteló de organizaciones contraventoTas que, ya en un sentido, y.a en el otro, según el flujo y reflujo de los precios, pasaban productos sin pagar tasas ,de importación. Hubo ayer y hay hoy contraban;,Estas poderosos, hacendados o comerciantes, siempTe a salvo de todo riesgo, pues su calidad empresadal va aliada con la influencia política. El delito de contrabando, por otra parte, no afecta la bonorabilidad de los hombres, según la ética fronteriza. Los tipos humanos que interesan en nuestro caso son los autoTes materiales del contrabando: los (que por su cuenta o a cuenta de otros orga24
nizan las reatas de cargueros y trap.sportan caña brasileña, tabaco, yerba y demás objetos o alimentos. El contrabandista, conocido por "tTabajadar" en algunas zonas y como "quilero" en otras, es un asalariado más. Pone en peligrp su .vida para que enriquezcan los que compra~í o venden al por mayor. Tiene su código social, su arma.mento típico, su estTategia para esquivar la partida. Conoce las picadas; adivina en los ruidos nocturnos la respiración de los ll1~licos emboscados; lee en los más tenues signos del paisaje familiar en tiJJ.ieblas las señales •de peligro o de paso franco. Vive estrietaIfiente a.l día este proletario del norte, jineteadorde fronteras y baqueanO de mojones, siempre con el "güinchester" amartillado y d espíritu entonado hasta la temeridad por el trago de alcohol que menudea en los tiroteQs y se hace cañada en los descansos. Una vez cumplida su tarea dilapida en el boliche, en la carpeta y en el pTostíbulo el salario que mal paga su riesgo constante. El trato diario con la muerte lo ha curtido: es sereno, se abroquela con una fría y reflexiva modalidad del coraje, sabe balancear las ventajas de la prudencia con las sorpTesas de la temeridad. Ha organizado un rosario de refugios diurnos en su penetración tierra adentro. Los rancheríos, las taperas, las propias estancias, son sus enterraderos momentáneos. Desgranándose de la colleTa de cargueros algunos contrabandistas llegan hasta el sur del río Negro para cumplir con el encargo que, una vez pactado, se sirve fielmente. El contrabando hormiga del pobrería fronterizo no se encuadra en la figura del contrabando m3.yorista. El pobre compra alimentos del otro lado de la línea solamente paTa. sobrevivir. y cuando introduce algo para la venta lo hace al por menor, como dice el poeta nativista en ...11 poema dedicado a los "quileros": re Caña, yerba y rap,adura, / y un rollo'e n,.aco no más, '. I Los
Contrabandistas en uria,picada d~1 Cebollat.'. Co'" •• e) so. qfto, S"~lDe'ndid"
pobr,es conir.abandiamo$ I a gatas pa' remed"· ", la En' zar. ve~os ~ntenores había definido el status social se y la ~1Stor;:.ge~e.alóg~ca de .la familia del contra.. ban~lsta : Gurzczta 1S1er nas flacas, I barriguüa m. e1on.• / donde hay tantas vacas gordas / nohav nz ~harque p'a'ra vas...., / Tu bisabuelo hizó LOS patrza, /. tu abuelo fue se,' vido r, / tu padre carni6 8USCAVI una oveja / y está preso' p'or ladrón" (R.úDRfANTECESORES GUEZ CASTILLO, 1963: 116). .l. GAUCHO . El. contrabando, hijo de la economía ca. itaI~ta: tlene su~ ,cap.i~ostesy .sus pequeños tri~ta nos. la estratlflcaclOn social del camp,o· ur uguay(), no tan tenue como 10 quieren las tea', . d' 1 . 1 ' .· • nzaClOnes e SOCIO ogla rural académica surge t·a b" a..d " m len con mtl ez en este sector de los contraventores d(~
hallan con
cuantas ed. 1914,). retlre:senltallte de la ,,1"Y',,"nnl" este tono intelectual: verdad sea dicha entre nosotros: el trabajó en su vida ni para comer ( ... ) And,u a caballo, bolear avestruces y domar su diversión, no su Fue y jamás por deleite personal y feroz Dijimos que era triste hosco, antipático y mal dIspuesto bién afirmamos que era lac:onrco pero el pobre no era guarango (...) personaje rotoso, medido, bIaba los sórdidos rancheríos vacas tes de la llanura, que si fuesen perdices, que cortaba crúpuIos de conciencia y se y caballos de los demás, con pasmosa agilidad pero arado; que asestaba puñaladas por tenía siquiera el sentimiento de la (ECHAGÜE, 1943).
LOS "SIETE OFICIOS" necesidad de sobrevivir en un escenario riesgoso Fue el gran escritor Juan José Morosoli quien -~naturaleza avasallante, indios bravos, partidJ.s trazÓ una inolvidable e insuperada semblanza del represivas"-- lo obligan al robo y al saqueo, que "siete oficios", el ganapán del área ganadera. Este para él no son tales. En 1790 escribe Manuel Ci- buscavidas, que desvirtúa los prejuicios acerca de priano de Mela un juicio que ubica al gaucho en la "haraganería criolla", es un "elemento nobisu exacto sitial histórico: "Pero la malicia ha lísimo para hacer el temple de un pueblo", pero trastornado esta sabia providencia porque los ri- "lo desperdiciamos ( ... ) y lo dejamos que se herrumbre --moho y orín-- en las cuadras de cos conservan en su hacienda un corto número de ganado en rodeo cuyos partos yerran, Y a la los batallones o en la molicie de los poblados de paja y lata". No le hace asCOS a cualquier resombra de éste se hacen dueños de todo el que .quieren, a pretexto de que se les ha alzado o busque paTa salir adelante, por 10 menos en sus ahuyentado una gran parte. De este pretexto na- etapas iniciales de juvenil intrepidez: "El comienza todos los días. Allá averigua que se necesita cen las correrías que hacen ( ... ) y los ricos ( ... ) haciendo la corambre a tan poca costa y en tanto un hombre para hacer piques. Si el monte está número que no viene a cuenta a ninguno que no cerca de la estancia, comerá en la estancia y dorrnirá en la estancia. Si está lejos hará una aripuca sea rico criar una vaca. Queda de este modo descon cuatro palos y unas ramas, y allí estaTá hasta poblad~ la campaña de vecinos, los ganados vagos, que se termine el trabajo. Alguna vez se llega y la gente pobre necesitada a hacer sin licenó;} a la pulpería. Tabaco, naipe y caña. Otras veces .10 que otros hacen con títulos ( ... ) matando d rumbea a lo oscuro, como perro sin dueño, busdiestra y siniestra para sacar cueros y llevarlos cando una mujer para sacarse un poco el monte a los ricos españoles o portugueses que dan una que tiene adentTo. Para asentar un poco el malbagatela por ellos. Estos son los changadores, los humor que hace días lo tiene lleno de espinas. gauchos tan decantados, unos pobres hombTe:;, a La soledad tiene estos inconvenientes también. Terqllienes la necesidad 'Obliga a tomar lo que creen minado el trabajo cobra y marcha buscando nue110 tiene dueño para utilidad de los que le pagan vos destinos. con 1l1ano bien miserable." Este documento co"Ahora será alambrador, haciendo yunta con lorlial ubica las cosas en su lugar y zanja muchas otro agenciavidas como él, con quien compartirá discUsiones inútiles. El gaucho no es un señor sino --siquiera sea~·· mate y silencio. Otra vez es un paria, un desocupado que realiza de tarde parte de una comparsa de esquiladores que va en tarde changas ocasionales mediante salarios picoteando, aquí y allá, porque las estancias tieirTIsorios. No hay que esperar a la intelectualizada nen sus máquinas para ese fin. Después será horcanción de protesta contemporánea para que la nero, parando una quema de ladrillo~, comenzando amargura del miserable se convierta en coplas. por elegir piso, siguiendo por la playa, armando Una muy vieja, de tradición oral, dice ya en rJ pisadero, cortando y embarrando el horno para siglo XVIII: ay O' nunca espero justída / porque pasar después las noches, a lo lechuza, vigilando no tengo ni un cobre; / como oampana· de p'ala quema. lo / son las razones de un p!obre." 28
"Más
~srde
va a una cruzada buscando condecir, se suma a una pandilla que un hombre por enfermedad o porque ) encontro otro destino mientras marchaba .( Será al fin estaquero, que es el que apront~' ias :staca~ , para hacer un monte, generalmente con mtenclOn ?,C aprovechar un bañadita que se forma dI'a d ama d 01', en un. .,bajan d del ca.mpo. Será otro· . enten len ose con el rezago de la trop'II d d 11 l a, reserva os enos de vicios, a los que los mensuales co~ardes no se le animan porque no tienen neces~dad de romperse los. huesos porque sí. Aquí esta mostrada la evo~ución del coraje de nuestro . gaucho. Ayer se pedIa la b.alada . H ay se pIensa que no hay ne~esidad de haceTse machucar de gusto" y no se ~uega la vida arriba del· caballo el mas. guapo SIno el que tiene más necesidad El coraje' , aqul. y en tod os lados, no es sino esto:. una"gran neceSIdad de ganarse la vida. . Hay, además, mil pequeñas changas en la ¿u: este hombre. puede obtener unos días de acvIdad (...) SI la estancia cercana tiene chacra para el consumo de la casa desgranará maíz ccr::pondrá algún chiquero, cortará paja en ban~do ~ara h.a:er un quinche nuevo ( ... ) " dEl .SIete f .OfICIOS no camina ciertamente por an~~as e m mIto. Lo que le hace andar es la nece~1~ad, domadora de cogotudos y amansadora de ar~scos. Porque en el campo la liberación económIca del h~mbTe es prácticamente imposible ( ... ) ~l tenatemente esg(inadero y no quiere que sus campos se llenen de familias ( ) " (MORO SOLI, 1940). .. . trab~~do. perdlO .~
ei
La caracterización de Morosoli es au ! ancha y h on d a. P ero b aste con estas transcri n mas" . Clon,;, para comprobar la voluntad de superJ¡. venCla ?e. un proletario que huye del desempleo cromco buscando desesperadamente al ' conchabo transitorio. .A este empen-oso gU~l . b uscaVI-
das la clases inconstante, su perviv~ncia ranchería, se aerolito en los basurales Este ya es el fermentado y aCJca'l!dO. paciencia, deh~stío, de Soled.act. los arrabales moscas, el nueseno LOS MONTARACES
Existe una área misma y se serran:os, en orillas de los lectores de Estos 'fefugiad:oB nito de la penillanura, del campo Viven dedal' del "'.... ., ... ,,'-'. los socavorles los helechos. Los nl(mt,arace~ agobiantes incorruptible, horno, pira con embolsar montaraces un claro simple techo a suelo senlejandc plantan zapallos,
pero esto sucede e
ml:lc3.cnn:u::s, todo sirve capear necesidades de la comida El montaraz es huraño pur ecológico y autárquico necesidad. Se cocina en su propia "alsa de apenas mitigadas por el verde ,aniverso el incesante pulular de la fauna. La planta y animal son, casi, los deudos de su biológica familiaridad con la naturaleza. .Refugiado en la marsupia de las rinconadas ha
del materno. Su n~lrnH'r1n las más de la~ de lidiar con el destrozadas por las esde los habitantes del área cuyo ámbito se halinlitado por la floresta. Se lnueve en didad y no en extensión. Está· de ...,>:>I-,......~...".., po y de a los ~o .capt~dos por el jinete· que rueda sobre los paISajeS sm penetrar en su secreto. Se encuentra sumergido en un mundo donde el tiempo prima sobre el espacio; no ve paisajes SIDo microcosmos, pequeños frisos ani·
y suaves ualu.a]~IaS su El fruto de lo vende al chupasangre del nn.II""'~u" cano que estiba en sus galpones, entre mlcac:.naJ)lleS Cl.ll.eros de el tesoro que de la gran ciudad lejana. el toontrabandista, el ca:laClor a veces a tiros su veces saUe al campo abierto CQI'nd.a y desplume del ñandú. el monte le retiene cada vez en un ermitaño. Hosco, SO!lta~rIO. agazapado, atraviesa la maliviano y cauto. Las grandes lucon nas al~mbr~n sus acechos cuando aguaita a la presa que VIene, Imantada casi, hasta ponerse bajo la mi-
LOS TIPOS CAMPE IN S
Dentro de nuestra clasificación basada en las áreas geográficas y los géneros de vida emergentes de una tecnología tradicional, consideraremos como tipos campesinos a los trabajadores enelavados en las zonas agrícolas. Los. estudios de Nuestra Tierra dedicados a ll.1.s ciencias geográficas y 80caracterizan los distintos aspectos de li(') campesino, proporcionando conceptos e índices .estadísticos a nos remitimos. En nuestro caso humanos acuñados· por la.agricultura y minifundista:el chacarero, tI granjao, el monocultivador, . el. quintero. Vamos a describir brevemente cada uno de ellos, en d entendido de que. nos preocupará esencialmente el a.gente del trabajo primario, ·el asalariad()~ el bra.. cero, el arrenda~ario,elpequeñ() labrador que medra entre los dos términOs; tan próximos, de la economía de subsistencia y laeconómía de mercado. 32
LOS CHACAREROS
El chacarero es el agricultor extensivo dedi~ cado a los cultivos clásicos de trigo, maíz, paja de escoba, tubérculos y algunas hortalizas. Se le halla claramente definido en la zona meridional" particularmente en Canelones. . El chacarero es, muchas veces, de ascendencia canaria. Sus antepasados, llegados de las islas atlánticas de España, practicaban una agricultura primitiva. Hundían poco la reja del arado,. no abonaban la tierra, utilIzaban métodos depredatorios que erosionaban y empobrecían el suelo. Sus rancherías albergaban géneros y niveles de vida sumamente precarios en· el aspecto mataial y espiritual. .y del mismo modo sus descendientes se confinan en el primitivismo tecnológico, en la hostilidad a todo cambio. Son desconfiados, cavilosos y "desprecían cuanto ignoran". Emponzoñados por
Trofeos del coraie.Sitio donde cayó Chiquito S tumba del héroe, la osamenta de su caballo. ara vio, en la carga de Arbolito
( 1897). Junto a la
Parque Rodó, La madre blanca y la madre negra.
DERECHA: El hombre de "la PÁGINA OPUESTA: Músico
lf'ftt,f'IllI'll'itft"
(aileier~,
Una viela paisana montando a la antigua.
Hombres y caballos en el rĂo como mar.
IZQUIERDA: Paisanos en un aparte de una penca.
Pร GINA OPUESTA: Trofeos de la derrota. L:a ropa dfJ! un bichicome secรกndose al sol.
Peoncito del. Cebollatí ¡unto a su caballo.
Un feriante en su escenario dominguero.
el terruño, se aíslan en sus parcelas al punto de
LOS GRANJEROS
que sólo concurren al pueblo en las festividades de San Isidro Labrador y en el Día de los Muertos. La superstición los ata a los viejos terrores del agricultor neolítico. Sus niveles de vida son bajos: ranchos. oscuros y destartalados, sombreros rotosos, tamangos ancestrales, folklore de añeja raíz hisp:inica. No mandan a sus hijos a la escuela pues los necesitan para el trabajo. Y éste es duro, ya que la tierra cada vez rinde menos, saqueada por el filibusterismo de una agricultura elemental. Es raro que el chacarero tenga peones. Toda la familia trabaja en las épocas de siembra y cosecha; en los tiempos de lluvias invernales no hay industrias domésticas que ayuden a salir del marasmo de la inactividad envilecedora. A medida que los furidos se subdividen y avanza la densidad demográfica se' redoblan las penurias. Bien ha captado Serafín J. García la tragedia de este pequeño y desamparado agricultor en sus expresivos versos dedicados al tamango: ((Tu destino es igua'l qu'el de tu dueño: / un destino apagao y sin leyendas, / que no va más allá del rancho negro / and'encajó -su marca la miseria, / y 'ande hasta los guríses / se han olv;1dao de reírse, a juersa'e penas" (GARCíA, 1951). Pequeño propietario o arrendatario, tanto da: la ganancia es ~enguada y la producción depende de los azareS ce la naturaleza. El chacárero. no puede imponer las conquistas de la geografía humana a las resistencias de la geografía física. Está en equilibrio con el medio y, como el alpinista de la parábola de Toynbee, parece tener un lema que define y consagra el estancamiento cultural que lo agobia: j'y suís, j'y reste, aquí he llegado, aquí me quedo.
Agricultores más a las innovaciones, onJ(lIlarl0S Píamonte o del lan en el paisaje aR"J'ano más eficaces Tienen mejores helrramlenltas. quina al trabajo a,,-an1(), c()nsltru'ycn tables, saben cultivo. Plantan .,,.,.,...,.1...., siembran viñedos, AU.'l''-"!·AU COlmc::nas, se dedican a la la cuenca leCne1~a ne un grado un más secuencia, pueden lida tl'vrtnT'l'!:1
LOS PLANTADORES
ceros, que no a articular un "'1n4>."""". coherente pese intentos de sus .........."'.. "''''. ñeros conmueven la sensibilidad -así se su toma solidaridad, de eS}:ún1:u a muchos lnl~ellectUales la noción del subdesarrollo y la abolirlo pen~tra, como a c·O~Gjtr.r1,t'.c.J.I,v. en el ... ,..."'i- ....... ~~ mundo ruraL El en cadena lTi/....
proyec-
QUINTEROS
En los de y pelletraI1Ldo en la ciudad como un seudopodio horuna de con
la vivienda del chacarero canario, agricultor de tipo tradicional.
caracteres particulares, En pequeños predios, bien trabaj'ados y abonados,e1 riego y la agricultura preciosista han logrado rendimientos sorprendentes. Este cordón de primicias que surte la feria de los barrios y los puestos de los mercados está geneialmente atendido por hábiles quinteros italianos (hubo una emprendedora minoría de originaria de la Huerta levantina que ya no es tan notoria) cuya habilidad cmuerdal corre pareja con su sabiduría agrotécnica. En dos hectáreas trabaja un ejército de personas. DentFO de la ciudad, infiltrada entre las fábricas, esta a;gricultura de suburbio propicia la exi~tencia de 43
LOS TIPOS URBANOS
En las calles de las dudades y los pueblos uruguayos hay personajes pintorescos que llenan las crónicas d.e -las vecindades () las barriadas con su copíosoanecdota:rio. Per.o estos personajes singulares no interesan en esta tipología. No interesan tampoco los trahajadores de taTeas reglamentadas que como el guarda de ómnibus gallego o el fe'riante italiano atraen con su exotismo idiomático la atención festiva del público. Los tIpos populares que han de retener nuestra atención. SOn los -pequeños ganapanes que trotan por las calles en busca de su cuota de supervivencia: - los barquilleros, los vendedores de "ballenitas", los afiladores, los compradores de botellas, los vendedores de pizza y faina -cada vez menos frecuentes-, los cuidadores de automóviles, los escoberos y plumereros, las negras pasteleras de los últimos reductos afTouruguayos. Son también tipos bien definidos los desechos sociales: los bichicomes
que se guarecen en los intersticios carcomidos de la propia ciudad, sin dejar de pertenecer a ella ~ las prostitutas callejeras que han organizado, mediante el empleo de taxis, un "servicio" en Bulevar Artigas cuya complejidad e implicaciones Tequerirán, en caso de ser estudiado, todo un equipo de especialistas en ciencias humanas; los punguistas en su múltiples variedades. Los tipos urbanos de otroTa, cuya descripción efectuaran los antiguos cronistas, han desaparecido (DE MARíA, 1957). La civilización técnica, la sociedad de m.asas, la fábrica y el empleo público han absorbIdo a muchos ejemplares llenos de color local. Los que restan son supervivientes del gran naufragio tradicionalista en las aguas de la modernidad y no serán objeto de nuestra atención. Por razones de economía de espacio vamos a limitar el análisis a los vagos, a las prostitutas y a los cuidadoTes de automóviles.
LOS IICHICOMES Según algunos etimólogos bichicome viene del inglés booch-comber, que quiere decir cardadúr de playa o rompiente de playa. En la primera acepción sería un recorre playas, en la segunda un náufrago social. Nuestro bichicome es un vago con muchqs puntos de contacto con el hobo norteamericano oel clochard francés. Los tres pertenecen a la gran ,familia' de parias determinados por el doble im-
perio de, la alienadón lidad patdIógica. Pero no es un pedigUeño V3.Jzat»UlltG.O un habitantepertmaz Recoge su comida nías de sUS el perímetro costanero, chas sus .necesidades se mata los piojos yse éxtasis de un nirvana
es un fil贸sofo
escritor costumbrista a cuya descripci6n me remito; "Muchas veces se reprocha al Municipio que adjudique el trabajo de cuidador de coches a personas j6venes, en vez de reservar la actividad a ancianos desvalidos. Basta imaginar la magnitud de fas tareas a cargo de nuestro hombre para concluir que s610 un dinamismo juvenil podría bastar para abarcarlas. Algún malintencionadio dirá que el hombre de guadapolvo gris y gorra autoritaria sólo se hace visible cuando un coche se retira, momento en que aparece como un indispensable maestTo de ceremonias que otorga prioridades, dirige la maniobra y despeja el camjno. Con movimientos circulares del índice parece discar un teléfono invisible, mientras con la otra mano detiene . la corriente del tránsito. Nadie, salvo las damas, obedece sus señales, pero nadie puede ignorar la mano extendida que indica el fin de la tarea y del espectáculo. Plumero simbólico bajo el brazo, inspecciona los espacios libres que van apareciendo, atribuye preferencias en proporción directa a la importancia de la dádiva que presume, gesticula, grita, simula enojos con invisibles rivales de su protegido y por fugaces minutos se convierte en el personaje más importante de la cuadra. Nodriza cuidadosa de los tesoros cuya vigilancia asume espontáneamente, resulta a veces ineficaz en los momentos cruciales, cuando un descuidista decide tomar a su caTgo el portafolios () el abrigo abandonado en algún asiento; pero fuera de esta triste circunstancia, ejerce a conciencia su cometido. La cortesía es su signo: la gorra se levanta con idéntica elegancia ante el geneToso o ante el olvida,dizo; es que el carácter voluntario, no tarifado y muchas veces sorpresivo del servicio, no Ic permite sino la exigencia sutil de una sonrisa o de una mirada nena de discretas esperanzas" (ROSSIELLO, 1968: 80-82). 48
LOS TIPOS O I
El cuidador de automóvil.s visto por Miyo.
El fenómeno urbanístico y social de las orillas tiene larga historia. Se inició paralelamente con el de la ciudad y, para ubicarlo en el tiempo, ha y que retroceder no ya a la Edad Media sino al origen de las primeras urbes en la Media Luna de las tierras fértiles, aná por el cuarto milenio antes de nuestra era, aunque las ciudadelas del mesolítico, como Jarmo y. Jeric6, de pronto también tuvieron sus caseríos de extramuros. Los montevideanos llamamos oTillas a las cinturas de casas sueltas y casillas que entre baldíos, arroyos, quintas de agricultores suburbanos y caminos de tierra que quieren ser canes señalan la zona de transición entre el campo y la ciudad, entre el ámanzanamiento edificado y la espacialidad geográfica de las parcelas, ya minifundistas en el sur, ya latifundistas en el norte. (Guich6n, por ejemplo, estuvo asfixiada hasta hace menos de un. decenio por tres estancias que impedían la eXIStencia de cultivos hortelanos.)
Pero las orillas no paisaje lisiado, con rio y lo con urbanísticas ¡:mec3Lrie:dad Reflejan, tura eCC)Dó:mu:a rc~pom¡able
diado por el su parte, basura cotidül,na de las moscas, una
atn~eolla
de esta derrota 铆nstrumenlos carritos \'-i:)\_U~UJ.I..I.,""" con el nombre h.a , los flacos perros arrasgos bichocos que todav铆a una carga. Las obras del hombre ..""",,,,,,1..,.,,.. lastimosa La no tiene el el sabor folkl贸rico--una construcci贸n retorcidos y lluvias y escuadra y la
esta >.íl1tima fecha se abre paso el término orillero, significando lo que nosotros concebimos por tal en Río de la Plata. Pero hay algo más, digno de -entretenida consideración. Un lingüista catalán indica que orejano, un término.· de antiguo uso (n nuestro campo pecuario, y que significa ga.. AAdosin maTita, y por 10 tanto.agreste, arisco, dmlrrón o mostrenco, deriva su nombre de oreja u pues la marca- en. cuestión. se> aplica con fl'e<;uendaa otros lugares,.• y..orejanoesprecisamen" te el. que no. tiene marca en ningunapane". Agre" gaentonces que Hparece trat_:lfse de una alteración del antiguo orellano 'lateral, apartado', XIII, derivado de .orílla, .con referencia a los animales que andan por lugares solitariUs • y remotos, de donde animal dman~ón; se alteró luego por influjo de oreja, porque-algunas veces. al animal que no es orejano se le -marca la oreja" (COROMINAS, 1961). AvtCt$ se confunde barrio conanaba! u orilla. Son COS.a3 distintas. ~1 barrio en su origen quieTe decir lo mismo que arrabal: deriva del· v()Cablo barr (afueras de una ciudad) que en árabe vulgar se convirtió en bárri e ingresó a la lengua española en el 949. Sin embargo barrio en la ac.. tualidad significa otra cosa pues los barrios son, la autoridad del Diccionario de la Acade.. de las partes en que se dividen los PUl~blc:>s o sus distritos". La· historia ha arrabales en barrios: basta pen.. -sar en lós casos. de la. Aguada, Pocitos o Palermo, orillas y hoy barrios de Montevideo. Quedaría todavía por analizar unos términos a menudo, y muy interesadamentep se entreve.ran con los citados aunque significan algo distinto. Se trata de los peyorativos vocablos "bajo" y Hbajo fondo". El bajo o los bajos fondos de las ciudades son las zonas donde se refugian la prostitución y la delincuencia: allí se encuentran el garito, el lup~-
nar, el fumadero de marihuana, el "enterradero" de criminales, el local de balles de rompe y raja. El famoso y hoy demolido Bajo montevideano fUe el albañal común de los paTrios y las orillas, de los habitantes del Centro y del arrabal, de !a burguesía encanallecida y de los obreros sin con... ciencia proletaria. El vicio va de la mano del sistema capitalista y es generosamente fomentado por los que sacan dividendos a la sombra de negocios infames, pero negocios al fin, tal como lo exige el rol santific~dodel merc~der. LOS ORILLERO$ DEL CORAJE
Las evocadones de· las orillas antiguas, efectuadas generalmente por hombres pertenecientes a clases sociales que en su tiempo repudiaron con vehemencia a los IDrilleros, han forjado una serie de estereotipos memorables. Las orillas aparecen así como la sede del coraje, como el perpetuo cam.. pa de batalla de varones sile%}cÍosos y diestros que viven enarbolando cuchillos y proxeneteando ron... jeres. Son los portadores de la "felicidad del valor" según Borges, so~ los compadres "nietos del gaucho" acicalados por los versos nativistas de Silva Valdés. Los taitas" los pesados, los compadres, los campadritos, los guapos, los marcianos, los cal:JaIl" gas, los caralisas, toda \tna fauna agresiva propiciada por la necesidad de afirmar la per$onalidad humana en un· erial creado por el erecimiento las grandes urbes y el ingreso de los inmigrantes y los desarraigados rurales en las,fuas de la miseria, -hacen olvidar, con la· cráni(a,4de sus peleas, el ver~ dadero rostro del desvalimiento. Las dagas de hojalata siguen combatiendo interminablemente en la mitología de la Belle tipoque y en la nostalgia de los intelectuales que bUS(:an la raíz de la realidad rioplatense en un retablo de duelistasgratuit08
S recolector d. residuos forma ya parte habitual d.1 paisaje urtltanlC»..
acuchi-
taitas a una ne:m()s vestido con valor que nos pecie de coraje que jamás existía; tado nuestras frustraciones· y ···melancolías violento; y así ha surgido tina adobada cional literaria", de la Amorim en su denuesto Más apegado a la aUlrlQlle tt'lbultario de prejuicios ideológicos CO]t1SUlstalnClaI4~S es el retrato de -contemporáneos: rudo de campo nunca bien ni
-so,m(~ti(las
Jl. .... Q,A..u•.&,QU,
constante de y de la en la mano
Esto es falso, es un deliberado intento de fabricar una crónica para venderla como una historia que, en definitiva, será el fruto de la mitomanía cnoUa proyectada sobre una menesterosa, prepotente orfandad (VIDART, 1967 c: 34-43). LOS ORILLEROS DE LA AGRESION
los bichicome!li en la "Ciudati Vieia". 56
Las orillas actuales· de .Montevideo, están po-bladas por los llamados Ca,ntegriles, nombre que parodia, desde el extre.m() de la pobreza, el del lujoso batri() puntaesteíig (:aQ~ ESPASANDíN, 1963). Los Cantegrilesban acuñado un nuevo pTo-ducto humano, distinto al de los guapos y ma¡tones de antaño, aunque conserva alguna de sus características. Se trata de .Ios infanta-juveniles, grupo de muchachos cUyas bandas azotan el perímetro y aun el centro de Montevideo en sus incursiones delictivas. Los infanta-juveniles actúan comúnmente en patota. Agreden· a los. vecinos, roban sistemáticamente, combaten con lapólicía. Una y otra vez son recluidos en los reformatorios, donde aprenden el repertorio criminal del hampa y adquieren vicios degradantes. Mientras no cumplan los 18 años no pueden ser procesados y, amparados en esta prerrogativa, una y otra vez vuelven a sus andanzas. Las recientes correrías de las. bandas del Chueca Maciel y los Chanchines son la fachada notoria de una actividad agresiva constante, de una protesta generacional propiciada por el hambre, la ignorancia, el abandono pedagógico y las técnicas represivas y no recuperativas usadas por el - Estado. Esta actividad golpea el pacato rostro de una sociedad clasista que en el afán ideológico
Un bichicome en
$U
covacha.
de esconder su mala conciencia busca los consabidos chivos emisarios. En efecto, los. cronistas de los "grandes" diarios capitalinos pintan a los infanto-juveniles de las orillas urbanas como los genios del mal, como los eng-cndros del demonio: son díscolos y perversos, no escuchan comejos, no tienen responsabilidad moral, no procuran enmendarse. Constituyen una plaga que se debe
y la minusvalía ética que los envilece, el atentado Había, 13 personas. El más chico, un bebé de cohtra la propiedad o las personas aparece como meses, tenía por cuna un latón herrumbrado. Peuna salida plausible, aconsejada por su escala de . gado al mismo dormía un enorme perro. Dos ranvalores --o desvaloTes-. El "estado denecesi- chos, para todos. El más grande no pasaba de dad" de los códigos cobra cotidiana vigencia en 4 x 4. «Aunque no lo CTea -decía casi con los actos de estos El golpe, el de- orgullo- hay $ 400, ahí en esas latas, y lo hicimos nuesto, la cuchillada, la todas son formas todos nosotros.» El hombre es de R.ivera. Allá y el poder so- trabajó la tierra; aquÍ en Montevideo, en un de enfrentarse contra la ciales que los condena a ser la borra de lacivÍ- horno de ladrillos. AhoTa cobra seguro de paro. lización técnica y las bUTguesas. Su «Creen que somos delincuentes: i no señor! Se lo a2feSlón es un una manera de expresar dije el otro día al comisario cuando hicieron la VO.I.lCIOllies de una personalidad residual. batida. ,i Qué se creen! Tengo todos mis papeles en orden.' A éstos -señala a los muchachitos--los mando a pedir. Que pidan no es vergüenza; LOS OIII.I.IIOS DII. HAMBIE que roben sÍ. Por algo crié 25 muchachos,míos La sociografía y la etnogTafÍa tienen en los y de OtTOS. De los que tengo el mayor anda por Cantegriles una cercana cantera de datos para los 17 años. Ése -el del latón- es mi último ,efectuar investigaciones de campo. se han nieto.» practicado; hay .monografías y por de"2 - El hombre estaba sentado junto a la más elocuentes. Pero nos parece más directo y puerta del rancho. Componía una olla. «La muvivencial poner a los lectOTes en contacto con el jer se me espiantó. Vivo solo con mi hijo,ése patetismo del caso concreto. Los refugiados en los que ve ahí, Carlitos. Tiene 10 años. YQ lo crié Cantegriles no son delincuentes, ni deliberados ha- desde los' 20 días. La 'mujer lo dejó en el hospital raganes, ni rebeldes sin causa. Llegados en, su ma- y desapareció. No me 10 querían entregar pero yoría del interior del país, sin especialización, so- yo pelié la cosa y me ayudó un médico amigo. breviven como míseros trabajadoTes independien- Los hijos no son perros, j cómo, n~ había de cTiarlo! tes -en el caso de que haya changas- en tl Trabajaba en mi chacra de Toledo y la perdía. perímetro carcomido 'de la gran ciudad. Veamos Tuve que entregársela al Banco. Tenía que pagar pues, mediante el testimonio de un testigo fiel, có- por mes '180 pesos y me atrasé cinco meses por mo transcurre la vida cotidiana de los orilleros del la maldita sequía. Con ese carro hago changas; hambTe, de los protagonistas y víctimas del sub- además arreglo radiadores. A veces voy al Tala, desarrollo. me dan trabajo en un taller. Mi familia está bien "He aquÍ un rápido fichaje que hicimos, pro- aquí, en Montevideo, pero no le pido nada a nadie. ducto de las conversaciones y observaciones del Carlitos no va a la escuela, cómo quiere que lo grupo. mande si no tiene zapatos ni ropa para el caso.}} "1 - «Ésta es mi estancia ·-nos decía muy "3 - Con la mujer vestida de amarillo que serio un hombre de 50 años, los brazos 'en jarras lavaba la ropa en una tina, al sol, hablamos poco. o cruzados, siempre moviéndolos, enérgico- yo Pero nos mostró a su compañero, adentro del 'fan;soy responsable por todos.» Miramos alrededor. eho de lata, elé 4 x 3, enfermo, acostado junto a
Supervivencias del mundo rural: una penca en lá playa. 59
un bebé de dos meses, cubiertos ambos por una especie de jergón y rodeados de moscas. El hombre habló algo: «Tenemos siete hijos. Soy albañil; también sé trabajar en hornos de ladrillos, pero no hay trabajo. Hace meses que estoy así. No sé lo que tengo.» Es de Montevideo; tiene 32 años. El hijo mayor tiene ocho años. Andaba por ahí. "4 - Si le pusiésemos de título a este artículo: «En los Cantegriles también se cultiva la tierra» nuestros honorables políticos quedarían sumamente contentos. Y nuestros buenos burgueses cantarían loas a la virtud saludable del trabajo como medio de salvar a la nación. Qué bien trabajado estaba ese pedazo de tierra. El hombre estaba inclinado sobre ella, con su azada en mano. La mujer lo llamó para hacer las presentaciones. Se quedó lejos, saludándonos, pero después se animó y entró a conversar. Y habló casi todo el tiempo de la tierra. «Es lo más lindo que hay. [Parecía que hablaba de una mujer] ¿Que si me dieran un campito para trabajarlo?.. Me iba ahora mismo. . Trabajé una tierra a medias, pero me chuparon mucho. La tierra a medias no es tierra.» Tiene 36 años; es de Rivera, de la 7~ sección. AHí sus padres tienen un campito. «-¿Por qué no se va?'» «-No se puede -c-contesta- somos 14 hermanos; no hay lugar para tantos. Con lo que se saca acá se come algo; y también se puede vender un poco.» El pedazo cultivado medía 12 x 12. Además se dedica a hacer changas. Hace 15 años que está en Montevideo. Tienen tres hijos; perdieron uno allí mismo,en el Cantegril, hace 3 meses. Están espeTando otro. "5 - Un hombre de 36 años, sentado a la sombra de un transparente. No hacía nada. No sabemos qué miraba. Nos saludó y mostró a sus hijos y a la mujer. Seis hijos. El pequeño, adentro, echado en una valija abierta que hacía las veces
de cuna. Era mongólico. «Soy carpintero. Vine de Rocha hace 13 años. No hay nada de trabajo. Alguna vez una changuita. Tengo herramienta.. , me las regalaron. El pibe mayor tiene 13 años. No está porque está juntando botenas.» Las nenas van a la escuela; a dos de eUas las mandan a Las Piedras porque aquí no pudieron recibirlas. Nos muestra la vivienda. Una pieza con una gran cama y una cocina. Todo, unos 12 metTos cuadrados. «Sabe, no puedo extenderme. .. Mire mis herramientas.» Nos vuelve a hablar de eUas y las saca del lugar en que las tenía escondidas. Un formón, un cepillo,un serrucho, un taladro. Estaban limpias, afiladas, sin uso ninguno. "6 - El ranchito se levantaba en una especie de montículo. El sol lo castigaba con empeño. Los niños alrededor del mismo. Dos perros y algún juguete viejo. La mujer se limpiaba las manos con el delantal blanco. El esfuerzo de pulcritud:se advertía en todo. «Somos de Pando; tengo 36 años. Nos vinimos para acá porque él trabaja en el Mercado y gastaba mucho en locomoción. Pero se quedó sin trabajo. Hoy, por suerte, salió a vender he1ados1 No podemos dejar así a los chiquilines, sin comer. Un amigo lo llevó a la fábrica y consiguió los helados. Vamos a ver ... »" (BARREIRO, 1964 y. Rodeados por basurales que sus habitantes revuelven y clasifican, circundados por una flota de ""yoyós" -los carritos para acarrear botenas, latas y otros apaTentes desperdicios que tienen valor para los "cirujas"-? hacinando en raídos potreros los matungos de su caballería escuálida, los Cantegriles forman un planetario destartalado en derredor del núcleo urbano. Allí se aposenta d lumpenpToletariado, se esconden los criminales, campean las patotas de menores agresivos, la en-
A pocos metros de las guaridas de los bichicomes asolean sus ocios unos goffistas le PUnta CaD'elas.
fermedad se ceba y el hambre crónico y agudo celebra su diario .jubileo. Miles y miles de uruguayos, gente buena y honesta eh su mayoría, son desgastados y envilecidos por la más afrentosa miseria. A la larga las reservas morales ceden y la familia se desintegra; la desocupación consuetudinaria derrumba los últimos reductos de la dignidad humana y ya está planta la imagen de los este-
reotipos i~egan
al producto de necesidad 'n'lnp,,..<:> tl~rrlealnelllte tad. Pero tico, que achaca la eXllsteuC:la haraganena ~~nu,~rll,rln --esto es, en su paradoja ia:~rOl"llta. 61
60
LOS TIPOS MAl IMALES
El criterio 'sociocultural escogido para deter¡minar la rriar~alidad de ciertos tipos humanos uruguayos pue<lte funcionar en más de una clasificación. Es decir, que hay tipos marginales en el campo~l(Qs montaraces- y en la ciudad -los bichicom:es---:-:; los orilleros, a su vez, son marginales del campo y la. ciudad respectiv~mente. El hombre marginal o el grupo marginal pueden oompartir el mismo espacio geográfico que los otros hombres o grupos integrados a la sociedad global de un país. Pero no compaTten el mismo espacio social ni el mismo tempo cultural. Viven de espaldas 'a los procesos sociales cotidianos, han construido un mundo de relaciones humanas y de valores convivenciales distinto del que rige en los otros ambientes que los circundan. Han definido con vigor las pautas y complejos de una subcul· tura en la cual se inscriben con alienada violencia, 62
El grupo marginal que estudiaTemos ahora lo es en el doble sentido del término: el geográfico y el sociocultural. Por eso nos pareció lícito aislarlo de todos los otros continentes ecológicos: uruguayos. En efecto, los pescadores del Atlántico nada tienen que ver con el campo, la ciudad o las orillas.
EL ESCENARIO DE LOS PESCADORES DEL ATLANTICO En el depaTtamento de Rocha existe una serie de islotes humanos diseminados a lo largo de la costa arenosa cuyos géneros de vidá están férreamente determinados por la gravitación de la geografía. Estos grupos se hallan en La Coronilla, Punta del Diablo, Valizas y Cabo Polonia. A veces, cuando se pesca' el camar6nen la laguna de Rocha, aparece un campamento de pescadores en
la barra de aquélla y el Océano. Pero los grupos esenciales, permanentes, son l~s anteriormente citados. Los pescadores están aprisionados entre el mar y las dunas de arena. Un verdadero desierto costanero, que llega hasta los doce quil6metros de anchura, hace muy difícil la comunicación con el inteTior. Carritos con llantas neumáticas -uno tiene ruedas de avióu- y caballos cumplen de modo precario el transporte de hombres y de cosas. También llegan, si se conocen los pasos, los jeeps con doble diferencial y cubiertas pantaneras. Queda, finalmente, el recurso de la prehistoria: el de la marcha a pie. Como se verá luego, la prehistoria se insinúa en otros aspectos más relevantes todavía. El signo de estos trabajadores es, pues, el del .aislamiento. Sus aldeas se hallan concentradas, como islas, a lo largo de :esta costa hostil, humeante de arena durante los vientos huracanados y convertida en un cinturón :ardiente en los meses de verano. Como el medio no puede brindar tierra para construir el clásico ran:cho nativo la vivienda se hace con los juncos y paja brava del bañado y los varejones y horcones dd lejano bos.que. Techo de paja, paredes de paja, piso de arena (los hay, aunque más raros, de cemento). Los tablones de las escotillas arrojados por los naufragios sirven para hacer las puertas y ventanas, paTa extraer .los listones que aprietan la paja. Como es imposible la agricultura se crían gallinas o cerdos, alimentados con los restos del pescado. A veces surge un huerto minúsculo, rodeado por una vieja red o un cerco de latas y palos, para evitar la invasión de las piaras. naturaleza --':'humedades, vientos, espuma de las frío y calor, violencia de los meteoros~ :se mues-
tra tal cual es a los no les permite crear tmcn)Cllirn~lS el grupo familiar o
LA VIDA SOCIAL Los núcleos de V""'n...UUV1~ cOlrnenz,arCID durante la segunda importación de bac el charque de cazón "~trompa de dasados H'V'Ir."u".......,
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61J'
dicionales ante los frutos del mar. El pescado no se consume y los mariscos se desestiman. Los pescadores del Atlántico son unos desterrados por partida doble. EL ACERVO TECNOLOGICO
Pescadores de Rocha reparando sus artes de pesca.
suntuarias de una socíedad dual. Las comunidades padecen el primitivismo típico de los pesca?ores de tantas partes del· Inundp, cuyo atraso e Ignorancia se deben a la secular explotacíón .que padecen y al inhospitalario medio físico. Se bebe mucho, existe pasión por el juego. Una· existencia riesgosa, en una frontera detenida por. el mar en su marcha centrífuga, provoca esta 64
desorganización social que los comerciantes y los tahúres a provech~n con proverbial sentido del negocio. . Toda la· familia gira en derredor de la pesca. Pero no se vive del producto alimenticio de aquélla sino de su beneficio comercial. La dieta campesina -fideos, porotos, cangica, hervidos de capón" asados de vaca- no ha resignado sus pautas tra-
Las artes de pesca son pobres y las flotillas están integradas por pequeñas embarcaciones que no van más allá de 30 quilómetros mar adentro, impulsadas pOT un motor fuera de borda o interno que ha sustituido los remos en la mayana de los botes. Viejos trasmallos de piola han sido remplazados por otros de materiales sintéticos. Pero todo es pobre, elemental. Se pesca el .tiburón y .no se aprecia la "carne blanca" de los inmensos cardúmenes de peces que .colman la plataforma continental.Por otta parte, .la carencia de cámaras frigoríficas y buenas vías de comunicación hacen imposible todo intento de conservar la carne fresca. En cambio el cazón,. que se sala y seca al sol, no se corrompe y constituye, SOYP mediante, el común denominador de los afanes .personales y colectivos. La faena lobera en Cabo Polonio y !a de Isla de Lobos, en Maldonado, concita grandes contingentes zafrales que, una vez terminada la ma1anza, regresa a las· aldeas con una paga pron· tamente gastada en el boliche y la ·carpeta, amén de los prostíbulos pueblerinos. Pobreza, ignorancia, individualismo, atraso sodal y cultural, dilapidación inútil y desfuncionalizada· de las ganancias -chucherías, motocicletas, buenas bebidas- caracterizan a estos seisdentos osetecientos uruguayos del mar cuyo coraje cotidiano y riesgosa, dura labor no sirven para liberarlos del arrinconamiento y del olvido (VIDART, 1966).
Niños de la costa atlántica frente a los secaderos de cazón.
Familia de pescadores de Punta del Diablo. 66
La galería de tipos humanos del campo y ~a ciudad esquematizada en las páginas anterior-.;s permite que se extraigan dos órdenes de conclusiones. En primer lugar,es necesario afinar el estudio sistemático de nuestra tipología sociocultural con instrumentos idóneos: historias de vida, análisis de casos, recopilaciones de fuentes, monografías sobre uno o varios tipos. Una antología valiosa, a la cual hemos recurrido más de una vez es la del profesor WETTSTEIN, 1968. Hay que insistir, pues, en este camino, con metodologías y técnicas adecuadas. ' En segundo lugar, se habrá podido advertir los tipos humanos más nítidamente destacason los que forman parte del sector más desamparado de la población uruguaya. Cada ti-
pológía responde a .una esquivar la necesidad por sus los que color local finitiva del COIJlch,1I:l0, do del VIVIr.
67
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Equipo de antropólogol FRONTERA y LIMITES Eliseo Salvador Porta
PECES DE RIO y PECES DE MAR Raúl Vaz Ferreira
LA ECONOMIA DEL URUGUAY EN EL SIGLO XIX W. Reyes Abadie y J. C. Wmiman <hJ ARTES, JUEGOS Y FIESTAS TRADICIONALES Equipo de antropólogos
lA ENERGIA, El TRANSPORTE Y LA VIVIENDA Juan Pab30 Terra AR80LES y ARBUSTOS Afilio lombardo LOS TRANSPORTES Y EL Ariel Vidal y Luis Mc::¡rm,oU &1et 1
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