Historias vago Gabriel cuadra de la
¿QUIÉN NO HA CANTADO UN TEMA DE EL DIVO DE JUÁREZ AL CALOR DEL ALCOHOL, DE LA CHARLA FAMILIAR, DE LA MULTITUD EN UN CONCIERTO? ¿QUIÉN? TODOS, AUNQUE PARA ALGUNOS SEA UN GUSTO CULPOSO
ILUSTRACIÓN: ISART GRACÍA CANO
Juan
del
II
Todos, de duelo por la muerte de Juan Gabriel Políticos, artistas y deportistas compartieron en la red social de los 140 caracteres sus condolencias y sentimientos por el fallecimiento de El Divo de Juárez
66 AÑOS TENÍA ALBERTO AGUILERA VALADEZ AL MOMENTO DE SU MUERTE
100 MILLONES DE DISCOS VENDIÓ DURANTE TODA SU CARRERA ARTÍSTICA
MÁS DE 1,800 CANCIONES ESCRIBIÓ JUAN GABRIEL A LOS LARGO DE SU TRAYECTORIA
32 DISCOS DE ESTUDIO PUBLICÓ EN CASI CINCO DÉCADAS COMO INTÉRPRETE
25 ÁLBUMES DE DUETOS, CONCIERTOS Y RECOPILACIONES TIENE EN SU HABER
CINCO COMPAÑÍAS DISQUERAS PUBLICARON LA OBRA DEL DIVO DE JUÁREZ
16 MILLONES DE COPIAS SE VENDIERON EN TODO EL MUNDO DE SU DISCO RECUERDOS
MIL 500 ARTISTAS Y GRUPOS DEL ORBE HAN GRABADO CANCIONES SUYAS
15 MIL CONCIERTOS DIO JUAN GABRIEL DURANTE TODA SU VIDA
“Lamento la muerte de Juan Gabriel, uno de los grandes íconos musicales de nuestro país. Mis condolencias a sus familiares y amigos” ENRIQUE PEÑA NIETO @EPN
“Lamento la muerte de Juan Gabriel. México pierde a un gran compositor”
RAFAEL MORENO VALLE @RafaMorenoValle
“Hoy perdimos a un grande: Juan Gabriel, el hombre que abrió las puertas de Bellas Artes a la cultura popular. México te recordará siempre” MIGUEL ÁNGEL OSORIO @osoriochong
“Siempre te recordaremos @soyjuangabriel. Gracias por dedicar tu última canción a Puebla” JOSÉ ANTONIO GALI FAYAD @TonyGali
¿Puedes hac
MARIO ALBERTO MEJÍA
Estoy sentado en el estadio de beisbol de Culiacán, Sinaloa, donde –supongo– juegan o jugaban o jugarán algún día los Tomateros –si es que así se llaman– o los Culichis o los Chapos. Mi asiento está a dos metros del que ocupa el gobernador Francisco Labastida Ochoa. (Él no lo sabe todavía, porque estamos en 1990, pero diez años después sufrirá una derrota atroz a manos de un desconocido: Vicente Fox Quezada, que en ese tiempo es un diputado federal que quiere ser gobernador de Guanajuato). El estadio de beisbol está al tope. ¿La causa? Juan Gabriel. El concierto empieza. La gente corea sus canciones. A mi alrededor todos se ponen de pie, incluido Labastida. Se pone de pie, aplaude y corea las canciones. Su esposa, Teresa Uriarte, hace lo mismo, aunque más de-
de cantar d
senfadada. Continúo en mi lugar heroicamente. Me niego a sumarme a la masa enajenada que canta y baila ya sobre las sillas de la Cervecería Modelo. Labastida mismo está sobre su silla bailando Hasta que te conocí. No sé en qué momento fui víctima de la atracción que ejercen las masas sobre los objetos inanimados, lo cierto es que cuando caí en la cuenta ya estaba bailando y cantando como un fanático más de quien 26 años después fallecería de un infarto al corazón en Santa Mónica, California. ••• 1972. Estudio C de Telesistema Mexicano. Avenida Chapultepec 18. Raúl Velasco presenta en Siempre en Domingo a un jovencito con facha de homosexual declarado. —¿Cómo te llamas, hijo? —le pregunta sin dejar de verle la bragueta del pantalón ajustadísimo.
—Mi verdadero nombre, señor Velasco, es Alberto Aguilera, pero mi nombre artístico es Juan Gabriel. La conversación sube de tono. —¿Y qué hace un muchachito guapo como tú cantando tan lejos de Ciudad Juárez? —Son mis ganas de triunfar, señor Velasco, y espero no defraudar al público. Raúl Velasco no lo sabe, pero un día morirá desahuciado por Televisa y su nombre será borrado de las marquesinas y echado al basurero. Para entonces, todavía no se casa con una señora gringa o europea llamada Dore, quien lo volverá vegetariano, asexual y aburrido. La mirada lasciva de Velasco se detiene en el trasero evidente del muchachito homosexual. O joto, como se decía entonces a la menor provocación. O loca, como decían los intelectuales que leían a Salvador Novo. O puto, como le gritaban a Juan Gabriel en Ciudad Juárez. O rarito, como decían las tías abuelas. —El público es todo tuyo, Alberto. ¡Señoras y señores, queda con uste-
por f
des: Juan Gabriel! Se escuchan los primeros acordes de una canción que hoy es mítica: “No tengo dinero / ni nada que dar / lo único que tengo / es amor para dar / si así tú me quieres / te puedo querer / pero si no quieres / ni modo qué hacer”. El fraseo lo dice todo. Y la versificación. Hay algo en Juan Gabriel que moverá estadios, estudios de televisión, palenques. Mi tía Virgen mascullará dos semanas más tarde en la calle Corregidora de la vieja colonia Morelos de la Ciudad de México: “Ese jotito no durará mucho tiempo. En México los jotitos no triunfan”. ••• Se llamaba Lalo y era un homosexual retraído, nervioso, apocado. Antes de Juan Gabriel vivía en el clóset.
La muerte de El Divo de Juárez impactó en el corazón de mexicanos. Las letras de sus canciones, que describieron estados del alma, suenan desde el domingo, tanto a capella como en la radio, acompañadas de sollozos y bendiciones.
FOTOS: CUARTOSCURO
Música y flores para Juan Gabriel
El primer sitio a donde acudieron los capitalinos fue a Garibaldi, donde se encuentra una estatua del juarense.
Temas como Querida y Amor eterno fueron recordados con música de mariachis en la plaza.
PUEBLA I 24HORAS I Martes 30 de agosto de 2016
VICENTE FOX QUESADA @VicenteFoxQue
“Descansa en paz, Juan Gabriel. Nos dejas todas tus canciones”
MARGARITA ZAVALA @Mzavalagc
“Cuando fui Jefe de Gobierno conocí a Juan Gabriel, cantó en el Zócalo hasta la madrugada; era pueblo, liberal y nacionalista. Q.E.P.D.” ANDRÉS MANUEL LÓPEZ @lopezobrador
“Mis recuerdos eternos a Juan Gabriel extraordinario artista y ser humano. Que Dios lo tenga en su Gloria por Siempre” NICOLÁS MADURO @NicolasMaduro
cerme el favor
de nuevo, avor?
Después de Juan Gabriel salió de él. Empezó a vestirse con los mismos pantalones ajustados. Tarareaba sus canciones en una cantina abiertamente machista de Huauchinango a la que iban, sobre todo, petroleros sudorosos y cansados. Ahí empezaba la fiesta después de las tres de la tarde. Lalo era mesero junto con otro compañero de felaciones a quien le decían La China. La China era más atrevido que ninguno y joteaba abiertamente con los clientes. Todos se lo disputaban después de la tercera cuba de Viejo Vergel. Algunos lo sentaban en sus piernas, le hablaban al oído, pero terminaban abordándolo ya que todos se habían ido. Vergonzosamente.
En el baño oloroso a meados lo penetraban o aceptaban sus felaciones. Una vez concluido el acto, lo empujaban y hacían como si nunca lo hubieran visto. Una noche, el petrolero más macho de todos sentó en sus piernas a La China a la luz del día, sin tragos de por medio. El beso que se dieron ambos cambió para siempre el curso de la cantina. La China ya tenía dueño. Y éste no se avergonzaba de él. O de ella. La música de Juan Gabriel se volvió recurrente en el lugar. La China hacía fonomímica para su macho a los ojos de todos. Luego regresaba a sus piernas, pedía una Piña Colada y le daba un beso en la boca. ••• —¿Ya supiste que murió Juan Gabriel? —me preguntó un amigo vía Telegram. —¿Cómo? ¿En serio? —A las 11 de la mañana. Tenía 66 años. Murió de un infarto en California —cerró el chat.
Hubo quien no se quedó con las ganas de dar un abrazo a la efigie de El Divo de Juárez.
Yo estaba en Cancún en un lugar de la zona hotelera. —¿Ya supo que se murió Juan Gabriel? —le pregunté a una camarera gordita. —¡No diga mentiras, joven! —¡En serio! A las 11 de la mañana. Tenía 66 años. Murió de un infarto en California. La dejé tendiendo la cama. Sus ojos se pusieron llorosos mientras yo tarareaba “y es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor”. Bajé y tomé un taxi. —¿Ya supo que murió Juan Gabriel? —le dije al conductor. —No es cierto, joven. ¿Cómo va a ser? —me contestó. —¡En serio! A las 11 de la mañana. Tenía 66 años. Murió de un infarto en California. El taxista se llenó de nostalgia: —Hace como un mes lo vi por esta avenida. Iba con una señora. Se ve que era su sirvienta. Llevaba dos sillas. Me hizo la parada y yo dije “pero
si es Juan Gabriel”. Amarramos las sillas arriba de mi Datsun y lo llevé a su departamento. Vivía en Puerto Cancún. Tenía un yate. Era bien sencillo. En el Porfirio’s ya todos le rendían un homenaje muy sentido a Juan Gabriel. Videos, canciones, gente colapsada. Los meseros opinaban y contaban otras anécdotas. “Un día vino aquí y pidió unos tacos sudados”. Entré al baño. Juan Gabriel cantaba Amor eterno. Conté las sílabas de sus canciones: Ora unos octosílabos, ora unos endecasílabos, ora unos alejandrinos… con hemistiquio, pero alejandrinos. De pronto me sentí triste. Como si alguien cercano se me hubiera muerto. Entonces empecé a crear mi propia mitología sobre Juan Gabriel e hice la crónica de todas las veces que lo vi en conciertos o en televisión. “La última vez fue en Puebla. Hace unos días. En la inauguración de Acrópolis”…
La alegría se mezcla con llanto al momento de encender una luz para el nuevo camino que emprende.
PERDONA SI TE HAGO LLORAR
“Hoy México ha perdido una de sus estrellas. Descansa en paz, Juan Gabriel, gran amigo, artista y ser humano”
III
IV “Hoy es un día muy triste. Perdimos a uno de los artistas más grandes y talentosos de todos los tiempos” ENRIQUE IGLESIAS @enriqueiglesias
“Cuando conocí a Juan Gabriel, me contó que leía mucho a Séneca. Era un Estoico Romántico” JULIETA VENEGAS @julietav
ALEJANDRA GÓMEZ MACCHIA
I
Las noticias viajan rápido. Sobre todo las malas noticias, viajan en un tren más rápido que el tren bala. Y este tren hoy tiene el nombre de un viejo bar conocido por todos. Este tren se llamaba “El Noa Noa”. A las cuatro de la tarde ya era trending topic en Twitter. En Facebook todo es más lento, porque es más cálido. Pero el tren, llegó. Retrasado, pero llegó. II
Te avisan por teléfono que tu abuelo murió. Te mandan un mensaje de texto diciéndote que tu compadre murió. Tu tía toca a la puerta, y te informa: tu primo murió. O el vecino, con el que mejor te llevabas, y que siempre estaba ahí, murió. Tu tío favorito murió de un infarto. Tu mejor amigo o tu mejor amiga, murieron en un choque. Noticias que son un mazazo en el cráneo. Un yunque que cae sobre tu cabeza y te deja idiota por unos minutos. No lo crees. Tu amigo, tu abuelo, tu tío favorito… ¡Puta madre! ¿Por qué? III
En este mundo existen pocas cosas (y razones) que nos uniforman: la enfermedad que precede a la muerte es una de ellas. En ese estado todos somos igual de vulnerables. Cuando un tío o una abuela o un compadre del alma sale con los pies por delante, un fragmento de nuestra vida se va con ellos. Hasta cierto punto. Los muertos no hablan, pero hay muertos que sí hacen ruido. IV
Cancún, como en cualquier casa u hotel u oficina o taxi o carnicería. A la puerta toca el mismo espectro. En todas las puertas y por todas la ventanas se oye el rumor. Juan Gabriel está muerto.
V
Fans, no fans, detractores, haters, homofóbicos… En suntuosas salas de Interlomas y en un cuartucho del Bordo de Xochiaca se siente el mismo golpe. Y de pronto no sabes si duele porque, finalmente, este muerto, ni de la familia era. Todos parejo. Unanimidad. Los que siempre renegaban de su música por ser cursi o muy básica. Los que se burlaban de sus excéntricos trajes de satén y lentejuela. Los que para imitar a un maricón bailaban como él y se ponían su nombre. Los que gustábamos de su música; todos sabíamos quién era. Conocíamos su nombre, y sin saberlo, sabíamos más de una canción. En ese momento, cuando los noticieros y las redes explotan con la noticia, nos dimos cuenta que no sólo sabíamos una canción. Eran dos. O tres, o cuatro. O quince o cien. En las bocas de muchos: de fans, no fans, de detractores, de haters, de homofóbicos, de machitos consumados, de feministas de tocador, de fresas, de guarros, de pobres, de millonarios, de políticos, de parias. O de parias y de políticos. De intelectuales y legos. De intelectualoides y abajofirmantes. De investigadores, de musicólogos. De sonideros, de maestros de fagot y trompas… en todas esas bocas, brotan sin querer, quizás como un mero acto reflejo un: Dime cuando tú/ dime cuando tú vas a volveeeeeeer. La muerte es el único bien (que parece mal) y nos uniforma. Juan Gabriel también. Siempre nos ponía el mismo traje a todos. Consiguió entrar a un recinto sagrado y exclusivo para la exquisita música “culta” con sus contoneos “jotísimos” y constelado en joyas y lentejuela. Logró levantar de su silla desde el más acartonado y renuente (esa
“Mi paisano y hermano del firmamento de las letras y melodías Juan Gabriel nos dice hasta siempre desde el cielo” MARCO ANTONIO SOLÍS, EL BUKI @MarcoASolis
“Icono de la música latinoamericana: el único, Juan Gabriel, de Mexico Nos unimos al dolor de su familia y de México” RUBÉN BLADES @rubenblades
“Una noche dedicada a mi querido hermano @ soyjuangabriel se nos escapó un ángel más... Cuídanos” MARC ANTHONY @MarcAnthony
Juanga : un
clase de señor que va porque a su mujer le gusta Juanga desde que salía en Siempre en Domingo) hasta el más pandroso (esa clase de gandul que fue a rastras al concierto porque se quería ligar a una morra medio zafada que le gustaba Juanga pues, como ella, era de Juárez y no tenía dinero). Juanga desacralizó la figura incólume del director de una orquesta sinfónica poniéndolo en jaque con sus arreglos, haciéndolo parir chayotes porque al “rey” se le ocurría alargar el estribillo o improvisar sobre la partitura. También a ese tipo de personaje lo acomodó a placer para tocar el son que él quería. Lo uniformó.
perm
Los héroes populares son héroes porque no salen de universidades ni conservatorios de alcurnia. Son héroes porque brotan de la nada. Garbanzos de a libra, diría mi abuela. Casi todos sabemos la triste historia de Juanga. Y en un país quebrantado, la tragedia enaltece al que llega a ser “alguien”. Y si ese alguien llega a ser “todo” (una presencia que recorre los matices del círculo cromático del más frío azul hasta el más caliente bermellón) inmediatamente se gana un pedacito de gloria en este limbo caótico.
VI
Juanga decía que no le gustaba leer. Que le daba flojera. Puede ser que sí, pero puede ser que no. Porque uno no puede explicarse que consiga versificar de esa forma sin conocimiento de métrica y rima. Muchos aspirantes a poetas, muchos escritores que figuran en las listas más pretenciosas de la critica nacional, no poseen ni la mitad del oído del Divo de Juárez. Al pueblo le apena y le ruboriza y le consterna que un presidente no sea un buen lector. A pueblo no lector le afecta eso: que su presidente sea un no lector. Pero al pueblo no le interesa y, es más, celebra que un ídolo de esa magnitud pudiera haber escrito sus canciones con apenas el toque de la intuición.
VII
De pronto se va. Desaparece. Nos vemos hablando de él, y cosa rara, casi por unanimidad, se eleva al Olimpo nacional en donde descansan unos pocos. José Alfredo, Lara y Gabilondo Soler. Rockeros y darks, emos y punks. A muchos “les cagaba la madre” el tal Juanga. O eso pensaban hasta que un domingo están escuchando un programa de radio o de televisión que da la noticia, y en algún remoto lugar de su emo-punk o metalera existencia, les brota lo ñoño que habita en ellos. Y canturrean… o por lo menos en su cabeza resuena una de las mil 800 rolas que ellos no consideran buenas rolas, sino el pináculo de la cursilería y el almíbar comercial que engolosina a cualquiera.
VIII
Estaba en un cuarto de hotel de Cancún cuando me enteré que Juan Gabriel había muerto. Me estaba arreglando, muy mona, para salir a comer a un restaurante, cuando el mensaje de la persona más fría y contenida del mundo (un político que uno juraría que no tiene sentimientos) entró al celular. Y buscando cualquier pretexto para iniciar conversación, de pronto no aguantó las ganas de explayar su conmo-
CUARTOSCURO
En Tijuana, Baja California, cientos se dieron cita en “la estrella” del cantautor, colocada en la avenida Revolución, para rendir homenaje al juarense.
Veladoras, flores y un chorro de voz que entonaba las letras de El Divo llegaron a su estrella.
CUARTOSCURO
Una estrella
Con luz fue rodeado el astro en el piso que galardona la trayectoria de Juan Gabriel.
PUEBLA I 24HORAS I Martes 30 de agosto de 2016
HUGO SÁNCHEZ @hugosanchez_9
SERGIO PÉREZ @SChecoPerez
invitado
ción mediante el sano chismorreo y dijo, como si pidiera una docena de huevos en un estanquillo: “cómo ves que Juan Gabriel se murió”. En ese momento, el golpe al estómago. Como si hubiera muerto mi compadre, mi tío, mi padre, mi mejor amigo. Y es que apenas hace tres semanas lo vi en la inauguración del “Coliseo”, en Puebla. Casi me lo pierdo. Casi me lo pierdo no por mi culpa,
sino porque mi acompañante dijo que le daba flojera ir a ver a Juan Gabriel, pues él lo había visto mil veces y en su mejor momento; y que ahora era una “hueva espantosa” ir a ver a un gordo sudoroso que medio bailaba, que casi ya no cantaba y que en una de esas hasta se nos caía encima. Los boletos, de primera fila, no se iban a quedar ahí. No se iban a quedar ahí por el simple hecho de que yo he sido una fan toda mi vida, y nunca lo había podido ver en vivo. Me valía sorbete si ya no bailaba como loca desaforada. Como antes. O que dejara que el público cantara casi todas las canciones porque a él ya se le iba la voz. Y aparte porque en mi casa mando yo, faltaba menos. Y porque otra cosa que nos enseñaron Juanga y sus canciones, es que el matriarcado se impone ¡y a la chingada! Le dije: “Vamos a ir. Pero si tú no quieres, yo voy. Y voy porque… quien sabe. Igual y en una de esas es la última vez que viene a Puebla”. Ni la pinchadura previa de una llanta impidió que llegara al lugar y viera a Juanga salir, albísimo, por una larga pasarela inundada de luz. Parecía un renacido. ¡Quién iba a decir que sería su último concierto en México! La imagen se me quedará grabada. La imagen y el estruendoso rugido de mujeres, niños, machos alfa, beta, gama y delta, políticos, estafa-
CUARTOSCURO
EFE
manente
Imitadores del cantante no pudieron ocultar el dolor por la pérdida de su ídolo musical.
“Todas las mañana entra por mi ventana el señor sol.. Doy gracias a dios por otro día más -Juan Gabriel-” ORIBE PERALTA @OribePeralta
“Se nos fue un gran ídolo! Siento mucho esta pérdida para México y el mundo. Descansa en paz mi querido Juan Gabriel” ALEJANDRO FERNANDEZ @alexoficial
IX
dores, lavadores de dinero, narcos, obreros, líderes sindicales, ex gobernadores, plomeros, escorts, locas-locas, señoras locas, esposos de las señoras locas, mariguanos, cocainómanos, pastilleros, médicos, muchachas del servicio doméstico, locutores de radio, periodistas chayoteros, periodistas no chayoteros, abuelas, bisabuelas, maestros… Todos sometidos a la fuerza hipnótica de una balada inocente, dulzona ¡y muy muy gay! que dice: Poco a poco a poquito me fui enamorando no pude evitarlo yo te quiero tanto, pero tanto y tanto tu bien sabes cuanto eso y otro tanto te quiero decir… Y esos machos de bigote y sombrero lloraban como Heidies de la alta montaña la canción más cursi y choteada que cantan todos (esos machos que golpean a sus esposas y son la monserga de su casa) y se llama Amor eterno y la cantan con la sensible delicadeza de una quinceañera porque es la oda tierna (e ideal) que el hijo ingrato o no ingrato le dedica siempre a la madre muerta. E imaginaba que la repetición constante de sus propias canciones sería chocante para Juanga, porque de sus 1800 composiciones, las “pegadoras” y las que prenden a todo el mundo son 40 (las que caben en tres horas). Pero la cámara se acerca, le hace close up y notas en los ojos del viejo que las ha repetido miles de veces ese arrobo que en un mortal se da sólo en las primeras veces. Conforme avanzaba el concierto esperaba el quebranto. Que la reina robusta se colapsara en su trono dorado y dejara que más de 50 músicos y bailarines hicieran lo suyo, ayudarlo a respirar. Tres horas después, seguía de pie. Bailoteando, sí, pero no con la misma soltura de antes. Con la gracia irónica de una bailaora de abanico y mantón alfombrao.
La muerte de Juan Gabriel no es una muerte pequeña, es una muerte que pesa. Una gran muerte como la de Pedro Infante o María Félix. No hay sucesor porque los Juan Gabrieles no se dan en maceta. La presencia de Juanga en nuestras vidas es como la Guadalupana: un mito genial que sostiene a un pueblo convulso. Y hoy comprendo a todos los que en su momento se sintieron viudas de Lennon: esos que se rasgaban las vestiduras sin entender siquiera sus letras simplonas pero pegajosas. Hoy lloro a Juan Gabriel y estoy más triste que con la muerte de otro de mis ídolos: David Bowie. Pero Bowie fue un gusto adquirido… como se aprende a degustar un lichi. Las tonadas de Juanga fueron mis canciones de cuna. Mis noches de arrullo y de espanto (con un padre atado al alcohol). Mis pesadillas están intrínsecamente apegadas a su música. A la canción ranchera que duele, pero que encanta, porque funge como paliativo de ese mismo dolor. X
Leí por ahí que a los que nos gusta Juan Gabriel es porque buscamos un pretexto oportuno para agarrar la botella. Nada más falso. Juanga aparece siempre en la transición, es decir, llega justo en el momento en el que la botella se acaba y la birria aparece. XI
No hay mexicano que no conozca al Divo de Juárez y que no tenga un disco o un viejo casete en alguna parte de su casa. Escondido, tal vez, pero existe. Habita en algún rincón oculto en donde el olvido no llega. Enterrar el cuerpo de Juanga es como enterrar al pariente más solicitado en las fiestas. Era, sin duda, un invitado permanente en todas las casas mexicanas. A veces llegaba tarde o a veces no lo queríamos invitar. Pero era inevitable no extrañarlo al paso de las copas y el jolgorio.
Los fans estaban desgarrados por la noticia de la muerte de quien compusiera una canción a Tijuana.
PERDONA SI TE HAGO LLORAR
“Se nos fue uno de los más grandes de México y el mundo… tu música y tus letras nos acompañarán siempre. RIP Juan Gabriel”
CUARTOSCURO
“Lamento el fallecimiento de mi amigo @soyjuangabriel Gracias por tu amistad y tu arte musical. Permanecerá siempre con nosotros”
V
VI “Descansa en paz Maestro Juan Gabriel. Basta esta grabación con @lafourcade para entender porque todo Mexico lo llora”
ALEX UBAGO @AlexUbagoficial
1950 NACE ALBERTO AGUILERA EL 7 DE ENERO EN PARÁCUARO, MICHOACÁN
1971 ADOPTA SU NOMBRE ARTÍSTICO; GRABA SU PRIMER DISCO: EL ALMA JOVEN
1974 LANZA A LA VENTA SU PRIMER ÁLBUM EN EL GÉNERO RANCHERO
1977 LANZA LA PRODUCCIÓN DISCOGRÁFICA ROCÍO DURCAL CANTA A JUAN GABRIEL
1980 SE ESTRENA LA PELÍCULA EL NOA NOA Y LANZA EL ÁLBUM RECUERDOS
1994 SACA GRACIAS POR ESPERAR, DESPUÉS DE CASI 10 AÑOS DE AUSENCIA
2010 EDITA JUAN GABRIEL, CON TEMAS INÉDITOS O CANTADOS POR OTROS
2015 EDITA LOS DÚO Y LOS DÚO VOL. 2, ACOMPAÑADO POR OTROS ARTISTAS
2016 LANZA SU ÚLTIMA PRODUCCIÓN DISCOGRÁFICA, VESTIDO DE ETIQUETA
JORGE DREXLER @drexlerjorge
MARIO GALEANA
Nunca me gustó Juan Gabriel. Supe, hasta hace dos días, que su nombre real era Alberto Aguilera Valdez. No. Nunca me gustó Juan Gabriel. Hay un riesgo para quien escribe (o suelta en la sobremesa) de manera pública que no apreció ni fumó ni consideró la obra de un artista que acaba de morir. Sucede con los escritores más encumbrados. Sucede con los músicos más encumbrados. Sucede con cualquiera que haya alcanzado el cenit de su carrera, para luego morir. Como todos, pero sin el éxito. Por eso hay un riesgo. Y, por eso mismo, a cada nueva noticia de muerte surgen fanáticos asiduos, donde antes no había ni el mínimo resquicio de gusto por la obra del artista muerto. Nunca me gustó Juan Gabriel. El último recuerdo que tengo de él data de hace un mes. Visité a un par de amigos en la Ciudad de México y, desde mediodía, en la televisión se transmitió maratónicamente una serie sobre su vida. De dos de la tarde a 12 de la madrugada, a causa de mi amiga Lorena, en la pantalla no se vio otra cosa que la historia de una mujer a la que todo, absolutamente todo, le salía mal. Era una actriz. Era la madre de Juan Gabriel. Ni siquiera Schopenhauer concebiría tanto dolor. Me dieron náuseas sólo pensar –como sugería la serie– que la vida no era más que un fango pantanoso donde todo siempre ocurre exactamente distinto a la forma en que lo idealizas, porque pese a que la felicidad dura acaso cinco minutos, como todo el mundo sabe, las cosas no siempre son tan malas. Desconozco si toda la serie tenía el mismo tono, pero al menos la docena de capítulos que vi, sí. Nunca me gustó Juan Gabriel. Su música era, para mí, requisito inevitable en las fiestas familiares y ajenas porque toda mi infancia viví en una casa que colindaba con un salón de fiestas en Tehuacán donde, cada noche de viernes y sábado, las ventanas de mi cuarto vibraban, a punto del
“Todo mi amor a la familia y amigos del gran Juan Gabriel.. Y a todo México un te quiero susurrado al oido. DEP” ALEJANDRO SANZ @AlejandroSanz
“Se nos ha ido el gran compositor y cantante Juan Gabriel. Grande entre los Grandes de México. Querido Amigo, se feliz allá donde estés”
“No encuentro palabras para consolar a tantas almas, nuestro amor eterno, Juan Gabriel... ya está con Dios!”
RAPHAEL @RAPHAEL
GLORIA TREVI @GloriaTrevi
Juanga, más allá de los ojos y el corazón Recuerdos. Entrar a la casa paterna era ver a mis tías y a mi padre bebiendo, cantando hasta las lágrimas, sollozando Amor eterno, recordando a sus propios padres.
CUARTOSCURO
“DEP el gran #JuanGabriel. Buen viaje maestro. Todo mi respeto, admiración y cariño”
quiebre, mientras la voz gangosa de algún cantante local intentaba replicar el incesante Amor eterno, coro de graduaciones, festivales del 10 de mayo, borracheras, bautizos, comuniones, etcétera. A veces era necesario llamar a la policía del municipio para que los organizadores de la fiesta disminuyeran el volumen de la música. Jamás lo hacían. Y sin embargo. Un par de días atrás, cuando supe sobre su muerte, abrí Facebook y mi timeline, como ocurrió con la del lector, seguramente, era un continuo devenir de fotografías, canciones, chistes y posts sobre él. Ayer leí, por primera vez, el ensayo que Carlos Monsiváis escribió sobre Juan Gabriel. “¡Ay sí tú! Las aportaciones del morbo afianzan la singularidad, y Juan Gabriel se instala sin declaraciones ingeniosas o audaces, sin concederle atención a bromas y rumores, sin el apoyo mitológico de la Bohemia o de la Parranda o del culto a la Autodestrucción. Él es un Ídolo Real que desplaza fantasías producidas en serie”, dice en un fragmento. ¿Quién –pensé– fue Juan Gabriel como para ser descifrado por Carlos
Monsiváis? En internet cabe todo y una cosa llevó a la otra. Supe de la infancia triste. Supe del veto a Televisa. Supe de lo irrealizable que era para cualquier homosexual llegar a cumplir cualquier cosa en el México de los años 70. Y luego, la presentación en Bellas Artes, dos décadas más tarde, a la que Monsiváis calificó en una crónica como el “Acontecimiento del Año”. Así, con mayúsculas. Pero ¿por qué? Para alguien nacido en la década de los años 90, como yo, es difícil imaginar los surcos de la homofobia de aquellos años, aun con nuestras estridentes y anacrónicas discusiones sobre el matrimonio igualitario. El año de 1990 no es muy distinto al 2016, como tampoco lo será el 2030 o el 2100. La respuesta, entendí, no está sino dentro de uno mismo. Porque, guste o no, todos, absolutamente todos, podríamos ser capaces de identificar la voz de Juan Gabriel en mitad de cualquier barullo. Porque, guste o no, todos podríamos ser capaces de seguir aquella voz, de intentar imitarla. Juan Gabriel nos sitió en nuestra propia piel, parafraseando
a Gorostiza. Mi familia paterna, es decir, las hermanas y los hermanos de mi padre, que nació y ha vivido casi toda su vida en el puerto de Acapulco, guardaban una suerte de guerra no declarada con la familia que habitaba frente a su casa. Cada navidad o año nuevo, ambas viviendas –enormes, según las recuerdo bajo mis ojos de niño– retumbaban con la música de Juan Gabriel hasta que algún bando cedía, ya bajo la mañana del día siguiente; a veces, incluso, hasta la tarde. Los niños corríamos en las calles soltando cohetes, pisando mangos negruzcos, desflorados, que caían de un árbol cercano y rodaban por una pendiente. El paso se llenaba de pólvora, olor a fruta y música de Juan Gabriel. Entrar a la casa paterna era ver a mis tías y a mi padre bebiendo, cantando hasta las lágrimas, sollozando –otra vez– Amor eterno, recordando a sus propios padres: los abuelos que murieron el mismo año en que yo nací. La muerte y los jirones del pasado son livianos, y uno nunca termina de entenderlos del todo. Nunca me gustó Juan Gabriel. Pero ahora descubro en Youtube sus presentaciones como cualquier topo fanático que relee una y otra vez la biblia con una suerte de éxtasis pudorosa y, hasta entonces, oculta. Hay una mística distinta en Juan Gabriel. La vio Monsiváis y escribió sobre ella. La vieron mis tías y lloraron con ella. Dije que el último recuerdo que tengo de Juan Gabriel data de hace un mes, pero mentí. Porque no se puede recordar algo que, irremediablemente, no se ha ido más allá de los ojos y el corazón.
CUARTOSCURO
Cada sitio que pisó el juarense fue visitado por sus fans para despedirlo, recordarlo e invitarlo al escenario improvisado que bordearon con flores, fotografías y veladoras.
Los seguidores del cantautor dedicaron sensibles mensajes de despedida a su ídolo musical.
CUARTOSCURO
Lleno total
El Encuentro Internacional del Mariachi en Guadalajara, Jalisco, rindió homenaje al compositor.
HUMBERTO PÉREZ RODRÍGUEZ
CRÓNICA
La Acrópolis de Puebla abrió sus puertas el pasa-
do 12 de agosto. Y lo hizo con un concierto de gala. Juan Gabriel, El Divo de Juárez, estrenó la cumbre del espectáculo en Puebla. Antes, por la tarde, el gobernador Rafael Moreno Valle fue el encargado de cortar el listón y develar la placa en la fachada. Acompañado por los empresarios Maurice Gendreau y Pedro Vaca, recorrió parte del centro de espectáculos. “Este recinto refleja la visión que tengo para el estado, mi convicción es que la inversión pública debe traer calidad de vida, aunado a la generación de empleos e inversión privada”, resaltó al inaugurarlo. Acrópolis, que tuvo una inversión de 400 millones de pesos, con una capacidad para 10 mil 500 asistentes, luce una estructura imponente, junto al estadio Cuauhtémoc y parque de béisbol Hermanos Serdán. ••• A partir de las 19:00 horas los accesos abrieron para recibir al público que, de acuerdo con reportes de encargados del nuevo centro, habían agotado los 10 mil 500 lugares. Localidades que –para no variar– encontraba uno con los revendedores. “¿Qué pasó, jefe, de qué área va a querer? Tengo de hasta abajo (gran VIP) y de en medio (platino y oro)”. “No, pues, general, de hasta arriba”. “No, jefe, no tengo, pero se los consigo…” “¿En cuánto?” “Mil 500, es lo menos… mire, se los dejo en mil 200.” ••• Son las 19:25 horas. “Por favor avancen con boleto en mano, si son tan amables”, ordenó un elemento de seguridad privada. Hubo quienes admiraron el diseño de la estructura del nuevo centro de espectáculos. Levantar la vista
“Murió Juan Gabriel. Qué dolor, carajo. Las flores interminables hacían que sus canciones continuaran hasta lo grotesco (bello) del amor”
LOS TIGRES DEL NORTE @tigresdelnorte
GAEL GARCÍA BERNAL @GaelGarciaB
“México de luto con el fallecimiento de nuestro queridísimo #JuanGabriel Llenó al mundo con su música cantada por todos! Dejas un legado DEP” EMMANUEL @EmmanuelOficial
Puebla y El Divo, de amor eterno ACRÓPOLIS. LA CUMBRE DEL ESPECTÁCULO EN PUEBLA ABRIÓ SUS PUERTAS CON UN MAGNÍFICO CONCIERTO DEL DIVO DE JUÁREZ; EL ÚLTIMO REALIZADO EN MÉXICO
“Un pequeño cariñito para Puebla, Puebla preciosa...” JUAN GABRIEL Cantautor
para observar la mezcla de acero con concreto era obligatorio. También comprar algo de comer y beber. ••• Las horas transcurrieron. Al filo de las 21:45 horas el alumbrado general se apagó para dejar sólo la iluminación del escenario. Aparecieron los coristas, la orquesta y el mariachi, también los bailarines que acompañan a Juan Gabriel. Una figura robusta llamó la atención y robó los primeros aplausos del público reunido en Acrópolis Puebla. Los acordes de ¿Por qué me haces llorar? comenzaron, seguidos por los gritos de los asistentes. “¿Para qué me haces llorar, qué no ves, cómo te quiero? ¿Y para qué me haces sufrir, qué no ves, que más no puedo?”, fueron los primeros fragmentos coreados. “Perdona si te hago llorar, perdona si te hago sufrir, pero es que no
Antes bar, ahora estacionamiento, pero por siempre el Noa Noa, en Ciudad Juárez, donde debutó.
está en mis manos, pero es que no está en mis manos, me he enamorado…”, continúo Juan Gabriel. Con ambas interpretaciones El divo de Juárez cautivó al público, su público, el mismo que ha abarrotado otros escenarios. Mi fracaso e Insensible fueron los siguientes temas, pero con La diferencia Juanga terminó por conquistar a quienes lo vitoreaban. Siguieron Tu abandono y Una vez más, y cuando se escuchaba Juro que nunca volveré el sistema de audio de Acrópolis falló. ¿Novatada? ¿Error técnico? La rechifla no se hizo esperar. Pero a Juan Gabriel no le importó. Con micrófono en mano siguió pero fue inútil, sólo el público de adelante lo escuchaba. Aguardó. Agitó el micrófono con la mano. Intentó cantar una vez más sin éxito. Tres o cuatro minutos después el
público aplaudió, por fin el audio había regresado. Lejos de decaer el ánimo, la fiesta se avivó. Ya no me interesas, Tú a mí no me hundes, Te voy a olvidar, La farsante e Inocente pobre amigo también fueron cantadas por el público. El Divo de Juárez, con un coordinado blanco, de un fino bordado en el cuello, así engalanó la apertura de Acrópolis Puebla. Algunas de sus canciones más emotivas fueron Costumbres, Hasta que te conocí y Amor eterno, pues provocaron lágrimas entre las mujeres. El ánimo fue diferente cuando se escuchó La Frontera, recién incluida en el álbum Los Dúo. Más tarde, acompañado del dueto colombiano Zona Prieta, Juan Gabriel cambió el ritmo con No tengo dinero. El más reciente éxito de Juanga, Gracias al sol, su versión de Have you ever seen the rain?, de Creedence, fue bien recibida. Y a la ciudad, al estado también le cantó: A Puebla mírenla, como un homenaje. “Un pequeño cariñito para Puebla, Puebla preciosa”, dijo, mientras escuchaba una de las ovaciones más extensas. Para cerrar el concierto, el michoacano eligió una de sus melodías insignia: El Noa-Noa. Eso provocó que todos se levantaran de sus asientos e hizo que, ya entrada la madrugada, muchos salieran contentos, emocionados por su presentación. Juan Gabriel se entregó a Puebla. Y sí, la Angelópolis le correspondió por completo al Divo de Juárez.
CUARTOSCURO
ANGÉLICA MARÍA @angelicamaria
“Hoy despedimos a un ídolo de la canción latinoamericana. ¡Gracias Juan Gabriel, por tu aporte a la música!”
CUARTOSCURO
“Falleció Juan Gabriel! Que tristeza tan grande!! Adiós amigo querido! Nadie llenará el vacío que dejas! Gracias por todo lo que nos diste!”
Bajo el personaje del cantante, sus imitadores dieron rienda a su voz con interpretaciones de sus temas.
VII
PERDONA SI TE HAGO LLORAR
PUEBLA I 24HORAS I Martes 30 de agosto de 2016
Eterno e inolvidable en Acrópolis de Puebla Puebla fue la última ciudad del país que vibró con la música de Juan Gabriel en la inauguración de un centro de espectáculos. Su visita dejó más que recuerdos, la letra de A Puebla mírenla fue la última composición de El Divo de Juárez, tema que destaca las bellezas de la entidad. / REDACCIÓN | FOTOS: TANIA OLMEDO