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Ninoska Peñaranda Tapia
NINOSKA PEÑARANDA TAPIA (Chile)
Nació en la ciudad de San Marcos de Arica, Chile, el 16 de agosto de 1960. Poeta y ensayista chilena de madre boliviana. Más conocida como Ninoska Peñaranda Tapia. Realizó estudios de Pedagogía en la Universidad de Tarapacá y Derecho en la Universidad Arturo Prat de Iquique, exempresaria en Zona Franca de Iquique. Residió cinco años en Estados Unidos, dos en Japón. En su continua búsqueda de proyectos existenciales ha conocido América y casi todos sus países. Vive desde hace veinte y siete años en Iquique. Forma parte de la Sociedad de Escritores de Chile Filial-Iquique. Libros. Poesía: Poemata Nubila —Premio FNDR. Gobno. Tarapacá. Iquique. Prólogo Alberto Carrizo Olivares RAE de Chile— (2010), Tellus-Tierra —Premio FNDR. Gobno. Tarapacá- Iquique. Prólogo Alberto Carrizo Olivares RAE de Chile— (2012), Aposentos del Humano Fuego —Premio FNDR Gobno. Tarapacá- Iquique— (2014), Tamarugo alma del desierto (2020).
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POESÍA Y CULTURA (Ensayo) Ninoska Peñaranda Tapia
Desde las primeras manifestaciones de cultura, los seres humanos han cantado, la belleza, la paz, el amor, y la vida misma en todas sus formas, bajo el influjo de lo que denominaron, desde siempre inspiración, entusiasmo, musa, numen y otros variados términos, con que trataron de expresar su significado y hasta hoy día, la creación poética. Decir poesía, es decir la expresión bella y tierna de estados especiales de admiración del espíritu humano, frente a lo inefable, mediante lo que se denominó verba soluta, es decir el hablar con palabras sueltas.
Quedaba reservado a nuestros tiempos la profanación del arte poética por la ruptura absoluta de las teorías de las normas que la regularon durante varios milenios. La poesía, cuyo nombre significa, en una primera instancia “crear haciendo”, y el poeta era el creador por excelencia, era la portadora de la expresión de hechos trascendentales, de carácter universal o nacional primero, y andando el tiempo la expresión de los sentimientos personales. Primero advienen las grandes epopeyas y después las elegías y madrigales. Tal como expresara un poeta, reduciendo lo que se ha dado en el tiempo histórico.
“La poesía, pugna sagrada, tres heroísmos en conjunción el heroísmo del pensamiento el heroísmo del sentimiento y el heroísmo de la expresión.”
Pero en nuestros tiempos los poetas cantan a veces en forma críptica e incomprensible sus sentimientos, de tal manera que su expresión no pretende captar ni exponer mensaje alguno. Se cuenta que el Premio Nobel francés del año 1960 Saint John
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Perse, consultado sobre el sentido de sus poemas, contestó: “Señor, cuando yo escribo un poema, solamente Dios y yo sabemos lo que quiero decir…pero a la semana siguiente, lo sabe Dios solamente” Nada más claro podría expresar la actitud de algunos poetas contemporáneos frente al público que los leerá.
Algunos lectores pensaran que no importa tanto no captar el sentido de lo que se lee, porque – según dicen- la poesía nace sin que su autor se proponga ninguna finalidad tal y como canta un ave, sin que sepa por qué lo hace ni necesita dar cuenta a nadie de ella. Talvez lo peor sea que no somos aves ni otros seres capaces de emitir sonidos, sino entes racionales, que necesitamos comunicar algo cuando hablamos o escribimos y secretamente en nuestro fuero interno existe una intención.
Pienso, pues que la poesía- como otra arte cualquiera-, conlleva cultura: educación de la sensibilidad, corrección en la expresión y respeto por el acervo milenario que hemos heredado.
No hay que pensar en que es indispensable leer a Platón o a Cicerón para acceder a las necesidades básicas de nuestra maravillosa lengua. Siempre es posible adquirir alguna literatura en que se encuentra la solución de lo que es fundamental y significativo. Leer buenos autores, a los que escriben inteligible, y a todos quienes manejan la sintaxis correctamente y utilizan para tales menesteres las facultades usuales que señala la psicología: la memoria, la inteligencia y la voluntad, pero también el respeto por sí mismo y los demás.
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