Competencias y técnicas de enfermería

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COMPETENCIAS Y TÉCNICAS DE ENFERMERÍA EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS

Úrsula González Benito

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Editorial Área de Innovación y Desarrollo, S.L

Quedan todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, distribuida, comunicada públicamente o utilizada, total o parcialmente, sin previa autorización.

© del texto: el autor

ÁREA DE INNOVACIÓN Y DESARROLLO, S.L. C/ Els Alzamora, 17 - 03802 - ALCOY (ALICANTE) info@3ciencias.com

Primera edición: octubre 2016 ISBN: 978-84-946089-4-0 Registro: http://dx.doi.org/10.17993/Med.2016.36

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Índice 1.

INTRODUCCIÓN............................................................................................................................... 8

2.

OBJETIVOS ....................................................................................................................................... 8

3.

METODOLOGÍA ............................................................................................................................... 8

4.

RESULTADOS ................................................................................................................................. 10

5.

CONCLUSIONES ............................................................................................................................. 32

6.

DISCUSIÓN .................................................................................................................................... 32

8.

ANEXOS.......................................................................................................................................... 34

9.

BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................... 46

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RESUMEN Actualmente los servicios de urgencias se ven cada día más colapsados, se puede pensar que es a causa de la mala utilización por parte del paciente, aunque realmente es un problema que viene desde el propio sistema. Para que un servicio de urgencias funcione correctamente, el paso más importante es el triaje que realiza un equipo multidisciplinar, en este momento se clasifican a los usuarios por la gravedad de la afección que les ha llevado al servicio. A parte del triaje, es muy importante que cada una de las personas que trabajan en el servicio de urgencias sepa realizar su trabajo de forma rápida y eficaz. Por esto el personal de enfermería que trabaja en los servicios de urgencias tienen unas competencias bien definidas y debe manejar con soltura ciertas técnicas que son de vital importancia que las realice de forma rápida y eficaz.

PALABRAS CLAVE: Servicio de urgencias, competencias de enfermería, técnicas de enfermería, triaje.

ABSTRACT Currently the emergency services are becoming more collapsed day by day, it is thought that is because of the misuse by the patient, but it really is a problem that comes from the system itself. To make an emergency function properly, the most important step is performed triage a multidisciplinary team at this time users are classified by the severity of the condition that led them to the service. It is very important that each of the people working in the emergency department know how to do it work quickly and efficiently. Nurses working in emergency services have well defined competencies and should handle with ease certain techniques that are vitally important that done quickly and efficiently.

KEY WORDS: Emergency service, nurse´s competencies, nurse´s techniques, triage.

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1. INTRODUCCIÓN La definición de urgencia es “la aparición fortuita en cualquier lugar o actividad de un problema de causa diversa y gravedad variable, que genera la conciencia de una necesidad inminente de atención por parte del sujeto que lo sufre o de su familia”. También existe otra interpretación del término urgencia: “la patología cuya evolución es lenta y no necesariamente mortal, pero que debe ser atendida en seis horas como máximo, para evitar complicaciones mayores”. Por otro lado, el término accidente lo definimos como una transferencia anormal no controlada de energía que tiene como consecuencia, la ocurrencia de lesiones o muertes (Organización Mundial de la Salud) (1). En todos los servicios de urgencias hospitalarios existe un equipo multidisciplinar que se encarga de la recepción y atención del paciente que ingresa en el servicio. El aumento de la esperanza de vida conlleva que con ella crezca la demanda de las urgencias hospitalarias. (2) Con este panorama la figura de la enfermería ha ido cogiendo más responsabilidad en los servicios de urgencias y es cada vez más necesaria su formación y definición de competencias. Por todo lo anteriormente expuesto nos centraremos en ver el papel de la enfermería en las urgencias, en el triaje y las técnicas más comunes que realiza en estos servicios.

2. OBJETIVOS Objetivo principal: 

Investigar sobre las competencias de la enfermería en los servicios de urgencias.

Objetivos secundarios: o

Conocer las técnicas de enfermería más comunes en los servicios de urgencias.

o

Averiguar el papel de la enfermería en los sistemas de triaje.

3. METODOLOGÍA El método elegido en este estudio ha sido una revisión bibliográfica de documentos y artículos científicos, además de manejar datos estadísticos oficiales. Para iniciar la investigación lo primero que se ha hecho es definir el objetivo principal y los objetivos secundarios, para una vez elegidos estos, se pudiera realizar una búsqueda y cribado adecuado a los criterios de inclusión y exclusión que respondan a los objetivos.

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Se han tenido en cuenta los documentos, artículos y guías clínicas, publicadas a partir del año 2011, poniendo como criterio de inclusión aquellos que trataran información acerca de los servicios de urgencias hospitalarias, el papel de la enfermería en los mismos, así como el triaje y las técnicas de enfermería más utilizadas en estos servicios. En la búsqueda se han utilizado diferentes bases de datos, páginas especializadas y buscadores de internet, que se enumeran a continuación. Google Scholar: donde se han buscado artículos, documentos y guías clínicas sobre las técnicas de enfermería en urgencias, las competencias de enfermería en urgencias y el triaje en los servicios de urgencias en España y/o Unión Europea. Biblioteca Cochrane Plus, Base de datos Pubmed y SciELO: en estas bases de datos se han elegido criterios clave para la investigación: 

técnicas[All Fields] AND urgencias[All Fields]

(servicio [All Fields] AND urgencias [All Fields] AND espana [All Fields]) AND ("2011/10/01"[PDat]: "2016/09/28"[PDat])

Servicio [All Fields] AND urgencias [All Fields]

servicio [Todos los índices] and urgencias [Todos los índices] and España [Todos los índices]

Estadísticas urgencias en España.

Organización mundial de la salud.

Competencias enfermería urgencias.

Protocolos enfermería urgencias.

Triaje

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4. RESULTADOS Después de realizar una revisión bibliográfica exhaustiva, lo primero que llama la atención es el colapso generalizado en los servicios de urgencias hospitalarias. En esta situación intervienen varios factores y existen diversas creencias sobre cuáles son las causas de este colapso de los servicios de urgencias. Entre los mitos más comunes nos encontramos con que un 30.7% de las visitas a los servicios de urgencias no son adecuadas (cosa que es real) pero, no causa el colapso del servicio, ya que no requieren unos tratamientos específicos ni complejos; otras falsas creencias es el colapso a causa de las epidemias de gripe, pacientes frecuentadores, población inmigrante, que las unidades son pequeñas, pocos profesionales sanitarios… La realidad es que este colapso depende del propio sistema organizativo de la unidad de urgencias. (TABLA 1) (2). La consecuencia inmediata de esta saturación de los servicios de urgencias, es el deterioro de la calidad asistencial. El aumento de la presión asistencial en urgencias se asocia a un descenso de la mayoría de indicadores de calidad, como pacientes no atendidos, altas voluntarias, revisitas al servicio de urgencias, fallecidos y reclamaciones (3). Entre las múltiples soluciones que existen, para evitar este colapso, y el consecuente deterioro de la calidad asistencial, se encuentra el tener personal sanitario debidamente formado (TABLA 2) (2). Será en este apartado donde nos centraremos en la formación que debe tener el personal de enfermería dentro del servicio de urgencias de un hospital. Para comenzar, definiremos a qué nos referimos cuando hablamos de “competencia”. El Comité Consultivo para la Formación de Enfermeros en una reunión celebrada el 13 de Enero de 1998, en consecuencia del consejo Europeo de Turín, aprobó el informe y recomendación sobre las competencias requeridas para el ejercicio de la actividad de enfermero responsable de cuidados generales en la Unión Europea, bajo el epígrafe XV/E/8481/4/97-ES. Dentro de este informe se encuentra la definición de competencias en el ámbito de la enfermería, que se define como “las cualificaciones específicas necesarias para el ejercicio de la profesión”. En este ámbito, las competencias se definen como “las características individuales que permiten a una persona ejercer su actividad de forma autónoma, perfeccionar permanentemente su práctica y adaptarse a un entorno en constante mutación.” Los conocimientos vienen determinados por una formación mínima y con un contenido específico cuyo objetivo final es conseguir que la persona esté formada, que adquiera los conocimientos mínimos exigidos por la Unión Europea para cubrir las competencias exigidas por la misma, para poder ejercer la profesión en cualquier Estado miembro. Las competencias sólo constituyen la primera fase del programa de formación. Las distintas fases que conducen a la adquisición de dichas competencias, son las siguientes:

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Elección del contenido de la formación teórica y clínica necesaria para la obtención de resultados o la adquisición de competencias.

Determinación de la duración mínima de la formación en cuestión para la adquisición de la psicología, los conocimientos, las habilidades y actitudes en las que se basan las competencias que se van a adquirir.

Elaboración y aplicación de estrategias en materia de formación y aprendizaje.

Selección de los métodos de evaluación que permiten comprobar que las competencias definidas se han adquirido realmente.

Todas estas premisas son comunes para cualquier enfermero generalista dentro de la Unión Europea. Cuando hablamos de las competencias de la enfermería en Urgencias y Emergencias tenemos que distinguir ciertos requisitos qué se incluyen dentro de esta formación. Dentro de las competencias de la enfermería de urgencias y emergencias cabe destacar unos requisitos mínimos. ●

Utilizar los conceptos teóricos y el conocimiento de los cuidados de enfermería como base para la toma de decisiones en la práctica enfermera de urgencias y emergencias.

Impulsar líneas de investigación que sean relevantes para el diagnóstico, las intervenciones y los resultados en urgencias y emergencias.

Adoptar actitudes concordantes, en la toma de decisiones éticas y en su aplicación, con el Código Deontológico de la Enfermería.

Realizar la recogida y análisis de datos de salud o enfermedad de la persona, familia o comunidad, de forma continua y sistemática, en base al marco conceptual de enfermería adoptado para la prestación de cuidados enfermeros en el ámbito de urgencias y emergencias, y en base al conocimiento científico, la concepción de los cuidados enfermeros, los componentes de la situación y la percepción del paciente y su ecosistema.

Realizar los pertinentes planes de atención de enfermería estandarizados para su posterior aplicación mediante planes de atención de enfermería individualizada basados en los diagnósticos enfermeros formuladas, y evaluar de forma eficaz y rápida las respuestas

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humanas que se generan ante los problemas de salud reales y/o potenciales que amenazan la vida o no permiten vivirla con dignidad. ●

Evaluar, y modificar si hay pertinencia, los planes de cuidados basándose en las respuestas del paciente, de la consecución de los objetivos y de los resultados medidos.

Prestar atención integral a la persona, para resolver individualmente o como miembros de un equipo multidisciplinar, los problemas de salud que le afecten en cualquier estadio de la vida con criterios de eficiencia y calidad.

Someter a triage los pacientes a los que se prestan cuidados en situaciones de emergencias y catástrofes. (4)

Una vez definidas las competencias de la enfermería dentro del servicio de urgencias y emergencias, el siguiente paso es definir el concepto de triaje. Para comenzar viendo la definición de urgencia que nos da la OMS, no es posible hacer una clasificación de los pacientes por su gravedad, ya que no diferencia los grados de urgencias. Comencemos por buscar la definición del verbo “triar” en el diccionario de la Real Academia de la lengua Española (RAE), aquí encontramos que se refiere a triar cómo: 1. tr. Escoger, separar, entresacar. 2. intr. Dicho de las abejas: Entrar y salir con frecuencia de una colmena que está muy poblada y fuerte. 3. prnl. Dicho de una tela: Clarearse por usada o mal tejida. 4. prnl. rur. Ar. Dicho de la leche: cortarse. (5) De estas cuatro acepciones del verbo nos interesa la primera, ya que es la que se aplica en los servicios de urgencias hospitalarias: “escoger o separar”. La definición de triaje según Cook y Sinclar: “Es el proceso mediante el cual un paciente es valorado a su llegada para determinar la urgencia del problema y asignar el recurso apropiado para el cuidado del problema identificado”, el paciente es clasificado de acuerdo con unas prioridades.(7) Debe ser la llave de entrada a una asistencia eficaz y eficiente, y por tanto, una herramienta rápida, fácil de aplicar y que además poseen un fuerte valor predictivo de gravedad, de evolución y de utilización de recursos.

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En resumen triaje se refiere al proceso de recepción y acogida del paciente para su posterior clasificación según su situación de salud que determinará la prioridad en la atención, evitando demoras en la atención de aquellos pacientes que presentan mayores riesgos. Hoy en día existen tres tipos de triaje en función del personal qué lo desarrolle: 1- Triaje administrativo: es la recogida de datos en el momento de admisión donde se le da al usuario una hora de atención en función del momento de llegada al servicio, no por la gravedad que presente al llegar al servicio de urgencias.

2- Triaje realizado por un médico: el mismo da prioridad a cada usuario después de una rápida evaluación inicial por la gravedad que considere.

3- Triaje multidisciplinar: incluye como mínimo a un médico y un enfermero. En algunas ocasiones se incluye personal administrativo. También, para facilitar el desplazamiento de pacientes, puede sumarse un auxiliar sanitario. (6) Si bien es cierto que el tipo de triaje más próximo, a cualquier centro hospitalario actual, es el triaje multidisciplinar. Cualquier persona que haya acudido a un servicio de urgencias en los últimos años, ha podido darse cuenta que en el triaje, el personal que decide la prioridad en la atención es normalmente sólo el personal de enfermería. Con lo cual cae una gran responsabilidad sobre ese colectivo. Este es uno de los motivos por los cuales el personal de enfermería debe formarse específicamente en el área de urgencias, para poder realizar una adecuada clasificación en función de la atención que necesite cada persona respecto a la patología que presente en el momento de llegada al servicio de urgencias. La enfermera que realiza el triaje tiene unas funciones definidas: ●

Debe tener acceso rápido o estar en contacto con el área de recepción administrativa del servicio y con el área de espera de los pacientes.

Recibir a los pacientes y sus familiares en un ambiente seguro, íntimo, privado y con la máxima confidencialidad.

Realizar una rápida evaluación clínica, recogiendo los datos expresados por el paciente para objetivar al máximo el motivo clínico de consulta y la citación fisiológica del paciente.

Dar la información registrada al equipo multidisciplinar encargado del proceso diagnóstico y terapéutico en el área asignada. 13


Reevaluar periódicamente a los pacientes del área de espera.

Deberá tener un control visual del área de espera y de admisión de pacientes. (7).

Existen cinco modelos de triaje estructurado con una amplia implantación: 1. La Australian Triage Scale (ATS) 2. La Canadian Emergency Department Triage and Acuity Scale (CTAS) 3. El Manchester Triage System (MTS) 4. El Emergency Severit Index (ESI) 5. El Sistema Español de Triaje (SET) adoptado por la Sociedad Española de Medicina de Emergencias (SEMES) a partir del Model Andorrá de Triatge: MAT.

En España los modelos que se han instaurado en las instituciones sanitarias son el MTS (8) y el SET (9). El Manchester Triage System (MST) se creó en 1994 y se basa en 5 objetivos (11): 1. Elaborar una nomenclatura común. 2. Usar definiciones comunes. 3. Desarrollar una metodología sólida de triaje. 4. Implantar un modelo global de formación. 5. Permitir y facilitar la auditoría del método de triaje desarrollado. El Manchester Triage System consta de un sistema de clasificación de 5 niveles y a cada una de estos niveles se le atribuye un número, un color y un nombre que se definió en términos de «tiempo clave» o «tiempo máximo para el primer contacto con el terapeuta» (TABLA 3). (12)

El Sistema Español De Triaje (SET) lo desarrollan Gómez Jiménez y colaboradores en junio de 2000, en el Hospital Nostra Senyora de Meritxell de Andorra. Es un nuevo sistema estructurado denominado «Model Andorrá de Triatje» (MAT). Sus principios fundamentales son (10): ●

Triaje de 5 niveles normalizado, con un programa informático de gestión del triaje y otro de ayuda a la decisión clínica en el triaje (PAT). 14


Modelo de triaje de enfermería no excluyente, que prioriza la urgencia del paciente sobre cualquier otro planteamiento.

Integrado en un sistema de mejora continua de la calidad, con seguimiento de indicadores de calidad en el triaje.

Debe integrarse en un modelo global de historia clínica electrónica.

En 2003 fue asumido por la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) (10) como el modelo estándar de triaje en castellano para todo el territorio español y se denominó «Sistema Español de Triaje» (SET). (TABLA 4) (13). Además del triaje la enfermera de urgencias tiene otras competencias y una serie de técnicas son propias del personal de enfermería. De estas técnicas, las más utilizadas en el servicio de urgencias, son las que se expondrán a continuación. Todas y cada una de estas técnicas requieren una capacitación previa y que sean realizadas en un tiempo mínimo para garantizar una calidad asistencial. Las técnicas de enfermería más utilizadas son:

1. Vía venosa periférica.(VVP) La vía venosa periférica consiste en canalizar una vía venosa permeable en una extremidad con el objetivo tener acceso directo al torrente sanguíneo. Esta técnica es básica cuando un usuario entra en un servicio de urgencias. La enfermera que realice la atención al paciente en el momento de llegada al servicio de urgencias deberá saber realizarlo de manera correcta. A parte de conseguir un acceso directo al torrente sanguíneo, la vía venosa periférica también se utiliza para sacar muestras de sangre (si aún no ha sido utilizada para otro fin), para administrar medicación intravenosa, para reponer líquidos…. (IMAGEN 1)(14) Las posibles complicaciones derivadas de la canalización de una vía venosa periférica son: flebitis, extravasación, obstrucción de la vía, infecciones… Una VVP es la vía de elección, aunque presenta una corta duración (no más de 7 días) (15).

Para la canalización de la VVP sería necesario: ●

Catéter tipo abbocath (IMAGEN 2).

Compresor (IMAGEN 3)

Sujeción (IMAGEN 4) (22) 15


Guantes estériles (IMAGEN 5)(IMAGEN 6) (24)

Antiséptico local (tipo clorhexidina o betadine), ya que la técnica ha de ser lo más aséptica posible para evitar infecciones.

Antes de realizar esta técnica (y cualquier otra) es imprescindible el correcto lavado de manos, bien con agua y jabón o con una solución hidroalcohólica. (IMAGEN 6) (23). La técnica a seguir es la siguiente: ●

Elección de la zona de punción. La vena ante cubital es segura y rápida de obtener (flexura del codo), las venas del brazo (basílica, cefálica) y del dorso de manos son también de fácil acceso. La zona de punción es mejor distal (excepto en situaciones de reanimación cardiopulmonar -RCP- donde se buscará una vena proximal).

Colocar compresor unos 5-10 cm por encima de la zona de punción.

Aplicar antiséptico tópico sobre la piel y dejar secar.

Elegir el calibre del catéter (en función del tamaño de las venas, la velocidad y el tipo de soluciones a infundir). El tamaño oscila, de mayor a menor calibre, desde 14G al 26G.

Venopunción. Introducir la cánula hasta ver qué refluye las sangres, retirar la aguja y avanzar la cánula.

Retirar el compresor.

Presionar la vena en el extremo proximal para evitar el reflujo de sangre mientras se pone el tapón antirreflejo o llave de tres vías.

Poner el tapón antirreflejo o llave de tres vías.

Fijar la cánula con apositos estériles.

Extraer muestras antes de lavar o infundir medicación y/o sueros.

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2. Vía central de acceso periférico. Consiste en la canalización de una vía venosa periférica con un catéter qué permita llegar hasta la vena cava superior (IMAGEN 8) (25), accediendo así a la circulación venosa central. Las venas periféricas de elección son: basílica, cefálica, braquial (IMAGEN 9) (25) o femoral (IMAGEN 10). Se utiliza para administración de fármacos y/o fluidos irritantes y vesicantes, nutrición parenteral y monitorización de parámetros como presión venosa central (PVC). Las posibles complicaciones derivadas de la canalización de una vía venosa periférica son: flebitis, extravasación, obstrucción de la vía, infecciones… Para realizar esta técnica será necesario: ●

Guantes estériles.

Mascarilla.

Antiséptico tópico (povidona iodada, clorhexidina).

Paños estériles.

Equipo de catéter central de acceso periférico.

Compresor.

Jeringas de varios tamaños.

Apósito para oclusión de la zona de punción.

Elección del tipo de catéter: Se utilizan: ●

Epicutáneos, de menor calibre y longitud, se utilizan en recién nacidos y lactantes (no permite extracción de muestras de sangre).

Catéter de poliuretano multilumen insertado mediante técnica de Seldinger

Catéteres largos de silicona con guía de una o varias luces y agujas de diferente grosor. (Venocath, cavafix®)

Catéter con guía introducidos en un tambor; son catéteres radiopacos de silicona, intraaguja, de 71cm. de longitud, con guía metálica y enrollado de carrete o tambor (Drum®, Drucafix®; Certofix®, Deltacath®…) (IMAGEN 11) 17


Procedimiento: (IMAGEN 13) ●

Colocar al paciente en posición decúbito supino

Elegir la zona de punción de entre las anteriormente mencionadas.

Medir la distancia de catéter qué se va a introducir: Vena subclavia: medir la distancia desde la zona elegida para la punción a la articulación del hombro y suma la distancia existente entre el hombro y la zona del manubrio esternal. (IMAGEN 12) Vena cava superior: medir la distancia desde la zona elegida para la punción a la articulación del hombro y sumar 8 cm más.

Colocar el compresor por encima de la zona de punción.

Desinfectar la piel con antiséptico tópico.

Colocar el campo estéril.

Introducir la aguja hasta qué se objeta flujo de sangre a través del catéter. (flujo positivo)

Una vez qué el catéter este en el interior del vaso , ir introduciendo el cable guía a través de este (aproximadamente introducir 10 cm)

Una vez el cable guía este introducido se inserta el catéter sobre este y se retira posteriormente la guía.

Aspiración de sangre para comprobar qué está bien colocado.

Lavar el trayecto para evitar obstrucción (con suero fisiológico al 0.9%)

Durante la inserción del catéter se pide al paciente (sí está consciente) qué gire la cabeza hacia la extremidad puncionada y flexione la cabeza (para ocluir el paso del catéter a la vena yugular)

Colocar un apósito oclusivo en la zona de punción.

Comprobar la colocación correcta mediante radiografía de tórax.

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Los cuidados de enfermería qué requiere está técnica son los siguientes: ●

Monitorización durante y tras el procedimiento.

Evaluación constante del estado cardiovascular del paciente.

Comprobar la permeabilidad del catéter previamente a la administración de fármacos.

Vigilar la zona de punción (para evaluar la presencia de signos de infección).

Vigilar el sangrado de la zona de punción durante las primeras horas tras la colocación.

Evitar toma de constantes o técnicas invasivas en la extremidad portadora del catéter mientras lo lleve puesto.

3. Vía intraósea La vía intraósea es una técnica con múltiples ventajas en situaciones de urgencia vital, pero muy desconocida e inusual en su aplicación. (15). En situaciones de urgencia es donde muchas veces la vía periférica se hace inaccesible o la demora en conseguir un acceso periférico supone pérdida de tiempo y recursos por lo que toma más importancia el acceso intraóseo sobre todo en el ámbito de Emergencias extra hospitalarias. (19) El conocimiento de la técnica de colocación, los productos que a través de esta vía pueden administrarse y los cuidados que precisa el paciente deben ser conocidos por el personal de enfermería. (15). Está técnica consiste en la punción de un hueso con un trocar para alcanzar la circulación venosa general a través de la red capilar que hay en el interior de la matriz ósea de los huesos largos. Esta red

capilar

tiene

la

propiedad

de

no

colapsarse

en

caso

de

shock.

Su utilización se basa en el hecho de que la cavidad medular de los huesos largos está ocupado por una rica red de capilares sinusoides que drenan a un gran seno venoso central, que no se colapsa ni siquiera en situación de parada cardiorrespiratoria, pasando los fármacos y líquidos a la circulación general con una rapidez similar a como lo harían por cualquier otra vena periférica por lo que se considera una vía segura y rápida pues conlleva un alto porcentaje de éxitos (80%- 94%) (27). Los inconvenientes de esta vía están referidos a que se trata de una vía de urgencia pues no es recomendable que este colocada más de 24 horas; por lo tanto, en cuanto se realice una reposición de volumen adecuada se debe realizar otro acceso venoso mediante una vía periférica o central (20).

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Contraindicaciones: ●

Absolutas: fractura o traumatismo del hueso donde se puncione o hueso en el que se ha intentado una vía intraósea previamente. Huesos de las extremidades inferiores en los pacientes con traumatismo abdominal grave.(19)

Relativas: Osteoporosis, tumores óseos, infección, celulitis u osteomielitis o quemadura en el lugar de la punción. (19)

Para la realización de la técnica necesitaremos el siguiente material: ●

Aguja intraósea: (IMAGEN 14)

❖ De inserción manual (Ej. Cook®). ❖ De inserción automática (Ej. BIG®). ❖ De taladro (ej.EZ- IO de VidaCare ®).

Antiséptico local.

Guantes y gasas estériles.

Jeringa de 10 cc con suero salino.

llave de tres pasos con alargadera.

Sistema de gotero, suero y presurizado.

Anestésico (lidocaína 20-40 mg).

Pinzas de Kocher o mosquito.

La zona de punción más utilizada es la tuberosidad tibial anterior (tanto en niños como adultos). Se localiza a 2cm distal de la tuberosidad tibial anterior en la cara antero medial de la tibial. Se aconseja la penetración en la cara antero medial de la tibia (por la delgadez del periostio). La profundidad de la aguja recomendada es de unos 2 cm. (28).

Además otras zonas de punción son: ●

Esternón: indicado cuando no se requiera realizar un masaje cardiaco. el punto de inserción seria a nivel del 2º y 3º espacio intercostal.

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Cresta iliaca: en la cara inferior de la espina iliaca (paciente en postura decúbito lateral). (6).

También se puede tomar cómo zona de punción: cabeza humeral, fémur distal, dorso de la metafisis distal del radio, calcáneo, apófisis estiloides cubital, las clavículas o el maléolo peroneal. Vamos a centrarnos en la técnica tibial proximal: ●

Localizar el sitio de inserción.

Se identifica por palpación la tuberosidad anterior de la tibia y el borde interno de la misma, en la línea media de ambos puntos a 1-2 cm por debajo se encuentra el sitio de punción en caso de puncionar en tibia proximal. ●

Lavarse las manos

Colocarse guantes y limpiar la piel con solución antiséptica.

Colocar la pierna en rotación externa, semiflexionada y apoyada sobre una superficie dura colocada a nivel del hueco poplíteo.

Si el paciente está consciente, se anestesia localmente en la zona a puncionar con 12 ml de lidocaína al 1-2%.

Si el dispositivo es B.I.G. ® (Bone injection gun): Regular el dispositivo según profundidad.

Una vez tengamos la pistola posicionada de forma perpendicular sobre el punto de punción colocamos la mano en posición de disparo. Colocamos los dedos índices y medio en las pestañas de la pistola de forma que la flecha que esta dibujada sobre la pistola va dirigida hacia el punto de punción. Una vez de que nos cercioremos de su correcta posición retiramos el seguro con la otra mano. Sin dejar de realizar presión con el talón de la mano, presionamos con los dedos la pestaña, notando como se dispara la pistola. Veremos que tenemos introducido el catéter con su mandril y retiramos el mandril...

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Si el dispositivo es EZ- IO de VidaCare ®: Insertar la aguja en un ángulo de 90º respecto al hueso, con una sujeción suave y guiando al taladro hacer la inserción hasta que la última marca de la aguja sea visible a 5mm de la piel.

Desconectar con una mano mientras se estabiliza con los dedos de la otra mano la aguja y retirarla.

Aspirar y comprobar la extracción de medula ósea. Recoger muestras sanguíneas si fuera necesario.

Signos de inserción correcta: Disminución súbita en la resistencia en el momento en que la aguja pasa a través de la corteza hacia la médula, aspirado de médula ósea, aunque este signo no se encuentra siempre, los líquidos fluyen con facilidad sin evidencia de infiltración subcutánea1, la aguja se mantiene inmóvil y no hay signos de extravasación

Inyectar lentamente un bolo de 10ml de suero fisiológico, comprobando la permeabilidad de la vía y no la extravasación. Conectar el sistema de fluido terapia.

Fijar la aguja a la extremidad, almohadillando el punto de punción y protegiéndolo con gasa y esparadrapo a la extremidad.

A través de esta vía, pueden administrarse los mismos fármacos qué por la vía endovenosa o sueroterapia. Después de la administración de fármacos hay qué inyectar un bolo de al menos 5 mL de suero salino para asegurar la llegada del fármaco a la circulación sistémica. Además está técnica sirve para la obtención de muestras de sangre. Las posibles complicaciones de la técnica se dividen en mecánicas, infecciosas o embolias: •Mecánicas: ●

Extravasación debido a la mala colocación de aguja.

Fracturas óseas tras varias tentativas de colocación.

Perforación del hueso. 22


Lesiones de los grandes vasos o del corazón en caso de colocación a nivel esternal...

Punción articular.

•Infecciosas: ●

Celulitis.

Accesos subcutáneos.

Osteomielitis-

•Embolismos: ●

Embolia grasa. Otras complicaciones son: el síndrome compartimental, necrosis, la lesión al cartílago de

crecimiento, sepsis, rotura del catéter.

Cuidados de enfermería Controlar distintos signos: sangrado, presencia de pulsos distales, color, temperatura, aspecto y tamaño del miembro. Esta vía es temporal, no recomendándose más de 24 horas por el aumento de la tasa de complicaciones. Se deberá retirar tan pronto haya sido posible canalizar otra vía venosa (29). Desinfectar cada 4-6 horas la zona de punción para evitar infecciones (30)-.

4. Sondaje vesical (SV). Está técnica consiste en introducir una sonda en el interior de la vejiga a través de la uretra con la intención de evacuar el contenido de la misma. Está técnica está indicada cuando exista una obstrucción del tracto urinario, estados de incapacidad para la evacuación de la vejiga (parálisis vesical, shock medular…), estados en los que se requiera una cuantificación de orina, lavados vesicales en hematuria con coágulos o recogida de muestra de orina estéril. (12). Material: ●

Guantes estériles. 23


Gasas estériles.

Antiséptico tópico.

Paños estériles

Sonda vesical.

Jeringa de 10cc.

Agua estéril (10 cc) (No usar suero fisiológico porque cristaliza).

Bolsa de recogida de orina o tapón.

Lubricante urológico

Técnica: la técnica es prácticamente igual en hombres y mujeres pero veremos qué hay alguna diferencia. Técnica de sondaje en el hombre: ●

Colocar el paciente en decúbito supino con las piernas extendidas.

Retraer el prepucio

Limpiar y desinfectar la zona con antiséptico.

Preparar el campo estéril sobre el campo.

Colocarse los guantes estériles

Lubricar la punta de la sonda y la uretra del paciente.

Introducir la sonda por la uretra, sujetar el pene con la mano y fraccionar el pene hacia arriba para eliminar el acodamiento a nivel prostatico.

Introducir la sonda hasta qué salga orina

Inflar el balón de la sonda con los 10cc de agua estéril.

Colocar la bolsa de la sonda.

Colocar el prepucio hacia delante otra vez.

Técnica en la mujer: ●

Colocar a la paciente decúbito supino con las piernas flexionadas. 24


Lavar y usar antiséptico en los genitales externos.

Preparar el campo estéril

Lubricar la punta de la sonda.

Separar los labios mayores y visualizar el meato uretral para introducir la sonda.

Introducir la sonda hasta qué salga la orina.

El resto es igual que la técnica en el hombre. (7).

Complicaciones: ●

Hematuria por sondaje traumático

Falsa vía.

Infección urinaria.

Cuidados de enfermería: ●

Para evitar la hematuria pinzar la sonda cada 300- 400 mL de orina.

Comprobar permeabilidad de la sonda

Valorar el calibre de la sonda y qué no existan fugas en la misma.

Vigilar la cantidad de diuresis horaria al principio.

Valorar el color y cantidad de orina.

Mantener la bolsa de orina por debajo del nivel de la vejiga y evitar acodamientos en la sonda. (7)(12).

6. Sondaje nasogástrico (SNG). Se trata de la inserción de una sonda a través de la cavidad oral o un orificio nasal hasta el estómago.

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Se utiliza para la eliminación de sustancias toxicas ingeridas previamente, disminuir el riesgo de aspiración en pacientes con bajo nivel de consciencia, en diagnóstico de hemorragia digestiva alta, lavado gástrico o alimentación enteral. Contraindicaciones: ●

Ingestión de ácidos o álcalis o derivados del petróleo, hidrocarburos , qué pueden ocasionar lesión gástrica

Convulsiones

Pacientes con traumatismos fáciles graves o fracturas de la base del cráneo. (7)(12).

Material: ●

Guantes desechables

lubricante hidrosoluble

Sonda nasogástrica. (La elección dependerá de la finalidad del sondaje)

jeringa de 50CC con adaptador de sonda.

Fonendo

Recipiente para la recogida del líquido aspirado

Esparadrapo.

Equipo de aspiración

Suero fisiológico (IMAGEN 16).

Técnica: ●

Lavado de manos y colocación de guantes.

Colocar al paciente sentado con el cuello ligeramente flexionado.

Medir la longitud de la sonda y marcar. Realizar medición del trayecto nariz-orejaepigastrio. (IMAGEN 15).

Lubricar la sonda unos 15 cm en la zona distal.

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Introducir la sonda lentamente hacia la parte posterior de la nasofaringe, pidiendo la colaboración del paciente, qué trague cuando lleguemos a la oro faringe para evitar qué vaya hacia los pulmones.

Verificar la correcta posición de la sonda en el estómago. Auscultar sobre el estómago mientras inyectamos 50cc de aire pos la sonda, escuchando el sonido de borboteo cuando el aire llega al estómago, aspirar el contenido gástrico.

Conectar la sonda a la bolsa, aparato de aspiración o al tapón según la indicación facultativa (12).

Sí el paciente esta inconsciente previamente a la colocación de la sonda se colocara una cánula guedel en la boca para la introducción de la sonda vía oral

Cuidados de enfermería:

Conectar la sonda al sistema de aspiración sí está indicado.

Realizar lavado sí es necesario (por ingestión de sustancias toxicas).

Antes de iniciar el lavado, y en el caso de ingesta de sustancias tóxicas, se ha de determinar la naturaleza del agente ingerido, ya sea a través del propio paciente, si este se encuentra consciente, o de sus familiares y/o acompañantes. Para descartar el procedimiento en caso de ingestión de ácidos, álcalis o derivados de hidrocarburos, ya qué se eleva el riesgo de lesión esofágica. Procedimiento de lavado:

Introducir mediante una jeringa de 50 cc suero fisiológico a través de la sonda.

El uso de solución salina a bajas temperaturas para cohibir la hemorragia, es controvertido, ya que conlleva riesgo de disminución brusca de la temperatura corporal, por el efecto rebote.

El volumen de líquido a introducir no debe ser muy elevado, ya que el llenado excesivo del estómago puede producir regurgitación.

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Se ha de continuar el lavado hasta que el líquido que se obtenga sea relativamente claro. Suele ser necesario un volumen mínimo de 2 litros, que se adaptará en función de las circunstancias de cada caso.

Una vez finalizado el lavado gástrico, puede introducirse a través de la sonda, una sustancia absorbente, como carbón vegetal activado, o un catártico, para acelerar el vaciamiento a través del tracto intestinal, dependiendo de la naturaleza del agente tóxico ingerido. En caso de la administración de carbón vegetal activado, se deberá informar al paciente acerca de que sus heces tendrán un color negro debido a la ingesta del mismo.

Una vez finalizado el procedimiento, se procederá a la retirada de la sonda, si está indicado, se ha de pinzar la misma durante el proceso de extracción, para evitar la aspiración y disminuir el reflejo nauseoso, que también se ve aliviado si se mantiene la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo durante el procedimiento. (7)(12).

7. Gasometría arterial. Es una técnica para la obtención de muestra de sangre arterial para la valoración de la eficacia respiratoria mediante el análisis de las concentraciones de gases respiratorios y valores de pH. Puede realizarse a través de punción directa o extracción de la sangre por una vía arterial. Se utiliza para valorar el patrón ventilatorio, evaluar el nivel de oxigenación y perfusión, valorar sí existen desequilibrios hidroelectrolíticos y registrar los valores basales respiratorios. Material: ●

Guantes desechables.

Gasas / desinfectante tópico (povidona iodada, clorhexidina)

Esparadrapo.

Jeringa heparinizada para punción arterial.

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Técnica:

Selección de la zona de punción del paciente, en caso de extracción de la muestra mediante punción directa percutánea. El criterio de selección será el siguiente: ○

Arteria radial: Antes de realizar la punción sobre la misma se realizará el test de Allen, para valorar la eficacia de la circulación colateral de la mano.

Test de Allen: solicitar al paciente que cierre la mano, a la vez que se comprimen la arteria radial y cubital. Transcurridos unos segundos, se pedirá al paciente que abra la mano, debiendo encontrar la palma de la mano pálida y blanquecina. Una vez comprobado, se libera la presión sobre la arteria cubital, que debe ir acompañado de una recuperación inmediata de la coloración de la mano, lo que indica un buen funcionamiento de la circulación colateral. Si el llenado capilar a través de la circulación cubital no es el adecuado, debe seleccionarse otra zona de punción. (IMAGEN 17). ●

Arteria braquial.

Arteria femoral: lugar de punción, en ausencia de pulsos periféricos palpables. Localización de la arteria femoral: mediante trazado de una línea imaginaria entre la espina iliaca anterosuperior y la sínfisis púbica. El punto medio de esa línea que se sitúa sobre el área inguinal, determina la localización de la zona de punción.

Consideraciones a tener en cuenta antes de la punción:

Zona de punción de fácil acceso.

Inexistencia de lesión o alteración de la integridad cutánea que comprometa la circulación o aumente el riesgo de infección.

Pulso palpable.

Desinfección de la zona mediante aplicación de gasas impregnadas con desinfectante tópico (povidona iodada, clorhexidina).

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Localización del pulso mediante palpación directa con el 2º y 3 dedo o 2º dedo de la mano no dominante.

Una vez localizado el trayecto de la arteria seleccionada, se realiza la punción mediante la inserción de la aguja entre ambos dedos, o de manera proximal al dedo índice.

El ángulo de inserción de la aguja depende de la zona de punción seleccionada:

Arteria radial: ángulo de 45º con el bisel de la aguja mirando hacia arriba. Arteria braquial: ángulo de 45º a 60º con el bisel de la aguja mirando hacia arriba. Arteria femoral: ángulo de 90º. ●

Una vez introducida la aguja con el ángulo indicado en cada caso, sobre el punto pulsátil, se ha producir la aparición de sangre en el cono de la aguja, la presión arterial debe ser suficiente para que la sangre ascienda de manera espontánea a través de la jeringa, sin necesidad de aspiración. Sin embargo, en el caso de pacientes que presenten una circulación arterial comprometida, puede ser necesaria una ligera aspiración.

La cantidad de sangre oscila de 0,5 a 1,5 ml.

La pérdida de la sensación pulsátil durante la punción puede indicar espasmo arterial o colapso de la misma, en caso de que se presente alguno de estos fenómenos, se retirará la aguja, y se iniciará de nuevo el procedimiento en otra zona de punción. (IMAGEN 18).

Cuidados de enfermería:

Una vez obtenida la muestra, y tras la retirada de la aguja, se ha de proceder a la aplicación de presión directa sobre la zona de punción. Todos los lugares de punción arterial requieren 30


presión manual durante un mínimo de cinco minutos, en las arterias de mayor calibre, como la femoral, se ha de aumentar este período hasta los diez minutos. ●

Período que se adaptará en función de las necesidades propias de cada paciente.

La existencia de enfermedades que cursan con alteración de los tiempos de coagulación o el uso de anticoagulantes son situaciones que precisan una vigilancia más estrecha de la zona de punción, y el aumento del tiempo de aplicación de presión directa.

La muestra obtenida debe ser tapada lo antes posible, previa retirada del aire qué pueda haberse introducido durante el procedimiento, y enviada al laboratorio, indicando si se trata de una muestra basal o rotulando la cantidad de oxígeno que se le está administrando al paciente.

Para la obtención de valores precisos, si el paciente está sometido a oxigenoterapia, y se requiere la obtención de una muestra basal, se ha de esperar 30 minutos tras el cese de la administración del mismo.

Una vez finalizado el procedimiento se procederá a la valoración de la zona de punción tras la retirada de la presión manual sobre la misma, para determinar la existencia de signos indicativos de hemorragia o ineficacia de la coagulación del paciente.

Si el paciente está consciente se le indicará que ha de valorar la zona de punción durante al menos los treinta minutos posteriores a la extracción, en el caso de un paciente inconsciente o desorientado esta valoración será realizada por la enfermera que haya realizado la extracción.

Valorar la eficacia de la circulación distal a la zona de punción. (7)(12).

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5. CONCLUSIONES En conclusión, los servicios de urgencias cada vez están más colapsados y es necesario para evitar esto qué el personal qué trabaje en ellos este correctamente cualificado. En el caso del personal de enfermería qué trabaja en urgencias, existen unas competencias oficiales marcadas para poder trabajar en este servicio. Como consecuencia de estas competencias, existen unas técnicas qué se utilizan en los servicios de urgencias para el diagnóstico de las enfermedades, qué son responsabilidad de la enfermería directamente. Por último, se ve claramente la necesidad de un servicio de triaje para qué los servicios de urgencias funcionen correctamente.

6. DISCUSIÓN Dado que la profesión de enfermería abarca un amplio campo de conocimientos y técnicas, son necesario qué se especialicen los estudios por campos. El campo qué nos interesa en este caso en particular es el de las urgencias. Para ello hay unas competencias específicas qué se han marcado para qué cualquier enfermera de urgencias de la Unión Europea pueda trabajar en cualquier servicio de urgencias. Aun así aún queda mucho para qué se oficialice en toda España y qué para trabajar en un servicio de urgencias sea necesario tener unos conocimientos específicos qué no se aprenden durante el grado en enfermería. Lo primero para lo que tiene que prepararse una enfermera qué trabaje en urgencias, es para el triaje. Tiene que tener un buen criterio para clasificar a las personas que lleguen al servicio en función de la gravedad de la enfermedad con la que acudan, para ello tiene que tener las herramientas y conocimientos necesarios para hacer una buena valoración y clasificación. Por otra parte cómo se puede ver, hay técnicas básicas de enfermería qué se realizan en los servicios de urgencias y qué, aunque se todo el personal de enfermería debe saber realizar, en un servicio de urgencias, es de vital importancia qué se realicen rápido y correctamente. Para conseguirlo es necesario una formación especifica donde se recalquen y practiquen estas técnicas y conseguir así qué el profesional sepa realizarlas en cualquier situación de forma correcta y rápida. Por todo esto, queda patente la necesidad de qué la profesión de enfermería se vaya cada día especializando más en cada campo, y no sea una profesión en la que “todo el mundo vale para

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todo”, sí no qué cuando se vaya realizar un trabajo sea de forma correcta y sabiendo bien lo qué se está haciendo. Aún estamos lejos de tener una formación tan específica cómo pueden tener otras profesiones, pero cada día es más latente la necesidad del sistema sanitario de tener profesionales de enfermería bien formados, ya que es una parte fundamental del equipo multidisciplinar qué está en cada servicio.

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8. ANEXOS

Tabla 1. Mitos y realidades respecto a los servicios de urgencias hospitalarias (SUH).

Tabla 2. Recomendaciones para mejorar la saturaciรณn de los servicios de urgencias hospitalarios (SUH).

Tabla 3. Niveles de clasificaciรณn del MST.

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Tabla 4. Niveles de clasificación del SET.

Imagen 1. Vía venosa periférica.

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Imagen 2. CatĂŠter tipo Abbocath.

Imagen 3. Compresores.

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Imagen 4. Sujeción para VVP.

Imagen 5. Guantes estériles.

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Imagen 6. Lavado de manos con soluciรณn hidroalcohรณlica.

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Imagen 7. Calzado de guantes estĂŠriles.

Imagen 8. Vena Cava superior.

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Imagen 9. Venas basĂ­lica, cefĂĄlica y braquial.

Imagen 10. Vena Femoral.

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Imagen 11. Manubrio esternal.

Imagen 11. Diferentes catĂŠteres centrales de acceso perifĂŠrico.

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Imagen 13. Inserción de catéter venoso central de acceso periférico.

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Imagen 14. Dispositivos intradoses.

Imagen 15. Mediciรณn de la SNG.

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Imagen 16. Material para sondaje NG.

Imagen 17. Test de Allen.

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Imagen 18. Punciรณn arterial.

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