CIUDADANÍA PARA EL DESARROLLO DESDE EL LIDERAZGO EDUCATIVO TRANSFORMACIONAL1 Rosalucia Claraellis Sánchez Aliaga El Perú supera los 31 millones habitantes (INEI, 2017) y aunque el lugar más poblado es Lima, el 65% de la población está distribuida por los 23 departamentos restantes. Nuestra población se caracteriza por ser joven, pues de cada pues de cada 100 peruanos 53 tienen entre 18 a 55 años (CPI, 2019), además el 79% se encuentra en la zona urbana. Sin embargo, a pesar de los avances económicos2 y educativos3 aún albergamos a personas que no acceden a educación (6%) que influye directamente en la presencia de 6'593,000 personas en situación de pobreza monetaria4 (INEI, 2018). Esta situación es cuestionable, con la presencia de 144 centros de estudios universitarios5 a nivel nacional (Rankia, 2019), de las cuales 76 ya están licenciadas (SUNEDU, 2019). Centros de estudio que tienen la función de investigar6 a fin que podamos superar situaciones adversas y mejorar nuestra calidad de vida. Sin embargo, se percibe que aún nos falta camino por recorrer y dicho tramo debe ser liderado por el Docente Universitario.
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Para redactar este ensayo, se realizó una encuesta en https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSdGG38rH22jLDNW9MBu9Y9pI4YrPnAyhyhyjKu8sG1GCp1GA/viewform?fbclid=IwAR17e-Thzp40gNHSM9AcJZoOsZjzYvpokOYuD5YwDktXNPQiA-XB07dTCgg 2 El crecimiento económico promedio del país fue de 5.1% en el período 2000-2015 (OCDE, 2016, pág.07) 3 Como (1) los incentivos desde el Ministerio de Desarrollo e Inclusión social-MIDIS con el programa Juntos a fin que los hijos menores de las familias en pobreza o pobreza extrema no dejen de asistir a la escuela, (2) la aplicación de las pruebas de Evaluación Censal de Estudiantes de segundo grado con buenos resultados en las cifras de compresión lectora y razonamiento matemático, (3) la creación de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) y su labor en el licenciamiento de las universidades, entre otras políticas estratégicas de mediano plazo. 4 Situación en la que la familia tiene un nivel de gasto inferior al costo de la canasta básica de consumo compuesto por alimentos y no alimentos, según el informe Evolución de la Pobreza Monetaria 2007-2018. 5 Entre públicas y privadas. 6 Artículo 3° de la Ley Universitaria, Ley Nº 30220.
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Entonces, se plantea la siguiente pregunta: ¿la universidad está cumpliendo con el fin de promover el desarrollo7?, entonces en este contexto, ¿cuál debe ser el rol del docente universitario? ¿qué limita ese rol? Por lo que, se propone como rol del docente, la formación de agentes catalizadores de cambio, de aquellos que se sientan motivados a activar acciones en favor del bienestar personas, con estrategias pertinentes y planificadas hacia el futuro, como reafirma Bolivar (2000): “El punto crítico de trabajo para ser abordado por las instituciones de educación superior a partir de la comprensión de su propia realidad, se evidencia la imperiosa necesidad de asumir por parte del docente un rol de líder que le permita transformar su quehacer cotidiano” (Tomado en González, González, Ríos & León, 2013, pág.357). Por ello, en el presente ensayo se desarrollará los conceptos de las categorías principales defendiendo que la labor del docente universitario es aquel que inspira el ejercicio de la ciudadanía con un compromiso hacia el desarrollo social. Docente que con la “calidad en la enseñanza hace que cada día, los centros educativos se sientan comprometidos con la necesidad de cambio en todo su hacer”. (González, et al, 2013, pág.356) Sin embargo hay condicionantes que pueden potenciarla o frustrarla.
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Artículo 6° de la Ley Universitaria, Ley Nº 30220.
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Partamos con la definición de ‘ciudadanía’ que implica participar en la sociedad, a fin de obedecer las leyes, pero también con una posición crítica, de cambiar las mismas leyes a través de la participación y la acción (Cox y Schwartzman, 2009), para trasformar el orden social y político (Gentili, 2000), a través de prácticas ciudadanas representadas por las movilizaciones sociales. (Reyes, Campos, Osandón & Muñoz, 2013, pág.233) Esta ciudadanía generará ‘desarrollo’, como aquella cualidad de ejercicio de autodependencia, es decir poder ser capaces como país, de cubrir las necesidades básicas con recursos propios a fin de “romper con modelos imitativos de consumo no sólo conjura la dependencia cultural, sino que hace posible, además, un uso más eficiente de los recursos generados en la periferia. (Max-Neef, Elizalde & Openhayn, 1986, 33) Esto no quiere decir que seamos islas donde no se acepten los intercambios culturales, sino que la relación de autodependencia provea autonomía, dentro de un enfoque sistémico, es decir donde se perciba a “las necesidades como carencias y como potencias, permitiendo así romper con el círculo vicioso de la pobreza” (Max-Neef, et al, 1986, 30). Dicho de otro modo, reconocer en nosotros no sólo carencias en nuestras necesidades, sino reconocernos como fuentes de cambio de esa situación, pero con nuestros recursos. Entonces esto nos hace partir de una mejor percepción de la realidad y de la prioridad de absolver los problemas, además de delinear respuestas pertinentes y reconociendo el esfuerzo de los diversos actores como las autoridades, organizaciones de base, empresarios, etc. Por ejemplo: en un barrio determinado no se cuenta con el servicio de agua y desagüe y por ello se incrementa los indicadores de desnutrición infantil, pero el Alcalde de ese poblado piensa que el desarrollo y movimiento económico del poblado se generarán si se permite el ingreso de una Minera que prometió regalías más altas, que permitirán que haya mayor presupuesto que desde el gobierno local pueda ejecutar para programas sociales como el Programa de Vaso de Leche. Sin
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embargo, la Universidad a través de un Grupo de proyección, propone un cambio de percepción al Alcalde de dicho poblado, haciéndole ver que la desnutrición infantil no sólo se resuelve con medidas paternalistas como dando más tarros de leche a cada niño, sino tiene que ver con más factores como la calidad del agua, hábitos de higiene, hábitos de comida, que está relacionado con el ingreso familiar y este factor a su vez, con las condiciones de trabajo del jefe de familia. Por lo que este Grupo de proyección de la universidad, le propone un modelo de desarrollo local, identificando sus principales actividades económicas a fin de potenciarlas según la zona y los tipos de terreno. Además, plantea que si deja de ingresar a la Minera sin los requisitos por ley como es la Licencia Social y sin considerar el impacto ambiental que posteriormente dejará dicha actividad, generará un conflicto social y el crecimiento económico que se pudo alcanzar, puede bajar abruptamente. Motivo por el cual, el Alcalde cambia su modo de percibir los problemas de su localidad y con sus gerentes estudian las propuestas que brindó la Universidad. Entonces, el reto de la universidad es: “Innovar para contribuir a la construcción de una nueva sociedad del conocimiento, basado en la responsabilidad y el compromiso del docente en asumir las competencias propias de un liderazgo que le permita transformar los espacios académicos, mediante la calidad del servicio prestado a sus usuarios, capacitándose cada día en la conducción de grupos, para propiciar aprendizajes significativos, en sus alumnos”. (González, et al, 2013, 357) Así pues, la Universidad tiene el reto desde el liderazgo transformacional, de generar conciencia en los estudiantes acercando lo estratégico, hacia resultados superiores a los comúnmente se espera, desde la percepción y acción sistémica. Esta conciencia es despertada desde el compromiso con la misión y visión de la organización o institución, al margen de los objetivos personales, centrándose en el interés común, desde una perspectiva ética y moral. (Aiteco Consultores, SL) 4
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También, implica un reto para el docente ya que asumirá “el rol de líder para transformar su quehacer cotidiano” (Bolívar, 2000 Tomado González, et al, pág.357). Este accionar de la universidad, liderada por el docente quien, a través de propiciar aprendizajes significativos en sus alumnos, induce el cambio y la innovación desde las instituciones educativas, donde se promueve grupos de trabajo que posibilite la consistencia, coherencia de las visiones, motivaciones, compromisos de sus integrantes (González, 2011 Tomado González, et al, pág.356) Sin embargo, no es una tarea fácil, pues los docentes recorren aparte de su ejercicio profesional, un tramo investigativo no sólo para estar actualizados, sino para contribuir a la academia con sus aportes. Ello conlleva a que el docente universitario cumpla con lo establecido artículo 82 de la Ley N° 30220, pues en el SUNEDU en su Informe Bienal sobre la Realidad universitaria peruana, informa que: “En el 2015, se reportó la existencia de 84 774 puestos docentes universitarios, de dicho total, el 10,5% es ocupado por docentes con grado de doctor, el 27,4% con grado de maestría, el 59,5% con grado de bachiller y un 2,6% sin grado. Al respecto, cabe notar que al menos hacia el 2015 aún existía una brecha para cumplir con lo establecido” (SUNEDU, 2016). En este contexto, el docente se tiene que distribuir su esfuerzo para dos tareas fundamentales: a) Dar clases magistralmente, facilitando herramientas necesarias para el ejercicio profesional, proyectando mejoras en la empleabilidad del futuro egresado; b) Forjar nuevos ciudadanos desde su ejercicio profesional comprometidos con el desarrollo de su localidad, para enfrentar los retos de los nuevos tiempos, liderando un proceso de cambio desde la universidad hacia la sociedad.
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Por tal razón, es necesaria la reflexión colectiva del equipo docente, sobre la ciudadanía en el currículum, viéndolo como proceso de formación en vez de un listado de contenidos sin una articulación (Reyes, et al, 2013, pág.221) La importancia de concebir como necesaria la formación ciudadana, es reconocer a los estudiantes como ciudadanos, en los que se despierte la conciencia de asumir los deberes y derechos, en una sociedad en la se practiquen los valores8; ciudadanos que proponen una opinión y aprenden a participar de la sociedad en que se vive, además utilizan mecanismos de la democracia representativa con la capacidad para organizarse y deliberar, a fin de revertir las transformaciones necesarias (Reyes, et al, 2013, pág. 221 y 227) Para ello, se debe reconocer el sesgo paternalista de la nueva normativa, en generar la labor de tutores a los docentes, dicha tutoría invisibiliza la característica ‘autónoma’ de los estudiantes, es cierto que los estudiantes tengan alguna necesidad de ser conducidos, pero esa labor debe ser terminada en la Educación básica y no debe proyectarse en una vida adulta. Por lo que las unidades de Apoyo Académico son necesarias, pero no deben recargarse al docente universitario. A modo de conclusión, se puede afirmar que la universidad está contribuyendo a enarbolar el desarrollo de la sociedad, sin embargo, no es la única institución promotora de dicho cambio, ya que depende de factores externos a la voluntad y quehacer universitario. En este contexto, el docente universitario reconoce a los estudiantes como ciudadanos e inspira la necesidad de mejoras con los recursos propios de cada lugar, por lo que se relaciona con los diversos actores para proponer sus acciones de cambio. Sin embargo, hay políticas públicas que limitan el rol de innovador del docente, invisibilizando la madurez de los estudiantes.
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Como el respeto, la tolerancia y la convivencia, en el respeto a la diversidad.
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REFERENCIAS Aiteco Consultores, SL. Liderazgo Transformacional: Qué es y Cómo Desarrollarlo. Consultado el 05 de julio de 2019. https://www.aiteco.com/liderazgo-transformacional/ Compañía Peruana de Estudios de Mercado y Opinión Pública S.A.C. (2019). Perú: Población 2019. Market Report N°04. 2-11. González, O., & González, O., & Ríos, G., & León, J. (2013). Características del liderazgo transformacional presentes en un grupo de docentes universitario. Telos, 15 (3), 355-371. Instituto Nacional de Estadística e Informática, ed. (2008). «Nivel de Educación Alcanzado» (PDF). pp. 87-100. Archivado desde el original el 14 de noviembre de 2012. Consultado el 05 de julio de 2019. Instituto Nacional de Estadística e Informática, ed. (2017). «Población del Perú totalizó 31 millones 237 mil 385 personas al 2017» Archivado desde el original el 25 de junio de 2018. Consultado el 05 de julio de 2019. Instituto Nacional de Estadística e Informática, ed. (2018). «Perú: Indicadores de educación por departamento,
2007-2017»
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Max-Neff, M., Elizalde A. & Openhayn M. (1986) Desarrollo a escala humana: una opción para el futuro. Development Dialogue, número especial, 96 pp. CEPAUR, Fundacion Dag Hammarskjold. Reyes J., L., & Campos M., J., & Osandón M., L., & Muñoz L., C. (2013). El profesorado y su rol en la formación de los nuevos ciudadanos: desfases entre las comprensiones, las actuaciones y las expectativas. Estudios Pedagógicos, XXXIX (1), 217-237. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos –OCDE (2016). Avanzando hacia una mejor educación para Perú. Págs. 38. Rankia (2019). ¿Cuántas universidades públicas y privadas hay en el Perú? Consultado el 05 de julio
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cuantas-universidades-publicas-privadas-hay-peru SUNEDU (2019). Universidades Licenciadas. Consultado el 05 de julio de 2019. https://www.sunedu.gob.pe/lista-de-universidades-licenciadas/
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