FINAL PARA UN CUENTO FANTÁSTICO PCPI
SALOMÓN
LA EXTRAÑA QUE LLAMA A TU PUERTA
Un gran hombre estaba con su familia junto al fuego después de haber cenado. Hacía un día de mucho aire y por eso estaban junto al fuego. De repente se oyó una pequeña explosión, y se fue la luz, y empezó a llover de una manera descomunal. Lo niños estaban aterrorizados, y el hombre decidió que se fueran a otro lugar mientras el arreglaba todo.
Cuando se estaba despidiendo de su familia, sus hijos lloraban de una manera muy extraña. Ya cuando se fueron estuvo preparando todo para ver qué había pasado. Bajó al sótano y miró que salía humo del cuadro de luces y se fijó que la avería venia de ahí. Estaba todo lleno de humo, parecía que se habían quemado un montón de cosas, como si hubiese habido un incendio, cuando de repente llaman a la puerta.
.
Subió deprisa para ver quién era, él se pensaba que le podía haber pasado algo a su familia. Cuando abrió la puerta y vio que era una joven empapada de agua y muy extraña. La hizo entrar porque estaba lloviendo mucho. Él no paraba de hacerle preguntas pero ella no le contestaba. El la veía que estaba triste y temblando como si tuviera miedo de algo o de alguien pero algo extraño le pasaba.
-¡Qué extraño! -dijo la muchacha avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada! La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe. -¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos! -A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha. Pasó a través de la puerta y desapareció. FIN
ANA
Cuenta la historia que una noche lluviosa, caminaba un hombre por el bosque, perdido, sin saber donde ir buscando un sitio para refugiarse de la lluvia‌
Tras unas horas andando, advirtió a lo lejos una casa algo vieja, parecía abandonada. Pensando el qué hacer... de pronto una mano se posó por encima de su hombro…
Asustado, cay贸 al suelo tras soltar un gran grito, ya que pensaba que estaba
solo.
Ante él una mujer le tendía la mano para ayudarle a levantarse…
Ella le pidió perdón por haberle asustado y él todavía algo confuso, aceptó sus disculpas y le preguntó que hacía tan sóla por un bosque tan oscuro.. A lo que ella respondió que no quería hablarle de ella…
Cambió de tema y logró convencer al hombre de que juntos fueran a la casa a resguardarse de la lluvia…
Cuando entraron a la casa un viento frio envolvió el ambiente. Decidieron echar un vistazo a cada habitación‌
Todas estaban llenas de muebles viejos y rotos. De pronto en el pasillo una puerta llam贸 la atenci贸n de los dos personajes y ella se dispuso a abrirla..
Cuando la chica tocó la puerta se cerró de repente y el hombre asustado le dijo que estaban los dos encerrados y ella le corrigió diciéndole que sólo una persona se había quedado encerrada, a continuación la mujer traspasó la puerta y se marchó…
GREGORIO
Esta historia comienza en el año 1993 cuando en Galicia decían que se habían visto fantasmas.
Un día Daniel Fernández salía por la noche a pasear por el puerto como de costumbre
cuando de repente vio a una muchacha gritando con desesperaci贸n y enseguida fue a darle ayuda.
Pero al llegar all铆 se plant贸 delante de la ni帽a que estaba apoyada en una puerta fuerte y robusta y el hombre la levant贸.
Cuando se pusieron enfrente de la puerta...
-¡Qué extraño! -dijo la muchacha avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada! La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.
-¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos!
A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha. Pas贸 a trav茅s de la puerta y desapareci贸. -_
F I N
JULIO
Las haza単as del campesino con el fantasma de la granja
Estaba un día el campesino en un bareto contándoles a otros campesinos la aventura que tuvo con el fantasma de la granja de kelos. El hombre dijo: -Iba yo por el bosque cuando una muchacha con un mantel se me acercó y me susurró al oído . -¡Sé donde puedo conseguirte una fortuna, pero me lo tendrás que pagar con tu sudor! Y el hombre, todo intrigado, dijo: -Pero ¿de cuánto dinero estamos hablando?
La muchacha le dijo: – Una fortuna, pero te tienes que venir a mi granero , que está dentro del bosque. El hombre, todo decidido, dijo: -Claro que sí . Llegaron al granero de la muchacha y el hombre se asomó a un agujero que había en el centro del granero. La muchacha, andando sigilosamente hacia el hombre, se le acercó y le empujó al agujero. El hombre, todo asustado, le preguntó a la muchacha: - ¿Por qué me has empujado al agujero si he venido a ayudarte? La muchacha, riéndose del hombre, le dijo: –Te he empujado porque es aquí adonde traigo a toda la gente mentirosa que habla de mi familia y se ríe de mis antepasados.
El hombre, todo asustado, le pide perdón y le pide que por favor le ayude a salir del agujero. La muchacha le ayuda, el hombre sale y la muchacha le dice enseñándole la cara el hombre pidiéndole mucho perdón se fue y no volvió a contar historietas de las suyas. -¡Qué extraño! -dijo la muchacha avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada! La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe. -¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos! -A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha. Pasó a través de la puerta y desapareció. FIN
SERGIO
HabĂa una vez una casa en la que aparentemente no vivĂa nadie.
De la sombras de la oscuridad salió una muchacha y sin dirigirle la palabra se puso en frente de la puerta: -¡Que extraño! -dijo la muchacha avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada! La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe. -¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos! -A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha. Pasó a través de la puerta y desapareció.
FIN