Nombres - Nº 29 - Mayo 2014

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Nombres del Psicoanalisis en movimiento Boletín de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones

Año 10, Nº 29 Mayo de 2014 www.apm-blog.blogspot.com www.apmweb.org.ar Responsable: Lorena Danieluk Adjunto: Claudia Espínola Colaboradores: Cristela Irrazábal, Julia Pernia, Carlos Wall. Asesor: Enrique Acuña

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agenda Mayo/JUNIO 2014

Clasificar, diagnosticar, psicoanalizar Por Enrique Acuña

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al como se formuló en esa Jornada (1), se trata de situar el problema de las Clasificaciones y de la función del Diagnóstico, teniendo como punto de partida el hecho de que cuando nos referimos a las Clasificaciones estamos ante un problema Epistémico; mientras que cuando nos referimos a la función del Diagnóstico, -en esa especie de urgencia que tiene la praxis ya sea psicoanalítica o psiquiátrica -estamos ante un problema Clínico. Si decimos que el diagnóstico es un problema de la clínica como la clasificación es un problema epistémico, quiere decir que ambos requieren un método, los distintos caminos a seguir y entonces tendremos diferentes políticas de nombres.

Clasificar Nos detuvimos en el estatuto de las “Clases” como cuestión epistémica a partir del comentario de un libro de Lévi-Strauss El pensamiento salvaje, donde aparecen las clasificaciones como nominación y conocimiento posible de un objeto (2). Tanto en el capitulo llamado “La ciencia de lo concreto” como en “Las clasificaciones Totémicas” el autor considera el arte de armar por semejanzas o por oposiciones de los elementos el rompecabezas del objeto. La operación de armado (bricolaje) se produce a partir de un deseo del operador (el bricoleur). Pero ese hacedor trabaja con el lenguaje cuando ordena un campo semántico a partir de tomar en cuenta, en el conocimiento de un objeto, su distinción por una serie de oposiciones, semejanzas, que son significantes. Ahí se ubica la interpretación. Lo que está operando siempre en ese bricolage, además de implicar ordenar las cosas por su nombre, es también el deseo de quien nombra. Lo que está operando siempre en ese bricolage, además de implicar ordenar las cosas por su nombre, es también el deseo de quien nombra. Lévi-Strauss observa que en las ciencias de lo concreto, los nombres siguen la lógica que tiene la clasificación botánica, que se pueden clasificar de acuerdo a las propiedades de cada objeto si se los ubica en una

Curso Anual: “Retornos y Registros: usos del tiempo en Psicoanálisis” Dictado por: Christian Gómez Frecuencia quincenal: Miércoles 14 de mayo Miércoles 28 de mayo. 20:30 hs. Sede APM Seminario Anual: “En torno al objeto en Psicoanálisis: pulsión, amor, fantasma y deseo” Dictado por: Equipo Docente de la APM Frecuencia quincenal: Miércoles 7 de mayo Miércoles 21 de mayo. 20:30 hs. Sede APM Seminario Oberá: “¿Qué fin tiene la angustia? -Actualidad del psicoanálisis-” Frecuencia Mensual: Sábado 17 de mayo 10:00 hrs. Salón de la Cultura Ciudad de Oberá Reunión de Temáticas y Enseñanzas de la Clínica Frecuencia mensual: Viernes 16 de mayo 20:30 hs. Sede APM Módulos de Investigación Psicoanálisis de los Consumos Frecuencia mensual: Sábado 7 de junio 10:30 hs. Salón de la Cultura Ciudad de Oberá Actualidad de la Clínica: Respuestas a lo Contemporáneo Frecuencia mensual: Lunes 2 de junio 20:30 hs Sede APM Lectura de los casos Sigmund Freud Frecuencia mensual: Miércoles 4 de junio 18:00 hs Sede APM Psicoanálisis y los Acontecimientos del discurso Frecuencia mensual: viernes 16 de mayo 19:00 Sede APM Los cuatros Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis Frecuencia mensual: jueves 29 de mayo 20:00 Sede APM Psicoanálisis y Salud Pública Frecuencia mensual: jueves 22 de mayo 19:00 Sede APM IOM 2 Delegación Posadas. Inconsciente siglo XXI –el saber para cada uno en lo contemporáneo – Coloquio Seminario. De lo real en el síntoma –lo que queda por descifrar – Invitado: Enrique Acuña. Enseñanza de los casos: Fernando Kluge, Claudia Espinola. 9 de mayo 20:00 hs. 10 de mayo 9:00 hs. Alianza Francesa de Posadas.


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referencia previa; su clase a-priori. Ubica además una oposición de ese pensamiento concreto de la ciencia contra las Clasificaciones Totémicas –el observable etnológico de comunidades hablantes- en las que, al desaparecer una clase se genera un casillero vacío, entonces viene ahí otra comunidad y busca otro emblema, otra insignia que lo identifique. El factor que permite que las clases sean sensibles a las transformaciones simbólicas, es que por ejemplo, por un hecho fortuito desaparezca un clan –(que se nomina con su tótem derivado de osos, tortugas, águilas…) y queda un casillero vacío -como pasa en las clasificaciones psiquiátricas- que conmueve la genealogía de los nombres, surge un nuevo nombre que se identifica a un animal ya existente en el universo de esa tribu. Hay de golpe una población vacía y aparece otra nueva que permuta a la anterior. Lo simbólico prevalece sobre lo imaginario.

Diagnosticar Respecto del tema del diagnóstico en psicoanálisis, les recuerdo que se organizó en Francia en los años 1996/1997, una conversación sobre casos clínicos en las que Jacques-Alain Miller propuso hablar de “Los inclasificables de la clínica psicoanalítica”. Su mención a El pensamiento salvaje respecto de los casilleros vacíos -por ejemplo la perversión en la clínica-, supone el ejemplo en que, en su lugar, los mismos psicoanalistas han inventado la categoría del borderline para ubicar allí a quien no era ni psicótico ni neurótico. Observamos que estos casilleros vacíos son transitorios, que son para nosotros los inclasificables de las clasificaciones totémicas, dónde al desaparecer una clase se va a crear una nueva pero sin nombre todavía. ¿Quién decide esa nominación; el consenso de una epidemiologia estadística o el uno por uno de los casos? Lo que interesa aquí es la epistemología que se use para clasificar

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algo que no está clasificado. Si bien tengo como punto de partida siempre la observación más o menos empírica de un objeto, en la función del diagnóstico en la clínica analítica se trata de un sujeto que habla, es decir de esta clase inestable cuyo referente está sino vacío, al menos en suspenso. Sabemos que si el sujeto del inconsciente esta en conflicto entre los dichos y su decir; entonces el referente semántico debe ponerse entre comillas, será algo a construir. De los “inclasificables de la clínica”, ahora surge “la crisis de los nombres”; tanto del lado de las clasificaciones como del diagnóstico, dado que estamos en la época de un significante amo que es la Biopolítica. Se trata de la aplicación de normas y de nombres como políticas masivas que se aplican sobre una población dada. Si hacemos un diagnóstico de situación del siglo XXI, estamos ante una crisis de las normas porque este sistema de nombres, este sistema clasificatorio, entra cada tanto en una especie de “vencimiento” donde se agota la función del nombre común como designador rígido que diga la verdad de su objeto. Hay, como decía Ian Hacking, un estado de relativismo generalizado. Lo que vemos es que estas crisis de las normas se ven en los sistemas clasificatorios y en los practicantes que están sujetos a estos sistemas clasificatorios; por ejemplo en el desarrollo de los Manuales Estadísticos de clasificación en psiquiatría, el DSM. Se puede decir que ese sistema nominativo clasificatorio se impone por consenso de las profesiones autorizadas y sus corporaciones. Eric Laurent en un artículo titulado “La crisis post-DSM”, plantea qué este manual es un orden clasificatorio que existe por el momento en que estamos, y por una lógica más global que se está dando en el sistema de los nombres. Esto responde a la época que no es de la globalización solamente sino de los nombres usados para la biopolítica, y que no obstante los estudios de

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psicopatología de las universidades americanas están intactos, se sigue investigando en Psiquiatría y en Psicología. Nancy Andreasen, teórica de la psicopatología norteamericana, informa que el DSM ha sido aceptado como una referencia fija, de manera que ha eliminado todos los otros abordajes de psicopatología que había antes. Constata que ya no hay otras investigaciones en el campo de la psicopatología en los Estados Unidos, que solo subsiste la movilización corporativa de los mejores especialistas de los campos diversos para establecer criterios, y los ítems que van a definir una lengua empírica, positiva y perfecta como la aspiración final del Gran Manual. Estamos hablando de psiquiatras que están cuestionando el DSM, no de psicólogos humanistas que vienen a decir esto no sirve porque simplemente clasifica lo infinito de lo humano. Estamos planteando la crisis interna en la psiquiatría en la construcción de este DSM5, el debate previo y actual que lo desautoriza. En los años 70 lo que ocurrió es la construcción de un sistema psicopatológico a partir de la ego psychology psicoanalítica. El acento puesto por esta corriente psicoanalítica sobre los mecanismos de defensa del yo, provocaba cierta desconfianza en relación al síntoma, alejando la clasificación americana de la psicopatología clásica. Va a decir que si el primer manual se basa en un llamado a los psicoanalistas del yo, ellos desconfían del síntoma, o sea ya no proponen que haya un síntoma histérico, un síntoma obsesivo, un síntoma fóbico o un delirio psicótico, ya no es la psicopatología freudiana. Desaparece la angustia y el síntoma, retorna la “ansiedad” como biológica y el “trastorno” inespecífico. El sistema de referencia de los nombres de la psiquiatría, está muy ligado a una clínica, que se suma a la clínica psiquiátrica clásica, que es la clínica del medicamento. Entonces se puede decir que la evolución de los sistemas de nombres que tienen

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los manuales clasificatorios, tienen crisis periódicas que son relativas a un sistema de referencia dado por la operación forclusiva o científica, del psicofármaco. Por ejemplo, las presentaciones del síntoma se han transformado por acción biológica del medicamento. Transforma no solamente una cara, sino también un cuerpo en tanto capital simbólico para nombrar las cosas, etc. El sistema de referencias de esa clínica psiquiátrica ha cambiado a partir de la clínica de la medicación, ya que el efecto real del fármaco en el cuerpo ha modificado la presentación de los síntomas.

Analizar De ese modo el retorno de lo expulsado se verifica en una nueva apelación a la “Clínica del detalle”. Volver al síntoma por el sentido es una clínica ligada al decir en la que los dichos responden a una cierta referencia. Por ejemplo el decir delirante de alguien –lo sabemos a partir de Schreber- sigue una lógica interna que va provocando un deslizamiento de las palabras hacia una cierta solución –estabilización de la significación, atribución a un Otro, o arreglo-sinthoma del goce. Freud es lúcido al renombrar a Schreber como “demencia paranoide”, juntando demencia precoz con paranoia, no es ni esquizofrenia ni paranoia. Utiliza en esa idea de demencia paranoide, el criterio evolutivo o de proceso que tiene un síntoma y el sentido del delirio, la evolución que comienza en el momento que Schreber tiene en duermevela la sensación de que puede volverse mujer, la transformación en mujer como una idea que lo acosa, la experiencia vivida de un cuerpo desarmado por eso y la solución que es sí esa mujer es “La mujer de Dios”. Es decir que entra en una cadena de sentido, donde hay un Otro que le da una organización a ese goce que lo invade en la transformación del empuje a La Mujer. Volviendo a esa secuencia entre clasificar-diagnosticar y psicoanalizar; www.apm-blog.blogspot.com

en relación a la neurosis y psicosis, se trata de mantener la clínica diferencial como una dialéctica que permite ubicar al analista en la cura como bricoleur de una secuencia de interpretaciones. Eso se verifica luego en la práctica de control como modo segundo de elaborar ese fino juico en suspenso que es la hipótesis que lo guía en un caso clínico. Lo que importa en las entrevistas preliminares es que el diagnóstico no sea simplemente para orientar el caso, si se medica si no se medica, qué se le dice, si se interpreta, si no se interpreta. Lo que importa de esta clínica diferencial de cierto clasicismo lacaniano, que aprendimos como clínica estructural, discontinua, del cristal significante. Luego vendrá otro tiempo, segundo; que donde se delira en silencio –se hace una hipótesis del caso como único. Se trata más de la construcción de esa “x” –el caso como un paradigma nuevo- que de nominación. Del realismo universal de todos que es el DSM al caso “particular”, nominalista; que se apela en el diagnostico clásico; a una nueva cuestión que es el exemplum –según Agamben- no aplicable a otros por su carácter de invención. Ese caso “cae” del paradigma como ejemplo inicial. Freud dio extrema importancia a las “construcciones” como una falta a deducir; más que la inducción propia del diagnóstico y la clasificación. La construcción es el equivalente a la respuesta que hace un analista en tanto decide “un juicio íntimo” cuando arriesga la hipótesis de un caso: esto es una histeria, una obsesión. Pero la frase fantasmática que fuera una “injuria” como causa significante para la metáfora del sujeto, jamás puede ser dicha; aunque si puede perder su eficacia de ser absoluta si hay un nuevo significante, suplementario.(3) El juicio con el que paga el analista, ese juicio que es una hipótesis, deriva en una construcción que no se trasmite como fórmula, ni manual, pero que está funcionando como brújula para orientarse cuando se

cava ese vacío fecundo que hay en el hecho de psicoanalizar.-

(*)- Texto re-escrito por Enrique Acuña a partir de la Conferencia “Locuras neuróticas y psicosis –psicoanálisis y clasificaciones-“ Hospital San Martin, La Plata, marzo 2014. –el texto completo desgrabado incluye el relato de un caso clinico.( Disponible en Archivo Bela Szekely. APLP –Biblioteca Freudiana.) Desgrabación Iván Pelitti. Establecimiento Marcelo Ale

Notas: (1)-Pragma Clínica es quien convoca a esta serie de conferencias, Ejercicios Clínicos en hospitales. El primer encuentro fue la Jornada de Apertura con el tema “Inconsciente entre neurosis y psicosis”. (2)Levi-Strauss, C.: El pensamiento salvaje. Cap. I, II y III. Ed. F.C.E.; 1997(1964). (3)-Lacan, J. :” La dirección de la cura y los principios de su poder”. Apartado ¿Cuál es el lugar de la interpretación?. Escritos II.-


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Aproximaciones sobre el tiempo: historia y refutación (*) N

os interesa estudiar en este curso los usos del tiempo en la experiencia analítica. Para ello tomaremos como punto de partida dos afirmaciones que intentaremos articular en tanto creemos que son articulables en función del tema elegido: la primera es de Sigmund Freud y es aquella donde refiere a la atemporalidad del inconsciente. La segunda, de Jacques Lacan, conecta de manera no evidente su enseñanza con la literatura de Jorge Luis Borges.

1. El inconsciente no conoce el tiempo. Esta afirmación puede encontrarse en no pocos pasajes de la obra de Sigmund Freud. No es menos cierto que hay también en esa obra referencias a la dimensión del cronos sucesivo y que incluso elabora una temporalidad retroactiva que subvierte la misma sucesión. De modo que hay dimensiones del tiempo que son correlativas a lo que la experiencia analítica enseña cuando introduce un sujeto que es efecto del lenguaje y por ello dividido y a la vez causado por un elemento que escapa a la dimensión del lenguaje y que Jacques Lacan articuló al registro de lo real como aquello que, justamente, es resistente al lenguaje y se parece más a un silencio. Simultaneidad y sucesión, el problema toma forma de juego ficcional en el cuento El Aleph donde Jorge Luis Borges refiere a la opresión de lo sucesivo y su conexión al lenguaje: “Lo que vieron mis ojos fue simultáneo, lo que relataré sucesivo por que el lenguaje lo es”. El lenguaje introduce, entonces, una temporalidad que es a la vez la posibilidad que quien habla resulta transformado por ese operador haciendo de la categoría de lo necesario una contingencia posible que permite rewww.apmweb.org.ar

escribir la historia. En el historial clínico del caso conocido como El hombre de los lobos, el joven ruso analizado en el período de entre guerras, Freud refiere un sueño cuya interpretación subvierte la unidireccionalidad del tiempo: la escena primordial, ocurrida en un tiempo t1 es interpretada vía el sueño en un tiempo t2 que, con efecto retardado (nachträglich en alemán) escribe de nuevo el pasado. El sueño es la interpretación de una escena anterior no comprendida y, como tal, el efecto del deseo del soñante. A diferencia, la reminiscencia histérica introduce el fuera de tiempo como la resistencia a la sucesión. Un detalle de la vida erótica infantil no pierde actualidad y tiene efectos que Freud califica de traumáticos, en tanto no se escriben en el inconsciente sino a título de síntomas, es decir satisfacciones sustitutivas y que van a aparecer como saldo de la intromisión del sujeto en el lenguaje. Jacques Lacan dirá que el Otro del lenguaje está agujereado pero eso que pertenece a un orden distinto de lo simbólico no pierde eficacia en tanto retorna en diferentes registros que son a la vez diferentes torsiones del tiempo. Aislamos, para empezar, el fuera de tiempo del inconsciente con su carácter de fijeza o bien como efecto retardado de la interpretación, es decir de los efectos del significante sobre lo real.

2. Borges y “el phylum de nuestro discurso” Si bien la afirmación de Jacques Lacan (“…la obra de Borges, tan armónica con el phylum de nuestro discurso…”. En “El seminario sobre la carta robada”. Escritos.) refiere al artículo breve “El idioma analítico de John Wilkins”, la lectura del ensayo

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Por Christian Gómez

de Enrique Acuña “Borges y la extimidad en El Aleph” (En Resonancia y silencio-Psicoanálisis y otras poéticas- ) sugieren al menos dos referencias borgeanas que nos permiten planear el problema del tiempo asid como los efectos que este tenía para el autor de El Aleph. Historia de la eternidad (1936) y Nueva refutación del tiempo (1946) pueden leerse como dos títulos paradójicos que encierran efectos contradictorios por si y entre ambos. De hecho, el propio Borges le da vocación de chiste al hecho de introducir la sucesión que sugiere la palabra historia (pasado, presente, futuro) conjugada con la eternidad, ilusión inventada por los hombres para librarse de la opresión de lo sucesivo. A su vez, la palabra nueva sugiere la negación de la refutación que el autor quiere emprender. De modo que historia y refutación señalan operaciones contrapuestas, en la primera lo que se refuta es la eternidad, el fuera de tiempo que sin embargo retorna en la refutación al modo de una experiencia que el autor refiere como “sentirse en muerte”: Las calles de la ciudad se trasfiguran en un recorrido donde movimiento, espacio y tiempo se articulan hasta el encuentro con un detalle del suburbio que se parece al negro de guitarra en mano de El fin (1944), suspendido en una eternidad. Lo interesante es que para Borges la ilusión de eternidad es correlativa de la introducción de una doble linealidad del tiempo, un tiempo que no solo se orienta del pasado al futuro sino que es susceptible de reversión hacia el pasado. Esta ilusión vela el carácter inasible del tiempo así como la posibilidad de su verificación. Jacques-Alain Miller, en La erótica del tiempo (conferencias del año 2000) hace depender de esta retroacción las versiones de un

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tiempo absoluto, independiente del movimiento. De otro modo, Borges alude al sueño realista, que soñó la eternidad de las formas y en contraposición al sueño nominalista que soñó la realidad de los individuos inaprensibles como clase. Ahora bien, la experiencia analítica no hace, desde Jacques Lacan, un uso meramente cronométrico del

tiempo. La literatura, en este caso Borges, nos permite una primera aproximación al problema del tiempo, difícil de aprehender como problema en tanto no hay en la vida cotidiana una experiencia del tiempo. La hipótesis de Jacques Lacan, que intentaremos desarrollar a lo largo del curso, es que esa experiencia del tiempo es correlativa del manejo que

de el se hace en el análisis.

(*) Versión abreviada de la clase inaugural del curso Retornos y registros-usos del tiempo en psicoanálisis. Asociación de Psicoanálisis de Misiones. 2014.

BIBLIOTECA APM

El interés por el psicoanálisis Por Julia Pernía ésta: diversos grupos, en las luchas políticas y sociales, compiten entre sí para dar a sus particularismos, de modo temporario, una función de representación universal. La particularidad de lo particular, fundado como identidad en el antagonismo y la exclusión de elementos que la hacen diferencial, es subvertida por esa función de representación de lo universal: se debilitan las identidades diferenciales para dar lugar a una lógica de la equivalencia que introduce una dimensión de relativa universalidad, pasando a cumplir un papel hegemónico.

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rnesto Laclau fue un politólogo argentino (recientemente fallecido en Sevilla) que hizo uso de conceptos lacanianos para pensar y explicar fenómenos políticos y sociales. Comentaremos algunos fragmentos del libro Emancipación y diferencia (Bs. As. Ariel. 1996) que nos interesan a partir de la pregunta ¿Qué es la cultura? En dicho libro plantea el lugar central que ocupa en los debates políticos de la década del ´90 la cuestión entre el universalismo y el particularismo, en una época de promoción de cierta tolerancia frente a la diversidad bajo el nombre, por ejemplo, del multiculturalismo. Se pregunta, entonces, si es posible una pura cultura de la diferencia, abandonada de todo principio universal. Explica que lo universal es inconmensurable con cualquier particularidad, aunque no puede existir separada de www.apm-blog.blogspot.com

Pero lo universal aparece desde su costado de imposibilidad: ¿Hay plenitud del orden comunitario? No, son palabras que nombran una ausencia, es la dimensión de lo que se hace presente en tanto que falta y por lo tanto organiza. Lo que queda es lo universal como un lugar vacío y la política se constituiría en esa operación de intentar colmar el vacío con formas discursivas. Esto hace posible la emergencia de significantes vacíos, como significantes de la falta, de la totalidad ausente, apuntando a nombrar algo de eso que carece de representación, el significante será constitutivamente inadecuado. Estos significantes vacíos son la condición misma de la hegemonía: diferentes proyectos o voluntades competirán en su intento de hegemonizar los significantes vacíos de una comunidad ausente por su imposibilidad constitutiva. ¿Qué dimensiones tiene para el psicoa-

nálisis pensar aquello que escapa a la significación? Para el psicoanálisis, no es sólo que hay vacíos que intentar ser nombrados desde lo social, es que hay un sujeto que tiene que vérselas con eso que escapa a la representación, los síntomas dan cuenta de ese intento de captar con el significante algo de eso que goza y que da cuenta del encuentro con lo pulsional. Este costado pulsional, escapa al uso social y cultural del psicoanálisis como teoría. Pero, entonces, ¿Se puede pensar al psicoanálisis vaciado de la práctica, puramente epistémico? Hay ahí una doble vía, el psicoanálisis como teoría permite pensar fenómenos sociales, tiene algo para decir en la cultura, en lo político, y la extensión de sus términos a otros campos de saber lo demuestran, pero al mismo tiempo ese corpus conceptual no es sino efecto de una práctica, práctica orientada como dice Lacan a lo más singular de un sujeto, ya no se trata de los nombres sociales, del sentido común, sino de lo que vale para cada uno en la experiencia de un análisis como un modo posible de tratar lo real. Los significantes vacíos son importantes para la política, dice Ernesto Laclau. Sin olvidar que el psicoanálisis es una práctica discursiva efectiva cuya política es hacer existir el inconsciente en un época de ofertas de nominación masiva (significantes vacíos para Laclau) en un encuentro ya no con las palabras que tienen efectos de “identidad” para un grupo, sino con aquello que nombra a cada uno en la soledad de un análisis.


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Publicaciones recibidas

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• Acuña, Enrique Epifanía de los epitafios. Letritas del changarrito. Mexico. 2013. Donación del autor. • Miller Jacques-Alain La erótica del tiempo y otros textos Ed. Tres Hache. Bs. As. 2003 • Kant Immanuel El conflicto de las facultades. Ed. Losada. Bs. As. 1963 • Milner Jean-Claude Claridad de todo. De Lacan a Marx, de Aristóteles a Mao. Ed. Manantial. Bs. As. 2012

del Psicoanalisis en movimiento

objeto que pone un límite a la cadena significante.

• Deleuze Gilles Crítica y Clínica. Ed. Anagrama. Barcelona 1996.

Libros

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En función de lo expresado considero que también se puede ubicar a la angustia con la función de ser una “clave”. Y ello en dos direcciones que la vez están articuladas entre sí: una es la de permitir descifrar y hacer una lectura de la época actual; la otra es la de permitir -en tanto entiendo que los tratamientos que se hacen de ella son ante todo discursivos- el debate del psicoanálisis con otros discursos. Modos de no perder de vista el horizonte de la época.

Algunos títulos del catálogo: • Revista Conceptual, Estudios de Psicoanálisis. Nº14 Asociación de Psicoanálisis de la Plata. Director: Enrique Acuña. Asesor: Germán García. • Revista Fri(x)iones -entre el psicoanálisis y la cultura, Año 2 nª3 Primavera 2013. Director: Christian Gómez. Asesor: Enrique Acuña • El Loro de AVA N° 19 Abril 2014 Boletín Mensual del Área Virtual Analítica.

La angustia como clave (*)

(*) Escrito a partir de la clase inaugural del seminario ¿Qué fin tiene la angustia?-Actualidad del psicoanálisis- Dictada por Christian Gómez. Oberá, 26 de abril de 2014.

Bibliografía consultada: -Gómez, Christian. “La angustia contemporánea. La salida por el síntoma”. Clase de apertura del Seminario APM en Oberá: “¿Qué fin tiene la angustia? Actualidad del psicoanálisis”, dictada el 26 de abril de 2014. Inédito.

ablar de angustia es situarnos en el centro de una temática que importa a los discursos contemporáneos. Pero, a la vez, plantear la angustia “contemporánea”, tal como lo abordó Christian Gómez (Director de enseñanzas de la APM) en la clase de apertura del seminario obereño 2014 “¿Cuál es el fin de la angustia? –Actualidad del psicoanálisis-“, implica establecer que ese adjetivo de contemporáneo no implica un cambio en las manifestaciones de la angustia (léase sino la descripción hecha por Freud de la neurosis de angustia en “La neurastenia y la neurosis de angustia” de 1895 y compárese con los manuales “actuales”) sino en entender como los cambios en el orden simbólico actual promueven el aumento de las incertidumbres donde las referencias y los ideales vacilan, provocando una mayor aparición de fenómenos angustiosos. ¿Por qué? ¿Por qué el tema de la angustia remite a las encrucijadas actuales, la “realidad” actual? Porque el lenguaje hablado, la articulación de las palabras conforman lo que se llama la “realidad” y en ese campo lo real esta metaforizado. Pero este real, aquello que no es lo simbólico ni lo imaginario, retorna. Uno de esos modos es la angustia, que para el psicoanálisis implica una función. En otras palabras, como lo acentuara Christian Gómez en la clase citada, hay disyunción entre el concepto (que

alude al campo de las palabras articuladas) y la angustia. Cuando hay superposición de ambos la angustia pasa a otro orden: el de las palabras encadenadas. Mientras que cuando irrumpe lo hace produciendo la perplejidad de quien pierde todo referencia para nombrar ese afecto, estableciendo así un límite a lo semántico. Entonces podemos entender que lo simbólico es un modo o un intento de arreglárselas con la angustia: quien experimenta angustia busca una explicación y al no encontrarlas entra en las descripciones fenomenológicas. En esa línea se instauran las terapéuticas que apelan a ponerle un fin a la angustia, por lo cual ésta queda homologa al síntoma en tanto signo de una enfermedad. Para el psicoanálisis en cambio se trata de la captación de la angustia por el síntoma, quedando la angustia como poseedora AGENDA APM.

-Freud, Sigmund. “La neurastenia y la neurosis de angustia. Sobre la justificación de separar de la neurastenia cierto complejo de síntomas a título de Neurosis de angustia”. Obras completas. Tomo I. Trad: Luis López Ballesteros. Biblioteca Nueva. Madrid.

Por Germán Britch

de una finalidad, una función: de la de querer decir algo por lo que opera para establecer en un puente que lleva al síntoma, en tanto éste es considerado ya como un texto relatado a otro en la búsqueda de la causalidad. Pero a la vez la angustia es ante el deseo, por lo tanto se anuda a la emergencia del

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uiero en principio agradecer al staff de la revista Fri(x)iones. Hacer una revista en papel (no digital), asume más allá de los compromisos muchos riesgos también, compromisos, riesgos y mucha persistencia amable que es poco habitual, en un mundo de tanta rapidez, tanta solución rápida, este atributo es poco frecuente, entonces creo que la posibilidad que esté este espacio que nos invita a poder escribir, a los que nos gusta escribir, algunos más precoces otros más adiestrados y con una trayectoria en esta situación de escritura. Ustedes vieron que las revistas impresas en algunos lugares tienden a crecer, pero no precisamente en Argentina, en Argentina hay un desmedro en la cantidad de lectores de papel, tal vez las revistas virtuales se leen más, hay una diferencia sensible en lo que es el objeto revista de papel, el objeto fetiche, versus lo que sería una revista virtual. Y en función de eso antes de venir acá y poder decir unas palabras a cerca de lo que leí, pregunto ¿Porqué no digital? Y precisamente porque creo que una de las apuestas es que no se espera la inmediatez, hay que tomarse un tiempo, hay que sentarse o pararse, (yo leo sentado), y me acordaba también de Umberto Eco en Apocalípticos e Integrados donde hablaba de esta hipotética división social, por supuesto arbitraria, en dónde los hombres que respondían a los “más media” de esa

AGENDA

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-Freud, Sigmund. “Inhibición, Síntoma y Angustia”. Obras Completas. Tomo III. Trad: Luis López Ballesteros. Biblioteca Nueva. Madrid.

Sobre Fri(x)iones N°3 Por Fernando Kluge

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-Acuña, Enrique. “La captación del síntoma por la angustia”. “Resonancia y silencio. Del psicoanálisis y otras poéticas”. Edulp. La Plata. 2010.

gustia en la clínica psicoanalítica Clase 15: 06/11. Por Cristela Irrazabal.

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época, estaban los cuestionadores que el los llamaba apocalípticos y estaban los integrados que eran lo que transcurrían con esa cultura de ese momento y transitaban ese contenido de una forma cómoda. Esta revista supone un compromiso que queda registrado, es algo que tiene peso, tiene un valor que es el de un rastro indeleble que no es solamente huella. Es algo que tiene la facultad de dejar constancia. Y una cosa que leí después de la Editorial que la hizo Christian Gómez, escribe Enrique Acuña un artículo que me llama mucho la atención, el tema de cómo se incorpora el nombre en los Guaraníes. Yo no tengo experiencia en lo guaranítico por eso estoy lentamente empezando a leer algo y me llamó mucho la atención esto de que el nombre se encarna en la persona y que podía haber una encarnación que sea fallida y que eso dependía de un mediador que es un Chamán y que se había equivocado y que entonces esa persona no se “hallaba” (expresión de uso corriente en nuestra provincia), haciendo necesario el volver a bautizarlo y si encontraban el nombre adecuado que se encarnara en la persona esa persona tendría la posibilidad de ir por la senda del buen vivir. Pero el nombre hace a la cosa de alguna manera, entonces el autor, quizá ponga aquí una escisión del contendido, me parece que el contenido parece

tener cierta universalidad si partimos de una operación de combinación de letras que sería un caso medio extraño que menciona Borges en La Biblioteca De Babel, pero hay nombres y hay alguien que se halla, supongo yo para poder dar cuenta de un contenido arriesgarse y dejarlo escrito, de por sí me parece un esfuerzo y un esfuerzo en el buen decir. Otra cosa que quiero mencionar. Me dedico entre otras cosas al arte y siempre se discutió si hay un arte misionero. Leí la entrevista a Héctor Jaquet: “La invención de la Misioneridad”, un artículo superlativo en cuanto a que aprendí un montón de cosas que no las había pensado de esa manera, y el de Lorena Danieluk: “¿Misiones intercultural?”; y a partir de ambos escribí lo siguiente: “A los fines de entender la necesidad de construcción de la “misioneridad” y de aquí poder justificar la existencia que representa una identidad particular me remito a estos dos artículos. Entiendo de esto que la construcción de una identidad tiene, al menos en el relato mencionado, un fin determinado, en este sentido lo identitario, en el sentido de lo que nos representa, un ropaje necesario, es muy posible que el proceso de determinación de lo que nos caracteriza imaginariamente tenga procesos de defensa frente al no ser, así como la necesidad de determinarse auténtico y pétreo a la manera de auténtica defensa”.


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Es difícil entender que en la construcción de una identidad no se cuente con ciertos resguardos elementales como ser: territorio, lenguaje compartido, códigos culturales, tropos lingüísticos, etc. Bueno que podemos decir del territorio, es una convención necesaria de tipo histórico política sin la cual esto dice Jaquet - se nos presentífica un vacío. Y esto para nosotros es muy interesante, porque la identidad tiene que ver con algo que uno toma prestado, lo que nos estatuye y lo que nos constituye, nos estatuye eso otro y yo tomo prestado, es como una operación a préstamo. Entonces si se nos presentifica un vacío frente a una cuestión del no ser, ¿Cómo nos vamos a arreglar frente a eso? Bueno, si es el resultado de una construcción de espacio y tiempo determinado, ¿puede ser desconstruida sin cuestionamientos? La identidad se construye necesariamente en relación a una alteridad ahí dónde otro nos ratifica, nos estatuye, es decir que si hay algo genuino en la identidad es lo que no es propio, una suerte de imaginación, de préstamo, lo que nos representa como armazón, no es propio, entonces ¿Puede haber una manera particular de las manifestaciones artísticas que caracterice inevitablemente la pertenencia local y la identidad propia de un territorio, lo que sería un arte misionero? Y les leo lo que decían dos curadores de Buenos Aires, uno – misionero que se fue a vivir allá que es Francisco Alí-Brouchoud y Karina Cagnolo, de una exposición del 2006:

“… de las identidades cerradas, ya sea de ciudades o regiones que conducen a localismos cercanos a lo pintoresco admiten nacionalismos conservadores que se manifiestan en las obras a través de tematizaciones, ilustraciones de un paisaje popular, es decir sin ánimos de menospreciar, asistir a su propia caricatura…” Hay otro comentario más que ahora lo voy a leer y termino: “El fenómeno generado como identidad misionera es también una convención de discursos…”, y es la parte que más me ha interesado a mí, a pesar de que no es más que un enunciado, entonces lo presento como una posibilidad, o sea es también una convención de discurso sostenido por el uso coloquial, habitual y repetitivo de todos nosotros y ha sido constructor de su propio universo de significantes y significados es decir que se va construyendo, decimos esto es arte misionero porque tiene tal

característica, así se va construyendo, de la misma manera podríamos decir esto de la argentinidad, y otros patronímicos que nos relacionan a grupos de pertenencia. Para terminar, relacionar esto que escribo con lo mencionado varias veces, el malestar en la cultura, dónde se habla de la sofocación de lo pulsional a través de distintos tratamientos, como los llamados quitapenas, y donde podría excederme quizás diciendo que la escritura y la lectura pueden ser categorizadas dentro de esta categorización, aún a riesgo de que no todo siempre estará presente, o sea, no es un quitapenas total. Un detalle, en la última página tiene una imagen que es el descubrirse, la imagen de la persona que tiene en sus ojos todo ese registro fotográfico, cinematográfico, tiene el rostro descubierto. Muchas gracias.

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