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Misceláneos

Misceláneos

Rafael Rodríguez Zorrilla

Gustavo Luis Moré / Marcos A. Blonda

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Gustavo Luis Moré: Quiero que hablemos primero de tu familia. Tu familia es una familia con una noción de unidad muy marcada, vivieron juntos mucho tiempo. Cuéntanos todo, desde tu abuela o quién sabe antes de ella…. Dime la historia de antes de yo conocerte a ti cuando fui a ver a tu hermano Gustavo a tu casa de la Av. Máximo Gómez.

Rafael Rodríguez Zorrilla: Te haré la historia de dónde vengo… Mi origen a tercera generación hacia atrás está en mi abuela: Leticia González vda. Zorrilla, esposa de un hombre del Seybo llamado Rafael Bienvenido Zorrilla, muy trabajador, muy próspero a partir de su trabajo; tenía una fábrica de pan, una finca de caña; tenía varios negocios… en la cúspide de su vida murió de repente. Leticia queda con siete hijos y una serie de negocios y ella era un ama de casa. De repente hubo de reorganizar la vida de todos y, tú sabes que las tragedias generan enfermedades y a consecuencia de repente se quedó ciega… encargó a un tío de la finca y a otros de los demás negocios y agarró todos sus hijos e hizo una casa en la Máximo Gómez; una casa que ella sabía que tendría una plusvalía tremenda porque pudo haber hecho la casa en otro lugar, pero vio que mudándose allí sus hijos se codearían con gente de cierto prestigio que empezaba a mudarse por allí. Era una mujer de una fe tal que se le veía la luz… a mí me da hasta vergüenza porque a pesar de creer mucho en Dios no soy una persona que vaya a la iglesia ni practique una religión, pero mi abuela era de una profunda fe. El cardenal iba a confesarla y a llevarle la comunión, eran grandes amigos. Ayudaba mucho a la iglesia, donó una de las campanas de la Basílica de Higüey, una de las campanas tiene su nombre… eso no lo sabía nadie porque ella daba sin cacareo… yo me enteré hace cinco o seis años porque me lo dijo un sacerdote. Entonces… ¿qué hacía ella en esa casa? En esa casa había un comedor de 24 sillas y a la hora de comer esa mesa estaba llena de la gente de esa casa y de los amigos… Era una mesa medieval, había comida para todo el mundo… Eso es algo que recuerdan todos mis amigos: Sergio Taveras, Mitono, Oscar Imbert… esa mesa. Ella siempre quiso tener a su familia unida, que es lo que me ha pasado a mí, eso se aprende; yo tengo cuatro hijos, siete nietos y contando…

GLM: ¿Los hermanos de tu mamá, los hijos de doña Leticia, quiénes fueron?

RRZ: Mi mamá es de las más pequeñas. Los hermanos de mi mamá son: Justino Zorrilla que es el más viejo, Consuelo Zorrilla; Máximo Zorrilla, músico de la sinfónica; después viene Víctor Zorrilla, abogado; Milagros Zorrilla, banquera; Malvina que es mi mamá y Bienvenido que es el más chiquito. A Máximo ella lo destinó para ser sacerdote, tú sabes cómo era antes que había que tener un cura y un médico, el médico se le zapateó, pero Máximo fue seminarista… se salió, estudió música y se casó. Queda viva mi mamá con 92 años. Vive en un apartamento que compró hace años. Justino compró un edificio que creo que tenía seis apartamentos… mudó los hijos que pudo mudar ahí… tenía cinco hijos y se mudaron tres… yo dije: el sitio ideal para mudar a mi mamá es aquí…se mudó ahí y ahí vive feliz de la vida… tiene una vejez feliz, 92 años, hace ejercicios y goza de una excelente salud… Mira, yo tengo un pasillo lleno de fotos familiares y le enseño a mis nietos… mira ese es tu bisabuelo, esa es tu bisabuela… y de una vez conectan…

GLM: Tenemos entonces un bloque de gente que llega a Santo Domingo ¿En qué año murió tu abuelo?

RRZ: Alrededor de 1938.

GLM: Cada uno comienza a estudiar diferentes cosas, ¿de dónde sale la vocación musical y de donde viene la vocación arquitectónica?

RRZ: Mira Cuco, es una vena artística… Consuelo daba clases de música; Máximo era musico profesional, Víctor era abogado y tocaba el piano y Bienvenido era ingeniero y tocaba la guitarra y el piano. Era una vena musical, yo no sé de dónde vino, pero de siete hermanos cuatro tocaban algún instrumento, significa que es algo muy marcado…

GLM: ¿Quién empezó esa vocación?

RRZ: Sin duda alguna Máximo porque era profesional, se salió del seminario y estudió música y entró a la Sinfónica y tocaba bodas y picoteos… yo creo que ahí fue que se inventó el picoteo (risas)… Era musico y comelón, se llevaba una funda de tostones y chicharrones a los conciertos…

GLM: ¿En qué año nace tu papá?…

RRZ: Papá tendría 100, 101 años… Nació en 1925.

GLM: Entonces de la rama paterna ¿quién es ingeniero, tu papá?

RRZ: No, mi papá proviene de una familia de cuatro hermanos, todos militares… gente de un gran sentimiento… nunca me olvido una vez que el general Antonio Imbert me dijo en su casa, tú recuerdas, Cuquito, que teníamos el sótano allá y nos juntábamos… nunca me olvido que el general Imbert me dijo una vez: “mira, Chito, a tú tío Dimas yo le guardaré un respeto que tú no te imaginas hasta el día que yo me muera…cuando yo maté a Trujillo a toda mi familia la metieron presa y los llevaron donde él estaba de puesto y ese hombre no permitió, expuesto a que lo mataran, que le pusieran un dedo… eso me lo contó mi mujer…”el que le ponga la mano a una de estas personas le arranco la cabeza.” Eso es apara que tú veas que la historia tiene muchísimas cosas de las que nadie sabe…

GLM: Pero yo recuerdo un ingeniero en tu familia.

RRZ: Bienvenido era el ingeniero. Bienvenido y Justino se graduaron de ingenieros, pero mi abuela los destinó a manejar la finca. Parece que el pariente que ella

Hermanos y primos Harje, Rafael, Gustavo, Máximo, Alfonso y yo.

Izquierda centro: Rafael B. Zorrilla, abuelo materno, Leticia Zorrilla, abuela materna.

Arriba: Bodas de Perla nuestras

Abajo izquierda: Abuela paterna Isabel Méndez

Rafael Rodríguez Zorrilla y sus hijos Laro, Dimas, Andrés y Tura Rodríguez Méndez.

Arriba: Padrinos de mi boda había puesto no dio la talla… Fíjate el carácter de esa vieja que le quita el control de la finca al pariente y pone al hijo recién graduado. Bienvenido vivió la vida entera como un príncipe manejando esa finca. Adivina quién está manejando esa finca hoy (risas…). Mi mamá me dice: “tú eres el patriarca de la familia ahora.” Yo me encargué de manejar esa finca. Bienvenido se encargó de enseñarme porque él vio cuando estaba viejo ya, un señor mayor con dos hijas… “me está quedando grande esto…” y empezó a llevarme en plan de recreo prácticamente y fui conociendo a la gente del Central Romana…

Richard y Leda.

Abajo derecha: Familia Vicini Baehr y familia Hernández.

Amigos en mi boda: Juan Carlos ,Armando, Mitono, Sergio, Roberto, Lucky, Quique y Salvador.

Derecha centro: amigos de siempre: Matilde y Elaine Nivar, Ahmed Chabebe, Salvador Dájer, Moisés Abkarián, Quique de Sanctis, Manuel Durán, Oscar Imbert, en las Olimpíadas de Montreal.

GLM: ¿Dónde está la finca?

RRZ: La finca está entre El Seybo y La Romana, en un sitio que le llaman La Higuera. Mira esa foto, ahora que tú lo dices yo puse esa casita… Mira la finca, una sola montaña que hay en el medio de la finca y yo hice una casita ahí. La estructura la hice con rieles de tren.

GLM: Háblanos de tu mamá. ¿Qué estudió, se casó después de estudiar, antes del viaje a Italia?

RRZ: Mi mamá hizo un secretariado. Muy joven conoció a mi padre que era un militar, piloto con mucho empuje.

GLM: ¿Cómo se llamaba tu padre?

RRZ: Andrés Alfonso Rodríguez Méndez. Mi mamá lo conoció siendo muy joven y se casaron. Vivimos en diferentes sitios

GLM: ¿Ustedes nacieron aquí?

RRZ: Sí, aquí…

GLM: ¿O sea Chito se llama?

RRZ: Rafael Andrés

GLM: Después Alfonso…

RRZ: Que nació en 1956… y Gustavo que nació en el 58.

GLM: ¿Dónde vivían?

RRZ: Vivíamos… como a mi papá lo cambiaban de sitio por ser militar y fue comandante en varios lugares… en la base aérea de Barahona, jefe de Santiago, por ejemplo. Mi abuela dijo: “estos muchachos tienen que estudiar en un solo sitio, no pueden estar brincando de un lado a otro”. Entonces armó un lado de la casa para nosotros.

GLM: Me imagino a tu abuela como Úrsula Iguarán ese personaje de Gabriel García Márquez en Cien años de soledad

RRZ: Y era una mujer suave, porque para tú ser fuerte tienes que ser suave… yo lo llamaba “el tira y afloja”. Ella dijo: “Malvina y los muchachos van a vivir aquí, cuando tú estés aquí ese es el cuarto tuyo, tú vas donde tengas que ir, pero la casa es aquí.” Nos inscribieron en La Salle y ahí estudiamos… Entonces vinieron los cambios políticos… Juan Bosch… mi papá a pesar de ser un general cuando Trujillo y de gozar de respeto, fue un tipo revolucionario, él escondía a muchísimos antitrujillistas. Miñín Soto cada vez que me ve me dice “tú papá me salvó como cincuenta veces, porque él me escondía en su casa y nos poníamos a beber y tocar guitarra…” Miñín, Nandy Rivas y otros… una serie de muchachos que eran antitrujillistas, antistablishment podríamos decir… y por ende el tipo hizo una buena amistad con Bosch… sale Bosch y tumban a Bosch… nunca olvidaré una madrugada, 5:30 de la mañana en la Máximo Gómez, oigo un ruido, un desorden, eran 200 guardias, la casa rodeada… el chofer le dijo “general, lo busca un contingente militar.” Lo comandaba un coronel. Mi papá se levantó en una bata, yo siempre andaba en el medio… él preguntó “¿qué pasa?” … no, que lo mandaron a buscar de la secretaría… ¿y este operativo?, ¿qué es lo que yo he hecho? Bueno general, yo no sé, a mí me mandaron a buscarlo… dígale al que me mandó a buscar que yo voy a las diez de la mañana con mi chofer en mi carro que yo no soy ningún delincuente. Se fue a eso de las diez y regresó a las cinco y pico de la tarde y nos dijo: “prepárense que nos vamos para Italia”. Como él era amigo de Bosch, era un militar influyente, le dijeron ¿Qué usted quiere, que lo metamos preso aquí o elija un cargo diplomático dende usted quiera? Dijo: “Mándenme a Italia”.

GLM: Que buen gusto….

RRZ: Nos fuimos allá, no era tonto… él había ido allá… tenía muchas historias… A él Trujillo lo había encargado de comprar una flota de noventa aviones y había ido a Suecia a comprarlos y trajo a los ingenieros mecánicos-pilotos de la guerra de Etiopía que andaban regados… ¿Sabes quién vino ahí? Harje Rune Kjellberg, piloto e ingeniero mecánico de aviones… aquí hay una cantidad de suecos que nadie le sabe la historia… a Harje lo encontró mi papá en Etiopía en una guerra… porque él trajo los aviones desarmados y contrató a los suecos para traer noventa aviones y armarlos aquí…

GLM: Estaban en Roma, en la embajada…

RRZ: No, mi papá era cónsul… vivimos en Génova…. Yo he ido varias veces al sitio donde yo vivía, Piazza de la Vittoria, donde están las tres carabelas… ahí vivía yo en unos apartamentos en el tercer piso.

GLM: ¿Qué tiempo estuvieron allá?

RRZ: Tres años… a los pocos meses de estar allá mataron a Kennedy y regresamos después de la guerra civil de 1965.

GLM: ¿Dónde estudiaron allá?

RRZ: En un colegio que lo he estado buscando y no lo encuentro, San Patrizio… en las afueras de Génova… yo me acuerdo hasta el nombre de la profesora,

Fulvia… me enseñó italiano en un mes.

GLM: Regresas de Italia en 1966 y entras a La Salle, donde estuviste de 1966 a 1972.

RRZ: Exactamente, 1972.

GLM: Decides estudiar Arquitectura en la UNPHU…

RRZ: Decido estudiar Ingeniería

GLM: Igual que yo… yo me cambié en la fila.

RRZ: ¡Yo también me cambié en la fila!!!

GLM: A mí me dijo Alfredo Marranzini: “¿Qué haces tú ahí?”

RRZ: Yo no recuerdo quien cambió conmigo… yo estaba hablando con un tipo que iba para Arquitectura pero que no estaba seguro de si estudiar Ingeniería o arquitectura y le dije… compadre échese para acá que yo lo que quiero es estudiar arquitectura…

MAB: ¿Por qué el cambio?

RRZ: Mira, yo viví en Italia y caminamos mucho por Roma, Milano, Florencia, muchas ciudades, eso te sella. Eso también me hizo aficionado a los viajes, lo que me ha formado a mí son los viajes. Yo le decía con anterioridad a Cuquito que antes de graduarme yo trabajaba y cuando me ganaba dos mil pesos me iba a ver, por ejemplo, la Casa de la Cascada o alguna obra de Le Corbusier… no es lo mismo tú leer una teoría que escribió otro que tú meterte en un sitio y hacer tu propio criterio de las cosas. Hace cinco años me metí en el Ara Pacis en Roma….

GLM: Que bello, ¿eh?

RRZ: Sí, y una cosa poco invasiva, mínima. A ti nadie tiene que explicarte eso… tú te metes ahí y ya…

GLM: Volvamos a Santo Domingo, tú decides en la fila de la universidad estudiar Arquitectura y entras en el año 1972. Háblame de la UNPHU en ese momento, ¿Qué impresión te dio, quienes fueron tus primeros profesores, quienes fueron tus compañeros y amigos? Dame una visión general de la academia.

RRZ: La UNPHU era una gran escuela de Arquitectura en ese momento, con mucha gente joven que eran además buenos profesionales… entre los jóvenes te puedo contar a Atilio León, Radhamés Díaz, Pedro José Alfonso, Tin Polanco, padrino de mi tesis, Jochy Beras, Apolinar Fernández De Castro; siempre quise trabajar con él pero no se me dio…

GLM: Tus primeros profesores de primer semestre de diseño…

RRZ: El primer profesor que yo tuve fue Miky Vila y el primer ejercicio, óyeme Cuquito, que nunca en mi vida lo olvidaré… Miky nos metió en el salón de proyecciones, forramos la pared de papel blanco, nos pidió o llevó él mismo una caja de marcadores, apagó la luz, puso una ópera de Puccini y dijo: “dibujen lo que ustedes sientan”… Cuquito, a mí se me paran los pelos… no fue un momento, la ópera completa uno ahí cambiando de colores sin ver. Cuando ese señor prendió la luz eso había cambiado del blanco del papel a una riqueza de colores y formas y cada quien hacía lo que estaba pensando con la música que estaba oyendo… secciones y formas diferentes. Ese ejercicio me marcó a mí… Miky era un tipo con un detalle y una pasión… ese tipo vivía para eso… era un apasionado…

GLM: Luego hiciste tus cinco años sin problemas.

RRZ: Sin ningún problema.

GLM: Háblanos de tus ejercicios favoritos, los profesores que más te influyeron después…

RRZ: Te puedo decir que Miky… Atilio, Radhamés… eran buenos profesores… Pérez Montás, muy estricto, pero me enseñó mucho… Un profesor que me marcó, fue Prats-Ventós: “siempre hay tiempo para oscurecer”

GLM: “Para oscurecer siempre hay tiempo”, o sea, no se te ocurra nunca agarrar el negro hasta el final…

RRZ: Nos ponía a pintar y había algunos que arrancaban con un azul oscuro… Hey, pinta primero usando el blanco, y después ve poniendo un azulito claro y así lo vas poniendo más oscuro… “siempre hay tiempo para oscurecer” decía ese tipo… eso no lo olvido tampoco…

GLM: Un verdadero artista y pintor íntegro, un hombre excepcional y de una profunda humanidad.

RRZ: Y dedicado a enseñar… ¡óyeme, que tipo! Yo tuve la suerte de que en el colegio, al final del colegio, al final del bachillerato, estudié con Shum Prats… hicimos una amistad y ya yo iba a la casa de Prats-Ventós, yo iba al taller…

GLM: ¿Quiénes eran tus compañeros de curso, tus amigos cercanos?

RRZ: Mitono, Manuel Antonio Durán Mejía; Quique De Santis, Chiqui Dájer, Salvador Miguel Dájer Merino; José Ramón Martínez; Oscar José Imbert Tessón; Ahmed Chabebe; Ahmed es un poquito más viejo, pero se integró a la chercha de la diseñadera en el sótano de la casa de Oscar Imbert… ese era un taller… ¿Tú sabes quién es Juan Eve, el maestro Juan Eve?

GLM: Sí, claro.

RRZ: Oscar Imbert y yo, ya casi graduándonos seguíamos trabajando en el sótano y le ordenamos unas mesas de dibujo a Juan Eve, una mesa yo y una mesa Oscar; después de poco tiempo nos llevó las mesas… “Don Juan, ¿Qué le debemos?” “No, yo voy a vivir de esas dos mesas…” (Risas)…

GLM: ¿Y así fue?

RRZ: ¡Oh, pero ahí mismo arrancó Oscar con Frank Rainieri en Punta Cana, que yo empecé con él allá. Se llevó a Juan Eve… Óyeme, el primer trabajo -que se me olvidó ponerlo también- que se le dio a Juan Eve fue la decoración de la casa de máquinas de la Presa de Hatillo… óyeme esta historia, ¡era una cosa espectacular! Todavía está ahí… tenía unos arcos… las barandillas eran unos tubos de diez pulgadas para que estuvieran acordes con la escala del espacio… los españoles molestos… “!pero como va a ser un tubo de diez pulgadas!”… “! hermano, es un tubo de diez pulgadas, le dije...”

MAB: ¿Ese es un proyecto tuyo?

RRZ: El proyecto era de Oscar y él me invitó… él siempre tuvo una gran fraternidad conmigo y mucho respeto…

GLM: Siempre hicieron mucha liga, te dice “patrón”.

RRZ: Sí, todavía nos juntamos por lo menos una vez al mes… mi mujer le hace un cocido en mi casa y él va con Ninoska… cuando Mitono está allá también va y un día fue Sergio Escarfullery…

MAB: Sergio es más joven…

RRZ: Sí… Sergio trabajaba en mi oficina… Sergio, Diana Dalmasí y no recuerdo ahora quienes más, pero yo tenía dos o tres muchachos jóvenes que ahora son profesionales de primer orden…

GLM: ¿Dónde estaba tu oficina entonces?

RRZ: En la Máximo Gómez, en mi casa… yo hice un anexo atrás, arriba de la zapatería… un anexo con el techo a dos aguas, una cosa medio clásica…

MAB: Tú has mencionado entre tus compañeros una serie de nombres que después siguieron carreras muy creativas… En el ambiente estudiantil y de trabajo que tú has referido, ¿había competencia, agresividad o discordia entre ustedes?

RRZ: No, no y es algo increíble… tú sabes que los arquitectos somos complicados…

GLM: Te graduaste en el 1978, ¿cuál fue tu tesis?

RRZ: Un aeropuerto internacional en Herrera…

MAB: ¿La tienes a la mano?

RRZ: Yo tendría que buscarla… lo interesante de esa tesis es que tiene el mismo estilo mío de ahora… yo tengo mi sello… esta torre se parece a esa tesis.

GLM: Tú tienes un vocabulario definido… el emplazamiento del edificio a 45 grados, el manejo de las aperturas, la perspectiva dirigida de manera dramática.

RRZ: Me dice Yuyo (Sánchez): “mira, el que se inventó eso de los quiebrasoles de metal fuiste tú”. Yo los tengo aquí, en esta torre… esos quiebrasoles, creo que fueron los primeros que se hicieron…

MAB: Esta fue una de las primeras torres… yo me acuerdo que era un escándalo…

RRZ: Hace 33 años, en 1989…

GLM: Yo me acuerdo perfectamente cuando tú empezaste a diseñarla… eran tú, Aldo Leschhorn…

RRZ: Aldo y yo… y Jaime de los Santos…

GLM: Volvamos al tema de tu tesis… te graduaste, haces bien tu tesis… ¿Quiénes se graduaron contigo?

RRZ: ¡Oh, todos! Mitono, Oscar, Quique, toditos… Ahmed ya se había graduado… con nosotros se graduó Sergio Taveras que tenía varios años en la universidad cuando nosotros entramos… de Sergio es que sale el sobrenombre de Patrón…

GLM: ¿Ya tú estabas trabajando?

RRZ: Antes de graduarme yo trabajé con Manolito Baquero y con Fred Goico.

GLM: ¿Hay algo en particular que recordar de cada uno de ellos? De Manolito, por ejemplo, ¿tú trabajaste con Manolito en Arroyo Hondo?

RRZ: Trabajábamos muy concentrados pero los miércoles me decía arquitecto, él me decía arquitecto, “vámonos a comer al Bodegón y regresamos como a las tres de la tarde,” Cuquito, y a las nueve de la noche, estábamos todavía allí con muchísimos pintores, escultores… para mí era una experiencia inolvidable… cada uno tenía su litro con su nombre y su silla…

GLM: Era así, acuérdate que yo toqué en el Bodegón durante ocho años, el Bodegón de Frank Salcedo… era el sitio de moda.

RRZ: Aquello era como un Montmartre local…

GLM: Háblame ahora de Fred Goico, ¿cómo entras donde Fred, porque tú eras vecino?

RRZ: Yo vivía cerca, a dos cuadras… no recuerdo cómo entré… sí, ahora lo recuerdo: Uto Sánchez, que trabajaba allá, me llamó y me dijo: ¿quieres trabajar en la oficina de Fred? ¡¡¡Yo le dije, claro Uto!!! Y fue una experiencia extraordinaria para mí… donde Fred yo aprendí a modular, él diseñaba modulando, en una servilleta… empezaba a diseñar, por ejemplo, un aeropuerto, en una servilleta, y decía este lobby debe tener tales dimensiones porque los plafones son de cuatro pies… es decir mil plafones hacen 4,000 pies… para Fred los chazos no existían, era un loco perfeccionista…

GLM: ¿Tú recuerdas en qué proyectos en particular participaste?

RRZ: En el hipódromo que fue un concurso, en una ampliación creo que, del aeropuerto de las Américas, en el edificio Goico, que era de ellos, del papá de Fred….

GLM: Pero tú estuviste allí varios años.

RRZ: Sí, yo estuve un tiempito.

GLM: ¿Y quiénes estaban con ustedes allí?

RRZ: Estaba Uto, Naief Sansur, ahora mismo no recuerdo todos, pero había tres o cuatro más…

GLM: ¿Cuándo comienzas tus primeras obras, trabajando con Fred todavía?

RRZ: De donde Fred yo me voy porque me llama… ¿tú te acuerdas del Ing. Elías Camasta que tenía Equipos y Construcciones con Pedro Delgado Malagón? Yo había trabajado con ellos porque eran amigos de Bienvenido y Bienvenido me consiguió un trabajo ya, medio formal ahí… se separan y yo conozco a Elías Próspero Dipré, el ingeniero que se había asociado al Ing. Pablo de los Santos (Pablitíco) y Tony Hernández, el arquitecto… ellos hicieron una compañía para hacer un edificio llamado Adolfo I… me encargaron ese proyectazo a mi… óyeme esto, 60 apartamentos… yo divido el proyecto en tres, tres bloques, inclinados así como yo hice este… hacen el edificio y entonces de ahí yo dije: “me voy a meter a promotor…” hablo con Bienvenido, mi tío que tenía una casa con un patio grande en NACO… le dije: “Bienvenido te voy a comprar el patio para hacer un edificio” y ahí diseñé yo ese edificio…

MAB: ¿Cuál es ese?

RRZ: El Zor 1ro…

GLM: Donde vive Oscar…

RRZ: El apartamento de Oscar era para mí… Oscar tenía cuartos y vino y como éramos buenos amigos me dijo: “Patrón, ese apartamento está perfecto para mí” … se lo vendí, terminé mi edificio y ahí me llama Gustavo Moré Guaschino… que quería ponerme dos obras en un libro que estaba haciendo Rafael Calventi… y me puso esas dos obras en ese libro…

MAB: Yo era estudiante y el Zor 1ro era un edificio que nosotros mirábamos…

GLM: Sí, emblemático…

MAB: Entonces el techito de cana es de Oscar…

GLM: De Oscar y Jochi Russo que ya estaba en la película…

RRZ: Oscar, Jochi Russo y el pintor Orlando Menicucci, comenzaron a inventar unas cosas rarísimas… había una piscina en el apartamento porque yo siempre decía en el edificio Adolfo Iro todos los apartamentos de arriba tienen piscina -porque yo pienso que los techos hay que aprovecharlos-. Les hice piscinas y una terraza… y el Zor 1ro tenía una piscina, pero Oscar empezó a hacer unas peceras, un techo de cana, empezó a sembrar matas y a pintar todo aquello de verde, azul y amarillo. Había un vecino abajo que quería matar a Oscar porque me decía que bajaba una filtración, pero que el agua era de colores… eso fue en el 82, 83… ¡Cuarenta años!

GLM: ¿Después de eso que tú hiciste? Tu trabajo tiene un sello tan claro que es muy difícil definir cuáles son las etapas… por ejemplo ¿cuándo tú comienzas a bregar con viviendas vacacionales?, ¿cuándo con edificios de oficinas?

RRZ: Yo llevo datos de los años y ahí puedes darte cuenta… por ejemplo, cuando yo inicié mi trabajo con casas, de manera general, no solo casas vacacionales… cogí una tendencia por ahí y de boca en boca me fueron promocionando. Los primeros clientes a los que les hice casas tenían amigos y esos amigos me llamaron y seguimos por ahí…

GLM: Es decir, así trabajabas y te llamaban. ¿Después de Adolfo 1ro y Zor 1ro, cuáles fueron las primeras obras que tu consideres que hayan sido importantes para ti?

RRZ: Están ahí, son casi 100 obras..

MAB: Veo en la lista proyecto en Canadá, Alberta…

RRZ: Esos son unos edificios hechos con el mismo concepto del Zor 1ro… eran unos apartamentos con las áreas sociales abajo y las habitaciones arriba y se iban entrelazando.

MAB: ¿Cómo llegas a Canadá?

RRZ: Yo hice como siete proyectos en Alberta… pero óyeme como; yo conocía a Ferling Chemelitz que era un arquitecto, lo conocí en un restaurante que yo tenía que se llamaba Boccatto. Su compañía se llamaba Aarmstrong; yo conocí a ese tipo allí, era un tipo chévere al que le gustaban los tragos y un día hablando me dice: “mira, yo tengo una empresa en Alberta y ahora abrieron la explotación del petróleo y hay una cantidad enorme de gente yendo a vivir para allá… una ciudad de un día para otro…” y me dijo, oye: “yo te puedo mandar las especificaciones de lo que hay que hacer, los datos del solar, dónde queda y te mando las leyes”… yo recuerdo que me mandó cuatro libros de leyes, cuatro tomos de mil páginas… yo le dije: “no me mandes eso, dime lo que tú quieres porque yo no voy a leerlo porque me va a tomar cuatro años… yo te voy a hacer la base de los diseños y la estética, los planos de arquitectura y tú te encargas allá de los planos técnicos, lógicamente te voy a cobrar sólo por eso”.

MAB: Chito, hoy día trabajar así es muy fácil porque se trabaja remoto, hay videollamadas, pero ¿cómo lo hacían en aquel entonces?

RRZ: Él venía mucho, yo no sé la razón, cuando murió yo estaba en Canadá y puse un post en Instagram recordando a ese gran amigo… Una mujer en Las Terrenas puso un comentario recordándolo, así que ya tú sabes…

GLM: Quiero proseguir con el tema de los proyectos y los primeros años… ¿Cuál es la primera obra, o cuáles son las primeras obras que te mueven a ti a montar tu oficina y dónde la ubicas?

RRZ: Después que yo hice Adolfo 1ro que era trabajando con Tony Hernández y Pablo de los Santos (Pablitico), hice Zor 1ro como promotor. Hago ese primer edificio y de ahí en adelante sigo como promotor… hice una torre que se llama COVISA, hice la torre Aljaira, donde vivo. Estamos empezando en la década de 1980, Torre COVISA era un edificio de ocho pisos, eran altos para la época. Fue un edificio económicamente funesto… asociado con el Ing. Rommel Vicini.

GLM: Hay una pregunta que te quiero formular, que es una pregunta globo. Tú has trabajado un esquema arquitectónico geométrico basado en piezas rectangulares rotadas a 45 grados, con cubiertas inclinadas en algunos puntos, con huecos muy bien estudiados de manera tal que las piezas se abren lo más posible. ¿Cuál es el planteamiento, el propósito, la premisa teórica?

RRZ: Eso no fue a lo loco… la primera obra que yo hice fue con estos edificios de Adolfo 1ro… Mi tendencia a los ángulos tiene dos o tres razones: climáticas, visuales… me gusta alternar las vistas, una cosa lógica. Además, los ángulos te crean fuera de los cuadrados unos espacios extraordinarios hacia el interior que agregan riqueza espacial. Yo no he cambiado.

GLM: Plenamente racional, todavía está vigente ese edificio. Se trata de una obra que envejeció bien…

RRZ: Ese edificio tiene una reventa excelente, igual Torre Aljaira, en Aljaira se desocupa un apartamento y se vende a los quince días, un edificio de más de 30 años.

GLM: Eres un arquitecto consistente, creo que es una cualidad para destacar.

RRZ: Yo no decoro, no hago cornisitas. Si lo he hecho, ha sido un poco vendiéndole el alma al diablo. Yo hice una casa en La Romana que tiene 18 habitaciones que es un palacio romano.

GLM: ¿Se sigue viendo bien, se conserva bien?, ¿De quién es esa casa?

RRZ: Esa casa se hizo en 2001. La encargó un empresario americano que la alquila a nivel corporativo y a celebridades.

GLM: ¿Cómo tú funcionas en términos de tus servicios al cliente, te buscan para diseñar, hacer los planos del proyecto, tramitar, concluir con la entrega de los planos y supervisar, o tú también construyes?

RRZ: En algunos casos superviso, en algunos casos construyo. Tú sabes que pretender vivir del diseño es prácticamente imposible, casi una utopía. Yo podría vivir del diseño desde hace cinco años para acá porque cobro lo que valen mis servicios y además de que soy una persona que vive con 60 pesos diarios por decir algo, aparte de los viajes (risas). Yo nunca me imaginé, en mi vida, cobrar cien mil dólares por el diseño de una casa…

GLM: O sea que cuando tú tienes un primer acercamiento con el cliente se espera de ti un servicio completo. Eso te permite a ti ser coherente y poder supervisar que la obra quede como se diseñó.

RRZ: Sí, pero eso es sólo el 50 %… y óyeme esto, Cuquito, que es algo que quizás les sirva a los muchachos jóvenes; yo he tenido siempre un espíritu de promotor desde que yo empecé. La mayoría de las casas que yo hice desde mis inicios me las inventé yo. Yo me las inventaba, buscaba una gente, me metía a hacerlas; es decir, forzaba el mingo, embullaba a alguien para que se hicieran y quedaban contentos. Llegó un momento en el que yo dije, óyeme, ya yo estoy acreditado para hacer esto. Fue el momento en que me empezaron a llamar desconocidos, eso es algo que te da satisfacción.

GLM: ¿Cuándo sucedió eso?

RRZ: Hará unos veinte años.

GLM: De ese grupo de casas, ¿Cuál es la estrella?

RRZ: Tengo una en Santiago, hay una que se va a empezar ahora que es la casa Ola, que es una cosa un poco extravagante, pero es coherente con mi obra.

GLM: ¿Hay alguna otra?

RRZ: Mi casa en Punta Cana que a mí me gusta mucho. Hay dos más y una que le hice a mi hijo de 200 metros, pero con todo muy bien resuelto.

GLM: Quisiera que viéramos tu obra a partir de la década de 1990, después de que haces la Torre Aljaira; ¿en qué procesos creativos y de trabajo entras a partir de ahí?

RRZ: Oye que sucede, a mí me va cambiando la vida y a la vez la enfrento de una manera muy particular; de entrada, te diré que tengo muy poco apego a las cosas… uno ve diariamente gente que le tiene apego a su oficina, a trabajar en la capital, apego a trabajar torres o en una sola cosa. Yo en cambio hago mi labor en lo que sea: he hecho caminos vecinales, puentes… los peajes de la carretera de Samaná, los diseñé y construí dos de ellos. Yo les dije que los construyéramos revestidos en ladrillos para ahorrar en mantenimiento y ellos no querían porque era más caro… después me dijeron que la solución era genial. Con esos peajes aprendí mucho de sistemas de sensores, cámaras… Cada proyecto es un aprendizaje.

GLM: De los finales de los 90 y principio de los dosmiles, ¿cuáles son tus obras más importantes, ahí es que haces las casas en La Romana?

RRZ: Oye, porque todo es circunstancial; cuando yo termino Torre Aljaira compré un terreno en Las Cucamas y arranqué a hacer un hotelito pensando en mi retiro. Yo era joven todavía, pero hice ese hotelito, de 40 unidades, entre casas y apartamentos… hago este hotel y ese planeaba ser mi retiro… si funcionaba me quedaba eso, si no lo alquilaba. Terminé el hotel con una marina chulísima, un éxito… viene el ciclón George y me rompe muchas cosas, los techos, las tejas… me tumba la marina, que era el corazón del proyecto… se la llevó el mar, pero se la llevó entera… y esa marina me la diseñó y me la construyó Alejandro Lugo que había hecho la Avenida del Puerto… yo había invertido unos cuartos y le había preguntado si resistía un huracán… eso lo sabe Dios nada más, fue su respuesta, pero evidentemente estaba diseñada para resistir un huracán, pero el George fue muy fuerte… se llevó toda la marina. Yo soy un repentista, fui a ver aquello con mi mujer… me tomó tres horas llegar y ver toda esa destrucción… todos los techos destruidos, todo mojado… y yo dije: “vámonos a La Romana que yo voy a buscar trabajo”. De ahí seguí a La Romana y me di cuenta de que a mí no me había pasado nada… llegué a la Romana y aquello era espeluznante. Techos enteros en el campo de golf, con los abanicos…

GLM: ¿Pero tú tenías algún contacto?

RRZ: Yo había hecho algunas cosas y conocía a Alfonso Paniagua. Hablé con él y me dijo: “mira Chito, tú eres mi amigo, pero cuando tú estabas en el Cine Triple viendo películas nosotros estábamos aquí comiendo cadillos, tú estás en la lista para trabajar, pero después de la gente que comió cadillos…” Un hombre que habla claro… le dije oye, tú estás en lo correcto, pero ponme en la lista… Entonces me fui a buscar trabajos por mi cuenta.

MAB: ¿Nunca te llamó?

RRZ: Sí, después me llamó, después de la gente de los cadillos. Pero ya yo había salido a buscar los trabajos… yo arreglé 14 casas, en 14 casas tú te ganas unos cuartos porque es urgente… yo armé un equipazo y le metí velocidad… hice un sistema para proteger los muebles a base de carpas y lonas… salvé muchos muebles porque seguía lloviendo. La gente empezó a llamarme… a contratarme… donde yo realmente me sentí un arquitecto cotizado fue en La Romana donde cualquier día, estando yo trabajando llegaba un tipo que yo no conocía en un carrito de golf y me decía: ¿usted es el arquitecto Rodríguez? Sí… Yo quiero que usted me haga mi casa…

GLM: Ahí estuviste varios años, ¿no?

RRZ: Muchos, como ocho años…

GLM: ¿Pero seguías en la capital?

RRZ: Sí. Pero de ahí me fui a Santiago y a Las Terrenas… Las Terrenas se puso de moda y Camp David… yo hice un plan para poner a Camp David en el mapa con un amigo capitalista que vino de Estados Unidos. Oye lo que hicimos: un máster plan completo… puse este hombre a invertir en una carretera en hormigón armado hasta el hotel, una carretera de un millón de dólares y el lugar se transformó en un sitio asequible. Había un restaurante, los dueños remodelaron las habitaciones… eso se llenó. Ese plan general se está desarrollando hoy día. Hice también otras cosas…

GLM: ¿Hiciste algo en la costa norte?

RRZ: No, en Las Terrenas hice un par de proyectos y en Camp David hice varias cosas aparte del plan general que se está ejecutando hoy en día…

GLM: Actualmente ¿en qué te estás enfocando?, ¿Cuáles son tus intereses profesionales?

RRZ: El sueño de mi vida y de cualquier arquitecto es diseñar y construir para si mismo sin tener a nadie dándote pautas “que el color de esto, que mi mujer quiere”, eso es lo que yo estoy haciendo. Yo estoy construyendo casas en Punta Cana y las alquilo. Las hago como me dé la gana…

GLM: Y te son rentables, y pagas tus costos…

RRZ: Óyeme el lugar más rentable de este país es Punta Cana, te lo puedo demostrar con números, el rendimiento de los alquileres… mis amigos me dicen ¿qué es lo que tú estás haciendo? El negocio en Punta Cana no es construir para vender, es construir para alquilar. La demanda de alquileres que hay en Punta Cana con el crecimiento que está teniendo aquello es increíble. Cuando a mí se me desocupa una casa, y yo la alquilo por años, ya tengo seis ofertas de alquiler y hasta pujas se arman entre posibles inquilinos tratando de dar más a ver si logran alquilar.

GLM: O sea que te vas a pasar un buen tiempo en eso…

RRZ: No, ya yo acabo ahí… yo voy a hacer 30 casas en Punta Cana. Llevo seis… Son unas casas en “L”, ese esquema te da pautas… en el cuerpo central hago las áreas sociales y en el otro lado las habitaciones que todas miran al patio.

GLM: ¿No tienes pensado trabajar aquí en la capital en torres de apartamentos?

RRZ: ¡Noooooo! Oye, las prioridades mías son: hacer este libro, mis nietos, viajar y seguir haciendo casas en Punta Cana, que son la herencia de mis hijos y cada vez que hago una casa en Punta Cana gano más, el sueldo sube…

MAB: ¿Cómo manejas tu presencia en Punta Cana, viajas semanal?

RRZ: Yo vivo en Punta Cana, prácticamente, yo paso tres días aquí y cuatro allá… tengo mi casa allá, vivo allá… estoy trabajando una casa en Los Lagos, un proyectazo… yo compré y tengo diseñada la casa, me entregan el solar ahora a final del mes…

MAB: ¿En Punta Cana mantienes una oficina?

RRZ: Tengo la oficina en mi propia casa, en la casa de Los Lagos tengo otra, afuera pero cerca, pero te diré que tengo veinte años trabajando remoto, no tengo personal. En mi oficina estoy solo y de ahí me pongo en contacto con todo el mundo.

MAB: Explícame tu proceso de trabajo

RRZ: Mira, el último cliente que conseguí no fue buscado, me contactó a través de una persona, me dijo que ya había oído de mí y que quería que le diseñara su casa, una casa aquí en la capital.

MAB: ¿Trabajas a mano y sacas fotos de los bocetos y lo envías a los dibujantes?,

España: La Alhambra

Brasil: Rio de Janeiro

Brasil: Auditorio Ibirapuera, de Oscar Niemeyer. Museo MAC en Niteroi, de Oscar Niemeyer. Calatrava: Puente de la Mujer, en Buenos Aires, Argentina.

¿Cómo es la mecánica de tu trabajo?

RRZ: Yo tengo una encuesta que se llena con flechitas y algunas preguntas generales: cuántos parqueos tú quieres, si tienen mascotas, una encuesta general… después que se llena eso le digo: “dile a tu mujer que me mande 20 fotos de revistas de casas que a ella le gusten, como ella quisiera que fuera su casa…” para saber la onda…para que estén cómodos, después de todo son ellos que están metiendo los cuartos. A través de eso los voy llevando de la comodidad a la practicidad y a las cosas que yo he trabajado y que son parte de mi estilo, sin ser intransigente porque después de todo ellos están pagando. Tienen que sentirse bien en su casa; después de todo ellos van a vivir ahí. Hay que irlos llevando suavemente a la funcionalidad, a la practicidad, a sentirse bien en su casa. Lo formal es terciario, eso va al final, lo importante es la función. Mira, hay dos etapas entre los arquitectos de aquí… el bizcochismo, las cornisas, todo eso… ahora son los palitos de madera, balcones de vidrio y palitos de madera y es todo el mundo que está en eso, o sea, es como si fuera una casa de modas y no es así, hay que tener identidad, yo no he puesto un palito y no lo voy a poner…

MAB: Después que haces la encuesta, ¿Qué sigue, un sketch?

RRZ: Yo trabajo un one-two entre computadora y papel. Yo agarro y hago un diagrama con la salida del sol, con unos cuadros que tienen los metros cuadrados de cada área, los organizo y lo muestro al cliente y escucho sus opiniones. Eso lo convierto a un plano en computadora y entonces hacemos varias versiones con los cambios… cambios que se han hecho sentado con el cliente en un one-two… Todos mis clientes terminan siendo amigos míos.

GLM: ¿Tú estás construyendo?

RRZ: Sólo las mías… te sigo diciendo, después que tengo esos planos que son print screen de un plano… ese plano lo agarro y se lo paso a un dibujante que me arma los planos arquitectónicos y con ellos voy al estructuralista, con quien he tenido conversaciones a lo largo de todo el proceso de diseño. Yo les hago consultas… luego los demás consultores: eléctricos, sanitarios, domótica, paisajismo y luego lo “renderizo”. Yo agoto un proceso largo y no tengo costos adicionales.

GLM: Compara el Chito Rodríguez del 2022 con el Chito Rodríguez de hace veinte o veinticinco años… ¿Qué crees que has logrado como arquitecto y como ser humano?

RRZ: Mira, lo más importante en esos veinte años es que he podido construir un legado familiar, una familia grande y muchas obras. Un oficio que hasta el día de hoy me ha dado muchas satisfacciones. Cuando yo empecé caminaba a cinco mil revoluciones, ahora voy a tres mil y es mucho mejor, me da tiempo a pensar… y eso se hace no con inteligencia, se hace con un plan. Yo aprendí algo importante de un amigo judío que me dijo una vez: “nosotros los judíos vendemos telas y con las ganancias compramos propiedades, cuando tenemos muchas propiedades entonces compramos bancos que es el negocio más sólido de la historia de la humanidad y del planeta…” ¿Qué es lo que yo he hecho Cuco? Cada vez que he ganado algo de dinero hago algo para alquilar. Con eso he logrado independencia. Cuando tú logras algo que te deja dinero sin trabajar, incluso mientras duermes, eso te da estabilidad… Yo gracias a Dios lo he logrado, no es fácil, no siempre sale bien, pero eso me ha permitido hacer cosas, entre ellas viajar que es mi verdadero aprendizaje.

GLM: Que bueno que mencionas eso… mencióname cinco obras que te hayan impactado.

RRZ: De Le Corbusier, la Capilla de Ronchamp; Mies Van der Rohe, la Casa Farnsworth; el museo de Niteroi de Niemeyer; de Wright la Casa de la Cascada, el Museo Guggenheim; el edificio que recubre el Ara Pacis de Richard Meier… son muchas obras, eso te va formando; el Guggenheim de Bilbao, es un monumento al ego, eso a mí no me convence… el Guggenheim de Nueva York es mejor edificio y es algo funcional. Fui hace poco al museo Sumaya, ahí no sé qué decirte, me confundió porque es muy funcional. Cada vez que sale algo nuevo voy a verlo… A fin de año voy a Turquía, he ido varias veces y voy a regresar ahora, iré a Ankara…

GLM: Ve a ver el mausoleo de Ataturk…

RRZ: El arte tiene que estar necesariamente acompañado de voluntad. Wright, Le Corbusier, eran obsesivos, voluntariosos…

GLM: Hay algo que quiero señalar: tú has estado sólo y así has hecho una arquitectura muy consistente, una coherencia admirable, pocos arquitectos dominicanos han tenido la coherencia formal, arquitectónica y espacial que tú has tenido. Hay algo importante que está saliendo ahora y es que tú que no eres un tipo que opina sobre arquitectura, sino que tu trabajo depende básicamente de una meditación constante sobre el hecho arquitectónico; tú no sigues modas y en ese sentido te felicito, has mantenido una identidad muy propia sin quedar fuera de juego.

RRZ: La arquitectura es un gran oficio porque mientras más viejo estás mejor eres… y los viajes te mantienen al día…

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