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Breves apuntes sobre la personalidad y el aspecto físico de Fortuny
[Miquel SEGUÍ I RIERA]
Marià Fortuny, grabado en el opúsculo de Víctor Rosselló: «Fortuny. Apuntes biográficos», 1874
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Biblioteca del Centre de Lectura de Reus de Fortuny en este campo creativo; la de Jordi À. Carbonell, Marià Fortuny i la descoberta d’Africa. Els dibuixos de la guerra hispanomarroquina (1859–1860), editado per la Diputación de Tarragona y Columna edicions, en 1999; la de Xavier Barral Altet (Barcelona, 1947) Pintura i història: Fortuny, Sans Cabot i Prim a la Batalla de Tetuán, de las Ediciones del Centre de Lectura y el Centre d’Amics de Reus, del 2004; y la de Jordi À. Carbonell Orientalisme. L’Al-Maghrib i els pintors del segle XIX, de Pragma edicions, con Fortuny como protagonista, el 2005.288 Y el escritor Jordi Agràs Estalella (Reus, 1964) publicó la novela El Fortuny retrobat, el 2002, con un cuadro del artista como protagonista.
Albert Arnavat publicó en 2012 y 2013, el primer estudio sobre la relación de Fortuny y su ciudad natal, en la revista de Historia del Arte de la Universitat Autònoma de Barcelona Locvs Amoenus.289 Y el 2013, dentro de los actos del «Año Internacional Fortuny» declarado por el Ayuntamiento de Reus con motivo del 175 aniversario del nacimiento del pintor, se editó el catálogo de la exposición Fortuny, el mite.290
Los orígenes ideológicos de Fortuny son liberales –probablemente como herencia de su abuelo–, a pesar de que esto no afectó ni su crítica ni a su carrera artística, situada muy por encima de cualquier coyuntura u opción política. Como ejemplo de ello resulta significativo el comentario que, cuando las tropas de Víctor Manuel II (Turín, 1820–Roma, 1878) –primer rey de la Italia unificada– entran en Roma en septiembre de 1870, escribe a su amigo el pintor Attilio Simonetti (Roma, 1843-1925): «Estoy muy contento de la transformación del Gobierno de pontificial a italiano».291 Uno de los pocos comentarios documentados que permiten posicionarlo en este sentido.
El conocimiento sobre su personalidad presenta todavía muchas lagunas, que quizás podrán ser reducidas con la aparición de documentación inédita. Pero más allá de los comentarios y recuerdos de sus compañeros de infancia, algunas de sus amistades de adulto dejaron testimonios de su carácter y apariencia física. El ensayista, profesor y crítico de arte Georges Berger (París, 1834-1910), escribía en 1874: «Su naturaleza era más bien extática que expansiva. En él se daban a
288. Por otro lado, la desaparecida revista de arte Pausa, n.1, Tarragona, 1990, de la Delegación Universitaria de Tarragona de la Universitat de Barcelona, dedicada a Fortuny, contiene una colección de errores imperdonables, como confundir el segundo apellido del pintor o afirmar que fue la Mancomunitat de Catalunya la que lo envió a Marruecos en 1860, por citar solo algunos. En 1992, Diari de Tarragona con el patrocinio del Ayuntamiento de Reus y de la empresa Brasilia, editó la carpeta Mariano Fortuny: el geni romàntic de Reus, con 10 láminas sueltas coleccionables de obras de Fortuny. 289. ARNAVAT: «Fortuny i Reus. La construcción d’un mite, I», Locus Amoenus, 11, Bellaterra, 2011-2012, pp. 257-282, y II, Locus Amoenus, 12, 2013-2014, pp. 177-207. 290. CARBONELL-QUÍLEZ (ed.): Fortuny, el mite (2013). 291.MASERAS y FAGES de CLIMENT: Fortuny, la mitad de una vida (1932), pp. 21 y 241.