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Revista AJM Nº 3 MAYO 2021
ORIGINAL - NÚMERO ESPECIAL DEDICADO A LAS PATENTES
El impulso de la sociedad civil en la lucha por la suspensión de patentes Adrián Arias Mieres Responsable de Comunicación del Comité de España de Right2Cure.
El pasado 5 de mayo, los EEUU hacían pública una nota firmada por Katherine Tai, representante de Comercio de la administración Biden, en la que apoyaban la exención de la propiedad intelectual de las vacunas frente a la COVID19. De esa manera se sumaban a la lista de países que en la OMC apostaban por la propuesta de India y Sudáfrica sobre suspensión de patentes. En apenas doce horas, nadie quería quedarse atrás y los diferentes gobiernos mundiales, y sobre todo europeos, que se habían opuesto con especial ahínco a ese debate, se abrían ahora a tenerlo tras la posición norteamericana.
S I DA . L a s o r g a n i z a c i o n e s n o gubernamentales no tardaron en ver que la pandemia del coronavirus se podía unir y agrandar aún más la pandemia de la desigualdad que se vive a nivel mundial. Situaciones como los nulos resultados del mecanismo de colaboración voluntaria CTAP, impulsado por la OMS, que las grandes farmacéuticas rechazaron desde el inicio, ya les hacían presagiar que la batalla sería larga y compleja. La memoria colectiva de las organizaciones sociales tiene esa riqueza que va más allá de lo material y que es capaz de adelantar escenarios futuros, como finalmente así ha sido.
Centenares de titulares y teletipos agitaron la actualidad mundial sobre ese tema durante varios días. El apoyo de una potencia como EEUU a la propuesta de suspender las patentes suponía un gran impulso, pero también provocaba que todas las luchas e iniciativas que desde la sociedad civil se han ido desarrollando en todo el mundo en torno a este tema, hayan quedado en un segundo plano. Y es que la lucha por la suspensión de patentes, es fundamentalmente una lucha de la sociedad civil. Son miles los colectivos, entidades o asociaciones a nivel mundial que en el inicio del debate sobre las vacunas frente a la COVID19, comenzaron a exigir que estas fueran un bien público global.
Un ejemplo en el que se empezaron a mirar muchas organizaciones, fue la lucha conjunta entre sociedad civil y países y gobiernos comprometidos por el acceso justo a los tratamientos frente al VIH como el de Brasil o Sudáfrica, que obtuvo como resultado la Declaración de Doha. Esta decisión en el seno de la OMC cristalizaba el empuje para que las patentes y la propiedad intelectual no fueran un freno ante una situación de emergencia sanitaria. Tal y como la OMS declaraba sobre el acuerdo de Doha:
Las experiencias de décadas anteriores servían de guión, fundamentalmente con la batalla titánica de suspender patentes y permitir la producción de tratamientos genéricos para hacer frente a la expansión por África y América del Sur del virus del
“había aumentado la preocupación de que las normas sobre patentes pudieran restringir el acceso a medicamentos asequibles para las poblaciones de los países en desarrollo en sus esfuerzos por controlar enfermedades de importancia para la salud pública, como el VIH, la tuberculosis y la malaria. La Declaración responde a las preocupaciones de los países en desarrollo sobre los obstáculos que enfrentaron al tratar de implementar medidas para
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