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Reconstruir la física y la fisiología del suelo a través de su biología (con agricultura de procesos)

El especialista Luis Wall explicó cómo las prácticas intensas y diversas conducen a la reconstrucción biológica del suelo, al aumento de biofertilidad y a la captura de C.

Virginia Mogni para Prensa Aapresid

Luis Wall, Dr. en Cs. Bioquímicas, docente de la Universidad Nacional de Quilmes e investigador del CONICET, comenzó la destacada disertación exponiendo las bases de la Agricultura según la visión “moderna”, “donde la biología ingresa con la incorporación de bioinsumos”.

Dentro de la gran diversidad de microorganismos que promueven el desarrollo vegetal o generan bio control, destacó el rol de los fijadores de N y solubilizadores de P, que facilitan la disponibilidad de nutrientes en el suelo para que los tomen las plantas.

Repasando el concepto de microbioma aplicado al suelo, comentó que al menos el 25% de la biodiversidad del planeta se encuentra en el suelo: “en 1 cucharada de suelo sano hay más organismos diferentes que seres humanos en el planeta”.

Haciendo foco en la microbiología del suelo, explicó en detalle las funciones que hacen a la biofertilidad. Por un lado “transforma la materia”, mediante enzimas producidas por distintos organismos que aportan a la productividad del sistema.

Por otra parte, “construye estructura” por la acción de bacterias y hongos que forman agregados “pegoteando” partículas, estructuras que se conectan físicamente gracias a las interacciones y la redes tróficas de microorganismos y de la fauna del suelo.

Además, “genera redes de interacción”, es decir conectividad biológica a través de lenguaje químico. En ambientes naturales esas redes de interacción son más conectadas y estables. En los agroecosistemas, los esquemas de rotaciones más intensas y diversas, incluyendo cultivos de servicios, nutren a las redes de interacción y hacen funcionar al sistema y dan resiliencia.

Dentro del análisis de los microbiomas, propuso el concepto de “holobionte” para pensar a las plantas, es decir “un gran sistema biológico” con íntima relación simbiótica de sus genomas con los de los microorganismos que viven en ellas o que la acompañan por encima y por debajo del suelo, que a su vez las comunica con otras plantas.

Considerando todo lo anterior, definió a la biofertilidad “como la fertilidad mediada por el microbioma del suelo, y está dada por la química, la calidad física (porosidad, estado de agregación), sanidad y desarrollo vegetal”.

Esta biofertilidad es muy sensible a la fertilización química, ya que inactiva la acción de algunos organismos, advirtió. Por ello, invitó a “desarrollar un nuevo conocimiento que nos permita abordar este conflicto”.

En ensayos entre 2011-2020 con la Chacra Pergamino, donde compararon distintos esquemas de rotaciones, vieron que los lotes bajo mayor intensificación y diversificación favorecen a la salud del suelo mejorando su biofertilidad y propiedades físicas.

Figura 1 Resumen de los conceptos y procesos involucrados en la visión contemporánea de la agricultura, donde la biología adquiere un rol central para el manejo y sustentabilidad de los sistemas. Autor: L. G. Wall, Congreso Aapresid 2021.

Esto promueve una mayor captura del Carbono y productividad en granos. “El manejo estructura a las comunidades bacterianas del suelo, y las redes mejoran su conectividad con el sostenimiento del buen manejo”, afirmó.

Los resultados de 5 años de ensayos con riego en VINPA -Valles Irrigados de Norpatagonia- mostraron un aumento en la diversidad biológica, “con microorganismos únicos de los suelos agrícolas en comparación con los suelos del monte árido natural”.

Esto favoreció la materia orgánica de los suelos agrícolas y la mejora en la estructura física y captura de Carbono por aumento en la actividad de bacterias y hongos, y en consecuencia, su productividad saludable.

Al finalizar, hizo hincapié en la importancia de considerar a la microbiología del suelo en el proceso de producción agrícola y de evaluar indicadores biológicos para interpretar el suelo y las formas de cultivar.

La Figura 1 resume los pilares para una agricultura “contemporánea” centrada en la biología. Donde la biofertilidad del suelo, a través del microbioma y las micorrizas que influyen directamente en la conectividad de las plantas, genera impactos positivos no solo en la nutrición, protección y desarrollo de los cultivos sino en la sustentabilidad del sistema.

La transición tiene que ser gradual, recomendó, “la biología se toma su tiempo para la recuperación, pero cuando el manejo sustentable se mantiene, el suelo tiene memoria y sostiene su diversidad y actividad”.

Contacto del Dr. Luis Wall: wall.luisgabriel@gmail.com

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