LAS EPIDEMIAS

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PRÓLOGO En esta presentación te informaré de 3 epidemias las cuales son: -la peste negra -la gripe española -el COVID-19 Te enseñaré todo acerca de estas epidemias : Consecuencias ,Síntomas ,Origen , etc..


ÍNDICE Portada……………………………………………………………………. 1 Prólogo………………………………………………………………....... 2 La peste negra …………………………………………………………………….. 4-8 La gripe española ……………………………………………………………….. 9-14 El COVID -19 ……………………………………………………………………….. 15-21 Contraportada………………………………………………………………………. 22


ORIGEN Sobre el origen de la peste, parece ser que los primeros casos ocurrieron en el desierto de Gobi y en 1331-1334 llegó a China, de ahí pasó a la India, luego a Rusia y a través de las rutas comerciales llegó a los puertos mediterráneos de Europa en 1346. La peste negra se repitió en Europa en sucesivas oleadas hasta el último brote a principios del siglo XIX, pero ninguno de los brotes posteriores alcanzó la gravedad de la epidemia de 1347.


¿QUÉ ES LA PESTE NEGRA? También conocida como Peste Bubónica o Muerte Negra es causada por la bacteria Yersinia Pestis. Roedores como pueden ser las ratas son las que portan y, por tanto, transmiten la enfermedad. Las pulgas que portan las ratas infectadas, pueden buscar nuevos huéspedes, como los seres humanos, perros, gatos, etc. Cuando una persona es picada por dichas pulgas que portan la bacteria, o bien cuando se infecta por medio de materiales contaminados, a través de heridas en la piel, se produce el contagio.


SÍNTOMAS DE LA PESTE NEGRA Los síntomas o manifestaciones de la peste negra comienzan con fiebre, náuseas, sed y cansancio. Y aunque se hayan sacado varias teorías, la peste negra se contagiaba, sobre todo, a través de las picaduras de las pulgas. Eso sí, a pesar de la gravedad de todas ellas, había que diferenciar los síntomas de tres tipos de peste negra •Bubónica: Comienza con la inflamación y dolor en los ganglios de las ingles, axilas o cuello, llegando a al supuración. A estas hinchazones de los ganglios se les llamaba carbuncos o bubones, de ahí el nombre de peste bubónica. Síntomas como dolor de cabeza, debilidad, delirios y escalofríos eran habituales en quienes lo contraían. Tremendamente dolorosa. •Neumónica: Cuando afectaba a el aparato respiratorio del individuo, se denominaba neumónica. En este caso, provocaba fuertes toses expectorantes que podían dar lugar, por medio del aire, al contagio de nuevos individuos. El contagio se producía por las partículas de saliva que se transmitían por el aire. •Septicémica: Se producía cuando este contagio pasaba a la sangre, a través de heridas, donde la bacteria se desarrollará y se extenderá más fácilmente. La piel comenzaba a oscurecerse, mostrando unas manchas oscuras que eran las muestras evidentes de haber contraído la enfermedad o Muerte Negra. Tanto el contagio a través de la sangre, como el contagio a través del aire, no dejaban supervivientes.


CONSECUENCIAS DE LA PESTE NEGRA Obviamente, las consecuencias de la Peste Negra fueron nefastas. Consecuencias que asolaron tanto Europa como Asia a nivel social y económico. El abandono del campo, debido a la reducción de la población que hacía frente a sus cultivos, las regiones dedicadas a la agricultura quedaron abandonadas, lo que hizo descender la producción hasta en un 40%. Los médicos que se encargaban de cuidar a los pacientes, llamados médicos de la peste negra, no es que fueran los doctores con mayor reputación. Eran jóvenes e inexpertos, pero dedicaron su tiempo a cuidar de los enfermo, para su recuperación y su estudio. Cuidaban de ellos, portando las máscaras de forma puntiaguda, como la cara de un cuervo, para evitar el contagio.



ORIGEN La enfermedad se observó por primera vez el 4 de marzo de 1918, en Fort Riley (Kansas, Estados Unidos) aunque ya en el otoño de 1917 se había producido una primera oleada heraldo en al menos catorce campamentos militares. Un investigador asegura que la enfermedad apareció, concretamente, en el Condado de Haskell, en abril de 1918, y en algún momento del verano de ese mismo año este virus sufrió una mutación o grupo de mutaciones que lo transformó en un agente infeccioso letal. El primer caso confirmado de la mutación se dio el 22 de agosto de 1918 en Brest, el puerto francés por el que entraba la mitad de las tropas estadounidenses aliadas en la Primera Guerra Mundial. Recibió el nombre de gripe española porque la pandemia ocupó una mayor atención de la prensa en España que en el resto de Europa, ya que no estaba involucrada en la guerra y por tanto no se censuró la información sobre la enfermedad. Aunque el origen del virus se acepta que fue Estados Unidos —fue el 4 de marzo de 1918 en Camp Funston, uno de los campamentos militares establecidos en Kansas tras el comienzo de la I Guerra Mundial donde se registró el primer caso—, un estudio de 2014 plantea la hipótesis de que el origen de una de las cepas letales del virus pudo estar en Madrid, aunque sin pruebas científicas de que esto fuera así.



Consecuencias globales de la gripe de 1918 Los datos globales de esta pandemia asustan por sí solos. Ya solo la cifra de muertos más baja que se estima (40 millones) fue mayor que la de los fallecidos durante toda la Gran Guerra. Y aunque la tasa de mortalidad no se conoce exactamente, se cree que fue entre un 10% y un 20% de los afectados. Si tenemos en cuenta que más o menos un tercio de la población mundial estuvo infectada, llegamos a la conclusión de que entre un 3% y un 6% de los habitantes del planeta perecieron como causa de la pandemia. Solo en India, se cree que fallecieron entre 12 y 17 millones de personas, lo que no solo da una buena muestra de lo letal que fue, sino de lo rápido que se propagó por todo el mundo. Tanto es así que en lugares tan lejanos en el globo de Brest o de Kansas como las islas Fiji o Samoa, sus efectos resultaron tanto o más cruentos, muriendo el 30% y el 40% de la población de estos países, respectivamente, en apenas dos semanas.


Un grupo murió rápidamente después de la aparición de los primeros síntomas, a menudo con hemorragia pulmonar aguda masiva o con edema pulmonar, y con frecuencia en menos de cinco días. En los cientos de autopsias realizadas en el año 1918 los hallazgos patológicos primarios se limitaban al árbol respiratorio por lo que los resultados se centraban en la insuficiencia respiratoria, sin evidenciar la circulación de un virus. Al no haber protocolos sanitarios que seguir los pacientes se agolpaban en espacios reducidos y sin ventilación y los cuerpos en las morgues y los cementerios. Por aquel entonces se haría popular la máscara de tela y gasa con las que la población se sentía más tranquila, aunque fueran del todo inútiles. En el verano de 1920 el virus desapareció tal y como había llegado.


Y ASÍ LA LLAMARON… Los periódicos españoles fueron los primeros en informar sobre una enfermedad que estaba matando a la población. En el resto de Europa, y a ambos lados de las líneas aliadas, censuraron toda información para no desmoralizar a las tropas ni mostrar debilidad ante el enemigo. Con lo cual, sólo se convirtió en noticia en los países neutrales. En un primer momento los medios de España intentaron también darle nombre extranjero bautizándola como ‘El soldado de Nápoles’ o ‘La enfermedad de moda’. Tras informar el corresponsal del The Times en Madrid, el termino de ‘La Gripe Española’ se extendería por el resto del mundo a partir del verano de 1918.



¿Qué es un coronavirus? Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). El coronavirus que se ha descubierto más recientemente causa la enfermedad por coronavirus COVID-19.


¿Cuáles son los síntomas de la COVID-19? Los síntomas más comunes de la COVID-19 son fiebre, cansancio y tos seca. Algunos pacientes pueden presentar dolores, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta o diarrea. Estos síntomas suelen ser leves y aparecen de forma gradual. Algunas personas se infectan pero no desarrollan ningún síntoma y no se encuentran mal. La mayoría de las personas (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial. Alrededor de 1 de cada 6 personas que contraen la COVID-19 desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar. Las personas mayores y las que padecen afecciones médicas subyacentes, como hipertensión arterial, problemas cardiacos o diabetes, tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave. En torno al 2% de las personas que han contraído la enfermedad han muerto. Las personas que tengan fiebre, tos y dificultad para respirar deben buscar atención médica.


¿Cómo se propaga la COVID-19? Una persona puede contraer la COVID-19 por contacto con otra que esté infectada por el virus. La enfermedad puede propagarse de persona a persona a través de las gotículas procedentes de la nariz o la boca que salen despedidas cuando una persona infectada tose o exhala. Estas gotículas caen sobre los objetos y superficies que rodean a la persona, de modo que otras personas pueden contraer la COVID-19 si tocan estos objetos o superficies y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca. También pueden contagiarse si inhalan las gotículas que haya esparcido una persona con COVID-19 al toser o exhalar. Por eso es importante mantenerse a más de 1 metro (3 pies) de distancia de una persona que se encuentre enferma. La OMS está estudiando las investigaciones en curso sobre las formas de propagación de la COVID-19 y seguirá informando sobre los resultados actualizados.


¿Qué puedo hacer para protegerme y prevenir la propagación de la enfermedad? Medidas de protección para todas las personas Hay varias precauciones que se pueden adoptar para reducir la probabilidad de contraer o de contagiar la COVID-19: •Lávese las manos a fondo y con frecuencia usando un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón. ¿Por qué? Lavarse las manos con agua y jabón o usando un desinfectante a base de alcohol mata los virus que pueda haber en sus manos. •Mantenga una distancia mínima de 1 metro (3 pies) entre usted y cualquier persona que tosa o estornude. ¿Por qué? Cuando alguien tose o estornuda, despide por la nariz o por la boca unas gotículas de líquido que pueden contener el virus. Si está demasiado cerca, puede respirar las gotículas y con ellas el virus de la COVID-19, si la persona que tose tiene la enfermedad. •Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca ¿Por qué? Las manos tocan muchas superficies y pueden recoger virus. Una vez contaminadas, las manos pueden transferir el virus a los ojos, la nariz o la boca. Desde allí, el virus puede entrar en su cuerpo y causarle la enfermedad. •Tanto usted como las personas que les rodean deben asegurarse de mantener una buena higiene de las vías respiratorias. Eso significa cubrirse la boca y la nariz con el codo doblado o con un pañuelo de papel al toser o estornudar. El pañuelo usado debe desecharse de inmediato. ¿Por qué? Los virus se propagan a través de las gotículas. Al mantener una buena higiene respiratoria está protegiendo a las personas que le rodean de virus como los del resfriado, la gripe y la COVID-19. •Permanezca en casa si no se encuentra bien. Si tiene fiebre, tos y dificultad para respirar, busque atención médica y llame con antelación. Siga las instrucciones de las autoridades sanitarias locales.


¿Qué probabilidades hay de que contraiga la COVID-19? El riesgo depende del lugar donde se encuentre usted y, más concretamente, de si se está produciendo un brote de COVID-19 en dicho lugar. Para la mayoría de las personas que se encuentran en la mayor parte de los lugares, el riesgo de contraer esta enfermedad continúa siendo bajo. Sin embargo, sabemos que hay algunos lugares (ciudades o zonas) donde se está propagando y donde el riesgo de contraerla es más elevado, tanto para las personas que viven en ellas como para las que las visitan. Los gobiernos y las autoridades sanitarias están actuando con determinación cada vez que se detecta un nuevo caso de COVID-19. Es importante que todos respetemos las restricciones relativas a los viajes, los desplazamientos y las concentraciones multitudinarias de personas aplicables a cada lugar en concreto. Si cooperamos con las medidas de lucha contra la enfermedad, reduciremos el riesgo que corremos cada uno de nosotros de contraerla o de propagarla. Como se ha comprobado en China y en otros países, es posible detener los brotes de COVID-19 y poner fin a su transmisión. No obstante, la gran rapidez con que pueden aparecer nuevos brotes nos obliga a ser conscientes de la situación en los lugares donde nos encontramos o donde tengamos intención de ir.


¿Quién corre riesgo de desarrollar una enfermedad grave? Todavía tenemos mucho por aprender sobre la forma en que la COVID-2019 afecta a los humanos, pero parece que las personas mayores y las que padecen afecciones médicas preexistentes (como hipertensión arterial, enfermedades cardiacas o diabetes) desarrollan casos graves de la enfermedad con más frecuencia que otras. ¿Existen medicamentos o terapias que permitan prevenir o curar la COVID-19? Aunque algunos remedios occidentales, tradicionales o caseros pueden proporcionar confort y aliviar los síntomas de la COVID-19, no hay pruebas de que los medicamentos actuales puedan prevenir o curar la enfermedad. La OMS no recomienda la automedicación, en particular con antibióticos, para prevenir o curar la COVID-19. Hay varios ensayos clínicos en curso con medicamentos occidentales y tradicionales. La OMS facilitará información actualizada tan pronto como los resultados de los ensayos clínicos estén disponibles


¿Debo llevar mascarilla para protegerme? Si no se presentan los síntomas respiratorios característicos de la COVID-19 (sobre todo, tos) o no se cuida de una persona que pueda haber contraído esta enfermedad, no es necesario llevar puesta una mascarilla clínica. Recuerde que las mascarillas desechables solo se pueden utilizar una vez y tenga en cuenta también que, si no está usted enfermo o no cuida de una persona que lo esté, está malgastando una mascarilla. Las existencias de mascarillas en el mundo se están agotando, y la OMS insta a utilizarlas de forma sensata. La OMS aconseja hacer un uso racional de las mascarillas clínicas para no derrochar innecesariamente ni usar indebidamente unos utensilios que son valiosos (véase el apartado Cuándo y cómo usar mascarilla). Las medidas frente a la COVID-19 más eficaces para protegerse a uno mismo y a los demás son: lavarse las manos con frecuencia, cubrirse la boca con el codo o con un pañuelo de papel al toser y mantener una distancia de, al menos, 1 metro (3 pies) con las personas que tosen o estornudan. Para más información a este respecto, pueden consultarse las medidas básicas de protección frente al nuevo coronavirus.


COLEGIO: SOR ROSA LARRABURE TALLER III DE DISEÑO GRÁFICO ANDREA LUCÍA ARCA VALVERDE


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