DISCURSO DE PRESENTACIÓN DE “APRENDIZAJE DE LA OSCURIDAD .- MIS MEMORIAS” DE CARLOS SERVÁN TRIVEÑOS

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DISCURSO DE PRESENTACIÓN DE “APRENDIZAJE DE LA OSCURIDAD .MIS MEMORIAS” DE CARLOS SERVÁN TRIVEÑOS A CARGO DEL CRNEL PNP( R ) BENEDICTO JIMENEZ BACCA, 10 DE MARZO 2023.

En el marco de la frase de George Duhamel : “ Nunca conocerás el valor de nuestros momentos hasta que no haya pasado la prueba de la memoria” , es un honor haber sido invitado a la presentación del libro “ Mis memorias” escrita por Carlos Serván Triveños de una manera ágil, amena , haciendo gala de una pluma literaria y una memoria portentosa que revive hasta los pequeños detalles , rescatando del pasado su padre, madre , hermanos y su infancia cuando jugaba entre zanjas y columnas cuando se construía su casa .

La vida no es la que uno vivió , sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla

El niño es como un barro suave donde puedes grabar lo que quieras . Las marcas se quedan en la piel y las cicatrices se marcan en el corazón... Y no se borran nunca.

“Mis Memorias” es el complemento esperado de “Volver a Correr” , la primera obra de Carlos Serván Triveños , abarca desde la infancia de Carlos hasta aquel fatídico mes de abril de 1986 cuando como consecuencia de una explosión de granada, cuando era cadete del cuarto año de la Escuela de Oficiales de la Policía de Investigaciones, a pocos meses de recibirse, perdió la mano derecha y la vista por la explosión de una granada que habían dejado abandonada en los terrenos del Fundo Barbadillo en donde se trasladaron los cadetes para unas prácticas de tiro .

Carlos Serván, el autor de esta obra es todo un personaje , tiene un frondosa y enriquecedora vida y sus logros obtenidos destacan su liderazgo, don de gente y

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capacidad intelectual Es un claro y digno ejemplo a seguir por todas las personas jóvenes , adultos y mayores ; más aún, por todas aquellas personas que teniendo todo su cuerpo completo y con todas sus facultades , no hacen lo mínimo por superarse para bienestar de ellos y de su familia

Jean Valtin en su obra “El Castillo de Arena” nos dice que los hombres somos juguetes de fuerzas ciegas y transpersonales por lo que solo le es dado edificar castillos sobre la arena que el destino muchas veces se encarga de derruir. Nos recuerdan los buenos tiempos y nos ayudan en los momentos difíciles.

Cuando te enfocas en crear momentos increíbles todos los días, tu vida se llenará de recuerdos increíbles que recordarás con cariño

En sus memorias Carlos recuerda con cariño a su madre Virginia , a su abuela Isabel y su padre llamado Honorato .

A su madre la describe como una mujer provinciana , nacida en Abancay , crecida en la pobreza y ausencia de una figura paterna y que cuando tenía cinco años migró a Lima ; una a mujer incansable, trabajadora que se daba tiempo para cocinar, lavar y tener todo listo para cuando regresen sus hermanos hambrientos del colegio y nunca se quejó por atender a sus hijos sin perder la nobleza, ternura paciencia de madre ,que se las ingeniaba para poder conseguir dinero extra para lo cual aprendió a tejer a crochet para vender roponcitos y chalinas.

A su padre llamado Honorato lo describe como un hombre estricto, trabajador, responsable y orgulloso. Era el último de una familia numerosa dieciséis hermanos en total y se quedó huérfano de madre a los seis años, nacido en Amazonas quien después de que fallece su madre, siguió creciendo bajo el techo y la protección de algunos de sus hermanos mayores, hasta que migró a Lima, donde trabajó de día y estudió de noche hasta que conoce a Virginia lográndose el equilibrio en el hogar que explica el origen del carácter y fortaleza de Carlos ante la adversidad , tal como lo demostraría después cuando perdió la vista siendo cadete de la PIP por un inesperado accidente .

También relata en detalle la visita a la casa del tío Eduardo en la zona conocida como Chicago chico y de la tía Victoria , su primera infancia cuando entró al nido a los cinco años , su primera profesora Alicia a quien la describe como alta , apuesta y dulce - ya quisiéramos haber tenido una maestra de tales cualidades , quien le regalaba una sonrisa mostrando sus bellos y blancos dientes cuando empezó a escribir por su cuenta -

De ella aprendió que el gozo de dar y compartir es mejor que el de recibir , lección que recordaría durante toda mi vida.

En 1972, empezó a estudiar transición en el colegio de hombres de la zona B ( ahora denominado Andrés Avelino Cáceres) con grandes carencias y recuerda al profesor conocido como “Hombre Lobo” que dictaba clases de manera dinámica e imaginativa, que como selvático, les hablaba con pasión sobre la importancia de las plantas y los animales, así como les daba lecciones de vida y tenía una manera peculiar de disciplinarlos .

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Nos narra también su primer trabajo como repartidor de botellas de leche, la caída del diente de leche, la boda de la hermana de su vecina , recordando una frase de su madre que le decía “ “cuando uno quiere, todo se puede” y “es cosa de usar la imaginación y tener determinación” al comprobar que sus calcetines le quedaban bastante grandes .

Su mamá en 1973, para contar con mayores ingresos en dinero para la familia, abre un puesto de ambulante en un pequeño mercado para vender roponcitos para bebés , chalinas y chales contando con la ayuda de su hermana Verónica que era tres años mayor que Carlos . El negocio, con mucho sacrificio y dedicación, prosperaba.

Recuerda su primera pelea con un alumno( Toño) recordando lo que le decía su padre “ es necesario hacerse respetar, ya que, de lo contrario, te agarran de punto… a veces cuando los problemas no se resuelven con una voz firme, es necesario llegar a los puños”.

Toño era experto en sacar los panes de su mochila sin que se dé cuenta , dejando la bolsa, para que no se dé cuenta .

Rememora hechos históricos como la Huelga de policías, el 5 de febrero de 1975

Con el entusiasmo de un adolescente hizo sus primeros trabajos como vendedor de marcianos en la playa de Chorrillos, vendió papel higiénico en Ciudad de Dios. Vendió toallas higiénicas. Su padre le dejaba vender porque quería que aprenda a trabajar , ganar experiencia en la vida y el valor que tiene el trabajo por más humilde que sea .

En 1978, cursaba el primero de media en el Centro Base San Juan considerado una Gran Unidad y por primera vez era mixto . Los hombres se sentaban a la derecha y las mujeres a la izquierda . Carlos recrea cómo era el aula , otros ambientes de esta Gran Unidad, los profesores, etc.

En las vacaciones de 1979 su padre lo inscribe para seguir clases de karate en el cuartel de la Guardia Republicana del Rímac . El karate es una disciplina en la que hay que ser mesurado y humilde , virtudes que las aplicó en toda su vida . Por ese tiempo ayudó a un vecino a vender zapatillas en un mercado , actividad que lo hace por tres años todos los fines de semana. Toda su ganancia la guardaba en una alcancía , siguiendo el consejo de sus padres que uno debe acostumbrarse a no gastar el dinero en lo que no sea necesario, guardando pan para mayo para aprovechar las oportunidades y enfrentar las emergencias, como sucedió que tuvieron que romper la alcancía para que su hermano , Edgar, pueda postular a la Escuela de Oficiales de la Guardia Republicana

Con las seriedad e impaciencia de un adolescente se enfrascó en algunas incidencias – como el yoyó- con un profesor conocido como “Piquito” quien les decía que copien al pie de la letra la Constitución Política y pasaba el tiempo diciendo tonterías .

A mediados de 1982, a los 16 años, estaba buscando academias premilitares o prepoliciales para prepararse con miras a postular a la Escuela Militar de Chorrillos (EMCH). Estaba motivado para luchar contra el terrorismo que por esos

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años arreciaba con atentados y ataques terroristas , emboscadas a policías, muerte a militares y autoridades políticas como sucedió en afines de enero la muerte de periodistas en Uchuraccay, comunidad campesina bastante pobre de Ayacucho

Llegó hasta la entrevista pero no lo llamaron para cadete de la EMCH, a pesar de que sentía que se había preparado mentalmente para lo peor, se sintió triste y hasta molesto porque se había esforzado tanto y por una simple pregunta que no contestó, fue eliminado.

Luego postula a la EOPIP logrando ingresar entre 150 una mañana nublada del sábado 9 de julio de 1983 cuando la PIP lideraba la lucha contra los terroristas, se había creado la Dirección Contra el Terrorismo (DIRCOTE) que luego se cambió a Dirección Nacional Contra el Terrorismo (DINCOTE).

En sus memorias Carlos menciona al teniente instructor conocido como “el Duro” que era estricto , al teniente llamado Calígula, un oficial de contextura gruesa, cara ancha y ojos pequeños que le daban aspecto de un jabalí rabioso. Es bastante noble cuando se refiere al suscrito cuando fui capitán de compañía (Los Heraldo) en 1984, en las páginas de su memoria cuando menciona “ conociendo a un leyenda viviente” y “lecciones de actitud”.

Cuando tuve la oportunidad preguntó a un técnico “¿Quién es Benedicto y por qué tanto asombro?”. Él me dijo que Benedicto fue oficial de sección de esa promoción, el mejor oficial que ellos hayan tenido y conocido. También era famoso porque, fuera de la escuela, había descubierto varios casos importantes y buenas capturas. Fue el número uno de su promoción durante todos los años y ascendió también como número uno. Además era conocido como el único policía que ingresó y terminó el curso completo de comandos del Ejército Peruano.

“Ahijado”, le dijo el técnico, “ese es un hombre de admirar y todos trabajan por amor a la patria, pero Benedicto inspira confianza, justicia, lealtad, y tiene todo lo que es necesario en un gran jefe”. Y se quedó pensando y deseando algún día poder trabajar con alguien como Benedicto.

En lecciones de actitud , el Capitán era Benedicto Jiménez Bacca les decía “ El detective nunca debe darse por vencido, el detective siempre soluciona los problemas, el detective es mago, el detective siempre anda alerta. El enemigo no duerme; el enemigo siempre acecha. Los terroristas están constantemente rondando y a la espera que bajemos la guardia. El cuerpo no nos domina; la mente domina al cuerpo”

Así era la vida en la Escuela. Tenía estos momentos inspiradores; pero por otro lado, el esfuerzo y tiempo nos embargaba por ratos. No dormían lo suficiente, pues hacían servicios de guardia, ronda, imaginaria, puerta lateral y a veces los sancionaban cuando no cumplían con algún deber.

Algunos catedráticos, principalmente los civiles, eran tolerantes cuando nos quedábamos dormidos en clase. Si nos pillaban, utilizábamos la excusa de estar cansados por el servicio nocturno. Sin embargo, en una de las clases de Criminalística, dictada por el Fiscal Olivera, recibieron una pequeña lección. El doctor nos había advertido que no permitiría que nos quedemos dormidos en su clase, pues era puro pretexto. A ellos les parecía algo insensible, pues era civil y

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no tenía idea de lo que era hacer servicio de noche o madrugada. “En la universidad, los buenos estudiantes se amanecen estudiando”, sentenciaba el catedrático. Por nuestro lado había escepticismo, pues los universitarios civiles no llevaban tantos cursos como los cadetes.

A fines de enero de 1985 participó en su primera parada militar y suspendieron sus vacaciones para los servicios de ronda , ante el incremento de las acciones terroristas y porque estaba anunciada la llegada del Papa Juan Pablo II por primera vez al Perú.

El 1 de febrero de 1985 , el Sumo Pontífice llegó al Perú donde había una hiperinflación en ascenso descontrolado y una oleada terrorista imparable.

Carlos relata sus amores compartidos entre Celia y Ludy quien fue atropellada a la salida de su trabajo causándole hondo pesar .

El destino tiene extraños giros y en cualquier momento podemos ser atravesados por los invisibles dardos del infortunio y la desgracia, pulverizando nuestros sueños y aspiraciones.

Ese día le llegó a Carlos , 1 de abril de 1986, cuando cursaba el cuarto año en la Escuela de la Policía de Investigaciones, que funcionaba precariamente en los terrenos del Fundo Barbadillo (Ate Vitarte), en donde se habían trasladado hacía pocos días.

El día era frío y el capitán de día dispuso que los cadetes, por turnos, realicen servicios de rondas en los cerros que circundaban la Escuela. En este lugar, cerca al horno de la ladrillera en donde se quemaban las drogas decomisadas, ocurrió un hecho que cambiaría el rumbo de mi vida totalmente.

Subiendo a un cerro, en compañía de su compañero, la punta de mi borceguí derecho chocó con un artefacto que parecía un pequeño envase en forma de avanzada que rodó, un poco cogido por la curiosidad, se agachó y lo levantó , percatándome de su ligero peso y que tenía agujeros de bala.

Mientras trataba de deducir qué era, en menos de un segundo, el artefacto explotó en mi mano derecha, sintiendo un ruido ensordecedor que reventó mis oídos, fragmentó su cuerpo y los dejó ciego.

La fuerte explosión le hizo trastabillar , sentía que su cuerpo se desplazaba en el aire y que viajaba en la inmensidad.

En esos momentos sentió que flotaba y estaba en otra dimensión, fragmentándome en pequeñas partículas. Todo sucedió tan rápido, en milésimas de segundos, se cruzaban miles de pensamientos y el grito ahogado: “¡Dios, no quiero morir!”.

En ese instante, los rostros de sus seres queridos, su padre, hermanos menores, pasaban por su mente, como una película.

Entonces, recordó lo que le habían enseñado una vez en los cursos de manejo de explosivos: que lo que te destroza o mata son las ondas expansivas de la granada y que uno debe tirarse al suelo, abriendo la boca para evitar el efecto mortal del explosivo. Me dejé caer y echado de espalda abrió la boca, mientras escuchaba lejos los gritos de mi compañero de servicio, Jesús Sedano, pidiendo

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ayuda, más lejos se escuchaban las ráfagas de metralletas de los centinelas, tratando de avisar el acontecimiento.

El curso de la vida cambió en un abrir y cerrar de ojos. Hay momentos en que las tribulaciones se presentan en nuestras vidas y no podemos evitarlas , pero están allí por algún motivo.

En efecto , a veces el mundo pude que conspirar contra nosotros, y es entonces cuando nos preguntamos : ¿Por qué tiene que pasarme a mí?

Ante lo inevitable , algunos se quedan descorazonados , otros sin embargo se hacen más fuertes y los más sabios aprenden.

La perseverancia y lucha contra la adversidad la heredó de su señora madre quien nunca se amilanó ante los problemas como aquel cuando en 1973, empezó a comprar lana al por mayor para vender y seguir tejiendo roponcitos para bebés, así como chalinas y chales, también para la venta, tenía un puesto de ambulante y le robaron toda la mercadería , negocio con mucho sacrifico y dedicación cuando su hermana Verónica dejó el puesto solo . Empezó de cero otra vez, pero ahora con experiencia, por lo que el negocio creció más rápido. Esto no quiere decir que se ganaba mucho y éramos ricos, no.

Carlos vive eternamente agradecido de los integrantes de su promoción quienes siempre lo apoyaron y de su familia , principalmente , su tío, Carlos Rigoberto Servan Trigoso , general en retiro de la gloriosa y siempre eterna Policía de Investigaciones , recientemente fallecido.

Recomiendo la lectura de “Mis Memorias” Es una gran aventura intelectual .

Lima 10 de marzo 2023

Benedicto Jiménez

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