En el cuaderno para aprender a dibujar barbas y mostachos, el lector podrá completar la expresión de las caras de 48 señores (y a veces hasta animales) con un buen par de mostachos, una barba larga y cerrada o de chivo, en punta, larga y partida o cuadrada, de abanico, corrida, a lo Quevedo o a lo Napoleón III, sin olvidar trazar por aquí y por allí dos anchas patillas. ¿Acaso alguien resistir a la tentación de dibujar bigotes en una cara bien afeitada?