Dossier | Ciclo de Cine chino

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Cine para lectores Ciclo de cine chino

EL VUELO DEL DRAGÓN

Dossier Por Diego de Angelis

Dirección General del Libro, Bibliotecas y Promoción de la Lectura


El precio de una consagración Piano de acero (2010), de Zhang Meng berá proporcionarle un piano para que pueda desarrollar su talento, pero no tiene dinero y su única alternativa es fabricarlo. Es en ese momento cuando convoca a sus antiguos compañeros de trabajo y cuando juntos recuperan por un instante la esperanza. Piano de acero es una comedia divertida y por momentos genial –una mezcla bizarra entre Loach y Kusturica-. Una película que presenta el devenir grotesco de un hombre que resiste las penurias de un contexto desgraciado. Sobresale por su fotografía y por la extravagancia de su música. Pero principalmente porque revela el trasfondo de un ascenso imparable.

Ya no es noticia que la República Popular China se encamina a transformarse en la primera potencia mundial. Es casi un hecho que desplazará de ese lugar a Estados Unidos. Pero como toda expansión, su despliegue no se reduce a lo estrictamente económico, sino que alcanza a cubrir todos aquellos espacios que detentan la capacidad de consolidar su avance. En ese sentido, el cine representa una oportunidad indiscutible por la proyección significante que puede llegar a conquistar. En los últimos años, el crecimiento de la industria cinematográfica china ha sido extraordinario. En cuanto a producción y consumo, su posición en el mercado internacional se encuentra cerca de superar –también ahí- la hegemonía norteamericana. Un zarpazo descomunal que convierte al gigante asiático en el próximo gran organizador de los sueños. Un lugar sin dudas privilegiado, pero por supuesto adquirido a partir de una serie de reformas económicas que amplificaron la miseria de una extensa parte de la sociedad. Es precisamente el precio que una consagración oculta el fundamento narrativo de Piano de acero (2010), la primera película de Zhang Meng. Sucede en un suburbio empobrecido al norte de China. Rodeados por una enorme fábrica abandonada, sus habitantes sobreviven como pueden. Chen Guilin es uno de ellos. Dirige una banda de música que anima velorios y casamientos. Pero su mujer le pide el divorcio y la custodia de su pequeña hija. Para no perderla, Chen de-

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Piano de acero (Gang de qin, 2010) Dirección: Zhang Meng Guion: Zhang Meng, Jae-Young Kwak Duración: 90 min. Intérpretes: Wang Qianyuan, Amanda Qin, Jang Shin-yeong, Tian Yu, Guo Yongzen Fotografía: Shu Chou

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El destino La patrulla de la montaña (2004), de Chuan Lu desaparición forzada. La atención de la historia se concentra en ellos –como advierte su título-. Pero especialmente en su líder Ritaí, un oficial retirado del ejército que decide iniciar una nueva expedición para capturar a los asesinos de su compañero. El recorrido por el desierto feroz de Kekexili convierte a la expedición de la patrulla en una cruzada épica. Las posibilidades de supervivencia son mínimas, casi inexistentes. Es una búsqueda, desde el principio, condenada al fracaso. Chuan Lu configura con absoluta sobriedad un western notable, una película que excede las especificidades culturales que presenta su trama. Precisamente porque conquista la materia fundamental que justifica cualquier tragedia: la de un hombre que enfrenta su destino, aun bajo la sospecha de su perdición.

Un hombre duerme en el interior de su camioneta. Pero a ese hombre que descansa lo secuestran, para finalmente ejecutarlo a sangre fría durante la noche. Un diario de Beijing envía a un periodista al lugar de los hechos para que investigue el asesinato. Ese lugar es Kekexili, un extenso territorio al norte de China, sobre la frontera con el Tíbet. Es el último refugio del antílope tibetano, un animal sagrado en peligro de extinción. Su piel es codiciada por poderosos empresarios de alta costura. “En Kekexili, cada pisada que deja uno puede ser la primera huella humana desde el nacimiento de la tierra”, le advierten al periodista, quien no tardará en descubrir que esa primera pisada puede ser también la última. Ganador del Gran Premio del Jurado del Festival de Tokio y el de Mejor Película en los Premios Caballo de Oro de Taiwán, además de recibir un galardón en el Festival de Sundance y una mención especial en Berlín, La patrulla de la montaña (2004) es el segundo film de Chuan Lu, uno de los directores más destacados del cine contemporáneo chino. La película está basada en hechos reales. Entre 1960 y 1990, una cacería indiscriminada de antílopes tibetanos provocó que su cantidad descienda de forma descomunal. Sin embargo, toda masacre crea siempre, si bien limitada, su resistencia. En 1993, las autoridades locales organizaron una patrulla armada de pobladores voluntarios para que intenten proteger a los animales de su

*** La patrulla de la montaña (Kekexili, 2004) Dirección: Chuan Lu Guion: Chuan Lu Duración: 90 min. Intérpretes: Duobuji, Zhang Lei, Qi Liang, Xueying Zhao Fotografía: Yu Cao

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El amor y sus convenciones Tren sentimental (2002), de Zhang Yibai “Tomo el metro todos los días. Me gusta cómo se siente uno, viviendo las cosas a medida que van pasando, sin intromisiones. Me siento libre. Además ellos me acompañan”, dice Jian Bin, el protagonista de Tren sentimental (2002), la primera película de Zhang Yibai. Es ciertamente el metro el escenario que elige el director chino para desarrollar su historia. Es allí donde van a ocurrir los acontecimientos fundamentales, que son aquellos que importan, porque son los que provocan la transformación de una realidad cuestionada. El metro se convierte en el punto de encuentro -o desencuentro- amoroso. En la contraparte simbólica de la gran ciudad moderna. Pequeñas historias de amor, entonces. Pero especialmente una. La que cuenta Jian Bin y Xiao Hui, una joven pareja que lleva muchos años juntos. Lo que ocurre es que su relación comienza a deteriorarse. Él pierde su trabajo y mantiene en secreto su desdicha. Ella conoce a otro hombre y duda. No hay comunicación posible. Los acecha la incertidumbre. Esta primera película de Zhang Yibai propone, mediante una configuración temporal definida por el uso continuo de flashbacks y una estética ligada al vértigo del videoclip musical, una historia que gira alrededor del amor. Y sus convenciones. Sus personajes preguntan, con desesperación, acerca de sus posibilidades, límites y peligros. Preguntan por su tiempo. “Algunas veces, cuando cierro los ojos, es como si viera una película triste”, dice Jian

Bin durante uno de sus habituales recorridos por el metro de Beijing. Un viaje que representa para él un descanso. Un breve consuelo que le permite sobrellevar la cotidianeidad solitaria que lo arrincona. De todos modos, esa tristeza que dice contemplar cuando cierra los ojos, como si fantaseara con ella, desaparece por un final que termina siendo demasiado feliz y tan desgraciadamente –para el cine, por supuesto- romántico.

*** Tren sentimental (Spring Subway, 2002) Dirección: Zhang Yibai Guión: Liu Fendou Duración: 93 min. Intérpretes: Xu Jinglei, Geng Le, Wang Ning, Zhang Yang. Música: Zhang Yadong

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Una sensibilidad distinguida Una vida sencilla (2011), de Ann Hui Hay una secuencia, al comienzo de la película, dedicada exclusivamente a la preparación de un plato de comida. Chun Tao, su protagonista, cocina una lengua guisada, plato que tal vez sea su especialidad. Ella es una cocinera exigente. En una sartén con aceite hirviendo va colocando sucesivamente cada uno de los ingredientes. La operación termina cuando cubre la sartén para que el plato se cocine a fuego lento. Es una secuencia simple, en apariencia trivial. Y sin embargo revela no solo una característica fundamental del personaje, sino también el estilo que determinará el desarrollo de la historia. Ese plato exquisito será el último que cocine Chun Tao. Inmediatamente después sufrirá un derrame cerebral que le impedirá continuar con su trabajo. Porque ella fue durante sesenta años una sirvienta. De ahí en más será el hijo de sus antiguos patrones quien se preocupe por su salud y quien finalmente descubra, tantos años más tarde, lo importante que fue para su vida. Una vida sencilla (2011) es una de las últimas películas de Ann Hui, una de las directoras más importantes de la llamada “Nueva Ola” del cine hongkonés, un movimiento cinematográfico que propuso durante los años ´80 una estética alternativa –de autor-, cuya producción fue por primera vez independiente. Los comienzos de Hui como

directora estuvieron orientados hacia un cine claramente político. Su reconocimiento internacional se consolidó con Boat People (1982), el cierre de una trilogía sobre Vietnam. De todas formas, su filmografía actual despliega otro tipo de historias, más íntimas, pero que conservan aún la atención sobre problemáticas sociales diversas índole. “En el caso de Una vida sencilla, la desprotección estructural que sufre la ancianidad. Una realidad dolorosa pero que el film de Hui con acierto no acentúa ni exagera. Todo lo contrario. La película cuenta los últimos días de una mujer cansada –la actuación soberbia de Deannie Yip le valió un premio como mejor actriz en Venecia-, y lo hace a través de una narración que por su gracia y simpleza más que subrayar sugiere la insospechada emergencia de una sensibilidad distinguida”. *** Una vida sencilla (Tao Jie, 2011) Dirección: Ann Hui Guion: Susan Chan, Roger Lee Duración: 117 min. Intérpretes: Deannie Yip, Andy Lau, Wang Fuli Fotografía: Nelson Yu Lik-Wai

Contacto: Diedeangelis@gmail.com Auspician:

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