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¿Qué es el autoconocimiento? y Por qué es tan importante para la vida?

EDUCACIÓN

Al hablar de autoconocimiento nos referimos a una práctica de auto reflexión profunda a la que todo ser humano es capaz de acceder en cualquier momento o etapa de vida.

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Esta sabiduría implica tomar conciencia de patrones de comportamiento, rasgos de personalidad, carácter, estado emocional, creencias, valores, necesidades, deseos y preferencias, es decir, de todo aquello que conforma la identidad propia, la que nos da el sentimiento de ser únicos y especiales al enfrentar el mundo en que vivimos.

Pero habría que empezar por decir que al hablar de autoconocimiento nos referimos por definición al saber que una persona adquiere sobre ella misma, en términos psicológicos y espirituales, durante el curso de toda la vida, y sobre la base de sus propias experiencias e introspección.

Entendiendo que el conocimiento es la familiaridad, la conciencia o la comprensión de alguien o de algo, como pueden ser los hechos o conocimiento descriptivo, las habilidades o conocimiento procedimental o los objetos o conocimiento por familiaridad. En la mayoría de los casos, el conocimiento puede adquirirse de muchas maneras y a partir de muchas fuentes, entre alguna de ellas la percepción, la razón, la memoria, el testimonio, la investigación científica, la educación, la cultura y la práctica común diaria. El estudio filosófico del conocimiento se denomina epistemología.

La epistemología puede definirse de diferentes formas, ya que dentro del constructo que cada ser humano o la disciplina desde donde observa, le ha otorgado ciertos significados, entre ellos hay quien la define como la teoría del conocimiento, otros indican que es el conocimiento científico, distinto al conocimiento general o gnoseología, por lo que, podríamos decir que es libertad del lector buscar sus propias fuentes, que le den mayor comprensión, si este fuera su interés, no sin ello restar importancia al tema central del que queremos tomar parte en este artículo, que es en sí la práctica misma en su naturaleza viva de interpretación como el sujeto que observa por sí mismo el mundo.

Sin embargo, no deja de ser una experiencia subjetiva y personal, que debemos cultivar manteniendo una mirada crítica y al mismo tiempo bondadosa, que nos permita ser capaces de adentrarnos a los misterios del ser interior, sin alterar la esencia de esta alma o consciencia, que muchas veces encierra el sentido de la propia existencia humana. “El por qué somos como somos y Por qué hacemos lo que hacemos”

Es por esta razón que al intentar experimentar consigo mismo, el ser humano es libre de crear, compartir o aprender toda clase de métodos, técnicas y estrategias que le ayuden a perfeccionar este arte de intima comunión con su mundo espiritual, que no siempre se da por voluntad propia, ya que muchas veces deriva de algún factor de crisis o ciertos cambios repentinos que lo alteran y lo hacen perder total control o certeza.

Hoy sabemos que estos cambios nos han acompañado a lo largo de la historia de la humanidad, los cuales a su vez, nos han ayudado a desafiar los límites de nuestra propia naturaleza,

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creando con ello toda clase de avances y descubrimientos, que aunque nos han traído prosperidad, en el camino también, sin darnos cuenta, nos ha llevado al dominio de una visión antropocéntrica con la que hemos aprendido a construir el mundo en que vivimos.

Un mundo que lejos de avanzar, pareciera sufrir un retroceso histórico, en el que las brechas desiguales nos alertan de graves consecuencias, que de seguir avanzando sin prestar atención a toda esta complejidad sistémica de la que somos parte, pudiera llevarnos a un estado de total vulnerabilidad ante todo tipo de escenarios como los que ya se observan en todo el planeta.

Quizás esta sea la razón por la que de pronto la sociedad sienta la impetuosa necesidad por regresar al propio origen; ya sea por sentirse presa del miedo que advierte toda clase de peligros o por haberse acostumbrado a una constante batalla por la supervivencia.

Lo cierto es que todo ello nos invita a encontrar nuevas formas de reconexión humana con la esperanza de que podamos dejar atrás todo tipo de resentimiento o amargura que hayamos construido con los años, recordando que más allá de aquellos cambios o sucesos históricos a los que nos hemos enfrentado, siempre habrá maneras de reconciliar las diferencias y aprender a ser empáticos de nuevo.

Por lo que esta búsqueda por la verdad propia, aunque debe ejercerse en plena libertad y autonomía, es importante advertir que, de no hacerla parte de nuestra rutina o hábitos diarios, estaríamos condenados a llevar una vida de autoengaño, a poner mayor atención al ruido al exterior, que a cultivar la paz interior que nos libere de todo tipo de ansiedad o vacío existencial y nos acerque al propósito de una vida digna, mucho más llena de significado.

Por otro lado, puede que no todo llegue a ser claro para todos, pero debemos recordar que también al perdernos podemos encontrar toda clase de verdad, como el hecho de ya habernos dado cuenta que no somos el centro del universo, como solíamos creer, y que, para ser honestos, seguimos siendo parte del problema y no de la solución, a la que todos aspiramos alcanzar para el sano equilibrio con nosotros mismos, los demás y nuestro entorno.

Por lo que, quizás este conocimiento del ser mismo, en principio sea una forma de llegar al inicio de todo, el regreso a nuestro hogar.

Aquel que nos una nuevamente en amor, fe y una nueva esperanza de vida en comunidad.

Pudiera parecer una utopía, sin embargo, estamos seguros que no lo es, la posibilidad de hacer realidad un cambio de mentalidad está presente en todos nosotros, pero requiere de mucho compromiso y corresponsabilidad con los demás.

Requiere desarrollar una confianza anticorrupción y volver a escuchar nuestra intuición más primitiva que no ha muerto y que simplemente está esperando despertar de la confusión a la que nos hemos acostumbrado, porque nos hemos sometido a patrones de conductas aprendidas y condicionadas desde el día en que nacimos, todo para encajar en un mundo lleno de sin sentido y superficialidad autoimpuesta.

No hace falta esperar a nuestro lecho de muerte para alcanzar a comprender nuestro propósito de vida, para disculpar nuestros errores o para lamentarnos por nuestra falta de atención a la verdad.

No hace falta creer que la libertad está en poder hacer cuanto queramos sin contemplar a nadie, más que a nosotros mismos, creer que el autoconocimiento es sinónimo de anarquía o ensimismamiento, es el principal error a eliminar. No podemos seguir sintiéndonos tan únicos o especiales, que la individualidad pase a ser más grande que la propia esencia de nuestro ser interior.

No podemos seguir siendo presa de nuestra ambición o vanidad desmedida, esa con la que justificamos el consumo abusivo y con la que hemos asignado un precio a todo cuanto se nos pone enfrente.

golpes de pecho después de traicionar lo noble de cada acto. No podemos seguir alterando la consciencia de esta forma, tomar por préstamo causas nobles para seguir “empoderando” con un sentido de “poder” al estilo “conquistador” o “ganador”, este pensamiento de unos sobre otros debe morir de una buena vez.

No somos competencia de nadie, ni de nada, somos simples piezas de un rompecabezas intentando encajar, seres que en esencia compartimos los mismos sueños, emociones, células, miedos, y que simplemente estamos aquí acompañado nuestro paso por este ciclo o plano de vida, resguardando lo que se nos ha puesto en simple préstamo.

Podemos engañar a cualquiera, podemos vivir disfrazados con todo tipo de máscaras para ser parte de esta expectativa social que nos sumerge en un laberinto de miseria, creyendo que somos dueños absolutos de todo lo que nos rodea. Pero no podemos estar más equivocados al pensar que este sentimiento de posesión sea saludable y sostenible para nuestra vida a corto o largo plazo, ya que tarde o temprano, pagaremos cuentas cuando estemos en completa soledad.

Dejemos de perseguir lo irrelevante y vayamos por lo importante, no solo es posible, es urgente y necesario si queremos heredar a nuestros hijos o generaciones venideras algo más que simple materia.

Trascendamos en compañía, imaginemos que al morir, estaremos más vivos que nunca en el recuerdo y el corazón de los que nos tuvieron cerca, aun si fue con un simple gesto de respeto o de justicia. No necesitamos hacer grandes obras o dejar testimonio de nuestra existencia de una forma redundante o vulgar, la trascendencia está en actos simples y comunes del día a día, no en piezas de papel, piedra o artefactos de homenaje al ego. Todos anhelamos ser reconocidos, pero no te miento al afirmar que no hay mayor reconocimiento que lo que se guarda en la memoria del espíritu.

En lo inmaterial de un abrazo, una caricia o una compañía sincera, amorosa y compasiva.

Recuperemos los valores que nos regalan una sana convivencia. Que tu camino de aprendizaje continuo, llamado vida, llegue a buen puerto y que el estilo de vida que mereces vivir encuentre su destino en el corazón de todos los que te estamos acompañando.

Recuerda que la comunidad la hacemos todos.

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“Unidos para trascender”

Con amor. R.O.

Extracto del libro “Aprender a Emprender y Acompañar, Acompañándose”, bajo derechos de autor.

Si quieres ayudarnos a transmitir este mensaje, conoce todas nuestras iniciativas transformacionales, que son el corazón de nuestra vocación en: www.estartu.org

Roxana Ortega Ballinas

ortega82_2001@hotmail.com

Roxana Ortega es Fundadora de la comunidad Internacional de emprendedores con sentido humano, una organización sin fines de lucro con sede en Suiza y presencia a nivel global, que gracias a la creación de alianzas y colaboración, suma esfuerzos para llevar a cabo su misión de impulsar una educación con propósito.

“Unimos la voluntad de todos los que creemos en este cambio de mentalidad para un mundo mejor”

La relevancia de la ÉTICA en Enfermería perioperatoria.

La relevancia de la ÉTICA en Enfermería perioperatoria.

CANALES DE COMUNICACIÓN, INFLUENCIA DE LAS REDES SOCIALES

Después de que el internet evolucionó de ser un método de transferencia de datos usado en la guerra al llegar a formar parte de la sociedad, ha tenido constantes avances y beneficios para la misma siendo una de las más relevantes la aparición de las redes sociales.

El concepto de web social o web 2.0 surgió en una sesión de “brainstorming” por MediaLive International, lugar en donde se observó que la web tiene mayor presencia día con día, creciendo en aplicaciones y utilidades, ejemplo de ello fue durante la pandemia COVID-19, donde las redes sociales afianzaron su tipo de contenido como lo son Facebook o Instagram y fue la oportunidad perfecta de tener mayor número de suscriptores como TikTok o Snapchat.

Junto con ellos aparecieron los “influencers”, que son aquellas personas que se encargan de subir contenido de importancia social y así poder influir en la toma de decisiones, cambiar el punto de vista o incluso ser determinantes para temas político-sociales. En internet se han creado diferentes tipos de comunidades sociales en páginas web, foros de debate, aplicaciones móviles y toda una amplia red de entidades virtuales que hablan respecto a la salud, por lo tanto, el conocerlas y tener un perfil profesional en ellas es primordial para que los usuarios y pacientes que están haciendo uso de ellas tengan información fidedigna y confiable.

Gracias a las herramientas disponibles se puede llevar la educación para la salud a otro nivel e incluso se puede hacer divulgación científica de calidad o hacer llegar información concreta a una persona en un momento preciso.

El personal sanitario debe tener formación en el uso y aplicación de las redes sociales en el ámbito de la salud manteniendo siempre la privacidad y confidencialidad de la información que se agrega. En ese sentido los pacientes son quienes llevan la ventaja ya que hoy en día, es el paciente quien se ha vuelto empoderado en la toma de decisiones sobre sus tratamientos terapéuticos.

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