101.1B.10 Las Tertulias de don José María García de Toledo

Page 1

Las “Tertulias” de don José María García de Toledo

Una carta ingeniosa cursada en los primeros días de octubre de 1809, bajo la inspiración de dos parientes y amigos inseparables: don José María García de Toledo y mi tatarabuelo,el doctor Miguel Díaz Granados y Núñez Dávila, fue pieza clave para ponerle “el sebo” al recién nombrado gobernador de Cartagena de Indias don Francisco de Montes, texto que nos muestra cómo la viveza y la astucia son causas inseparables para conseguir fnes desestabilizadores. En efecto, el documento de marras escrito habilidosamente para no provocar desconfanza en los españoles y en los realistas criollos, admite la justcia de la rebelión, recientemente proclamada en Quito, pero al mismo tempo declara que “no debe oírse otra voz que la de España”, que es necesario esperar el cumplimiento de nuevas polítcas para estos dominios y, “que por ahora” no es aconsejable una acttud extrema como la de Quito, ya que Fernando VII merece todo sacrifcio y devoción. Como en el famoso bolero del mexicano Alberto Domínguez, la “Perfdia” fue el arma debajo de sus sacolevas, efcaz y poderosa, utlizada con habilidad francesa de la cual se valieron los revolucionarios de aquella “Tertulia”, capitaneados por García de Toledo y Díaz Granados con el fn socavar el dominio español. A esta cofradía asistan también Antonio José de Ayos, Germán Gutérrez de Piñeres, Manuel Rodríguez Torices, Fernández de Madrid, Ignacio de Narváez y su sobrino Juan Salvador, José María del Real Hidalgo,López de Tagle y otros. El 5 de octubre de 1809, arribó el Jefe de Escuadra don Francisco de Montes, “supuestamente” elegido Gobernador en reemplazo del fallecido Mariscal de Campo don Anastasio Zejudo. Montes, precedido de una fama despótca y palitranquera se encargó de la gobernación con raponazo incluído, pues su nombramiento consista en un ofcio expedido por el Ministro de Guerra, cuyo texto rezaba que “no pasara América ni se posesionase del cargo


mientras que el Ministerio de Gracia y Justcia no le proveyera de igual credencial”. No obstante, como en todas partes hay “sapos”, el Gobernador encargado, Soria, le entregó el mando. Este desatno lo capitalizaron de inmediato García de Toledo , Díaz Granados y su combo para armar el sainete con un libreto en donde no dejaron ni un solo cabo suelto. Se sabía que en España había un partdo que favorecía a “Pepe Botellas”, hermano de Bonaparte, y los patriotas acordaron levantar contra el nuevo inquilino de la gobernación, la sospecha de favorecer a los franceses y de paso“consttuirse” a los ojos de todos como feles guardianes preocupados por los derechos inalienables de Fernando VII. Haciendo gala de buen chafarote, la torpeza de Montes facilitó la trama, que tenía por objeto apoderarse poco a poco del gobierno local, cuota inicial para avanzar hacia la independencia. La “papaya” que dio el usurpador al posesionarse contra la orden perentoria y escrita de estar impedido, sirvió para crear una serie de motvos con el fn de que fueran intervenidos por el cabildo, luego deponerlo y expulsarlo, con el concurso del fuerte partdo español y apoyo de la guarnición que no lo quería, pues se quejaban permanentemente del “mal trato del gilipollas”. Con imperturbable tranquilidad y gran tacto, se le reemplazó legalmente, llamando a sucederlo no a un individuo de la revolución sino a un súbdito español, Teniente del Rey, don Blas de Soria, a quien se le admitó gobernar asociado al cabildo. Como podemos observar, la revolución estaba sembrada dentro del Gobierno. La serenidad aragonesa con la efcaz dirección de García de Toledo, en una sesión realizada en el Pie de la Popa el 4 de diciembre de 1809, después de la festa de Santa Bárbara que celebraba anualmente el Cabildo en el santuario de aquel sito, convino con los Regidores en hacerse a las plazas vacantes que eran cuatro y, paso siguiente, elegir alcalde de primer voto para el año de 1810 a un personaje que tuviese el carácter frme para enfrentarse al gobernador Montes.


La respuesta del doctor Ayos y de Germán Gutérrez de Piñeres, fue postular a García de Toledo, quien de inmediato aceptó su nombramiento con la única condición que se eligiera también a su pariente, doctor Miguel Díaz Granados como segundo alcalde de a bordo. La lucha con el gobernador Montes no se hizo esperar; propuso para las plazas de alcaldes a don Eduardo de Llamas y a don Felipe García del Río, comandantes de las milicias de pardos y blancos; Montes fue vencido. En apenas tres meses, las luchas contra los errores de este últmo levantaron tremenda antpata, aún entre los militares a quienes solía obligar a trabajar como peones en las obras públicas. En el mes de abril de 1810, el Cabildo donde dominaban los revolucionarios, quiso avanzar hacia la creación de una Junta Suprema de Gobierno a semejanza de Cádiz, que operara a nombre de Fernando VII, propuesta planteada por García de Toledo y Germán Gutérrez de Piñeres al Gobernador Montes, quien a pesar de que no se opuso, tampoco la concedió de plano; más bien decidió “mamarles gallo”, prometendo de paso, convocar al ayuntamiento para someterlo a su consideración, cosa que jamás realizó. Antonio José de Ayos fue llamado a ejercer la Sindicatura a partr del 12 de abril del mismo año; el 8 de mayo llegaron los agentes del gobierno peninsular don Antonio de Villavicencio y don Carlos Montufar, encontrando que el Consejo de Regencia que gobernaba la Monarquía a nombre de Fernando VII no había sido reconocido en Cartagena; Villavicencio, que era el agente para la Nueva Granada, exigió al gobernador Montes y al Ayuntamiento reconocer sin más dilación a dicho Consejo. A Montes no le quedó más remedio que obedecer convocando reunión para el 12 de mayo, excluyendo de esta citación a los alcaldes García y Díaz Granados; su deber como gobernante así fuera espúreo era presidir este cabildo, pero no asistó. Congregada la junta, el Regidor Castllo y Rada, pidió que se llamase a los alcaldes, quienes vinieron de inmediato. Una vez en el recinto, García de Toledo le “cantó la tabla” a Montes y tras él Miguel Díaz Granados, Castllo y Rada, Germán Gutérrez de Piñeres, Juan Salvador de Narváez y los otros


miembros del ayuntamiento. Hábilmente, don José María manifestó que esperaba la solicitud de aceptación de la asamblea, ya que en público se aseguró que el Gobernador reconoció la Regencia en los cuarteles, pero ocultó a los jueces o sea a él y a su compañero Díaz Granados tal admisión, y “si esa cosa era sí, de raro nada tendría que se amangualara con José Bonaparte”; que el 4 de mayo había pasado a casa del gobernador con su compañero Díaz Granados, los regidores Castllo y Rada y Germán Gutérrez de Piñeres a pedirle que celebrara un Cabildo extraordinario y que éste les contestó que lo haría entre el 5 y 6 de mayo y no lo hizo; y, que el del 10 y subsiguientes, se omitó citarlo a él y a su compañero Dr. Díaz Granados; que en vista de este desaire no debían asistr a esta sesión, pero han venido por respeto al Cuerpo Capitular que los ha llamado. Que protestan por los ataques del gobernador, basados en pasquines calumniadores y que solicitan castgar a los delincuentes autores de dichas infamias y “quede resttuido el honor del Señor Juez que habla, el de su compañero Díaz Granados, el de los señores Regidores, inclusive el Señor Procurador General, el asesor doctor Ayos, doctor José María del Real Hidalgo, que han sido los concurrentes a la casa del exponente”. Es decir, eran los conspiradores de la Tertulia, adueñados ingeniosamente del Ayuntamiento; entonces don Antonio Merlano secretario de gobierno de Montes, a quien le gustaba en sus ratos de ocio versifcar, se “jaló” esta décima para la posteridad: En el club de jacobinos En que os juntáis por la noche, Proferís a troche y moche millares de desatnos. Más muchos patriotas fnos que saben vuestra opinión, desarmarán la traición


a que maldad os inclina, pues si vela Catlina no se duerme Cicerón.

José Asunción Suárez Niño

Julio 2015.

BIBLIOGRAFÍA : -

Gabriel Jiménez Molinares, “ Dr. José María García de Toledo y Madariaga, Academia de Historia de Cartagena ,Tomo 2,Imprenta Departamental, 1958.

-

Gabriel Jiménez Molinares,” Linajes Cartageneros”, Extensión Cultural Academia de Historia de Cartagena, 1957.

-

José Asunción Suárez Niño, “ Miguel Díaz Granados Frade” - de los Costeños Meritorios “, Inédito. 2014.

-

Jaime Jaramillo Uribe,”El pensamiento colombiano en el siglo XIX,Bogotá,Planeta,1996.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.