SANANDO NUESTRA TIERRA... OÍMOS SU VOZ
El oír la voz de Dios no es algo opcional para los hijos de Dios, y muy
especialmente para Sus obreros y servidores. Quienes participan de una u otra manera en la obra de expandir el evangelio del Reino de Cristo, necesitan escuchar la voz del Señor a cada instante de su caminar, puesto que en el camino surgen, con frecuencia, necesidades, situaciones inesperadas, indecisiones, obstáculos, peligros y hasta fuertes oposiciones, de donde necesitamos saber qué hacer ante tales circunstancias. La Biblia enseña que nuestro Dios es invisible (1 Timoteo 1:17), y las más de las veces, silencioso. Con todo, ¡Dios nos pide que escuchemos Su voz!… “Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad Mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien. Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante” (Jeremías 7:23-24). Parece loco ¿verdad? Sin embargo, en medio de lo silencioso que Dios es, Él no cesa de mover Sus labios, comunicándose. Por eso requiere que nuestros ojos y oídos espirituales estén atentos a Su Persona. El Señor Jesús enseña: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.” (Juan 10:27-28). Aprendamos a escuchar el silencio de Dios. Para eso necesitamos: “ser sensibles y entendidos” en cuanto a la voluntad de Dios (Efesios 1:18, 5:17; Colosenses 1:9-14), porque Él ha prometido: “Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré mis ojos” (Salmo 32:8). Por tanto, al igual que la persona capaz de leer los labios, debemos ser sensibles y entendidos al estudiar a nuestro Señor, para luego responder al impulso del Espíritu de Dios. También necesitamos: “ser perceptivos y pacientes” pues el plan de Dios se va revelando progresivamente. Charles Swindoll escribe: “Lo que determinó que estemos donde estamos ahora en este momento es todo parte de Su plan total; pero ese plan sigue todavía en el proceso de revelarse en nuestras vidas, lo cual significa que llevarnos de donde estamos a donde Él quiere que estemos en el futuro involucrará cambios, y cambios que jamás habríamos esperado”. (Salmos 5:3, 39:7, 52:8-9, 59:9, 71:14). Busquemos en oración oír Su voz, conocer Su voluntad, y obedecerLE... Tu hno. Carlos Terán
¡DIOS PUEDE CAMBIAR TU VIDA HOY!... Donde tú estés, ahora mismo, ora a Dios Dios te ama y tiene un plan para ti. haciendo tuyas las siguientes palabras con (Jn. 3:16; Jn 10:10). Tu eres pecador(a) y estás separado de Dios. (Rom. 3:23; Rom. 6:23). Jesús es el único camino a Dios. (Rom. 5:8; 1 Cor. 15:3-6; Jn. 14:6). Individualmente debes RECIBIR a Jesús, para nacer espiritualmente. (Ef. 2:8-9; Jn. 3:1-8; Ap. 3:20).
una sincera actitud de arrepentimiento y creyéndolas de todo corazón: “Señor Jesús. Soy un pecador(a) y necesito Tu perdón. Creo que Tú tomaste mi lugar sobre aquella cruz. Quiero ser la persona que Tú quieres que sea. Ven ahora a mi vida como mi Señor y mi Salvador. Amén” (Ahora busca una iglesia evangélica donde puedas crecer…)