TOLEDO?
MARTES 10 DE ENERO DE 2017 ?
TOLEDO EN EL ARTE Y LA MÚSICA
La reciente puesta a disposición del público del Archivo Ricordi (Milán), una de las colecciones sobre música más importantes del mundo, permite recordar la ópera La stella di Toledo (1864). Su texto fue obra de Antonio Ghislanzoni, autor de los libretos de La forza del destino (1861) y Aida (1871). El pintor Carlo Ferrario se inspiró en Toledo para sus escenografías
El pintor Carlo Ferrario tomó la Puerta del Sol como referente para el primer acto de La stella di Toledo, ópera estrenada en Milán en 1864. /BIBLIOTECA AMBROSIANA
LA ÓPERA TOLEDANA
DEL LIBRETISTA
DE VERDI ADOLFO DE MINGO | TOLEDO redacciontoledo@diariolatribuna.com
L
a reciente digitalización y puesta a disposición del público del Archivo Ricordi, una de las colecciones privadas de música más importantes del mundo -fue fundado en el año 1808 y desde 1994 es propiedad de la editorial Bertelsmann-, ha sido una de las primeras noticias culturales del año. Sus amplios fondos, depositados en la Biblioteca Braidense de Milán, reúnen 8.000 partituras, 15.000 cartas, 10.000 bocetos, 7.000 fotografías y numerosos carteles, entre ellos la reproducción de una particular recreación elaborada a partir de la Puerta del Sol de Toledo. Se trata de una acuarela de pequeñas dimensiones (11,5 x 18 cm.), obra del pintor Carlo Ferrario (1833-1907) y titulada Piazza presso una porta di Toledo. Es un diseño escenográfico para una ópera que se conserva, junto con otros realizados por este pintor -figura de referencia en el Milán de tiempos de Giuseppe Verdi, para cuyas óperas trabajó en numerosas ocasiones-, en la Biblioteca Ambrosiana. La representación, apenas un boceto, destaca por su expresiva captación de la luz y de las sombras. La Puerta del Sol, contemplada desde la Calle Real del Arrabal, aparece enmarcada
por construcciones imaginarias. El interior del acceso, al cual el pintor dotó de unos abovedamientos que en realidad no posee, también ha sido recreado. La ópera para la que fue realizado este diseño fue La stella di Toledo, del compositor Tommaso Benvenuti (1838-1906), estrenada en el Teatro della Canobbiana de Milán el 23 de abril de 1864 (estaba previsto inicialmente su estreno en La Scala, pero los responsables del prestigioso escenario milanés se inclinaron finalmente por una ópera del francés André Hippolyte Chélard que fue un sonoro fracaso). Melodrama en tres actos con libreto de Antonio Ghislanzoni (1824-1893) -otro colaborador habitual de Verdi, responsable de los textos de La forza del destino (1861) y Aida (1871)-, La estrella de Toledo era una historia ambientada en época de Felipe II que tomaba como punto de partida el drama Don Juan d’Autriche, del dramaturgo francés Casimir Delavigne (1793-1841), obra que Mariano José de Larra había traducido al castellano en 1835. Concretamente, recogía la escasa predisposición a la vida monástica de don Juan de Austria, hermanastro de Felipe II, en un Toledo de tabernas, inquisidores y amores imposibles con una mujer judía, Donna Flores, cuyo pa-
pel interpretó la soprano Elvira Demi. El tenor Carlo Bulterini y el barítono Luigi Rossi de Ruggero fueron, respectivamente, los personajes de Don Juan y Felipe II. El diseño reproducido por el Archivo Ricordi corresponde al primero de los tres actos, cuya descripción aproximada sería la siguiente: «Plaza junto a una puerta de Toledo. A la izquierda, una posada con una pérgola; bajo el emparrado, sillas y mesas cubiertas de botellas y copas. A la derecha, una amplia calle que conduce a la puerta, la cual estará abierta. Al fondo de la calle, la casa de Doña Flores». Los otros tres diseños que el pintor Carlo Ferrario representó para esta ópera corresponden a una sala decorada en estilo oriental, el interior del imaginario convento de San Justo (acto II) y una estancia real en el interior del Alcázar, en donde finalizaba la ópera. Un año antes de que se escuchasen los acordes de La stella di Toledo en el interior del Teatro della Canobbiana (actualmente, Teatro Lírico de Milán, en donde tuvieron lugar en el siglo XIX estrenos tan destacados como el de L’elisir d’amore, de Gaetano Donizetti), el propio Giuseppe Verdi visitó la ciudad de Toledo, aprovechando su viaje a Madrid para el estreno de La forza del destino.
Estancia oriental en la que transcurre la cuarta escena del primer acto.
Interior del inexistente «Convento di San Giusto» de Toledo.
Recreación del gabinete de Felipe II en el interior del Alcázar.