Aquilino: el saxofón flamenco, el negro de alma gitana, el creador y el único. Con su formidable espectáculo original moderno, internacional y castizo debuta en este circo [...], dentro del más interesante programa de circo [...]. Después de recorrer triunfalmente todas las plazas de toros de España en un espectáculo tan artístico como interesante, y una vez a punto de terminar la temporada taurina, debutó anoche en Price esta notable agrupación musical, integrada por profesores de color, bajo la dirección del ya popularísimo Negro Aquilino ha acaparado todos los éxitos del año en una turné brillante, pródiga de triunfos económicos y artísticos. Pocos son los públicos de España que no le conocen y no la han aplaudido [...]. La banda de Estrellas Negra?, compuesta por un cuadro de profesores excelentes, bajo la dirección del Negro Aquilino, ejecutó un concierto interesantísimo de música española y americana, que fue muy aplaudida [...]. Pero donde se desbordó el entusiasmo del público fue en la intervención del Negro Aquilino, con su ya célebre saxofón flamenco. Y, en efecto, el maravilloso saxofón de Aquilino matiza todo el ?cante jondo? Con el más depurado estilo. Es a ratos Marchena y Angelillo y Vallejo, en la interpretación del fandanguillo, milonga y malagueña. Aquilino paseó en triunfo anoche por la pista del Circo entre clamorosas ovaciones.523
Aquilino llegó a despertar pasiones en el público español de la década de 1930, logrando justa fama, como sigue atestiguando la prensa de la época: En la parte musical alcanza frenéticas ovaciones el negro del fandanguillo, conocido por “el saxofón humano”, solista prodigioso, que interpreta de manera inigualable milonga, fandanguillos, etc., premiándose su labor con frenéticas ovaciones.524 Aquilino, con su saxofón maravilloso, ejecuta, acompañado al piano, diversos cuplés flamencos en los que el alma de este negro, que parece nieto de faraón, pone todo su sentimiento de flamenquismo. 523 El Heraldo de Madrid. 11/10/1932. 524 ABC. 19/4/1932.
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El público ovacionó calurosamente el espectáculo de las Estrellas Negras.525 Finalmente la banda de Estrellas Negras dio un concierto taurino musical y obtuvo un clamoroso éxito, siendo ovacionada, especialmente el negro Aquilino, con su flamenco en saxofón.526
Este saxofonista proclamaba ser el inventor del cante jondo en el saxofón, imitando con el instrumento la voz del cante y el estilo flamenco, lo que no deja de resultar curioso para un extranjero527 de color en la España aquella época. Su repertorio lo integraban pasodobles como Ópera flamenca de Luis Araque Sancho. Con un atractivo solo instrumental, fue durante muchos años una pieza muy escuchada en bailes y emisoras de radio, sobre todo cuando fue grabada en disco por el popular saxofonista. También bulerías, medias granadinas, colombianas, fandangos y milongas. Para él fue compuesto, a principios de los años treinta, el popular pasodoble taurino En er Mundo de Juan Quintero y Jesús Fernández. Pero fue sin duda En er Mundo la pieza que más popularidad alcanzó. Su origen responde a una de las modas musicales de principios de los años treinta: el auge de los fandangos con saxofón … Por esta época actuaba en Madrid un saxofonista de color llamado El negro Aquilino, al que Quintero acompañaba en sus conciertos como ya había hecho años antes junto al brasileño Landario Teixeira. Para sus actuaciones Quintero decidió componer una pieza en la que el saxofonista pudiera exhibir sus capacidades “virtuosísticas”. 528
Desde un primer momento el éxito del pasodoble fue fulgurante. Lo poco que conocemos de Aquilino, a pesar de su popularidad, viene reflejado en un pequeño artículo firmado por Emilio Fornet que reproducimos textualmente: 525 El Heraldo de Madrid. 22/10/1932. 526 Ibídem. 527 Aquilino nació en Guantánamo (Cuba) en 1910. 528 López González (2009), p. 209.
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Este es Aquilino Calzada, el inventor del cante jondo en el saxofón. EN EL HOGAR DEL NEGRO AQUILINO. En un café, el negro Aquilino me dio su tarjeta: “El negro Aquilino: Saxofón Humano, Duque de sexto, pral.” Vive en Madrid con su esposa, doña Carmen Aguilar, Valenciana, de los barrios del Carmen... – Del carrer de Roteros-- me dice en el dialecto--. Nos conocimos en el mes de julio, en la feria de verano. Le vi negro y le quise… Nos casamos en enero, hoy precisamente hace un año, en la iglesia de San Nicolás. Aquilino, alegre como un chico, a pesar de su corpulencia, baila de contento, porque está en vísperas de ser papá. -Yo quiero que sea negrito, sí, como un saquito de carbón. Aquilino Calzada es de Masareillo, la parte oriental de Cuba. El ha inventado el cante jondo en el saxófono, esa interrogación de niquel llena de llaves misteriosas que parece para oprimir el chorro del sonido que salga con fuerza. Como Aquilino está contento, nos obsequia con un fandanguillo tocado en el saxófono.529
Portada del pasodoble dedicado a Aquilino. Aquilino el Negro, 1935. 529 Fornet, Emilio: Estampa. Madrid. 29/2/1935, p. 33.
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No podemos afirmar quien fue el primero en esta idea, ya que otro saxofonista llamado Fernando Vilches grabó en 1925 unos dúos con el guitarrista flamenco Ramón Montoya que, según los expertos, resultan de mayor calidad musical que las grabaciones realizadas posteriormente por Aquilino. Tenemos noticias, también por la prensa, de que hubo entre ellos ciertas desavenencias o rivalidades que se solventaron de esta curiosa manera: RETO AQUILINO-FERNANDO VILCHES. Madrid, 29. Señor director de HERALDO DE MADRID. Muy señor mío: le agradeceré que en el periódico de su digna dirección dé publicidad a la siguiente carta, que con esta fecha dirijo al profesor de saxofón Fernando Vilches: “Señor D.Fernando Vilches—presente. Muy señor mío: Con motivo de su presentación en la plaza de toros de Madrid en la banda Los Calderones y como solista “flamenco” de saxofón, he visto en algunos periódicos, profesionales y en algunas reseñas de críticos taurinos se establecían comparaciones entre el tecnicismo de usted y el mío y el arte de uno y otro en lo que a la interpretación del cante flamenco se refiere. De estas comparaciones soy enemigo, porque creo que cada artista lleva un sello personal y propio; pero tanto se ha hablado y tanto se ha discutido que la cuestión que, aunque, como vulgarmente se dice, soy el padre de la criatura y creador de la nueva modalidad que tanto apasiona a los públicos, no tengo inconveniente en lanzar a usted desde estas columnas, un reto para que ante el público de la plaza de toros madrileña actuemos los dos caballerosamente y recojamos el fallo verdadero del público, que, en definitiva, es el que ha de sentenciar. Dicen que usted con el saxofón es Vallejo y que yo soy Marchena; que usted es un profesor y yo soy un intuitivo; que usted tiene técnica y yo tengo arte. No lo sé. Si usted acepta este desafío (desafío como aquel famoso de “la copla andaluza”), el público dirá la última palabra. Usted tiene un empresario: Llapisera. Yo tengo otro: D. Manuel Gómez. Convenza usted a su empresa y yo convenceré a la mía, y salgamos los dos a recoger el inapelable fallo público.
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Si acepta usted este reto que lanzo públicamente, le estaré sumamente agradecido de su bondad, El negro Aquilino (creador del “cante” hondo en el saxofón).530
La respuesta no se hizo esperar y solamente seis días después el mismo periódico da cuenta del resultado: LA NOCTURNA DEL SABADO.- AQUILINO, EL “AS” DEL SAXOFÓN, FUE PASEADO EN HOMBROS. Con un lleno imponente tuvo lugar el sábado por la noche el desafío artístico entre el negro Aquilino y Fernando Vilches, profesores de saxofón de las agrupaciones musicales Las estrellas negras y los Calderones, respectivamente. Las huestes de Llapisera actuaron en primer término. El Bombero torero y sus camaradas hicieron, con gracia inimitable, pasar un rato de sana alegría a los espectadores, que aplaudieron sin interrupción, obligándoles a dar la vuelta al ruedo y a saludar desde los medios. Los Calderones dieron un magnífico concierto, y el Sr. Vilches acompañado a la guitarra por el niño de Badajoz, interpretó con toda perfección unas milongas, fandanguillos, guajiras, etc. Cuando se retiró del anillo, después de haber interpretado con singular maestría una jota, el Sr.Vilches, a quien se había aplaudido con entusiasmo, fue despedido con una ovación delirante. En la lidia de un becerro por la banda se hizo gala de ingenio inagotable en Llapisera, que por algo no tiene par en esta parte taurómaca que él ideó. Los Calderones y con ellos Rafael Dutrús fueron despedidos con aplausos entusiastas. Si dijéramos que la agrupación musical que con tanta gracia regenta el Sr Gómez Lumbreras es la más perfecta y completa no estaríamos muy alejados de la realidad. Los músicos que la integran son en su casi totalidad, profesores de color, que lo mismo manejan los platillos que el piano, el clarinete que el violín y el espectador se entusiasma ante la acabada interpretación del “Sitio de Zaragoza”, lo mismo que al escuchar unos aires americanos. Dicen que en el arte no hay fronteras y nadie puede, por tanto, considerar como malos 530 El Heraldo de Madrid. 30/8/1932.
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patriotas a los que inclinan sus preferencias al espectáculo de las estrellas Negras. Aplausos entusiastas premiaron el bello concierto dado por los profesores de color, ovaciones entusiastas que se convirtieron en delirantes cuando Aquilino, el ídolo de los madrileños, nos deleitó con una Guajira, con un Fandanguillo, con una Colombiana y sobre todo, con aquella media granadina que brindara al genial Llapisera. Aquilino borda el “cante jondo”, lo canta y, como lo siente, nos llega al alma en toda su intensidad y en toda su grandeza. En esto no tiene par. Podrán –si esto llega algún día— igualarle. Superar al negro Aquilino es cosa imposible. No tiene par. Lidiando por la banda un bravo becerro—como los anteriores, de don Manuel Santos--, Pedro Padilla, secundado por don José, Pichi, el hombre de goma (que con general aplauso despacharon otro astado), dio muerte al novillejo. Y los espectadores se arrojaron al ruedo. Pasearon en triunfo al gran Aquilino, a quien se llevaron en volandas por esas calles de Dios […]531
Todo este asunto, lejos de distanciar a los dos saxofonistas, les hizo compartir espectáculo. Cabe pensar si no sería más bien una premeditada estrategia de publicidad. Lo cierto es que en marzo de 1933, concretamente el día 27, actuaron en Valencia: Aquilino el negro y Vilches hicieron filigranas con el saxofón por fandanguillos, acompañados al piano por el negro Beltrán, siendo aclamados. Lidiaron un becerro, riendo el respetable los trucos Guateque y rambla cubana. Se despidió a “Los Ases” con una cariñosa ovación.532
531 El Heraldo de Madrid. 5/9/1932. 532 Ídem. 27/3/1933.
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