¿Es posible cambiar de dirección mecánica a hidráulica? Con la dirección controlamos el movimiento del carro de manera que podamos girar a cualquier lado, ir en línea recta o seguir el trazado de una carretera, este sistema ha evolucionado para que cada vez sea más fácil para el conductor accionarla a través del volante. Actualmente podemos encontrar tres tipos de dirección, la mecánica que se monta en muy pocos vehículos actuales; la hidráulica que es la más utilizada y la eléctrica en los carros más modernos, aunque de esta última no nos vamos a ocupar por el momento. Antes de pasar de un tipo de dirección a otra, es importante saber cómo funciona cada una de ellas, conocer sus diferencias y conocer a qué nos enfrentamos si decidimos cambiarla. Mecánica Trabaja con la fuerza que hace el conductor al momento de tocar el volante haciendo girar un sistema de piñones. Como ventaja es la dirección más precisa y rápida, ya que el movimiento no tiene que pasar por todo un sistema que atrasa el tiempo de reacción, por eso los vehículos de carreras las usan. Su mayor desventaja es la dureza que siente el conductor en el timón, cuando el carro está detenido es prácticamente imposible hacer girar las ruedas y hacer maniobras, por ejemplo al estacionar, es bastante complicado. Hidráulica Cuando el conductor mueve el volante, la dirección se mueve gracias a la fuerza del motor ayudado por una bomba hidráulica que impulsa aceite para facilitar el giro del timón, a menor velocidad es más suave. Este tipo de dirección puede dar una buena retroalimentación de lo que sucede en el pavimento y permite hacer maniobras a baja velocidad sin que el conductor tenga que esforzarse demasiado. Cambiar de mecánica a hidráulica Las partes básicas de estos sistemas de dirección son el volante, la columna de dirección, la caja, la palanca, la biela de dirección, la palanca de ataque, la barra de acoplamiento, los pivotes, el eje delantero, las rótulas, el tornillo sinfín, la cremallera y los rodillos. En principio se puede hacer el cambio de mecánica a hidráulica en la mayoría de los carros, aunque algunos modelos no están preparados y ni sus fabricantes han podido adaptársela. Para pasar de una a otra es necesario que el vehículo tenga el espacio suficiente para ponerlo en su base y si es posible los soportes, también que se puedan conseguir piezas como la cremallera de dirección, la polea del cigüeñal que mueve la bomba hidráulica, la correa de accesorios y las conexiones para la circulación del aceite que sean compatibles con ese modelo. Cambiar el tipo de dirección no es un trabajo económico, aunque su precio varía dependiendo del modelo, ya que hay unos más preparados que otros para recibir la adaptación. Las ventajas se notarán tanto al momento de conducir por la suavidad que aportará a las maniobras, como en la reventa porque el precio que alcanzará será más alto.
Por: Adriana GutiĂŠrrez