Sábado 18 de octubre de 2014 - EL TIEMPO
INFORMACIÓN COMERCIAL
óptica alemana
Un centenario con visión No se puede valorar lo que se ha logrado, ni imaginar lo que aún está por conquistarse, sin mirar hacia atrás para entender como comenzó todo. Hacia 1912, un joven aventurero alemán viajó al continente americano para buscar una vida diferente: Ernesto Schmidt Trudel, quien fue contratado para manejar la sección óptica de la Casa Pelke en Bogotá. En las primeras décadas del siglo XX no existían servicios de optometría ni ópticas dotadas de equipos y maquinaria adecuadas para elaborar lentes. Los anteojos se formulaban de manera empírica, en especial a personas que sufrían de presbicia, un defecto que se genera después de los 40 años cuando el ojo no puede enfocar objetos a corta distancia. Estos se podían conseguir en las farmacias o boticas, como se les llamaba entonces, luego fueron suministrados por joyerías, relojerías y almacenes de artículos importados. Al ver que la fabricación y formulación de los anteojos era muy empírica, don Ernesto decidió irse en 1913 a Estados Unidos, donde tomó un curso de óptica y optometría en Minneapolis, allí adquirió también conocimientos para el trabajo de maquinaria necesaria en la fabricación de lentes. A su regreso, se independiza de la joyería Pelke y abre la Óptica Alemana, inicialmente en un local en la calle 12 con los números 190 y 192 en el centro de la ciudad. En ese momento, Schmidt Trudel era uno de los pocos optómetras en el país especializados en su área.
Para hacer que un sueño se haga realidad hay que tener una visión clara. Durante un siglo, la ÓPTICA ALEMANA se ha preocupado por la salud visual de los colombianos, mejorando sus procesos, equipos, productos y servicios.
Creciendo con el siglo XX
dos Unidos, que tenía una escuela de optometría muy clínica, en comparación con la escuela alemana que era muy técnica. La Óptica Alemana contaba con una muy buena afluencia de pacientes debido a su privilegiada ubicación en pleno centro de Bogotá, pero esa fue la causa de su tragedia el 9 de abril de 1948. Se quemaron todas las historias clínicas de los pacientes; en esquirlas de vidrio se convirtieron lo que alguna vez fueron las vitrinas, lentes y anteojos; se vinieron abajo las paredes donde estaban los consultorios; instrumentos médicos y quirúrgicos fueron robados e implementos de dibujo pulverizados. En unas cuantas horas se había perdido el esfuerzo de casi tres décadas de una empresa dedicada enteramente al servicio de sus pacientes. Rescatar los años de trabajo de los escombros, el polvo y las cenizas fue una tarea ardua, pero bien valdría la pena comenzar de cero. Con la maquinaria que se recuperó de las ruinas y unos equipos nuevos que por fortuna se encontraban en la aduana al momento de los disturbios, lograron volver a abrir la Óptica Alemana, reinaugurada en 1952, en el mismo lugar donde existía antes de su destrucción.
Óptica Alemana seguía consolidándose en Bogotá y crecía de manera muy sólida, comenzando a pautar avisos en los periódicos de la época. En uno de ellos se lee una filosofía que se mantuvo en el tiempo: “No me importa hacer ventas, quiero hacer clientes. Este sistema es una garantía para usted: si le gusta, busque los servicios de Ernst Schmidt”. Así mismo, invitaba a los clientes a preparar sus ojos para la ópera, hacer pruebas de lectura con los mismos avisos e incluso anunciaba de manera divertida “Llegaron desde Alemania ojos artificiales” (El Tiempo. Noviembre 19 de 1920). Para que siguieran sus pasos, don Ernesto envió a sus dos hijos mayores, Ernesto Wolfgang y Helmuth, a estudiar a los Estados Unidos, donde se graduaron como doctores en optometría del Pennsylvania State College of Optometry de Filadelfia. Desde que regresaron a Colombia, los dos hijos mayores de don Ernesto, se vincularon de manera muy activa a la Óptica Alemana atendiendo a los pacientes con las técnicas aprendidas en Esta-
Sede central. Inaugurada en 1952, después del Bogotazo que destruyó la antigua óptica.
Primer local. Situado en la calle 12 de centro de Bogotá, a comienzos del siglo XX.
Consulta actual. Con equipos optométricos de última tecnología.
Ernesto Wolfgang Schmidt Mumm. Uno de los hijos del fundador, en una consulta.
Modelo de 1924. Marcos con estilo de los primeros años del siglo XX.
Modelo actual. Los marcos han cambiado según las modas del momento.
Profesionalización de la optometría A lo largo de estos 100 años, los doctores Schmidt apoyaron la creación de la primera facultad de Optometría en Colombia en la Universidad de la Salle, con un programa académico avalado ante el ICFES por ellos mismos y por optómetras de la clínica Barraquer; en 1933 motivaron y articularon las leyes que reconocen y reglamentan la profesión
de Optometría; agremiaron a los profesionales creando para ellos la Federación Colombiana de Optómetras en 1950 y apoyaron la generación de las normas técnicas colombianas para lentes oftálmicos siendo parte del comité técnico de óptica oftálmica del ICONTEC en el año 2003. Los consultorios de la Óptica Alemana fueron las verdaderas aulas de prácticas de varios optómetras que se habían gra-
AROFLEX 2 COL X 5 CM
duado de la Universidad de la Salle, aquella que ayudó a gestar el doctor Ernesto Wolfgang Schmidt-Mumm, quien fuera el impulsor de la profesión en Colombia, mucho antes de que existiera formalmente en programas de educación superior. La Óptica Alemana no solo fue la universidad de los jóvenes optómetras; también fue la escuela de muchos técnicos que aprendieron los oficios de tallar, biselar, pulir y colorear lentes. Muchas personas que abrieron ópticas en el sector de la avenida 19 fueron discípulos de esa escuela. Otros siguen aportando esas enseñanzas al servicio de la Óptica.
Para la Óptica Alemana es un orgullo contar con quienes han sido la razón de ser de estos cien años: Los pacientes. Muchas personas le confiaron el cuidado de su salud visual y se han mantenido fieles al servicio profesional, entre ellos se pueden mencionar varias personalidades de la política, la televisión, la música, los negocios, la iglesia y los medios de comunicación. En la actualidad, la Óptica Alemana sigue creciendo, su prestigio se ha extendido a nuevas generaciones de pacientes y se consolida como la empresa que continúa teniendo la confianza de los colombianos en salud visual. Hoy en día la Óptica Alemana trabaja bajo la promesa de marca ‘Tradición en Evolución’, totalmente actualizada y renovada, con equipos optométricos de última tecnología, de la mano de laboratorios especializados e investigadores de óptica oftálmica de diferentes partes del mundo; con una administración que ha evolucionado a lo largo de estos 100 años, trabajando por la sostenibilidad, con una cultura organizacional fortalecida en valores, comprometida con la responsabilidad social y con innovación permanente basada en tres pilares: el servicio al cliente, el talento humano y los procesos claramente definidos. Gracias a ese legado de los Schmidt, quienes se esforzaron toda su vida por hacer de la optometría una disciplina reconocida y necesaria en los servicios de salud, la profesión tiene un nombre muy destacado en el continente. Ahora la Óptica Alemana ha llegado a su primer siglo de existencia. Es una gran ocasión para celebrar, para recoger todas las enseñanzas que ha dejado su experiencia en el campo de la optometría y la salud visual a lo largo de cien años, pero sobre todo, para que cada uno de los pacientes que ha pasado por esos consultorios, por el vestíbulo, en cada una de las sucursales, recuerde su propia historia y sus anécdotas al lado de quienes le ayudaron a cambiar su visión de la vida. Cien años son una vida, esperemos sea el inicio de una nueva historia.
OTRO AVISO 2 COL X 5 CM
PRATS 2 COL X 5 CM
MIRAFLEX 2 COL X 5 CM
STYLOS OPTICOS 2 COL X 5 CM
SIGNET 2 COL X 7 CM
ASDAMAR 2 COL X 7 CM