Porqué rascan los cambios La caja de cambios aprovecha el giro del motor para traspasar su fuerza a las ruedas motrices, cuando funciona perfectamente el carro coge velocidad y fuerza de manera escalonada. Sin embargo, algunas veces tenemos problemas y oímos que rascan los cambios cuando intentamos pasar a otra velocidad. Si no tuviéramos caja de cambios, no se aprovecharía la elasticidad de los motores, por lo que no ganaríamos velocidad y no podríamos ir en reversa. El embrague se encarga de traspasar la potencia a la caja y luego a las ruedas. La mayoría de los daños de la caja de cambio son ocasionados por un mal uso, como no meter el embrague a fondo o mantener la mano sobre la palanca mientras conducimos, porque en teoría la vida útil de la caja debería ser muy larga. Rascan los cambios A todos nos ha pasado alguna vez, vamos a cambiar de velocidad y de repente suena un ruido espantoso, ahí es cuando rascan los cambios. Si es algo ocasional, simplemente será porque no hemos embragado bien, el problema llega cuando sucede constantemente. Si rascan los cambios cuando vamos circulando, es probable que haya un desgaste en los conjuntos sincronizadores, que se resuelve sustituyendo los anillos. Otro motivo podría ser por algo tan sencillo como un desajuste del cable del embrague, que puede estar destensado o que tenga algo de aire en el circuito cuando el embrague es hidráulico. Cuando solamente rasca en uno o dos cambios, pueden ser los sincronizadores de esas velocidades, con lo que se debe desmontar y arreglar. Cuando rasca metiendo la reversa, puede ser porque el motor todavía tiene la inercia de los otros cambios, normalmente por un desgaste de los componentes que provocan que la velocidad no entre a tiempo. Cuando rascan los cambios pero también sentimos algo de resistencia en la palanca, lo más probable es que el varillaje esté desajustado o mal lubricado. Para evitar que los cambios rasquen, debemos tener el embrague y la palanca bien regulados y que la calidad del aceite sea buena y en cantidad suficiente, además no debemos forzarlos o hacer cambios bruscos. Por: Adriana Gutiérrez