Proteja la pintura con las lámparas de secado por onda infrarroja Las lámparas de secado se han convertido en un elemento importante para cualquier taller que ofrezca entre sus servicios la pintura del vehículo, una solución perfecta para terminar con los largos tiempos de espera que supone este procedimiento. Para muchas personas el carro es indispensable en su día a día, por eso al momento de tener que pasar por el taller buscarán aquél que les ofrezca un plazo de entrega más rápido sin perder la calidad del trabajo. El proceso de repintado de un vehículo puede ser uno de los más largos y con más tiempos muertos de operación en un taller, especialmente cuando es necesario esperar a que las piezas se sequen. Además de los tiempos de espera, usar solamente la temperatura ambiente para secar tiene sus riesgos, porque al estar expuestas las piezas al aire pueden contaminarse con las motas de polvo y la suciedad y es posible que salgan burbujas o ciertos defectos en la pintura. Invertir en lámparas de secado garantiza mayor rapidez de entrega por la disminución de tiempos muertos de secado, contribuye a evitar defectos por contaminación, posibilita el control de las condiciones para más eficacia del proceso y por supuesto optimiza los recursos mejorando la rentabilidad del taller. Lámpara de secado por infrarrojos Dentro de las diferentes tecnologías de secado encontramos las lámparas que trabajan por una onda corta de radiación infrarroja, que presentan una mayor penetración que las ondas media o larga y por lo tanto reducen el tiempo de secado y el consumo energético. En este tipo de lámparas el secado se produce de adentro hacia afuera, el equipo situado a una distancia determinada emite una radiación electromagnética que atraviesa el aire sin calentarlo, la pintura absorbe la energía de esa radiación y la traspasa hasta llegar a la chapa, que comienza a calentarse y transmite por conducción ese calor hacia la pintura. Las lámparas de secado por radiación infrarroja son ideales para el secado de las pinturas usadas en la reparación y trabajan muy bien con las que tienen una base de agua, ya que la radiación hace que el agua se evapore y las partículas de resina entran en contacto estrecho unas con otras formando una lámina dura. Tipos de lámparas de secado Estos equipos ocupan poco espacio, tienen un bajo consumo de energía, son fáciles de maniobrar y utilizan lámparas eléctricas de larga duración que permiten una mayor productividad al tener tiempos mínimos de trabajo. Podemos encontrar desde lámparas pequeñas de uso manual hasta instalaciones móviles o correderas que sirven para montarse sobre cabinas o rieles, también pueden tener uno o varios paneles, permiten ajustar su posición tanto en altura como en diferentes ángulos y se manejan mediante un panel que ajusta su funcionamiento. Su control es computarizado y permite disponer de diferentes programas según el tipo de pintura, aumentar o disminuir la temperatura o el tiempo de uso y seleccionar la clase de material sobre el que se va a aplicar (metal o plástico).
Con estas lámparas se logra un reparto uniforme del calor para conseguir un acabado rápido y homogéneo. Agilice las reparaciones en su taller disminuyendo los tiempos de trabajo y aumentando su rentabilidad y la satisfacción del cliente. Por: Adriana Gutiérrez