LA SUSPENSIÓN ES MÁS COMPLEJA DE LO QUE PARECE (Primera parte)
La suspensión es uno de los sistemas de nuestro vehículo que más ha evolucionado con el paso del tiempo, los fabricantes usan diferentes tipos dependiendo del uso del vehículo y sus características, cada una con sus ventajas y sus desventajas. La suspensión se puede montar en el eje delantero o trasero, pueden ser rígidas, semirrígidas o independientes, mecánicas o hidráulicas, e incluso en los últimos tiempos las dividen en pasivas y adaptativas, así que el tema da para un tratado, pero vamos a comenzar con lo más simple y veremos qué es y para qué sirve. Suspensión Para definir de manera sencilla la suspensión, diremos que es la parte del vehículo que sostiene la cabina de pasajeros y absorbe las irregularidades del terreno, garantizando la estabilidad y la seguridad de los ocupantes del carro en un terreno abrupto. Aunque muchos piensan que es solamente un elemento para el confort, en realidad cumple otras funciones importantes, como transmitir las fuerzas de aceleración y frenada entre los ejes y el bastidor, resistir los efectos de las curvas, conservar el ángulo de dirección en todo el recorrido y mantener el paralelismo entre los ejes y la perpendicularidad del bastidor. Debido a que la suspensión aguanta todo el peso del vehículo, sus piezas deben ser fuertes para que no se deformen y al mismo tiempo muy elásticas para que las ruedas se adapten al terreno, teniendo en cuenta que el margen de comodidad para una persona no es mayor a 2 oscilaciones por segundo, si se supera este número se excita el sistema nervioso, pero si se baja demasiado se favorece el mareo. De la suspensión forman parte los amortiguadores, las tijeras, rótulas y terminales, la barra estabilizadora, los rodamientos, los resortes, los ejes y el tren trasero, que ya describimos en detalle en nuestro artículo "¿debo cambiarle la suspensión a mi vehículo?". Cómo funciona Cuando vamos transitando por un terreno irregular, ya sea por una carretera sin asfaltar o por pavimento en mal estado, las ruedas se someten a una serie de impactos que se transmiten a la carrocería. Cuando las desigualdades son pequeñas, se absorben por la elasticidad de los neumáticos, pero si son grandes, las capta la suspensión para que no lleguen o lo hagan de forma atenuada a los ocupantes del carro. Cuando pasamos sobre un resalte o un hueco, el golpe sobre la llanta se transmite a través de los ejes al chasis y se producen oscilaciones que se generan en el centro de gravedad del carro y se propagan en diferentes sentidos que notaremos en forma de empuje, cabeceo o bamboleo. Si todos los carros soportaran la misma carga, el sistema de suspensión sería muy sencillo y probablemente sería igual para todos, pero como no es así, los fabricantes deben calcular el peso máximo que tienen que aguantar las diferentes piezas para que no resulte muy blanda o demasiado dura.
Esta es la razón principal por la que los sistemas de suspensión son tan diferentes y tienen tantas clasificaciones, que veremos en el próximo artículo para que el tema no resulte demasiado pesado. Por: Adriana Gutiérrez