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1. Introducción al tema

1. Introducción al tema

La osteoporosis es un trastorno esquelético caracterizado por la fragilidad ósea, que predispone al individuo a un incremento del riesgo de fractura. Esta fragilidad viene determinada por la densidad mineral ósea (DMO) y la calidad ósea (arquitectura del tejido). Afecta a más de 75 millones de personas en Europa, Japón y EEUU y es la causa de 2,3 millones de fracturas solo en Europa y en EEUU. En España afecta aproximadamente a 3,5 millones de personas y se considera que 100.000 fracturas al año son de origen osteoporótico (1) .

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Teniendo en cuenta que la prevalencia media europea de la lesión medular se estima en 250 casos por millón de habitantes (2) ; podemos decir que actualmente, en Europa, viven alrededor de 190.000 personas que han sufrido una lesión medular traumática. Las personas con lesión medular corren un mayor riesgo de desarrollar una serie de problemas de salud relacionados con la inactividad durante las etapas crónicas de la lesión. Entre las diversas consecuencias de la lesión medular se encuentra la pérdida ósea (osteoporosis) después de una lesión, la cuál es de inicio rápido y de naturaleza grave. En el lesionado medular completo motor, los huesos largos de la extremidades inferiores se adaptan a una tensión mecánica mínima debido a la atrofia muscular. La pérdida ósea ocurre rápidamente en la fase aguda de la lesión y disminuye de dos a tres años después de la misma (3) .

Si bien la naturaleza y la magnitud de los efectos de la lesión medular en el hueso varían según el sitio del esqueleto, el sexo y la edad (4) , todos los individuos con lesión medular completa motora desarrollan osteoporosis por debajo del nivel de la lesión (3,5,6) . Tal vez como resultado, las personas con lesión medular completa tienen el doble de probabilidades de experimentar fracturas en comparación con los controles sanos (7) , y hasta el 40% de las personas con lesión medular crónica experimentan fracturas (6-9) , con la aparición más común en las áreas metáfiso-epifisarias de la tibia proximal y el fémur distal (10) . Dichas fracturas se caracterizan por ser de baja energía con mínimo o nulo impacto durante sus actividades de la vida diaria, como por ejemplo durante la realización de una transferencia (11-13) . Los factores considerados de riesgo para producir una fractura, a partir del primer año de la LM, debidos a traumatismos de baja energía son: género, edad, tiempo de evolución desde la lesión, deterioro del nivel funcional, bajo IMC, DMO baja en la región de la rodilla y el tratamiento con corticoides (14) .

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