EBOOK
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Géneros literarios PROFA. REBECA MANRIQUE TAMAYO.
MATERIA: MULTIMEDIOS EDUCATIVOS
ALUMNA: ADRIANA REYES MÁRQUEZ HERNÁNDEZ.
adrianarmhdez4@gmail.com 2015
GRUPO: B
ÍNDICE GÉNEROS LITERARIOS Introducción ………………………………...2 “No es que muera de amor” Jaime Sabines ………………..4 Actividad 1 …..………………………………………………………….7 “El almohadón de plumas” Horacio Quiroga ……………8 Actividad 2 …….…………………………………………………..…..15 ¡Únete pueblo! Emilio Carballido …..……….16 Actividad 3 ….. ……………………………………………………..…30 Rúbrica de Identificación de Géneros Literarios …………..…31 Mapa de Consolidación ……………………………………………32 Actividad Complementaria Links para videos y audio …..33 Cybergrafía ……………………………………………………………34
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INTRODUCCIÓN
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El Ebook trata sobre los géneros literarios: género lírico, género narrativo y género dramático. El primero proviene del griego λυρικός (liricos), relativo a la lira (guitarra antigua, instrumento con el que se acompañaba) poesía cantada que expresa emociones y pensamientos. El sujeto lírico es el que se expresa. Escrita generalmente en verso, aunque también hay en prosa. Sus subgéneros son Oda, Elegía, Égloga, Sátira y Canción. El segundo proviene del latín narratīvus, narrar o contar algo. Casi siempre está en prosa y no faltan los que están en verso. Su estructura es principio o introducción, desarrollo, nudo o clímax y final. El narrador es el que se expresa. (Protagonista, Testigo y Omnisciente). Subgéneros narrativos son Minificción, cuento, novela, fábula (verso y prosa), mito, leyenda y epopeya (prosa y verso). El tercero proviene del griego drao que significa hacer, actuar. Están escritas para ser representadas. Predomina el diálogo o parlamento. Puede estar en prosa o verso. Los personajes son los que se expresan. Sus subgéneros son tragedia, comedia, farsa, melodrama, pieza, melodrama. Ya desde los griegos se concebía esa división de los géneros literarios en la “Poética” de Aristóteles.
No es que muera de amor... No es que muera de amor, muero de ti. Muero de ti, amor, de amor de ti, de urgencia mía de mi piel de ti, de mi alma, de ti y de mi boca y del insoportable que yo soy sin ti.
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Muero de ti y de mí, muero de ambos, de nosotros, de ese, desgarrado, partido, me muero, te muero, lo morimos. Morimos en mi cuarto en que estoy solo, en mi cama en que faltas, en la calle donde mi brazo va vacío, en el cine y los parques, los tranvías, los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza y mi mano tu mano y todo yo te sé cómo yo mismo.
Morimos en el sitio que le he prestado al aire Escucha en este link el poema en la voz del para que estés fuera de mí, autor. y en el lugar en que el aire se acaba cuando te echo mi piel encima https://www.youtube.com/watch?v=PhIEEggdhAE y nos conocemos en nosotros, separados del mundo, dichosa, penetrada, y cierto , interminable.
5 Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos entre los dos, ahora, separados, del uno al otro, diariamente, cayéndonos en múltiples estatuas, en gestos que no vemos, en nuestras manos que nos necesitan. Nos morimos, amor, muero en tu vientre que no muerdo ni beso, en tus muslos dulcísimos y vivos, en tu carne sin fin, muero de máscaras, de triángulos oscuros e incesantes. Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo, de nuestra muerte, amor, muero, morimos.
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En el pozo de amor a todas horas, inconsolable, a gritos, dentro de mí, quiero decir, te llamo, te llaman los que nacen, los que vienen de atrás, de ti, los que a ti llegan. Nos morimos, amor, y nada hacemos sino morirnos más, hora tras hora, y escribirnos y hablarnos y morirnos.
ACTIVIDAD 1 INSTRUCCIONES: ESCRIBE EN TU CUADERNO SEGÚN CORRESPONDA AL TEXTO ANTERIOR. “NO ES QUE MUERA DE AMOR”
1.Forma
PROSA/VERSO
2.Género
LÍRICO DRAMÁTICO NARRATIVO
3.Tema
4.Autor 5.Tipo de texto: Narrativo Descriptivo Argumentativo
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EL ALMOHADÓN DE PLUMAS Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, aunque a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer. Durante tres meses –se habían casado en abril–, vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor; más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre. –La casa en que vivían influía no poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso –frisos, columnas y estatuas de mármol –producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia. En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. Había concluído, no obstante, por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido. No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. El cuento lo puedes ver y escuchar en este link. https://www.youtube.com/watch?v=lGIkUWv1THc
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Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de su marido. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó muy lento la mano por la cabeza, y Alicia rompió enseguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente, todo su espanto callado, redoblando el llanto a la más leve caricia de Jordán. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni pronunciar una palabra Fue ése el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absolutos. –No sé– le dijo a Jordán en la puerta de calle–.Tiene una gran debilidad que no me explico. Y sin vómitos, nada... Si mañana se despierta como hoy, llámeme enseguida. Al día siguiente Alicia amanecía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima, completamente inexplicable.
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10 Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin que se oyera el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida. Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, deteniéndose un instante en cada extremo a mirar a su mujer. Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche quedó de repente con los ojos fijos. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor. –¡Jordán! ¡Jordán!–clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra. Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia lanzó un alarido de horror.
11 –¡Soy yo, Alicia, Soy yo! Alicia lo miró con extravío, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta confrontación, volvió en sí. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola por media hora temblando. Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella los ojos. Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo.
12 En la última consulta Alicia yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio, y siguieron al comedor. –Pst... – se encogió de hombros desalentado el médico de cabecera –. Es un caso inexplicable... Poco hay que hacer... –¡Sólo eso me faltaba!– resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa. Alicia fue extinguiéndose en subdelirio de anemia, agravado de tarde, pero que remitía siempre en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas oleadas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama, ni aun que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaban ahora en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama, y trepaban dificultosamente por la colcha. Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama, y el sordo retumbo de los eternos pasos de Jordán.
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Alicia murió, por fin. La sirvienta, cuando entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el almohadón. –¡Señor! –llamó a Jordán en voz baja–. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre. Jordán se acercó rápidamente y se dobló sobre aquél Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras. –Parecen picaduras –murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación. –Levántelo a la luz –le dijo Jordán. La sirvienta lo levantó; pero enseguida lo dejó caer, y se quedó mirando a aquél, lívida y temblando.
Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban. –¿Qué hay? 14 –murmuró con la voz ronca. –Pesa mucho –articuló la sirvienta, sin dejar de temblar. Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán corto funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de horro con toda la boca abierta, levándose las manos crispadas a los bandos. Sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca. Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca –su trompa, mejor dicho– a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón sin duda había impedido al principio su desarrollo: pero desde que la joven no pudo moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había el monstruo vaciado a Alicia. Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.
ACTIVIDAD 2 INSTRUCCIONES: ESCRIBE EN TU CUADERNO SEGÚN CORRESPONDA AL TEXTO ANTERIOR. “EL ALMOHADÓN DE PLUMAS” 1.Forma
PROSA/VERSO
2.Género
LÍRICO DRAMÁTICO NARRATIVO
3.Tema 4.Autor 5.Tipo de texto: Narrativo Descriptivo Argumentativo
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¡ÚNETE PUEBLO!
16 Comedia Para Mercedes de la Cruz Personajes MARGARITA Estudiantes JÉSSICA SEÑORA DE SUÉTER SEÑORA DE REBOZO HOMBRES 1, 2 y 3 UN PERIODIQUERO SALOMÓN (hojalatero) POLICÍAS 1 y 2
Por el rumbo de Romita, D. F., 1968.
Una esquina. Hay un puesto de periódicos, atendido por un jovencillo.
PUEDES VER LA OBRA EN ESTE LINK: https://www.youtube.com/watch?v=afAD4apdmeU
17 JÉSSICA: ¿Dónde estamos, eh?
MARGARITA: En la colonia Roma. JÉSSICA: Yo creo que no. Esto se ve muy proletario. MARGARITA: A ver. Allí está el nombre de la calle. Fíjate cuál es. JÉSSICA: Fíjate tú. MARGARITA: Dice... F... f... f... f... anta... Fanta. Ay, no. Eso es un anuncio. ¿Dónde está el nombre de la calle? JÉSSICA: Querida, suele estar en las esquinas, en una placa. MARGARITA: Yo no lo veo. ¿Por qué no buscas tú? JÉSSICA: Porque estoy sin lentes.
MARGARITA: Pues póntelos. JÉSSICA: Póntelos tú. MARGARITA: Los tengo en el fondo de la bolsa. JÉSSICA: Ay. (Enojada, busca los suyos, se los pone.) No hay placa con el nombre de la calle. MARGARITA: Pero aquí a la vuelta hay: eso es placa, ¿no? Una mancha azul.
JÉSSICA: No, necia. Esa mancha azul, es una mancha azul. Allá enfrente, sí. (Se retira los lentes de los ojos, ve a través de ellos, poniéndolos a diversas distancias.) Hay que atravesarse para ver. MARGARITA: Tus lentes no sirven. JÉSSICA: Pues no, por eso no me los pongo. MARGARITA: Yo, no soy hipócrita: no me los pongo porque me echan a perder las pestañas.
Pasa un hombre. JÉSSICA: Señor, ¿qué calle es ésta? HOMBRE: Puebla. MARGARITA: Gracias. Tenga, señor. (Le da un volante.) El hombre sale leyendo.
JÉSSICA: Sí era la colonia Roma, mira tú. Pasa una señora de suéter. Jéssica le da un volante. JÉSSICA: Buenos días, señora. Tenga usted. SEÑORA: ¿Qué es esto? MARGARITA: Información del movimiento. SEÑORA: Ah, los estudiantes. JÉSSICA: Sí, señora. Léalo usted. SEÑORA: Tengan cuidado, no les vayan a hacer algo. Qué bueno que no tengo una hija. Claro, yo no la dejaría andar de revoltosa. MARGARITA: ¿Hijos no tiene?
SEÑORA: Es distinto. Y no andan en la bola: son serios.
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19 JÉSSICA: Eso cree usted. SEÑORA: Mis hijos no me engañan. MARGARITA: Ay, señora, todos estamos en esto. Y nuestras madres están de acuerdo porque saben de qué se trata. JÉSSICA: Más vale que se entere usted también. SEÑORA: Ganas de no ir a clases, eso es todo. (Va a irse.) MARGARITA: Pues entérese, señora. Y tenga, para que les dé a sus amigas. SEÑORA: Ya parece que voy a andar de agitadora. A mí no me den nada. (Les devuelve los volantes, sale.)
MARGARITA: Cuénteles esto a sus hijos, para que le pierdan el respeto. JÉSSICA: ¡Y para que les dé vergüenza de usted! MARGARITA (quedo): Vieja pesada, vieja estúpida. JÉSSICA: Vieja imbécil. Oye, ¿y de veras no te dice nada tu mamá? MARGARITA: Me dijo: ay, hijita, te van a dar un cabronazo. JÉSSICA: ¿De veras? ¿Dijo cabronazo?
20 MARGARITA: Ella habla así cuando está preocupada. Quería decir que me cuidara. JÉSSICA: La mía empezó a llorar y a prender veladoras. Ahorita ha de estar rezando y llorando. MARGARITA: La mía no llora. Pero se me hace que sí reza. JÉSSICA: Ay, qué bueno. Más nos vale. Mira, ésa es una vecindad; yo voy a entrar, tú echas aguas por si vienen agentes. MARGARITA: No voy a saber, andan de civiles. JÉSSICA: Son inconfundibles: nomás les ves las caras. MARGARITA: Ay, bueno: ve, no te tardes. Sale Jéssica. Pasan dos hombres, hablando quedo. Margarita va a darles propaganda. Duda. Busca con rapidez y dificultad sus lentes, se los pone con cuidado. Observa a los hombres, duda... No les da nada, y muy disimulada se quita los lentes y va a ver los periódicos, pega la cara a ellos. Salen los hombres. Ella se endereza. PERIODIQUERO: Ustedes son estudiantes, ¿verdad? MARGARITA: Sí. (Ve en torno.) Toma. (Le da un volante.)
PERIODIQUERO: Cuidado, andan llevándose a los que traen propaganda. (Lee la hoja.) MARGARITA: Oye... ¿Por qué no ponemos volantes en los periódicos que vendes? Uno en cada uno. PERIODIQUERO: No, cómo crees. Me compran uno los azules, se hallan la hojita y me friegan. MARGARITA: Les dices que no sabes, que así te los entregaron. PERIODIQUERO: Mucho me iban a creer... MARGARITA: O dejamos unos cuantos sin ponerles nada. Los apartas, y ésos les vendes a los agentes. ¿A poco vienen muchos? PERIODIQUERO: Pues claro, aquí vienen todos. MARGARITA: Qué raro. Pero mira: aparta estos pocos, ¿no? Y en los demás... ¡Únete, pueblo! ¿Pues no ves qué es esto...? No ves... A todos nos toca de algo. PERIODIQUERO: Sí, únete pueblo a que te rompan la madre. Bueno. Ándale. A ver si no me chingan.
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MARGARITA: No, no, nada más ten cuidado, como nosotras. Meten volantes en cada una de las revistas y periódicos; antes, él apartó algunos. Viene una Señora de rebozo. MARGARITA: Señora, señora, tenga usted. Buenos días. SEÑORA: Buenos días. (Ve el papel.) Ah, tú eres estudiante. MARGARITA: Sí, señora. SEÑORA: Pues ten mucho cuidado. Ayer fueron unos a hablar al mercado. Pobrecitos, los agarraron: les pegaron, les rompieron la cabeza y la boca y se los llevaron ... Ay, criatura, y a ustedes, las mujeres... MARGARITA: ¡Ya no me diga, ya no me diga! Tenga. SEÑORA: Que Dios te ampare. Mis hijos están en secundaria, pero también han ido a las manifestaciones. ¡El otro día los corretearon los tanques! ¿Tú crees? Les echaron los tanques encima. MARGARITA: A la Prepa 1 le tiraron la puerta a cañonazos. SEÑORA: Ya sé, hija, ya sé. Qué horror. ¿Por qué pasa todo esto? (Lee.) Y ustedes no explican nada.
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MARGARITA: Explicamos todo lo que pedimos. Es muy sencillo.
SEÑORA: Pero no explican por qué esta gente se porta así. Dame unos pocos de esos papeles, voy a pasarlos en el mercado. MARGARITA: Ay, sí, señora, qué bueno. Gracias. Le echa un fajo de volantes en el morral. SEÑORA: Si me llegan a agarrar, diré que alguien me los puso aquí. MARGARITA: Claro, eso. SEÑORA: Cuídate mucho. (Se va.)
MARGARITA: Gracias, usted también. Vuelve Jéssica con un muchacho. JÉSSICA: Mira, allí está mi amiga. ¡Margarita! MARGARITA: ¿Acabaste tan pronto? JÉSSICA: Él me va a ayudar. Le dejé muchos volantes y él los va a repartir con sus vecinos.
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24 MARGARITA: Ay, qué bueno, qué bueno. ¿Eres estudiante? MUCHACHO: No, soy hojalatero. JÉSSICA: Espéranos aquí un momento. Lleva aparte a Margarita. JÉSSICA: Oye, fíjate bien: ¿verdad que está muy mono este muchacho? MARGARITA: Parece que sí.
JÉSSICA: Ponte los lentes y velo. MARGARITA: ¿Por qué no te los pones tú? JÉSSICA: Porque no quiero que me vea con mis fondos de botella. Margarita busca y rebusca en su bolsa, halla los lentes, se los pone, lo ve, le sonríe. Se los quita, los guarda. MARGARITA: Está monísimo. JÉSSICA: ¿No está muy naco?
MARGARITA: Tantito, pero chulo. JÉSSICA: Bueno, entonces le vaya decir que nos acompañe. (Regresa con él.) Oye, ya hablé con mi amiga: ¿no quieres acompañamos y ayudamos? MUCHACHO: Pues ahorita estoy aquí trabajando y... (Duda.) Bueno, ándale. Vamos. JÉSSICA: Yo me llamo Jéssica, ella es Margarita. ¿Y tú? MUCHACHO: Yo soy Salomón Ruiz, para servirlas. JÉSSICA: Salomón, qué nombre tan sabio. MARGARITA: Mira, Salo, quédate aquí echando aguas mientras ésta y yo repartimos en otra casa. ¿Tú sabes distinguir a los agentes? SALOMÓN: Hasta en mole. MARGARITA: Pues si acaso ves algunos, entras y nos avisas para no salir y quedarnos allí quietecitas, mientras se van. SALOMÓN: Está bueno. JÉSSICA (coqueta): No te vayas a ir... SALOMÓN: Cómo crees.
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Se alejan. MARGARITA: Está reteprecioso, la verdad. JÉSSICA: Eso se me figuro. Qué bueno. Lo saludan y salen. PERIODIQUERO: ¿Y éstas adónde van? SALOMÓN: ¡Ah, carajo! Pero qué... Qué aventadas... PERIODIQUERO: ¡Están locas estas viejas! ¿Cómo van a meterse allí? SALOMÓN: ¡Y quieren que les eche aguas...! PERIODIQUERO: Oyes... ¿no serán agentes?
SALOMÓN: ¡Cómo crees! ¿No las ves? PERIODIQUERO: Pues sí, pero... ¿qué van a hacer allí? Vuelven ellas caminando muy tiesas.
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MARGARITA: No voltees, no voltees. JÉSSICA: Tú tampoco. SALOMÓN: ¡¿Qué pasó?! MARGARITA: Ese lugar estaba lleno de policías. SALOMÓN: Pues claro, si es la delegación. JÉSSICA: Yo creí que era una escuela particular. MARGARITA: Y yo creí que era un dispensario. SALOMÓN: ¿Pues qué no vieron el letrerote? LAS DOS: ¿Cuál letrerote? SALOMÓN: Están saliendo un montón de policías. MARGARITA: No corran, no corran. Vámonos caminando. JÉSSICA: ¡Viene un camión! Ahorita lo tomamos, como si nada. SALOMÓN: Órale, caminen...
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28 Caminan despacito, luego corren. Entran dos policías: uno echa mano a la pistola: se le fueron. POLICÍA 1: Pinches estudiantes, cómo pasas a creer. POLICÍA 2: Qué poca madre.
POLICÍA 1: Qué huevos tienen estas niñas. ¿Pues en qué se confían? POLICÍA 2: Rojillas, agitadoras, cabronas. Se burlan de uno, eso es. POLICÍA 1: Propaganda comunista. ¿Qué es lo que dice? POLICÍA 2: Piden... que se respete nuestra Constitución. Arruga el papel y lo tira.
POLICÍA 1: Ya van a ver por dónde les voy a dar Constitución si las agarro... (Lee su papel.) "¡Únete, pueblo!" ¿Estas pendejas pensarán que somos pueblo?... Rápido, se treparon al camión. POLICÍA 2: Se me hace que el camionero estaba de acuerdo con ellas... ¡Todos están de acuerdo! Se quedan viendo el punto por donde huyeron. POLICÍA 1: Dame la Extra, tú. El chico, distraído, le tiende el periódico. Cuando lo va a agarrar, se lo cambia por otro. POLICÍA 1: ¿Y ora?
PERIODIQUERO: Creo que a éste le falta una hoja. Salen los agentes. PERIODIQUERO: Las Noticias, la Extra, el Sol… Mientras vocea, furtivamente, hace una seña ofensiva a los que salieron TELÓN
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ACTIVIDAD 3 INSTRUCCIONES: ESCRIBE SEGÚN CORRESPONDA AL TEXTO ANTERIOR. “¡ÚNETE PUEBLO! ”
1.Forma
PROSA/VERSO
2.Género
LÍRICO DRAMÁTICO NARRATIVO
3.Tema
4.Autor 5.Tipo de texto: Narrativo Descriptivo Argumentativo
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Rúbrica de Identificación de Géneros Literarios
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Profesora: Adriana Reyes Márquez Hdez. Alumno: ________________________________________ CATEGORÍA Excelente 10 Buena 8 Regular 6 No satisfactoria 5 Forma El estudiante explica con El estudiante explica con El estudiante explica con precisión El estudiante tiene dificultad precisión cómo cada forma precisión dos textos cómo cómo algunos de los formas están relacionando las formas y al está relacionada al texto y con cada forma está relacionada relacionados al texto. texto. precisión determina si cada al texto. forma concuerda. Tema El estudiante puede nombrar los El estudiante nombra dos El estudiante nombra un tema, El estudiante no puede temas importantes del texto sin temas importantes, pero usa el usando dos textos de referencia. nombrar ningún tema tenerlo frente a sí mismo/a. texto. El/ella señala algún punto importante con precisión. importante. Tipo de Texto El estudiante localiza con El estudiante localiza con El estudiante localiza con precisión El estudiante tiene precisión al menos 5 elementos precisión al menos 4 al menos 3 elementos en el texto. problemas localizando y da una clara explicación de elementos y da una La explicación es insuficiente. elementos en el texto. por qué son éstos. explicación razonable de por qué son éstos . Género Lírico El estudiante puede reconocer El estudiante nombra algunas El estudiante nombra dos El estudiante no puede la características importantes al características importantes, elementos, usando al género lírico. nombrar ninguna referirse al género lírico. pero usa al género lírico. El/ella señala un punto importante. característica importante con precisión. Género Narrativo El estudiante recuerda varios detalles para cada punto importante al referirse al género narrativo. Género Dramático El estudiante recuerda varios detalles para cada punto importante al referirse al género dramático. TOTAL
El estudiante recuerda detalles para cada punto importante, pero necesita referirse al género narrativo.
El estudiante puede localizar al género narrativo cuándo mira el texto.
El estudiante no puede localizar detalles con precisión del género narrativo.
El estudiante recuerda El estudiante puede localizar al El estudiante no puede detalles para cada punto género dramático cuándo mira el localizar detalles con importante, pero necesita texto. precisión del género. referirse al género dramático.
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GÉNEROS LITERARIOS
GÉNERO LÍRICO
VERSO Y PROSA RIMA Y MÉTRICA SUJETO LÍRICO
TROPOS SONETO, MADRIGAL,ETC.
GÉNERO NARRATIVO
PROSA DIÁLOGOS NARRADORES TESTIGO, PROTAGONISTA Y OMNISCIENTE CUENTO, NOVELA, ETC.
GÉNERO DRAMÁTICO
PROSA PARLAMENTOS PERSONAJES ACTOS, ESCENAS Y CUADROS COMEDIA, TRAGEDIA, ETC.
ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS Carballido, Emilio. !Únete pueblo!. (ACTIVIDAD 3) https://www.youtube.com/watch?v=afAD4apdmeU Sabines, Jaime. “No es que muera de amor” ( ACTIVIDAD 1) https://www.youtube.com/watch?v=PhIEEggdhAE Quiroga Horacio. “El almohadón de plumas” (ACTIVIDAD 2) https://www.youtube.com/watch?v=lGIkUWv1THc
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BIOGRAFÍAS.
CYBERGRAFÍA
EMILIO CARBALLIDO
http://www.letraslibres.com/revista/entrevista/emilio-carballido HORACIO QUIROGA https://www.escritores.org/biografias/247-horacio-quiroga JAIME SABINES http://www.literatura.bellasartes.gob.mx/acervos/index.php/recursos/ articulos/semblanzas/1717-sabines-jaime-semblanza GÉNEROS LITERARIOS.
http://www.profesorenlinea.com.mx/castellano/Generos_literarios.htm http://www.ieslaasuncion.org/castellano/generos_literarios.htm
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