Compilao pal Deivid Mochilla (de AGRONEM)

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Bulla Baladí

(por AGRONEM)

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“En la garganta de un beodo muerto se quedan las palabras que despreció la poesía” (R. Dalton)


Prefaso

Refrán hechizo (o una lectura equivocada de la bulla baladí)

En la caleidoscópica concomitancia del terreno y la mirada, la deformidad, y sus actas de sílice, sacan ronchas a una página pulcramente encorsetada. Como una cumbre que se anula, veleidosa, las señales se suceden, encuentran fuera de su ámbito el posicionamiento mixto del dolor y la vagancia. No hay atisbo ingente en la palabra que subraye una ocasión, ni menos rasgos costumbristas en la descripción certera del mendigo atrincherado en sus frazadas. Lo inapreciable en un primer plano tembloroso, sumamente frágil, vuelve a sugerirnos aquello que la página delata: una disposición gráfica tendiente a chiflarnos. No hay concesiones con el tono. La denuncia (como toda acción destinada a desacralizarnos) no es verborrea panfletaria, es una herramienta que valida lo representado. Y los versos aquí son apuntes bien afilados: son un insulto meditado contra el soporte de las publicaciones.

Carlos Peirano Valparaíso 2015


E l

d e s e r t o r

d e l

d e s i e r t o A Deivid Mochilla…

Lejos de ser un hombre de mundo, medallista, de andar dando el ejemplo ambicioso y campeón, precipito de sobra, frustrado e infinitesimal, a las sombrías aguas del duelo abatido por los focos del cielo de utilería como un Ícaro antagonista de burdas telenovelas Me quedan así de grandes los escarabajos gigantes los suplementos de los kioscos ingentes las mañanas y por confundido tiro la toalla, cuelgo los botines, deserto del árido laberinto Ni modo que vaya silbando a tientas por el nocturno campo de fosas aunque dicen, es cierto, que el fracaso es el único fruto auténticamente forjado por uno Es fatal como cuesta ponerse los mismos pantalones acribillados, mientras los buscatalentos pasan en sus miopes catamaranes tentando a prometedores maremotos aún en ciernes, ofreciendo cetros a las jóvenes marejadas imbatibles… Soy sólo una común ondulación cuatrera entre tantas que ellos arrollan Refugiado dentro de la carcasa ahuecada del pódium, instalo en tal obscuridad y sordera, el instinto circense que me rebalsa: guía fatídico del soliloquio de mis extremidades Al tanto de que por fuera circulan las premiaciones majestuosas guardo distancia como el último, plácidamente, habiendo boicoteado con antelación el banquete ofrecido, acompañado nada más ni nada menos que de mis 100 guaguas negras


J u s t i c i a

l i m í t r o f e

Alguien o algo se pega en la celda su mejor dosis de insultos Escandalosa vinchuca ducha y reincidente El bacallo que le tirita en la calceta, ruega por su fuga, jurando show insano si no en la mente de todos los preciosos Acordó con un par exagerar el veneno en el calabozo Concordaron en los puntos alusivos a identidades falsas, migración de ovoides, fondeo en Huara, cerrando todo con un malicioso apretón A la durma en colcha de cemento y meao bajo cero Fotos a las 10 yeguas dactilares entrega de cordones cojos Alguien o algo puesto en la frontera ahora vestido de sello rojo

L a

O’ H i g g i n s

La palubra del señor en la zapla Antípoda de las catedrales solemnes Es cosa de ver a los feligreses desfundando sus York poniendo oreja al pastor mientras echan humos de múltiples colores, beben su trago o traman enroscadas transas Acólitos travestis y “débiles mentales” montan su eucaristía hedonista con coreografías hieráticas El párroco en buzo, cesante de por vida y maestro falsificador, reparte la amarillenta hostia frita o amasada con chicharrones consagrados Los teatros palidecen Carlitos Gustavo, el profeta fino, poniendo en su lugar a los que se pasan la película con algún mercader Lenguas de fuego brotan del pincel de Jim Mendoza salvando oportunamente de la pana a los fieles y frenéticos volados Amén, mañana el divorcio para con el reino de lo cierto


E n

l a

m a r c h a

Cuando te martirices diciendo "mi vida es un asco incomprensible y reiterado" recuerda que hasta la roca más trivial no guarda esperanzas y que ambas laderas de la ruta, festejan ya sea la soleada ya sea la sombría Vivir es un deslumbrante suicidio en cámara lenta, hazlo tibio sin más, hermano migratorio, machaca con afecto, embauca al corrector del canil, y acurrúcate en los muslos indómitos del relámpago cuando el sueño te invoque. Toda traza de pólvora en la carretera incógnita, recógela, es sagrada, es el beso alentador de un disperso derrocando al tiempo. Un sorbo y nos vamos ¿a dónde? a ningún sitio mortal.

D i p s ó m a n o s

d e l

r i t m o

El gitano y su Ayúdenmeeeeee, el Pepe y su sombrero atornillado, el Ale y su sombra canina, Miguel Nosé y su vino empolvado, Rastaboy y su basurero fantástico, El care simio y su saco e’ papa lleno de misterio, el Metaquímico y su pequeño teclado rosa, el Flauta y sus cañuelas zancudas, el Sohua y su rap rezonante, Ramazoti y su garganta de mosca, el Aprua y su wena wena, Abraham y su Garrincha, Diógenes macheteando nada; no entrarán ni por error a aquellos flamantes museos deprimentes. Porque esas ruinas les recuerdan otras ruinas más salvajes, donde pisotearon sus nubes eléctricas de etilismo y las metieron a un retén móvil, negándole, a la reveladora bulla del canto, el noctámbulo rocío de la intemperie maestra. Una aproximación: El tren de fuego/siempre impuntual/nunca espera a nadie/Queda ciego/y se echa a correr/por los rieles del instante… Raya para la suma: Cierren los museos. Abran las cárceles.


G r a c i a s,

p o r n o,

f u m a r

Por debajo de la persiana una luz clandesta tira la pócima en caja Con un kilo e’ cara ebullendo a la siga del daño Soy cara de niño, con alma de hambre Cuatro pesos, cuatro mentes + los que lleguen Pero aparece la descarada faceta del civil de luma limítrofe Nuestra cara turbia mirándose en un charco fiel Saltar la reja, primero Mala cara, sencilla e ilegal Cara larga Rostro cortopunzante, cortoplacista Carcajada índica indicar vaso e’ vino ¡Su majestad, inmorales! Arrastran la cara chupaa La pera podría Volando de acá care cóndor veleidoso, sucedáneo hechizo de la elite carnicera. Le pegamos una risa espacial, de odio contagioso ocio espeso de errabundos rayando en medio de la niebla Segundo, chiste entre rejas Performan(ce) con las bestias patrulleras, todas a pila Jugosidad parcial El ardor del esmalte en el ano humano durante un frío otroño La paleta de colores es escasa en la tortura del calabozo… Cara diabólica plasmada en el templo recibe a sus serios fieles Sus orejas dibujadas son un par de frutos azules Caerán maduros de la copa facial al suelo escucharán lo que las raíces y los topos sin techo parlan En lo cico: baba o cebada Murallas maquillaas de insomnio y riña Cualquier sonrisa burda en las escalas puro mostrando la calavera y su tóxica encía patrimonial Tarasca abierta pa escupir spray por la garganta técnica guanaca, nerviosa si


Tercero, toos raja Sueño colectivo: cuerpos pintados por dentro. Tatuarse en las tripas una sinfonía maldadosa El humo(rismo) del tabaco te matará a ti y ¡GRATIS! A los que te rodean (Risas, en espiral)… gracias, gracias, nada voy a cooperarles Ya tu saes, porcino policíaco, guardo mis bolsillos para un imperio sin valor

“El Parroquiano” Juan Mochi(lla)


U n o que aún sigue como polución sin señorío de cerumen congratulado solo con su sollozo crudo más la resaca de los guetos en la toz acudirá lleno de ayuno a la boca funeraria de la multitienda Sorprendido quedará al verse en los vidrios entre los maniquíes vagabundos Pedirá que saquen su reflejo módico de la vitrina de inmediato, o que por piedad le depositen las sangres que le deben Por justicia la descendencia amputada en vez de las paranoias las panaderías que le deben en lo óseo O sea mínimo mínimo si van a explotar su ajada imagen de moda


Morí, digamos, por un ajuste de cuentas con mis propios demonios, o por pedirle la hora al criminal incorrecto, justo cuando éste arrancaba raudo de su escena sangrienta. Por una gamba toa cagaa que negué en la entrada del muelle me faenaron, despiadadamente. No. Parece que me maté cabalgando sobre una botella irracional una tarde bochornosa. Creo haber muerto de manera accidental, por regar de improperios los estandartes de una lacrimógena carnicería. Para nada, inverosímil. Estoy enterrado vivo entre recuerdos vagos, supongo, porque me habrán confundido con un muerto de por ahí. Alguno del Almendral de mirada diáfana y sudor color aceituna. Mis palabras no suenan a nada de este mundo ya. No estoy seguro de darme a entender sobre la tierra. Encerrado en esta tumba todo ejercicio se detiene. La falta de espacio da una comezón que nunca logra ser satisfecha por ser inmaterial. La oscuridad de este momento me hace sentir como si estuviese sumergido en negras aguas mansas bajo un cielo ausente de estrellas… La oscuridad del reposo, el reposo de las palabras que nos volvemos. Cómo harán los vivos para entender este idioma inaudible de larvas y raíces. Cómo harán para traducir mi lengua de ultratumba y que me saquen de una vez. Me mataron bajo los efectos del pentotal sódico tras un interrogatorio cobarde que aún sigue impune. Casi posible. Me mandaron a matar por ruidos molestos durante la noche de san Juan, probablemente De hecho, lo último que recuerdo haber visto, medio difuso, fue un monstruoso ángel harapiento, alegre y chispeado, tocando bajo una higuera en llamas. Los que jugaban carioca conmigo hasta las tantas, ¿luego resultaron ser mis propios verdugos? Nunca he muerto, Ni he vivido. Cuando respiraba, sin memoria me moría. Ahora, de esta osamenta, sólo vivirá su olvido. “Ahora, tristemente, veo la respuesta: toda su vida ella fue una bailarina, pero nadie tocaba la canción que ella sabía bailar” (Los Residentes)


M i é r d o l e s “Hablar es mentir, vivir es colaborar” (William Burro) Un irrigado grito corriéndose por tu concha volátil por el peaje difuso que inflama mis manicomios o batido filudo de proporción terrible, redentor más que cualquier dios de turno Encajados en un espejismo desde la carne, gaseosa Metí bulla en ti incorpórea congregación de huecos nadería agrupada y sonamos calcados. Hasta aquí con el villano velo del vocablo Si todo este malestar fuese canjeable por algo más que un pozo acumulado de dudas y duelos En las bocas que esperan ásperas, una U invertida como gesto constitucional, recuerdo y deshecho aquellos retratos sin fuga Hasta aquí la medicación decente y sus jueces ya hacia el reverso el compromiso para con la muerte es de la A a la Z. Dijeron que el baile era gratis lo aseguraste pero tuve que montarme este traje accidentado e invadirte contra la pared hasta parir fantasmas en proceso La invitación decía que el baile era gratis que nada había que sacrificar me convenciste pero tuve que accidentarme el aguijón equívoco y frotarte esa nube erógena descosiéndose en el proceso Corriese la voz de que el baile costaba 0 pesos había que puro llegar e instalarse pero tuve que afeitarme esta actitud de jabalina mordaz y degustar tu abundancia ilusoria hasta el orgasmo seco del proceso. El pioneta brumoso, compañero de la madrugada al volante, despellejado y rugiendo de sebo su cuerpo gris, pronunció por sus suturas que lo preciso, además de enmudecer, era dejar de escuchar las cátedras de la enajenación …ayer fue Martirio, mañana Juebestial ¿Hoy no es Miérdoles?... matarse para que la fe no nos halle.


O d i o

t o d o-p o r-e l-o c i o1

Llamado a borrar El sonido de las cosas Las horas sobran No hay dinero Dentro e’ loh huesos Para amenizar Amaneceres frustrados Toy de tu lado Todo de nuevo Partir de cero Trocar el cielo Para amenazar Atentados a su siembra Ni hombre ni hembra Todo de nuevo Partir del suelo Robarse el sueño Llamado a evitar El vivir como las cosas Ruina lujosa Vez que no es de oro Este gran odio Este gran ocio

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Música y letra: HAMBRES TRABAJANDO. Título: Martín Káncamo


C á u s t i c o

Previo al perseguido paso al precipicio reconozco las ansías de soñar con todos los que alguna vez guardé la más mínima alianza Cómplices muertos y vivos convocados reunidos en torno al fervoroso fogón fraterno de nuestra bella orilla reprobada chupando de inmortales damajuanas silvestres compartidas sin excepción Cuanto complica lo de considerarse aquel ciudadano continuo, o contigo si quiera parecer la perpetua persona que te place Previo a degollarme incivilizadamente por la espalda ya no sirve simular Qué se arme la venenosa bulla de clima desbordado un remate de cánticos irracional en donde nadie se olvide mañana de alguien al fin Previo al legítimo abandono el débil llamado a la compañía es este un débil llamado a la compañía


Adiós a la Poesía Y larga vida al cerdo que se lame Larga vida al caníbal que nos espera (Leopoldo Paría Manero)

…a Miguel Nosé El jazz de los crepúsculos invade la zona lo amerita el limbo y sus lobos lívidos atrae su himno(sis) de sirenas decapitadas Otra historia inútil aflora en el estercolero Una veleidosa hipotermia nos abriga el nomadismo Arde el hongo inseparable en los pliegues de estas extremidades sin chofer El mausoleo de los fugitivos abduce a un desdentado nuevo En el pescuezo, su infaltable rosario de parásitos cavila ajenos al mal de la lombriz solidaria Claustrofobia rojiza a cerros del réferi y su frigidez El panteón de los cáusticos recibe a un desapercibido rufián Su cuerpo marchito, trazado a penas, habla de una alergia jovial que macheteó inclemente entre garras oscilantes Imposible olvidar aquel escorzo devastado por el puritano escozor de la noche Los cuerdos seguirán redactando estos hechos según la declaración de su triunfante captor: abusivo, aburrido, ajeno La gente, no se da cuenta Debajo de los adoquines ocurren situaciones Entre baratas y tijeretas truequeando ropa amamantando a su prole negra Así rememorarán sus compatriotas del aire, violado y viudo, que Errar es divino Aquí sus últimas palabras, polinizando durante lo eterno, a los aflorados antropófagos de sí mismo: …y sepan bien, que cuando esta nación se destruya y extinga sus restos serán: Huesos de Huasos Fósiles de Fusiles Y las Sotanas de Satanás


Palabras al cierre por Dj Khayyam2:

Nadie puede comprender lo inefable. Nadie es capaz de ver lo que se oculta detrás de lo aparente. Todas nuestras moradas son provisionales, salvo la última: La morada de la tierra. ¡Bebe vino! ¡Basta de inútiles palabras!

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Omar Jayyam o Khayyam (Nishapur, actual Irán, 1048 - id., 1131) Poeta, matemático y astrónomo persa.



(Léase picao a italiano) Dentro de las fronteras de la marginalidad de nuestra distopía, existe un mundo nostálgico, subterráneo y brillante, como los ojos de un borracho, tan distópico como del que precede, dado que se alimenta de las sobras de un cáncer urbano. Sin embargo, a diferencia del otro, en este mundo existen historias reales, de supervivencia salvaje, donde las costumbres se forjan al filo del frío invernal y humano, y en él peregrinan avezados exploradores al borde de vivir por más de un invierno en aquel linde. Allí se cultiva la cultura verdadera, la que vocifera sobre cada centímetro poblado de soberanía, la que es enmudecida por el ruido atronador de televisores conspiradores. «Bulla baladí» es un grito llameante a una tierra porteña, y, a la vez, un ruido sin importancia contra los reptiles del parque idiosincrásico, una burla al esnobismo de aquellos velocirráptores ridículos, disfrazados de occidente, siguiendo la cola evolutiva de la última maratón de la formalidad absoluta. «Bulla baladí» es una arenga para los haraganes que nunca tuvieron ánimo de participar, un destrice al ánima de los distraídos que no escucharon el pitido inicial, y una desolación para los desilusionados quienes previeron, camino a la meta, jaurías matando ilusiones a mordiscos. En la realidad, la que se oculta bajo las heces sobre nuestras faces enterradas, no existen títulos ni distinciones que nos favorezcan, sólo la honestidad y autenticidad de nuestra camaradería, para que nadie se olvide mañana de alguien al fin. Roberto Spiaghini


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