LA CAÍDA
En el Edén, Adán y Eva escogieron desviarse del diseño de Dios para la vida. Sus acciones arrojaron sus existencias y las de toda la creación a un dolor y sufrimiento indescriptibles. Si tan solo hubieran escuchado, si tan solo hubieran sido fieles, todo el mal que siguió habría sido evitado. Pero confiaron en sí mismos antes que en Dios, y escucharon al diablo. Desde entonces, la historia de la humanidad ha estado marcada por la infidelidad al diseño de Dios para la vida, la falta de confianza en Dios, el dolor, el sufrimiento y la muerte. EL RESCATE
Martes
¡Disfrute de una vida plena! Vivamos los principios divinos de salud TORBEN BERGLAND
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uimos hechos para un mundo mejor. Fuimos hechos para disfrutar de vidas mejores. Cuando Dios creó este mundo y colocó a la humanidad en medio de él, «Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno» (Gén. 1:31, NVI). Dios diseñó el mundo, y la vida que está en él, para que fuesen perfectamente buenos. Fuimos creados para tener vidas que, en cada acción, pensamiento y sentimiento, reflejen, proclamen, celebren y disfruten de cuán bueno es Dios. Esa era y sigue siendo la intención y el deseo de Dios para nuestra vida. Pero algo salió mal. 10
Noviembre 2020 AdventistWorld.org
Dios, sin embargo, no nos ha abandonado. Está tratando continuamente de alcanzar a cada ser humano. Siguen en pie su intención y deseo de que exista el bien en este mundo y en nuestra vida. Pero el diablo se encuentra en la misión de atacar todo lo que es de Dios, todo lo que él creó, todo lo bueno, todo lo que es vida. Vivimos en medio de este gran conflicto entre Cristo y Satanás, entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte. Cristo está buscando salvar, mientras que el diablo busca destruir. Todos hemos caído víctimas de los ataques del diablo. Todos nos hemos apartado e ido por nuestros caminos (Isa. 53:6). Pero donde el diablo busca destruir, Dios ya está allí para buscar y salvar (Luc. 19:10). Dios no nos ha abandonado, ni ha abandonado a este mundo. «He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia» (Juan 10:10),1 dijo Jesús. Su misión era y es contrarrestar y vencer el mal del diablo, quien viene «para hurtar, matar y destruir» (vers. 10). La misión de Cristo en el mundo es vida, y vida en abundancia. La misión del diablo es la muerte. No hay Fotografía: Ethan Rheams