Agamen贸n Volv铆 del supermercado y le di una paliza a mi hijo
La presente edición fue realizada por convenio entre Los Textos de La Capilla Segunda Época y el colectivo de creadores independientes Comando Santa Lucía. El texto La democracia encadenada de Naomi Klein fue tomado del libro Vallas y ventanas, tr. Ramón González F., Paidós, España, 2002, con autorización de la autora.
2
Los Textos de la Capilla Segunda Época Dirección Editorial: Boris Schoemann y Ximena Escalante Coordinación Editorial: Manuel Valdivia Primera edición: 2008 Madrid 13, Col. Del Carmen Coyoacán 04100 México, D.F. 30 95 40 77 56 58 62 85 e-mail: teatro_lacapilla@yahoo.com Rodrigo García ©Derechos Reservados Diseño: Omar Inzunza Fotografías: Livia Radwanski, Iván Lomelí Este libro no puede ser fotocopiado ni reproducido total o parcialmente sin el consentimiento del autor.
4
AGAMENÓN
VOLVÍ DEL SUPERMERCADO Y LE DI UNA PALIZA A MI HIJO
Rodrigo García
6
PRÓLOGO La democracia encadenada ¿A quién beneficia el libre comercio? Junio de 2001
D
urante la Cumbre de las Américas celebrada en la ciudad de Quebec en abril de 2001, el presidente de Estados Unidos George W. Bush proclamó que el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) serviría para profundizar en un “hemisferio de libertad”. Bush argumentó que “las personas que trabajan en economías abiertas acaban exigiendo sociedades más abiertas”, con lo cual no hacía sino equiparar explícitamente globalización y democracia. ¿La globalización favorece realmente a la democracia? Depende del tipo de globalización que creemos. El sistema actual se limita a ubicar la toma de decisiones en instituciones opacas y no representativas, pero hay otras opciones posibles. Aquí, y en el resto del mundo, la democracia es una opción que exige vigilancia y renovación constantes. El presidente Bush parece tener otro punto de vista. Como muchos otros defensores del actual modelo económico global, afirma que la democracia no es tanto una elección activa cuanto un efecto progresivo del crecimiento económico: los mercados libres crean personas libres. Ojalá la democracias fuera
7
cuestión de un simple laissez faire. Por desgracia, los inversores han demostrado estar perfectamente dispuestos a apoyar monarquías opresivas como la de Arabia Saudí, o el autoritarismo comunista en China, siempre y cuando estos regímenes se dispongan a abrir sus mercados a empresas extranjeras. En la búsqueda de mano de obra barata y recursos naturales, los movimientos por la democracia son con frecuencia pisoteados. No cabe duda de que el capitalismo prospera en las democracias representativas que asumen políticas favorables al mercado como la privatización y la desregulación. Pero ¿qué pasa cuando los ciudadanos toman decisiones democráticas que no son tan populares para los inversores extranjeros? ¿Qué ocurre cuando deciden nacionalizar, por ejemplo, la compañía de teléfonos o ejercer un mayor control de su riqueza petrolífera o mineral? Los cadáveres hablan por sí solos. Cuando el gobierno democráticamente elegido de Guatemala introdujo reformas radicales en la propiedad de la tierra en los años cincuenta, poniendo fin al monopolio controlado por la United Fruit Company de Estados Unidos, el país fue bombardeado y el gobierno desalojado del poder. Por entonces, Estados Unidos proclamaba que se trataba de una cuestión interna, pero nueve años después el presidente Dwight D. Eisenhower concluía: “Tuvimos que deshacernos de un gobierno comunista que había tomado el control”. Cuando el general Suharto escenificó su sangriento golpe en Indonesia, en 1965, lo hizo con la cooperación de Estados Unidos y Europa.
8
8
Roland Challis, corresponsal de la BBC en el sudeste asiático en aquellos momentos, afirma que “abrir de nuevo el país a las empresas británicas y al Banco Mundial era una parte del trato”. Del mismo modo, fueron las fuerzas del “libre mercado” de Estados Unidos las que instigaron el derrocamiento militar en 1973 del presidente chileno elegido democráticamente, Salvador Allende, lo que finalmente condujo a su muerte. (En aquel momento, Henry Kissinger pronunció su famoso comentario de que no debía permitirse que un país “se hiciera comunista debido a la irresponsabilidad de su propio pueblo”). El actual discurso de Washington sobre la necesidad de echar de su asiento al presidente venezolano Hugo Chávez muestra que esta lógica terrible no murió con la Guerra Fría. Sin embargo, hoy en día, la interferencia de libre mercado con la democracia adopta formas más sutiles: un directivo del Fondo Monetario Internacional que exige a los gobiernos que impongan una tasa a los usuarios de la asistencia pública, o que reduzcan en miles de millones el presupuesto destinado a los servicios públicos, o que privaticen el agua. Es un plan pensado por el Banco Mundial para construir una inmensa presa sin consultar a las comunidades que se verán obligadas a desplazarse a causa del proyecto y cuyas formas de vida desaparecerán. Es un informe del Banco Mundial que exige mayor “flexibilidad” en el mercado de la mano de obra de un país muy endeudado –incluyendo restricciones de los convenios colectivos– para atraer a los inversores extranjeros. (Si se resisten y se defienden, pueden verse calificados de terroristas, y se permitirá cualquier forma de suprimirlos).
9
A veces la interferencia es una queja a la Organización Mundial del Comercio a causa de la “discriminación” de una compañía postal extranjera originada por la propiedad pública del servicio nacional de correos. Es una guerra comercial librada contra los países que han decidido democráticamente prohibir las reses tratadas hormonalmente o distribuir gratuitamente a sus ciudadanos medicamentos contra el sida. Es la incesante petición de recortes fiscales de los grupos de presión empresariales de todos los países, que se apoyan en la omnipresente amenaza de que el capital se marchará a otra parte si no accedemos a todos y cada uno de los deseos de las grandes multinacionales. Sean cuales fueren los métodos empleados, los “mercados libres” casi nunca defienden ni toleran a las personas verdaderamente libres. Cuando hablamos de la relación entre globalización y la democracia, necesitamos tener en cuenta no sólo si las naciones se han ganado el derecho a depositar las papeletas electorales cada cuatro o cinco años, sino también si sus ciudadanos siguen considerando significativas dichas papeletas. No sólo debemos tener en cuenta la presencia de la democracia electoral, sino también examinar la calidad de la vida cotidiana y la profundidad de tales libertades. Cientos de miles de personas toman las calles allí donde se celebran reuniones sobre comercio no porque se opongan al comercio en sí mismo, sino porque la fuerte necesidad de puestos de trabajo e inversiones está siendo sistemáticamente empleada para minar todas nuestras democracias. El comercio
10
10
inaceptable es aquel que erosiona los derechos nacionales a cambio de la inversión extranjera. Lo que más me disgusta del argumento de la democracia de goteo es la escasa justicia con que trata a los que lucharon y siguen luchando para conseguir un cambio verdaderamente democrático en sus países, ya se trate del derecho al voto, al acceso a las tierras o a la creación de sindicatos. La democracia no es obra de la mano invisible del mercado, es obra de manos reales. Con frecuencia se afirma, por ejemplo, que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte está llevando a México a la democracia. En realidad, son los trabajadores, los estudiantes, los grupos indígenas y los intelectuales radicales quienes están forzando lentamente a la intransigente elite mexicana a introducir reformas democráticas. El TLCAN, ampliando las diferencias entre ricos y pobres, ocasiona que esta lucha sea más activa y difícil. En lugar de esos movimientos democráticos caóticos, subversivos y pertenecientes al mundo real, el presidente Bush nos ofrece una tranquila y adormecedora canción de cuna: sólo tienen que relajarse y esperar a que los derechos les lleguen. Pero, contrariamente a esta letárgica visión de la democracia con cuenta gotas, la globalización, en su forma actual, no implica libertad. Tampoco lo hace el libre mercado o el fácil acceso a una Big Mac. La democracia de verdad –la capacidad de tomar decisiones en manos del pueblo– siempre se exige pero nunca se otorga. Naomi Klein
11
INTRODUCCIÓN
L
levar a escena los textos de Rodrigo García es una ingenuidad. Rodrigo García escribe al lado de sus actores, escribe en el escenario y aborrece el teatro de la palabra memorizada. Montar una obra de Rodrigo García fuera del contexto íntimo en el que crea es darle la primera puñalada por la espalda a esta dramaturgia concebida al lado de sus compañeros de ideas. García es un autor teatral en el más amplio sentido de la expresión, escribe en la escena y para la escena, no para lectores, cómodos en sus sofás, sino para incómodos espectadores convocados a las butacas de un teatro. Los antagonistas de su teatro son los espectadores. Estamos frente a un creador escénico que ofrece una dramaturgia muy depurada y personal, íntima. Casi todo en su literatura obedece a referencias personales directas, autobiográficas, rara vez son actos imaginativos. Su discurso personal se esconde detrás de las palabras y se disfraza en distintas voces. Las voces femeninas son, aparentemente, sus preferidas para exponer esta intimidad. Rodrigo García ha tenido una continuidad envidiable en su trabajo que le ha permitido depurar su escritura dramática. En 1989 fundó La Carnicería Teatro y desde entonces no ha parado. La Carnicería Teatro surgió como una propuesta novedosa frente a la escena madrileña acartonada y aburrida de principios de los noventa, demasiado academicista para los gustos e intereses de los que acompañaron
12
12
a García en sus primeros montajes. En sus inicios, este grupo tenía marcadas referencias a las artes plásticas contemporáneas y apelaba a la atención de sus interlocutores –los espectadores– de una manera muy específica: hablarles directamente a los ojos exponiendo ideas sobre las circunstancias que compartían con ellos. La pregunta que se hacían en un inicio los integrantes de La Carnicería Teatro parecía decir: ¿Por qué la gente que hace teatro hace siempre los mismos textos? ¨Hamlet ¿qué riqueza tiene? Aparece un personaje y destroza toda la ilusión. Todos sabemos que es un actor que representa. Es imposible aguantar más de diez minutos en el teatro¨ dice Rodrígo García en una entrevista. Y yo me pregunto: ¿Por qué los clásicos se convierten en tótems y por qué parece que nos cuesta mucho trabajo hablar de la circunstancia caótica que nos rodea? ¿Por qué seguir educando en las escuelas de teatro a puros intérpretes y ejecutantes y no a artistas y pensadores contemporáneos que hablen desde la escena? Ante este panorama reaccionaron muy pocos y, entre ellos, están sin duda los creadores de La Carnicería Teatro. Las primeras voces en la dramaturgia de Rodrigo García aún cumplían las veces de personajes, pero poco a poco se fue alejando de la fábula para lograr un lirismo más desarrollado, no por eso menos dramático o menos teatral. Le confirió a la dramaturgia en castellano una voz contemporánea. Los personajes dejaron de aparecer, las palabras llegaron a un estilo más sofisticado; el diálogo, la progresión y el conflicto tuvieron un contenedor más abstracto, pero no por ello críptico o alejado del
13
lenguaje teatral. Todo lo contrario. Estos elementos abstractos de la escritura dramática, lo sitúan en un lugar más cercano a los lenguajes contemporáneos: desde el video hasta los informes diarios de Wall Street en Google. Hay que ir al teatro de Rodrigo García para saber lo que opina sobre lo que está pasando alrededor. Su perspectiva política y su crítica social, constantes en sus obras, alcanzan gran lucidez en Agamenón. La crítica al sistema es directa y contundente, con la obviedad necesaria para entender por qué en el mundo desarrollado se desperdicia la comida y por qué en el mundo subdesarrollado o emergente la gente se muere de hambre. Y por supuesto –para entender la complejidad de la mezquina naturaleza humana– el tono del texto es la ironía más recalcitrante. Agamenón parte de una anécdota muy sencilla para hablarnos de situaciones complejas e irresolubles: un padre le explica a su hijo el concepto de TRAGEDIA en un Kentucky Fried Chicken. La noción de conflicto en la dramaturgia de Rodrigo García se basa en la contradicción y aparente incoherencia del individuo ¿Por qué un sujeto con plena conciencia social y política se convierte en un violento golpeador de su familia? El planteamiento exige rebasar los cuestionamientos morales. No hay que quedarse en el plano inmediato de la situación, hay que entender la hondura y lo que está detrás de cada esbozo anecdótico, por muy obvio que parezca. Las situaciones violentas son necesarias para ampliar la atención del espectador y sugestionarlo para lanzarle un discurso duro. Un juego propio
14
14
del sistema político occidental: propiciar situaciones colectivas extremas como crisis económicas, inseguridad, guerras y dictaduras, o aprovechar los desastres naturales como terremotos e inundaciones para imponer estructuras económicas y sociales “adecuadas” que favorecen a “ya sabemos quienes”. Y si no sabemos basta con abrir el periódico o encender el noticiero televisivo. ¿Por qué llevar a escena Agamenón y además editarlo, hacer un libro? Para asumir una postura política como creadores escénicos y confrontarla, por un lado, con los espectadores y por otro, con los lectores. Buscamos espectadores indecisos, esos que llegaron al teatro “quién sabe cómo” no espectadores que, a punta de repeticiones, han perdido la capacidad de reflexionar ante la confrontación. El propósito no es humillar o exponer al público, sino confrontarlo con la reflexión y sacarlo de esa comodidad a la que está acostumbrado, la comodidad que da la distancia que hay entre la sala y el escenario y así, entablar un diálogo directo, ya sea actor-espectador o lector-texto. Dice Rodrigo García que los mejores textos de teatro son los que le oponen resistencia al mismo teatro. Comparto esta idea. Los textos para la escena que parecen más difíciles y que no tienen ninguna indicación al margen (acotaciones), son los que resultan más estimulantes para trabajar. Son los que nos obligan a entrar hasta la cabeza del autor para intentar entender por qué dice lo que dice y bajo qué perspectiva lo ve y así comprender completamente la materia prima, sumarle nuestro punto de
15
vista y trabajarlo con la gente que se involucra en el proyecto para transformarlo en acción y conflicto. La comprensión a profundidad del material es lo que le da claridad y contundencia a los espectáculos. Cuando en escena un actor habla y no entiende lo que dice, se nota. Un texto no sólo debe ser trabajado de manera intelectual dentro del teatro. Hay que entenderlo de distintas maneras y con distintas herramientas: no hablo sólo de la vividura por la vividura, me refiero a la comprensión emocional del texto, a la comprensión física del texto. Muchas veces el trabajo de mesa y las discusiones para entender un concepto complicado estorban al trabajo creativo; para transformarlo en acción, hay que salir a la calle y confrontarlo con la realidad. No sé por qué parece que el teatro desprecia la calle, hasta la publicidad sabe que muchas de las respuestas están en la calle. Hay que salir a buscar los estímulos y no quedarse sólo en la literatura, en la teoría o en el psicodrama en el que a veces se convierten los ensayos. Es tan sencillo y simple como observar o preguntar. Hay que dejar que la materia prima vaya marcando el camino a explorar. Y cuando se toma el camino equivocado y uno se da cuenta, hay que rectificar y no quedarse a medias, porque eso también se nota en escena. Al final del día hay que tener la capacidad de decir: no me guardé nada, no dejé nada en el tintero o no dejé nada para el próximo montaje. Es nuestra obligación, para no engañarnos a nosotros mismos ni al espectador. Hay que evitar la tendencia actual de utilizar las
16
16
convenciones teatrales para engañar y engañarnos, pensando que el espectador es ingenuo cuando resulta en realidad que el espectador siempre está más atento esperando el error o concentrado en descubrir el truco que en tragarse el cuento. Si la televisión, el cine de Hollywood y OCESA subestiman al espectador y lo tratan como imbécil, el teatro independiente debe sacarlo de su aletargamiento, no subestimarlo y estimularlo para que critique y exija.
Agamenón es un texto furioso e incluso resentido, pero sin pretensiones culteranas. Intenta alejarse de lo aleccionador y descubre una cortina que nos obliga a voltear a nuestro alrededor. Nos obliga a percatarnos de nuestro entorno y aspira a sembrar un gramo de conciencia para eludir la indiferencia. Cada quien tendrá su lectura y podrá contradecir o confirmar lo que aquí se dice, en el texto y en la escena. Incluso podemos estimular la confrontación pero lo que no podemos hacer es ser indiferentes o solapar la indiferencia; la indiferencia es la ausencia en presente y el teatro aspira permanentemente a conquistar el presente y a hacernos concientes de él, de otro modo, el juego no tiene chiste. Luis Sierra
17
ENTREVISTA VÍA CORREO ELECTRÓNICO CON EL AUTOR Luis Sierra.- Tengo la impresión que Rodrigo
García se tomó una larga pausa después de Agamenón, creo que su propio trabajo se convirtió en un producto cultural muy solicitado que lo llevó a ser un producto de consumo más, algo que criticaba en sus creaciones. Es decir, Rodrigo García hacía una crítica mordaz a la sociedad de consumo que terminó por convertirlo en un producto cultural básico de los festivales ¿Qué tan real es esta impresión que tengo? y ¿Cómo lograr la coherencia artística frente a un mercado cultural tan absorbente como los circuitos de festivales europeos?
Rodrigo García.- Es contradictorio. Porque
trabajar sin medios no es lo mejor que te puede pasar. Lo digo por mi experiencia en España, donde los gestores culturales atacan hasta la muerte cualquier asunto radical en artes escénicas. Y donde hay unos mecanismos perfectos para esconder a los artistas diferentes, los que no hacen el teatro de siempre, en salas alternativas y asfixiarlos con ayudas económicas de risa. Yo trabajé 14 años en una agencia de publicidad, por la noche ensayaba y lo producíamos con el dinero que yo ganaba en la agencia. Los actores hacían la escenografía y no cobraban casi nada. Luego aparecieron los franceses y luego, italianos, alemanes y suizos. Me dieron los medios y me llevé a mi compañía a producir fuera y pude dejar mi otro trabajo y dedicarme al arte. El
18
18
mercado nunca nos hizo cambiar las ideas de las obras, y menos su forma. Al contrario, cuanto más acomodado era el público, más dura era la forma que teníamos de expresarnos. Más agria. Es cierto que me gusta el humor, pero es agrio.
L.S.- Alguna vez te escuché decir en una entrevista
que si la gente dejaba de interesarse por las creaciones de La Carnicería Teatro en España te retirarías a leer y a remontar las mismas creaciones pero en teatros nacionales franceses, últimamente trabajas mucho en Francia ¿se cumplió esta intuición?
R.G.- No es así. La gente en España tiene el mismo
interés que en México, Francia, o Tanganica. Otra cosa es que no lleguen al público las creaciones. En Francia e Italia producimos obras grandes. En España no entran en salas pequeñas. Los teatros grandes de España, salvo dos excepciones, no las quieren. Entonces giramos por otros países de Europa y no por España. Es responsabilidad de los gestores culturales. Consideran minoritario lo que ellos desconocen. Ten en cuenta que los políticos no son gente cultivada. A partir de ahí, todo se empieza a torcer ¿Puedes creer que los políticos no leen filosofía clásica? Por eso nada funciona.
L.S.- Agamenón es un texto furiosamente político,
decías que tenías miedo de perder tu capacidad poética por un discurso político cada vez más obvio y directo ¿No crees que es más necesario en el teatro contemporáneo un discurso político inteligente que una voz poética intimista?
19
R.G.- Depende la realidad de cada país. Del momento histórico. De todas maneras, se necesitan artistas con voces diferentes. Lo mejor y más rico es que en un mismo país la gente pueda encontrarse con obras de arte políticas y también con otras poéticas y abstractas. Los artistas se complementan y así son útiles socialmente. Pero hay una competitividad estúpida, propiciada a veces por los propios artistas, a veces por los gestores culturales, a veces por los críticos y medios de comunicación. Y es un error. Hay espacio para todos. Y que la gente elija. Porque también hay público para todo.
L.S.- Me parece que el teatro occidental no
encuentra su lugar en la sociedad, no sabe la manera de ser parte de su entorno y repercutir de alguna manera en él, creo que le cuesta trabajo colocarse en un lugar, no es parte de las audiencias masivas pero tampoco lo es del arte contemporáneo, las comunidades teatrales son muy caníbales y se quejan de las mafias artísticas ¿crees que el teatro deba de transformarse más violentamente? la danza, el video o las dramaturgias novedosas parece que no lo ayudaron mucho en los últimos veinte años.
R.G.- El problema son los circuitos de exhibición.
Siempre son “teatros”. Siempre son “festivales”. Siempre son “eventos”. Parece que dentro de esta clase de jaulas, la obra pierde sentido y potencia. Por ejemplo, es difícil que acuda a uno de estos festivales el albañil que trabaja estos días reparando un muro de mi casa. El arte llega solamente a una minoría. Tengo desconfianza. No digo que tenemos que cerrar los teatros. Pienso que hay que abrirlos.
20
20
Usar los presupuestos para trabajar dentro y fuera de los teatros. Y contar también con la televisión y la radio como herramientas de cultivo, no de entretenimiento.
L.S.- ¿Cómo fue el proceso de creación de Agamenón y cómo fue el proceso de escritura?
R.G.- Malo como todos los míos. Me llevé buenos
actores y un grupo de Rock a un sitio en Sicilia donde no había nada. Ahí se trabajó, en una especie de desierto en Sicilia. El texto lo escribí en un rato, en unos días. Se lo di a Gonzalo, para ver si podía aprenderlo de memoria en un tiempo récord, muy próximo al estreno. Es decir que trabajamos dos meses, unas doce personas, sin texto, solamente acciones y música. El texto lo dejé en el medio de mi montaje, que duraba dos horas, aislado, solo, dicho de un tirón, sin “escenificarlo”. Era una parte de otra mucho más amplia. Siempre me gusta diferenciar texto de obra teatral. La obra teatral es muy importante, se hace con sudor, con cuerpos. El texto no es tan importante, se hace con palabras de una persona cualquiera. Otra cosa es que lo escriba Chesterton, pero no es el caso ni por asomo.
21
22
22
AGAMENÓN -VOLVÍ DEL SUPERMERCADO Y LE DI UNA PALIZA A MI HIJOVolví del supermercado y le di una paliza a mi hijo. Volví y me di cuenta de que había comprado dos o tres veces las mismas cosas. Y que, para colmo, había comprado un montón de cosas que odio. Dije: Vamos a ir al supermercado todos juntos, a pasar la pinche tarde. Que a ustedes les encanta pasar la pinche tarde en el supermercado. Pero al final recapacité y dije: ¡Mejor se quedan en la casa, voy yo solo y van a ver qué sorpresas! Voy a sorprender a la familia y voy a hacer el súper de todo el mes yo solo. Llego al supermercado y en chinga
23
tomo tres carros. Voy en chinga Y la cajera me dice: Usted no puede agarrar tres carros; son muchos carros. Y yo le digo: Mira, pendeja tú no sabes lo que es tener una familia numerosa; yo tampoco. Pero vengo a hacer el súper de todo el mes. Y la cabrona me dice: ¡Haz lo que te dé la gana, pendejo! Ato un carrito a otro carrito y a ese carrito el tercer carrito Amarro los tres carritos como si fuera un trenecito de esos que se usan para pasear a los turistas por los lugares turísticos
24
24
y no sé si empujar o jalar de los carros. Jalar, chingá. O sea que voy por el supermercado jalando del primer carro y metiendo de todo en todos los carros. Pensé en dividir los carritos: Alimentos, limpieza, yo qué sé. Al final me valió y empecé a meter a lo loco todo mezclado. Así cuando llego a la casa con el súper la sorpresa es más grande, Abren las bolsas, se encuentran todo revuelto ¡Y se emocionan! Y cada vez que meto algo nuevo, pienso: Lo estás haciendo poca madre. Esto que compraste está poca madre. Tengo los tres carros llenos. No falta nada.
25
Llego a la caja. y empiezo a llenar de productos la banda transportadora, miro cómo se alejan los productos Y la cajera les pasa el escáner rojo por encima Como si dejara a un preso en libertad, veo lo que he comprado Y me quedo perplejo: Compré pan integral cuando yo odio el pan integral Y compré seis cajas de leche entera cuando en casa tomamos leche deslactosada Y compré yogures azucarados pensando que eran yogures naturales Y compré papel higiénico perfumado, cuando yo no puedo limpiarme el culo con algo que huele a perfume. Y compré varios kilos de chuletas de cordero cuando no tenemos asador
26
26
ni lugar donde asarlas fuera de la casa y mi mujer no soporta que la cocina apeste a humo. Y compré crema convencido de que era mayonesa Y compré cien botellas de agua mineral cuando en casa el agua del filtro está chingona y se puede beber sin problema Y compré pasta de todo tipo: Macarrones cuando mi hijo odia los macarrones Pasta al huevo, cuando mi mujer es alérgica al huevo Y pasta verde cuando todos en casa detestamos las espinacas Y compré un ambientador para el hogar de olor a pino, que me trae unos recuerdos infames de la casa de mis padres Y compré otro ambientador que huele a limón, tan asqueroso que casi es más tolerable el que huele a pino a pesar de los malos recuerdos. Y compré toallitas para la cara, cuando no soporto
27
esa mierda húmeda encima de la piel. Y me olvidé de comprar lo que realmente necesitábamos, chingá. Me olvidé de comprar las cuatro pendejadas que necesitábamos, chingao. Y le dije a la cajera: Toma, culera de mierda, ten la Visa/Mastercard y métetela por el culo Y la cajera me responde: Si me das la clave, hasta te la mamo. Qué sentido del humor tan elemental, le digo. Y firmo Y lleno el coche Y llego a la casa. Abro la puerta y le digo a mi mujer: Cariño: creo que esta tarde va a haber madrazos para todo el mundo; creo que hoy se rifan madrazos y tú y tu hijo tienen todos los boletos. Y mi mujer me mira y se ríe porque piensa que estoy de culero Y es ahí cuando le suelto el primer guamazo a mi mujer
28
28
Por andarse con mamadas. Y cae contra la mesa de la cocina y se ríe ¡Conserva el buen humor la cabrona! ¿Compraste algodones? me dice. Pásame uno, chingá. Y yo me pongo nervioso Porque me olvidé de comprar algodones y alcohol y agua oxigenada Y un montón de cosas que tenía que comprar Y traigo a la casa el coche lleno de mierda que no va a servir de nada, chingá. Y eso me jode tanto que le digo a mi mujer Mira, te voy a dar un madrazo más a ti y me voy a madrear un rato al niño Y le doy un madrazo y mi mujer va por algodones Y yo me voy a buscar al niño para darle lo que se dice una buena mano de madrazos. Y compré pilas para el Game Boy del niño que no eran del tamaño adecuado, chingá.
29
30
30
Y cuando el niño me dice: Las pilas que compraste para el Game Boy son pilas que sirven para el radio y para el despertador pero no sirven para el Game Boy le suelto el primer madrazo. A tu padre no le hablas así Y le cae el segundo madrazo El segundo madrazo y el tercer madrazo El tercer madrazo y el cuarto madrazo Y así sumo madrazos hasta que ya estamos en condiciones de llamarle a todos esos madrazos juntos “Una mano de madrazos” Y sigo dándole de madrazos hasta que a aquello ya se le puede llamar “una BUENA mano de madrazos” Y sigo repartiendo madrazos hasta que
31
aquella “BUENA mano de madrazos” se convierte en una auténtica paliza. Y cuando veo que ya se me va la mano –Bonita frase: “Se me va la mano”– Paro. Porque hay que evitar ir al hospital. Hay que evitar ir al hospital y explicar a desconocidos –lo que se dice: ventilar– los asuntos familiares que son lo más importante de tu vida y lo que más amas en este mundo Porque es lamentable y degradante andar de hospital en hospital ventilando tu vida privada ya sea porque te la has pasado cogiendo o porque te la has pasado madreando. Odio el formulario, odio todo tipo de ficha y de formulario. Y cada vez que hay que poner
32
32
datos en un papel tiemblo, lloro y babeo y mojo y arrugo el papel en vez de rellenarlo y me sacan del Ministerio Público, del aeropuerto o de la Secretaría de Transporte y Vialidad a patadas y me libro de rellenar nada con mis datos. Y para evitar el hospital y evitar las fichas y esas cosas paro un poco de madrear al niño. Y voy al baño por mi mujer y los agarro a los dos por el pelo y les digo: ¡Nos vamos a cenar, a cenar afuera, chinga! A un restaurante. Y ellos se ponen más felices que un tonto con un lápiz. Y pienso en lo que compré en el súper y me vuelvo loco: Compré unos pants amarillo brillante para mi hijo seis tallas más grande.
33
Y no estoy dispuesto a volver al supermercado a cambiar los pants amarillo brillante. Ni pienso tirar a la basura los pants Ni pienso regalar los pants. Voy a esperar a que crezca el mocoso y que quepa en los pinches pants amarillo brillante Y para crecer tiene que alimentarse Y va a alimentarse, chingá. Va a alimentarse para crecer Para poder estrenar los pants amarillo brillante. Antes de ir al restaurante, les digo, vamos a picar algo aquí en la casa Que el niño tiene que alimentarse Órale, bajemos todos a la cochera Y saco del coche todas las putas bolsas –las cuatrocientas bolsas de plástico– Y mi hijo se pone los pants amarillo brillante que le quedan de la verga, –es enorme parece el payaso Ronald Mc Donalds con esos pants–
34
34
Y le digo: Camina con esos pants Corre, haz deporte chingá, haz algo con esos pants. Y se cae y se tropieza el pobre mocoso. Y me jode porque sigue sangrando de los madrazos que se acaba de llevar. Y está manchando los pants y me encabrona Y mi mujer se ríe No te rías del niño Le digo ¡Serás hija de puta! Échale una mano Ayuda. Vamos a amarrar al niño a esta silla aquí en la cochera Que el niño tiene que crecer Para poder usar los pants amarillo brillante ¿No ves que le quedan enormes?
35
Amarro al niño a la silla en la cochera y siguiendo el procedimiento clásico de toda la vida con los animales empiezo a meterle en la boca abierta al niño todo lo que equivocación.
compré
del
supermercado
por
Para que crezca Porque en esta casa no se tira nada Ni la comida Ni los pants Y siguiendo el procedimiento clásico de toda la vida con los animales Voy empujando con un palo toda la compra del súper por el hocico abierto del mocoso El pan integral La leche entera Los macarrones Una caja de Korn Flakes Media docena de huevos Un frasco de mayonesa. Ya está más rellenito el niño
36
36
Los pants se le ven chingón Está contento el cabrón: ¡Esta noche va a estrenar pants! Y yo miro el espectáculo ¡Cómo ha quedado la cochera! Todo salpicado de yogures, de catsup y salchichas y mermelada de higos, y me digo: Un padre no puede tratar así a un hijo ¿Qué culpa tiene? Y le pregunto a mi hijo: ¿Pero qué culpa tienes tú? Y el desgraciado me mira y me dice: Si yo no he hecho nada ni tengo la culpa de nada A lo que yo respondo: ¡Qué huevos tienes! ¿Cómo que no tienes la culpa de nada? Cuando en realidad tú eres el culpable de todo Porque se va al supermercado cuando hay bocas que alimentar, chingá
37
38
38
Y tú eres una boca más que alimentar, chingao Y es una responsabilidad para mí, chingá. Y el mocoso me mira desconcertado Y yo le doy un puñetazo en el pecho y le suelto así como muy cariñoso: Es una broma, cabrón órale, límpiate los pants que nos vamos por ahí. Y mi mujer pregunta si realmente nos vamos por ahí y yo digo: claro que nos vamos por ahí Y salimos los tres de la casa Porque vamos a cenar afuera, chingá. Y entran en el coche y los saco a madrazos, chingao Porque me manchan todas las vestiduras. Están llenos de sangre y restos de comida, ¡mierda! Pongan toallas ¡Pongan algo en los asientos para no manchar las vestiduras! Y compré varios kilos de plátanos cuando odiamos los plátanos.
39
Y compré melones convencido de que compraba papaya. Y compré bolsas de basura de un tamaño diez veces mayor que el bote que tenemos en casa, esas bolsas de basura tamaño “extra jumbo”. Y compré Korn Flakes con chocolate sin darme cuenta de que tenían chocolate. Venga, nos largamos a cenar afuera A un McDonalds. A un McDonalds. Y vamos como si nada por la calle Con la familia contenta y sangrante Y en la radio Bach Música Clásica, Radio Pública En la radio Bach Con la familia contenta y sangrante A un McDonalds. Y de repente oímos los grillos y alguien dice ¿Oyen los grillos?
40
40
Y no sé si yo digo que oigo los grillos o alguien dijo que oye los grillos La cosa es que paramos el coche, paramos la música, paramos el motor en medio de la calle Y oímos los grillos, chingá. Y oímos cómo respira de mal todo el mundo en el coche. Y es una melodía groseramente bonita Porque todos estamos inflados a madrazos Y paramos el motor y bajamos del coche Por aquello de los grillos Y nos salimos los tres caminando Detrás del sonido de los grillos. Íbamos a un McDonalds ¡ÍBAMOS A UN McDONALDS Y ACABAMOS POR AHÍ! Y oímos los grillos y la Luna es plateada y Hay tantas, tantas estrellas que digo ¿Ven el cielo, cabrones?
41
¡La última vez que vi tantas estrellas fue en las antípodas! ¡En la casa de mis padres, en las antípodas! ¡A dieciséis horas de avión! Ahí sí que había estrellas Aquí no hay estrellas No se ven tantas estrellas ¡Pero hoy sí que se ven estrellas! Y los grillos no tienen el menor reparo y siguen duro y duro Y las estrellas no tienen el menor reparo Y las narices gotean sangre Y vamos a llevarnos bien, chingá ¡Vamos a llevarnos bien! Y vamos a ensuciarnos toditos chingá. Ándale gritar Ándale ensuciarnos Órale correr Ándale contar estrellas Chingona velada, chingá.
42
42
Platicando, mirándonos sangrar. Ya sabía yo que iba a ser muy positivo salir de la casa a perdernos POR AHÍ. Salimos a perdernos POR AHÍ, dicen Y es mentira: Siempre se sale del mismo lugar con destino a los mismos lugares Y dicen que van a perderse POR AHÍ cuando en realidad van al cine Y se creen que andan perdidos POR AHÍ cuando en realidad Están en un restaurante esperando a que llegue el segundo plato Y llaman a eso, andar POR AHÍ. Y van de vacaciones llenos de planos y folletos Pero aseguran haber estado perdidos POR AHÍ. ¡Y qué pocos lugares merecen ese nombre! Merecen ser llamados POR AHÍ
43
Pero la gente insiste y dice Venga, vámonos POR AHÍ Y acaban en un antro En un museo o en un bar chupando. ¡A mí no me chingues! No puedes llamar POR AHÍ A un lugar que no tiene el menor misterio Y que sabes perfectamente cómo es En qué calle queda Qué es lo que pasa dentro y qué clase de mamones lo frecuentan. Eso no es POR AHÍ eso es más de lo mismo o lo de costumbre. Y no me importa lo que tenga de bueno La palabra “costumbre”, lo que tiene de tranquilizador
44
44
La palabra “costumbre” A mi la costumbre me vale verga Y hasta en la rutina encuentro caminos dignos de ser llamados POR AHÍ. Y uno se deja llevar Por lugares “de costumbre” ¡Por lugares sin grillos, sin Luna, sin estrellas, sin nada! Y acaba la vida igual que empezó Desde los lugares de siempre Entre la gente de siempre Para terminar donde siempre Igual de mal que siempre. Y compré Ariel para lavar a mano en vez de comprar Ariel para lavadora Y compré atún en escabeche cuando quería comprar atún en aceite Y compré un palo del trapeador que no coincide con el trapeador que hay en la casa
45
46
46
Porque cada empresa fabrica lo que le da la gana. Y cuando mañana vayas a la escuela y te vean la cara –Porque volví del supermercado y mira que no te he dado una buena madriza– dirás que has estado POR AHÍ. Y cuando te pregunten por dónde Les dices: ¡Vengo de Troya! ¡De dar madrazos y de repartir madrazos! De conocer gente De conocer dos tipos de gente: Los que especulan con el DINERO Y los que especulan con los SENTIMIENTOS Que son los peores Porque dicen que te ofrecen su corazón cuando en realidad se están jugando un puto juego de ajedrez. ¿Entiendes lo que te digo? Que vamos a seguir de parranda Que no vamos a ir a la casa
47
Ni a la escuela Y nos subimos otra vez al coche Y vamos a andar POR AHร . Y paramos en cualquier lado y mandamos postales a todos los amigos Para hincharles los huevos. Postales Desde Gibellina Desde Palermo Desde Siracusa Desde Tepito Desde Troya, chingรก Desde la Zona Cero, chingao Desde Irak Desde Guantรกnamo, chingรก Postales Para desconcertar a la banda Y vamos a mandar postales con fotos de famosos pero con el nombre cambiado
48
48
Una postal con la cara de Hillary Clinton que diga: Clitemnestra Una de Bill Clinton que diga: Agamenón Una de Mónica Lewinsky que diga: Casandra Una de Dody Al Fayed que diga Egisto Una de Lady Di que diga Clitemnestra Y una del príncipe Charles que diga Agamenón cornudo Y una de los hijos de Sadam que diga: Ifigenia Y una de Sadam colgado que diga: Agamenón Y una de Tony Blair que diga Egisto Y una de José María Aznar que diga: El Mensajero Y una de Berlusconi que diga: Agamenón Y una del Canal 2 que diga: El palacio de los Átridas Y una del pueblo irakí que diga: troyanos Y otra de unos argentinos que diga: troyanos Y otra de unos mexicanos que diga: troyanos Y una de unos africanos que diga: troyanos Y una de unos misiles Scuds que diga: SIDA
49
Y otra de unos palestinos que diga: troyanos Y uno de unos cubanos que diga. troyanos Y una de George Bush que diga: Agamenón Y una de Bin Laden que diga: Egisto Y una de unos rusos que diga: troyanos. ¡Mira cómo está este país! le digo a mi hijo ¿Y nosotros qué hemos hecho para mejorarlo? Nada ¿Y tú que vas a hacer para mejorarlo? Nada Está así el país porque nos hemos pasado la vida sin hacer nada Porque nos hemos pasado la vida haciendo lo que nos dijeron que era bueno hacer Saludable hacer Razonable hacer Al final, hemos hecho lo que nos han ordenado. Y me vuelvo loco
50
50
Y me voy a la cama llorando Y cuando desayuno, chingá, desayuno llorando ¿Y sabes por qué? Porque no inventé nada, chingá. No inventé nada No participé en la creación de nada de lo que me rodea. Ni de los vasos en los que bebo agua a diario Ni del auto que me trajo hasta aquí No sé nada de cartografía No sé cómo funciona mi computadora No construí con mis manos mi casa No he plantado ni criado nada de lo que como a diario. Me encontré todo hecho No sé cómo se fabrica el papel de los libros que he leído No hice vino No inventé la televisión Ni las vacunas
51
No inventé las reglas del fútbol No trabajé en la fabricación de la primera silla No se me ocurrió antes que nadie ponerle a las casas ventanas No inventé el colchón No descubrí el huevo frito No se me ocurrió el bolígrafo Sólo manejé información Es decir: toda la vida con las manos vacías Sucias Llevando y trayendo y usando las ocurrencias de los demás No participé en el trazado de ninguna red de ferrocarril No inventé la pizza No sabría fabricar un piano No sé cómo se consigue el plástico No inventé el ventilador No sé cómo se hacen los aerosoles No podría construir una campana para un campanario
52
52
Jamás se me habría ocurrido a mí pescar por primera vez Ni hacerme el primer calzado Por supuesto, no descubrí el fuego No inventé el compact disc. Hago cosas de animales simples: criar hijos y enseñarles a manejar objetos que inventaron unos desconocidos. Luego nos quejamos de que esas cosas no mejoran sus vidas ni mejoran nuestras vidas Que algunas son inútiles y hasta peligrosas En vez de cerrar la puta boca y hacer algo de verdad Mandamos las postales y nos vamos a que nos echen algo de cenar A un Kentucky Fried Chicken. Y le pregunto a la familia ¿Quieren ir al Kentucky Fried Chicken? Y me dicen: Ni madres Y yo digo: Bien, entonces vamos al Kentucky Fried Chicken
53
54
54
Porque se me hinchan los huevos. Y mientras comemos las alitas de pollo Que ni son alitas ni son pollo ni son nada Y sorbemos Pepsi Cola con popote como tres subnormales Con la cara de subnormal que se te pone cuando chupas un refresco con popote Pienso en lo trágico En el concepto de lo trágico Y abro una nueva cajita de cartón llena de alitas de pollo frito Con salsa BBQ y mayonesa chorreando encima Y la enseño a mi familia y les digo: ¿Esto es trágico? Y mi hijo me dice: No, son alitas de pollo frito No, no son alitas de pollo frito, le digo, pendejo Y saco las alitas y trazo sobre la mesa
55
Un esquema TRAGEDIA
perfecto
y
comprensible
de
la
Con las alitas de pollo frito Y cuento una dos tres siete alitas de pollo Y despejo la mesa Tiro todo lo que hay encima de la mesa, las Pepsi Colas, Los restos de salsas, mermeladas, los bollos, todo Y dejo el espacio limpio s贸lo para las alitas Una dos siete alitas de pollo Las coloco en la mesa cada una en su lugar Perfectas Y abro los sobres de catsup y escribo en la mesa bien grande la palabra: TRAGEDIA Y mi hijo se caga de risa Y le explico que la TRAGEDIA empieza en el mundo industrializado Que la TRAGEDIA siempre ha empezado donde estaba el DINERO
56
56
Y la comida Y que luego la han mandado afuera La han colocado afuera En forma de Bomba atómica SIDA Crisis alimentaria Hambre Sequía o Dictadura Y le digo: Un hombre que se tira al vacío de una torre en llamas en Manhattan experimenta la misma crueldad e injusticia que un hombre que muere de hambre en Tucumán o Rwanda víctima del liberalismo económico. Pero la prensa se empeña en difundir que son cosas completamente distintas
57
Y llaman terrorismo a lo que les conviene A lo que les sirve para ganar dinero Y divido la TRAGEDIA en siete actos Y a cada acto le pongo el nombre de uno de los países más ricos del mundo Una alita de pollo frito: Alemania Otra alita de pollo frito: Japón –Y le digo a mi familia: vamos escribiendo los nombres con mostaza, catsup y salsa BBQ al lado de cada alita– Una alita de pollo frito: Francia Otra alita de pollo frito: Gran Bretaña Otra alita de pollo frito: Canadá Otra alita de pollo frito: Italia Otra alita de pollo frito: Rusia Y en medio, una pechuga de pollo entera: Estados Unidos. Y viene la mesera y me dice: Usted ya está mayor para jugar con la comida ¿Quiere que llame al guardia de seguridad?
58
58
Yo no juego con la comida, le digo Estoy explicando a mi hijo el significado de la TRAGEDIA Y la mesera me dice: No entiendo Y el de seguridad que se acaba de acercar a la mesa Con la mano en la pistola dice: Yo tampoco. Y mi hijo dice: Pues es muy fácil, pendejos Las alitas de pollo son las grandes potencias Representan el mundo industrializado Y si la TRAGEDIA se planifica desde el mundo industrializado la cuestión que nos planteamos es : ¿Dónde hay que ir a buscar la ESPERANZA? Y yo me quedo perplejo por lo bien que ha entendido mi hijo la historia de la TRAGEDIA y cómo, sin yo decir nada, acaba de apuntar la idea utópica de ESPERANZA. Y le digo al de seguridad
59
La ESPERANZA hay que ir a buscarla a otra parte Y tú nos vas a ayudar. La ESPERANZA puede estar en cualquier rincón de la Tierra El problema es dar con ella Vamos a suponer que la ESPERANZA está en aquella mesa Donde come esa familia Déjanos la mesa libre, que la necesitamos para el ejemplo. Y el de seguridad va y saca a toda la familia a patadas de la mesa Está encantado con esto de la TRAGEDIA. Mientras, le digo a mi hijo, Tú vas y agarras de la basura todos los desperdicios de todo el restaurante Te traes todo lo que quedó medio mordido, los huesos, la piel del pollo, te traes lo que encuentres Y al de seguridad le digo: Mira, pensándolo bien, me parece
60
60
que vamos a necesitar el local entero No hay problema, dice el de seguridad Y saca el revólver y suelta seis tiros al aire y en cinco segundos no queda ni dios en el Kentucky Fried Chicken. Mi mujer va a buscar más bebidas Los meseros nos limpian las mesas Y yo les digo: Vamos a llenar todas las mesas con la basura que traiga mi hijo Y así les explico el concepto de ESPERANZA Y están todos con jeta de ilusionados Los meseros, la cajera, el de seguridad… Y mi hijo entra al Kentucky con dos sacos industriales a reventar de su propia basura. Y todos empezamos a echar sobre las mesas vecinas a la nuestra kilos de huesos de patas de pollo, huesos de tórax de pollo,
61
62
62
huesos de alitas de pollo, pieles, pellejos, croquetas medio mordidas de pollo, botecitos con salsas para pollo, servilletas sucias con pedazos de pollo, vasos de Pepsi Cola, popotes mordidos helados medio derretidos… Y yo les digo: ¡Señores, ya está! Vengan y sentémonos en nuestra mesa Y están todos como locos de contentos, hasta los cocineros salieron a sentarse con nosotros Y les digo: Miren esta mesa: …Alitas de pollo frito: Alemania, Japón…etcétera siete potencias mundiales, siete alitas Y miren alrededor … ¿qué hay? Basura, dicen ¿Basura? Pero ¿cómo que basura?
63
¡No sean hijos de la chingada! Y mi hijo me mira y me dice en voz baja: En las demás mesas hay ESPERANZA, que es precisamente lo que no hay en esta mesa ¡Y yo le doy un puñetazo en el pecho al mocoso! ¡Muy bien, chamaco! Exactamente: en esta mesa está la riqueza y en el resto la ESPERANZA Pero nadie quiere acercarse a la ESPERANZA Porque para rescatar la ESPERANZA de entre tanta basura hay que ensuciarse bien Hay que soltar el DINERO La ESPERANZA funciona con DINERO, como los motores funcionan con gasolina y mi cuerpo con mi sangre. La ESPERANZA no es un sueño; es un proyecto
64
64
La ESPERANZA empieza por un cambio de voluntades De actitudes, y se materializa en proyectos. Y el de seguridad me dice: No me hagas reír, pendejo Y la cocinera del Kentucky dice: “Sabemos perfectamente cuáles son esos planes Qué proyectos tiene cada partido y qué proyectos tiene cada empresa Y por eso podemos afirmar que no hay ESPERANZA posible”. Y mi mujer se echa a llorar, la pendeja Y la cajera del Kentucky se echa a reír Y la de la limpieza dice: Váyanse todos a la chingada Miren como me dejaron el restaurante. Y yo estoy tranquilo Porque el de seguridad ya vació el revolver Y no le queda ni una sola bala –Cosa que me serena– Y mi hijo se vuelve poeta y estúpido y dice:
65
“Desinteresados por compartir la ESPERANZA trabajan a destajo en el empeoramiento de la vida y hacen propaganda: llaman terrorismo a la simple y natural venganza”. Y yo digo: un momento, pendejo Llegó la hora de aclarar las cosas Siempre llega el momento de aclarar las cosas Se reúnen personas en la tele Y no se aclara nada. Y la mesera del Kentucky dice: “Me gustaría que en Internet hubiera solamente pornografía y nada más que pornografía Porque la acumulación de información no tiene nada que ver con el conocimiento Ahí está la información, dicen Ahí está el conocimiento, dicen Y yo digo: información y conocimiento están en las antípodas
66
66
Llaman información a un atropello de datos banales” Y yo les suelto: creo que se están poniendo un poquito densos, culeros. Y el cocinero toma la palabra: “La diferencia entre Italia y Angola Es que en Angola el gobierno ha decidido repartir la miseria por partes iguales a lo largo y ancho de todo el territorio mientras que en Italia el gobierno ha decidido que el Sur se vaya a la mierda mientras el Norte diseña muebles, ropa y descorcha botellas de champagne”. Y el pendejo de mi hijo dice: En el sur está la ESPERANZA Pero qué mierdas importa Si en el norte no está la voluntad Y yo les digo: no me pongan triste, culeros ¡No me chinguen la tarde! Me gusta el hombre cuando el hombre es un animal:
67
Me gusta el animal del hombre cuando coge y suda Me gusta el animal del hombre incluso cuando engaña Me gusta el animal del hombre hasta cuando mata en defensa propia Y cuando el hombre se mete a hacer negocios, el hombre deja de ser un animal Y no me gusta. Y odio la idea de EXPERIENCIA Ya que para mí, cada acto es único Cada sol es nuevo Cada día soy otra persona ACUMULAR EXPERIENCIAS NO PROTEGE. Y la gorda de la limpieza deja el trapeador y se sienta Mira la mesa con las alitas de pollo y la palabra TRAGEDIA escrita con catsup y me dice: No son épocas para andar diciendo este tipo de cosas, pendejo. Son épocas para cerrar la boca o para ser un tipo moderado
68
68
Y yo me enfurezco y le digo: Gorda de mierda te voy a dar de madrazos Ya me contarás tú qué entiendes por moderación Y la tipa me suelta: “La moderación es el virus con el que las empresas infectaron a los políticos y que los políticos y los medios de comunicación transmitieron al pueblo”. Vaya bola de filósofos de mierda en este Kentucky Fried Chicken, digo. Hay que largarse Nos vamos a la chingada, le digo a mi familia. Y mientras nos largamos del lugar la tipa de la limpieza grita: “No sé donde empezó esta epidemia del consenso y de la moderación Si en una multinacional o en la Secretaría de Gobernación. Sólo sé que antes nos metían la verga y gritábamos No nos estaba permitido gritar
69
70
70
pero nos metían la verga y gritábamos. Ahora todo está previsto para que uno grite si le da la gana, pero tú mismo te dices: ¡Eh! No hay que levantar la voz, chingá No hay que pasarse ni armar desmadre No estamos tan mal, ni tampoco es para tanto Y si se hace algo, hay que hacerlo sin levantar la voz Como un pueblo civilizado, chingao”. Y el cocinero va a hablar y yo le grito ¡A ti nadie te ha dado vela en este entierro, cabrón! Y la cocinera sigue: “Matando no se va a ninguna parte, dicen Y nos proponen a nosotros que no matemos Y mientras tanto ellos No paran de matar Enseñan moderación, piden moderación, exigen moderación Mientras asesinan aquí y allá Y los partidos se ponen de rodillas Y te la chupan para que defiendas una falsa idea de Nación
71
Y las empresas se ponen de rodillas y te la chupan hasta que confundas progreso personal con justicia global Y te quedes tan contento Y llaman progreso personal a una subida del 2 por ciento de los salarios a fin de año. Y a la canasta de Navidad Y a la fiesta de Navidad Y a la nueva película de Disney y toda esa mierda”. Y yo veo los cuerpos como máquinas Y veo al escuincle de Génova a punto de tirar el extinguidor Contra el jeep de la policía como lo haría una máquina veo sus movimientos, la ropa, el pasamontañas como pegados a una máquina. Y veo a un policía como una máquina apuntando a la cabeza Y veo caer el cuerpo fulminado del mocoso,
72
72
como se derrumbaría una máquina Y veo cómo un jeep pasa dos veces con sus ruedas por encima del cuerpo del chavo. Una máquina aplastada por otra máquina Y veo esta humanidad sin humanidad como una puta, puta, puta máquina. Ahí se quedan, culeros les digo a los empleados del Kentucky Fried Chicken Y abrazo a mi hijo y a mi mujer Y nos vamos otra vez al coche A perdernos POR AHÍ. Y para rematar la velada Esta jornada estúpida rodeada de estúpidos Una jornada trágica Digo esto último: La gente que nunca se entrega a otro, se sobrevalora La gente que se entrega al primero que pasa, se desprecia a sí misma.
73
74
74
EPÍLOGO Esta mañana he visto gotas de rocío atrapadas en una fina telaraña, en el monte Como perlas suspendidas en el aire Toqué con cuidado la telaraña y vi las gotas temblar y brillar Igual que lágrimas que se niegan a saltar al vacío He pensado en ciertos amigos y en ciertas mujeres que he amado y en gente que quiero y en gente que me ha hecho daño mientras miraba, extasiado, esas gotas de rocío temblando en aquella red que una araña había tejido entre hierbajos, en el monte. Y luego he pensado en aquellos que no tienen siquiera el mérito de dejarse caer como una gota de rocío sobre una fina telaraña y desaparecen torpemente delante de nuestros ojos Y los absorbe la tierra. Es gente que no se ha chingado.
75
76
76
77
78
78