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Los contratistas somos parte de la solución
Por Jorge Scoppa
El contratista rural, que cosecha más del 60% de las hectáreas de cultivos extensivos de Argentina, es uno de los soportes básicos de la economía porque gracias a su trabajo (bien hecho, con tecnología de punta, conocimiento y equipamiento) se puede aumentar la productividad y pensar en la recuperación de una economía que venía a los tumbos y se chocó de frente con la pandemia.
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Si el país necesita crecer en producción agrícola, que es uno de los frentes menos afectados después del impacto que está generando la recesión por la pandemia, no se pueden olvidar de los contratistas rurales. Estamos predispuestos para que se pueda aumentar la producción en corto mediano plazo, pero necesitamos herramientas y políticas de estado previsibles.
Si tenemos más posibilidad de comprar máquinas, con créditos posibles de pagar, los contratistas van a seguir incorporando tecnología para mejorar la eficiencia de cosecha y de todas las labores. Hay mucho entusiasmo en invertir, las autoridades se dan cuenta de que el campo es la única salida que tiene el país, pero vemos que sigue faltando tecnología y el ritmo de renovación no es lo suficientemente veloz para aumentar la productividad a corto y mediano plazo.
Es cierto que las fábricas están vendiendo maquinaria, pero en
Si fuéramos conformistas, podría decirse que termina una campaña buena, pero si miramos los números fríos, muchos contratistas se quejan con razón porque la renta es muy finita.
forma limitada debido a diferentes factores: desde los cierres obligatorios sufridos al principio de la cuarentena, el déficit en la financiación en operaciones que antes de la pandemia estaban aprobadas y luego se cayeron, y hasta la falta de insumos y componentes importados que muchos equipos necesitan para finalizar su fabricación y ser entregados.
Los contratistas terminamos una campaña 2019/20 con un clima en general que acompañó y con rindes promedios bastante buenos, y desde un punto de vista casi conformista, podríamos decir que su balance no fue malo teniendo en cuenta que muchas actividades o empresas fueron altamente perjudicadas por la situación económica a la que el Coronavirus las sometió.
Ahora bien, si miramos los números fríamente, muchos contratistas se quejan con razón, porque los números a los que llegamos son muy finitos. Nos sirven para quedar a mano, hechos, pero no para invertir o para crecer.
Con el potencial que tiene nuestro sector, conformarse con lo mínimo sería cuanto menos un error. Iría en contra de la filosofía de crecimiento del contratista, cuya historia marca que siempre ha apostado a mejorar y tecnificarse para brindar un servicio competitivo y eficiente, todo sustentado a través de la inversión constante.
Esperemos que alguna vez nuestro sector sea reconocido como la actividad imprescindible que es para la economía nacional.
PRESTACIÓN DE SERVICIOS EN PRIMERA PERSONA
Desde Salta (donde están ahora, pero arrancan en el sur bonaerense), los Carloni cuentan cómo están terminando una campaña distinta, en la que la logística se vio afectada por la cuarentana pero se cosechó bien. La vida de contratista, la rentabilidad y la necesidad de adquirir tecnología para ser eficientes y no quedar en el camino.
En pandemia, las notas se hacen como se puede. Dejo al desnudo el oficio de periodista así como la predisposición de los entrevistados a “someterse” al intercambio virtual. En el caso de los contratistas, siempre están predispuestos a ayudarnos en la faena de concretar la entrevista. Esto, a pesar de las complicaciones propias de su vida errante, muchas veces apremiados por cultivos que no esperan (porque la cosecha no da tregua y si no se rompe algo es que hay que ir a buscar la máquina a otro lado o el clima, etc… ).
Loe Carloni junto a uno de sus hermanos durante la cosecha de maíz en Salta.
Dicho esto, y en este contexto, Covid-19 mediante, se dio la nota con Leandro “Leo” Carloni, el más chico de tres hermanos varones (Antonio
“Con mis hermanos empezamos a los 13, le hemos dedicado la vida a ser contratista”.
-“Paco”-, el más grande, y Edgardo -“Tato”- el del medio) que, como pasa muchas veces en la profesión de contratista, recibieron la impronta fuerte del trabajo entre fierros de Rogelio Ascencio Carloni, su padre.
“Yo arranqué a los 13, también mis hermanos, hoy tenemos más de 30 años de profesión, le hemos dado la vida a esto, ser contratista es una elección de vida”, dispara como primer sentencia Leo (que se comunica por audios de whatsapp junto con algunas charlas telefónicas porque está en el norte, trabajando y la señal es esquiva como para coordinar una entrevista telefónica).
Su padre arrancó de la nada hace más de 50 años con una Aumec, de
bonaerense) entre Tres Arroyos y Dorrego. Ahí estan desde diciembre y hasta mediados de enero. Después empiezan a subir, cosechan soja y maíz en Villa Cañás y zona centro del país.
Y después ya se ubican en el norte del país, Santiago del Estero algunos años pero desde hace casi dos soja, se abrieron fronteras, se ins
CONTRATISTAS. “Por eso nos fuimos trasladando, y eso implica que pudimos trabajar más tiempo, más meses”. Durante los días en los que se hizo la nota estaban terminando de cosechar poroto en Embarcación y habían arrancado con el maíz en Las Lajitas. Al analizar la campaña, Carloni consideró que la cosecha gruesa tuvo un año regular, con algunos problemas por falta de agua en Santa Fe y otros lugares, pero la calidad en general de lo que habían coseTienen seis cosechadoras con sus respectivos tandems de tractor y tolva. rinde menos en esos lugares afectafabricación nacional. Y empezó a construir la historia de los Carloni entre los fierros. “Muchas elecciones como para hacer otra cosa no décadas (2002 para ser precisos), se empezaron a hacer fuertes en Salta, básicamente Las Lajitas, donde cosechan soja, maíz y trigo, si hay, dos. En este sentido, contó que la calidad, más allá de lo que se logra en el campo, el propio productor, se termina de “defender” con las coseteníamos, era eso o estudiar, -se ríe-, y para el lado de Pichanal y Embarcación hacen cosecha de poroto. “Para que te elijan
La campaña arranca en diciembre con trigo, cebada en Coronel Dorrego y termina en julio-agosto son maíz en Salta. Alguna campaña también especialidades como chía y sésamo. Como actividad secundaria está el transporte y los camiones. Que también lo tienen como servicio a terceros. “El norte fue explotando con la hoy es importante tener innovación y tecnologías, pero también es importante la experiencia como contratista”. pero la verdad es que nos gustaban talaron las cerealeras, se instalachadoras que tienen cada vez mejor ya de chicos los fierros”. ron grupos de trabajo y empresas tratamiento del grano trillado. grandes y los contratistas pudimos Entre las dificultades de la campaCampo de acción ampliar nuestras fronteras, hoy nos ña, claro está, aparecen las dificulta
Para la fina, cuando hacen más permite para cerrar el año de otra des para trasladarse que se dieron que nada trigo y cebada, mayormanera, ampliando la ventana de con la pandemia y el aislamiento. mente trabajan en Coronel Dorretrabajo, más meses para amortizar Muchas rutas, muchas provincias, go, y en El Perdido (un pueblo de los equipos y la incorporación de muchos municipios y cada uno con menos de 1000 habitantes en el sur tecnología”, dijo Carloni a AGROuna metodología distinta en algu
chado era buena, quizás con algo de Los Carloni arrancan en diciembre con el trigo del sudeste y terminan en julio con el maíz de Salta.
nos casos para controlar. “Al principio fue raro, incierto, con restricciones, había miedo, pero después, cuando empezamos a poder circular se regularizó bastante”, contó.
Parque tecnológico
En cuanto al parque de maquinarias, tienen seis cosechadoras con
El crecimiento agrícola del norte les amplió la ventana de trabajo a los contratistas.
seis tractores y sus respectivas tolvas (ombú, al igual que los cabezales maiceros). También tienen dos carretones para el traslado de maquinaria y tres camiones.
“Las innovaciones que tienen las cosechadoras hoy nos posicionan en lo mejor que hay en el mundo, es tope de gama, pero además, el servicio del contratista hoy en Argentina es de los mejores mundialmente”, opinó Carloni. Y agregó: “Los contratistas que estamos brindando un servicio completo con agricultura de
La campaña en algunas zonas se vio diezmada en rindes por falta de agua.
precisión, mapeos, informes agrícolas, las cosechadoras brindan información en tiempo real no sólo para nosotros, los dueños, sino también para los clientes, que desde cualquier lugar del mundo pueden saber cuánto está rindiendo su cultivo”.
Las cosechadoras dan informes diarios que se pueden leer desde un teléfono o computadora. Arman mapas que después sirven para hacer las siembras subsiguientes y las fertilizaciones. “Tecnológicamente el servicio del contratista argentino es de primera, de punta”, aseguró.
Carloni destacó que las máquinas están creciendo no sólo en capacidad de trilla, sino también en la precisión de los datos que manejan, en tecnologías de la información, incorporadas. “Hoy muchos productores y empresas se basan en esto para contratar un servicio de cosecha, y la verdad, que nos gusta, porque la tecnología nos gusta mucho”, reflexionó Carloni.
La rentabilidad
“La verdad es que no sé si la tecnología se repaga en tiempo y forma, pero la necesitamos para seguir trabajando”, resumió Carloni. Y agregó: “En general la tecnología te facilita, en trilla te da más capacidad si, pero también es verdad que la unidad de trilla no cambia tan rápido, entonces ahí tenés un cuello de
“Yo digo que estamos un poco locos los contratistas, invertimos en fierros que valen una fortuna y tenemos rentabilidad ajustada”.
botella. Quizás no vas a poder hacer mucho más, pero sí vas a poder cosechar un poco más rápido y sí seguramente más eficientemente,
achicando gastos y generando información de valor, además, empezás a trabajar sobre números reales”.
Consultado sobre la situación del contratista, Carloni aceptó que “es compleja, muy cambiante”. “Yo digo que estamos un poco locos, porque invertimos en fierros que valen una fortuna con muy ajustada renta
“La tecnología no se repaga como nos gustaría, pero es necesaria para trabajar”.
bilidad, con poco apoyo crediticio, cuando hay algo de crédito son a tasas caras, y por el servicio que se brinda con la tecnología que se tiene, la rentabilidad es finita, es una lucha constante, y cada vez el esfuerzo es mayor para poder salir bien”, dijo.
Se refiere a que cada vez se necesitan más hectáreas trabajadas por campaña y más días fuera de casa lejos de la familia para obtener lo que antes, para mantener el parque fierrero y los empleados, estar actualizados tecnológicamente.
Desafíos
“Para nosotros el desafío constante es que nos elijan los clientes por el servicio que les prestamos, hay muchos contratistas en distintas zonas, con equipos buenos pero nosotros tratamos siempre de que nos elijan además por el servicio que les prestamos, porque tenemos un parque de maquinarias actualizado y porque creemos que nos podemos diferenciar en capacidad, tecnología, información, prolijidad, orden, tratar de crecer en base a lo que la demanda del trabajo del cliente se encamina, siempre estar actualizados”, apuntó Carloni.
En este sentido, el desafío siempre es “mejorar”, pero como en todo, mucho tiene que ver cómo te fue el año anterior, si tuviste un año bue- no para poder mejorar más rápido.
Ahora bien, de lo que Carloni no tiene dudas es que aunque “cada vez te cuesta más mantenerte en el sistema, si te quedás en tecnología
El desafío constante para Carloni es estar actualizados para ser elegidos por los clientes.
te pasan por arriba”.
ESTAR ACTUALIZADOS, “LA LLAVE” PARA ENTRAR
“Estar actualizados hoy es tener todo de punta para brindar un servicio completo, ¿a qué me refiero? A que, por ejemplo, al cliente le doy una clave de acceso a las cosechadoras que están en su campo y él puede ver desde cualquier lugar del mundo cómo se está cosechando su cereal”, explicó Carloni.
Hoy se sabe todo, no hay misterios. “Esta tecnología junto con otros datos que registra la máquina lo están requiriendo las empresas grandes para hacer agricultura de precisión porque se vuelca esa información a la sembradora y la pulverizadora”, contó.
“A su vez, a mí me apasiona y me sirve esa información como contratista al final de la campaña, para saber cómo funcionó todo en la máquina, cuánto trabajó y si hay que hacerle algo”, resumió el contratista.
En este sentido, para Carloni, “Estar actualizado tecnológicamente te da una llave importante para conseguir trabajos en empresas más grandes que permiten reducir costos de logística y traslados y todos los contratistas queremos, pero también es importante el nombre que tengas como contratista, la experiencia, nosotros somos prestadores de servicios de toda la vida, y tener una referencia es importante.