Perspectiva del Agua en Guanajuato

RENE MENDOZA, PRESIDENTE COLEGIO DE INGENIEROS DEL AGUA DE GUANAJUATO

Con la actualización de la Norma Oficial Mexicana 127, respecto a la calidad del agua para el uso y consumo humano, el Estado de Guanajuato se enfrentará a dos problemáticas referentes a la naturaleza de su zona geográfica.

El ingeniero René Mendoza, Presidente del Colegio de Ingenieros del Agua de Guanajuato, menciona que la entidad tiene un problema asociado a la calidad por una contaminación natural del agua.

“El Bajío guanajuatense está constituido sobre una geología, que cuenta con un tipo de roca que de manera natural al entrar en contacto con el agua empieza a liberar elementos químicos que con el paso del tiempo el agua los va disolviendo, entonces cuando llega el desarrollo humano y empieza a extraer esa agua ya está contaminada”.

De tal manera que, con la entrada en vigor de la norma 127 a nivel nacional, muchos de los pozos de extracción pudieran tener problemas para cumplir con la calidad establecida.

“Cuando entre en vigor la norma muy posiblemente pudié- ramos considerar que de esos 10 pozos, 8 no estén cumpliendo ahora con la norma y esa agua no sea apta para el uso y consumo del humano, ese es el primer reto que tenemos, el segundo reto natural, lo podríamos considerar derivado del cambio climático y la distribución de lluvias que como ya lo vimos en 2022, fue menor en relación al año 2021”.

Referente al uso que se le da al agua en la entidad mencionó que entre el 70 y 80% se destina al sector agro industrial y el restante se divide entre la industria y el consumo humano y que en caso de que los ciclos de lluvia se alteren, ocasiona que el agua se tenga que extraer del subsuelo con mayor riesgo de contar con los contaminantes naturales previamente mencionados y a su vez habrá tandeos en la distribución del líquido.

Para conocer más a fondo la problemática de la correcta distribución del agua, el líder del gremio, considera importante realizar un estudio profundo en la Presa Solís, para determinar, si modificar el uso del recurso podría poner en riesgo la seguridad alimentaria de la entidad.

“Lo que no hemos investigado claramente es cuánto de ese volumen, como usuario agrícola, podría ceder al uso y consumo urbano, y si ese volumen entonces, es económicamente rentable transportarlo a la ciudad”.

Explicó que si bien en tema de tecnología, actualmente se cuentan con sistemas adecuados para su monitoreo y distribución, faltan sistema de alerta temprana para prevenir a la población sobre posibles inundaciones, además de que se ha dejado un poco de lado el tema de la ciencia, la cual pudiera permitir conocer el comportamiento y entender los fenómenos naturales, que a su vez contribuirían en un mejor uso de la tecnología.

Finalmente hizo un llamado a entender que, como seres vivos, somos un usuario único del agua. “El llamado es retomar la conciencia colectiva de qué es un recurso escaso y limitado”