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el proyecto arquitectónico

Actualmente la construcción para muchas personas representa un lujo, lo que ha generado una mala percepción en dos sentidos…

1.- Con el albañil es más barato.

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2.- Si regalamos el proyecto ar- quitectónico negociamos el hacer la obra.

Se tiene la falsa idea de que construir con un albañil dejando de lado al arquitecto es mucho mas económico, que contratar a uno.

El conocimiento del arquitecto en el proceso creativo el cual va de la mano con los procesos constructivos hace que una obra sea ordenada con procesos administrativos y constructivos adecuados. Esto hace que el presupuesto se adecue a las necesidades reales del cliente y proyecto, disminuyendo los imprevistos por una falta de conocimiento del proyecto.

Vayamos al punto dos, ¿se debe de regalar el proyecto a cambio de la obra o no?

Esta falsa idea que tenemos de que por reglar el proyecto arquitectónico el cliente nos va a dar la obra no siempre resulta real, ya que muchos clientes ponen en “espera” la obra para luego construirla por su cuenta. Debemos de ser conscientes que el valor real es el proyecto en sí ya que este plasma el camino para la ejecución de la obra.

Esta práctica nos perjudica a todo el gremio ya que se ha malbaratado el proyecto arquitectónico quitándole el valor real y dejándolo en un segundo plano. Debemos de generar una cultura de pago al proyecto como generador de ideas, conceptos y propuestas arquitectónicas. El valor al trabajo intelectual nunca deberá de “regalarse” ya que ahí es donde se encuentra realmente el proceso creativo del arquitecto.

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