1 minute read
CONSTRUYENDO OPINIÓN
Hisao Kohyama compartió una historia de sus años como estudiante en la universidad, mencionando que la época tenía sus propios problemas económicos y Kenzo Tange era uno de esos profesores incrustados en sus historias, de aquellos que probablemente sintieron que teorizar sobre arquitectura no significaba realmente cualquier cosa; también compartió que en su época los arquitectos japoneses utilizaron una forma particular y difícil de describir la arquitectura para todos, lo cual generaba conflictos de comunicación. En busca de algo más, Kohyama estudió en los EE. UU., siendo Venturi y Louis Kahn sus nuevos tutores en Pensilvania. Sobre su estadía en América comento que fue donde aprendió que era importante hablar de arquitectura usando palabras regulares y cotidianas que cualquiera pudiera entender en lugar de usar términos conceptuales difíciles.
Advertisement
Isosaki y Kohyama fueron un par de individuos con un claro pensamiento revolucionario, deseosos de saltar a la siguiente era, el ‘más allá de Kenzo’ más allá de ‘le Corbusier’ más allá de las normas y reglas, entendieron que el espacio es un concepto abstracto que en palabras de Kohyama “podría ser peligroso si se lleva al extremo, pero podría entenderse bien con el propio cuerpo, más como un concepto concreto en lugar de uno abstracto’.
De ellos, saltamos a los arquitectos japoneses contemporáneos conocidos como la cuarta generación que están dando forma a Japón y a muchas partes del mundo, internacionales en su práctica y locales en su forma de pensar; Kengo Kuma y Kazuyo Sejima entre otros. Con la nueva generación de arquitectos era