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CONSTRUYENDO OPINIÓN
inminente un cambio de paradigma, se pasaba de una arquitectura moldeada por problemas sociales y económicos, o de una arquitectura revolucionaria que pretendía ser disruptiva, a una tipología completamente diferente que cualquiera entendería y apreciaría, una arquitectura más universal, expresiva pero capaz de pertenecer a las personas.
Particularmente Kengo Kuma pensó en cómo romper el marco que se tenía de la arquitectura; el autoritario retrato del arquitecto controlador en generaciones anteriores a un enfoque no de arriba hacia abajo (top-down approach), apunta a una situación en la que los buenos espacios para la vida cotidiana de las personas nazcan naturalmente de un enfoque práctico de abajo hacia arriba (bottom-up approach), sensible a su contexto y con cuidado respeto de los usuarios. Es crítico con el pensamiento arquitectónico preconcebido, aquel que apela a la una forma rígida e inflexible de enseñar, Kuma en contraste muestra con sus piezas de arquitectura cómo este enfoque puede moldear la vida de muchos en lugar de unos pocos, proyectos más accesibles, sensibles a sus entorno con un proceso colaborativo desde las ideas hasta la construcción.
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Finalmente, Kuma reveló sus pensamientos sobre las futuras generaciones de arquitectos quienes, y cito “deberían crear una arquitectura que exprese la alegría y la emoción de la vida con una variedad de formas extraordinarias y cotidianas después de que se haya eliminado el marco disciplinario de la arquitectura”.
Lo que aprendí de la experiencia es que a los arquitectos japoneses les preocupa el cómo fue que la historia dio forma a su profesión; son conscientes del pasado y de cómo influyó en sus ciudades y su práctica actual, conocedores y críticos de su trabajo, algo admirable que deberíamos poner en práctica para romper nuestro propio marco de arquitectura.