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UN COMPLEJO RESCATE ARQUITECTÓNICO

Para los arquitectos Rafael Huerta Cuéllar y José Luis Magdaleno Veloz, los centros históricos son espacios que funcionan y representan los momentos sociales, culturales, económicos, religiosos y políticos de las diferentes épocas de una entidad, convirtiéndose en un lienzo vivo en el que se plasman los momentos a través de los años y las personas que lo habitan, creando una bitácora actual e histórica de la sociedad donde los diferentes estratos se difuminan y se figuran con los diferentes estilos o representaciones arquitectónicas y artísticas en monumentos, fachadas y soluciones urbanas.

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Ambos consideran que es importante la rehabilitación de los edificios que conforman un centro histórico porque esta supone la preservación de la historia de una población y con ello se da importancia y significado a los hechos que han pasado y están sucediendo, para no olvidar de dónde viene la ciudad.

“Al conservar estos edificios estamos agradeciendo a las generaciones pasadas por dejarnos la ciudad en la que hoy vivimos”, comentan.

El Arq. Rafael Huerta trabajó en 2011 y 2012 en la conservación y mantenimiento de la Casa Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación, proyecto en el que participó como residente de obra y colaboró en la elección de acabados y soluciones de diseño adecuadas durante el proceso.

“En el año 2013 también participé en el área de proyecto ejecutivo y elaboración de números generadores en la intervención de pueblos mágicos para la ciudad de Calvillo, Aguascalientes y, por último, en el año 2015 participé en la elaboración del proyecto ejecutivo para el mantenimiento del centro histórico de la cabecera municipal de Cosío en el estado de Aguascalientes”.

En el mismo periodo (2011-2012) El Arq. Luis Magdaleno participó en la parte conceptual del proyecto descrito por su compañero, lo hizo en la supervisión de los procesos constructivos y en la atención al cliente, generando así un proyecto integral donde se involucraron en todas las partes del proceso.

“Antes, en 2010 participé en el proyecto “Camino Real de Tierra Adentro”, un proyecto con iniciativa de varios estados del país en conjunto con el INAH-CONACULTA, actualmente la ruta está declarada como Patrimonio Cultural. En los últimos años he realizado proyectos de rehabilitación de casas habitación catalogadas por el INAH en distintos puntos del centro histórico de la ciudad de Aguascalientes”.

Y aunque ambos profesionistas han participado en varios proyectos de atención del centro histórico, uno de los más significativos es el que se realizó en la finca denominada Casa Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación, en Encarnación de Díaz Jalisco, una finca que data de mediados del siglo XIX. La intervención de rescate y restauración fue principalmente en el patio central de la casa, en la aplicación de acabados, carpinterías, cambio y colocación de instalaciones, en el mantenimiento de la viguería de los andadores y una bóveda de cañón.

“Trabajamos una superficie de aproximadamente 150m2 que consistió en el trazo de la arquería, la colocación de basamentos y capiteles de las columnas de los andado- res del patio, en la colocación de la cornisa que corona los pretiles del patio central. También en el diseño de iluminación con el objetivo de dar énfasis a los elementos re-presentativos de la casa y que a su vez este elemento intangible, fuera nuestra aportación a la obra arquitectónica”.

En una obra de estas características, el principal reto fue la poca documentación histórica sobre la finca y trabajos anteriores realizados en ella sin ningún proyecto que lo sustentara.

“Nos encontramos con trabajos anteriores que los habitantes de la casa habían realizado a lo largo de los años, pero estas intervenciones se hicieron sin ningún proyecto y sin ningún respeto por los elementos arquitectónicos que tenía la casa como origen. Al momento de retirar los aplanados en mal estado, fuimos encontrando vestigios que nos iban contando como es que era originalmente, res- catamos algunos elementos importantes que encontramos y respetamos el concepto del diseño original”.

Por todo lo anterior el proceso de restauración fue complejo, según señalan los Arquitectos Huerta y Magdaleno, principalmente por la falta de documentación o antecedentes certeros sobre el diseño original de la casa y porque estaba habitada al momento de intervenirla.

“Fue un proceso de 6 meses aproximada- mente donde se realizaban trabajos de todo tipo, desde trabajos estructurales hasta detalles con pincel, un proceso en el que aprendimos mucho, tuvimos que hacer uso de los conocimientos y recursos disponibles, un proceso difícil y en ocasiones frustrante pero que a final de cuentas nos dio satisfacciones y mucho aprendizaje”.

Tras todas estas acciones, el resultado obtenido puede calificarse como satisfactorio, ya que se entregó una vivienda digna a los habitantes de ese momento y a los habitantes futuros, fue una intervención que respetó los elementos que quedaron a lo largo de los años, fue un trabajo que se hizo con elementos actuales, pero con remembranzas del diseño de origen, devolviéndole el valor histórico y arquitectónico a la finca.

“Para realizar esta obra se contó con un presu- puesto de 300 mil pesos la mayor parte fue de donaciones. Consideramos que el principal valor histórico de la finca se obtiene porque es la casa de las autoridades eclesiásticas de la primera parroquia de Encarnación de Díaz, en esa casa han habitado un sinfín de personalidades del clero a lo largo de los años. La finca como tal es muy austera en cuanto a decorados o elementos arquitectónicos pero la función que ejerce es la causa principal que sea considerada con valor histórico. La intervención la realizamos gracias a la iniciativa del Pbro. Ricardo Veloz Cuéllar”.

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