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El voto femenino en México
HISTORIA DEL VOTO FEMENINO EN MÉXICO
Y EL SINUOSO CAMINO QUE DEBIÓ RECORRERSE
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Por: Dr. R. Damián García S.
La mayor activista a favor del sufragio femenino fue Hermila Galindo, quien mencionó las siguientes palabras durante su discurso en un congreso feminista: “Si la mujer es compañera del hombre, y su igual, no hay motivo plausible para que lo abandonemos a la hora de decidir la suerte definitiva o temporal de la Patria. ¿Con qué derecho nos quejaremos de los resultados mañana, si hoy no hacemos nada de nuestra parte?”.
Este texto, como muchos otros de la época, sirvió de detonante para que por fin el 17 de octubre de 1953, fecha en que se publicó el decreto, las mujeres pudieran ejercer los mismos derechos políticos que los hombres, aunque fue hasta 5 años después, en julio de 1958 que las mujeres pudieran acudir a las urnas en una elección presidencial.
A partir de aquí historia pura… El presidente Lázaro Cárdenas estuvo a punto de reformar el artículo 34 constitucional y darles el voto a las mujeres en el año de 1937. Recién se había autorizado que las mujeres pudieran afiliarse al PRI y vio ahí la posibilidad de ampliar el padrón de votantes para su partido, por lo que envió al Congreso esta propuesta de modificación a la Carta Magna.
La iniciativa fue aprobada el siguiente año; sin embargo, cuando parecía que el decreto se publicaría en el Diario Oficial de la Federación el mismo Cárdenas del Rio la vetó, pues sus asesores le plantearon la posibilidad de que las mujeres podían ser influenciadas por los sacerdotes e inclinar su voto hacia el Partido Acción Nacional.
Tuvieron que pasar 8 años hasta que el 24 de diciembre de 1946, la Cámara de Diputados aprobó exactamente la misma iniciativa que años atrás propuso el General Cárdenas, pero ahora enviada por el presidente Miguel Alemán en la que se establecía que las mujeres podían participar únicamente en elecciones municipales con el derecho a votar y ser votadas.
El argumento para esta limitación fue la “cercanía y semejanza” entre el género femenino y el municipal, donde ambos “se encargaban” del bienestar de las familias. Hasta que finalmente, el presidente Adolfo Ruiz Cortines, incluyó el voto femenino como una de sus “cartas fuertes” en campaña presidencial, argumentando que México era un país moderno y como todos los países modernos las mujeres tenían que tener los mismos derechos civiles que los hombres, una vez que tomó posesión del cargo cumplió su promesa y les otorgó el título de ciudadanas y con él la posibilidad de que pudieran no solo elegir a cualquiera de sus gobernantes si no también aspiraran a cualquier cargo de elección.
La propuesta de ley fue aprobada el 6 de octubre y se publicó en el DOF como decreto una semana después, el 13 de octubre de 1953.
ALERGIAS PRIMAVERALES
¿QUÉ DEBEMOS HACER?
a primavera es el periodo del año donde más incidencia hay de alergias, generando trastornos dermatológicos y respiratorios. El sistema inmunológico tiene la función de defender al organismo frente a ataques de cuerpos extraños, pero en muchas ocasiones puede provocar una reacción desproporcionada con efectos no deseados. Así se producen las alergias.
Los efectos de las alergias, en la mayoría de las ocasiones, son de tipo inflamatorio provocando conjuntivitis, urticaria, dermatitis o incluso asma. Las más prevalentes en primavera son las rinitis y el asma alérgicos.
Los pólenes son la causa más frecuente, provocando problemas de respiración, tos, mucosidad, lagrimeo, congestión nasal y en ocasiones cansancio. Los tratamientos habituales para la alergia son de tres tipos: medicamentos, vacunas y medidas de protección.
Los medicamentos más utilizados son los antihistamínicos, aunque suelen tener efectos secundarios un tanto incómodos como la somnolencia o la sequedad de boca y fosas nasales.
En el aspecto nutricional, se recomienda beber abundante agua para reducir el impacto de las alergias a pólenes y favorecer la eliminación de la mucosidad, así como seguir una alimentación rica en productos frescos, con alto contenido hídrico, como las frutas y las hortalizas, que aportan vitamina C y contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunológico.
Pero lo más importante frente al cuadro alérgico primaveral relacionado con el polen es intentar evitarlo y tratar los efectos secundarios de la reacción del sistema inmune. Para ello es importante ponerse en manos del médico de cabecera y del especialista en alergias. “Los medicamentos más utilizados son los antihistamínicos, aunque suelen tener efectos secundarios un tanto incómodos como la somnolencia o la sequedad de boca y fosas nasales.”