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EbENEZER HOWaRd

EbENEZER HOWaRd

HECHOS, PERSONAJES Y CONSECUENCIAS

Las Guerras Cristeras fueron luchas fratricidas en el territorio mexicano. La primera y más conocida duro tres años durante la década de los 20’s; la segunda se desarrolló en los años 30’s de forma localizada e intermitente. En ambos periodos se enfrentaron creyentes y militares del gobierno de Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas, respectivamente. El primero de ellos había impuesto diversas Reformas de ley que que limitaban la libertad de culto, es decir la libertad de expresión.

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La Guerra Cristera o la Cristiada, comenzó el 21 de junio de 1926 cuando Plutarco Elías Calles modificó el Código Penal de la Constitución de 1917.

A partir de aquí historia pura…

La Guerra Cristera o la Cristiada, comenzó el 21 de junio de 1926 cuando Plutarco Elías Calles modificó el Código Penal de la Constitución de 1917. Con la famosa “Ley Calles”, en esta ley se buscaba reducir el número de sacerdotes, restringir la realización del culto religioso y aminorar las libertades de los creyentes. Además, pretendía prohibir las manifestaciones de fe fuera de los hogares y expropiar las propiedades y bienes de la Iglesia.

Lo que no considero el Gobierno es que estas reformas generarían unión entre católicos, protestantes y no creyentes, que estuvieron dispuestos a levantarse en armas e incluso perder la vida, con tal de conservar la libertad de expresión y de culto, es decir, de ser y de creer.

Sin embargo, hay que señalar que la primera respuesta de la sociedad, en su mayoría católica, no fue tomar las armas; inicialmente sus acciones consistieron en colectar firmas para solicitar una contrarreforma constitucional, pero estas no fueron tomadas en cuenta.

La segunda acción fue un boicot contra la paga de impuestos y la reducción en el consumo de los productos y servicios vinculados con el gobierno, esto obviamente se tradujo en significativos daños a la precaria economía del momento.

Al ver que estas acciones no daban frutos el 31 de Julio de ese año, el Episcopado Mexicano sin autorización del Vaticano dio carta abierta a los grupos que pedían una respuesta armada a las acciones del gobierno con lo que se incrementaron los escasos enfrentamientos que se habían dado hasta antes de esa fecha. Los cristeros, con el lema de ¡Viva Cristo Rey!, iniciaron una lucha encarnecida contra el gobierno. Entonces podríamos decir que los cristeros no solo fueron víctimas sino también victimarios.

Quienes participaron en las Guerras Cristeras pueden dividirse en dos bandos: el Católico, conformado por obispos, intelectuales, y cristeros armados; y el Oficialista formado por el gobierno, el Ejército Federal y un sector campesino que recibía el apoyo de la federación. Estos fueron los personajes más destacados de ambos bandos.

Plutarco Elías Calles.

Presidente de México al inicio del conflicto, y figura central en el período posrevolucionario mexicano, pues se erigió como “Jefe Máximo de la Revolución” y tiró de los hilos de los gobiernos posteriores al suyo. Con la promulgación de la Ley Calles desató definitivamente el conflicto armado entre los Cristeros y el Estado.

Emilio Portes Gil. Electro presidente interino de México (1928-1930) luego del fin del gobierno de Calles y del asesinato de Álvaro Obregón, quien se había hecho reelegir en medio de muchas tensiones políticas, fue desde el principio partícipe y dirigente en las negociaciones para restablecer la paz.

Enrique Gorostieta Ve-

larde. Militar de la Revolución Mexicana contratado por la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa (LNDR) para dirigir las tropas cristeras, aprovechando sus desacuerdos con Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Fue asesinado en el marco de las negociaciones de paz del final del conflicto, para que no constituyera un impedimento.

Obispo José Mora y del

Río. Obispo de la Ciudad de México, fue junto con Pascual Díaz Barreto, obispo de Tabasco, uno de los dirigentes del clero que más presionó para lograr un acuerdo con el gobierno.

Leopoldo Ruiz y Flores.

Uno de los obispos firmantes de los acuerdos que pusieron fin a la Guerra Cristera, había recibido en 1925 el título de Asistente al Solio Pontificio de parte del Papa Pío XI. Luego del fin del conflicto fue condenado al exilio, ya que el gobierno no respetó del todo los términos del acuerdo.

Durante la Cristiada, una gran cantidad de personas perdieron la vida. Sin embargo, dentro de los decesos más significativos están los de los mártires, quienes fueron cruelmente torturados antes de ser asesinados. Estos son los que han sido beatificados o canonizados.

Mártires

Ángel Darío Acosta Zurita Agustín Caloca Cortés María de la Luz Cirenia Camacho González Lorenzo Carranco Mateo Correa Magallanes Cristóbal Magallanes Jara David Galván Bermúdez David Uribe Velasco Pedro Esqueda Ramírez Ezequiel Huerta Gutiérrez Felipe de Jesús Anacleto González Flores Jenaro Sánchez Delgadillo José María Robles Hurtado Luis Magaña Servín Pedro de Jesús Maldonado Mártires de Cajonos Bernabé de Jesús Méndez Montoya Miguel de la Mora Niños Mártires de Tlaxcala Leonardo Pérez Larios Miguel Agustín Pro José Trinidad Rangel Toribio Romo González Sabás Reyes Salazar José Sánchez del Río Leonor Sánchez López Elías del Socorro Nieves Andrés Solá y Molist

Consecuencias del Enfrentamiento

El enfrentamiento más destacado duró de 1926 a 1929 y dejó un saldo aproximado de 250,000 muertos.

Aunque oficialmente la guerra termino en 1929, cuando el episcopado y el gobierno acordaron la paz, al ser un arreglo entre élites, los campesinos no quedaron conformes y nuevamente se levantaron en armas durante los años 30’s.

De esta manera se produjo lo que algunos historiadores definen como la Segunda Cristiada durante el mandato de Lázaro Cárdenas. Elías Calles, antes de terminar su gobierno, había instaurado la educación socialista. Este hecho fue recibido con tajante desaprobación por parte de los creyentes y de la Iglesia Católica.

Esta Segunda Cristiada comenzó a perder fuerza entre 1936 y 1940 cuando el Estado cedió y permitió la libertad de culto, la suspensión de la educación con tintes socialistas y la apertura de las iglesias. Sin embargo, los artículos constitucionales no fueron modificados sino hasta 1992.

Lamentablemente, quienes se encontraban “ajenos” a ambos movimientos cristeros, también sufrieron las consecuencias de esta violenta guerra pues sus hogares fueron saqueados, las mujeres sufrieron abusos sexuales y otras tantas personas perdieron la vida.

Otra de las muchas consecuencias de las Guerras Cristeras fue la migración provocada por los enfrentamientos entre ambos bandos, los estados más afectados fueron Jalisco, Guanajuato, San Luis Potosí, Colima, Michoacán y Zacatecas.

También se crearon instituciones como la Liga Defensora de la Libertad y la Unión Popular.

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