Nº 4 – Enero-Junio 2011
Entrevista a Elisa Larkin do Nascimento
L Iniciativa educativa colectiva afrocolombiana Por: Hno. Marco Binaghi
Sirviendo al pueblo afrocolombiano Por: Cepac
a Asamblea General de las Naciones Unidas en su sexagésima cuarta sesión aprobó declarar el 2011 como Año Internacional de los Afrodescendientes. Entre los objetivos se destacan el fortalecimiento de las medidas nacionales y la cooperación regional e internacional en beneficio de los afrodescendientes en relación con el goce pleno de sus derechos económicos, culturales, sociales, civiles, y políticos, su participación e inclusión en todas las esferas de la sociedad y la promoción de un mayor respeto y conocimiento de la diversidad, su herencia y su cultura. La Asamblea General ha encomendado al Secretario General que presente un informe que incluya un proyecto de programa de actividades para el Año Internacional de los Afrodescendientes teniendo en cuenta las opiniones y recomendaciones de los Estados Miembros, del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, el Grupo de trabajo de Expertos sobre los Afrodescendientes del Consejo de Derechos Humanos, entre otros. Objetivo de este Año es fortalecer también el compromiso en la erradicación de la discriminación contra los afrodescendientes y promover una mayor conciencia y respeto a su diversidad cultural. Los afrodescendientes se encuentran entre las personas más afectadas por el racismo, declaró el Secretario General, Ban Ki-moon. “La comunidad internacional no puede aceptar la marginación de comunidades enteras debido al color de su piel. Como afirma la Declaración Universal de Derechos Humanos, todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, dijo Ban. Agregó que para hacer realidad esas palabras, es necesario erradicar el racismo de una vez por todas. Este Año internacional es, sin duda, una gran oportunidad para promover la ciudadanía ampliada, basada en la diversidad y en el reconocimiento de la legitimidad del otro, generando espacios donde todos y todas puedan disfrutar plenamente de tales derechos. Para eso es necesario avanzar, en Colombia y en Latinoamérica, en la formulación de objetivos de desarrollo que permitan una implementación más eficaz de políticas sociales para la superación de la pobreza y la exclusión. Pero también implica la superación de la falsa dicotomía entre derechos de carácter cultural, como la lengua, la identidad o las creencias, con los derechos económicos y sociales, como el derecho al trabajo, a una vivienda digna o a la educación. Ojalá se logren dar pasos concretos para la construcción de un presente y un futuro mejor para todas y todos los afrodescendientes.
Elisa Larkin: Panafricanismo en Latinoamérica Por: Rafael Savoia EDITOR PROPIETARIO Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús Nit: 890.322.663-4 Registro de Senac S.P.I.531 ISSN 0121-4551 Mingobierno Res. No. 13124
Hno. Bernardino Dias Director Iglesia sinfronteras DIRECTOR Hno. Bernardino Dias Frutuoso director@combonianos.org.co ADMINISTRADOR P. Antonio Arbor administracion@combonianos.org.co
REDACCIÓN P. Rafael Savoia Yeny Báez sinfronteras@combonianos.org.co IMPRESIÓN Panamericana Formas e Impresos S.A.
La Iniciativa Educativa Colectiva Afrocolombiana (Ieca) busca favorecer, a través de la educación y de proyectos productivos, la regeneración de la realidad desde los afrocolombianos. Por Hno. Marco Binaghi
L
a cultura y la diversidad de la población afrocolombiana, raizal y palenquera, así como sus manifestaciones, constituyen un factor fundamental de la identidad, el desarrollo y el bienestar de la Nación, pero la existencia de barreras sociales, políticas, económicas, culturales y simbólicas ha incidido en el avance de este importante grupo étnico de Colombia (recomendaciones de la Comisión Intersectorial para el avance de la Población Afrocolombiana). Las comunidades afro que residen en Bogotá, viven, a menudo, en zona periféricas de la ciudad. Sus trabajos son, generalmente, en los sectores de la construcción y vigilancia para los hombres y del trabajo doméstico en casas de familias para las mujeres. La mayor
parte de estas personas han llegado a la ciudad de Bogotá buscando mejores oportunidades laborales y económicas o cierta seguridad a causa del desplazamiento forzoso. Los afrodescendientes se enfrentan a diario con una sociedad que exige determinados conocimientos y orientaciones laborales. Estas exigencias no corresponden a la preparación que otro ambiente y realidad pedían en los lugares de origen. A esta situación se suma la calidad de la educación formal recibida, la interrupción de los estudios por diferentes causas, la ruptura de los referentes culturales y sociales. Como en el libro del Éxodo, Dios escucha el grito de dolor del pueblo de Israel, también el grito de muchas comunidades que su-
fren la opresión de este sistema. Dios sigue enviando a personas que encarnen su proyecto de liberación y de dignificación. En la ciudad de Bogotá, como en muchas otras, podemos encontrar hombres y mujeres de toda edad, raza, cultura que han acogido el llamado de Dios y se comprometen para que el sueño de Dios, su Reino, crezca allí donde más se lo necesite. Iniciativa educativa Es desde el sueño liberador de Dios que ha nacido la Iniciativa Educativa Colectiva Afrocolombiana (Ieca) que reúne hombres y mujeres (laicos y religiosos) que, junto a algunas de las comunidades afro presentes en Bogotá, quieren
Participantes en una de las clases. actuar para que éstas sean artífices de su historia y transformadoras de la realidad desde su cultura, espiritualidad y los dones que han recibido. La Iniciativa Educativa Colectiva Afrocolombiana busca favorecer, a través de la educación y de proyectos productivos, la regeneración de la realidad desde los afrocolombianos. Inicialmente, se están realizando cursos para la validación de la primaria y el bachillerato, para brindar herramientas para un mejor desarrollo de las comunidades con un proceso etnoeducativo. Es decir, educar desde la cultura afrocolombiana. Actualmente se están organizando cursos en Bogotá en las localidades de Suba –Lisboa y en Soacha, La Isla. En el futuro se piensa ampliar la cobertura a otras localidades: Bosa Independencia, Rafael Uribe Uribe–El Pesebre, y otros sectores de la ciudad.
Reunión de jóvenes participantes.
En este proceso hay un grupo de profesores que, desde su compromiso de fe y solidaridad, acompañan estas personas. Son ellos quienes, a través de los cursos, facilitan el proceso de redescubrimiento de la cultura, de la igual dignidad y de la responsabilidad personal y comunitaria de la construcción y transformación de la realidad para hacerla más humana. El proceso educativo no es simplemente transmisión de informaciones, sino un construir en conjunto, un compartir de saberes, un hacerse responsable de la realidad y situación en la que se vive. Por ello el proceso educativo no se agota en obtener un diploma, sino que el objetivo es un crecimiento integral de la persona, la construcción de comunidades afro solidarias con la sociedad, la reivindicación de derechos negados, la mejora de la calidad de vida, la vivencia de la propia cultura en el contexto de la ciudad.
En esta iniciativa participan diferentes actores. El grupo central de la Ieca: se responsabiliza de acompañar las iniciativas y de coordinación. El grupo de profesores y profesoras: colaboran dictando los cursos académicos. Las comunidades afro: son sujetos activos del proceso recibiendo la formación y, a la vez, aportando desde sus saberes culturales y de sus experiencias de vida. El grupo de aliados (institutos religiosos, fundaciones educativas, organizaciones afro, la Pastoral Afro de Bogotá y muchos otros): aportan desde sus competencias y posibilidades. La Ieca busca también realizar algunos proyectos productivos con un doble objetivo: mejorar la calidad de vida y fortalecer el proceso organizativo de las personas y comunidades afro. El camino del Ieca recién está empezando. Mucho queda por hacer y aprender. Los obstáculos que se encontraron se han superado por el compromiso de las personas que creen en esta iniciativa, por el camino grupal que se ha venido tejiendo, por la fe que cada uno tiene. Aunque no se pueda decir que esta iniciativa sea toda comboniana, refleja el sueño de san Daniel Comboni: “Salvar África con África”. En aquel entonces África era considerado el continente desconocido, la bodega de reserva de Europa, un territorio salvaje por descubrir; sus pobladores eran considerados como personas a medias y objeto de comercio. Muchos africanos llegaron a este continente a causa de la esclavitud alimentada por los intereses económicos de las antiguas potencias. Hoy día, han cambiado muchas cosas en el ámbito social, político y económico; no obstante, persisten realidades que siguen lastimando la vida de muchos afrodescendientes y marginándoles de la sociedad. Las comunidades afro tienen la tarea ineludible de construirse desde su ser y cultura; sus saberes, riquezas y valores; su manera de vivir la vida. Esto esperamos, esto anhelamos. n
La Red Nacional de Mujeres Negras de Colombia –Kambiri– lleva 10 años buscando espacios equitativos de participación y desarrollo étnico integral. Integra el movimiento de mujeres a nivel nacional e internacional.
L
a Red Nacional de Mujeres afrocolombianas ha celebrado los primeros 10 años de su organización, en el marco del día de la mujer afrolatinoamericana, afrocaribeña y de la diáspora y del año interamericano de la mujer. El 18 de noviembre de 2010, las mujeres de Kambiri lograron hacer oír su voz en el Senado de la República; enseguida se manifestaron por las calles de la capital, concentrándose luego en el parque Santander. Yolanda Osorio (Kambiri, Buenaventura) relata su experiencia: “Yo podía verme caminando, entre más de 300 mujeres de la red, por la carrera séptima en Bogotá; parecía que caminábamos todas: la madre angustiada, la viuda, la casada, la mujer del pueblo, la profesional, la analfabeta, la fiel, la engañada, la prostituta... Todas cargadas de dolores antiguos, del dolor de haber sido esclavizadas de maneras diferentes desde el ayer, con las manos y los gritos atados por el tiempo, arrastrando largas e indescriptibles cadenas. Los transeúntes se arremolinaban a ambos lados de la carrera séptima, mientras nuestras hermanas negras cantaban, bailaban, tocaban instrumentos autóctonos,
Aura Caicedo, presidenta de Kambiri. queriendo contarle a los bogotanos, que la mujer afro tiene una simbología, una cultura, una identidad propia y que se siente orgullosa de ser mujer y sobre todo de ser negra. ¿Qué evento es este? –preguntó una señora a un policía. No sé señora –contestó. Pero debe ser importante para que tengan cerrada la carrera séptima. Yo, quería haberle dicho: Claro que es importante señora, estamos llamando a la igualdad entre los géneros, a construir un mundo solidario, distinto, horizontal, sin poderíos, a conjugar ternura, paz y vida...
En el parque Santander un grupo de nuestras mujeres presentaban algunos aspectos de la cultura afrocolombiana. La presidenta de Kambiri, Aura Dalia Caicedo, ensalzó la participación activa de la mujer negra en la construcción de Colombia, como promotora de justicia, paz y desarrollo, sobre todo en estos últimos años marcados por la violencia, el desalojo, el desplazamiento forzado y la pobreza. Son las mujeres las que más aguantan la presión social y económica de incertidumbre e inestabilidad para los hogares. Hacía eco en la plaza Santander la consigna “¡Mujer sin ti nada es posible!”. Las danzas se sucedían y el público se agolpaba alrededor de los grupos afro que se presentaban y aprovechando para conocer lo típico de cada región. La mujer negra se ha vuelto visible.” Diez años no son muchos para una organización, pero siendo los primeros, son los más significativos. Señala Yolanda Osorio: “Aquí seguimos viviendo, orando, cosechando, cosiendo, construyendo, cocinando, tejiendo, curando, protegiendo, pariendo, criando, amamantando, cuidando y sobre todo amando”. n
E
l Centro Afro colombiano de Espiritualidad y Desarrollo Integral (Caedi), es una institución sin fines de lucro, creada por los Misioneros Combonianos en 2008 en la ciudad de Bogotá. El Caedi está al servicio de las comunidades tradicionales y organizaciones afrocolombianas, favorece el ecumenismo y el dialogo interreligioso. Asimismo, contribuye a rescatar y actualizar la sabiduría y espiritualidad afro como fundamento de su ser, su relación con Dios y los demás; valoriza su aporte histórico, apoya sus luchas para que se reconozcan sus derechos con el fin de promover su participación plena en la sociedad; colabora en el enaltecimiento de los valores del pueblo afro colombiano.
La sede del Caedi en Bogotá.
El Caedi actúa en alianza con la Obra significativa de los Hermanos Misioneros Combonianos e interactúa con otras organizaciones afro, indígenas y populares. Objetivos El Caedi, partiendo de la realidad del pueblo negro, se propone colaborar con el movimiento afro colombiano en el fortalecimiento de su identidad y organización, a través de dos ejes complementarios: el análisis socio económico, político, cultural y la profundización bíblico teológica y pastoral afroamericana, en unión con otros grupos étnicos y sectores populares, para avanzar en la construcción de una sociedad más justa y humana.
Metas El Caedi se propone alcanzar sus objetivos por medio de sus líneas de acción, canalizadas por los sectores de Espiritualidad, Formación, Etno-educación, Desarrollo y Derechos Humanos. Servicios Estos son algunos de los servicios que presta el Caedi: • Biblioteca. • Diápoteca, fonoteca y videoteca. • Publicación y difusión de obras de carácter científico y popular. • Boletín informativo Palenque: órgano de enlace entre grupos afro colombianos y organizaciones de otros países. • Promoción y organización de eventos. • Cursos de formación y capacitación. • Colaboración y asesoramiento con personas particulares, entidades religiosas y civiles nacionales e internacionales interesadas en la problemática afro. • Intercambio con los Centros de Cultura Afro de los Misioneros Combonianos operantes en otros países. Por ejemplo, el Centro Cultural Afroecuatoriano de Quito-Ecuador y el Centro de Pastoral Afro P. Heitor (Cenpah) de Salvador-Brasil. Colabora también con las revistas combonianas Iglesia Sinfronteras de Colombia y Ecuador, Misión sin Fronteras de Perú, Esquila Misional de México, Mundo Negro de España, Além-Mar de Portugal, Nigrizia de Italia, New People de Kenya y Afrique Espoir de República Democrática del Congo. El Caedi cuenta con el apoyo del voluntariado y de instituciones nacionales e internacionales atentas a la problemática afro americana. n
E
l 21 de noviembre de 2010, los habitantes de Altos de Cazucá caminaron por las calles del sector en una sentida protesta que se llamó “Marcha por la Vida”. Se buscó evidenciar la difícil realidad del sector y de interpelar al Gobierno sobre los alcances de la política de Seguridad Democrática, que para ellos significa posibilidades reales de una vida digna para todos. Cazucá no es el lugar más apropiado para las marchas. Tiene unas calles bastantes empinadas y maltrechas que quitan el respiro y que cuando llueve son ríos de agua y lodo que dan miedo. Tampoco es un lugar seguro. El número de homicidios en el área, que comprende también Ciudad Bolívar, es el más alto de Bogotá, según los informes de la policía. En un sector donde todos habitan con tantas limitaciones, con violencias ligadas a la droga, a la
presencia de fuerzas ilegales, donde se siente la presencia de la muerte cada día, no es fácil percibir el cambio y la Palabra de Jesús. Sin embargo, esta marcha pacífica de cuatro horas (desde las 12 del día hasta las 4) fue un momento de unión de hombres y mujeres de buena voluntad. La mayoría de los manifestantes eran jóvenes que sueñan con un país
más justo y equitativo, que querían manifestar su inconformidad frente a las situaciones de injusticia y desempleo, la falta de vivienda, el escaso acceso a la educación y la salud. Grandes desafíos se han puesto de manifiesto: racismo, discriminación, exclusión, prejuicios, pobreza y miseria. Realidades que exigen una respuesta personal, comunitaria y estatal. n
La Convergencia Nacional de Organizaciones Negras (Cnoa) ha tenido su asamblea nacional del 18 al 20 de noviembre de 2010 en Bogotá. Los boletines de prensa han dado una idea del conteni-
do: “Dos representantes de cada Minga regional nos reunimos a profundizar en los temas que más se necesitan para defender los derechos y la autonomía del pueblo afrocolombiano”.
Juan Alberto Carabalí Ospina, Zorayda Castillo y Omaira Mosquera Mosquera fueron los encargados de la reflexión sociopolítica. El P. Emigdio Cuesta Pino informó de la gestión de la secretaría ejecutiva. Los y las asistentes hicieron un análisis de la coyuntura, de acuerdo a las regiones. Luego, en las mesas por temas, se elaboró el nuevo Plan Operativo Anual. Se programó la próxima Asamblea General para la segunda mitad de noviembre del 2011. Se le pidió a la Oficina Nacional que consulte permanentemente a las mingas ante las propuestas del Gobierno, las posibilidades de interlocución y acuerdos con otras organizaciones afro nacionales. n
Centro de Pastoral Afrocolombiana (Cepac)
El Centro de Pastoral Afrocolombiana (Cepac) se creó para ayudar a resolver las muchas necesidades de la Pastoral en todo el país. Actualmente, en el ámbito nacional, se llevan adelante iniciativas de formación, desde y para el pueblo afrodescendiente.
B
uenaventura fue la sede inicial del Cepac, pero el centralismo, la distancia y dificultades en la comunicación, llevaron a que se decidiera crear una Secretaría Nacional en Bogotá. La idea es coordinar desde la capital la labor de las delegaciones en las diócesis y todo lo que se necesite para apoyar proyectos, encuentros, iniciativas etnoeducativas, etcétera. Pero la Pastoral Afrocolombiana es mucho más que eso. Nació en el mismo momento en que llegaron los africanos al territorio colombiano. La esclavización les negó todas las dimensiones de su humanidad, pero su espiritualidad, su cultura y su lenguaje estaban con ellos. Los
Presentación organizada por el Cepac.
mantuvieron ocultos, los volvieron clandestinos, los mezclaron, los transformaron... Los preservaron con vida. Conocieron el mensaje de Jesucristo y lo hicieron suyo, a pesar de que los esclavistas lo deformaban salvajemente. Cantaron, bailaron y expresaron la Palabra de Dios de múltiples formas. Son más de 200 años y apenas en las últimas décadas hay signos visibles de que los párrocos y las autoridades eclesiásticas, por fin, empiezan a reconocer esa riqueza expresiva como el verdadero tesoro que es. Los alabaos, los chigualos, los gualíes y el sinfín de expresiones rituales regionales son construcciones que preservan valores ya olvidados en otros lados y una cla-
ra relación con África, en sus modos de celebrar las fiestas y sacralizar los momentos importantes de la vida. Presbíteros y obispos reconocieron, poco a poco, que tenían una población desatendida con unas especificidades culturales. Se comenzó a aceptar la música, alegre y ritmada, que da más vida a los ritos eclesiales. La danza vino después, tuvo que demostrarse que no había en ella nada contrario a la alegría de conocer al Señor y darle gracias. La meta es enriquecer la libertad que Dios les da a todos sus hijos. Esto implica un diálogo profundo con la realidad africana presente y pasada, en lo teológico, lo histórico y todo
Celebración afro, presidida por el P. Emigdio Cuesta. lo que la enriquezca en su relación con Jesús de Nazaret. Otro de los retos de la Pastoral es la situación de la población. La espiritualidad afro no hace separaciones entre la búsqueda del bienestar físico y el del alma. Hoy día, es más fuerte la relación entre la Iglesia y las organizaciones afro. Una muestra clara es la Secretaría Ejecutiva de la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas; la asumió el P. Emigdio Cuesta Pino, uno de los responsables de la Pastoral a nivel nacional. También hay una relación constante entre todas las regiones del país, lo comproba-
Miembros del Cepac.
En cada diócesis se hacen pequeños esfuerzos de formación nacidos desde el mismo pueblo afro y se busca darles una dimensión nacional. mos cada año en los Encuentros de Delegados de Pastoral Afrocolombiana, donde se toman las decisiones más importantes para el caminar de la Pastoral. Anualmen-
te, en una población diferente, se reúnen los delegados de todo el país para intercambiar experiencias, aprender de la realidad y de la historia afro y celebrar al Dios de la Vida. Se ha visto que la realidad exige formación constante. En cada diócesis se hacen pequeños esfuerzos de formación nacidos desde el mismo pueblo afro y se busca darles una dimensión nacional. Algunas localidades, como Cali, Buenaventura o Bogotá, han iniciado sus pequeños centros de documentación para superar la necesidad de material para la formación específica del pueblo afro. Se espera lograr establecer una Universidad Afro para bien de todo el país. Cada año, se lleva a cabo una investigación en común que concluye en la publicación de un libro. Este se distribuye de la forma más amplia posible y se utiliza para fortalecerlas a todas las regiones. Gracias a Dios, el proceso de despertar a la realidad afro al interior de la Iglesia y las organizaciones no es exclusivo de Colombia. Cada 3 años, integrantes de todo el país participan en los Encuentros de Pastoral Afroamericana, todos ellos festivos, fuente de inspiración y una forma de mostrarle al mundo que los pueblos afro son un actor importante en la realidad de nuestras naciones. La Colombia afro fue una de las pioneras en su organización y trabaja para que su labor enriquezca a las pastorales de la Región Andina que apenas inician. De todas las actividades que se llevan a cabo, sin duda, la más importante son las eucaristías afro que se realizan de forma periódica en distintas localidades. Es ahí donde las comunidades parroquiales se encuentran, se auto-reconocen y dan a conocer su identidad a los otros grupos humanos con los que conviven. Se busca que la libertad que el Señor da, a veces recién experimentada, ayude a superar las dificultades del pueblo afrodescendiente y permita que muchos otros hagan también su camino en la historia de la salvación. n
El presidente Lula saluda a Abdias y su esposa Elisa.
Elisa Larkin es escritora, magíster en Derecho y Ciencias Sociales y doctora en Psicología. Esposa de Abdias Nascimento, es la co-fundadora y actual presidente del Instituto de Pesquisas y Estudios Afro-Brasileiros (Ipeafro). Es conocida por sus investigaciones y publicaciones sobre el panafricanismo. Por: Rafael Savoia ¿Qué es el panafricanismo y cómo se ha venido desarrollando? Yo creo que cuando Nkrumak (líder político y filósofo panafricanista) en 1958 convocó la Conferencia de todos los pueblos africanos, él pensaba en el Panafricanismo como una manera de aglutinar y organizar internacionalmente los gobiernos y representantes de los pueblos africanos. Después, en 1974 en el VI Congreso Panafricano todavía se pensaba en el panafricanismo como algo que podía ser articulado en forma internacional, pero no tuvo el apoyo de los gobiernos interesados. Ya en
1945, en el congreso de Manchester, existió la idea de crear una organización con la participación y apoyo de los sindicatos africanos y representaciones de movimientos políticos por la independencia, convencidos de que África no se desarrollaría si continuaba con los esquemas coloniales. El panafricanismo pasó a ser más flexible. La idea del panafricanismo hoy está mucho más representada, porque antes cuando se hablaba de panafricanismo, se pensaba sólo en el triángulo Caribe, EE.UU., África. Hoy las personas tienen más conciencia y en las Américas
se encuentra la referencia de pueblos negros. Se ha superado la idea del triángulo y la gente sabe que la idea de panafricanismo es mayor, abarca las Américas, el Caribe y en general la diáspora afro. Reconozco que hubo una modificación de términos. Se cambió panafricanismo por afro-descendientes, eso refleja una diferencia con relación a la anterior forma de concebir el panafricanismo Creo que el panafricanismo ha dejado de ser una propuesta política y se ha convertido en una bandera de organización. Ha ido tomando una forma local y espe-
Niños afrobrasileños bailando Capoiera, un baile típico del país. cífica, como sucede con tantas cosas en este mundo globalizado. El panafricanismo continúa siendo una referencia para una gran parte de intelectuales que se dedican a la resistencia contra el racismo, pero no está organizado de forma institucional. Pero tampoco antes era muy organizado. Recordamos el movimiento de Marcus Garvey que promovió una organización de gran repercusión la Asociación Universal para la Mejora del Hombre Negro (Unia, por las siglas en inglés). Es verdad que fue un intento que tuvo escasos resultados como movimiento de masa, pero siempre fomentó una esperanza. ¿Cómo ha sido acogido y cómo se ha manifestado en América Latina el panafricanismo? El panafricanismo se expandió so-
bre todo a raíz del VI Congreso Panafricanista. La realización del primero, segundo y tercer Congreso de Cultura Negra de las Américas, ya era una demostración de ese crecimiento y de la posibilidad concreta de un Movimiento Negro en las Américas y en particular en Sudamérica.
El panafricanismo continúa siendo una referencia para una gran parte de intelectuales que se dedican a la resistencia contra el racismo.
Elisa Larkin durante una exposición sobre los 90 años de Abdias Nascimento.
Esto se fue cimentando en cada país en formas diferentes, hasta que llegamos al final de los años 90. Allí surge un hecho importante: la promulgación de la Constitución Colombiana, artículo transitorio 55, que fue una referencia para otros países. Todo esto se consolida en la Tercera Conferencia Mundial contra el racismo, organizada por la Naciones Unidas en Durban (Sudáfrica) en el año 2001. La Tercera Conferencia Mundial contra el racismo, moviliza muchos países y enriquece el diálogo. Favorece una serie de conferencias internacionales y ayuda en la articulación de los movimientos contra el racismo. En todo esto, a mi modo de ver, se dan manifestaciones de panafricanismo, aunque las personas no usen esa palabra. Es una forma de actuar que representa la idea del panafricanismo, que es exactamente la unión de principios y aspiraciones entre los pueblos de origen africano en diferentes partes de la diáspora, o sea, del mundo africano como un todo. ¿Cuáles son las nuevas ideas lanzadas por el movimiento panafricanista en América? A partir de los años noventa hay un nuevo resurgir y un tema que moviliza toda esta energía política, es decir, la demanda de las Reparaciones. Pero en 2001, desde la Conferencia en Durban, algunos se pronuncian contra la propuesta de las Reparaciones, inclusive gobiernos africanos como el de Senegal (no representativo del pensamiento de la mayoría de gobiernos e intelectuales africanos). A pesar de que Senegal era el gran promotor del llamado Renacimiento africano, hizo una declaración en contra de las Reparaciones, influenciado por las élites africanas y porque afirmaba que no existe relación entre los actuales problemas del continente africano y la historia pasada. En conclusión, no hubo una definición clara de los gobiernos por una política de Reparación. Lo que existió fue un reconocimiento del principio de considerar al tráfico de esclavos como un crimen
contra la humanidad. No hubo un consenso de cómo poner esto en práctica.
Elisa Larkin durante un seminario.
La Iglesia tuvo un papel importante si consideramos que las pastorales son instrumentos de organización de sectores de la población que se encuentran marginados.
Presentación de Raíces (obra sobre el origen africano), Grupo Cultural Beija-Flor.
¿Cuál es la relación entre la Iglesia católica y los afrobrasileños? La Iglesia tuvo un papel importante. Consideremos que las pastorales son instrumentos de organización de sectores de la población que se encuentran marginados. Aunque no sean pastorales específicas, como la pastoral afro o la pastoral indígena, ahí las personas descubren una identidad propia, encuentran fuerza para luchar. En Brasil, con Abdías (Abdías do Nascimento, su esposo, ndr), hemos visto que las comunidades Quilombo (palenque), desde las pastorales, consiguieron organizarse y luchar por la posesión de sus tierras, etcétera. Existe también en Brasil la organización de Agentes de Pastoral Negra, que tiene núcleos en todo el país y ha realizado varios tipos de trabajos; uno de ellos en Río Grande do Sul, en el área de la educación; junto con el movimiento Educar de Fray David, que con los cursos pre universitarios ayuda a las personas negras a entrar en las universidades y a romper así una barrera que antes era infranqueable. Los agentes de pastoral negra son grandes referencias del movimiento afrobrasileño; no solo son líderes que ayudan en la organización social, son personas que catalizan las propias fuerzas de las comunidades para luchar por sus necesidades, para que se reconozcan como tales, tengan una identidad propia y luchen por sus propios intereses. ¿Y las Iglesias evangélicas como se relacionan con el pueblo afrobrasileño? Hay militantes del movimiento negro que son protestantes, personas activas dentro de su Iglesia; fue ahí donde se inspiraron y lograron fortalecer sus organizaciones. La Iglesia católica y la protestante, son Iglesias que crean oportunidades de ampliar el conocimiento, estudiar y fortalecer la propia auto imagen para que la persona consiga una plena actuación social. n
L
os afrocolombianos tuvieron recientemente dos alegrías en el ámbito internacional. Festejaron las hazañas del joven Edgar Rentería que llevó a la victoria a su equipo de San Francisco (Estados Unidos) después de 53 años de espera. Renteria, el barranquillero humilde, sencillo y con espíritu digno de la mejor tradición afro, logró superarse y vencer todas las barreras hasta lograr el triunfo. Fue acogido como un héroe en su ciudad y promete todavía mucho para el futuro. En el campo musical, también se vivió la euforia, gracias al Grammy Latino que obtuvo el grupo ChocQuibTown, con la canción De dónde vengo yo, integrado por Gloria Martínez (Goyo), junto con su hermano Miguel (Slow) y su esposo Carlos (Tostao) Valencia. El grupo ChocQuibTown, se abrió camino al éxito con un trabajo incansable que se vio reflejado en el álbum Somos Pacífico que resuena en los barrios de Quibdó, Cartagena y hasta en la plaza Bolívar de Bogotá, llevando los ecos más profundos de la música afrocolombianas tradicional. Colombia se redescubre pluriétnica con insospechadas riquezas. Con razón la música del Pacífico ha sido declarada patrimonio intelectual de la humanidad. Como dijo Slow al recibir el premio Grammy, “se ensalza y se visibiliza la música invisible con todo el pueblo afro, parte integrante de Colombia”. El grupo ChocQuibTown por ahora está trabajando en un nuevo álbum en Miami. El camino de esta agrupación ha estado marcado por esfuerzos y luchas, pero no han faltado los reconocimientos desde que se formó el grupo en el 2000. Los más sonados han sido: Festival Petronio Álvarez en 2006, un premio Shock en 2007, dos Nuestra Tierra en 2008, sin contar las representaciones en escenarios importantes como World Music y en el festival Womex.
El grupo ChocQuibTown.
Edgard Renteria durante un juego. Los jóvenes afro tienen motivos para enorgullecerse de su raza con el ejemplo de Rentería y los ChoqQuibTown. Ellos son fruto de una historia de familias afro que han
creído que sus hijos triunfarían, con el espíritu de las personalidades afro que los han precedido: desde el Negro Robles, al poeta Candelario Obeso, al político chocoano Diego Córdova, al luchador por la cultura afrocolombiana Amir Smith Cordiva, al escritor Zapata Olivella. Y muchos otros que podríamos mencionar, que han dejado huellas, han sembrado y hoy vemos los frutos. Los afrocolombianos se dan a conocer por sus cualidades humanas, no solo artísticas o deportivas. Son un pueblo que se levanta, con una historia que se va revelando y que está develando la memoria de muchos, hasta fuera de las propias fronteras. A pesar del sistema de opresión y marginación lograron rehacerse y están levantando la cabeza, reclamando justicia y reparaciones. Con mucha razón la canción ganadora del Grammy se titula De donde vengo yo, reeditada este año en Estados Unidos y en Europa, bajo el sello World Music editora dedicada al género de los ritmos étnicos. n
Personajes afroamericanos
El rey Miguel es considerado el primer revolucionario de América. Fundó su propio reino libre y se convirtió en voz de la rebelión ante el imperio. Decidió morir peleando antes que aceptar la rendición que se le ofrecía lo cual significaba conservar la vida, pero volver a la esclavitud.
E
n el año 1551, a un año de la fundación de Nueva Segovia (primer asiento de la actual ciudad de Barquisimeto, Venezuela) eran extremos el maltrato y las injusticias de los españoles hacia los negros esclavos que trabajaban en las minas de las montañas de Buría. Fue en la población de Nirgua, que un esclavizado africano que se había rebelado en Puerto Rico, y luego trasladado a esa región de Venezuela, se alzó ante la incesante explotación a que eran sometidos tanto los africanos como los indígenas jiraharas. Conciente de su dignidad y bajo ese principio de insurrección ancestral se levantó contra el poder económico, marcando la primera rebelión histórica afroindígena venezolana. Era el Negro Miguel, esclavo en las Minas de San Felipe de Buría –propiedad de Pedro del Barrío– junto a su esposa Guiomar y sus hijos. Cuentan que un día, al comenzar la jornada, un capataz quiso castigar a Miguel duramente, pero éste se rebeló y escapó a las montañas. De carácter rebelde e indomable, después de huir, se acercaba a las haciendas por la noche para llevar lo que necesitaban y atraer cada vez a más seguidores, con la intención de formar un ejército y luchar contra los españoles. Guiomar, su esposa, acompañaba al Negro Miguel, incluso en las batallas, en las cuales iba al frente de los negros rebeldes o cimarrones y juntos combatieron innumerables veces. Su resistencia heroica y su gesto de autoliberación aun hoy en día, representa un símbolo de dig-
nidad y de lucha. A ellos se les atribuyen varios ataques a las Minas de Buría y hasta el asalto a la recién fundada Nueva Segovia. La historia dice que después de escapar, el Negro Miguel decidió fundar un reino independiente. Coronó a Guiomar como reina, a la usanza africana e incluso nombró una corte. Escena de la Cantata del Rey Miguel, Fundarte, Venezuela.
E
Estatua del rey Miguel, Venezuela. Durante aproximadamente dos años combatieron y desencadenaron sublevaciones de negros e indios por toda la región de San Felipe, Barquisimeto y El Tocuyo. Finalmente, luego de muchas persecuciones, Diego de Losada mató a Miguel y aniquiló su reino. Los negros y los indígenas que sobrevivieron fueron torturados y mutilados. Sus hijos fueron vendidos y Guiomar murió, poco después, víctima de crueles maltratos y por la pena de haberlos perdido. Los pobladores de Buría cuentan orgullosos que éste fue el primer alzamiento de negros de Venezuela e inclusive de América Latina. Aseguran que con él se inició el sueño de libertad de los negros esclavos en Venezuela. Esto ha hecho del Negro Miguel un ejemplo de valor y lo ha convertido en una leyenda en Buría y en todo el país, a tal punto que son muchas y muy distintas las historias que se tejen alrededor de su mítica figura y su vida. En diciembre de 1553, el rey Miguel fue asesinado por Diego de Losada, el mismo que años después asesinaría al Cacique Guacaipuro en Caracas. Más tarde, el espíritu del rey Miguel inspiraría a Andrés López del Rosario “Andresote”, en Yaracuy (1732), Guillermo Rivas y Gerónimo Guacamaya en Barlovento, (1771), José Leonardo Chirino, en la sierra de Falcón (1795). A lo largo de la historia las y los afrodescendientes contribuyeron a estructurar el hilo histórico para crear una conciencia irreverente contra cualquier tipo de dominación. Por eso, repiten algunos afrodescendientes que la historia de la emancipación venezolana no comenzó el 19 de abril de 1810, sino en 1553 con el rey Miguel. Lo señaló, por ejemplo, Luis Perdomo: “Nosotros también hicimos la independencia. El cimarronaje de nuestros ancestros y ancestras fue ejemplo que se quiera o no sembró la semilla histórica de la rebelión y que luego creció como una ceiba gigante, como de esas que abundan en Barlovento”. n
l 21 de noviembre de 2010 las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, junto con allegados y amigos, se reunieron para celebrar y agradecer al Señor con profunda alegría, el don de la vida y de la vocación de Wanda Karina de Jesús Pozo. Wanda Karina nació en la ciudad de San Cristóbal, República Dominicana. Comenzó su formación el 27 de agosto del 2004; después de un largo tiempo de preparación y de experimentar el amor de Dios padre/madre en su vida, quiso hacer pública su oblación al Señor como respuesta al amor y a la fidelidad del Dios de la vida. La Hna. Wanda quiso celebrar con la alegría del pueblo afro dominicano su entrega al Señor. Las Oblatas, al igual que Jesús, el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas, y mirando los ejemplos del padre fundador, José María Benito Serra, que acompañó a la mujer en situación de prostitución, están llamadas a dar la vida por las mujeres que el Señor les confía, para hacer que por su oblación el Reino de Dios sea visible en la tierra, a través de la Resurrección de Jesús. n
L
os jóvenes afro de Alto de Cazucá que desean ser lideres en su barrios, en Bogotá y porque no, a nivel nacional, se han reunido una semana en San Fernando, en la sede la Obra de los Hermanos Misioneros Combonianos. Fue un curso exigente, abarcando distintas disciplinas desde la historia de la presencia afro en Colombia hasta la incidencia política y la presencia afro en la Biblia. Animaban el encuentro los ritmos afro al son de los tambores y de las maracas. La creatividad se manifestó de diferentes formas: pintura, teatro, concursos. n
L
a Asamblea General, reafirmando la Declaración Universal de Derechos Humanos, donde se proclama que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y que toda persona tiene todos los derechos y libertades enunciados en ella, sin distinción alguna, recordando el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, la Convención sobre los Derechos del Niño, la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y otros instrumentos internacionales pertinentes de derechos humanos, recordando también las disposiciones pertinentes contenidas en los documentos finales de todas las grandes conferencias y cumbres de las Naciones Unidas, en particular la Declaración y el Programa de Acción de Viena y la Declaración y el Programa de Acción de Durbán, recordando además sus resoluciones 62/122, de 17 de diciembre de 2007, 63/5, de 20 de octubre de 2008, y 64/15, de 16 de noviembre de 2009, relativas al monumento permanente y recuerdo de las víctimas de la esclavitud y de la trata transatlántica de esclavos. 1. Proclama el año que comienza el 1° de enero de 2011 Año Internacional de los Afrodescendientes, con miras a fortalecer las medidas nacionales y la cooperación regional e internacional en beneficio de los afrodescendientes en relación con el goce pleno de sus derechos económicos, culturales, sociales, civiles y políticos, su participación e integración en todos los aspectos políticos, económicos, sociales y culturales de la sociedad, y la promoción de un mayor conocimiento y respeto de la diversidad de su herencia y su cultura; 2. Alienta a los Estados Miembros, a los organismos especializados del sistema de las Naciones Unidas, en el marco de sus mandatos respectivos y con los recursos existentes, y a la sociedad civil a que preparen y determinen iniciativas que puedan contribuir al éxito del Año; 3. Solicita al Secretario General que en su sexagésimo quinto período de sesiones le presente un informe que incluya un proyecto de programa de actividades para el Año Internacional, teniendo en cuenta las opiniones y recomendaciones de los Estados Miembros, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, el Grupo de Trabajo de Expertos sobre los Afrodescendientes del Consejo de Derechos Humanos y otros organismos, fondos y programas pertinentes de las Naciones Unidas, según corresponda.