Al compás de la cultura Por Ana Gabriela Ramos Delgado
Las nuevas tecnologías y los productos creados por las mismas, han ocasionado que las personas dejen de conocer los objetos que son creados de manera tradicional del estado en donde viven. No me equivoco al decir que prefieren adquirir productos hechos en otros países, a veces de muy mala calidad, que los que son creados a mano de su estado. Un ejemplo es Querétaro. ¿No es acaso uno de los estados cuyo crecimiento y desarrollo son prometedores? Si bien esto es cierto, significa la apertura de más fábricas y empresas que, indudablemente, producirán mercancía provenientes de máquinas, pero ¿por qué nos emocionamos más con este tipo de productos en vez de maravillarnos por la difícil y delicada producción de nuestras artesanías? Personas extranjeras aprecian más esta expresión de la cultura mexicana que nosotros mismos. Las artesanías más conocidas, debido a que los municipios donde se fabrican son los principales centros turísticos del estado, son las provenientes de Cadereyta, Tequisquiapan, Huimilpan, San Juan del Río, Ezequiel Montes, Tolimán, Amealco, Pedro Escobedo, El
Marqués y Colón. Estos realizan trabajos artesanales como el tejido en telares de los cuales producen prendas de lana, la producción de piezas en cantera, orfebrería y la talabartería (trabajado de la piel para la producción de zapatos, chamarras, cinturones…). Entonces, teniendo toda esta variedad ¿por qué seguimos ignorando nuestra riqueza cultural? Querétaro es un gran productor de artesanías y nosotros sus habitantes deberíamos de comenzar a tomar conciencia sobre todo aquello que estamos perdiendo y olvidando por los avances ultramodernos de las tecnologías. No podemos permanecer ignorantes ante una situación así, estos trabajos son nuestras raíces, herencias de nuestros antepasados y deberíamos preocuparnos por preservarlos ya que cada vez hay menos personas que saben el arte de confeccionar prendas de manta, trabajar con telares o manipular las piedras como los ópalos para crear piezas de joyería. Sólo la conciencia inculcada desde una edad temprana nos hará volver a amar nuestras raíces, eso que caracteriza a México de entre varios países. Nuestra cultura.