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No somos Dioses

No somos Dios...

“No somos Dios. No nos equivoquemos otra vez…

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“No somos Dios. No nos equivoquemos otra vez...”

Hace rato escuché “Pecado original”, de Pablo Milanés y me llamó mucho la atención esa parte final de la letra...”No somos Dios. No nos equivoquemos otra vez. No somos Dios. No nos equivoquemos otra vez “.

La letra habla de dos hombres que se aman, pero por desgracia... “Ninguno de los dos tiene riquezas. Para calmar la ira de los jueces. Ninguno de los dos es presidente. Ninguno de los dos es un ministro. Ninguno de los dos es un censor de sus propios anhelos mutilados...”

Y al final de la canción cierra con ese fraseo tan poderoso: “No somos Dios. No nos equivoquemos otra vez...”

¿Y a qué viene “Pecado original” en este escrito.

A que ahora con los hechos suscitados en la familia de Alejandra Guzmán, con su hija y con su padre, Enrique Guzmán, todos se han convertido en Dioses de la verdad, en jueces, en verdugos, en psiquiatras, en psicólogos, en doctorados de “tratamientos humanos”.

Da miedo escuchar a una veterana de la televisión diciendo con su “vocecita” que el señor Guzmán debe la vida de un hombre, y luego, otro más atrevido, señalando a cada uno de la familia y poniéndolos

¿Qué si me asusto por eso?

¡No, para nada!

Me sorprende la carroña que podemos ser como medios para subirnos a un tren que no nos pertenece y luchar a brazo partido por ver quién gana más en sacar “basura exclusiva” de un tema que debe de tratarse con delicadeza, no como nota de “argüende”.

Mi amiga Tracy me hizo llegar un video donde un joven, sí, un joven, estaba haciendo en su página de facebook todo un tratado de la vida de la hija de la Guzmán y lanzaba hipótesis, daba veredictos y cuestionaba la educación de la chica y hasta mandaba mensajes a Alejandra Guzmán y de paso a Enrique Guzmán.

Al verlo, ya no me interesó el tema que trataba, me llamó la atención la autoridad y soberbia con la que decía las cosas.

Me clavé en sus juegos de palabras y me percaté que, hasta eso, tenía miles de seguidores, me imagino que ávidos de sus consejos, de sus puntos de vista, de sus teorías.

Me sigue sorprendiendo el libertinaje con el que ya se agarra un micrófono, se enciende una cámara y ¡tan tan!, de la noche a la mañana se convierten en conductores, analistas y consejeros.

Hoy todos son dioses.

Hoy todos son expertos en el tema. Hoy todos juzgan, señalan y acusan.

Por eso, cuando escuché “Pecado original”, de Pablo Milanés, me retumbó en la cabeza aquello que dice: “”No somos Dios. No nos equivoquemos otra vez...No somos Dios. No nos equivoquemos otra vez”- Y hoy pareciera que lo que más abunda son dioses, dispuestos a juzgar, arañar y crucificar.

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