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“NO ME RECUERDO SIN PINCEL”
“Yo creo que no se nace. Mucha gente lo va desarrollando, pero si cuenta mucho que tu tengas la inquietud”.
¿Alguna influencia para ser quién eres?
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“Yo mismo, el hecho de que en casa no hubiera un solo artista me llevó a echarle más ganas. Yo creo que vine al mundo a intentar desatar sentimientos positivos con mi obra. El arte es mi feliz proceso hacia la muerte, es mi estado total de paz. Crear mi obra es liberar algo que me pedía ser liberado desde el mismo boceto; a grandes rasgos, es dar vida”.
¿En qué momento decidiste que tu arte fuera vendible?
“Yo estaba a punto de tirar la toalla, porque cuando salgo de la universidad, como muchos, creo que ya todo estaba hecho, que las mejores galerías del mundo me esperaban con las puertas abiertas y no. Yo creo que, absurdamente pedí espacios en lugares de mucho peso y pues no, fui rebotado muchas veces y estuve a punto de dejarlo todo. Pero por ahí una amiga me invitó a exponer a un espacio que no era una galería y cuál es mi sorpresa que se vendió toda mi obra y de ahí volvió a mi un muevo impulso tanto en lo económico como en todo”.
¿Qué es lo que más le inviertes a tu profesión, arte, imaginación, tiempo o dinero?
“Yo creo que imaginación y tiempo. Porque una de mis ideas es que mucha gente pintamos con inspiración y la inspiración nos llega de aquí o de allá, pero mi filosofía es que siempre tengo que estar cerca de un pincel o de un lápiz. Porque entre más tiempo esté cerca de un espacio creativo, mejor, para cuando las musas bajen, estar listo”.
¿Cuánto tiempo las musas te han dejado a la deriva?
“Fíjate que anteriormente si me abandonaban, soy muy emocional y si dependía de ellas, pero soy de los que nunca verás en mi estudio una obra a medias, yo soy totalmente determinante en lo que hago. Me gusta empezar para terminar, nada a medias, pero eso ahora siempre las musas están ahí, en cada obra terminada”.
¿Hay público para este, tú arte?
“Claro que sí, pero depende mucho lamentablemente del punto geográfico, el arte, al no ser un producto de la canasta básica, se convierte en otra clase de producto, yo considero que es tan loable la acción del artista creando como la del que vende arte”.
¿El mundo del arte es lo que esperabas en cuanto a sueños e ilusiones?
“Suelo ser positivo y debo decir que me ha dado más de lo que esperaba. He tenido la fortuna que el mismo arte es el que me ha sostenido, el que me da para vivir y el que me da esa tranquilidad”.
¿Cuántas obras tienes?
“Cientos, soy muy productivo, no sé sin son miles, pero de que son ciento, sí lo son”.
¿Y de esos cientos o miles, cuál es tu obra favorita?
“Hay una. Estando todavía en la escuela de Artes Plásticas, en Guadalajara, hice una obra de “La capilla Clementina”, me pasé como dos meses y medio pintando esa capilla, era como un ensayo de escuela, le puse mucha pasión a esa obra porque mi madre se llamaba Clementina y, a decir verdad, yo me aluciné mucho con esa obra, en ese momento al Secretario de Cultura de Jalisco le gustó mi pintura y un funcionario de la escuela me pide la escultura porque se la iba a regalar o vender, total que después de 20 años ya no la he vuelto ver, no sé si está hecha pedazos abajo de un colchón o colgada en alguna sala de alguna casa, no lo sé, pero esa mi obra favorita”.
¿Cómo artista tienes competencia?
“Sí y mucha, es una competencia sana que me ayuda a crecer”
¿Cómo te defines como artista?
“Es difícil auto definirme, pero quienes me conocen dicen que soy realista y espontáneo”
En sus palabras:
l “El arte no se crea, el arte es un don que todos los seres humanos poseemos, considerando que su proceso creativo se sustenta en liberar formas que desde su juicio ya existen en los lienzos, el papel, arcilla o madera”.
l “El arte es un gran juego que se lleva a cabo en plenitud, únicamente si tienes honestidad y lo amas”.
Conócelo
l Durante su juventud ingresa a la carrera de Artes plásticas en el Instituto Cultural Cabañas en la Ciudad de Guadalajara Jalisco, para realizar su preparación académica en donde durante 5 años experimento el academismo y la plástica clásica.
l Tuvo la fortuna de aprender de maestros de la vieja escuela los cuales facilitaron su manejo del realismo y que con el tiempo se convertiría junto con el color en la directriz de su obra.