Salvada por el dulce alien

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Glosario: Denynso: pronunciado De-nen-zee-o Una especie humanoide extraterrestre. Todos son muy grandes, incluso las mujeres, aunque son más delgadas y más esbeltas. Son sus propias armas, y comen muchas frutas exóticas. Uoria: pronunciado U-or-ee-a Un pequeño planeta que es como la Tierra, pero más salvaje. No hay electricidad. La especie nativa es muy autosuficiente. . Klimnu: pronunciado Ka-lim-nuevo Son una especie de bestias albina bebedoras de sangre. La sangre de un Denynso es un amplificador de poder para estos delgados y huesudos, pero poderosa especie. Ellos son los enemigos acerrimos de los Denynso. Son increíblemente inteligentes y su tecnología esta muy desarrollada. Ynn: pronunciado como Yin (como Yin y Yang) Otro pequeño planeta que se está convirtiendo en un desierto. Sólo los Klimnu pueden sobrevivir, e incluso se están muriendo sin nada de lo que alimentarse. Ellos viajan fácilmente a otros planetas. Nombres de los personajes y pronunciación: Criea: pronunciado Ca-ree-a Él es el Rey de los Denynso. Es el mayor hijo de puta, y todos se inclinan ante él, incluso Pyra. Él gobierna con un puño de hierro porque no tiene elección. Con su especie y sus tendencias violentas debe ser estricto. Hay reglas y castigos severos por romper las reglas. Thiea: pronunciado Th-ee-a Ella es la Reina de los Denynso. Ella es fuerte, si no más fuerte, que su pareja. Los hombres se encogen ante su mirada. Tu no querras conocer su lado malo. Ella es también la figura materna de todos; todo el mundo va a ella por cualquiera de sus necesidades o problemas


emocionales. Mantente en su lado bueno y las cosas son geniales. Ella es también la entrenadora de los guerreros. Pyra: pronunciado: Pi-ra Él tiene 7 pies de altura, delgado y musculoso construido de nada más que músculo. Él es todo alfa y dominador. Como el líder de los guerreros es arrogante, pero sabe liderar. Ama a las hembras y encuentras una diferente en su cama a diario. No siente nada por ninguna de ellas y aunque no lo muestra, se encuentra aburrido de las hembras de su especie. Tiene un Mohawk blanco bastante largo. Sus ojos son naturalmente azules hasta que conoce a Edén. Su espalda está cubierta de cicatrices por haber sido capturado para experimentos. Basta con un solo ser humano que se acerque demasiado a ellos y se aproveche de su libertad, por lo que los guerreros están ahí para vigilar a los humanos, y hacer cumplir las muchas reglas (para los humanos también). Ciyrs: pronunciado SIE-rəs Es un hermano guerrero y sanador. Su magia reside en su toque y es muy popular entre todos. Es simpático y carismático. Gyyx: pronunciado como Jinx También es un hermano guerrero. Es un tipo duro pero sigue siendo un buen hombre. Trabaja duro y es hermano de Pyra, por sangre.



Sinopsis Después de un ataque de los Klimnu, Edén está llamando a la puerta de la muerte. Pyra la acompaña al curandero Denynso, y resulta que tiene que hacer algo más que curarla. Tiene que devolverla a la vida. Es la primer humana en la historia de Denynso en ser revivida, y nadie sabe qué esperar o cómo seran las cosas para Edén. Un efecto secundario del regalo del sanador es un vínculo que los une para siempre. Pyra está luchando para lidiar con el apego de su compañera a Ciyrs y no sabe qué hacer. Cuanto más lucha, más crece la brecha entre él y el Edén. Si no es cuidadoso, la perderá, y lo único que quiere es que confíe en el. Más tarde encuentran que no era el único efecto secundario. Ahora Eden está cambiando en más de una forma. Nadie sabe realmente qué está pasando, y mientras que el vínculo de ella y Pyra crece también lo hacen sus características. Cuando ella tiene continuamente convulsiones, Ciyrs hace todo lo que puede para averiguar qué está pasando. Él tiene que salvarla o Pyra tendrá su cabeza y una parte de él moriría también, si perdiera a Eden. ¿Se darán cuenta de lo que está pasando con Eden antes de que ella no se despierte de nuevo, y Pyra superará sus inseguridades con el vínculo de su compañero y hermano antes de que lo pierda para siempre?


Capitulo 1 Pyra corrió a la enfermería llevando a Edén flácida en sus brazos. Sus ojos estaban cerrados y sus labios estaban pálidos con un tono azulado. Su cuerpo estaba frío y las heridas en su cuello no habían dejado de sangrar. El Klimnu la había herido, y nadie sabía cómo su mordedura afectaría a los humanos. Ella había sido la primera persona en ser atacada, que ellos supieran. Él empujó la puerta que abrió de una patada no dispuesto a bajarla para usar sus manos. —¡Ciyrs! —Gritó y su voz resonó en el edificio sacudiendo los gabinetes de cristal. Su amigo llegó corriendo mirándolo como si quisiera desgarrarlo hasta que vio el cuerpo inerte de Eden en sus brazos. Las palabras murieron en sus labios y corrió hacia ellos con los ojos muy abiertos. —Mierda, ¿qué diablos le pasó? —Un Klimnu la ataco. Ciyrs palideció. —Aquí recuéstala. Necesito conseguir algunas cosas. —¡Apresúrate hermano que se está desvaneciendo y jodidamente rápido! Corrió por la habitación haciendo quién sabía qué y Pyra estaba empezando a perder su paciencia. Finalmente, su hermano y el curandero del Denynso, se sentaron en una silla rodante y se deslizo hacia la camilla donde Eden estaba tendida. Ella no se


movió, y apenas podía ver que seguía respirando. Si no fuera por su nuevo vínculo, pensaría que ya estaba muerta, pero estaba viva. Su compañera era una luchadora. Apartándole el cabello de la frente, rezó para que estuviera bien. Ciyrs fue a poner su mano sobre ella, pero antes incluso que la punta de su dedo la tocara; Pyra rugió y lo empujó de la silla y a través de la habitación con un gruñido. Se estrelló contra la dura pared sacudiendo el edificio con la fuerza de su cuerpo y cayó al suelo. Por suerte Ciyrs era el mas calmado de ellos. En vez de devolverle el golpe, se paró y se sacudió sólo disparando a Pyra un “que te jodan”. —Tengo que tocarla para sanarla. Pyra sacudió la cabeza. —Lo siento, fue por instinto y ella esta herida, además de que el vínculo es nuevo. —Sé que lo sientes. No la tocaré de manera inapropiada. Él suspiró. —Lo sé, pero no puedo soportar verlo. Se dio la vuelta y apoyó su espalda contra la camilla esperando que su calor corporal y la cercanía le ayudaran a pelear y sanar. Sabía el momento en que Ciyrs la tocó. La habitación se calentó exponencialmente y sintió su magia sumergirse en su cuerpo. Se volvió justo cuando su torso se elevó en el aire y ella respiró hondo. Sus ojos se abrieron y luego ella gritó. El gemido penetrante le hirió las orejas y el vidrio se rompió. Todo el compuesto oiría su dolor. No podía soportarlo. Era un cegador dolor indescriptible y quería matar. Pyra rugió, pero las noticias viajaban rápidamente, y cuando él quiso golpear a Ciyrs fue contenido por un muro no sólo por sus hermanos guerreros, también su padre le puso lo estaba tocando tratando de calmarlo. Ni siquiera se había dado cuenta de que estaban allí hasta que los brazos fuertes lo retuvieron.


—La está ayudando. Sacudió la cabeza y las lágrimas se deslizaron por sus mejillas. —Le está haciendo daño. —No, hijo, no lo esta, no es lo que crees que es. Estaba muerta. La traerá de vuelta a la vida. Pyra se congeló. De ninguna manera. No podía haber muerto. Pero cuando miró, vio realmente a Edén, vio las señales. El azul de sus labios todavía estaba presente. Las manos de Ciyrs se posaron en ella. Una estaba sobre su corazón y la otra sobre su cabeza. Sus ojos cerrados en concentración y el sudor se derramó de él. Su rostro estaba pálido y sus manos comenzaron a temblar. Se dio cuenta de lo que su hermano estaba pasando para salvar a su pareja. Nunca podría pagarle y tenia una gran deuda con el. Se preguntó qué le haría. Ciyrs nunca había traído un humano a la vida. Él sabía que con otro Denynso eso significaría un acoplamiento un vinculo se formaría entre el curador y el enfermo. No le gustaba la idea de que tuvieran un vínculo. —Será como una relación de hermano y hermana, hijo. Nada mas. —¿Cómo sabías lo que estaba pensando? El se encogió de hombros. —Porque ese sería mi primer pensamiento también. Lo más importante es que la salvó, y vivirá por su regalo. —Lo sé, nunca podré pagarle. Finalmente, Ciyrs quitó las manos de su cuerpo y abrió los ojos. Pyra físicamente observó como el enlace mágico se había formado entre ellos. Sus ojos se agrandaron y también los de su hermano. Era como si algo dentro de ellos se reconociera mutuamente y cuando se inclinó para besarla, Pyra trató de moverse, pero de nuevo fue retenido. —Puede malograr la magia curativa. Tienen que unirse.


Él gruñó. —Lo sé, pero solo nos unimos antes de su ataque. Es demasiado fresco. El rey puso su mano sobre el hombro de su hijo. —Sobrevivirás. Ciyrs es tu hermano. Así que observó cómo su hermano besaba a su compañera. Sólo que él no besó sus labios, él besó su frente y acarició su mejilla. —Mi hermana —susurró y cada voz de la sala quedó en silencio esperando a ver qué pasaba. Nadie se atrevía a respirar. Ella fue la primera humana que sano, la primera en ser traída de regreso de la muerte en toda su larga historia. Ella sonrió cuando él la ayudó a sentarse. Su herida del cuello se curó justo delante de sus ojos y su mirada se fijo en Pyra. Ella le sonrió y luego miró a Ciyrs. —Nunca podre agradecerte lo suficiente. Si alguna vez necesitas algo, no dudes en preguntar. Ciyrs asintió y la ayudó a ponerse de pie, y ella envolvió sus brazos alrededor de él abrazándolo cerca. Lo hizo breve antes de desbloquear sus brazos a su alrededor. —Ve a ver a tu compañero antes de que me arranque la cabeza. Ella asintió y se volvió hacia él. Ella se ruborizó y se acercó a él. Estaba tranquila y dócil, y se preguntó si recuperaría su temperamento. Seguro que esperaba que lo hiciera. Era parte de su encanto. Cuando entró en sus brazos estaba emocionado y curioso. —Lo siento mucho—, susurró. El estaba confundido. —¿Porqué lo sientes?


—Te asusté, lo sentí. Fue extraño. Durante todo el tiempo que me sostuviste, sentí su dolor y su sufrimiento. Casi me asfixió, y traté de despertarme, pero no pude. —Está bien Eden. Estas a salvo ahora. Miró por encima de su cabeza y vio a Ciyrs observándolos. Sus ojos brillaban, pero había algo más en su expresión, protección. La condujo hacia él y lo abrazó. —Nunca estuve más agradecido de lo que estoy ahora, hermano. Gracias. Él asintió y sonrió. —Es surrealista, no pensé que fuera a funcionar. Tampoco sé cuáles serán los efectos, así que tengo que mantener un ojo en ella y mantener notas para referencia futura por si acaso, no es que tenga la intención de tener que hacer eso de nuevo. Estoy completamente y totalmente agotado. Necesito dormir durante una semana. —Descansa y haré un seguimiento de su evolución. Para empezar, parece que su temperamento ha desaparecido. Ciyrs se echó a reír. —Probablemente regrese. Su cuerpo pasó por una horrible experiencia, y estaba técnicamente muerta. Esas palabras le hicieron estremecer; No quería pensar en lo que habría pasado si Ciyrs no hubiera podido salvarla.


Capitulo 2 Me sentía diferente. Sabía que había muerto, y Ciyrs me trajo de vuelta a la vida. Mierda. Había una mezcla de sentimientos dentro de mí. No estaba segura de si alguna vez me sentiría como yo de nuevo. Lo que sentía por el hombre frente a mí ahora era diferente de lo que era antes de que ese monstruo me atacase. Ni siquiera podía recordar por qué luché contra nuestro lazo. Ahora se sentía como una segunda naturaleza. El vínculo con el sanador era una historia diferente. Era un buen vínculo, y podía sentir una parte de él dentro de mí. Me tranquilizó y me hizo sentir segura, como si nada me volviera a pasar. —Ahora eres mi hermana—, su voz resonó en mi mente y mis ojos se abrieron. Era extraño oír voces en mi cabeza, pero sabía que sus palabras eran ciertas. Parecía que lo había conocido desde siempre. Pyra me sonrió, pero la preocupación en sus ojos todavía no se había ido. Podía sentir su sufrimiento. Se odiaba, se culpaba por el ataque. ¿Cómo iba a saber que iba a haber un ataque en ese momento? No lo culpaba. Envolví mis brazos alrededor de su cintura y abracé su cuerpo gigante. Incliné mi cabeza hacia atrás mirando fijamente su tristeza. —Deja de culparte a ti mismo. Sus ojos se humedecieron, pero él negó con la cabeza. —Eso no va a suceder, Eden. Luego me apartó el pelo de la cara. El tacto envió un millón de sensaciones a través de mi cuerpo. —¿Podemos irnos a casa ahora?—, Preguntó abrazándome. ¿Casa? Yo no tenía una realmente. Esa cabaña era agradable, pero si iba a ser honesta, tenía un poco de miedo de quedarme sola después de lo que pasó. Pyra percibió mi miedo.


—No hay manera de que te deje fuera de mi vista. Asentí y un fuego intentó cobrar vida. Mi temperamento volvería, y cuando lo hiciera, cuando no me sintiera tan serena, le patearía el trasero. Me volví y saludé a Ciyrs. Era extraño, pero casi me sentía como una niña mirando a su hermano mayor. No estaba segura de cómo me sentía acerca de ese vínculo. Ese sentimiento de ira seguía creciendo, y esperaba pacientemente a que volviera. Mi enojo era mi muleta. Es cómo sobreviví tanto tiempo. El inclinó su barbilla y me llevo fuera del edificio. Pyra se tensó y su mano se apretó contra la mía. —¿Puedo llevarte en brazos y correr? Así tomara menos tiempo llegar allí. Fue el hecho de que me preguntara y lo vulnerable que sonaba que me hizo estar de acuerdo. —Por esta vez, pero no te acostumbres a cargarme—. Sí. Estaba empezando a sentirme ligeramente normal de nuevo. Me levantó en sus brazos y corrió. Sentía como si el viento me estuviera azotando la cara, y antes de que pudiera preguntar estábamos de pie en el porche de un lugar diferente. —Bienvenida a casa—, dijo con una sonrisa y me colocó suavemente sobre mis pies. Levanté una ceja. No había más arrogancia en su voz. Parecía que ambos estábamos pasando por un cambio, y me pregunté si su bravuconería volvería al igual que mi temperamento. Me abstuve de decir algo malo porque estaba seriamente afectado. Seguí detrás de él y quede sorprendida. Su casa no era lo que uno esperaría. La mayoría de los hombres, humanos de todos modos, eran conocidos por ser unos patanes. Pero su casa estaba limpia. Tenía miedo de caminar por el suelo. —Bueno vamos, no voy a morderte y mi casa no va a atacarte. Suspiré y me saque mis zapatos sacudiéndoles el polvo antes de ponerlos bien contra la pared. Pyra se rió. —No tenías que hacer eso.


—Oh si tenia. Tu lugar está súper limpio. Se sentó en el sofá y palmeó el lugar a su lado. Miré el lugar y suspiré. Mi cabeza estaba llena de tantas cosas y todo lo que quería hacer era descansar. —Ven a sentarte conmigo, amor. Me alejé de nuevo. —¿Qué demonios es eso? —Es parte de nuestro lazo, se formó un vínculo y tenemos la capacidad de hablar a través de la mente. —¿Me estás jodiendo? Su risa resonó en mi mente, y sentí su alivio. —Tu temperamento vuelve, estaba preocupado. —Habla en voz alta, parece que estás gritando en mi cabeza. —Hasta que te acostumbres, así es como se sentirá. Es normal por lo que me han dicho. —¿Sabías que esto iba a suceder? —Sí—, respondió. El fuego ardía por dentro. —¿No creías que eso hubiera sido importante mencionarlo antes de que folláramos? Su boca se abrió y vi el dolor en sus ojos. —¿Es eso lo que crees que hicimos?


Quería gritar, gritar, y decir que sí, eso es lo que creo que era, pero no pude y bajé la cabeza sacudiéndola. —No. Se dirigió hacia mí y levantó mi barbilla. —Hicimos el amor Eden, y te guste o no, las cosas entre nosotros cambiaron el momento en que entré en ti. Eres mía y soy tuyo espero que algún día me quieras. Se inclinó y me besó. Todo lo que tomó fue un toque y me fui, me derritió en un charco de creciente desordenado amor. Él estaba en lo correcto. Gemí y envolví mis brazos alrededor de él instándole a que me levantara en el aire. Casi había muerto. Ciertamente eso significaba algo necesario para cambiar. La vida era demasiado corta para estar tan enojada todo el tiempo. Su cuerpo tembló y me llevó al sofá. Cuando se sentó, me colocó en su regazo y me senté a horcajadas sin romper nuestro beso. Empujé mi cuerpo contra él y sus manos me agarraron con más fuerza como si tuviera miedo de soltarme Cuando retrocedí sus ojos brillaron y yo estaba sin aliento. —Bueno, ¿significa que estás bien con nuestro vinculo ahora? Me encogí de hombros. —Estás creciendo en mí. No prometeré que no me enojaré ni trastornaré, pero intentaré no ser una perra completa. El asintió. —Puedo vivir con eso, y no eres una perra. Te han pasado cosas malas. Me tensé y le miré. —¿Cómo lo sabes? Tus recuerdos.


—¿Los has visto? —Sólo unos cuantos, pero ocurrió durante la unión. —Te abriste a mí, me permitió llegar a conocerte mas profundamente. Trate de alejarme pero él me agarró las caderas. —Hey, es parte del vinculo, Eden. No invadí tu mente a propósito. Tu mente se abrió a mí. Suspiré sin gustarme que hubiera visto algunas de las cosas más oscuras de mi vida. Las lágrimas cayeron de mis ojos antes de que pudiera detenerlas. Yo no era una llorona pero creo que morir cambiaba por completo a una persona. —Oh amor, va a estar bien. No te juzgo, y si alguna vez hago un viaje a la Tierra, lo cazaré y lo mataré. —Pyra estaba enojado, y de alguna manera eso me hizo sentir mejor. Fue en ese momento que no pude ignorar cómo me sentía. El creciente amor se estaba apoderando de todo el odio que yo tenía enterrado dentro de mí. Él sabía de mis secretos más oscuros y todavía me quería. Y yo sabía que él no sólo estaba lanzando palabras para hacerme sentir mejor. Si alguna vez lo llevaba conmigo, cazaría mi padrastro y lo mataría ¿Debería haberme asustado? Oh sí. ¿Estaba yo asustada? Ni siquiera un poquito.


Capitulo 3 Pyra llevó a Eden a la cama cuando se quedó dormida con la cabeza sobre su hombro. Vio el momento en que decidió dejar de luchar contra el vínculo. Después de eso el silencio se extendió entre ellos, pero ya no era incómodo. Nunca pensó que llegaría el día en que se sintiera tranquilo y en paz. No iba a durar, pero estaba bien por el momento. Despojándose de la ropa, se metió en la cama y jalo a Eden junto a él. No podría estar lejos de ella, al menos no por un tiempo. Sus hermanos ya sabían que iba a pasar más tiempo lejos después de haberse emparejado. Hasta donde podía decir, hasta ahora ella estaba bien y evolucionando normalmente después de su ataque. En realidad no parecía demasiado habladora, pero no creía que fuera algo nuevo. Ella se retorció y su codo casi aterrizó en su rostro, pero él hábilmente lo esquivó. Ella dio patadas y lloró tratando de escapar. Él la dejó ir y ella se removió en la cama. Su cuerpo estalló en sudor, y ella se arrancó la manta de su cuerpo. Fue entonces cuando el aroma de su excitación lo golpeó y él apretó los dientes. Por supuesto. —Tócame,— dijo ella y dejó sus piernas abiertas. Él la observó y esperó a ver si ella despertaba. Cuando tocó su piel, estaba tan caliente como la lava, como él se sentía cuando estaba emocionado. Su espalda se arqueó sobre la cama, y se dio cuenta de que en realidad estaba sufriendo. No sabía si estaría enojada, pero se sentó y se inclinó sobre ella antes de arrancarle el pantalón. Ni siquiera abrió los ojos, y cuando vio lo húmeda que estaba, casi se perdió. Lo que estaba pasando era real, pero ella no era consciente de lo que sentía su cuerpo. Ella tembló y gimió cuando el aire frío besó su piel ardiente. Él se deslizó sus piernas y las mantuvo separadas. Cuando deslizó su mano por su muslo, ella gimió. Pasó el dedo por su raja y sus caderas se sacudieron y sollozó. Lágrimas se deslizaron por sus mejillas.


—Duele, por favor, haz que se detenga. Él no sabía lo que estaba pasando, pero ella estaba en estado de excitación y no podía entender por qué no se había despertado. Le frotó el clítoris con la punta de su dedo índice y su boca se abrió con un gemido. —Despierta amor—, dijo con la esperanza de que abriera los ojos. Se sentía mal tocarla sin su permiso, pero parecía estar ayudando. Levantó el labio cuando él detuvo sus movimientos. —¡EDÉN! Su cuerpo se sacudió y sus ojos revolotearon pero aún así no se despertó. Se sentó y la miró sin tocarla. Ni siquiera cinco minutos más tarde ella estaba llorando otra vez. Sollozando por el dolor, y él había tenido suficiente. Ella podría patear su trasero más tarde. Subió sobre ella sosteniendo todo su peso. —Despierta, Eden.— Luego se deslizó dentro de ella. Sus ojos se abrieron y ella jadeó. —¿Qué demonios crees que estás haciendo? —Estabas sufriendo amor, traté de despertarte, pero incluso gritándote, ni siquiera trataste de abrir los ojos. ¿Aún te duele? —, Preguntó y retorció las caderas. Se deslizó profundamente golpeando su punto G y ella gritó. Cuando sus ojos se enfocaron, ella lo fulminó con la mirada. —¿Por qué estoy tan jodidamente excitada ahora mismo? ¿Lo hiciste a propósito?— Sus ojos se encendieron. —No, te acabo de explicar lo que pasó. No te despertaste hasta que estuve enterrado en tu interior, amor.


Ella lo miró pero luego asintió confundida cuando se dio cuenta de que estaba diciendo la verdad. —Nunca haría nada sin tu permiso a menos que fuera una emergencia. Sintió su ira desaparecer y ella lo besó, deslizando la lengua en su boca y presionó sus labios contra los suyos con una fuerza a la que él no estaba acostumbrado. Cuando ella se apartó, él podría haber jurado que vio sus ojos volverse color naranja, pero eso era imposible, ¿no? —Fóllame,— dijo ella y su voz terminó en un gruñido. —Mierda, eres tan jodidamente caliente.— Entonces él se enterró en ella duro. Se preocuparía por sus cambios más tarde. Ahora mismo la necesitaba más de lo que necesitaba su aliento. Ella gimió y gruñó gritando y arañándole la espalda. Ella se volvió salvaje. Cuando ella envolvió sus piernas firmemente alrededor de su cintura tirando de él más profundo dentro de ella él jadeó. Ella se sentía diferente y él sabía exactamente porque. Ella cambió, y fue porque Ciyrs la salvó. Tenía que decírselo, pero ahora follaría duro con su compañera. Sus gemidos y súplicas lo empujaban a una lujuria que no podía manejar, y sus ojos brillaron. Su bestia interior asumió el control follándola, y ella amaba cada maldito minuto de ello. Ella se encontró con cada embestida y sus súplicas lo empujaron por el borde. La cama chirrió y gimió, y ella gritó cuando el colchón se derrumbó debajo de ellos. Él rodó rápidamente para evitar que se lastimara. —¿Que demonios? Él gruñó cuando su espalda aterrizó contra el marco de madera, pero sonrió para que ella no se diera cuenta, pero ella lo hizo. —¿Por qué has hecho eso? No puedes dejarte herir para protegerme. —Puedo y siempre haré todo lo posible para mantenerte a salvo no importa qué, amor.


—¿Tu si…? —¿Hmm?— Él preguntó y gruñó cuando trató de moverse. Un dolor agudo se disparó por su espina dorsal y él maldijo mentalmente. —¿Yo qué? Ella se ruborizó y miró hacia abajo. —¿Me quieres? Se sorprendió por su pregunta. ¿No podía sentirlo? Los seres humanos eran extraños. —Por supuesto que sí. ¿Lo sientes? Ella se encogió de hombros y se salió de su cuerpo y se levantó sosteniendo su mano para ayudarlo a levantarse. —No en realidad no. Quiero decir que sé que te preocupas por mí, pero… —Eden, te he amado desde el primer contacto. No creía que estuvieras lista para escucharlo. Demonios, acabas de empezar a tolerarme. Las puntas de sus orejas se pusieron rojas y mordisqueó su labio. —Bueno, eso tiene sentido. Se puso de pie lentamente y su espalda se resintió en protesta. Gimió y respiró hondo. Él no quería preocuparla, pero ella vio su dolor y le hizo girar para mirar su espalda. Ella jadeó y colocó su mano en el lugar donde la madera se astilló en su piel. Su mano se ilumino y él sintió magia. Era similar a la de Ciyrs y luego el dolor en su espalda empezó a desaparecer. Giró la cabeza hacia un lado y vio cómo su mano brillaba en verde. Ella estaba jodidamente sanándolo. Estaba aturdido, sin palabras mientras se quedaba quieto. Cuando ella tiró de su mano el resplandor desapareció y él no sentía dolor.


—¿Cómo… cómo hice eso?— Ella miró su mano sosteniéndola lejos de ella. —¿Él me dio su don? Pyra no sabía la respuesta. —Amor, no tengo ni puta idea de cómo lo hiciste. Él te trajo de vuelta; tal vez es un poco de poder residual? —No lo creyó ni por un minuto, pero él podía ver que estaba al borde del pánico. Sus ojos eran redondos y anchos y estaba pálida. Su cuerpo empezó a temblar, y luego cayó al suelo y convulsionó. —Mierda,— gritó y agarró una camisa grande y la puso sobre su cabeza y le puso sus bragas y pantalones cortos de nuevo. Las sacudidas empeoraron y él la tomó en brazos olvidando que estaba desnudo, pero en ese momento no le importaba. Su cuerpo se iluminó como un árbol de Navidad humano. Ella se puso verde. Estaba oscuro y todos los Denynso se quedaron boquiabiertos cuando pasaron corriendo. La mayoría no podía distinguir mucho porque se movía con rapidez, y de nuevo se estrelló contra la enfermería. Ciyrs se congeló y sus ojos pasaron de somnolientos a pánico en dos segundos. —¿Cómo explicas esto hermano? —¿Por qué está brillando, y por qué está teniendo una maldita convulsión? —¡Ella me curó! Afortunadamente, Ciyrs no se molestó en preguntar por qué necesitó la curación. —Eso no es posible.— Él agarró su mano y Pyra vio cómo su hermano pasó de incredulidad a la calma. Tan pronto como tocó a su compañera, dejó de convulsionarse y su cuerpo se quedó quieto en sus brazos en un estado relajado. El brillo se disipó lentamente de su cuerpo. Pyra se quedó atónito. —¿Puedes conseguirme unos pantalones? Ciyrs señaló.


—Ve a buscarlos, no puedo dejarla ahora mismo. Los celos de Pyra alzaron su fea cabeza. —¡ELLA ES MÍA! No hubo respuesta del otro hombre mientras apartaba el cabello de la cara de Eden. Abrió los ojos y gimió. Miró a Ciyrs y sonrió. —Oye, tú otra vez. —Sí, bueno esta vez parece que tenemos un tema diferente, cariño. —Ella frunció el ceño. —¿Que pasó? —¿No te acuerdas? —No lo último que recuerdo es… —se sonrojó. —Es despertando con esa bestia allá. Basta de charla. Ciyrs se echó a reír. —Está bien, así que tú y Pyra estaban intimando, ¿entonces qué? —No lo sé.— Ella entrecerró los ojos en concentración, pero ella realmente no recordaba. Pyra lo sabía. —Rompimos la cama, tus ojos brillaron. Ella sacudió su cabeza. —Recuerdo sentir dolor y estar realmente excitada. —Sí, ella estaba con dolor y dando vueltas. Intenté despertarla pero ella no se despertó así que decidí hacerle el amor. Tan pronto como estaba dentro de ella se despertó y boom estábamos follando como animales. La cama se rompió, y nos hice girar para que no se lastimara, pero me hice daño. Ella entró en pánico, y tan pronto como ella puso su mano en mí, me curó. Luego comenzó a convulsionar.


Ciyrs sonrió cuando se cubrió la cara con su mano libre. —Oye, no hay nada de qué avergonzarse. Somos todas criaturas sexuales y solo se han vinculado. Es natural. Aunque es preocupante acerca de cómo él lo explicó todo. Quiero hacerte pruebas, ¿de acuerdo? —Claro, si me ayuda. Pyra frenó su ira y los vio interactuar. Él sabía que no era nada más que platónico con ellos, pero la forma en que ella se inclinaba hacia él y confiaba en él cuando él podía decir que estaba lastimada lo molestó. Ella era su compañera, y Ciyrs no era de mucha ayuda. De hecho, la estaba mimando. Nunca había visto nada parecido. Su vínculo era extraño, y no estaba seguro de lo bien que lo manejaría, o si se acostumbraría… pronto.


Capitulo 4 Me senté en la mesa de nuevo y sostuve mi brazo mientras Ciyrs tomaba otro vial de sangre. Estaba tan confundido como yo por estas extrañas cosas que ocurrían dentro de mí. Me sentía extraña y mi cuerpo se sentía enfermo. Estaba débil y cansada. Quería dormir, pero él le dijo a Pyra que me mantuviera despierta. Pyra estaba enojado conmigo. Podía sentirlo. Incluso mientras se sentaba en la silla tan lejos como podía y hablaba conmigo, había desconfianza en su voz y mi corazón se apretó. No me gustaba verlo así y cuando traté de sostenerle la mano se alejó. No pensé que hubiera hecho nada malo, pero estaba teniendo problemas de memoria. Tal vez lo hice. Apenas me miraba. Traté de captar su atención y cuando finalmente lo hice, le suplique trasmitiéndole a través del vinculo como me dolía. Si yo podía sentir su ira, entonces él podría sentir mi dolor. Suspiró y sacudió la cabeza levantándose. —¿Estarás bien con ella Ciyrs? Su amigo sonrió y asintió con la cabeza. —Claro, hombre, ve y has lo que necesites. Ella estará a salvo aquí. Su compañero giró sobre sus talones y salió disparado. Por fin había conseguido ponerse unos pantalones cortos, pero tenía el pecho desnudo y ella lo vio irse y le dolió el corazón. —Él no puede manejar el vinculo entre nosotros dulzura. Tomará tiempo. —¿Cómo lo sabes?


—De la misma manera que puedes sentir su ira, puedo sentir tu confusión y el dolor por su desprecio. Lo conozco sin embargo, tiene muchas cosas en la cabeza, y no maneja bien las emociones fuertes. —No me gusta que esté enojado conmigo. —Oh niña, él no está enojado contigo. Está enojado consigo mismo, y tal vez incluso conmigo, pero no contigo. A él no le gusta compartir y debido a nuestro nuevo vínculo especial tu vinculación aquí no es solo con él. Todos anhelamos el día en que encontraremos a nuestro compañero, y él no es diferente, sin importar cómo actúa. Ponte en su lugar e imagina que te encuentra, que completas el vínculo, y luego técnicamente te mueres. ¿Cómo te sentirías? —Protector, no querría dejar su lado. Ciyrs sacudió la cabeza. —Los varones son diferentes. Quiere que lo necesites, pero ahora mismo siente que me necesitas más que a él. —Oh,— dije y fruncí el ceño. —Ten paciencia con él,— dijo Ciyrs y apartó la lágrima de mi mejilla. Asentí. Los machos eran únicos en su propio derecho, pero agrega eso en una especie enteramente diferente y era algo completamente distinto. No esperaba que importara tanto que estuviera molesto conmigo. Nunca me había importado de un modo u otro si un hombre estaba enojado conmigo, pero ahora… era diferente. Él atravesó los bosques corriendo a una velocidad con la que nadie lo podría ver, ni los guerreros ni su padre. Él era rápido, especialmente cuando estaba realmente enojado. Esto era diferente. Él no estaba realmente molesto. Estaba celoso de otra persona. Nunca antes había sucedido eso, sobre todo no por una mujer, pero Eden era suya. Ni siquiera se habían apareado el tiempo suficiente para que el lazo se anudara en su alma. Todo era inestable. Él podía sentir lo alterada que estaba ella, y en ese momento tuvo que alejarse. Ahora que había liberado un poco de la tensión se sentía como un idiota. Ella acababa de tener un ataque y recién había sido devuelta a la vida. Él podría


haber sido de mucho más apoyo, pero no sabía cómo serlo. Ella pasó de odiarlo a la aceptación de su conexión en lo que se sentía como una fracción de segundo. Se dejó caer en el suelo y miró al horizonte. El sol naciente solía tranquilizarlo, pero el dolor era demasiado profundo. Ansiaba a Eden, quería estar allí con ella, pero ahora no podía confiar en sí mismo. No reaccionar de la manera correcta. Se preocupaba de que su temperamento acabaría por cobrar su precio y ella terminaría odiándolo. Oyó un susurro detrás de él, pero no se molestó en moverse. Percibió a Ciyrs antes de que lo viera. —¿Por qué no estás con Eden? Él suspiró y se sentó a su lado, estirándose. —Tu padre está con ella. Lo está haciendo mejor por si te importa. Pyra gruñó sin gustarle su tono. —Me importa mucho. Ciyrs se encogió de hombros. —Ella no entiende lo que está pasando, infierno tampoco yo. Yo no sabía lo profundo que iría, hermano. Yo nunca haría nada, pero no voy a mentir. Una parte de mi corazón duele por ella, pero no es de la manera en que piensas.— Gimió. —Estoy explicando todo esto mal. Es casi como si ella fuera la versión femenina de mí. El lado más suave. Es extraño como el infierno, pero siempre voy a querer protegerla, limpiar sus lágrimas, y sacar a golpes la mierda de su compañero cuando él la hiere, y ahora mismo si no vuelves a ella y pides disculpas por ser un idiota, lo haré. Pyra se rió. —Claro, ni siquiera tienes un jodido temperamento, no como el resto de nosotros. —Tengo mi genio, pero también tengo control—, dijo.


—Trata conmigo, podría necesitar una bolsa de boxeo en este momento, y eres el objetivo perfecto, ya que eres parte del problema.— Se puso de pie y entrecerró los ojos. Necesitaba patearle el culo, entonces todo estaría bien. Ciyrs se levantó. —¿No tienes ni puta idea verdad?— Él negó con la cabeza y luego se giró. Pyra no tuvo tiempo de agacharse y con la fuerza del golpe fue arrojado al árbol. La corteza se rascó por su espalda y él jadeó cuando el dolor lo golpeó antes de caer al suelo. —¡Santa mierda eso duele! Ciyrs se quedó de pie sin verse afectado. —Bien—. No había nada en sus ojos, ni siquiera ira, pero él sintió la protección irradiando de él. —Ella es como la hermanita que no tuve, tu pedazo de mierda. Supéralo. —Luego corrió y se fue. Pyra se quedó mirando el lugar donde su amigo se había parado y no pudo ocultar su sorpresa. Nadie había visto jamás el lado violento de su sanador. Y entonces se sintió peor. Si él iba a sacarle la mierda a golpes por ser un idiota con Eden, entonces ciertamente tenía que pedir disculpas. Se frotó la mejilla y se encogió. Le dolía como una perra, y nunca subestimaría a su hermano tranquilo de nuevo.


Capitulo 5 Tumbada en la camilla y deprimida. Escuché al Rey explicarle a Pyra de la misma manera que Ciyrs lo había hecho. Ahora estaba cabreada. Comprendí que era difícil pasar por esto. Demonios fui yo la que fue atacada por una maldita bestia rabiosa, muerta, sanado, y ahora tenía malditas convulsiones. Yo sólo había estado en Uoria por un corto tiempo, pero se sintió como una vida. Estaba empezando a pensar que debería irme a casa. No estaba teniendo mucha suerte y mi supuesto compañero desapareció. Quería estar sola aunque fuese sólo un poco, pero ahora mismo nadie me dejaría en paz. Si no era un Denynso era otro. Estaba agradecida de que se preocuparan, pero maldita sea, ¿una chica no puede tener privacidad? Necesitaba llorar, y seguro que no lo haría delante de nadie. Me paré y me sentí un dolor sordo extendiéndose por mi cuerpo. Había algo seriamente mal. No estaba preparada para esto. Seguramente me estaba muriendo o algo así. Sacudiendo la cabeza, caminé lentamente por la habitación, pero incluso eso me agotó. La luz bailó ante mí y me balanceé sobre mis pies. Mierda estaba a punto de desmayarme. Cerré los ojos y aguarde esperando a que la sensación desapareciera. En cambio, miré hacia los suaves ojos naranjas del rey. Lo sentí levantarme como si no pesara nada y me puso en la camilla. Cerrando los ojos decidí que perder la conciencia era mejor que caer cada vez que intentaba levantarme.

3 meses después

Me desperté para ver una gran cantidad de rostros mirándome. Todos ellos tenían varios niveles de preocupación en sus ojos. Gemí e intenté sentarme, pero nada funcionó. Intenté hablar pero mi boca estaba seca y estaba muerta de sed. Un sorbete se colocó entre mis labios y yo succioné el agua. Sabía raro pero no estaba en condición de quejarme. Intenté pensar pero mi cabeza estaba nublada. Los demás seguían mirándome, y eso me ponía nerviosa. Escupí la pajilla.


—¿Qué?— Pregunté y el sonido de mi voz no era mío. Era profundo y ronco. ¿Que demonios? —Nos asustaste hasta la mierda cariño—, dijo Ciyrs y se arrodilló junto a mí. —¿Por qué? ¿Me desmayé otra vez? Se rió, pero vi sus lágrimas. Cuando quise secar sus lagrimas, mi brazo no se movió. —¿Por qué diablos no puedo moverme? —Estabas en coma. —Ya veo. ¿Por cuanto tiempo? —Tres meses. Jadeé. —Oh, bueno, eso podría explicarlo, ¿qué pasó? —Mi curación hizo mucho más de lo que sabíamos. Te lo explicaré una vez que tengas tiempo. Gyyx fue a buscar a Pyra. —¿Él no está aquí? Él se rió entre dientes. —Él no ha dejado tu lado por más de unas pocas horas cariño. Su papá lo mandó a su casa a descansar. Estaba en mal estado. —Oh, está bien.— Cerré los ojos, pero luego sentí el toque suave de Ciyrs y eché un vistazo. —Sólo comprobando para asegurarme de que no vas a caer de nuevo en tu coma. —Creo que estoy bien. Me siento mejor que antes.


—Debieras. La puerta se abrió de golpe y los guerreros fueron empujados a un lado cuando Pyra entró con los ojos muy abiertos. Ciyrs se movió sin tener que ser empujado fuera del camino y Pyra cayó de rodillas. Todos los demás se dispersaron para darnos privacidad. Me miró a los ojos con lágrimas en los suyos y cogió mis manos suavemente en las suyas. —Lo siento mucho. Dios, soy un idiota. Sonaba devastado, y yo quería tanto consolarlo. —Ayúdame a sentarme. El llevo mis manos a sus labios, besó mis dedos fríos y asintió. Me levantó como si fuera un fragmento de cristal. Luego se sentó y me apoyé en su cálido cuerpo. Al instante mi corazón se reanimo y su calor me calentó. Me estremecí y él envolvió su brazo alrededor de mí tirándome sobre su regazo. Me besó en la mejilla y sentí la humedad de sus lágrimas. Cuando traté de levantar la mano esta vez pude y limpié sus lágrimas. —Estoy bien. Sacudió la cabeza y sollozó por mí. Nunca imaginé que un hombre tan fuerte como Pyra pudiera llegar a llorar como un niño, pero lo hacia. —Oye, estoy bien. —¿Estás segura? —No me siento enferma ni nada. Su cuerpo tembló. —¿Lo hiciste antes, esa noche? Se refería a nuestra última noche, al parecer hace tres largos meses. La noche que me entristecí por primera vez por un hombre. Sabiendo que llevaba tanto tiempo


fuera y cuánto mas debía de haber sufrido, ni siquiera podía sentirme enojada. Pensé en su pregunta. —Sí, me sentía débil y muy enferma como si pudiera caer en cualquier momento.— Suspiré. —Y al parecer eso es lo que pasó. Vagamente recuerdo que tu padre me atrapó. —Sí, lo hizo, y entonces no despertaste. Nada funcionó, y Ciyrs pensó que no despertarías jamás. Todas las pruebas demostraron que no había nada malo. Ha estado destrozado. Se culpaba a sí mismo, y él hizo su misión averiguar lo que estaba mal y arreglarlo. —No es culpa de nadie. Supongo que necesitaba unas vacaciones de mi parte. —Eso no es divertido. —Lo siento, Pyra. Siento que estuvieras enojado conmigo, y ni siquiera entiendo por qué. Siento mucho el vínculo entre yo y Ciyrs. —No lo hagas. Nada de eso importa. Yo soy el idiota… —Vamos a seguir adelante entonces. —¿Me perdonarás eso fácilmente? Levanté una ceja. —¿No crees que los últimos meses han sido castigo suficiente? Tragó saliva y asintió con la cabeza. —Fue el peor infierno en el que he estado. Me hicieron dejarte cada dos días para ducharme y dormir. De lo contrario, me sentaba a tu lado tratando de encontrar una manera de despertarte. Me incliné hacia él y él envolvió sus dos brazos alrededor de mí. —¿Necesitas algo? Sacudí la cabeza.


—Solo tu. Tengo tanto frío, y te he echado de menos. Dejó escapar un suspiro. —Dios, te he echado de menos también, amor. Nunca vuelvas a hacer eso. Me besó el pelo y me estremecí. —Probablemente estoy bastante asquerosa, pero dudo que pueda tomar una ducha. —Si no te importa que mamá te ayude, ella se ofreció sabiendo que probablemente querrías que te limpiaran. Ha estado aquí todos los días y te ha dado un baño de esponja. Me sonrojé. —Oh hombre, eso es tan horrible.— Sabía que mi cabello estaba asqueroso. — Me gustaría eso. Eso es lo que quiero, y creo que el agua me calentará. Me duelen los huesos por el frío. —Iré a buscarla. Él me levantó de nuevo y me dejo en el sofá donde yo podía reclinarme en la esquina sin caerme. Pocos segundos después su madre entró sonriendo. —Es tan bueno ver que estás despierta. Todos estábamos aterrorizados. Asentí. Yo no había tenido la oportunidad de conocerla, pero ella era básicamente mi suegra. —Gracias por cuidarme. —Por supuesto, cariño. Eres de la familia, y no confiaría en ninguno de los hombres para hacer esto bien. No sabrían qué hacer. Ella rió y sonreí. Me ayudó a ponerme de pie y me tambaleé. —¿Cuánto tiempo va a durar esto?


—Podría ser unos días. Mis hombros se desplomaron cuando me llevaron al baño. Me moví como una anciana y cuando me miré en el espejo jadeé horrorizada. Me veía horrible.


Capitulo 6 Pyra esperó a que Eden se limpiara y se paseaba alrededor. No quería estar lejos de ella más tiempo del necesario. Había demasiado tiempo perdido, y él era un desastre. Se había ido a casa y se había duchado mientras su madre estaba con ella. Su madre la ayudó a salir y le sonrió. —Ella esta lista para salir. Le dije que gritara si me necesitaba. Se levantó de un salto y le besó la mejilla. —Gracias. Él tomó el control y guió a Eden hacia el sofá. Odiaba lo débil que estaba. Estaba delgada y no se veía bien, pero para él era la mujer más bella del mundo. —Me siento como una mujer mayor. Tráeme un andador, así no necesitare ayuda, —dijo algo molesta. Él se rió entre dientes. A su compañera no le gustaba que le atendieran, ni necesitar ayuda. —¿Quieres ir a casa en lugar de quedarte aquí? Ciyrs puede hacer las pruebas más tarde. —Quiero terminar con esto. Quiero saber si todavía voy a resplandecer y sanar como lo hice. —Lo dudo. Piensa que eso es lo que causó esto, pero como ningún sanador en toda la historia ha devuelto la vida a un ser humano, no tenemos ninguna pista. —Todavía me siento diferente, sólo que menos enfermo. El entro en pánico, la sentó y se marcho sin esperar a que dijera nada más. Ciyrs vino corriendo detrás de él.


—¿Dice que aún te sientes mal? Yo lo fulminé con la mirada. —No quería que fueras a buscarlo no necesito un doctor. Me refería a los cambios que sentía antes, todavía los siento, pero no siento que voy a desmayarme ni nada. Sin embargo, no me siento como yo. Ambos hombres se relajaron visiblemente y ella rió. —Maldita sea, relájense. —Eden no tienes ni idea de lo que fue para nosotros. —No lo se, no era consiente de nada. —Bueno, temíamos lo peor. —Bien, haz tus pruebas si tienes que hacerlo. Ciyrs tomó otros viales de sangre y Pyra me llevó a casa. No la dejaría fuera de su vista, y si tuviera que estar en algún lugar alguien mas estaría con ella. La última vez que la dejó sola entro en un coma de tres meses.

Me acosté en la cama de Pyra y sorbí el caldo de una taza de café. Habían pasado tres semanas desde que me desperté y todavía estaba demasiado débil y todo lo demás que comía lo vomitaba. Por la preocupada expresión de Pyra, estaba a punto de llevarme a casa y hacer que los médicos humanos hicieran algunas pruebas. Ciyrs todavía no había encontrado nada y nadie me escuchaba. Yo estaba bien, sobre todo. No me había tocado sexualmente desde aquella noche y necesitaba una liberación. Estaba demasiado preocupado por lastimarme, pero a mi me preocupaba que no lo intentara porque ya no me deseaba. No podía ni siquiera soportarme verme a mi misma. Yo era un esqueleto. No importaba cuánto tratara de comer. Faltaba algo en mi vida, sólo que no sabía lo que era. El entró y sonrió. —¿Cómo te sientes, amor?


—Igual que siempre. Ven a sentarte conmigo. Él asintió y se sentó a mi lado. Me estaba haciendo más fuerte. Me subí a su regazo y apoyé mi cabeza en su pecho. Era mi lugar favorito para estar. Sentí su corazón palpitar, y él envolvió sus brazos alrededor de mí abrazándome. Incliné mi cabeza hacia atrás y lo miré. —Bésame. —Es demasiado pronto. Yo lo fulminé con la mirada. —He estado despierta durante más de tres semanas. ¿Cuándo no va a ser demasiado pronto para ti? ¿Te has preguntado si tal vez eso es lo que necesito? —Si eso te pudiera sanar, cariño, te follaría hasta el próximo universo. Me quede boquiabierta ante sus palabras y mis pupilas se dilataron. Fue entonces cuando sus ojos se abrieron sorprendidos. —Tus ojos son naranjas. Lo sentí endurecerse por primera vez y gimió. —Bésame, por favor te necesito. Sentí que su resolución se estaba desvaneciendo. —No quiero hacerte daño. —No lo harás. Cerró los ojos, y aproveché la oportunidad para presionar mis labios sobre los de él. Se quedó quieto mientras lo besaba. Mantuve la presión y deslicé mi lengua a lo largo de su labio inferior. Sus manos se tensaron, y sonreí contra su boca. Me daría lo que yo quería. Apreté mi cuerpo contra el suyo y me froté contra él.


—Por favor, por favor, quítame este dolor. Sus ojos se abrieron de golpe. —¿Estás dolorida? Suspiré y agarré su mano y la empujé entre mis piernas. Sabía que sentiría el calor y la humedad a través de mis pantalones cortos. —Por ti. ¿No me quieres? Él gruñó. —Por supuesto que sí. —Entonces, pruébalo. Sus ojos se encendieron y él me puso en la cama y se empezó a desnudar. Sonreí. Finalmente, mi núcleo palpitó. No sabía qué demonios estaba mal, pero algo dentro de mí sabía que si me daba lo que yo necesitaba empezaría a mejorar. Me levanté la camisa y me cubrí con mis brazos. No me gustaba mi cuerpo, pero cuando él me miro con sus ojos brillantes supe que todavía me encontraba deseable. —Siguen naranjas. No sé cómo esto es posible, pero ahora eres uno de nosotros, o al menos has adoptado algunas características. Estaba aturdida, y por el momento no me importaba de qué color fueran mis ojos. Lo quería en mí, sobre mí, y debajo de mí. Caminó hacia la cama. Sus ojos eran salvajes y una ola de lujuria me invadió. —De prisa. —ACUESTATE. Tengo que hacer esto bien, suavemente. Me niego a hacerte daño. Asentí y me acosté extendiendo mis piernas para él. Podía ver la prueba de mi excitación.


—Oh mierda.— Su control se rompió y él estaba en mí, pero cuando sentí su miedo le froté la espalda. —No me harás daño —susurré. —Nunca.— Se deslizó dentro de mí tan agonizantemente lenta que lloriquee en la frustración y fui a levantar mis caderas, pero él gruñó. —No, lo haremos a mi manera. Gemí cuando él se deslizó hacia fuera y luego lentamente entró de nuevo. Mi cuerpo lo deseaba tanto. —No puedo esperar, en serio te necesito dentro de mí ahora. Luego, antes de que se diera cuenta de lo que estaba haciendo, envolví mis piernas alrededor de él y eso empujó el resto de él dentro de mí. Gemí y me cerré fuertemente alrededor de él sosteniendo su miembro dentro de mí. —¿Lo ves? estoy bien. En realidad estoy mejor que bien. Dios mío te sientes tan bien. Sus ojos se abrieron. —Te sientes… diferente, familiar. Yo sabía a lo que él se refería. De repente supe lo que pasó. Por qué estaba tan enferma. De alguna manera Ciyrs me cambió. Ahora era una hembra Denynso. Yo no estaba seguro de cuánto, pero lo suficiente como para que mis ojos fueran de color naranja, y al parecer, mi coño se sentía como el de una mujer Denynso. —He cambiado. Él asintió y empujó dentro y fuera de mí con facilidad. Cuando no mostré ningún malestar, se calmó y aceleró. Todavía era lento y sensual, y me aferré a él con fuerza mientras él embestía contra mi cuerpo. Mis sentidos se intensificaron, y pude oler su excitación y la mía mezclada. Gemí y lloré al llegar al clímax. Cuando mi coño se apretó alrededor de él, gruñó y yo lo sentí entrar dentro de mí.


Apretó los dientes y aceleró para terminar de liberar su semilla dentro de mí. Agarré su cara y lo besé con amor. Por primera vez lo sentí, supe lo se sentía por mí cuando nos conocimos. Todo tenía sentido. Él era mío y yo era suya para siempre. Nunca lo dejaría ir.


Capitulo 7 Las noticias viajaban rápido. Pyra todavía estaba llegando a un acuerdo con el hecho de que Ciyrs había convertido a su compañera en uno de ellos. Todavía no estaban seguros de cuánto de su genealogía tenía, pero era suficiente para que tuviera los ojos naranja y su sistema reproductivo fuera como el de las hembras Denynso. Resultó que necesitaba que él hiciera el amor con ella. Ella estaba pasando por el calor de apareamiento cuando lo hizo. Es por eso que lo anhelaba y dolía. Una vez que completaron el vinculo por segunda vez, parecía estar bien. Ella era capaz de comer y estaba ganando algo de peso y casi tenía toda su energía normal de vuelta. Eden giraba en círculos sobre la hierba. Ciyrs la liberó del reposo en la cama, pero le hizo prometer que se acostaría si se sentía débil y que le diría a Pyra de inmediato. Hasta ahora sus síntomas habían desaparecido. —Ya era hora. Estoy fuera de la prisión. Él se rió entre dientes. Podía ser tan dramática, pero la amaba, y él estaba listo para decírselo, y sabía que ella también lo amaba, pero aún no había sugerido que se sintiera así. —Ven aquí, amor. Ella giró y bailó hacia él. Nunca la había visto ser tan femenina. Era divertida y sexy todo al mismo tiempo. Sus mejillas estaban ruborizadas y brillaba. —Ven a buscarme—, se burlo y corrió. Amaba la persecución y entrecerró los ojos hasta que ella corrió más rápido que antes. Luego corrió tras ella y la alcanzó envolviendo su brazo alrededor de su cintura y levantándola del suelo. —Maldita sea, ¿te diste cuenta de lo rápido que ibas?


Ella rió. —¿No porque? —Has cogido otra característica. Ella sonrió. Él la besó y cuando ella retrocedió vio lágrimas en sus ojos. —¿Qué pasa amor? Ella sacudió su cabeza. —Te amo. Se quedó paralizado y la fulminó con la mirada. —Eso es lo que iba a decirte. Acabas de robármelo mi mujer trueno. Pero luego la giró en sus brazos. —Yo también te amo. Yo estaba cambiando más cada día y volviéndome cada vez más fuerte también. Yo estaba empezando a vomitar de nuevo sin embargo y era preocupante teniendo en cuenta que había estado enferma durante demasiado tiempo. No quería ir hacia atrás. Ciyrs se reunió con nosotros en el campo. —Hey, te puedo pedir prestada un momento, cariño? Primero miré a Pyra. Aprendí rápidamente que él estaba primero y mi relación con Ciyrs venia en segundo lugar. Era un delicado equilibrio. El asintió. —No la entretengas demasiado tiempo, tengo planes esta noche.


Me reí y giré y corrí hacia sus brazos besando sus labios antes de correr hacia mi hermano porque eso era lo que él era, aunque técnicamente él era mi creador. Envolví mis brazos alrededor de él y él besó mi cabello. —Vámonos antes de molestar a tu compañero. Él me soltó, pero yo pasé mi brazo por el suyo. Pyra era más ladrido que mordida, y realmente había aprendido que no había nada más que amor filial entre Ciyrs y yo. No me sorprendió cuando volvimos a la enfermería. —Quiero probar algo—, dijo y me abrió la puerta. Entré y vi a uno de los guerreros sentados en la mesa temblando. Estaba pálido y la sangre se filtraba por una herida en su estómago. —¿Qué te pasó?— Le pregunté y el instinto me empujó hacia él. Mi necesidad de ayudar tomó el relevo y levanté su camisa y jadeé. —Lucha. —¿Con quien? —Klimnu. Me quedé helada. Él sonrió. —Todo esta bien pequeña Eden, solo es un rasguño, pero duele como una perra. Esperaba que el señor sanador me ayudara. El hombre en cuestión retrocedió y se cruzó de brazos. —Creo que Eden te va a sanar. Me reí. —Eso es gracioso, no he mostrado ningún signo desde mi coma.


—Estás cambiando más cada día. Inténtalo de nuevo. Es una pequeña herida, así que enfócate y sánalo. Eso nos dirá lo que necesitamos saber. Me encogí de hombros. —De acuerdo, pero no digas que no te advertí. Probablemente soy inútil para este pobre hombre aquí. Él sonrió. —Dudo mucho que seas inútil para nadie. Ciyrs gruñó. —Cállate, Ero. Cogí un trapo caliente y limpié la sangre de su herida. Se estremeció pero no emitió ningún sonido. Yo fui gentil, y una vez que la sangre se había ido, pude ver que era sólo un rasguño, pero era profundo. Pose mi mano sobre el y cerré los ojos enfocándome como había visto hacer a Ciyrs. Sentí mi mano caliente y Ero gimió. Abrí los ojos y su cabeza cayó hacia atrás y sus labios se separaron. Miré cómo mi mano brillaba verde como antes, y luego su piel se unió de nuevo. Cuando Ero gimió me retiré. —Estarás bien.— Me sonroje cuando noté el efecto que la curación tenía sobre él. También se ruborizó y miró hacia otro lado cubriendo su regazo. —Mierda Eden, lo siento. Ciyrs se rió entre dientes. —Es normal que te despierte el tacto del curandero. Me reí. —Pyra odiará aún más esto ahora. —¿Cómo te sientes? ¿Enferma? Me encogí de hombros.


—Ahora estoy bien. Asintió y Ero saltó de la mesa y salió de la habitación. —Él no se acercará a mí de nuevo por un tiempo, ¿verdad? —Si él sabe lo que es bueno para él, no. Pero no fue su culpa. —No importa, eres de Pyra. Miré y arqueé una ceja. —¿Y tu punto es? —Oye, no sería diferente si el despertara a otra mujer ¿no? Mis ojos se abrieron y yo gruñí abalanzándome hacia él. Envolví mi mano alrededor de su garganta levantándolo del suelo. —Ni siquiera digas eso. Entonces, tan rápido como lo sentí, la ira desapareció y lo dejé ir retrocediendo en pánico. —Oh, Dios mío, lo siento mucho. Tenía los ojos muy abiertos. Nunca había mostrado ningún tipo de temperamento hacia él, y nuestra relación era del tipo afortunadamente feliz. Él era el único que vio ese lado de mí. —¿Qué diablos fue eso? —Se frotó el cuello. Las lágrimas se derramaron por mi mejilla. —No lo sé.


Entonces corrí al baño y vacié el contenido en mi estómago. Durante la siguiente hora me acosté con la cara contra el piso y gruñí cuando Ciyrs trató de ayudarme. Le había hecho daño, y estaba literalmente enferma por ello. ¿En qué me había convertido?


Capitulo 8 Pyra golpeó la puerta, pero ella lo ignoró. Sabía que estaba bien porque la oyó sollozar y eso lo asustó más. —¡Abre esta maldita puerta ahora! —¡Vete! —gritó ella de nuevo. Suspiró y fue a hablar con Ciyrs. Su amigo estaba conmocionado. Cuando Ciyrs lo llamó, corrió en pánico pensando que algo horrible había ocurrido. Cada vez que se alejaba de ella, temía que volviera a caer en coma. Cuando descubrió que se enfureció por un comentario que le había dicho Ciyrs, no pudo evitar reírse. Una hembra, especialmente su hembra que ya tenía un temperamento, era un huracán cuando se trataba de su compañero. Lo había descubierto cuando hizo un comentario acerca de cómo solía dormir. Todavía le dolían las bolas cuando pensaba en su reacción. —No deberías haberte burlado de ella. —Sí, bueno, nunca ha sido violenta conmigo, y sigue enferma. Quiero hacer pruebas a su sangre otra vez. ¿Y si esta es su manera de rechazar el cambio? Pyra palideció. No había pensado en eso. —La atraparé.— Él se asomó por el pasillo y cerró la puerta. Lo que vio lo detuvo en seco. Estaba durmiendo en el suelo frío y duro. Sin pensarlo la levantó y sacó su cuerpo tembloroso del baño. Apestaba a vómito, pero no le importaba. La puso sobre la mesa. —Vuelvo enseguida. Luego desapareció. Fue a la casa principal y encontró a su madre. —Madre.


Ella levantó la vista de su desayuno y su sonrisa cayó de su cara tan pronto como ella lo vio. —¿Se encuentra ella bien? Pasó las manos sobre su Mohawk. —Ha curado a uno de los otros guerreros. Ciyrs dijo algo provocando su temperamento y casi lo asfixio. Después de darse cuenta de que ella lo lastimó, ella se asustó y estaba en el cuarto de baño vomitando de nuevo. No se dio cuenta de que los ojos de su madre se iluminaban. Se limpió la cara , levantó el plato y se puso de pie. Siempre estaba tan equilibrada. —Vuelve y espérame. Él asintió, sabiendo que no debía interrogarla. Cuando regresó, Eden estaba despierto y sus ojos hinchados brillaban con lágrimas. —Soy horrible. ¿Cómo pude haberle hecho daño? —Está bien amor, estoy seguro de que ya lo ha superado. Sé que no quisiste hacerlo, cariño,— dijo y besó su frente. Ella bufó. —Estoy tan jodidamente emotiva, es ridículo. Nunca soy así, y nunca lo he sido. —Eso es porque llevas al hijo de mi hijo, mi nieto —dijo su madre al entrar en la enfermería. El silencio siguió el anuncio de su madre. Ciyrs sacudió la cabeza. —¿Por qué demonios no pensé en eso? —Sólo porque no eres una mujer. Se apresuró a usar la sangre para la prueba de embarazo.


—Por eso estoy tan enferma… y soy malvada? Su madre se echó a reír. —Cariño, odio decir esto, pero normalmente eres malvada. Son las emociones, y el llanto lo que es nuevo. Eden se echó a reír y negó con la cabeza. —Gracias por eso. —Cuando quieras. Encajas bien aquí. Naciste para ser una de nosotros. Simplemente no sabíamos que era posible, y quién sabe quizá no lo es. —¿Entonces probablemente soy una casualidad? —Es muy posible que lo seas. Pero estamos bendecidos y emocionados de tenerte aquí con nosotros. Eres una hija maravillosa. Eden se echó a llorar de nuevo y Pyra se encogió. No sabía qué hacer con las lágrimas. Cólera, seguro era fácil, pero que estuviera molesta lo irritaba. Le hacia querer golpear algo para arreglarlo, pero no funcionaría con las cosas tristes. Esperaron con impaciencia que se hiciera la prueba. Una prueba de embarazo por sangre tardaba un poco más, pero cuando Ciyrs regresó, sonrió. —Por dios lo conseguimos. Felicidades, ustedes van a ser padres. Eden palideció. —¿De qué? —Quién sabe, pero lo Denynso es aparentemente bastante dominante, y puesto que usted es uno de nosotros ahora, yo asumiría que su bebé tomará después nuestros genes. No lo sabremos hasta el nacimiento. Eden miró a la reina, —¿Cómo es el embarazo para ti? —Muy parecido al tuyo realmente. Sólo siete meses en lugar de casi diez.


—Eso podría ser una bendición —respondió Eden y se frotó el vientre—. Él miró su mano y ella se congeló. —¿Estás bien? Sacudió la cabeza y miró a su compañera. Llevaba a su hijo, y ahora era más Denynso que humana. Nunca imaginó que su vida resultaría así, y ahora iba a ser papá. ¿Estaba listo para asumir a un bebé que podría muy posible ser más temperamental que los dos juntos? Probablemente no, pero seguro que no lo cambiaría. Ella le sonrió y su corazón se derritió aún más, ella era perfecta. —Yo estoy bien amor —le levantó la mano y entrelazó los dedos—. —Vamos a casa. Ella asintió y bostezó. —Estoy cansada. En lugar de esperar a que se levantara, la cargo y la sacó de la enfermería. Cuando llegó a casa entró y dejó de mirar a su alrededor. —En realidad he empezado a pensar en este lugar como en casa. No sé si alguna vez querría volver a la Tierra ahora. Yo no era feliz allí, y aunque me encantaba mi trabajo, odiaba a mi jefe. No tenía amigos, y mi familia dejaba mucho que desear. Estoy más en casa aquí de lo que he estado en cualquier parte. Creo que fue el destino. Él se quedó detrás del amor de su vida y envolvió sus brazos alrededor de ella. Él también lo pensó. Las cosas iban a cambiar, y él necesitaba trabajar con los demás para asegurar su complejo. En siete meses el nacimiento de la nueva generación de Denynso llegaría. No quería que su hijo viviera como él y sus hermanos. Era hora de un cambio, e iba a asegurarse de que sucediera o moriría intentando. Teniendo en cuenta lo único que importaba ahora. Sólo su nueva familia.

Fin


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