Historia de la Iglesia (3) ENERO - FEBRERO 2010 Redacción: Román Arana Iñíguez 5361 12300 Montevideo, Uruguay. Tel./fax: 227 53 80 umbrales@chasque.apc.org www.umbrales.edu.uy
Colaboraron en este número: Gloria Aguerreberry, Francesco Bottacin, Primo Corbelli, Cristina López, Gerardo Martelletti, Eduardo Ojeda, Quinto Regazzoni. Imprenta Rojo - Salari 3460 A, Montevideo. Tel.: 216 1074 - Fax: 215 2428 Edición amparada en el Dec. 218/996. Comisión del Papel. D.L.. nº 299574 M.E.C.: Registrada, T. VII, Folio 184
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sta 3ra. entrega de la Historia de la Iglesia se ubica en el continente americano, desde el descubrimiento-conquista, hasta nuestros días. Como en las entregas anteriores, en los 7 capítulos se describe una breve reseña de los “Acontecimientos” y luego se completa con algún aspecto de “Vida en la Fe” que rescata la presencia y el testimonio de los cristianos, como una verdadera “Historia de Salvación”, protagonizada por el Pueblo de Dios. Además de la bibliografía señalada (pág. 34), el principal material que sirvió de base en la narración de los acontecimientos, fue el texto: “La Iglesia en América Latina” del Pbro. Pablo Leiva y otros, de la Universidad Católica de Concepción (Chile). Al final de cada capítulo se presentan algunos cristianos/as que fueron “Testigos” de su tiempo. Todos los temas están acompañados por material gráfico, por recuadros con “Palabras claves”, y con preguntas para reflexionar.
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a Iglesia se ubica en un tiempo y en un espacio concretos; en una historia que afecta su propia vida, su manera de pensar, de actuar y de creer. Nunca es indiferente este contexto, para la misión de la Iglesia. Lo que es más difícil es encontrar criterios de discernimiento y de interpretación unánimes, y por eso no tenemos una Historia de la Iglesia monolítica y absoluta. Tenemos más bien distintas Historias y Eclesiologías, según los períodos históricos y según las culturas de sus protagonistas (eclesiales o laicos). La Iglesia vive en un contexto de encarnación concreta, en la realidad que acontece cada día. Más que elaborar un tratado de Historia de la Iglesia, se trata de asumir el rol de la comunidad creyente en su evolución histórica. Es todo un proceso que hay que comprender y no simplemente una suma de acontecimientos. Esta comprensión tiene sus criterios interpretativos desde la fe, desde el anuncio del Reino. Son los criterios que nacen desde los protagonistas privilegiados, que Jesús propone como herederos del Reino: los pobres, los afligidos, los hambrientos de justicia, los que luchan por la paz... En una palabra, podemos decir, desde los desheredados de la historia. La Iglesia en América Latina fue y sigue siendo una Iglesia de los pobres, no sólo porque es mayoritariamente constituida por ellos, sino porque ellos son los protagonistas de la Buena Noticia. “Los pobres son el lugar teológico privilegiado para la teología, y en concreto para la eclesiología. Son el signo de los tiempos, hoy día más relevante, ya que el ansia de liberación es un signo claro del Espíritu”. Víctor Codina (La Eclesiología desde AL, p. 12).
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o nos asombra entonces constatar que la historia vista desde los pobres, muchas veces queda ignorada y excluida de la gran historia, escrita por los “vencedores”. Queda excluido el exaltante capítulo de las Misiones jesuíticas en el Paraguay; quedan excluidas la figuras pequeñas y ejemplares, como la de Martín de Porres o de Rosa; y hasta las figuras martiriales, desde Roque González, hasta Romero o Dorothy Stang. Queda en la sombra el espíritu cristiano de Artigas, y de muchos próceres, o el aporte de tantos curas y laicos en la construcción de la sociedad civil. No es sólo fruto de una burda ignorancia, a veces es una exclusión premeditada y culpable. Y si esto asombra en mentes iluminadas laicas, mucho más parece imperdonable esta ignorancia en los creyentes, un verdadero pecado de omisión. Esta revista quiere ser un pequeño aporte a la reflexión y a la conciencia histórica de cada creyente, que cree que el Reino de Jesús ya está en marcha, aquí y ahora. Quiere ser una propuesta para seguir en la búsqueda de una “Vida Buena” para todos. Anhelo de vida que es una característica propia de la Misión que los obispos latinoamericanos han propuesto en Aparecida. Una invitación a escuchar, aprender y anunciar, “para que nuestros pueblos ...tengan vida, y la tengan en abundancia”. Quinto Regazzoni
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1492
Rosa de Lima
1600
Martín de Porres
Roque González
1767
Benito Lamas
Beata Paz y Figueroa
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1889 Concilio Plenario Latinoamericano en Roma
1826 Reforma de Rivadavia en Argentina
Expulsión de los frailes
1825 Declaratoria de la Independencia (Uruguay)
4. Iglesia y Estados Nacionales
1824 Delegación papal (mons. Muzzi)
1811 Batalla de Las Piedras (Uruguay)
Cristóbal Colón
1810 Revolución de Mayo en Buenos Aires
3. La Iglesia y la Independencia
1767 Expulsión de los jesuitas
1628 martirio de Roque González y c.
1604 Creación de la Provincia Jesuítica
2. Las Misiones Jesuíticas
1531 Aparición de N.S. de Guadalupe
1504 inicio de la Jerarquía eclesiástica
1502 Llegada de los franciscanos a América
1494 Tratado de Tordesillas
1. La Iglesia del Descubrimiento
Historia de la Iglesia (3) 1825 Desembarc
“La Misión”
1. Descubrimiento 2. L as Misiones 3. Iglesia y los a Igles La 4. L y conquista Jesuíticas del movimientos de los Estad de América P araguay Independencia nacionale
1825
Jacinto Vera
1900
Laura Vicuña Laura Vicuña
n. 205
Ma. Francisca Rubatto
Alberto Hurtado
1950
1968
Helder Camara
2007 Conferencia de Aparecida
1998 Histórico viaje de Juan Pablo II a Cuba
1992 Conferencia de Santo Domingo
6. L a Iglesia y las dictaduras
1979 Conferencia de Puebla
1974 El cura Villero, p. Mugica
7. La Iglesia en un mundo globalizado
1968 Conferencia de Medellín
1967 Pablo VI Populorum Progresio
1962 Inicio del Concilio Vaticano II
5. Separación Iglesia-Estado
1961 Carta Pastoral del Agro (Parteli)
1934 Congreso Eucarístico
1952 Conferencia de los obispos brasileros (CNBB)
6. La Iglesia y las dictaduras
1934 Congreso Eucarístico Int. (Buenos Aires)
sia y os s es
1929 Creación de Acción Católica
co de los 33
1917 Separación Iglesia-Estado en Uruguay
5. Separación Iglesia-Estado
1897 Creación Arzobispado de Montevideo
Línea del tiempo 2007 Conferencia de Aparecida
7. L a Iglesia en un La mundo globalizado
2009
Oscar Romero
Carlos Parteli
Dorothy Stang
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1. El descubrimiento de América A. Acontecimientos 1. Los pueblos originarios Antes de la llegada de Colón, había en América un complicadísimo entramado de pueblos y culturas. Se señalan un total de 123 idiomas: 26 para América del Norte, 20 para América Central y 77 para América del Sur. A pesar de las muchas diferencias entre los pueblos amerindios, se puede hablar de una “etnia amerindia” precolombina. La opinión más probable es que las distintas culturas americanas tenían procedencia asiática a través del estrecho de Behring en un período anterior al de los grandes imperios de Asia. Entre ese complicado laberinto de pueblos y lenguas se destacan: en América del Norte, los Esquimales en Alaska; los Navajos y Apaches, en California; los Sioux en Mississippi y Missouri; el grupo Uto-azteca en México; los Mayas en Guatemala y Honduras; los Caribes, en las Antillas. En América del Sur tenemos los Quechuas, desde el sur de Colombia hasta el río Bío-Bío de Chile, entre ellos los Incas en Perú; los Aymaraes en Perú y Bolivia; los Araucas en Venezuela, Guayanas y Brasil septentrional; los Tupí-guaraní en Brasil, Paraguay, Argentina y Bolivia (y entre ellos, los Charrúas en Uruguay); los Araucanos en Chile; los Puelches y Patagones en Argentina. 2. La Iglesia ante el descubrimiento Cristóbal Colón, un marino genovés, patrocinado por su majestad católica la reina Isabel de Castilla, se topaba el día 12 de octubre de 1492 con las primeras tierras americanas en la isla de Guanahaní (San Salvador). Temiendo los reyes católicos que el rey de Portugal reclamase para su corona las tierras descubiertas por Colón, a causa del tratado de Alcacovas (1479), por el que habían cedido a los portugueses “todas las islas que agora tiene descubiertas e cualesquier otras que se fallaren e conquirieren de las islas Canarias para baxo contra Guinea”, decidieron acudir al Papa, pidiendo la exploración y conquista de las tierras descubiertas. El papa español Alejandro VI firma el día 3 de mayo de 1493 la bula Ínter Caetera, por la que les concede a los reyes católicos las tierras que se han descubierto, con la obligación de enviar misioneros que evangelicen. Se estableció la línea divisoria a cien leguas más allá
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de las Azores: las tierras al oeste de esa línea serían para España, y las tierras e islas situadas al este serían de Portugal. Un tratado posterior firmado en Tordesillas el 7 de junio de 1494 corrió esa línea divisoria hasta las 370 leguas de las Azores. En la Bula de Alejandro VI, se definía que los indios tienen alma, y deben ser tratados como personas y evangelizados: “Mucha gente que vivía en paz…creían en un Dios Creador en los cielos, y parecían suficientemente dispuestos a abrazar la fe”. Esta doctrina sería más tarde sistematizada por Francisco de Vittoria, en un tratado en el que sostuvo la abolición del concepto “conquista”. Fueron sobre todo los dominicos quienes desde su llegada a América en 1510 empezaron a defender a los indios. Sobresalió en esta empresa el p. Antonio de Montesinos, el cual se apersonó para exigir a Fernando el católico una legislación adecuada. En 1512 se reunió en Burgos una Junta de teólogos y de juristas para solucionar todas las cuestiones relativas, tanto a la licitud de la guerra, como a la esclavitud. El P. Montesinos no consiguió todo lo que se proponía. Un paso más se dio en la Junta de 1513, promovida por otro dominico, fray Pedro de Córdoba. Y más importante aún fue la Junta de 1516, en la que encontramos por primera vez al clérigo, y después dominico, fray Bartolomé de las Casas, que jugó un papel importante en la defensa del indio americano. Esta defensa en favor de los indios encuentra su máxima expresión en la bula Sublimis Deus de Paulo III (1537) sobre la facultades racionales de los indios, con una carta al card. Tavera, arzobispo de Toledo, ordenándole prohibir la esclavitud de los indios, bajo pena de excomunión. La bula papal decía: “El Dios sublime amó tanto la raza humana que creó al hombre de tal manera que pudiera participar no solamente del bien que gozan otras criaturas, sino que lo dotó de la capacidad de alcanzar al Dios Supremo (y) que no es creíble que exista alguien que, poseyendo el suficiente entendimiento para desear la fe, esté despojado de la n. 205
más necesaria facultad para obtenerla”. Muchas veces las autoridades de la conquista ignoraron estas consideraciones de los papas y de las leyes dictadas por los monarcas en protección de los indios, por el contrario se difundió el exterminio de los indios y la trata de negros. 3. Los primeros misioneros En la primera expedición de Colón, se había embarcado el sacerdote secular Pedro Arenas, quien celebró la misa primera en el nuevo mundo. Fue el jerónimo Román Pane quien se dedicó al estudio de los idiomas del grupo caribe-araguaco, logrando entenderlos y hablarlos en poco tiempo. La primera conversión fue la de una familia de 17 miembros, en la que tres de ellos fueron asesinados al proclamarse cristianos. En muy escaso tiempo se logró la conversión de más de tres mil indígenas.Con la expedición de Ovando (1502) llegaron 17 franciscanos y 2.500 colonos. En 1510 llegaron a Haití-Santo Domingo los primeros dominicos con fray Pedro de Córdoba. El papa Julio II erigió en 1504 la sede metropolitana de Yaguata, en La Española, con dos sedes dependientes: Santo Domingo y Concepción de La Vega. San Juan de Puerto Rico fue la tercera de las sedes erigidas en América, en 1512. En Cuba, la primera diócesis se fundó en 1517, pero el primer obispo que entró allí fue el dominico fray Miguel Ramírez, recién en 1528 (la figura más relevante de la Iglesia cubana será san Antonio María Claret). En 1519 llegaba a México Hernán Cortés, con 508 soldados; y dos años después, el gran imperio azteca había caído. El primer contacto de los indios mexicanos con la Iglesia ya se había dado en 1517 con la presencia en Yucatán del sacerdote Alonso González. A mediados del siglo XVI la Iglesia mexicana estaba plenamente establecida con algunas diócesis: 1527: México y Tlaxcala; 1536: Oaxaca y Michoacán; 1539: Chiapas; 1548: Compostela (Guadalajara). Entre las figuras más importantes de la evangelización mexicana, están: fray Juan de Zumárraga, primer arzobispo de México, quien reconoció las apariciones de la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego; Vasco de Quiroga, obispo de Michoacán; recordado por su labor hospitalaria y educativa y de promoción social; fray Bartolomé de las Casas, obispo de Chiapas, el gran defensor de los indios. Desde México llegó el evangelio a California. Desde Sonora, donde trabajaban los jesuítas, se fue extendiendo el cristianismo hacia el norte. Los padres Barrionuevo y Gamboa evangelizaron California desde 1673 y veinte años después tenían 13 “doctrinas” o centros misionales con muchos indios bautizados, y cada una con sus propios misioneros. En 1769 fray Junípero Serra fue destinado a California y será la máxima figura de la evangelización de esa región. n. 205
Palabras Claves
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Antonio Montesinos
(1480 - 1540) fue un dominico que se distinguió en el combate contra el abuso al que se sometía a los indígenas por los colonizadores. En 1511 pronunció en Santo Domingo el famoso sermón de Adviento, en contra de la esclavitud de los indios, les dijo a los encomenderos que no recibirían la absolución en la confesión a menos que no protegieran a los “taínos”. Montesinos viajó a España y tuvo oportunidad de hablar al rey Fernando. De sus esfuerzos son el resultado las leyes de Burgos de 1512.
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Trata de negros: La distancia entre la metrópoli y los terrenos del imperio provocó que no siempre se llevaran a cabo las leyes de protección de los indios. Frente a estos abusos levantarían su voz los misioneros. No así pasó con las incursiones inglesas, francesas y holandesas, que se consideraban totalmente libres de todas estas normativas y actuaron a su criterio en la trata de los esclavos. Fueron muchos millones de negros, sacados a la fuerza de sus casas y de sus tierras africanas, esclavizados en las diversas regiones de América.
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Virgen de Guadalupe
El 9 de Diciembre de 1531 se produce la aparición de la Virgen María al indio Juan Diego en el monte del Tepeyac, donde se veneraba a Tonantzin o la “Madre Venerable”. La historia de la aparición es conocida: el indio es enviado al obispo Zumárraga, el que pide una prueba para construir un santuario dedicado a la “Madre del Dios por quien se vive”. El indio lleva unas rosas de castilla en su tilma, recogidas por orden de la Virgen y, al descargarlas delante del obispo, aparece en el manto del mensajero la imagen que hasta hoy se venera en México. El Nican Mopohua es la primera crónica de las apariciones.
Preguntas: dos palanquista? Estas co o o nt ie im mientos ¿cuál 1. ¿Descubr rie de aconteci se a un n la ña bras se la realidad? ce que refleja re pa te s do s de la a historia de an Diego es un Ju de ia or st 2. La hi s. cla) de cultura do el mestizaje (mez n haya favoreci ac la evangeliz ió ale qu tra ce en re cu pa En e ¿T intas culturas? st di s la de encuentro significativos... gunos ejemplos
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B. Vida en la Fe 1. El Patronato Regio Se trata del conjunto de privilegios y facultades especiales que el Papa concedió a España y a Portugal con miras a la dirección de todos los asuntos eclesiásticos en los territorios misionales. Se empezó por conceder, en diferentes Bulas, que los reyes de España pudieran disponer de los diezmos eclesiásticos para atender a los gastos de la evangelización. Pero en 1508 el papa Julio II concedió a los reyes de España todos los derechos patronales sobre las Iglesias ya fundadas, con la facultad de presentar los nombres de los obispos y las dignidades eclesiásticas para todos los territorios descubiertos. El derecho de patronato pertenecía directamente a los reyes, pero ellos lo ejercían por medio del Consejo de Indias; éste se valía, a su vez, de las Audiencias americanas, que llegaron a ser doce. El derecho de patronato implicaba el deber de evangelizar las personas de los territorios conquistados. Para ello los reyes disponían de una serie de facultades, que hasta podían obligar a los superiores de las órdenes religiosas a proporcionarles misioneros. Esto provocará luego una injerencia de la autoridad civil en los asuntos eclesiásticos, que se solucionará definitivamente con la separación de la Iglesia y del Estado. 2. La protección de los indios En general se puede afirmar que las Leyes de Indias constituyen un auténtico “monumento jurídico”, pensado para la protección de los indios. Esta actitud se podría resumir en este párrafo de una de esas leyes: “Y nuestra voluntad es que no padezcan vejaciones y tengan remedio y amparo conveniente por cuantas vías sean posibles” (ley 13,7). Y se recomendaba a los magistrados: “Los fiscales de nuestras Audiencias sean protectores de los indios y les ayuden y favorezcan en todos los casos y cosas que, conforme a derecho, les convenga para alcanzar justicia” (ley 34,18). No es difícil encontrar ejemplos de incumplimiento de estas leyes. Aquí habría que mencionar toda la problemática planteada por los dominicos Montesinos y Bartolomé de las Casas.
Grabado de Felipe Guamán Poma de Ayala (1565-1644) con escenas de vida india.
rantizar la atención y la defensa de los indios (Política Indiana 2,8). La encomienda americana era como una especie de feudalismo medieval, que pretendía garantizar el orden y el progreso de los pueblos, sin embargo no faltaron abusos y aprovechamientos. La legislación española era buena y justa, pero los problemas surgían a la hora de la aplicación concreta. No hay necesidad de recurrir a leyendas doradas en contraposición a las leyendas negras, pero puede ser ilustrativo el juicio global emitido por el historiador holandés Van der Essen sobre la colonización llevada a cabo en América por España y Portugal: “Se puede afirmar que los españoles y los portugueses cumplieron en gran parte el deber que les impuso el Papa. En las leyes, decretos e instrucciones referentes al nuevo mundo, ponen en primer término los intereses de la conversión... Es justo constatar que en virtud de sus leyes de patronato, promovieron sin descanso la conversión e instrucción de los indios, establecieron una jerarquía eclesiástica, crearon parroquias, protegieron a los misioneros...”. Resulta bastante evidente el contraste con la colonización efectuada por otras potencias europeas de la época (por ej. la colonización inglesa, francesa u holandesa) en las que se llegó a la casi total desaparición de la cultura y civilizaciones indígenas. El mestizaje fue un fruto sólo de la colonización española en América Latina, y lusitana en Brasil. Sólo aquí sobrevivieron algunas lenguas y rasgos culturales indígenas. Fray Bartolomé de las Casas.
3. Vida cristiana y “encomiendas” La institución de la encomienda tenía como finalidad promover el bienestar de los territorios conquistados. Era un derecho por el que el rey concedía que los tributos que se recaudaban fueran empleados en el mismo territorio, para ga-
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n. 205
C. Testigos de los tiempos
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Rosa de Lima (1586-1617) Nació de ascendencia española en Lima. A los doce años, ya enferma y dolorida por su reuma, recibió la confirmación de Santo Toribio de Mogrovejo. Siendo joven, trabajaba el día entero en el huerto y bordaba para diferentes familias, para ayudar al sostenimiento del hogar. Sus padres pretendieron casarla, y ella resistió por más de diez años, finalmente hizo voto de virginidad e ingresó a la tercera orden (laical) de santo Domingo. Entonces, se recluyó en la Ermita que ella misma construyó, con ayuda de su hermano Fernando, en el huerto de su casa. Sólo salía para visitar el Templo de Nuestra Señora del Rosario y atender las necesidades espirituales de los indígenas y los negros de la ciudad. También atendía a muchos enfermos que se acercaban a su casa buscando ayuda y atención. En 1615 el pirata holandés Spilbergen decide tomar Lima. Ante esto, Rosa reúne a las mujeres en el templo, para orar por la salvación de la ciudad. Misteriosamente el Capitán falleció en su barco, y se retiraron los piratas. Todos atribuyeron el milagro a Rosa y por ello en sus imágenes se le representa portando a la Ciudad sostenida por el ancla. Cerca del final de su vida, cayó gravemente enferma. Pasó los últimos tres meses de su vida en la casa de Gonzalo de la Maza. Durante esta enfermedad que precedió a su muerte, la oración de la joven era: "Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor". Murió a los treinta y un años de edad, el 24 de agosto, fiesta de San Bartolomé, como ella misma lo profetizó. El día de su entierro, los devotos se abalanzaban sobre su cuerpo en busca de un recuerdo, aclamándola como santa. El día 30 de agosto se celebra su solemnidad en toda latinoamérica, fue canonizada por Clemente X en 1671, proclamando a la primera Santa natural de América, "Principal Patrona del Nuevo Mundo". Embriagada por el amor divino
En una carta, Rosa dibuja un corazón con la cruz debajo y la imagen de la Santísima Trinidad, y en él escribe:
“Arrobo, embriaguez en la bodega, secretos de amor divino ¡Oh, dichosa unión, abrazo estrecho con Dios!”
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Santa Rosa de Lima, primera santa de América.
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Martín de Porres (1579-1639) nacido en Perú, es el primer santo de América y patrón universal de la paz. Conocido también como "el Santo de la escoba", como símbolo de su servicio y humildad. Fue bautizado en 1579 en la Iglesia de San Sebastián en Lima, su padre no lo reconoció, por ser un militar soltero. En 1594 entró en la Orden de Santo Domingo como "donado", por ser hijo ilegítimo (se ocupaba en muchos trabajos como criado). Fue admitido como hermano en 1603. Perseveró en su vocación a pesar de la oposición de su padre, y en 1606 profesó los votos como dominico. En el convento, Martín ejerció también como barbero, ropero, sangrador y sacamuelas. Su celda quedaba en el claustro de la enfermería. Todo el aprendizaje como herbolario y como barbero hicieron de Martín un curador de enfermos, sobre todo de los más pobres y necesitados. En él confluyeron las tradiciones medicinales española, andina y africana; sembraba plantas que combinaba en remedios. Siendo mestizo, frecuentaba asiduamente a la población negra, pero nunca planteó reivindicaciones hostiles; se dedicó a practicar la caridad, siempre con alegría. Martín cuidaba a los pobres sin exhibirse y en la mayor privacidad. Su caridad también se proyectaba a los animales, y a la naturaleza, cuidando cada ser viviente con dedicación. Fue frugal, abstinente y vegetariano. Dormía sólo dos o tres horas. Usó siempre un simple hábito blanco con una capa negra. Enseñó la doctrina cristiana a los negros e indios, en calles y en haciendas cercanas; fundó el Asilo y Escuela de Santa Cruz para reunir a los marginados. Aspiró también a realizar su vocación misionera en países alejados; hablaba de Filipinas, China y especialmente, Japón. Murió el 3 de noviembre de 1639. Toda la ciudad acudió a su entierro y los milagros por su intercesión se multiplicaron. Fue beatificado en 1837 por Gregorio XVI y canonizado en 1962 por el papa Juan XXIII.
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2. Las Misiones jesuíticas del Paraguay A. Acontecimientos 1. Los orígenes de las Reducciones En 1567 los jesuitas españoles llegaron a Perú, desde allí, en 1587, fundaron una misión en Paraguay, pero esta misión no tuvo éxito. En 1607 el obispo de Asunción pidió ayuda al General de los Jesuitas, y este nombró al P. Diego de Torres Provincial de la nueva Provincia Jesuítica del Paraguay, un territorio de 490 mil kilómetros cuadrados (que incluía los territorios actuales de Argentina, Uruguay, Bolivia, Paraguay y partes del Brasil). Ya antes, en 1537, los Franciscanos habían comenzado a organizar a los indios en asentamientos. El franciscano fray Luís Bolaños había redactado la primera gramática y un libro de oraciones en la lengua guaraní. Pero sus asentamientos tuvieron poco éxito porque llegaron a ser tierra fértil para la cosecha de esclavos, a pesar de que Paulo III había formulado una enérgica condena de la esclavitud. Finalmente, con la ayuda del Gobernador de Paraguay, Hernando Arias de Saavedra, (Hernandarias) y de las ordenanzas del juez Francisco de Alfaro (1609), se habían calmado las revueltas de los indios y fueron exentos de pagar impuestos a la corona. Así comenzó la titánica obra que llegó a incluir los famosos 30 pueblos, que fueron la utopía de “un proyecto anti-colonial en la colonia”, en donde un puñado unos 50 o 60 sacerdotes orientaban a más de 140.000 indios, durante unos 170 años. 2. Estructura Organizativa Los Jesuitas, venidos de distintos países de Europa, se entregaron al trabajo y a la defensa del indio. Para este proyecto se habían ofrecido más de 10.000 jesuitas, de los cuales sólo fueron elegidos 1.050. Cada uno ocupaba su puesto en una sólida estructura jerárquica. Además de los que trabajaban en el campo había también una estructura organizativa (la Curia de los Jesuitas en Roma, la Universidad en Córdoba) que mantenía un flujo de personal altamente capacitado durante todo el período. No eran personas aisladas, era una organización mundial que iluminaba todo el proyecto con principios claros, asegurando su continuidad. Los jesuitas lucharon por la dignidad del indio, que no podía ser reducido a la esclavitud ni vendido en los mercados. Fundaron las reducciones, porque en el aislamiento en la selva, los indios eran fácil presa de los
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La toma de la Bastilla Escena de la película “La Misión”.
colonizadores. Estudiaban sus costumbres y sus lenguas, convivían con ellos y descubrieron que tenían una increíble facilidad para la música y las artes. En los comienzos, cuando las reducciones del Guayra eran pobres y desguarnecidas y atacadas ferozmente por los paulistas para llevarse a los guaraníes como esclavos, los jesuitas decidieron un éxodo masivo de 12.000 personas en 700 balsas, río abajo por el Paraná. Esta increíble gesta incluyó 100 Km. de viaje por tierra para evitar los Saltos del Guiará, y el encuentro de otros 2.000 indios que también huían de los Bandeirantes; duró 6 meses y los sobrevivientes comenzaron las misiones que luego integraron los famosos 30 pueblos. Pero, 25 años más tarde, cuando Antonio Ruiz de Montoya obtuvo una Cédula Real que les concedía a los indios valerse de armas de fuego, hicieron frente a un ejército de 456 bandeirantes con 2700 auxiliares, y los derrotaron en la batalla de Mborore. Después de esta derrota los bandeirantes nunca más trataron de incursionar en las Reducciones Guaraníticas. Las Reducciones tenían comienzos muy humildes, pero algunas llegaron a tener enormes predios (estancias) para la cría de ganado, otras cultivaban la yerba mate, otros se especializaban en la elaboración de herramientas e instrumentos musicales. El trabajo y el comercio fueron el verdadero sustento de las Misiones. Los reyes de España debían mantener abierto el camino a las minas de plata en el Potosí, y este camino estaba muy amenazado por los portugueses y otros que veían el acceso por Buenos Aires y el Rió Paraná como mucho más corto que la ruta por el Océano Pacífico. Para asegurar este camino, y evitar incluso las revueltas de los indígenas en la zona, les pidieron a los Jesuitas que misionaran en estos territorios. Por lo tanto, teniendo en cuenta el apoyo de Hernandarias, el contexto histórico favoreció al inicio del proyecto. Es difícil pensar en una localidad más benévola desde la perspectiva del clima y del medio ambiente. El clima era cálido y húmedo, y eso permitía una abundancia increíble de recursos naturales, entre frutas, animales, ríos con abundante pesca, maderas para la construcción de n. 205
casas y agua potable. Era un medio ambiente generoso para la vida humana. No había inviernos fuertes, ni la necesidad de casas abrigadas ni de mucha ropa. Aunque algunos han presentado la obra de las Reducciones como antagónicas a las autoridades civiles, cabe recordar que los Jesuitas siempre mantenían una actitud de sumo respeto por las autoridades civiles. Ellos fueron calumniados por la supuesta pretensión de formar una civilización independiente, pero es importante recordar que no hubieran podido comenzar su trabajo sin la aprobación del Rey y de la autoridad civil local. Sin el apoyo del Gobernador del Paraguay y sus decretos encomendando sólo a los Jesuitas el cuidado de los indios guaraníes (excluyendo de las reducciones la interferencia de otros españoles), nunca se hubiera podido sustentar esta empresa. Los españoles sólo se acercaron en contra de la ley, como quedó muy bien ilustrado en la película “La Misión”. Es más, después de 150 años de fructuosa labor, cuando el rey dispuso su alejamiento definitivo de las Reducciones, los jesuitas acataron la orden con total sumisión. 3. El final de las Reducciones Después de la guerra provocada por el Tratado de Madrid de 1750, vino en 1768 la orden del rey Carlos III para expulsar a los Jesuitas de todos sus territorios. Esta orden obedece a diversos factores, en primer lugar dentro de Europa, pero también algunos que surgieron en América Latina. Entre estos cabe destacar que los poderes europeos no toleraban ningún tipo de expresión fuera de sus intereses económicos propios en las colonias. Con ello destruyeron la obra de las Reducciones. Los jesuitas fueron reemplazados con nuevos directores seculares que no tenían ni los ideales ni la capacitación de los jesuitas. Los más afortunados entre los guaraníes retornaron a la selva o emigraron a Buenos Aires y otras ciudades donde se sirvieron de su capacitación como artesanos que habían aprendido en las Reducciones. Hubo una rápida disminución de la población en las mismas Reducciones. En cuanto a la planta física, las tropas del general brasileño Chagas y el dictador paraguayo Francia causaron graves daños a los edificios. El golpe de gracia vino por el sucesor de Francia, Carlos López, cuando éste destruyó las comunidades para quedarse con sus tierras.
Ruinas de la Misión de San Ignacio. n. 205
Palabras Claves
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Música y Artes guaraníes
Un jesuita músico italiano, Domingo Zipoli compuso la famosa “Música barroca Chiquitana” que se canta hasta hoy. Los jesuitas de las misiones elaboraban los primeros diccionarios y redactaban catecismos en guaraní. De esta manera lograban que el indio se sintiera realmente acompañado en sus expresiones culturales.
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Trabajo y comercio de las Reducciones Cuando debieron
importar los bienes necesarios para su desarrollo, pudieron contar con su producción de cueros y de algodón. La organización del trabajo en las reducciones fue uno de sus mayores logros, al mantener un riguroso control de la comercialización de los bienes. En todas las reducciones había consideraciones especiales para los niños, los mujeres y los ancianos.
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La película “La Misión”
La Misión, dirigida por Roland Joffé, alcanzó un gran éxito de crítica y de público (Palma de Oro y Oscar), debido también a la grandiosidad y belleza de su escenario: especialmente las cataratas del Iguazú y a la interpretación magistral de De Niro e Irons. Si las reducciones del Paraguay han sido las más célebres ello se debió, en parte, a su prosperidad cultural y económica; y también a que su triste final quedó ligado a la polémica histórica sobre la expulsión de los jesuitas. En la película, entre lo que vemos y lo que se nos dice, nos hacemos una idea razonablemente fiel, de esa experiencia humana, social y religiosa de las reducciones.
Preguntas: ne s éx ito la s M is io tu vi er on ta nt o os nt é pu qu s lo or n ¿P so . s 1 ay? ¿Cuále gu ra Pa el en Jesuíticas o? emprendimient clave de este latinoamerilo de la historia tu pí ca te es é os curriculares? 2. ¿Por qu o en los estudi ad riz lo va es cana no níticas Misiones Guara uestas de las munico os nt ie m 3. ¿Qué prop los emprendi a se ar lic ap pueden tarios de hoy?
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B. Vida en la Fe
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Evangelización y Promoción Otras misiones se habían limitado a dimensiones estrictamente religiosas como fomentar la vida sacramental y la formación moral, pero en las Reducciones había una promoción integral de la persona. No se trataba de imponer una religión, los Jesuitas eran muy respetuosos de las tradiciones y costumbres, llegando hasta tolerar la poligamia sobre todo entre los jefes, con la idea de reducirla con el tiempo. Que los Jesuitas se ocupaban de la promoción humana es muy conocido por todos: no sólo cultivaban la tierra, sino que organizaban la comercialización y exportación. A ellos se atribuye la introducción de la forma de tomar yerba mate con una bombilla y una calabaza. Pero también tenían muy organizada la vida religiosa, con ceremonias alegres a la usanza de los mismos indios, sus celebraciones dominicales, su vida sacramental. Procuraban la difusión de los valores evangélicos, pero sin imposiciones. A los niños se les enseñaba el catecismo, todos los días asistían a la Misa, se les servia un desayuno y luego eran llevados a realizar actividades conforme a la edad. Se organizaban orquestas, con instrumentos fabricados por ellos mismos para producir música ba-
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San Miguel arcángel. Talla policroma, Santa María de Fe.
rroca. La construcción de viviendas e iglesias monumentales, la urbanización de las reducciones, todo constituía un proceso educativo. Nadie sabe cómo hubieran evolucionado las reducciones; pero ya que los jesuitas venían organizando universidades desde Santo Domingo hasta Córdoba hubiera sido probable que una próxima universidad se ubicara en Candelaria, capital de las Reducciones (muchos años después allí se fundó la Universidad Católica de Misiones). Por orden de la autoridad civil los Jesuitas tenían que trabajar sin el apoyo de laicos profesionales, médicos, arquitectos, contadores, abogados. Todas esas tareas debían ser asumidas por los mismos jesuitas por la sencilla razón de que los españoles tenían prohibido el acceso a las reducciones. Por su estructura interna los jesuitas eran capaces de asumir todas esas funciones. Los jesuitas representaban a la Iglesia, dependían de la Iglesia, y la Iglesia ya no podía constituirse en un Estado alternativo.
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Franciscanos y jesuitas en la primera evangelización en Uruguay En el siglo XVII los Jesuitas fundaron las “Reducciones del Uruguay”, que hoy están en territorio brasilero. Los franciscanos fundaron la misión de San Francisco de los Olivares de los Charrúas y San Antonio de los Chanás (1625) que junto a Santo Domingo de Soriano (1660), la estancia de Yapeyú, en el norte del país y la Calera de los Huérfanos, representan la primera evangelización del litoral del Río de la Plata. En 1724 con la fundación de Montevideo (en cuya construcción colaboró la tribu guaraní de los Tapes, guiada por los jesuítas) se pasa a la jurisdicción eclesiástica de Buenos Aires. El primer gobernador eclesiástico fue Pedro Antonio de Portegueda y el primer obispo que visitó la Banda Oriental, comenzando por Soriano fue don Manuel Antonio de la Torre (1772). Su sucesor, fray Sebastián Malbar y Pinto, empieza su mandato con una visita a Montevideo en 1779. El último obispo español de Buenos Aires, fray Benito de Lué y Riega, visita detenidamente el Uruguay creando muchas parroquias en el interior. En 1787 empezó en el convento de San Bernardino la enseñanza superior, con una cátedra de filosofía. n. 205
C. Testigos de los tiempos
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Roque González y compañeros Roque González nació en 1576, en Asunción, de una destacada familia criolla. Eran 7 hermanos, tres de ellos siguieron los estudios eclesiásticos: Pedro, Gabriel y Roque. Desde 1599, a sus 24 años, se marcha a la sierra de Mbaracuya y riberas del Yjuhí. En 1608 renuncia al cargo de Provisor Vicario General de Asunción y se hace Jesuita. Se entrega a una vida heroica entre los Indios, abriendo nuevos caminos. Roque en su mundo interior tuvo tres elementos de Espiritualidad: “la Santa Cruz”, “la Virgen María” que el llamaba “la Conquistadora” y el último “el Amor a la Eucaristía”. Educaba a los indios con largas horas de enseñanza del catecismo, que traducía al guaraní. También la enseñanza del cultivo del campo y de la construcción y las primeras artesanías de vivienda y vestidos. Fue el fundador de las reducciones de los indios en el Paraguay, Misiones y Río Grande. En 1611 se hizo cargo de la reducción de San Ignacio, sobrellevó una peste de viruela y hambre. San Ignacio se convertía en el centro de abundancia espiritual y económico. El Sistema Jurídico de las reducciones se empleaba para salvar al indio de su exterminio. Roque González consagró sus energías en la evangelización de los indios. Escribía en 1613: “Se les predicó nuestra fe como lo hicieron los apóstoles, y no con la espada”. En las reducciones los indios no eran obligados a pagar tributos, los indios empezaron a cobrar conciencia de sus derechos gracias a la defensa de los padres. Roque fundó también la primitiva Posadas, en un lugar muy pobre, donde a falta de pan, comían cardos silvestres. Luego partió de Itapúa hacia la laguna Santa Ana, fundando allí, con trescientos indios, otra reducción. En 1616 fundó la reducción Yaguapoa, y en 1619, la reducción de la Concepción, a una legua del río Uruguay. En el año 1627, el Padre provincial de los jesuitas nombró a Roque González como superior de las misiones del Uruguay. El testimonio final de su martirio, sella y da sentido a lo que fue toda su vida: “un servicio a Dios hasta la muerte”. Fue una muerte aceptada: él sabía que lo estaban buscando para matarlo. Ñezú, el cacique principal de Yjuhí, conjuraba contra los mision. 205
Martirio de san Roque González.
neros. Mientras Roque González estaba arreglando la campana de Caaró para adaptarla al culto, llegó sobre su cabeza el terrible golpe de hacha. Tenía 52 años. Era el miércoles 15 de noviembre de 1628. Como un verdadero apóstol recorrió las tres etapas: vocación, dedicación y martirio. Los padres Roque González de Santa Cruz, Alfonso Rodríguez y Juan de Castillo, fueron los primeros misioneros muertos por la fe en las reducciones jesuitas del Paraguay. El corazón de Roque González, muchas veces peregrino, se conserva en su ciudad, Asunción, en la capilla de los Mártires. Alfonso Rodríquez, nacido en Zamora, España. Terminó sus estudios en Córdoba, Argentina. Evangelizó en el Chaco Paraguayo y en Encarnación. Juan del Castillo: oriundo de Cuenca, España. Terminó sus estudios en Córdoba, Argentina. Trabajó con dedicación en la evangelización y promoción de los guaraníes. Dos días después de la muerte violenta de Roque y Alfonso, fue torturado y muerto salvajemente a los 32 años. En 1988, Juan Pablo II, en visita apostólica al Paraguay, declaró Santos a los tres mártires, expresando: “Todos ellos gastaron su vida en cumplir el mandato de Cristo de anunciar su mensaje ‘hasta los confines de la tierra’ (He 1,8). La fuerza salvadora y liberadora del Evangelio se hizo vida en estos tres abnegados sacerdotes jesuitas que la Iglesia en este día presenta como modelos evangelizadores”. San Roque y las Reducciones
La visión de San Roque sobre las Reducciones se conserva en una carta a su hermano Francisco:
"Nosotros trabajamos por la justicia. Los indios necesitan estar libres de la esclavitud y de la dura servidumbre personal en la que ahora se encuentran. En justicia ellos están exentos de esto por ley natural, divina y humana"
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3. La Iglesia y
los Movimientos Independentistas A. Acontecimientos
1. Los movimientos independentistas El movimiento independentista tuvo, en la mayoría del continente, una orientación laicista. Las ideas de la Ilustración, los principios de la Revolución Francesa y de la Independencia de Estados Unidos, provocaron el fermento intelectual que suscitó las luchas por la emancipación; muchos de los libertadores pertenecían a La Logia Masónica Americana. La independencia fue un movimiento conducido por los criollos, hijos de europeos e indígenas, que estaban a la mitad de dos mundos, teniendo las propiedades, pero no el poder. Un caso aparte es México, donde el movimiento fue principalmente indígena. Allí la independencia no se dio tanto a partir de discusiones ideológicas, sino bajo la bandera de la fe y la imagen de la Virgen de Guadalupe. 2. La Iglesia y la independencia La jerarquía eclesiástica, heredera del Patronato colonial, estuvo en gran medida de parte de la Corona, mientras que el llamado bajo clero estuvo más en contacto con el pueblo y con la revolución, teniendo protagonismo directo en la lucha independentista. Muchos curas fomentaron el sentimiento autonomista a través de las prédicas, y sus influencias. Con todo, los movimientos independentistas tuvieron en muchos casos, un marcado sentido religioso. No fue sólo la Ilustración que influyó, sino también los ideales cristianos. Basta recordar la figura del prócer oriental José Artigas, reivindicado recientemente por la historiografía por su talante católico (ver nota en pág. 16, “Artigas Católico”). - En Uruguay se destacó en la época independentista la presencia de fray Antonio de Monterroso, fray Benito Lamas, y tantos curas párrocos rurales como Santiago Figueredo y fray Manuel Belda, que lucharon junto a Artigas. En el convento de S. Francisco se organizaron tertulias patrióticas que merecieron la expulsión de Montevideo de los franciscanos, por parte del gobernador Elío. La primera tentativa frustrada de adherirse al movimiento rebelde de Buenos Aires corrió a cargo del párroco de Paysandú. - En México, figuras señeras de la participación eclesial en la independencia, son el cura Hidalgo, Morelos, Muñecas, Béjar Henríquez, entre otros. El cura Talantes, defendió la autodeterminación del pueblo mexicano ante el Virrey, ya que el rey Fernando, estaba
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“Váyanse con los matreros”, los franciscanos expulsados de Montevideo por Elío. Carlomagno frente al Papa León III
prisionero de los franceses. - En Chile tenemos la figura de fray Camilo Henríquez, con su diario La Aurora, y la presencia de eclesiásticos en las primeras Juntas de Gobierno y los Cabildos. - En Argentina, en el Congreso de Tucumán convocado para declarar la independencia el 9 de julio de 1816, de los 29 firmantes (diputados de las provincias) 16 eran sacerdotes. En este congreso se proclamó a Santa Rosa de Lima como patrona de la independencia nacional y se decidió establecer relaciones con la Santa Sede y reconstruir la jerarquía eclesiástica. En la labor de la independencia, la Iglesia en general realizó una tarea esencial. Esto explica por qué en un primer momento todos los gobiernos no tomaron medidas importantes de secularización. 3. Trasfondo religioso de la independencia Desde 1820 comenzarán las primeras medidas contra la Iglesia; ya en 1815, el dictador Francia, en Paraguay, combatió a la Iglesia, pero ello se debe más a su despotismo que a razones objetivas. - En México, mientras el obispo fray Antonio de San Miguel de Michoacán se plegó a la revolución, sus compañeros de México, Monterrey de Chiapa, Yucatán y Puebla, obraron en contra de la primera revolución. Sin embargo, la segunda guerra de la independencia -gracias a la postura liberal del Gobierno español de 1820hizo inclinar al episcopado hacia los patriotas, especialmente por la acción del canónigo Monteagudo. - En Perú, desde 1809 comienza el movimiento de la independencia. La primera sublevación tuvo lugar en Pumacagua. Don José Pérez y Armendáriz (Cuzco) no se opuso a los insurgentes, por lo que, aplastada la rebelión, el obispo fue depuesto por Fernando VII. Los restantes obispos peruanos apoyaron a los realistas contra la independencia. Es que la Iglesia de Perú comprendía que con el fin de la Colonia perdería su predominio en Sudamérica. - En Argentina, el obispo de Buenos Aires, Lué y n. 205
Reiga, se mostró contrario a la Primera Junta, y sin embargo no se opuso una vez constituida. - En Uruguay no había obispado, pero el clero se inclinó hacia el movimiento emancipador. El gobernador de Montevideo, Vigodet, escribía al obispo Lué de Buenos Aires: “En vano sacrificaría mis desvelos para restituir el orden y tranquilidad perdidos en la Banda Oriental... Si los pastores eclesiásticos se empeñan en sembrar la cizaña (se refiere a la revolución emancipadora)... ésta es la conducta casi general de los párrocos y eclesiásticos seculares y regulares que se sirven de la cura de almas en esta campaña”. En toda América Latina, los obispos, habiendo sido nombrados por el sistema de Patronato, (ver pág. 19) permanecieron más partidarios del Rey que de los nuevos gobiernos. La desorganización del cuerpo episcopal es total, lo que significará la ausencia de ordenaciones sacerdotales, la clausura de seminarios, el robo y destrucción de archivos, la desconexión de cada parroquia. Los obispos, en el período colonial, tenían conciencia de pertenecer a una nación; de ahí que fácilmente un obispo de México fuera nombrado en Perú, o del Río de la Plata se fuera al norte. Ahora cada Iglesia se convertirá en una isla y casi durante un siglo no habrá más comunicación. Por su parte, los sacerdotes “en cura de almas” tenían la doble cualidad de poseer una cultura suficiente y amplias relaciones sociales, muchos de ellos se consideraron “curas patriotas”. Sin embargo, el hecho de que la revolución tuviera, en varias partes, dos momentos, y se sucedieran después gobiernos opuestos, hizo que el clero -lo más influyente de la sociedad- fuera perseguido ya por un grupo, ya por otro. Expulsiones, muertes, cárceles, desorientación..., durante mucho tiempo, alejaron a los sacerdotes de su tarea pastoral. El movimiento independentista fue esencialmente laicista, pero ello no quita que haya sido acompañado por un hondo sentido religioso. Las ideas de la Ilustración pusieron el aparato ideológico para justificar la necesidad de la autonomía; pero el sentimiento religioso contribuyó a encender los corazones y motivar a la mayoría a sumarse a la causa independentista. Es constante la petición de protección a los santos, particularmente a la Virgen, a quien se encomiendan los próceres en su intento emancipador (por ej. la Virgen del Carmen, en Chile), haciendo votos devocionales y viviendo su fe en medio de las batallas y las luchas. La religión ha estado presente en toda la historia del continente, y fue al amparo de la fe que vieron la luz las naciones.
Palabras Claves
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Relaciones con la Santa Sede. A medida
que iban muriendo los obispos nombrados por el rey de España, las distintas sedes episcopales quedaron sin pastor y sin posibilidad de nombrar Grabado chileno con sucesores, quedando muchas la delegación Muzi. sedes vacantes. El reestablecimiento de la jerarquía eclesial (y por ende de las relaciones con la Santa Sede) se prolongó por varios años. Un paso importante fue el viaje de la delegación papal (1824) encabezada por mons. Juan Muzi a Chile, Argentina y Uruguay (Muzi en Montevideo, separó a ésta de la jurisdicción de Buenos Aires, en 1825). Recién en 1829 Pío VIII nombró al delegado apostólico Mariano Medrano como obispo de Buenos Aires, reestableciendo la jerarquía eclesiástica en Argentina. En 1866 se creará la nueva provincia eclesiástica de Buenos Aires y se designará a Mariano de Escalada, como primer arzobispo (recibiendo el palio arzobispal del Vicario Apostólico del Uruguay mons. Jacinto Vera).
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Curas patriotas
La acción del clero fue decisiva, y no sólo apoyó el movimiento, sino que fue una de sus causas. En Argentina, por ejemplo, fray Ignacio Grela era uno de los que protestaron por la elección de Cisneros como presidente de la Junta. En la Fray L. Beltrán. petición presentada al Cabildo para el nombramiento de una nueva Junta hubo 17 sacerdotes que firmaron. Fray Luis Beltrán -capellán del ejército de San Martín- organizó con las campanas de algunos conventos la construcción de los cañones que llevarían a la libertad a Chile se llama “el primer ingeniero del ejército libertador”.
Preguntas:
tianos que pufermentos cris s lo n nso s le 1. ¿Cuá imientos indepe se en los mov ar es pr ex on dier ano? ntinente americ dentistas del co l rnet algún perfi buscar en Inte o ad usc ob pr de e as qu 2. ¿H óceres, ativo- de los pr histórico -altern y actuación? rio ea id su evas en bra facetas nu nuepor las que los n las razones os so ch s re le de uá s ¿C lo 3. ente fendían tenazm cia? en nd pe vos Estados de de In la Regio, aun en del Patronato
El cura Hidalgo, en 1810: “¡Viva la Virgen de Guadalupe!”. n. 205
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Artigas dicta a su secretario, fray José Monterroso, las Instrucciones del Año XIII.
B. Vida en la Fe
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“Ar tig as ca tólico” Artig tigas católico” Un reciente libro del historiador Pedro Gaudiano, recuerda desde su título, que Artigas era católico. Esta faceta del Prócer ha sido prácticamente olvidada en la abundante producción bibliográfica liberal, y como no se enseña en las escuelas uruguayas, corre el riesgo -según el autor- de quedar sepultada en el olvido. José Gervasio Artigas nació y creció en una familia católica activamente integrada a la obra franciscana; se educó en el Convento de San Bernardino de Montevideo, de los frailes franciscanos. Debido a esa educación cristiana se explica su trato respetuoso para con los indios y los negros, considerados por los demás líderes y caudillos de la época como seres inferiores. “Los más infelices serán los más privilegiados”, establece en el artículo sexto de su Reglamento de 1815 y promueve el reparto de tierras empezando por los más pobres: a los negros libres, a los zambos, a los indios, a los criollos pobres. Artigas invocaba el nombre de Dios y de la Virgen del Carmen a los que levantó templos y altares; cuando fundó la ciudad de Carmelo, la colocó bajo la tutela de la Virgen del Carmen, cuya imagen él mismo dejó en la primitiva capilla. Se preocupó del culto, de la conversión de los indios, mantuvo una estrecha relación con el clero de su época. El primero a quién confió la educación popular fue el sacerdote Benito Lamas; y el primero que promovió la Biblioteca Nacional fue otro cura, Dámaso Antonio Larrañaga. De los últimos 30 años de la vida de Artigas en Paraguay se sabe que vivió pobremente y lo poco que tenía lo compartía con los más necesitados; era llamado “padre de los pobres”. Según dos naturalistas suizos que viajaron a Asunción (Longchamp y Rengger): Artigas “cultivó él mismo su campo y fue el padre de los pobres de Curuguaty, entre los que distribuía la mayor parte de sus cosechas y todo su sueldo, prodigando a los enfermos cuantos auxilios estaban a su alcance”. Iba a Misa todos los domingos, rezaba diariamente el rosario, daba catequesis a los niños, leía la Biblia y poseía un libro de espiritualidad cristiana que le ayudaba en sus oraciones. Poco antes de morir quiso levantarse de su lecho para recibir a Jesucristo en la comunión, diciendo: “Quiero levantarme para recibir a su Majestad”. El ideario social de Artigas era de inspiración cristiana y se manifiesta en muchos de sus gestos, tal como aquel de hidalguía con el jefe vencido en Las Piedras o en la clemencia con sus enemigos prisioneros o en los contenidos de las Instruccio-
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nes del año XIII cuyos portadores por el país fueron Larrañaga y otros “curas de la patria” (Fernández, Figueredo, Barreiro...). Su amistad con los franciscanos, “amigos de los matreros”, empezando por su secretario Monterroso que lo acompañaba en todas partes, influyeron sobre sus ideales de justicia e igualdad social.
Artigas en Paraguay El poeta de la patria, Juan Zorrilla de San Martín, escribe: “La de ese viejo de poncho y cabeza blanca que rezaba el rosario que aprendió de niño en Montevideo, era la fe sincera e incontaminada de la que brotó, como cosa sagrada bajada del cielo, la independencia de nuestro pueblo”. Su hijo, José María Artigas, que lo visitó en Paraguay, dejó el siguiente testimonio: “Aquellos vecinos de Ibiray, aquellos pobres que tanto quieren y veneran a mi padre, se reúnen con él a rezar el rosario, cuando el toque de oraciones de las campanas distantes llegan hasta ellos de la Asunción; los vi todos los días en el mismo sitio. Mi padre hacía coro; los demás, arrodillados en torno suyo, contestaban las oraciones, muchos de ellos, la mayor parte, en guaraní. En concluyendo, todos se retiraban a sus casas; después de saludar, uno a uno, con veneración, al viejo...” Artigas en Paraguay.
n. 205
C. Testigos de los tiempos
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La “beata” María Antonia de Paz y Figueroa (1730-1799) Nació en Santiago del Estero; a los quince años hizo votos para consagrar su vida a Dios pero no entró en una congregación sino que permaneció en el hogar paterno vistiendo un hábito oscuro de consagrada. A las mujeres que tenían esa vocación se las llamaba “beatas”. Pocos años después, se reunió con otras jóvenes y con la asistencia de los jesuitas, colaboraron en numerosas tandas de Ejercicios Espirituales. Ante la ausencia de los sacerdotes jesuitas a raíz de su expulsión ocurrida en 1767, María Antonia sintió que debía continuar con esa piadosa práctica y comenzó su divulgación desde Santiago del Estero. Durante diez años la beata María Antonia recorrió a pie, apoyada en una cruz, el norte de la provincia de Tucumán. En 1779, también a pie por el camino real y junto a sus valientes compañeras, inició la marcha hacia Buenos Aires, capital del nuevo Virreinato del Río de la Plata. El obispo Sebastián Malvar, ignoraba totalmente la obra realizada en el Norte, pero la fe, la paciencia y la constancia de la beata triunfaron y después de casi un año de conversaciones y trámites comenzaron a darse los ejercicios espirituales en una casa que alquiló el mismo obispo. Después de llevar los ejercicios a Colonia del Sacramento y Montevideo, regresó a Buenos Aires donde comenzó los trámites para la construcción, en terrenos donados, de la Casa de Ejercicios, que aún se conserva. Una de las facetas más notables de la personalidad de María Antonia es la que surge de la correspondencia que mantuvo durante muchos años con el jesuita Gaspar Juárez, exiliado en Roma desde la expulsión de la Orden, y con don Ambrosio Funes, entre otros, donde se pueden leer sus inquietudes por el bien de los demás. Falleció en 1799 y en 1917, en Roma, se inició su Causa de Beatificación. El Vicario apostólico, José Benito Lamas. n. 205
Santo CuraJosé Benito Lamas (1787-1857) de Montevideano de nacimiento, después A rsla escuela primaria, realizó sus estude
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dios de gramática latina, y en 1803 tomó el hábito de la Orden Franciscana. Comenzó sus estudios de teología en 1807 y poco antes de ser ordenado sacerdote fue uno de los franciscanos expulsados por Elío en 1811 debido a su simpatía por la causa artiguista. Él había sido uno de los maestros de José Artigas, en el convento de San Bernardino. Se incorporó a los sitiadores de Montevideo, y al firmarse el armisticio se trasladó a Buenos Aires. Tras la retirada española de 1814 volvió a Montevideo y en 1815 fue designado director de la escuela pública. Sin embargo a los pocos días es solicitado por Artigas para ser trasladado a “Purificación” como capellán del ejército junto a José Ignacio Otazú. Allí levantó la “Escuela de la Patria”, según el deseo del caudillo. Durante la ocupación portuguesa, fue como Preceptor de Gramática a Mendoza. Allí se vinculó estrechamente al revolucionario chileno José Miguel Carrera, a quien acompañó cuando fue fusilado. De regreso a Montevideo, fue designado preceptor de latinidad y en 1833, al crearse las primeras cátedras universitarias, asumió como catedrático de filosofía. En 1838 Larrañaga lo nombra cura de la Iglesia Matriz. Durante la Guerra Grande estuvo en el bando de la defensa de Montevideo y en 1852 fue electo senador. En marzo de 1854 fue designado 3er. Vicario Apostólico del Uruguay. Falleció victima de la epidemia de fiebre amarilla de 1857, fue uno de los pocos que se quiso quedar a atender a los enfermos. La figura de José Benito Lamas: “No hubo en el clero platense de la Revolución sacerdote que con mayor precisión haya expuesto la doctrina integral ortodoxa, sobre todo aquellos problemas de orden político y social que planteó en América la insurrección contra España y la guerra de Independencia, y que se refieren al origen y ejercicio de la autoridad, el derecho de insurrección, a la forma de gobierno, a la soberanía del pueblo, a la constitución y organización del Estado… y en cuyo desarrollo se advierte su clara posición democrática”. (Anónimo, en carpeta del “Vicariato Apostólico de José Benito Lamas, 1856-57, Curia Eclesiástica de Montevideo).
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4. La Iglesia y los Estados Nacionales A. Acontecimientos (1825-1900)
1. La Iglesia en la vida independiente A partir de las declaratorias de Independencia, se establece una nueva situación jurídica, pero en lo cotidiano, la fe y la religión siguen teniendo un rol importante en la conciencia social. Todavía se reconoce y se valora la institución eclesiástica, sin interferir en su regulación interna. Entre las figuras destacadas de los nuevos Estados, no faltaron líderes de formación y convicción cristiana. El profundo arraigo de las ideas religiosas en el continente facilitó la adaptación de las estructuras eclesiales a la nueva situación, participando incluso algunos clérigos en labores de gobierno, sobre todo en un primer momento; sin embargo, se comienza a organizar el Estado en forma secular. El proceso de ruptura llegaría muchos años después, pero se inicia terminado el camino independentista. La mayoría de los Estados reconocen la Religión católica como la oficial, y en las ceremonias nacionales se mezclan y conviven las autoridades civiles y religiosas. Si exceptuamos el caso de Uruguay, que se anticipó en el camino de secularización, la posición general de los gobiernos independientes fue exigir el Patronato. La política general seguida por los nuevos gobiernos fue la de entablar relaciones directas con Roma (ver “Relaciones con la Santa Sede”, en pág. 15). Roma está comprometida con Madrid y la Santa Alianza, pero poco a poco se tomará sus libertades. Con esto se perseguían 2 fines: el reconocimiento indirecto de la independencia y la subordinación oficial y real de la Iglesia por el sistema de Patronato nacional. 2. Relación de los Estados con la Iglesia - En Argentina, la religiosidad de Belgrano, de San Martín o de Pueyrredón, contrastaba con el liberalismo de Rivadavia. 17 clérigos y 32 religiosos fueron expulsados del país por ser “realistas”. La injerencia del Gobierno en la vida de los conventos quebrantó aún más la ya indisciplinada vida religiosa. Ya en la Asamblea de 1813 el Gobierno se había atribuído todos los poderes patronales; los hospitales religiosos pasaron a manos de los seglares; la Inquisición fue suspendida; se declaró independientes de toda autoridad extranjera a los religiosos; no podían profesar menores de treinta años, etc.. Sin embargo, esa Asamblea, en
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Desembarco de los 33 Orientales
el artículo 19 declaraba: “La religión católica, apostólica y romana es la religión del Estado”. Fue durante el gobierno de Bernardino Rivadavia que se abolió el fuero personal del clero, se suprimió el diezmo, y se cerraron los conventos con menos de 16 miembros. La Reforma eclesiástica de Rivadavia (1826) produjo la casi desaparición de los religiosos. Juan Manuel de Rosas (1835-1852), que era conservador, trató a la Iglesia con respeto. Invitó a los jesuitas a volver al territorio nacional. Sus partidarios llegaron a proclamar el lema “religión o muerte”, en su lucha por la unidad nacional; sin embargo, se valieron de medios dictatoriales, como la tristemente célebre mazorca (una organización utilizada como fuerza de choque y como poderosa fuerza política dentro del gobierno rosista). Los caudillos dominaban las diversas provincias, y uno de ellos, Urquiza, unido a otras muchas fuerzas, derroca a Rosas. La Constitución de 1853 dice: “La religión católica, apostólica y romana es el culto de la nación argentina”. Será con el triunfo de Buenos Aires -gracias a Bartolomé Mitre en 1861- cuando la ruptura con el pasado se comenzará a producir. - En Colombia y Venezuela -área donde trabajó especialmente Bolívar- el problema religioso fue una de las causas de la separación de ambas naciones. En 1811 todos los jefes de la independencia habían jurado “defender con sus personas y con todas sus fuerzas los Estados de la Confederación venezolana y conservar y mantener pura e ilesa la Santa Religión Apostólica Romana, única y exclusiva de estos países”; pero luego, la influencia de las logias masónicas produjo la división de la Gran Colombia de Bolívar. - En Brasil la habilidad política del rey de Portugal, con la creación del Imperio del Brasil bajo Pedro I, permitió a la colonia lusitana alcanzar de hecho la independencia sin crisis ni guerra. Esto explica la actividad constitucional de Brasil, su coherente política extranjera y la lenta conquista de la cuenca del amazonas, tierra de nadie en el siglo XIX. Mientras sus vecinos (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Paran. 205
guay, Argentina y Uruguay) se desgastaban en la lucha por la organización nacional, Brasil avanzaba hacia la “conquista del lejano oeste”. En una etapa posterior, frente a vertientes más liberales, la situación de la Iglesia y el Estado cambia notoriamente. Pedro II que toma el poder con seis años cuando Pedro I abdica en 1831, es un emperador, católico en su fe, pero profundamente monárquico y absolutista en el ejercicio del poder: la Iglesia debe subordinarse al Estado. Los mismos miembros de la Iglesia pertenecían a la masonería, por lo cual, cuando Pío IX la condenó, produjo un gran levantamiento de la opinión contra el papado. La Iglesia se situó entonces ante tres polos: el Estado que ejercía el Patronato de Portugal, los partidos liberales y la masonería (las Irmandades que comenzaron desde 1872 una gran campaña antieclesial). - En México (1824-1857) toman el poder los liberales. Confiscan las tierras de la Iglesia, prohíben toda subvención del Gobierno a las parroquias, el matrimonio será civil y la Iglesia católica no es ya la religión del Estado. - En Uruguay, declarada la independencia en 1825, los primeros años de la nueva república fueron convulsionados por la contienda entre Blancos y Colorados (la Guerra Grande, a partir de 1830). Una de las figuras eclesiásticas que se destacaron en este período fue la del pbro. Dámaso Antonio Larrañaga, un diplomático que actuó en el nacimiento del Uruguay como nación. Sucesivamente, cuando el libre comercio con Inglaterra y Francia introdujo tempranamente las ideologías europeas, se fue constituyendo una elite liberal que gobernará el país por largos años. Después de la creación de la diócesis de Montevideo en 1878, y su primer gran obispo Jacinto Vera (ver pág. 21), se destaca la figura de Mariano Soler, tercer obispo y primer arzobispo, que será un gran interlocutor de la intelectualidad liberal que se estaba imponiendo en el país. 3. Hacia la separación Iglesia-Estado Como resumen de todo este período inicial de las nacionalidades, podemos decir que la Iglesia sufrió la más grande de sus crisis, y al mismo tiempo que los Estados políticos comenzaban una nueva etapa en la que deberían buscar su nuevo “modo de ser”. El inicio de una actitud más liberal por parte de los Estados latinoamericanos, se verá acentuado hasta llegar a estados abiertamente laicos y plurireligiosos, en lo administrativo, aunque aún cristianos en cuanto a sus habitantes. Los gobiernos, aunque de inspiración liberal, eran conservadores en su fondo, y las medidas antieclesiales no significaban una persecución, sino reformas -como se las Ilamó en su época- que los gobiernos realizaban en el uso del Patronato. Todavía la aspiración de todos los gobiernos es ser reconocidos por el papado, mirado desde América como la mayor fuerza espiritual europea. n. 205
Palabras Claves
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Patronato: conjunto de privilegios (como el derecho de nombrar a los obispos locales) que los Papas concedieron a los Reyes de España y Portugal a cambio de que estos apoyaran la evangelización. Los nuevos gobiernos independientes no podían permitir que España hubiera ejercido el Patronato y ellos no; era una cuestión de poder y de prestigio.
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Dámaso Larrañaga:
(1771-1848). Junto con otros curas patriotas apoyó la lucha de Artigas y a raíz de eso, fue expulsado de Montevideo en 1811. Fue delegado a la Asamblea Constituyente de 1813 en Buenos Aires, llevando las Instrucciones del año XIII. En el ocaso de la causa artiguista, Larrañaga se unió a la dominación portuguesa, como diputado al Congreso Cisplatino. En 1824 fue nombrado Vicario Apostólico, y su rol fue acatado por todos y por encima de la discordia, en los tiempos de la Guerra Grande. Además de su actuación religiosa y político-diplomática, se ocupó de trabajos científicos, fundó la Biblioteca Nacional, y la primera Universidad del Uruguay. La Universidad Católica del Uruguay lleva su nombre.
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Mariano Soler: (18461908), fue un intelectual destacado en ciencia y filosofía, un férreo defensor de la institución eclesiástica. Fue electo diputado de la república. En 1891, fue elegido como tercer obispo de Montevideo. En 1897 León XIII erige el Arzobispado de Montevideo, y Soler se convierte en el primer arzobispo del Uruguay. Recorrió América y Europa, y viajó en seis ocasiones al Vaticano. En 1908, al regreso de su último viaje a Roma, muere en Gibraltar. Preguntas: ntes dos Independie los nuevos Esta en é qu ? or al ic ¿P 1. ti-cler o el espíritu an fue prevaleciend y de confrontación n los puntos de ado so ic s la le el uá y r ¿C 2. Mariano Sole o sp bi zo Ar el ed con la soci ad diálogo que o mantuvieron gl si de fin de católico ay? civil del Urugu
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B. Vida en la Fe
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Un cristianismo “racionalista” En 1861, algunos católicos que defendían una posición racionalista (¿o masónica?), dirigiéndose al Vicario Apostólico Jacinto Vera desde el diario La Prensa Oriental, afirmaban: “A la Iglesia y a la Religión no hemos atacado ni lo haremos nunca; ni lo permitiremos tampoco en nuestras columnas. Somos Católicos, Apostólicos, Romanos, y tan buenos cristianos como Su Señoría Ilustrísima y Reverendísima (=Vera), dicho sea con todo el respeto y veneración que profesamos al jefe de la Iglesia. Pero lo declaramos, que no somos fanáticos ni intolerantes, que respetamos todas las creencias, siendo muy celosos defensores de las nuestras... Para nosotros los Jesuítas no son la Iglesia ni la Religión, son hombres como nosotros y como nosotros propensos al error”.
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Apor te y rruptur uptur a de la Ig lesia ur ugua ya porte uptura Iglesia urugua uguay con el mundo intelectual A diferencia de otros centros latinoamericanos, cuyas universidades existieron desde muy temprano en el período colonial, la Universidad uruguaya fue obra del nuevo Estado. Fue Larrañaga, influyente parlamentario en la nueva República, y primer Vicario Apostólico de su Iglesia, quien tomó la iniciativa para hacer aprobar una ley que creaba en Montevideo nueve cátedras de enseñanza superior, que formarían la Universidad en 1849. Su primer rector fue el entonces Vicario Apostólico del Uruguay, el cura Lorenzo Fernández. El cura Luis José de la Peña, argentino emigrado al Uruguay, ocupó la cátedra de filosofía. Pero, poco a poco la enseñanza de la filosofía tomará el espíritu racionalista, antidogmático y anticatólico. La Universidad es, a la vez, formadora de la mentalidad del grupo intelectual dirigente, caja de resonancia que recoge las nuevas tendencias filosóficas e ideológicas. El predominio del espiritualismo ecléctico francés (propuesto en la cátedra de filosofía del Dr. Plácido Ellauri desde 1852 hasta 1888) tuvo como frutos: el romanticismo en literatura, el principismo en política, el deísmo racionalista en religión, el laicismo en el orden educacional, el libre pensamiento y el anticlericalismo. Todo esto causó una recia polémica con la Iglesia. La acción de Vera, primer obispo uruguayo, fue un esfuerzo enorme por dotar a la Iglesia particular de las mínimas estructuras necesarias para una presencia pastoral eficaz, con las que había contado sólo en forma rudimentaria en la época colonial: una jerarquía establecida, un clero nacional suficientemente culto e idóneo, misiones rurales, una organización del laicado, una prensa católica. Todo ello realizado con una orientación de estrecha y absoluta adhesión al Papa, única garantía real de independencia para esa pequeña Iglesia particular ante el poder político. Los gritos de alarma de los racionalistas contra el “peligro clerical” son el fruto de posiciones principistas. La Profesión de fe del Club Racionalista, en 1872, es un verdadero símbolo de fe, con sus respectivos cánones y anatemas. Allí se da la ruptura formal entre la Iglesia y los intelectuales.
Anillo con símbolos masónicos.
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La influencia del positivismo en Uruguay Ángel Floro Costa y José Pedro Varela realizan entre 1873 y 1876 una crítica exhaustiva a la Universidad y su filosofía dominante, en nombre de la ciencia y con el telón de fondo de las recientes teorías evolucionistas. Resistidos en un principio, tanto por los espiritualistas como por los católicos, los positivistas tienen la oportunidad de pasar de la crítica a la acción en el período militarista. Los positivistas obtienen importantes resultados: en 1877, la Ley de Educación Común, da lugar a un profundo cambio en la educación del país. La acción del obispo Jacinto Vera se opone radicalmente a estas tendencias, y alarma a los anticlericales, que hablan de la “avalancha católica”, que amenaza el progreso del país. Frente a ello, la Iglesia Católica en los años sucesivos tendrá la ardua tarea de defender su derecho a existir con honor. José Pedro Varela, impulsor de la Educación laica, gratuita y obligatoria.
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Más evolucionado que el “evolucionista” En tono un tanto arrogante, el rector positivista de la Universidad, Vázquez Acevedo, afirmaba: “...Nos sentimos inclinados a las grandes innovaciones. Las ideas avanzadas, las reformas atrevidas nos seducen... En pocos países la teoría moderna de la evolución ha hecho más rápido camino que en nuestra pequeña república. Mientras viejas naciones europeas todavía ponen trabas a las verdades que el eminente Darwin ha enseñado, nosotros nos atrevemos a ir ...más lejos que el mismo sabio inglés”.
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n. 205
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C. Testigos de los tiempos
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Jacinto Ver a (1813-1881) era El 6 de mayo de 1881, en una posada del pueblo Pan de Azúcar, moría Jacinto Vera, el primer obispo uruguayo. Estaba lejos de su sede de Montevideo, en uno de sus numerosos viajes misioneros. Había nacido el 3 de julio de 1813 durante el viaje en el que sus padres, provenientes de las Islas Canarias, venían como inmigrantes al Uruguay, en busca de una tierra para su familia. La de Vera fue una vida de peregrino; una peregrinación espiritual que incluyó junto a los viajes misioneros, el destierro y la marginación. A los 19 años, después de una tanda de Ejercicios espirituales, sintió el llamado al sacerdocio. Luego de los estudios de Teología en el seminario de los jesuitas en Buenos Aires, en 1841 es ordenado sacerdote. De regreso a su patria, es nombrado teniente cura y después párroco de Canelones. En 1859 es designado Vicario Apostólico de Montevideo y empieza una difícil tarea de organización de la Iglesia uruguaya. En 1865 es consagrado obispo pero recién en 1878 se crea la diócesis de Montevideo y mons. Vera es nombrado su primer obispo. En 1870 participa en el Concilio Vaticano I; diez años después inaugura el primer Seminario de Montevideo. Recorrió varias veces el país con sus viajes misioneros y murió en Pan de Azúcar, el 6 de mayo de 1881. El procedimiento para llegar a la declaración de Jacinto Vera como santo fue empezado desde hace ya algunos años, pero tiene todavía muchas etapas para recorrer. Hay algunas gracias de curación de enfermos obtenidas después de la invocación a mons. Vera, pero antes de reconocer estas gracias como milagrosas hay que preparar un estudio documental histórico para presentar a las Causas de los Santos en Roma. Este estudio, llamado "Positio", debe ser una exposición completa sobre la vida y la obra de mons. Jacinto Vera.
Jacinto Vera, primer obispo de Uruguay. n. 205
Laura Vicuña Nació en 1891 en Santiago de Chile. Fue la primera hija del matrimonio de José Domingo Vicuña y Mercedes Pino. Su padre era militar y pertenecía a una familia de la alta sociedad chilena; su madre, venía de un estrato social más bajo, por lo cual no fue del pleno agrado de la familia de su esposo. A finales del siglo XIX, Chile se encontraba en una Guerra Civil y de Sucesión. En uno de los bandos en disputa se ubicaba Claudio Vicuña, un pariente lejano de José Domingo, quien se postulaba a ser sucesor del presidente José Manuel Balmaceda. Sin embargo, al Vicuña no poder acceder al cargo, comenzó una persecución contra toda la familia Vicuña, obligándola a buscar rutas de exilio fuera del país. José Domingo murió, dejando a su esposa y a sus hijas sin fondos, sin un futuro claro. Como una medida desesperada, deciden ir a Argentina para ocultarse durante un tiempo, mientras terminaban los conflictos en Chile. Mercedes y sus hijas se establecieron en las proximidades de Neuquén. El dueño de la finca donde encontró trabajo presionó a la madre de Laura para que lo atendiera como una esposa, pero sin mediar un compromiso formal entre ambos. A cambio de ello, él costearía los estudios de sus hijas. Es así como Laura ingresa al colegio de las Hijas de María Auxiliadora, (salesianas), allí recibió su primera comunión en 1901. A pesar de su corta edad, ya poseía una gran madurez, lo cual le permitió conocer los problemas de su madre y notar cuán alejada estaba de Dios. Un día, y recordando la frase de Jesús: “No hay mayor amor que dar la vida por sus amigos”, Laura opta por entregar su vida a cambio de la salvación de su madre. Este ruego fue escuchado y a los pocos meses cayó enferma. El 22 de enero de 1904, murió Laura Vicuña Pino, quien entregó su vida para la conversión de su madre.
Últimas palabras de Laura
Antes de morir, Laura le pide a su madre: “Muero, yo misma se lo pedí a Jesús, hace dos años que ofrecí mi vida por ti”. Doña Mercedes, llorando, le responde: “Te juro, que haré lo que me pides”. Finalmente, Laura, sonríe y dice a su madre: “¡Gracias, Jesús, gracias, María!, ¡Adiós, Mamá, ahora muero contenta!”.
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5. Separación Iglesia-Estado A. Acontecimientos (1900-1950)
1. La nueva cristiandad Después de la guerra de Estados Unidos y España, por la independencia de Cuba, se hizo más clara la oposición al intervencionismo europeo, según la conocida máxima de la doctrina Monroe: “América para los americanos”. Terminado el intervencionismo europeo, son los Estados Unidos que comienzan a intervenir directamente en los países de la región (tutela de la independencia cubana, apoyo a la separación de Panamá de Colombia, invasión de Puerto Rico y Filipinas). Con el término “Buena Vecindad”, se buscaba asegurar el área de influencia estadounidense y su hegemonía como potencia frente a los demás países del continente. Desde 1936, Estados Unidos busca apropiarse de las materias primas del continente y de los mercados, iniciando una profunda penetración comercial, industrial y política. Una época turbulenta, marcada por los problemas sociales, los regímenes militares que suceden a los civiles, la crisis económica del 29 y sus hondas repercusiones sociales y el auge del fascismo y del nazismo europeos. En el nuevo mundo la civilización profana y pluralista se ha hecho presente; sin embargo, la Iglesia tiene, en gran medida, todavía todo el aspecto y las estructuras de la antigua nueva cristiandad colonial, y seguirá luchando por recuperar antiguos derechos. En América Latina siguen entrando las Congregaciones religiosas y los misioneros con el mismo estilo de cuando este gran territorio era una colonia. León XIII en 1889 convoca en Roma el I Concilio Plenario Latinoamericano, primer Concilio continental de la Iglesia católica. Se propone la reorganización de la Iglesia en América Latina, inspirada en la “Escuela de Roma”, tanto por la Teología como por el Derecho Canónico, tomando en general la postura de “conservar, defender, proteger la fe” sin pasar activamente a la difusión de esa fe. Pero lo más importante de esa reunión fue el renacimiento de la conciencia colegial del episcopado latinoamericano, fuente de todas las iniciativas que se realizarán en el futuro. En Uruguay la herencia de mons. Mariano Soler se expresaba en un grupo de intelectuales (como el Poeta de la Patria, Juan Zorrilla de San Martín) y gremialistas católicos que luchaban por una presencia activa de los cristianos en la sociedad civil...
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El card. Pacelli, delegado al Congreso Eucarístico Internacional de Buenos Aires (1934), en medio de la multitud de peregrinos en Luján.
2. El compromiso laical y la Acción Católica Para la historia de la Iglesia, la crisis económica mundial de 1929 tuvo repercusiones fundamentales. El pacto neocolonial entre América Latina, sus burguesías oligárquicas y las metrópolis (Inglaterra y Estados Unidos) llega al agotamiento. Los liberales toman el poder en 1930 en Brasil, en Argentina se produce el golpe militar; comienza en Venezuela el boom petrolero, y en general cambia el gobierno en casi todos los países de América Latina. La demanda internacional de productos primarios pierde su dinamismo como reflejo de la propia evolución de las estructuras de los países industrializados. El descenso del precio de las materias primas exportables a los países desarrollados produjo una incipiente industrialización, que permitió disminuir las importaciones. En la década de 1930 la Iglesia deberá adaptarse a un cambio profundo de las estructuras políticas y económicas. Desde Europa llegará la influencia de Maritain, lo que permitirá proyectar el ideal de una nueva cristiandad. Sobre dicho esquema, surgirá Acción Católica (ver pág. 24). Se consagraba así la “participación” de los laicos en el apostolado de la jerarquía (obispos y sacerdotes). De este movimiento nació en Bélgica la Juventud Obrera Católica, (JOC) con mons. Joseph Cardjin y su metodología pastoral del ver, juzgar, actuar. En Francia surgió la Acción Católica especializada que ponía el acento sobre la evangelización de los ambientes y la transformación de los condicionamientos sociales: de obreros, estudiantes, campesinos... todos estos movimientos tendrán una profunda influencia en la renovación del catolicismo latinoamericano. 3. La separación Iglesia-Estado Las relaciones Iglesia-Estado están marcadas en este periodo por la secularización progresiva, con algunas manifestaciones particulares, en cada Estado: n. 205
a) Con las pretensiones del Patronato por los jóvenes gobiernos nacionales, la Iglesia quedaba todavía subordinada a políticos a veces faltos de escrúpulos y prudencia. Los gobiernos liberales e incluso positivistas no renunciaban siempre a este poder sobre la Iglesia. Sin embargo, el movimiento mismo de la secularización termina por oponerse al Patronato. Tempranamente, en 1917 se separa la Iglesia del Estado en Uruguay, culminando el proceso de laicización del Estado. b) El despojo de los bienes económicos de la Iglesia. Los gobiernos, necesitando fondos, echaron mano de los bienes eclesiásticos y la Iglesia, de hecho, vivirá de la sola contribución de los fieles, en la mayoría de los casos. Los obispos, los sacerdotes no dependerán más de bienes inmuebles ni de sueldos del Estado (en la mayoría de las naciones latinoamericanas), lo que posteriormente permitirá una mayor autonomía. c) La pérdida del poder cívico-político. Ya desde 1850, la Iglesia había perdido -de un modo real- todo poder político. Los grupos liberales serán más opuestos a la Iglesia, mientras que los conservadores la apoyarán según las circunstancias. A veces aparecieron en el pasado algunos partidos políticos confesionales (como, en México, el Partido Católico en 1911); sin embargo, no llegaron nunca al poder efectivo. Sólo los partidos de inspiración cristiana, no confesionales, organizados a partir de la Segunda Guerra Mundial, significan una presencia real de la conciencia cristiana en la sociedad latinoamericana, al igual que los sindicatos y las elites obreras o universitarias cristianas (estas últimas son muy activas, conquistando la mayoría en muchas elecciones estudiantiles, como en el caso de muchas universidades de Chile, Argentina, Brasil, Bolivia, Perú, etc.). La Iglesia entra así positivamente en un régimen de civilización profana, aún no renunciando a sus manifestaciones confesionales como la grandiosa convocatoria del Congreso Eucarístico Internacional de Buenos Aires, en 1934 (ver pág. 24). d) Por fin, la implantación de la enseñanza laica, que se impuso en casi toda América Latina. Las universidades católicas nacen igualmente junto a las universidades estatales, pero la teología no es aceptada en el rango de las “ciencias”. En algunos países la Iglesia ha trabajado dentro de una doctrina de libertad de conciencia; no utilizando los organismos estatales para los fines de la Iglesia (que sería la actitud del régimen de cristiandad), sino buscando la libertad efectiva de una formación de la conciencia religiosa dentro de las estructuras educacionales del Estado. En el campo de la enseñanza, la Iglesia descubre nuevos medios, como la radio, las publicaciones, los diarios, etc. La secularización produce lentamente la libertad de conciencia, lo que significa para la Iglesia el descubrir y crear nuevas maneras para cumplir su labor en la sociedad pluralista. n. 205
Palabras Claves
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Secularización: el proceso de secularización no es necesariamente anticristiano, sino que es un fruto de la teología cristiana (Mc 12,17). En América Latina la secularización se realizó en este periodo de todos los modos posibles: desde la extrema violencia (como en Colombia o en México desde 1917 en adelante) o del todo pacíficamente (como en Chile en 1925).
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Laicización del Estado:
En Uruguay, frente al proceso de modernización y laicización del Estado, la Iglesia desarrolló una estrategia para reconquistar los espacios perdidos en la vida social a través de los Congresos Católicos: en el tercer Congreso (1900) por primera vez se pensó organizar a los católicos alredeZorrilla de San dor de un partido político. El cuarMartín, director del to Congreso (1911) organizó el diario católico laicado católico alrededor de tres El Bien Público. uniones: la Unión Social, la Unión Económica y la Unión Cívica. Otra institución, el Círculo Católico de Obreros (de atención de salud) realizaba congresos afines. Este proceso de actuación paralela a las propuestas del Estado encontrará su apogeo en 1917, con la separación de la Iglesia y el Estado. En este marco de separación, además del control de los nacimientos y de las defunciones (ley de cementerios) se establecerá el Registro Civil de matrimonio, la laicización de la enseñanza, de la salud y de otros rituales cívicos (supresión de fiestas religiosas, cambio de nombres a 30 ciudades que tenían nombre de santos, etc.). El Estado, integrado también por varias corrientes inmigratorias, proveía a todas las necesidades (Estado Bienhechor) y se transformó en una “religión civil”.
Preguntas: na la munidad cristia as trajo a la co aj nt ve ué ¿Q ? 1. tado la Iglesia del Es separación de la “nueles rasgos de an los principa er s e? le br m uá no ¿C te 2. ó es y por qué recibi va cristiandad” una ivindicación de tiende hoy la re en se o óm ¿C 3. uita? ica, laica y grat en co ns id er ar se enseñanza públ de ue ¿p a lic tó ca ón ci itu st U na in gratuita? pública, laica y algún sentido
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B. Vida en la Fe
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Acción Católica En América Latina la fundación de Acción Católica fue precedida de muchas obras oficiales en casi todos los países: círculos obreros, la Unión Católica Obrera, sindicatos agrícolas, cajas de préstamos... La Iglesia comenzaba a comprender su función en la sociedad contemporánea: junto a un sector más social y reformista, se encontraban otros sectores conservadores y antiliberales. En 1929 se crea Acción Católica en Cuba; en 1930, en Argentina; en 1934, en Uruguay; en 1938, en Bolivia. La Acción Católica desempeña un papel en América Latina que no ha realizado de ningún modo en Europa o en los otros continentes. El laico toma con plena responsabilidad la totalidad del problema eclesial, hasta tal punto que, a todo laico latinoamericano que viaje a Europa, le choca en gran manera el “clericalismo” de estas Iglesias y la función secundaria y pasiva del laico en las comunidades eclesiales europeas. En 1934, por ejemplo, fueron 600 los jóvenes reunidos en la Asamblea Nacional de los Jóvenes de Acción Católica Argentina (JAC); en 1943 -en Mendoza- contaban ya con 8.000. La JOC brasileña tenía en 1953 quince mil miembros; en 1961 cuenta con 120.000 miembros en más de 500 secciones. La JUC (universitaria) ha dado nacimiento a diversos movimientos de opinión cristianos promotores de grandes cambios y que paulatinamente ganan las elecciones en Chile, Argentina, Brasil, Perú, incluso Bolivia, etc. La Acción Católica ha originado una elite pequeña pero consciente, muy bien formada y coordinada.
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Acción social y vida contemplativa Con la encíclica Rerum Novarum de León XIII (1891) empieza una nueva línea de reflexión magisterial, llamada “Doctrina Social de la Iglesia” (ver Umbrales 195). Los documentos sociales de los papas suscitaron un nuevo espíritu en la Iglesia Latinoamericana, dada la profunda sintonía entre la temática social y la realidad del continente, sin dejar de mencionar la tradicional preocupación social de la Iglesia. Los documentos papales se leían y comentaban, y aunque pudiera parecer una exageración, la Rerum Novarum fue tenida como un documento revolucionario. Particularmente inspiradores resultaron ser para los movimientos de laicos, como Acción católica y la JOC, así como las nuevas fuerzas políticas que se alejaban de los partidos conservadores. Un signo que puede señalar con claridad esta profunda recepción de las enseñanzas papales es la figura de san Alberto Hurtado en Chile, quien luchó por aplicar los documentos papales a la realidad del país, a pesar de la oposición de algunos sectores conservadores de la Iglesia chilena.
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Escudo de la AC femenina de Chile.
La vida contemplativa no ha sido, ni es, exclusiva de los monasterios. Muy por el contrario, la oración profunda y personal se encuentra en los grupos de militantes laicos, muy minoritarios pero existentes, en los movimientos de familias cristianas, entre los sacerdotes y religiosos. El p. Hurtado escribió el libro ¿Es Chile un país católico? mucho antes que Godin pensara escribir France, pays de mission?. Hurtado era ciertamente un contemplativo en la acción; fue él quien hizo ver a los Hermanitos de Charles de Foucauld la importacia de su presencia contemplativa en América Latina.
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El Congreso Eucarístico Internacional Este Congreso Eucarístico Internacional de 1934 fue un momento fuerte del Catolicismo en Argentina, y se dio en el marco de una notable expansión de colegios religiosos y de un aumento considerable de las parroquias en todo el país. Con el golpe militar de Uriburu, los católicos vieron la necesidad de volver a influir más fuertemente sobre la sociedad. En este Congreso Eucarístico, la Iglesia logró convocar a cientos de miles de hombres y mujeres; estuvo presente el secretario de estado del Papa, el card. Eugenio Pacelli. Había una creciente demanda religiosa por parte de muchos que frente al fracaso de la política liberal, encontraban en la Iglesia Católica su identidad nacional como católicos y argentinos al mismo tiempo. El catolicismo social quedó bastante al margen, frente al integrismo dominante. El catolicismo pasó a ser sinónimo de nacionalidad. El signo exterior de esa identificación pasó a ser cada vez más las masivas peregrinaciones al Santuario de la Virgen de Luján. En octubre de ese año (1934), el país es consagrado al Corazón de Jesús. Las banderas argentina y vaticana comienzan a hondear juntas en las ceremonias públicas; obispos, generales y funcionarios públicos comparten el mismo palco. Ese mismo año, el Vaticano nombró al obispo Santiago Copello como primer cardenal latinoamericano. Multitud participante en el Congreso Eucarístico Internacional, Buenos Aires (1934).
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C. Testigos de los tiempos
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Alber to Hur tado (1901-1952) fue un sacerdote Alberto Hurtado jesuita chileno, fundador del Hogar de Cristo. Fue canonizado en 2005 por Benedicto XVI. Es considerado en Chile como el patrono de los trabajadores y del sindicalismo. Nació en una hacienda de la ciudad Viña del Mar en el seno de una familia de la aristocracia vasca chilena, hijo de Alberto Hurtado Larraín y Ana Cruchaga Tocornal. Inició su trabajo con los más pobres de la ciudad cuando entró a trabajar en el Patronato anexo a la Parroquia de Andacollo. Alberto trabajaba en la secretaría, la dirección de la biblioteca y la caja de ahorro de los alumnos de la escuela y del Centro Obrero. Posteriormente, estudió Derecho y trabajó en El Diario Ilustrado, un conservador periódico santiaguino. Su tesis para obtener el título de abogado trató del “Trabajo a domicilio”, donde mostró la situación y malas condiciones en que efectuaban el trabajo a domicilio, las costureras. En 1923 se recibió de abogado. Sin embargo, su vocación religiosa lo llevó a ingresar, en 1923, a la Compañía de Jesús. Su instrucción la inició en el Noviciado de los jesuitas en Chillán, luego recorrió Argentina, España y Bélgica. El 24 de agosto de 1933 fue ordenado sacerdote, en Bélgica, donde recibió el doctorado en Pedagogía en 1935. A su retorno en Santiago, su trabajo se concentró en acercar la Iglesia a la juventud y a los más pobres. En 1941 fue nombrado asesor de la Acción Católica Juvenil, por el card. Larraín. Luego de su participación en el mundo juvenil, se dedicó a ayudar a los más pobres. Así, comenzó una campaña, principalmente en el diario El Mercurio que llevó a la fundación del Hogar de Cristo. En octubre de 1951 fundó la revista Mensaje como una forma de difundir la doctrina social católica. El 18 de agosto de 1952 falleció a los 51 años a causa de un cáncer de páncreas. Sin embargo, su muerte no implicó el fin de sus enseñanzas y mensajes. El Hogar de Cristo se volvió la institución de beneficencia más grande del país y se volvió un ícono para los jóvenes, pobres, ancianos y obreros. El Gobierno de Chile declaró el 18 de agosto como el “Día de la Solidaridad”.
"Amen a los pobr es, pobres, por que el pobr porque pobree es Cristo". "Contento, Señor Señor,, Contento". san Alberto Hurtado. n. 205
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Francisca Rubatto (1844-1904) Nacida en Turín, fue educada por su madre, una mujer de gran fe, de ella aprende a abrir su corazón a los más necesitados especialmente a los que viven cerca de la familia, tanto que se tiene que frenar su generosidad. Siendo adolescente se consagra a Dios para serBeata Francisca Rubatto virlo en los más pequeños. En 1863, después de la muerte de su madre, Francisca se inserta entre los marginados, afirmando su sensibilidad hacia el mundo de los pobres y su deseo de dedicarse a servirlos plenamente. En 1884 durante sus vacaciones socorre a un joven obrero herido en la cabeza. En este episodio Dios se le revela con una sorprendente llamada: ser la fundadora de una nueva Comunidad religiosa. El 25 de enero de 1885 se consagra a Dios con el nombre de María Francisca de Jesús. En 1897, con ardiente fervor misionero la Madre Francisca viaja a Montevideo, y funda su obra en Uruguay. Más tarde en Buenos Aires y Rosario (Argentina) funda los oratorios festivos para enseñar a amar y servir a Dios; abre escuelas para la educación y promoción de niños y adolescentes, sirve a los enfermos. En 1899, viajó con 6 de sus hermanas al Nordeste brasileño. Allí 6 de sus hijas “como grano fecundo en el suelo” dieron su vida por sembrar el Evangelio. Ellas serán declaradas por el papa León XIII, las proto-mártires del siglo XX. Muere en Montevideo en 1904 y es sepultada en el cementerio de La Teja, lugar de su servicio misionero en el Uruguay, en su testamento había pedido: "Mi cuerpo sea sepultado en medio de mis queridos pobres". Es beatificada por el papa Juan Pablo II en 1993 en Roma, saludándola como “Primera Beata Uruguaya”. "La Iglesia te saluda hermana María Francisca, fundadora de las Hermanas Capuchinas, que hiciste de tu existencia un continuo servicio a los últimos"...
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6. La Iglesia y las dictaduras
El cura villero Carlos Mugica, asesinado en 1974.
A. Acontecimientos 1. Iglesia y movimientos revolucionarios Bajo el pontificado de Pío XII culminó la época de la neo-cristiandad, en la que también los laicos empezaron a influir activamente en la sociedad, sobre todo en la década 1950-1960, con la “Acción Católica especializada” que se organizó en grupos que buscaban evangelizar los distintos ambientes sociales, con el lema: “Ver, juzgar, actuar”. En estos grupos ya hay un planteamiento de transformación social al servicio de las clases populares. Mientras tanto como consecuencia de los cambios económicos-políticos producidos por la Segunda Guerra Mundial, se daba en América Latina una ola de gobiernos caudillistas y populistas. En una primera etapa la Iglesia en general guardó una equívoca buena relación con estos gobiernos. Especial es el caso de Argentina, donde el general Juan Domingo Perón tuvo el apoyo expreso de la Iglesia por su anunciada aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia; cuando la Iglesia vio reducida su capacidad de acción, se distanció del líder y apoyó su destitución en 1954. En 1959 se imponía la Revolución Cubana y sus líderes (sobre todo el Che Guevara), influyeron en el surgir de los movimientos revolucionarios en todo el continente. Algunos cristianos, como el sacerdote colombiano Camilo Torres, optaron por la violencia guerrillera, en nombre de una “caridad eficaz”. Otros, como en Chile, optaron por las reformas sociales. 2. Cristianos en la transformación social - En Brasil la Iglesia estuvo más organizada que en otros países; ya en 1952 el obispo Helder Cámara impulsó en la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) un plan orgánico de pastoral de conjunto. El educador cristiano Paulo Freire alcanzó un éxito enorme con su método de alfabetización concientizadora. Después del golpe militar de 1964, la CNBB fue asumiendo una posición cada vez más valiente y crítica contra la tortura y los atropellos represivos. - En Uruguay, en 1961, salió la carta pastoral “Algunos problemas del agro” del entonces obispo de Tacuarembó, Carlos Parteli. Ya arzobispo de Montevideo, fue autor de otra famosa carta, la de Adviento de 1967, en ella decía: “Hemos vivido mucho tiempo de espalda al continente... Debemos luchar juntos con nuestros países hermanos para la construcción de una patria grande”. Más tarde, durante la dictadura, los mi-
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litares lo acusaron de ser un ideólogo de la subversión. - En Argentina durante la dictadura de Onganía, surgió el Movimiento de los Sacerdotes para el Tercer Mundo, con el apoyo de algunos obispos como Alberto Devoto, Enrique Angelelli, Antonio Brasca. El Movimiento sacudió a la Iglesia y a la sociedad argentina con sus actos, proclamas, ayunos y protestas. El asesinato de la figura carismática del padre Carlos Mugica en mayo de 1974 por un supuesto sicario de la “Triple A”, hizo que lentamente se disolviera. Las décadas del setenta y del ochenta son las décadas en las que se militariza el continente con el pretexto de la lucha contra el comunismo en coordinación estrecha entre los ejércitos latinoamericanos y el apoyo del gobierno de Estados Unidos. 3. La conferencia de Medellín En América Latina se había recibido con entusiasmo por los sectores más abiertos de la Iglesia la renovación teológica y pastoral del Concilio Vaticano II (19621965), pero enseguida se vio que eran otras las urgencias del “Tercer Mundo”. Fue el obispo chileno Manuel Larrain que en la tercera sesión del Concilio, como presidente del Celam, lanzó la idea de convocar una asamblea de obispos latinoamericanos para aterrizar el Concilio en América Latina, siguiendo la línea de la “Iglesia de los pobres”. La idea se concretó en 1968 con la gran asamblea de Medellín (Colombia). En pleno auge desarrollista de la Alianza para el Progreso, los obispos interpretaron que nuestro continente no era simplemente un continente pobre sino empobrecido. Medellín habla de “liberación” a partir de la perspectiva de los países pobres. Se pide una liberación del pecado personal pero también social (es decir de todas las estructuras de opresión) para poder alcanzar un auténtico desarrollo. A nivel pastoral se promovieron las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs), que se reúnen alrededor de la Palabra de Dios y enfrentan juntas los problemas vecin. 205
nales y sociales, los pobres mismos son los protagonistas de la evangelización. Entre los obispos que más influyeron en Medellín estaban Leónidas Proaño de Ecuador, Paulo Evaristo Arns de Brasil, Sergio Mendez Arceo de México, Eduardo Pironio de Argentina... 4. La Iglesia y las dictaduras En la década del setenta (en 1973 en Chile y Uruguay, en 1974 en Bolivia, en 1976 en Argentina...) las Fuerzas Armadas asumieron el poder absoluto en varios países, imponiendo leyes drásticas no sólo contra la “subversión”, sino contra la democracia. - En Uruguay, la Iglesia no colaboró con la dictadura; por el contrario, le fue hostil y se resistió con valor. Sufrió persecución en varios de sus miembros y el obispo de Salto, Marcelo Mendiharat, acusado falsamente de subversión, tuvo que marchar al exilio en Argentina hasta el final de la dictadura. - En Chile, además del obispo de Talca, Manuel Larrain, que desde la década del 60 publicaba una carta pastoral sobre el desarrollo económico integral, se destacó la figura del card. Raúl Silva Henriquez, que creó durante la dictadura la Vicaría de la Solidaridad, premiada en 1978 por la ONU. - En Brasil, como en Chile, Paraguay y Bolivia, la Iglesia se destacó por la defensa de los derechos humaPío XII Se publinos y una progresiva opción por los pobres. caron documentos proféticos contra la tortura y demás atropellos, en defensa de los trabajadores, indígenas etc. Hubo un activo grupo de obispos (Arns, Casaldáliga) que tomaron la defensa de los derechos humanos liderados por Helder Cámara que en aquel tiempo fue declarado “enemigo número 1 del régimen”. - En Argentina el proceso militar asoló al país (19761983). Los obispos que lideraron la Conferencia Episcopal y el Vicariato Castrense, respaldaron a las fuerzas armadas, inspirados en el nacional-catolicismo y una fuerte mentalidad integrista. Cuando se fue implantando el terrorismo de Estado, no faltaron documentos privados y también públicos denunciando la represión militar, la tortura y las violaciones a los derechos humanos, pero no se asumieron compromisos institucionales y sólo más tarde se reconoció esta debilidad frente a la dictadura y se pidió perdón. La lamentable actuación de ciertos obispos y capellanes militares no impidió que hubiesen algunos obispos, muchos sacerdotes, religiosas/os y laicos que levantaran su voz profética, pagando muchas veces con el martirio. Las voces que más se oyeron en este sentido fueron las de los obispos Enrique Angelelli, Jorge Novak, Vicente Zaspe, Esteban de Nevares, Miguel Hesayne. A lo largo de todos estos años muchos cristianos en América Latina optaron por el camino de la no-violencia activa para hacer frente a la violencia institucionalizada. n. 205
Palabras Claves
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“Algunos problemas del agro”, en esta
carta pastoral, el obispo de Tacuarembó, Parteli afirmaba: “La Iglesia reclama justicia social. Aquí los animales son mejor tratados que los niños”; y se refería a los campesinos sin futuro y a los “pueblos de rata”. La carta fue comentada en el mismo Parlamento, y citada en el Vaticano II, en “Gaudium et Spes”.
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Perdón sin olvido: En el año 2000, en el marco del Jubileo, la Conferencia Episcopal Argentina, reunida en Córdoba, por boca de su presidente Estanislao Karlic pidió perdón “por los pecados contra los derechos humanos, por los silencios responsables...”. Con el documento “Iglesia y Comunidad Nacional” (1981) y en ocasión de la guerra de Malvinas, la Conferencia Episcopal Argentina en sus documentos se declaró por una salida democrática, abogando por una reconciliación. Para muchos sin embargo pareció un manto de olvido.
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Enrique Angeleli obispo de La Rioja, pastor cercano al sufrimiento de su gente, hizo brillar la verdad y la justicia. Su meta estaba clara, ya en su primer mensaje a toda la diócesis: “Oren para que sea el obispo el amigo de todos. El obispo no trae segundas intenciones, tiene una sóla: servir y amar”. Otros lemas suyos muy conocidos son: “Un oído al pueblo y otro al Evangelio” y “Hay que seguir andando, nomás”. Fue asesinado el 4 de agosto de 1976. Preguntas: en el las dictaduras s de plomo” de enrim pe ex ha 1. En los “año idad cristiana un m co sha la , y te continen calumnias de persecusión, e s qu to en ce re om pa m tado rnos. ¿Te contrastes inte de y s ón to si fru vi o di id de uc ta prod ta época haya el balance de es ? lio ge an Ev al mayor fidelidad lesia Latiartirial de la Ig m ia or st hi a rg st im on io s qu e 2. De la la le s so n lo s te uá ¿c ia, an ic no am er iso en tu comun ado el comprom oc ov pr n ha más da d?
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B. Vida en la Fe
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El testimonio de los már tir es mártir tires Después de la masacre de los cinco religiosos Palotinos en la iglesia de San Patricio (Buenos Aires), el 4 de julio de 1976, el superior general de esa Congregación p. Ludwig Mundz escribió: “Nuestros cinco hermanos son verdaderos mártires porque fueron testigos de la fe en Jesús, porque sabían que ser fieles a Cristo y a su Palabra significaba arriesgar la vida en un momento trágico de la historia”. En el 11º aniversario de su asesinato, otro superior Palotino, el p. Juan Mannion declaró: “Aquí en nuestra patria asistimos al doloroso espectáculo de una Iglesia oficial que se rehúsa, pareciera ser, a asumir el martirio y el testimonio de obispos, sacerdotes, seminaristas, religiosas y laicos”. En efecto una investigación hecha por Emilio Mignone enseguida después de la dictadura, en el libro “Iglesia y dictadura”, calculaba que hubo más de veinte obispos y sacerdotes asesinados, sin contar religiosas y religiosos, seminaristas y laicos. Mignone, que fue un laico católico comprometido y que tuvo una hija catequista desaparecida, afirma: “La Iglesia Católica sufrió un verdadero martirologio, negado por sus máximas autoridades; curioso caso de una Iglesia que niega a sus mártires”. No fue así en otros países como en Guatemala donde los obispos enviaron a Roma un largo listado de mártires en su mayoría catequistas, delegados de la Palabra, padres de familia, que dieron su vida en forma valiente a causa de Cristo y de su evangelio. Hubo un largo martirologio en toda América Latina; quizás las figuras más conocidas son las de los obispos Enrique Angelelli, Oscar Romero, y Juan Gerardi. Muchos sufrieron la cárcel, la tortura, el exilio. Puede decirse que todos ellos han sufrido por luchar en favor de la justicia y de los derechos humanos, siguiendo las exigencias de la fe.
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El a por te de la teolo gía la tinoamericana apor porte teología latinoamericana En 1971 el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, que había intervenido activamente en la Asamblea de Medellín, publicó el libro: “La Teología de la Liberación”. Se preguntaba: ¿Cómo decirle a los pobres de nuestro continente, al que vive en la miseria, al que nada cuenta y sólo sobrevive, que Dios lo ama? ¿Cómo traducir en términos concretos y creíbles para los pobres la esperanza cristiana? ¿Qué relación hay entre la salvación de Dios y el proceso histórico de liberación del hombre? Con este libro surgió la Teología de la Liberación, la principal corriente teológica surgida fuera de Europa, que se refiere al compromiso transformador de la sociedad. No se trata de una ideología política de marco cristiano; es “teología” y por lo tanto un discurso sobre Dios y su Proyecto. Nos revela un
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Los mártires palotinos de San Patricio.
rostro olvidado del Dios bíblico que es “padre”, un Dios de los pobres, que se hace liberador, al escuchar el clamor del pueblo oprimido. Él es el protector del débil contra el fuerte, del oprimido contra el opresor. Su proyecto es el Reino, que ya debe empezar en este mundo y donde los últimos son los primeros. La Teología de la Liberación no es neutral, en un mundo dividido en clases y grupos antagónicos; se pone al lado de los desheredados en los que ve el rostro de Cristo contra todo tipo de opresión y orienta a la acción. Esta Teología, muchas veces acusada de reduccionista y politizada, intenta superar el divorcio entre fe y vida denunciado en el Concilio y que en un continente mayoritariamente católico llegó a extremos escandalosos. Hubo dos documentos vaticanos sobre esta Teología: uno de 1984 (“Sobre algunos aspectos de la Teología de la Liberación”), donde justamente se rechazan las infiltraciones marxistas presentes en algunos autores, y uno de 1986 (“Libertad cristiana y Liberación”) donde se evalúan los aspectos positivos de esta Teología. En éstas intervenciones aclaratorias, el entonces card. Ratzinger especificaba que en esta Teología había expresiones “plenamente legítimas, otras criticables y algunas inaceptables”. Refiriéndose a las últimas (como en el caso de la corriente “Cristianos por el Socialismo”), añadía: “Hay que partir de la dimensión liberadora de la fe, sin dejarse contaminar por elementos extraños”. Los teólogos de la Liberación más conocidos, cada cual con sus matices distintos son además de Gutiérrez, Jon Sobrino, Juan Luis Segundo, Leonardo Boff, Ronaldo Muñoz, Segundo Galilea, Juan Carlos Scannone... Hoy, esta Teología está más atenta a los movimientos sociales (indígena, feminista, pacifista, ecologista..) que bregan para otro mundo posible, no sólo a nivel de América Latina sino también de África y Asia. A partir de la Teología de la Liberación ha nacido una Teología latinoamericana más definida en su identidad propia, en el contexto de la misión profética de las Iglesias del continente.
El sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, n. 205 fundador de la Teología de la Liberación.
C. Testigos de los tiempos
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Helder Camara (1909-1999) El descubrimiento de las favelas de Río de Janeiro, siendo obispo auxiliar, le cambió la vida. En el Concilio Vaticano II fue el alma del grupo de obispos y teólogos que se reunían alrededor del proyecto de la “Iglesia de los pobres”. Firmó el Manifiesto de los Obispos del Tercer Mundo, que se comprometían a vivir en la pobreza y a servir a los pobres. Al finalizar el Concilio escribió una carta a Pablo VI, sugiriendo que renunciara al estado del Vaticano, eliminara las nunciaturas y promoviera una profunda reforma de la curia vaticana. Quizás una respuesta vino de la encíclica sobre el desarrollo de los pueblos: la “Populorum Progressio”. En 1964 fue nombrado arzobispo de Olinda y Recife, lugar con un analfabetismo del 70% y donde los campesinos no llegaban a 40 años. Ante el hambre y la miseria, Helder Cámara dejó todo lujo y abandonó el palacio episcopal para vivir en un barrio pobre. Caminaba por la calle, tomaba el autobús, iba con una simple sotana y una pequeña cruz de madera. Lo llamaron “arzobispo rojo” por su defensa de los derechos de los pobres, a lo que él contestaba: “Los ojos de los pobres se abrirán con nosotros, sin nosotros o contra nosotros”. En 1968 ya era una figura conocida mundialmente; los militares le prohibieron hablar y su nombre no debía ni aparecer en la prensa. En 1968 un grupo paramilitar ametralló la fachada de su residencia. Se empezó a temer por su vida cuando en 1969 apareció asesinado su más cercano colaborador, el p. Enrique Pereira Nieto. Dom Cámara siguió denunciando en el extranjero que en Brasil se torturaba y mataba. En 1971 recibió un premio en la universidad de Friburgo y en esa ocasión manifestó: “No creo en la violencia armada, pero creo en la violencia del amor y de los que se dejan matar en su lucha por la justicia”. Después de varias propuestas para el Premio Nóbel de la Paz, el ayuntamiento de Oslo, le concedió en 1974 el Premio Popular de la Paz. Esta “voz de los que no tienen voz” siguió viajando para hacer conocer los dramas del sur del mundo. Llenaba estadios y plazas con su figura cordial y tierna, su amplia sonrisa, y sus grandes abrazos. Solía decir: “Cuando los sueños se sueñan solos, sueños son; pero cuando se comienzan a soñar juntos, se convierten en realidad”. Y en los momentos de desaliento: “Más oscura es la noche, más brillante será la aurora”. Murió a los 90 años en el barrio de Derby (Recife), en medio de su gente. n. 205
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Car los P ar teli (1910-1999) Carlos Par arteli Después de haber participado de las cuatro sesiones del Concilio como obispo de Tacuarembó, Parteli fue nombrado arzobispo de Montevideo en 1966. Su primera gran tarea fue organizar una pastoral de conjunto y elaborar junto a sacerdotes y laicos un proyecto de pastoral orgánica. La Carta de Adviento de fines del 67 fue un toque de alarma para todos, porque denunciaba la mala situación de los trabajadores e invitaba a los cristianos por un lado a superar la resignación y por el otro a no ceder a la tentación de la violencia. Llamó la atención pública su presencia en el sepelio del estudiante Liber Arce, cuando ya la represión estaba instalada, y luego cuando concurrió a la sede central del Partido Comunista, para participar del velatorio de ocho militantes asesinados. En el Encuentro SocioPastoral de 1968 en Montevideo, con la presencia de 512 delegados, se cuestionó cierto modelo tradicional de Iglesia que no se preocupaba de la incidencia de la fe en la vida social. Parteli, en estrecha unión con su clero, en los años sucesivos, denunció la doctrina de la Seguridad Nacional, los secuestros, la clausura de diarios, y defendió a la persona humana, fuera de la ideología que fuera. En los “años de plomo” el arzobispo era vigilado, su correo violado, su teléfono controlado. Hubo integrantes de la Iglesia torturados, encarcelados. Fue prohibida la procesión del Corpus Christi y clausurado el quincenario de la arquidiócesis. Cuando después de 10 años se pudo realizar el acto de los trabajadores del 1º de mayo, allí estaba Parteli como uno más junto a ellos. Iba a visitar a los presos, lo que no dejó de hacer con el mismo líder del Frente Amplio, Liber Seregni, recluido a lo largo de diez años en una cárcel. Al dejar su cargo, lo hizo de la misma manera en que lo había recibido: con modestia y sin bullicio. Se retiró en silencio y se dedicó al estudio, a la oración y al acompañamiento espiritual de los más jóvenes. Murió el 26 de mayo de 1999, en los umbrales del nuevo siglo. Perdón y Justicia Conquistada la democracia Parteli pidió a todos:
“conciliar el per dón con la perdón justicia, buscar la ver dad verdad sin espíritu de venganza, cerrar las heridas sin ocultarlas con la impunidad”.
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7. La Iglesia en un mundo globalizado A. Acontecimientos 1. La Conferencia de Puebla (1979) La Conferencia de Puebla tuvo lugar en 1979 bajo el lema: “La evangelización en el presente y futuro de América Latina”. Se desarrolló en una realidad dolorosa y extrema: el continente estaba sometido a dictaduras militares bajo la doctrina de la “seguridad nacional” y del “enemigo interno”, con graves consecuencias de opresión y violación de los derechos humanos. Los cristianos asumieron un compromiso político que llevó a muchos de ellos a vivir la prisión y hasta la muerte, como fue el caso de obispo de El Salvador Oscar Romero, asesinado durante la Misa, en 1980. Algunos sectores de la Iglesia apoyaban las dictaduras militares, mientras otros las combatían y creaban instituciones de ayuda como la Vicaría de la Solidaridad en Chile y la presencia de cristianos en la revolución Sandinista de Nicaragua. Se buscó preservar el espíritu de Medellín, de las orientaciones papales, especialmente de la Evangelii Nuntiandi de Pablo VI. Los aportes de la Conferencia de Puebla fueron: - Renovada denuncia contra la violencia institucionalizada en el continente y el crecimiento de la pobreza. - Llamada al compromiso con los pobres y oprimidos, viendo en ellos el rostro de Cristo. - La evangelización para fomentar el desarrollo y la liberación de los pueblos latinoamericanos, a través del mensaje y la acción liberadora de Jesús. - Orientación hacia una correcta “Teología de la Liberación” (n. 470-506 y 545). - Opción preferencial por los pobres y los jóvenes, en continuidad del espíritu de Medellín, como compromiso para la vida de toda la Iglesia Latinoamericana. - Fortalecer el papel de los laicos y las CEBs, confirmando el compromiso social y político de los cristianos, como consecuencia de su fe cristiana. 2. La Iglesia y el retorno a la democracia América Latina emprende la marcha hacia la democracia (Argentina en 1983; Brasil y Uruguay en 1985). Las dictaduras militares, que apoyaron la conducción de una economía neoliberal, frente al agobio de la deuda externa, el propio desgaste y las manifestaciones populares que comenzaron a surgir, se vieron obligadas a entregar el poder a los civiles, los que reorganizaron gobiernos democráticos.
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La Iglesia se encontró en una nueva situación: ya no fueron los desaparecidos y/o asesinados bajo la represión, sino la muerte lenta del pueblo por el hambre, la enfermedad y el analfabetismo... No fue fácil enfrentar el doloroso pasado reciente y afirmar las nuevas democracias y recomenzar el camino. La Iglesia vivió estos dilemas, buscando mostrar en medio de esta nueva realidad el mensaje permanente del Evangelio. - en Argentina la derrota de las Malvinas derrumba la dictadura militar. La apertura democrática llevará al episcopado, siempre conservador a manifestar su posición ambigua ante el juicio de los militares. En 1986, aparece el libro Nunca más, sobre las violaciones a los derechos humanos llevados a cabo durante la dictadura militar. Las “Madres de la Plaza de Mayo” acusan de traidores a la Patria a aquellos que piensan dar la amnistía (el “punto final”) a los crímenes de la dictadura. Es por ello por lo que en la visita de Juan Pablo II en 1986, el obispo de Viedma, Hesayne expresó al Papa que “en estos últimos años, en Argentina, ser fiel al Evangelio fue una aventura audaz, que ha llevado a muchos de nuestros hermanos a dar la vida por su fe”. El obispo de Neuquén, De Nevares, predica en contra del “punto final”. En 1987 se aprueba la ley de la “obediencia debida”. - en Brasil, en 1985, el nuevo gobierno democrático se enfrenta a una deuda gigantesca de 100.000 millones de dólares. Seguía la lucha por la tierra y el terror continuaba (asesinato del p. Exechiele Ramim en Mato Grosso, y del presidente de los campesinos de Cacoal, Adilio de Souza y otros 261 crímenes en conflictos por la tierra). Al año siguiente muere asesinado por los latifundistas el p. Josimo Moraes Tavares, de la Comisión Pastoral de la Tierra (Maranhao) y también el p. Mauricio Maraglio. - en Chile en 1984 la Conferencia Episcopal en un documento sobre “Evangelio, ética y política”, muestra la importancia teórica y práctica de la democracia. Después de 16 años de dictadura, ocho millones de n. 205
chilenos eligen un nuevo gobierno democrático. La Vicaría de la Solidaridad, quedó como ejemplo de una labor cumplida. - en Uruguay en noviembre de 1983 marcharon por Montevideo 400.000 personas en lo que se conoció como el río de libertad, buscando incidir en el lento proceso de democratización que se vislumbraba y que culminó con la vuelta a la democracia en 1984, después de 12 años de dictadura. 3. La conferencia de Santo Domingo. (1992) Esta Conferencia fue convocada con motivo de los 500 años de evangelización de Latinoamerica. La Iglesia sufrió un viraje hacia adentro, disminuyendo el compromiso social y político que los cristianos habían mantenido desde Medellín en adelante, aunque seguía la reflexión de la Teología de la Liberación, después de las Instrucciones de la Congregación para la doctrina de la Fe. Los principales aportes de Santo Domingo, fueron: - Renovación de la opción por los pobres y los jóvenes para toda la Iglesia Latinoamericana. - Valoración de las culturas en el proceso de evangelización. Llamado a la inculturación del Evangelio. - Valora el compromiso por la promoción humana, prefiriendo este concepto al de “liberación”. - Crítica a la sociedad de consumo y al capitalismo. - Interés por lo ecológico y el medio ambiente. El impacto de Santo Domingo fue mucho menor que el de Puebla. Se percibió una influencia exagerada de la curia Vaticana en el desarrollo de la Conferencia. 4. La Conferencia de Aparecida. En mayo de 2007 sesionó la Conferencia General del CELAM en Aparecida (Brasil). En un clima de confianza y de buena participación de las bases, el Papa Benedicto XVI abrió la Conferencia, siendo muy bien recibido por el pueblo. El clima de fe del santuario y la religiosidad popular, impresionaron a los obispos. El tema central elegido fue: “Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que en Él nuestros pueblos tengan vida”. Se confirmaron algunos valores fundamentales como: - La opción por los pobres avalada por la fundamentación cristológica del discurso de Benedicto XVI. - Las CEBs, acogidas después de la resistencia de algunos que no las querían mencionar. - La relevancia de nuevos sujetos: indígenas, afroamericanos, mujeres y migrantes. - La valoración de la Biblia y la cita del Concilio Vaticano II, como referencia indispensable para la Iglesia. - La recuperación del método ver-juzgar-actuar. - Aparecida hizo una propuesta amplia en la forma de una “Misión Continental” a ser llevada adelante por toda la Iglesia de América Latina, aunque la definición de cómo debería ser esta misión fue dejada a las Iglesias locales. n. 205
Palabras Claves
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Exechiele Ramim:
El 24 de julio de 1985 era asesinado martirialmente el comboniano p. Exechiele Ramim, en Ripua, Mato Grosso. Tenía 32 años, estaba comprometido con los más pobres. También fue muerto el presidente de los campesinos de Cacoal, Adilio de Souza, emboscados por los “matones” de los latifundistas. Todo tenía relación también con la tribu de los Suruís, que criticaba a la FUNAI de corrupción. El padre era activo en la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) en Rondonia. En el mismo sentido, desde 1975, mons. Moacyr Grecchi, obispo de Rio Branco, había lanzado la idea de celebrar una Asamblea General de la Comisión Pastoral de la Tierra. En 1985 tuvo lugar la VI Asamblea en Goiania (lugar donde se había celebrado la primera) participaron 180 personas.
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Misión Continental:
El 3er. Congreso Americano Misionero (CAM 3-COMLA 8) ha definido las pautas para la Misión Continental pedida por los obispos desde Aparecida. El lema del Congreso fue muy significativo: “Escucha, aprende y anuncia”. “La misión lo abarca todo. Hoy la misión Ad Gentes es equivalente a misión para la humanidad... Escruta los signos de la presencia del Verbo en toda cultura y en el camino general de los pueblos” (IT 189). En algunos ambientes preocupa mucho el éxodo de los católicos hacia nuevos movimientos pentecostales y hacia otros cultos. Si bien la misión quiere reafirmar la identidad y la propuesta cristiana, no puede considerarse como un simple proselitismo o afán de recuperar espacios perdidos. La misión “...es un proceso de constante renovación... y de abandono de las estructuras caducas”.
Preguntas: tu comunidad organizando en tá es se o óm 1. ¿C tal? isión Continen el tema de la M umir ese comocado para as nv co s te en si 2. ¿Te en nuestro conte de la Iglesia en an rm pe o is prom tinente? e nas de hoy qu s figuras cristia la n so ge s an le ev uá al 3. ¿C nto fiel en tu seguimie más te inspiran lio de Jesús?
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B. Vida en la Fe
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Viajes de los Papas a América
- Pablo VI: El 22 de agosto de 1968 el papa Pablo VI llegaba a Bogotá, Colombia, para inaugurar días después la II Conferencia General de Medellín. Era la primera vez que un papa vistaba tierra Americana, por ello la visita ha pasado a la historia con la máxima cobertura mediática de entonces. Eran tiempos difíciles: la primavera de Praga, en la ex república Checoslovaca, iniciada meses atrás era sofocada por los carros armados soviéticos. Frente a los campesinos, en una misa campal, los saludaba diciendo: ¡Salve, Campesinos colombianos! ¡Salve, trabajadores de la tierra en América Latina! Muy significativo fue el abrazo con una familia de pobres campesinos que le expresó al papa todo su dolor por la injusticia social que padecían. - Juan Pablo II: Después del histórico primer viaje de Pablo VI a América Latina, Juan Pablo II batió todos los records imaginables, al emprender 18 viajes en 25 países del continente. Empezó con un viaje a Centroamérica en 1979 y concluyó con el viaje a Canadá, México y Guatemala, en 2002. Algunos viajes tuvieron una significación especial. El 1 de julio de 1986, Juan Pablo II visitó Colombia después de la tragedia de la erupción del volcán Nevado del Ruiz, en Tolima. En el lugar de los hechos, frente a una gran cruz, el papa oró por los 25.000 muertos. Una semana antes se había dado el holocausto de 80 personas en la toma del Palacio de Justicia en Bogotá. En el año 1978, al comenzar su pontificado, había mediado en el conflicto del Beagle, entre Argentina y Chile: 9 años después, en 1987, al visitar los dos países quiso firmar en Montevideo, el tratado de Paz entre ambos. La visita de un solo día al Uruguay fue reiterada al año siguiente, en una más extensa gira por el país, logrando un cambio memorable en la actitud “laicista” de la sociedad uruguaya, que culminó con la discusión parlamentaria que decretó mantener el recuerdo de esta visita con la grandiosa “cruz del Papa”, en Montevideo. En estos viajes por todos los países del continente, asombró su acercamiento a “Regresa el amigo...” afiche de la segunda visita de Juan Pablo II al Uruguay.
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Pablo VI con los campesinos colombianos, en 1968.
todas las culturas: tomó mate en Brasil, habló guaraní en Paraguay, se dirigió a las comunidades de los indios y de los negros, presenció bailes y cantos tradicionales. Pese a su implacable deterioro físico, en 1998 realizó su histórica visita a Cuba, con un encuentro muy trascendente con el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, distendiendo así las relaciones con la Iglesia local, y abogando por el cese del embargo contra la isla. - Benedicto XVI El Papa Benedicto XVI emprendió su gran viaje a América Latina en ocasión de la V Conferencia del Episcopado latinoamericano en Aparecida, Brasil, del 9 al 14 de mayo de 2007. Los discursos que pronunció en aquella ocasión marcaron profundamente los sucesivos trabajos de la Conferencia. De manera especial, hay que destacar el fundamento cristológico a la opción preferencial por los pobres. Viajes de Juan Pablo II a América Latina
- República Dominicana, México y Bahamas (1979) - Brasil (1980) - Brasil y Argentina (1982) - Costa Rica, Nicaragua, Panamá, El Salvador, Guatemala, Honduras, Belize y Haití (1983) - República Dominica y Puerto Rico (1984) - Venezuela, Ecuador, Perú y Trinidad (1985) - Colombia (1986) - Uruguay, Chile y Argentina (1987) - Uruguay, Bolivia, Perú y Paraguay (1988) - México (1990) - Brasil (1991) - República Dominicana (1992) - México y USA (1993) - Guatemala, El Salvador, Colombia y Venezuela (1996) - Brasil (1997) - Cuba (1998) - México y USA (1999) - Canadá, México y Guatemala (2002) n. 205
C. Testigos de los tiempos
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Óscar Romero (1917-1980) cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador. Predicó en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en 1980, en el ejercicio de su ministerio pastoral. Como arzobispo, denunció en sus homilías dominicales las violaciones de los derechos humanos y manifestó públicamente su solidaridad hacia las víctimas de la violencia. Su asesinato provocó la protesta internacional en demanda del respeto a los derechos humanos. En toda América Latina fue considerado como el el profeta de la “opción preferencial por los pobres”. En una homilía de 1977, afirmó: "La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación." En 1994 Romero recibió el título de Siervo de Dios; el proceso de canonización continúa. Fuera de la Iglesia Católica, Romero es honrado por otras denominaciones religiosas de la cristiandad, incluyendo a la Comunión Anglicana, que puso su estatua en la Abadía de Westminster.
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Hna. Dorothy Stang (1932-2005) El 12 de febrero de 2005, la hna. Dorothy Stang, una religiosa estadounidense activista de setenta y tres años de Dayton, Ohio, fue asesinada por sicarios en el estado de Pará en el bosque tropical amazónico del oriente del Brasil. La hna. Dorothy se dirigía a una reunión con agricultores cuyos hogares fueron incendiados por rancheros y empresas madereras con el propóLlamamiento de mons. Romero sito de expulsarlos de sus propiedades. Cuando dos Un día antes de su muerte, dijo: “Yo quisiera hacer asaltantes sacaron sus armas para matarla, Dorothy un llamamiento, de manera especial, a los hombres introdujo su mano en su bolsa, sacó su Biblia y codel ejército. Y en concreto, a las bases de la Guarmenzó a leer. Después de algunos momentos, los asedia Nacional, de la policía, de los cuarteles... Hersinos le dispararon, asesinándola. manos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus Dorothy pertenecía a la orden de las Hermanas de Notre mismos hermanos campesinos. Y ante una orden Dame de Namur. Se había trasladado a la Amazonía de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley veinte años antes y trabajó con la Comisión Pastoral de de Dios que dice: "No matar". Ningún soldado está la Tierra, una organización de la Iglesia católica que obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios. lucha por los derechos de los trabajadores rurales y Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es campesinos, y defiende la reforma agraria en Brasil. tiempo de que recuperen su conciencia, y que obeDespués de numerosas amenazas de muerte, Dorothy dezcan antes a su conciencia que a la orden del había dicho: “No quiero huir y tampoco quiero abanpecado. La Iglesia, defendonar la batalla de estos campesinos que sora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de viven en la selva sin protección alguna. Ellos la dignidad humana, de la tienen el derecho sacrosanto de aspirar a una persona, no puede quedarmejor vida en una tierra donde puedan vivir y se callada ante tanta abotrabajar con dignidad al tiempo que respetan minación. Queremos que el medio ambiente.” el gobierno tome en serio Dorothy había recibido muchos premios de que de nada sirven las reparte de la Asociación de Abogados de Brasil formas si van teñidas con (2004) y del Estado de Pará (“Mujer del Año” tanta sangre. En nombre en 2004 y “Ciudadana de honor” en 2005). de Dios y en nombre de El asesinato de la hna. Dorothy atrajo la ateneste sufrido pueblo, cución mundial. Su trabajo y sus logros -así como yos lamentos suben hassu muerte- fueron comparados con los de Chita el cielo cada día más co Mendes, el famoso recolector de goma tumultuosos, les suplibrasilero cuyo asesinato en 1988, en el vecino co, les ruego, les ordeMural de Mons. Romero, estado del Acre, despertó al mundo ante la desno en nombre de Dios: en la Universidad de El Salvador. trucción de la selva tropical amazónica. Cese la represión”.
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S umario Historia de la Iglesia (3) ................... 3 Línea del tiempo: ......................................... 4
1.
Descubrimiento y conquista de América .................... 6 Rosa de Lima; Martín de Porres .................... 9
2.
L as Misiones Jesuíticas del Paraguay .......................................... 10
Roque González y compañeros .................... 13
3.
Iglesia y los movimientos de Independencia ............................... 14
Ma. Antonia Figueroa; Benito Lamas ........... 17
4.
L a Iglesia y los Estados nacionales ................ 18 Jacinto Vera; Laura Vicuña .......................... 21
5.
Separación Iglesia-Estado ........... 22
6.
L a Iglesia y las dictaduras .......... 26
7.
L a Iglesia en un mundo globalizado .............. 30
Francisca Rubatto; Alberto Hurtado ............ 25
Helder Camara; Carlos Parteli ..................... 29
Óscar Romero; Dorothy Stang ..................... 33
VÍCTOR CODINA La eclesiología desde América Latina Ed. Verbo Divino, Estella, 1990 Este estudio de eclesiología parte de los acontecimientos históricos y desde América Latina con una mirada específica desde los más pobres. Este continente pobre y cristiano, sufrido y martirial es un lugar teológico privilegiado para comprender la Iglesia y repensar la eclesiología. El autor da mucha importancia al método que va a utilizar para estudiar la presencia de la Iglesia en América Latina “los métodos nunca son neutros” . Este libro es una invitación a la conversión y al Reino, que viene en la historia del continente.
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B ibliografía DANIEL BAZZANO y otros Historia de la Iglesia en el Uruguay Ed. Obsur, Montevideo, 1993 Esta breve Historia de la Iglesia en el Uruguay rescata para el gran público memorias olvidadas y temas desconocidos del aporte de la comunidad cristiana a la historia nacional. Como señalan los autores, este trabajo nos da una interpretación de la problemática religiosa que acompañó al país desde su fundación hasta el Concilio. Incluye también una completa bibliografía.
JESÚS ÁLVAREZ GÓMEZ Historia de la Iglesia en Hispanoamérica Ed. Claretiana, Buenos Aires, 1982 Este manual de Historia de la Iglesia no es sólo una lista de nombres y de fechas. Al analizar la génesis y el desarrollo de los hechos históricos, el autor busca guiar al lector hacia un progresivo descubrimiento de las ideas que están a la base de los procesos históricos de la Iglesia.
JEAN COMBY La Historia de la Iglesia (2) Ed. Verbo Divino, Estella, (16ª Ed.) 2006 La segunda parte de esta conocida obra de Jean Comby (ahora editada en un solo volumen) abarca los siglos XV al XX de la historia cristiana. Ubica la historia de la Iglesia en el contexto de la historia general de la humanidad. Presenta también algunos documentos directos de la época, (edificios, obras de arte, o iconografía). Comby, profesor de la Facultad Católica de Lyon, plantea una cuestión: ¿en qué consiste ser cristiano? y propone una respuesta clara enmarcando la Historia de la Iglesia en la historia universal de la humanidad.
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