No hablo inglĂŠs
Editorial CEDA
No hablo inglés D.R. © 2017, Editorial CEDA D.R. © 2017, Universidad Autónoma de la Ciudad de MéxicoLaboratorio Prolongación San Isidro Num. 151 col. San lorenzo Tezonco delegación Iztapalapa; C. P. 09796 D.R. © textos: Alejandro Juárez Gallardo, Nancy Osorio Hernández, Omar Miguel Dávila, Cirilo Martínez Mendoza, María Alejandra López Báez, Michelle Martínez Martínez, Ivan Esquivel Gallardo, Laura Pineda, Sofia Rosales Jara, Ana Gabriela Cortés Ramírez, Jazmín Hernández Hernández, Lenika Ortíz Rodriguez, Maite Hernández Cruz, Diana Paola Chávez Lorena, Ismael Castro Alvardo, Mariana López Gaytán, Agustín Miranda Nieto, Elizabeth Rodríguez Hernández, Cesar García Castelán, Natanahel David Lozada Orduña.
ISBN: 978-607-4-431-05-2-1 Primera edición 9 de junio de 2017 Producción : Agustín Miranda Nieto Edición: Natanahel David Lozada Orduña Distribución: Elizabeth Rodríguez Hernández Diseño: Cesar García Castelán Impreso en México/Printed in México Se prohibe la reproducción total o parcial de esta obra sea cual sea el medio, electrónico o mecánico, sin el consentimiento por escrito del editor
No hablo inglĂŠs
Textos de los estudiantes de Produccion Editorial de la UACM 2017
CONTENIDO Capítulo 1
Me da un chingo de gusto no poder verlos Alejandro Juárez Gallardo
Capítulo 2
7
No hablo inglés
10
Puerta abierta o cerrada
13
Nancy Osorio Hernández Omar Miguel Dávila
Capítulo 3
No hablo inglés
17
Teflón y engrudo
21
Yo no hablo inglés
25
Cirilo Martínez Mendoza
María Alejandra López Báez Michelle Martínez Martínez
Capítulo 4
Cosas de la vida
29
Sin frontera
33
“No Hablo inglés”
38
Ivan Esquivel Gallardo Laura Pineda
Sofia Rosales Jara
Capítulo 5
Mexicano hasta la madre
43
No habló inglés una vez más, otra historia de amor
48
Lenguas olvidadas
51
Bloqueo Lingüistico
55
Ana Gabriela Cortés Ramírez
Jazmín Hernández Hernández Lenika Ortíz Rodriguez Maite Hernández Cruz
Capítulo 6
Y a ti ¿Qué te pasó por no saber inglés?
60
La importancia de hablar inglés
64
Sofí
67
Diana Paola Chávez Lorena Ismael Castro Alvardo
Mariana López Gaytán
Capítulo 7
Rock en tú idioma
75
La magia del inglés
80
Macrina: una salida por la puerta de atrás César García Castelán El nunca hablo inglés Natanahel David Lozada Orduña
85
Agustín Miranda Nieto Elizabeth Rodríguez Hernández
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CapĂtulo 1
ME DA UN CHINGO DE GUSTO NO PODER VERLOS
D
Alejandro Juárez Gallardo
e una forma lúdica y humorística los actores de la Compañía Teatro Ciego abordaron la problemática social a la que las personas con discapacidad visual se enfrentan en los avatares de la vida cotidiana las cuales son básicas y difíciles de comprender para algunas personas. Desde una de las sillas en el centro del improvisado espacio del auditorio, se puede observar sin interrupciones el escenario donde los actores, uno a uno hacen sus presentaciones. En una soleada y cálida tarde el director y fundador de la compañía hace énfasis en la necesidad de entablar con las personas invidentes contacto sonoro, táctil y olfativo. “Cuando estás hablando con un ciego le debes avisar que te vas, para que no se quede hablando sólo, ya que la oscuridad se convierte en una especie de lienzo para construir personajes y atmósferas a partir de estímulos sonoros, táctiles y olfativos” comentó como preámbulo de la función entre risas y aplausos de más de setenta espectadores Juan Carlos Saavedra director y fundador de la compañía. Cuando yo escuchaba la palabra invidente como un término para definirnos, me desconcertaba; antes me molestaba mucho, pero después de un tiempo de andar “pendejeando” llegue a la conclusión de que soy ciego ¡cómo todos ustedes!, ¿por qué digo esto?, porque ustedes dicen “que el amor es ciego”, entonces las chicas me pueden decir amor. Interpretó en la primera mediación, entre sonoras carcajadas del público asistente, Marco Antonio
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Martínez que apoya a la compaña desde hace más de cinco años. Dicho espectáculo fue presentado en el espació denominado el “domo” del Plantel San Lorenzo Tezonco de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. En mi cabeza tiendo a crear imágenes de los lugares en donde estoy, por ejemplo, una hermosa puesta de sol en el horizonte o un dulce, cremoso y frío helado; eso es lo bueno de los ciegos, no nos limitamos a ver sólo lo que existe, sino que imaginamos lo que queremos visualizar en el cerebro, relato de forma clara y convincente para los asistentes al lugar Erika Bernal Ferrusquilla durante la segunda participación del espectáculo que los alumnos del turno vespertino disfrutaron como preámbulo de la conmemoración de las personas discapacitadas que será el próximo tres de diciembre del presente año. “Me da un chingo de gusto no poder verlos, porque entonces los puedo imaginar guapos y hermosos”; tal vez güeritos como esos “gabachos modelo” de piel blanca y de cabello rubio que hablan un inglés que yo no entiendo, porque el que yo aprendí, cuando fui a la escuela, ¿es ingles de Inglaterra y no el inglés que hablan los norteamericanos de Estados Unidos, que está plagado de modismos y de un acento que está muy lejos de ser entendido por los que apenas sabemos que significa what? (¿qué?); ser ciego te da la oportunidad de disfrutas más las imágenes, así los puedo imaginar como yo quiera, narro Jesús Rodríguez el último de los actores que se mostró esta tarde como parte del final del ciclo de presentaciones que dicha compañía realiza en algunos espacios culturales de los planteles académicos de la UACM.
CapĂtulo 2
NO HABLO INGLÉS
A
Nancy Osorio Hernández
l escribir un texto donde plasme mis ideas sobre el hecho de que no hablo inglés, lo primero que vino a mi mente fue Donald Trumm y los discursos xenofóbicos y conservadores que ha estado y estuvo propagando durante su candidatura. Seguido de ello, también pensé en que si bien no me era posible pensar de la forma en la que él lo hace, si pensé en toda la campaña que desde nuestro país se está haciendo para desprestigiar cantantes, autores, marcas y demás productos que enriquecen la cultura norteamericana uno de ellos su idioma, sin embargo pensé en reafirmar mi postura y declarar que no hablo inglés. Luego, me cuestione los motivos por los que estábamos recurriendo a la misma lógica discriminatoria y racista de un presidente al que ahora muchos ya señalan odiar; mi conclusión fue que paradójicamente se está haciendo lo mismo que hace aquel personaje, sólo que de este lado lo llaman nacionalismo. Pensé entonces en que es muy fácil caer en la intolerancia, aunque claro, muchos no saben que aquello que llaman tolerancia implica el posicionamiento de uno sobre el otro, y que también es fácil caer en la falta de respeto, pero más que una falta de respeto, considero es una falta de reconocimiento ante el otro que me constituye, me diferencia, pero sobre todo me acompaña. Quizá sí, hablar inglés tenga que ver con una hegemonía en el lengua, la política, la economía, la cultura y un sinfín de ámbitos humanos y con ello también una restricción más allá de una inclusión, no obstante, considero
que si nos diéramos la oportunidad de hablar inglés podríamos comprender no sólo la riqueza de dicha lengua si todo aquello que comprende y significa para quien la habla. Más que ser un idioma, el inglés en un lenguaje que permite como muchos otros interpretar el mundo y con este la realidad en la que se está inmerso. Al no darnos la oportunidad de conocer su sintaxis, pero sobre todo su semántica, realmente nos estamos perdiendo de la riqueza y de alguna forma la realidad que está puede expresar, así la filosofía, literatura, el arte, la poesía, la música son claros ejemplos de ello. Al perdernos la oportunidad de hablar inglés -o cualquier otra lengua-, nos estamos perdiendo la oportunidad de descifrar lo que Shakespeare, Hemingway, Hawking, Darwin, Edison, Locke, Hume, Bacon u Ockham explicaron e interpretaron de la realidad, de su realidad, por supuesto está construida desde su lengua. No hablar inglés nos limita ante una de las complejidades del mundo, o por lo menos la complejidad que significa comprender el mundo desde la estructura de una lengua como está, de hecho nos genera una barrera que nos limita ante lo desconocido y lo enriquecedor. No hablar inglés se convierte en una frontera tan dura como el propio muro que nos quieren construir, solo que está no es visible. Habría que recordar entonces, que sí para algo se hicieron las fronteras, fue para romperlas. Tenemos que recordar pues, que las fronteras que nos ponemos, son y deben de ser flexibles, me gustaría que las personas ampliaran su horizonte y que le dijeran sí al inglés, al francés, al chino, al japonés, al árabe, a el
náhuatl, mixe, tojolabal y cuantas lenguas existan, pues sólo en medida que les otorguemos el respectivo reconocimiento, podremos decir que estamos viviendo, que no nos limitamos y que incluso estamos abiertos a no repetir discursos de odio. No debemos omitir, que no es la lengua en sí el problema, sino que es la condición humana que ha perdido mucho de su humanidad, regresémosela resaltando aquello que verdaderamente nos convierte en humanos, seamos pues empáticos, pero sobre todo, comprensivos, ¡me da pena no hablar inglés!.
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¿
PUERTA ABIERTA O CERRADA Omar Miguel Dávila
Qué significa no hablar inglés en este siglo? Muchos de nosotros sabemos que la actualidad mundial nos exige hablar uno o dos idiomas, es más, si nosotros no hablamos bien el español no importa, lo primordial es saber hablar la lengua que abre o cierra puertas, es decir, el inglés. Pero ¿por qué?, sencillo, es el idioma dominador de muchos aspectos de la vida diaria de las personas alrededor del mundo, es la llave que abre o cierra puertas. Un ejemplo de de ello es, que algunos trabajos lo piden como requisito porque las empresas necesitan tener contacto con otras de índole internacional, ya sea para servicio a clientes, soporte de algunas aplicaciones o simplemente desarrollar proyectos. Ampliando un poco más el punto anterior, cabe decir que hablar ese idioma tan codiciado en el mundo, no sólo se ha convertido en un requisito o una moda necesaria, sino que también se ha vuelto un parámetro para medir la importancia que la personas tienen en el mundo, cuan capacitadas están, si eres un individuo con un nivel de inglés avanzado eres apto para un puesto con cierta importancia dentro de una empresa u oficina, pero si no es así solo calificas para un lugar de esos que en cualquier momento te dicen adiós por recorte de personal o porque llegó alguien con un porcentaje de dominación del inglés mayor al tuyo, por lo tanto la puerta se cierra y solo de abrirá si tu inglés va en aumento.
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Otro ejemplo, son las aplicaciones que utilizamos constantemente en nuestros dispositivos móviles, como los son las redes sociales, la mensajería instantánea, los filtros y plantillas para que las fotografías se vean envidiables, “ajá”, las apps para conocer personas y, tal vez, encontrar pareja. Algunas ya son traducidas al español, pero repito ¨traducidas¨ y normalmente lo son del inglés. El like de facebook, cara-libro, o el twett o twitt del pajarito azul son ejemplo de no hablar inglés pero sabemos que significa. Esto más que un una puerta es una ventana a través de la cual podemos mirar el horizonte de lejos pero lo vemos. Y qué decir de las películas que vamos a ver al cine, algunas sólo en inglés que si de verdad te interesan, y no hablas inglés, tendrás que leer por dos horas y perderte algunas escenas, otras tantas películas dobladas o traducidas al español, siempre con ese toque mágico en cada diálogo, donde no se sabe si el actor susurró algo al término de sus líneas o mando un mensaje secreto. La música, linda y gloriosa música, algunas personas no saben vivir sin ella, la escuchan en el auto, la oficina, la casa, la calle o en cualquier otro sitio. Pero y cuando la música que te gusta es en inglés y no lo sabes hablar, ¿qué se hace? La respuesta es fácil, we-wis-char, obviamente esa palabra ni existe pero es la analogía o en ocasiones la onomatopeya que hacemos al final de cada frase, al cantar en inglés sin hablarlo, ejemplo: we are the champions, we are the champions, on the we the wish and the champions y eso lo hemos escuchado y hecho en algunas, demasiadas, veces. Esto es una puerta cerrada. Si bien son ejemplos muy sencillos con ellos nos damos cuenta que el inglés está por todas partes, y es parte de casi cada uno de los aspectos
de nuestra vida, el idioma omnipresente está siendo testigo de cómo nos adaptamos o tratamos de adaptarnos a él, de cómo creamos formas para entenderlo sin hablarlo. Pero nos cuesta, en ocasiones, trabajo el aceptar que no hablamos inglés, preferimos decir, sí hablo lo básico, pero decir: My name is Juan! y Goog morning! no es hablar inglés básico, sólo hacemos manejo de algunas frases de presentación o saludos, pero no lo hablamos. Puedo decir que hablar inglés va más allá de un gusto por aprenderlo, conforme va avanzando la tecnología, el mercado de los dispositivos móviles electrónicos, así como ciertos ámbitos en la ciencia, el entretenimiento y la moda, este acto se ha vuelto un requisito, una obligación y un trámite con un peso tal, que el abrir o cerrar una puerta puede ser la acción más difícil en el mundo actual si no nos atrevemos a traspasar esa línea o esa barrera y convertirla en la llave que nos abra la oportunidad de pertenecer al mundo del inglés.
CapĂtulo 3
NO HABLO INGLÉS
H
Cirilo Martínez Mendoza
ace casi cien años la comunidad indígena en la que nací, fue incluida en un programa gubernamental de alfabetización y castellanización. Mi abuelo fue parte de esa campaña, a él y a sus padres los obligaron a aprender el idioma español con técnicas de enseñanzas crueles y severas; se reprimía con golpes a aquellos que no querían aprender el idioma “hegemónico”, el idioma nacional. Les hicieron sentir que hablar su lengua materna era aberrante, era de mal gusto y que si querían aprender a leer y escribir, tendría que ser en español; aquel que no lo hiciera, no sería considerado como parte de la sociedad moderna. La campaña tuvo mucho éxito y casi extinguen por completo muchas lenguas indígenas. Hablar maya, otomí, náhuatl, mixteco o zapoteco era considerado como algo anticuado y fuera de la “imagen” que quería el gobierno del país, era algo inadecuado para ese perfil ficticio de modernidad y lleno de oportunidades que querían aparentar. Mi abuelo, incluyo en su lengua materna muchas nuevas palabras en español, pero nunca dejó de hablar nuestra lengua materna el: hñähñú, sus hijos y nietos aprendimos las dos lenguas, pero en familia siempre hablamos en otomí. Sin embargo, hoy, después de tanto tiempo y aunque la mayor parte de las personas de la comunidad sabemos leer y escribir en español; hay algo que nunca ha cambiado y es la marginación y el exilio al que nos
han desterrado. La modernidad prometida nunca llegó, y por el contrario la miseria fue haciéndose cada vez más aguda. La pobreza, obligó a que saliéramos fuera de la comunidad a buscar fuentes de empleo. La agricultura y ganadería no era suficiente para mitigar el rezago económico, por lo que, paulatinamente cerca del 95% de los hombres a partir de los once años, iniciaron una migración hacia los Estados Unidos en busca de una mejor vida, abandonando la tierra, la familia y la niñez; con la única esperanza de mandar dinero, para que pudieran comer los más pequeños y las mujeres que se habían quedado atrás, en ese lugar olvidado de la sierra mexicana. A los trece años me tocó iniciar la migración junto con otros niños de mi generación, lo único que nos acompañaba a cada uno, era tan solo un pequeño morral en él que había un par de pantalones, una o dos playeras y una pequeña manta, por mi parte, añadí una diminuta bandera de tela de mi país. Recuerdo aquella noche… las indicaciones nos la daba un grupo de unos diez adultos, quiénes ya habían ido y regresado alrededor de cuatro veces, eran los guías, y ahora nos cuidarían en todo el viaje. Al estar parado frente a la gran barrera que dividía a ambos países, mis manos se aferraron fuertemente de él único objeto que me acompañaba mi morral, era como si en él estuvieran mis sueños, mis anhelos, mi esencia indígena, no podía soltarlo; mis ojos ansiosos recorrían ávidamente esa estructura, buscando un resquicio que nos permitiera pasar, pero no había ninguno. Con la boca seca y sin saber si era el frío o el temor de ser descubierto lo que provocaba el castañear incontrolable de mis dientes, esperamos a que la esfera del
cielo se apoderará más de la noche, que aquellos que vigilaban claudicaran en su tarea, que la pesada noche lo venciera y por un momento, sólo por un momento descuidaran la reja por la que íbamos a pasar cerca de veinticinco indígenas hñähñú. Para nosotros los hñähñú, este viaje es el rito de hacernos adultos, pasar por el valle de la oscuridad, es renunciar a la familia e ir a afanar. Muchos de nosotros trabajaremos en la agricultura, otros en la construcción, jardinería, cuidando ancianos o como ayudantes de cocina; es cuestión de suerte. A lo largo de los años, en este paso, algunas personas han muerto en su intento, y yo tuve la suerte de no unirme a ellas, soy de los pocos que lo lograron cruzar la frontera, tuve la fortuna de regresar a mí pueblo, de volver a ver el azul profundo del cielo de la sierra otomí-tepehua. Ser indígena en México es difícil, es saberse que estarás estigmatizado con discriminación, marginación y olvido, en Estados Unidos es casi igual, nos discriminan, nos humillan, pero al menos podemos trabajar y mandar dinero a nuestras familias. En México se nos obligó a hablar español, y ahora teníamos que hablar inglés. En México me dicen “indio ignorante” por mí manera de vestir, por mí manera de hablar, por mí fisonomía, sin embargo, aprendí perfectamente el idioma hegemónico del país del norte, hablo tres lenguas, de alguna manera he encontrado tiempo para ayudar a mi comunidad, enseñando a los niños mi lengua materna, aportando dinero y trabajo para construir escuelas y hospitales, me enorgullece saberme mexicano, decidí hablar únicamente mi lengua materna para honrar a mis ancestros. Para las personas que me insultan y me discriminan, les respondo… Yo no hablo inglés, a mí no me ha dominado
el gringo, yo como de lo que siembro, fui los conocí, aprendía hablar como ellos y prefiero mi otomí lleno de sabiduría y respeto; ¿ahora dime quien será más ignorante? ¿Tú qué has hecho por el país, por tu familia o por tu comunidad? ¿Sólo críticas a la población étnica o también te autocriticas?
TEFLÓN Y ENGRUDO
M
María Alejandra López Báez
i primer encuentro con el idioma ingles fue cuando tenía como 6 años, eran finales de los años 60’, recuerdo muy bien que mi tía Socorro, hermana de mi mamá, vino de Morelia y se fue a vivir con nosotros aquí en el Distrito Federal hoy Ciudad de México, vivíamos en el famoso barrio de “Tepito”. Mi mamá le consiguió a mi tía trabajo en una panadería como cajera a unas calles de la casa y pronto se hizo de amigas, la empezaron a invitar a ir a fiestas y especialmente a tardeadas que en aquel entonces se hacían en los patios de algunas vecindades y había una a la vuelta de donde vivíamos. Mi mamá la dejo ir pero con la condición de que me llevará, (ahora sí que como chaperona). Las tardeadas de aquel entonces empezaban a las seis de la tarde y terminaban a las diez de la noche, por lo que no me desvelaba. La primera vez que mi tía me llevo fue impresionante para mí, supongo que para ella también porque en Morelia no se acostumbraban ese tipo de fiestas, recuerdo muy bien que en un rincón del patio de la vecindad estaba un grupo tocando una canción de los Creedence, oí la música sorprendida ya que nunca había escuchado música en inglés, pues mi mamá no ponía en casa. Recuerdo que me encontré a una compañera de la primaria que se llama Rita y que también iba con su tía y pues, nos pusimos a bailar, yo estaba maravillada, el grupo tocaba música que yo no conocía pero que me ponía muy feliz y me gustaba mucho aunque no entendiera lo que decían las letras.
Cada mes se hacían las tardeadas y casi siempre íbamos mi tía y yo, poco a poco me fui dando cuenta de la dinámica de esos bailes, tocaba un grupo durante determinado tiempo y después sacaban una consola, pues en ese entonces no había los famosos sonidos de hoy en día, tocando discos del mismo estilo, o sea rock, nunca tocaban ni cumbias, ni salsas ni nada más que rock, Beatles, Creedence, Doors, Deep Purple, Led Zeppelin, Iron Butterfly, monkees, Rolling Stones, Pink Floyd, Jimi Hendrix, Who, Dylan, Santana, Janis Joplin, Steppenwolf, Hollies, Frank Zappa, Eric Burdon, etcetera. Era la época de la psicodelia, la famosa onda hippie, que aunque yo no estaba enterada de nada por mi escasa edad, mi amiga Rita y yo empezamos a platicar sobre las tardeadas, de cómo nos divertíamos bailando y sobre todo de la música que empezábamos a conocer y que nos estaba gustando muchísimo. Un día que fui a buscarla para platicar sobre la tardeada de un día anterior, me pregunto si ya había escuchado yo el “Long Play” de los Beatles, lógicamente no sabía de lo que me estaba hablando, no tenía idea de lo que significaba “Long Play”, entonces saco de su casa un disco LP o sea un disco grande, yo sabía que a los discos grandes les decían LP, pero jamás me imagine que era la abreviatura de “Long Play” (que son de acetato, hoy día muy valorados por los coleccionistas y los grandes melómanos), Rita me dijo que ese era el “Long Play”, que yo supuse que así se llamaba por lo grandote. Ambas empezamos a ver la funda, sin sacarlo para no rayarlo, extasiadas viéndolo horas, leyendo las canciones que tenía el disco. En esa época se acostumbraba poner el nombre de las canciones en español, por lo que nos dábamos cuenta fácilmente de que se trataba cada
canción más o menos, aunque solamente leíamos los títulos porque no escuchábamos el disco. Pero aun así fue un momento mágico donde la contemplación de la portada y la contraportada del disco nos llevó a una larga charla de alrededor de dos horas, donde cada detalle del disco nos lo fuimos apropiando, lo acariciábamos, lo leíamos una y otra vez, conforme pasaba el tiempo, sentíamos Rita y yo que ya conocíamos más a los Beatles. En esa época la mayoría de los jóvenes, por lo menos en el barrio de “Tepito” escuchaban música en inglés, pues la que era en español solo los fresas o sea aburridos o los adultos las escuchaban. Aunque ahora veo que Rita y yo estábamos desfasadas en la música, ya que nuestra verdadera época musical fue la música disco la cual a mí en lo personal no me gusto. Poco a poco, a medida que fui creciendo empecé a saber más sobre la música de ese género, y aunque según yo ya me sabía muchas de las canciones, en realidad mi pronunciación del inglés era pésima (aunque hoy en día también). Creo que quizá si se hubiera usado como en esta época el nombrar los títulos de las canciones en inglés, me podría, tal vez, ayudado un poco a pronunciarlo un poco mejor, pero eran otros tiempos y lo único que se decía en ingles era el nombre del cantante o del grupo, pero los títulos de las canciones se decían en español (la casa del sol naciente, noche oscura, yo soy la morsa, de regreso a la U.R.S.S, ¿has visto alguna vez la lluvia?, etcetera. Cuando tuve dieciocho años me casé con un músico al que lógicamente le gustaba el mismo tipo de música que a mí, pero como buen músico le gustaba pronunciar las letras de las canciones muy bien y en donde por primera vez me di cuenta de mi pésima pronunciación y por más que intenté pronunciar de forma correcta, la lengua se me entumecía conforme trataba
de decir correctamente las palabras, para mí era tormentoso el intentar hacerlo. Me sentía más fluida cuando cantaba las canciones como Dios me daba a entender. Pues si ¡no hablo ingles! ¿Y qué? Me cuesta muchísimo trabajo pronunciarlo, la lengua se me traba siempre que lo intento, pareciera que antes de hablar inglés me tomo un trago de engrudo y la lengua se me empieza a endurecer, ahora sí que se me traba la lengua re gacho. Me cae mal el que tenga que pronunciarlo exactamente como los gringos lo hacen y yo me pregunto: ¿y ellos qué? Cuándo hablan en español, lo pronuncian pésimo y además bien mal estructuradas las oraciones… o sea que la mera verdad ellos están igual que la mayoría de los mexicanos que sufrimos por pronunciar bien el inche inglés. Ahhh pero a diferencia de los gringos, nosotros los mexicanos cuando ellos hablan el español, nos esforzamos por entenderlos y les tratamos de ayudar en forma amable y sin molestarnos por sus errores de pronunciación. Pero los gringos uuuuh en cuanto escuchan hablar a nosotros los mexicanos en ingles uuuuuh, reaccionan de forma diferente porque ellos en lugar de ayudarnos se molestan, hacen como que no entienden lo que queremos decir, y quieren que uno a fuerza pronuncie como tiene que ser. Pero bueno la verdad es un idioma que me molesta mucho por la prepotencia que tienen los gringos con los mexicanos cuando van para su país, no digo que todos, pero si una gran mayoría, no me interesa conocer su país. Existen otros idiomas que me llaman mucho más la atención como el portugués y un poco el italiano. Pero bueno lo más importante es que no hablo inglés y como diría don Teofilito: “¡Ni lo hablaré!”
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YO NO HABLO INGLÉS
Y
Michelle Martínez
o no hablo inglés, no lo leo, ni lo escribo, en ocasiones entiendo pocas palabras y si estoy de buenas logro entender una oración. Es algo que me da mucha pena aceptar, pues se supone que debía hablar y entender el inglés ya que desde hace trece años he tenido clases en todos los niveles escolares, desde la secundaria hasta la universidad. Recuerdo que cuando me aplique en mi examen para la secundaria y me aceptaron en la Escuela Secundaria Técnica Número 116, me sentía muy orgullosa ya que en la Secundaria Diurna no les enseñaban inglés, entonces creía que yo saldría mejor preparada que ellos. Mis clases de la secundaria consistían en copiar lo que la maestra escribía en el pizarrón y contestar el manual que nos daban. La profesora era muy seria y desde que entraba al salón todos mis compañeros y yo adoptábamos una postura que cansaba la espalda, ya que bajábamos la mirada y nos agachábamos para que no nos viera y no nos hiciera participar, pero, aunque nos hiciéramos muy chiquitos, cuando la clase de la profesora consistía en escucharnos, nos pasaba a cada uno a contestar una entrevista. En los primeros exámenes me fue muy bien. Mi primer mala nota, fue cuando nos aplicaron el examen bimestral y tres grupos de primero se pasaron las respuestas. Lo que parecía un juego termino apareciendo en mi boleta con una muy mala nota.Los siguientes tres años continuaron las clases de esa manera, copiar lo que la maestra escribía y contestar el manual, para
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pasar la materia. Los tres años con la misma profesora. La clase de inglés se convirtió en mi materia más odiada, prefería mil veces la clase y las tareas de matemáticas que las de inglés. Al concluir la secundaria me aplique en mi examen para ingresar al nivel medio superior. Estudie en el CETis 49, en el que también me dieron clases de inglés durante tres años y los tres años impartida por la profesora Gabriela, la cual parecía siempre estar convencida de que yo sabía inglés. Su clase consistía en explicarnos la gramática, contestar el manual y cada persona leía un ejercicio para practicar la pronunciación. El primer periodo siempre lo pasaba con diez la persona que comprara el manual que ella hacía, en el cual ponía las copias de los ejercicios de otros manuales. Los siguientes periodos los pasaba la persona que tuviera contestado los bloques, entonces, cuando había tiempo libre, los compañeros que si sabían inglés nos ayudaban a llenar los manuales, había de todo, desde el que nos daba la clase, hasta el que pasaba su manual para que lo copiaran. La profesora le daba clase a más de la mitad de los grupos del turno de la mañana. En mi último año en el CETis, se realizó, un concurso que consistía en que los grupos se organizaran para cantar una canción. El mejor número ganaría pasar la materia con diéz y para que eso fuera valido, debían participar todos los alumnos del grupo. Durante la preparación para este concurso se fueron eliminando grupos, pues no se ponían de acuerdo. El grupo en el que yo estaba tenía fama de ser muy unido, pues de manera literal andábamos juntos en todas partes, en elreceso, en los museos, laboratorios, talleres o proyectos. Elegimos la canción i wanna love you de Bob Marley.
Todos los días nos quedábamos a practicar la pronunciación, el encargado era Martín que sabía muy bien inglés. Cuando memorizamos la canción y mejoramos la pronunciación pasamos a cantar juntos. El día del concurso nos fue muy bien, ganamos el primer lugar y nuestro merecido “diez”. Al entrar a la universidad me encontré con que seguía sin hablar inglés, que debía tomar tres curso de 6 meses y que además, debía desvelarme para ver si tenía suerte de inscribirme en un grupo. Mi desagrado por esa materia incremento. En mi primer semestre tomé clase con el profesor Borras, con el cual aprendí lo poco que sé de inglés, su clase es muy pedagógica y mis compañeros se quejan porque sienten que los trata como niños. Al tomar ingles II quise inscribirme con el mismo profesor, pero no dio ese nivel, entonces experimente con otras maestras, dos intentos que resultaron muy mal, copiar del pizarrón y llenar manuales, renuncié a certificar esa materia de esa mera, ya sabía que con ese método no podía. Hasta que por fin certifique con la maestra Gabriela. La verdad no recuerdo mucho de ese curso. Para el nivel tres tome el curso con el profesor Aarón Ramos con el cual debía redactar un texto todas las clases, de alguna manera lo escribía y los días de examen memorizaba una entrevista, mi estrategia consistía en fingir estar muy segura de lo que sabía y ser yo la que comenzaba la entrevista, así me preguntaría cosas que yo sabía. Hoy me encuentro cursando el noveno semestre de la licenciatura, ya casi termino, quiero encontrar un buen trabajo, viajar por todo el mundo, pero… No hablo inglés.
CapĂtulo 4
COSAS DE LA VIDA
Y
Iván Esquivel Garrido
aquí estoy una vez más recordando como mi madre me decía que quería que cuando fuera grande lograra todos mis sueños, que quería sentirse orgullosa de mi, sinceramente no sé si lo he logrado pero me he esforzado, ella siempre me decía que estudiara una carrera, otro idioma, inglés, eso me permitiría tener un buen empleo y una estabilidad económica; así que lo hice, acabe mi carrera y conseguí un trabajo con el cuál he podido cumplir mis sueños o la mayoría, pero, por otro lado eso de aprender otro idioma no se me daba, hasta que por azares del destino conocería a una chica extranjera con la cuál descubriría un talento más que guardaba dentro de mí, ya que ella era una joven estudiante francesa que radicaba en México por intercambio colegial que había tomado, nos conocimos en clase precisamente de idiomas en donde comenzamos a platicar y a conocer un poco más de ambos. Comenzamos a salir al cine, a eventos musicales y obras de teatro, la llevaba a cenar de vez en cuando y tener largas charlas nocturnas, que fueron atrayéndome cada vez más, la verdad es que empezamos a llevarnos cada día mejor, hasta que le pediría que fuera mi novia, a lo que contenta acepto y sería sin duda lo que cambiaría mi vida para siempre pues descubriría ese talento del que les hablaba que no conocía y era dicción, si para hablar y leer otro idioma como lo era el Francés el cual domine rápidamente gracias a ella que se encargaba de repasar con migo a todo momento, así empezamos
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a formar una pareja muy dinámica ya que yo le enseñaba Español y ella francés algo que con el tiempo nos ayudaría a encontrar un empleo estable y muy prometedor. Así comenzó mi relación con ella y de igual forma un cambio radical en mi vida ya que al término de mi carrera, tuvimos una oportunidad para ir a laborar en el extranjero con lo que comencé a viajar mucho y conocer nuevos lugares a su lado claro, pero seguía con el conflicto del idioma, decía mi madre aprende ingles hijo eso te abrirá muchas puertas pero no, no hablo inglés, y es que la verdad que no he tenido la necesidad, conocí lugares como Francia, en donde no tuve problema con el idioma ya que lo dominaba al 100%. Conocí Italia, en donde viaje a un diplomado por parte de la escuela en la que daba clases y en donde tuve la fortuna de conocer gente maravillosa que me ayudarían a dominar el idioma de una manera clara y concisa, pero donde si me las vi duras fue en Alemania, lugar hermoso y lleno de historia donde la verdad, tuve problemas para comunicarme con los alemanes esto por la dicción que es un poco más compleja y que al contrario de lo vivido en otros países que había conocido, donde pude aprender rápidamente el idioma y relacionarme con las personas, en Alemania no fue así, ya que solo pase por varios conflictos por no saber lo que decían o no me daba a entender pero bueno paso el tiempo y finalmente logre aprender a comunicarme no de la mejor manera per lo hice; esto hizo que tomara la decisión de regresar a Francia lugar maravilloso, que me había abierto las puertas desde un inicio, estaba decidido me establecería en Francia en donde hoy en día vivo feliz, con mi esposa Melanie, la joven que conocí años atrás en México y con la que tome la decisión de casarme y de emigrar a otro país.
Así decidimos comprar un departamento y establecernos de manera definitiva en este hermoso país donde al año cumplido de estar aquí Melanie mi esposa me daría la noticia más linda que había escuchado, efectivamente, iba a ser papa de un hermoso niño que llegaría a nuestras vidas a iluminar y llenar de júbilo nuestro hogar, con lo que formamos una hermosa familia y con lo que comenzaría una etapa más para nosotros ya que ser padre por primera vez es muy lindo pero de igual forma sumamente complicado. Durante su embarazo todo estuvo tranquilo no hubo problema con eso de los síntomas o antojos de mi esposa, la pasamos muy a gusto pero después del parto, el cual fue un acontecimiento único y lleno de emociones, llegaría el tormento y no lo digo porque me arrepienta, sino porque sería fatal el no dormir, el andar corriendo para cuidarlo y llevarlo a checar al médico y porque no quieres que nada le pase creo que es una etapa dura pero sin lugar a duda maravillosa. Así viví mi primera experiencia en donde descubrí lo maravilloso que es ser padre y tener una familia feliz. Hoy en día doy clases en una universidad reconocida en Francia, donde imparto la materia de Español como lengua extranjera, increíble pero creo que mi madre tenía razón en algo estudiar una carrera me daría la oportunidad de crecer y vivir mejor aunque por otra parte les confieso que no “No Hablo Ingles” La verdad se que es muy importante la preparación de cada persona ya que nos permite lograr los sueños o las metas que vamos creando, sé que mi madre está orgullosa, que pude realizar mis sueños y aunque no he tenido la oportunidad de conocer los Estados Unidos, he conocido gente maravillosa
que proviene de ahí con la que he creado grandes amistades y a los que sin duda le sorprende cuando hay alguna reunión y saben que hablo más de cuatro idiomas pero que increíblemente, a pesar de haber tenido como vecino a E.U. en donde es normal el tener como segunda lengua el inglés, sepan que pues no “No Hablo Inglés” en fin no sé si será por asares del destino o simplemente cosas de la vida pero hoy en día soy muy feliz.
SIN FRONTERAS Laura Pineda
M
i nombre es Bradley Antonio, tengo veinticinco años, vivo en Miami Florida con mis papás Dionicio y Guadalupe. De niño viví con mis abuelos maternos en la comunidad de Taxhai Hidalgo ubicada a 6 horas del Valle del Mezquital. Taxhai es una comunidad muy pequeña actualmente cuenta con menos de cincuanta habitantes, está entre las montañas. Cuando era niño recuerdo que sólo éramos como diez familias, incluidos mis abuelos y yo. La mayoría de los niños vivíamos con nuestros abuelos, nuestros padres se habían ido a Estados Unidos. En mi caso, mi papá se fue antes de que yo naciera, me quedé con mis abuelos y con mi mamá, los otros niños vivían únicamente con sus abuelos. Mi abuelo Antonio me contaba que no había trabajo en el pueblo y que el único que había era en una fabrica de jabón pero quedaba muy lejos de casa, aproximadamente tres horas y les pagaban muy poco; por eso mi papá y los demás tuvieron que irse porque ya no tenían dinero para comer. Mi abuelo me contó que antes no era difícil cruzar la frontera, no había mucho peligro como ahora. Cuando mi papá se fue mi mamá tenía siete meses de embarazo, él y otros vecinos del pueblo tuvieron que migrar por la situación económica, ellos llegaron al Estado de Nevada en Estados Unidos, algunos encontraron trabajo en el campo recogiendo fresas, mi papá trabajaba como ayudante de albañilería ganaba bien, siempre le enviaba dinero a mi mamá.
Cuando yo nací mi papá vino a visitarnos, mi mamá me contó que trajo regalos para todos y comida para la fiesta de mi bautizo, todo fue muy rápido porque papá tenía que regresar a Estados Unidos. Sólo estuvo dos semana con nosotros, en esos días me llevaron a registrar y también me bautizaron con el nombre de Bradley Antonio Torres Resendiz; realmente mi nombre no me gusta, pero no puedo hacer nada por ahora, en la escuela cuando era niño me decían Toñito porque no me gustaba el nombre de Bradley al pasar el tiempo entendí porque me llamaron así, Bradley era nombre de un actor famoso en Estados Unidos que a mi papá le gustaban mucho sus películas por eso decidió llamarme así y Antonio lo escogió mi madre como mi abuelo. Mi papá tuvo que regresar a Estados Unidos y seis años después mando por nosotros. Mi papá me contó que le pagó a mi tío para que nos llevara a Nevada, pero hubo complicaciones para cruzar y solamente mi mamá pudo pasar; entonces mi tío me regreso a casa de mis abuelos. Con ellos viví hasta los catorce años, mis abuelos: Antonio y mi abuela Carmen ellos hablan muy poco el español, hablaban en dialecto hñähñü, mi madre lo habla muy poco, ella dice que es muy feo hablarlo porque la gente se burla de ti, a veces mi abuelo Antonio me enseñaban palabras pero mi mamá se enojaba que lo hiciera, mi abuelo decía que era importante que yo aprendiera a hablarlo porque era su único nieto y para él era importante que alguien aprendiera a hablar hñähñü , ya que la mayoría en el pueblo lo hablaban. Cuando mi mamá se fue mis abuelos se quedaron a cargo de mí, me inscribieron en la primaria del pueblo, recuerdo que hacíamos una hora caminando para llegar, mi abuelo me llevaba todos los días. Cuando entre a
la primaria comencé a tener amigos, la mayoría teníamos a nuestros papás en Estados Unidos, recuerdo que traíamos tenis Converse y Nike, algunos compañeros usaban huaraches, la diferencia con nosotros, no sólo eran los tenis o los huaraches sino también; que ellos si tenían en casa a su mamá y a su papá y nosotros no, mi papá siempre me enviaba ropa, las playeras tenían estampados con la bandera de Estados Unidos, en ese tiempo me gustaba mucho usarlas, pero yo no era el único, también había otros compañeros en la misma situación, algunos compañeros usaban en las clases palabras en inglés que sus papás les enseñaban cuando hablaban por teléfono, yo solamente sabía decir “hello, bye, I love you” siempre me las decía mi mamá. En sexto año de primaria me pusieron a exponer con dos amigos que hablaban un poco de inglés, hñähñü y español, comenzamos a exponer y uno de ellos empezó hablando Ingles a los compañeros del salón, ninguno entendíamos lo que él estaba diciendo, el maestro se molestó mucho y nos reprobó, nos prohibió hablar inglés en el salón de clases y usar playeras con estampados de Estados Unidos, nos decía que teníamos que cuidar nuestras tradiciones y rescatar nuestra dialecto hñähñü. Cuando salí de la primaria mis papás decidieron enviarme a la secundaria en el Municipio de Nicolás Flores ahí la mayoría ya no habla hñähñü, mis papás querían que aprendieran a hablar el español porque ya querían que fuera con ellos. El día que terminé la secundaria era mi cumpleaños número catorce, mi mamá me llamó por teléfono para decirme que mi papá vendría por mí el siguiente mes, a mi papá sólo lo había visto tres veces en toda mi vida, únicamente hablábamos por teléfono. Mis abuelos se pusieron tristes pero ellos decían que era lo mejor para mí.
Un mes después llegó mi papá por mí y nos fuimos para Estados Unidos. Platicamos en todo el camino, pero casi siempre hablaba el idioma inglés y yo no le entendía nada, combinaba español con inglés, decía que era importante que yo empezara a practicar ya que las únicas palabras que sabía “hello, bye, i love you” mi maestro de sexto año me había prohibido mencionarlas. Habían pasado diez días de viaje en autobús, hasta que llegamos a un hotel y ahí nos esperaban cuatro señores que nos iban a cruzar a Estados Unidos todos hablaban inglés y el único que les entendía era mi papá, él me decía que era importante aprender a hablarlo porque a partir de que crucemos la frontera el español y mucho menos el hñähñü me va a servir. Los señores que estaban en el hotel nos llevaron hasta Nevada, Estados Unidos, a donde vivían mis papás todo era diferente, la mayoría hablaba inglés, y mi mamá también lo hablaba. Al mes siguiente yo ya estaba en el High School, fue complicado adaptarme porque no entendía nada de lo que decían todas las clases eran en el idioma inglés, en la escuela decidieron regresarme un grado menos porque no sabía nada acerca de lo que hablaban los maestros , era como regresar a tercer año de secundaria en ese año tenia maestros que hablaban inglés y español, tenía compañeros de varias nacionalidades y Mexicanos éramos 8, comencé a tener amigos que me ayudaron y me enseñaron a hablar Inglés, todo el tiempo lo hablaban, en casa mi mamá y mi papá también lo hacían para que yo aprendiera más rápido. Me vi obligado a aprender porque no siempre mi mamá salía conmigo, ella tenía que trabajar en ocasiones me acompañaba a la tienda y hacia que yo pidiera las cosas en inglés, a veces las gente no me entendía porque mi pronunciación era mala, antes cuando iba al
cine solo porque no sabía. Y así fue, un año después regrese al Higth School, todas las clases eran en inglés, nunca hablaban español. Mi mamá pagaba algo adicional para que un maestro me apoyara y así fue como terminé, fue difícil adaptarme y aprender un nuevo idioma. A mis papás les va bien, nos fuimos a vivir a New York tres años, y después a Miami Florida, tenemos un negocio de carpintería, actualmente trabajo en una oficina de envíos, mi capacitación fue complicada porque aún se me complica un poco el inglés. Extraño a los abuelos, cada semana hablamos por teléfono, algunas veces hacemos juego de palabras ellos me hablan en hñähñü y yo les enseño palabras en inglés para cuando ellos vengan a visitarnos no se sienta como yo, ya ven decir “ Hello, bye, I love you”
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“NO HABLO INGLÉS” Sofía Rosales Jara
En qué momento mi vida cambió tanto? ahora estoy aquí a merced de la nada, padeciendo tanta hambre y tanta sed. Se supone que yo venía para que mi calidad de vida fuera mejor, a triunfar y ser exitosa, a ganar dinero y enviarle un poco a mi madre, pero no resultó lo que yo esperaba y pues cómo no, sin documentos y pasando la frontera así nada más de mojada, aquí no soy nadie, solo una mexicana que busca una oportunidad en un nuevo país. Elena tuvo que pasar por muchas carencias y eventos desafortunados, uno de ellos fue que abusaron de ella, una noche que se quedó dormida en un pequeño refugio que encontró. Unos hombres, mismos que también buscaban pasar la frontera la golpearon y la tomaron a la fuerza. ¿Por qué el hecho de ser mujer me hace más vulnerable a los ojos de los demás? Ahora aquí, con dolor de vientre, los golpes no me duelen, me duele más que hayan abusado de mí, que hayan tocado un cuerpo que no les pertenece, es mío, es mi territorio, no debieron de hacerlo ¡malditos! odio tanto la vida, odio esto que me está pasando. Tengo frío y por si fuera poco esos malditos se llevaron mis pertenencias, no tengo nada. La comida de Elena solo fueron pedazos de pan que encontraba en la basura y desperdicios de fruta que había regada por las orillas de un basurero. Lo único que le quedaba era seguir caminando con las manos vacías, encontrar un camino o a alguien que pudiera ayudarla. Elena lloraba, lloraba
mucho pero no fue algo que le impidiera seguir en la búsqueda. En el camino encontró otro grupo de personas que estaban en la misma situación que ella, eran indocumentados que sí lograron pasar la frontera sin problema, huían de una policía radical. Uno de ellos le invitó agua y al verla tan sola la invitó a que se uniera al grupo y que no pasara esos momentos sola. Elena con temor aceptó, le dio más confianza porque había mujeres en el grupo, pero aun así sentía miedo. Caminaron durante unos días y unas horas más pasando hambre, frío, sed y finalmente llegaron a un pueblo cerca de Arizona, encontraron un lugar para descansar y beber agua, se alojaron y ahí pasaron la noche. Al día siguiente Elena despertó y miró a sus demás compañeros alistándose para seguir con la búsqueda de un nuevo futuro. Durante el trayecto se fue desintegrando el grupo que había encontrado Elena y poco a poco iba quedando nuevamente sola, porque unos probaban suerte por otros caminos, otros de plano se quedaban a la mitad, así que ella continuó sola, como al principio. Después de tanto caminar y nuevamente deshidratada, cayó al suelo, lloró y se sentía terrible, extrañaba el calor de su casa que, aunque pequeña, siempre se sintió muy cómoda ahí. Pensaba en su madre, en sus familiares y eso le dio más fuerza de seguir, se levantó y limpió sus lágrimas con la manga del suéter. Afortunadamente o desafortunadamente llegó a una pequeña casa, se veía normal, muy pequeña. Afuera estaba la dueña de la casa, una señora ya mayor, barriendo la banqueta, Elena se acercó y le pidió un vaso con agua, la dueña de la casa al principio temerosa, no le hizo mucho caso, pero después de verla en el estado en el que venía, no pudo dejarla así y la invitó a pasar.
Elena le agradeció que le diera un vaso de agua y comida. Pasó dos días en la casa, la señora vivía sola, en algunas pláticas que tenían le contaba que sus hijos trabajaban en otro lado pero que había uno, el menor de los tres que a veces iba a verla, era el único que la frecuentaba. La señora, aunque tenía pocos recursos y poco dinero le ofreció empleo a Elena, le pidió que le ayudara en las labores del hogar para que su casa no se cayera de mugre, Elena aceptó y así continuó casi tres semanas Elena fue de mucha ayuda para la señora y se hacían compañía, además de que la señora ya estaba un poco mal de salud. Platicaban, comían y se reían juntas, había momentos en los que hasta las dos lloraban al contarse sus cosas. Elena le contó a la señora lo que le pasó y ella le dijo que no se preocupara que todo en esta vida se paga, se consolaban y ya se tenían mucho aprecio a pesar de ser desconocidas. Un día por la mañana se escuchó la puerta y unos pasos silenciosos, era uno de los hijos de la señora, el más chico, Alberto se llama, un muchacho que trabaja largas jornadas en una fábrica y que cada quince días le dan dos días de descanso. Alberto entró a las dos habitaciones, primero a la de su madre y luego para acomodarse y descansar un poco entró a la de Elena, pero él no sabía de su existencia. Cuando entró la vio acostada y decidió salir de la habitación y esperar a que se despertara. Su madre despertó al poco rato y le explicó quién era Elena, más tarde la muchacha bajó a preparar el desayuno y la señora Carmen los presentó. Alberto comentó que por ésta vez le dieron una semana completa de vacaciones, y que iba a estar de visita en lo que comenzaba su próxima jornada de trabajo. Con el trato diario y la cercanía que tenían los tres, se hicieron
grandes acompañantes, Elena preparaba el desayuno y la comida para todos, lavaba la ropa mientras la señora salía a barrer como todas las mañanas, mientras que Alberto sólo se quedaba encerrado en su cuarto descansando y había ocasiones que se la pasaba espiando a Elena. El muchacho sentía una fuerte atracción hacía ella, pero Elena le dejó las cosas muy claras desde el principio. Alberto no lo aceptaba y se aferraba a que ella le correspondiera. Una noche llegó demasiado borracho y entró a la habitación en la que se quedaba Elena, se acercó sin hacer ruido y solo la miraba, se quedó parado mucho tiempo contemplándola. Después salió para confirmar si su madre seguía dormida, entró al cuarto y puso el seguro, se sentó en la cama de Elena y ella se despertó, él le tapó la boca y comenzó a tocarla, ella se resistía y solo se le salían las lágrimas. Se la pasaron forcejando hasta que Alberto le dio un golpe y ella se desmayó en sus brazos. Al día siguiente Elena sentía mucho dolor, le dolía el cuerpo, pues había sido violada nuevamente. Alberto huyó y le dejó una nota a su madre de despedida. Elena le contó a la señora lo que había pasado y juntas fueron a denunciarlo, a la señora Carmen le dolió mucho lo que había hecho su hijo, pero él tenía que pagar. En los pasillos del edificio de policías, Elena tropezó con un hombre, ese hombre resultó ser un abogado traductor, y al ver desconsoladas a las mujeres se acercó a ayudarles, el abogado escuchó su versión y les dijo que debían denunciar a Alberto. Para esto la señora y el abogado eran los únicos que hablaban inglés combinado un poco con español, Elena no mucho, entendía algunas cosas, pero no al cien por ciento. La señora Carmen sabe hablar español e inglés así que Elena le contaba y Carmen se lo decía al abogado, como un teléfono descompuesto.
Elena decía, -es que todo esto es más difícil porque yo no hablo inglés. El abogado trata de consolarla y le decía que juntos encontrarían la solución que no se preocupara, que siempre había una forma de comunicarse con los demás. La muchacha se sintió más protegida y finalmente pusieron la denuncia, el abogado la defendió a pesar de que era una ciudadana que no pertenecía al país y que no tenía papales. Volvieron a su casa y la señora le pidió disculpas, le dijo que no sabe por qué su hijo actuó así, Elena solo agradecía el haberle dado un techo y comida, le decía que se olvidaran de todo. Poco después, Alberto fue detenido en la fábrica donde trabajaba, lo llevaron a la cárcel y fue condenado a veinte años de prisión. Elena y la señora se enteraron y por fin pudieron vivir en paz. Ambas ya estaban muy acostumbradas a tenerse de compañía, pero Elena no olvidaba a su madre y le enviaba cartas muy seguido contándole lo que le pasaba día a día. Le mandaba un poco de dinero, después decidió entrar a la universidad y el abogado le ayudó a tener sus papeles en regla para que no la regresaran a Sinaloa. Así continuó viviendo durante cinco años más hasta que la dueña de la casa enfermó gravemente y murió, Elena ya no tenía nada que hacer en aquella casa, así que decidió irse. El abogado y ella decidieron tener una relación y él le ayudó a entrar a la escuela. Finalmente, Elena juntó dinero para que su madre se fuera a vivir con ella.
CapĂtulo 5
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MEXICANO HASTA LA MUERTE Ana Gabriela Cortés Ramírez
No hablo inglés y qué! Parece que actualmente todo el mundo se preocupa por querer conquistar ese idioma. —¡Carajo!- Como es que la gente puede angustiarse tanto por conseguir un pedazo de papel que diga: —“Felicidades, usted ha concluido el nivel master en el idioma Inglés”-. Bueno, eso es lo que creo que dice el diploma ese que dan al terminar los cursos en esas escuelas que se anuncian por la televisión, o en el radio; e incluso en el “Facebook” que tanto utiliza mi nieta. Yo no entiendo cómo es que ese idioma puede hacer que uno sea mejor persona que otro; o sea, que digan que si hablas inglés es seguro que eres una persona educada; una persona con prestigio, una persona de esas…que se pueden hacer ricas de la noche a la mañana por irse a vivir a los Estados Unidos. Yo nomás oigo a los jóvenes de ahora que se mortifican tanto por querer sentirse igual que los gringuillos esos; pero… será cierto eso que ¿uno se vuelve mejor persona si habla inglés?. ¿Será que eso verdaderamente es lo que hace que un país sea mejor que otro? Si yo nomás miro en la televisión que los gringos son unos hijos de su ma…; que solo buscan el beneficio pa´ ellos mismos; no quieren a las personas extranjeras, se roban los recursos naturales de los otros países, destruyen todo lo que no está dentro de sus tierras y hasta entre ellos mismos se matan….
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—Nooo! que va…- que voy yo a andar queriendo ser como ellos. Ni en sus sueños de cocinero me tendrán; ha porque déjenme les digo que pa´ eso sí nos quieren…. —Pa´ hacerles los trabajos que ellos no quieren hacer—. Que disque dicen que no quieren a los mexicanos…pero bien que nos buscan pa´ir a sembrar sus tierras, pa´ que les hagamos su comida, pa´ hacer lo que los huevones dicen que no saben hacer, o más bien que no quieren hacer. Esos gringos se sienten muy superiores a nosotros; pero les aseguro que nosotros los mexicanos, somos mejores que ellos en todo. Y si no me creen haber que piensan después de esto: somos personas inteligentes, honestas, trabajadoras, luchonas, vivimos en un país maravilloso; el cual nos da hasta pa´ mantener a esos gringos; solo que no todos vemos de este modo las cosas. Ahí están nuestros políticos (las personas que se supone tienen una buena educación), esos papanatas que parece que tienen sangre estadounidense, porque los muy canijos, solo piensan en el beneficio de ellos mismos; los muy ambiciosos se han dejado llevar por el goce del dinero y les han puesto en bandeja de plata todo lo que tenemos. —¡Que digo de plata; más bien dicho de oro carajo!Yo por eso mismo digo que no me gustaría aprender a hablar inglés; no porque no pueda aprenderlo; si no porque no me gustaría tener a mi lado a un gringo hipócrita que mientras obtiene de mi lo que quiere me considera “su amigo” y cuando ya haya sacado de mí el mayor provecho me apuñalará por la espalda. Muchos mexicanos tienen que sufrir de humillaciones, malos tratos, pierden su libertad, a su familia, su identidad e incluso hasta la propia vida;
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y todo por querer sentirse como ellos. Yo seré un viejo sin estudios y mugroso si ustedes quieren; pero eso sí… —¡Soy un viejo feliz!- porque en mí; vive la dignidad, el orgullo de mis raíces mexicanas, la lengua que me heredaron mis ancestros y que en mi opinión vale más que cualquier otro idioma. —Pero en fin; que le podemos hacer- si actualmente es requisito casi indispensable que las nuevas generaciones tengan que aprender a hablar inglés. Nomás fíjense; pa´ leer el instructivo de algún aparato eléctrico se necesita el inglés, pa´ tener mejores puestos en un trabajo… debes saber inglés, pa´ poder titularte en alguna universidad debes tener conocimientos básicos o altos de inglés, pa´ tener algún negocio dentro de alguna zona turística en nuestro país debes saber inglés, —¡Carajo!— para todo quieren que hablemos inglés. Por qué no mejor ellos aprenden a hablar español; finalmente se creen más listos que nosotros ¿no?; ah pero se justifican diciendo que hay algunas letras que no pueden mencionar; disque porque se les hacen muy difíciles de pronunciar; ah… pero haber entonces díganme, quien les dijo a ellos que para nosotros es fácil; porque si así fuera, todos hablaríamos el tan mentado inglés ese. En estos últimos días que me han de quedar de vida, no he dejado de pensar que hubiera sido de nosotros los mexicanos si no hubiéramos permitido que nos impusieran ese idioma. —¡Quizá seríamos más felices!—; —¡No tendríamos que andar de arrastrados!—; como bien decía mi padre, que en paz descanse y que Dios lo tenga en su Santa Gloria.
Quizá seríamos mejores personas, y no dependeríamos económicamente de otros. Nosotros mismos seríamos los creadores de nuestras propias fuentes de trabajo, no menospreciaríamos a nuestros paisanos, nuestra cultura sería impenetrable y seguiría siendo auténtica y pulcra. Pero bueno; ya no me queda más remedio que tratar de aceptar la realidad; pero que quede bien claro, que yo no estoy de acuerdo con esto. Yo solo estoy de paso en esta vida, pero si mi gente, mi pueblo, mis hermanos o como quieran hacerse llamar; algún día llegaran a leer esto, me gustaría que reflexionaran ante tal situación. Y les pido que por un momento piensen si verdaderamente es necesario saber hablar inglés para poder hacerse valer en esta vida. Estoy casi al lecho de mi muerte y quizá esto les pueda sonar muy contradictorio; yo sé que en este mundo todos y cada uno de nosotros somos diferentes y por ello tenemos que cubrir ciertas necesidades básicas dentro de nuestros hogares y si para ello es necesario saber hablar inglés… —¡Háganlo!-; pero nunca se olviden de su dignidad como mexicanos, nunca pongan en juego su vida ni la de sus seres queridos, nunca renuncien a su felicidad, nunca dejen que el egocentrismo invada sus corazones; no mal miren a aquellos que calzan huaraches y calzón de manta, no entierren sus costumbres por pena a ser criticados, no se olviden que ser mexicanos es un orgullo. Finalmente creo ya he dicho lo que pienso de ese idioma y concluyo diciendo: —¡Soy mexicano hasta la muerte!, No hablo inglés, ¿Y qué…?
NO HABLÓ INGLÉS UNA VEZ MÁS, OTRA HISTORIA DE AMOR Jazmín Hernández Hernández
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“Cada idioma es un modo distinto de ver la vida”. Federico Fellini
Qué levante la mano quién no ha sufrido por amor? En lo personal, considero que la mayoría de las personas conocemos muy bien el síntoma del amor y del desamor; ya que en algún momento de nuestras vidas nos hemos enfrentado de manera positiva o negativa a la lucha continua de estar junto a la persona que nos gusta o queremos a nuestro lado y muchas veces sin importar la opinión de la gente que está a nuestro alrededor. No cabe duda que el “síndrome del enamoramiento”, nos impulsa a hacer cosas que en otro estado nunca nos atreveríamos siquiera a pensarlo. En esta ocasión será un placer compartir contigo mi primer acercamiento en cuestiones de amor. ¡Ssshh! Solo las personas muy cercanas e importantes para mí conocen que cargó a cuestas un amor no resuelto, un amor silencioso que me carcome el corazón cada vez que me encuentro de frente con esa persona. Está demás decir que toda mi situación sentimental depende de una ligera línea entre el (me atrevo a dar el primer paso o espero a que él reaccione por su cuenta). Muchos de ustedes pensaran que me gana la cobardía e inseguridad al momento de enfrentar y resolver directamente mis sentimientos, y en efecto asumo total responsabilidad ya que este problema me genera un descontrol
emocional. En este momento no sé qué es peor entre un amor de común acuerdo terminado o un amor que no ha tenido la oportunidad de empezar por x razón. Reconozco que durante este largo proceso ciertos días me siento identificada con una película, una canción, un cuento, un video blog, etc. lo cual me provoca muchas ganas de llorar hasta reventar. Lo más importante de lo anteriormente mencionado es que les cuente el cómo empezó una de tantas historias que sufren del “Síndrome del corazón incomprendido”. Todo empezó en un día cualquiera dentro de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (SLT), exactamente durante la clase de Lenguaje y Pensamiento II, sólo recuerdo un choque o cruce de miradas a distancia entre dos personas totalmente desconocidas las cuales tuvieron un agradable encuentro interno o emocional. Lo más extraño de todo es que desde ese momento inexplicablemente sentí una fuerte conexión de atracción física, emocional e intelectual hacia esa persona que hasta el momento no he podido superar. De hecho, no puedo negar que a pesar de todo extraño su presencia que me provoca una lluvia de emociones encontradas las cuales no me dejan razonar y por esto mismo no me reconozco ante mi irracional miedo que repercute a la par de mis acciones. Después de un tiempo por alguna razón se nos dio la oportunidad de trabajar juntos para un proyecto académico el cual requería de mucho tiempo tanto en lo teórico como en lo práctico, está demás decir que este trabajo nos ayudó a conocernos más de lo normal. Es importante resaltar que poco a poco se rompió el hielo entre los dos, como era de esperarse algunas veces
tuvimos que trabajar fuera de la escuela y durante esos encuentros hablamos mucho, y vimos varias de sus películas favoritas dentro de su casa. Recuerdo que en alguna ocasión me dijo que a él le gustaba mucho escuchar música, leer y ver programas o películas en inglés ya que estaba estudiando tal idioma con la intención de migrar en tres años y vivir cinco años en los Ángeles California E.U.A; ciertamente tales palabras me hicieron mucho ruido y me dejaron en shock durante una semana completa ya que yo no podía comprender y compartir sus razones. Ciertamente mi caso es totalmente diferente por varias razones ya que no compartimos los mismos gustos, metas, sueños y estilos de vida; en primer lugar, yo no disfruto mis clases de inglés; al contrario, son mi pesadilla favorita, en segundo lugar, soy una irremediable fan de los animes, doramas, “k-dramas” y “K-pop” las cuales están ligadas a la cultura oriental ( Japonesa y Coreana) y en tercer lugar no deseo vivir fuera de mi país natal. Lo trágico de todo es que en el peor de los casos ya estaba enamorada de una persona exquisitamente inalcanzable. ¿No estoy loca? Creo que es una locura de amor seguir aferrada a alguien sabiendo que no te corresponde de la misma forma ya que no se ha dado cuenta de lo que provoca en mi ser. El tiempo pasó muy rápido y la fecha de su partida llegó, no estaba lista para despedirle. En ese momento solo sabía que atravesaba por uno de los momentos más difíciles de mi vida, porque sentía una inmensa necesidad de hablarle y detenerlo al precio que fuera. Al fin y al cabo reprimí una vez más mis sentimientos y emociones porque sabía, desde lo más profundo de mi corazón, que esa no era la mejor forma de llamar su atención.
LAS LENGUAS OLVIDADAS
A
Lenika Ortíz Rodriguez
l menos la mitad de los universitarios hablan inglés, en primera porque es una exigencia, y en segunda porque nos da un estatus que entre nosotros mismos reconocemos. La cuestión no es que si yo hablo o no el inglés, si no por qué lo hablo o no. Lo que sucede es que yo sí hablo inglés, al menos en un 75.5%, no es mi lengua madre y no me había preguntado hasta ahora sobre el por qué tuve que aprender el idioma. Siempre creí que era porque realmente me gustaba saber sobre otra cultura, otra diferente y lejana. En las escuelas públicas de México se enseña el idioma inglés desde la secundaria, uno tendrá unos doce años cuando comienza este acercamiento con otra lengua. Si se es de una familia mejor acomodada, los padres insisten en pagar cursos para sus hijos desde que son muy pequeños. Yo misma daba clases de inglés para niños, inglés básico. ¡Que si “amarillo, yellow”, que si el “pollito, chicken”!, la mayoría de los niños ni siquiera estaban interesados en hablar bien su lengua materna. Entonces; ¿Por qué debemos de aprender el inglés? ¿Por qué no mejor aprender maya, o náhuatl? Que por cierto, estos cursos en casas de cultura son gratis debido al peligro que corren estas lenguas de extinguirse; los de inglés generalmente son de precios elevados y hay mucha demanda. Debemos tener en cuenta que hay al menos Sesenta y cinco lenguas indígenas vivas diferentes originarias de México, que por si fuera poco ha disminuido drásticamente el número de hablantes y hay una preocupación
constante por la extinción de estas lenguas, cabe destacar que no deben ser considerados dialectos, sino lenguas. ¿Por qué dejar olvidado aquello que nos pertenece? Ninguna de las lenguas indígenas tiene más de un millón de hablantes, mientras que el 40% de los mexicanos comprende un nivel básico del inglés. ¿De dónde nace esta necesidad de aprender el idioma inglés y por qué no otros idiomas? Lo primero que puedo pensar es que nuestro sistema de organización social, nos impone aquello que debemos saber, aquello de debemos ser. Después de todo el idioma inglés, es el idioma del mercado. Si quieres ser una persona de negocios, debes saber inglés, para poder relacionarte con el mundo. Pero dejemos de un poco de lado esta primera impresión de la función del inglés. Digamos que aprendemos inglés por mera cultura, para saber más, para aquel día cuando vayamos de vacaciones a Estados Unidos el país vecino, el país que está pensando en ponernos un muro porque somos un peligro ¿Y así para qué ir? ¿No podemos ir al Sur mejor? Ahí donde hablan una variante de nuestra lengua materna, un español con sabor como lo hablan los Colombianos, podríamos ir a Brasil donde el “Portuñol” es nuestra opción para comunicarnos ¿Qué tal Chile? Para nosotros ellos se comen las “s`s” y ellos dicen que nosotros “seseamos” mucho, ¡qué más da! igual nos entendemos, sumado a que son países de clima cálido, al menos no moriríamos de frío por allá y seguro que no nos discriminan por ser prietitos.
Somos nosotros los mexicanos los que pensamos a menudo que las culturas del Sur y las propias del país no son tan importantes, que en México se habla únicamente español en todo el territorio. ¿Por qué aferrarnos a quien no nos quiere? ¡Pasa igual que en el amor! Queremos a quien no nos quiere, y no queremos a quien nos aprecia. Pero no nos pongamos cursis. Si los países del Sur son parecidos a nosotros, de cultura rica y carácter humilde por ser gente trabajadora. Deberíamos comenzar a mirar hacia el Sur. Aquello de decir que aprendemos inglés por mera cultura muy probablemente es falso, si de verdad quisiéramos saber sobre cultura aprenderíamos para empezar la nuestra. En la universidad nos obligan a aprender el inglés, porque los grandes pensadores de todos los tiempos están traducidos al inglés y en este idioma se lee mejor ¡Y seguimos con la misma! Ahí está Miguel de Cervantes, obra completa con un español selecto, digno de leerse por cada ser que habita la tierra... (Bueno no exageremos) ¿Y qué tal los saberes de los griegos? Por qué no nos enseñan mejor el griego, así podríamos leer a Platón, comprenderíamos aquellos conceptos tan complejos y difícilmente traducibles al español, ¿Por qué no aprender Alemán? Así los que estudiamos filosofía podríamos leer a Hegel y hacernos más bolas. Ya al menos tendríamos algo presumible que decir. De nuevo se reduce a lo mismo, el inglés es aquello que nos dicen que es mejor aprender, es un pensamiento impuesto, aquello que debemos ser.
Deberíamos entonces ser más conscientes acerca de por qué queremos hablar inglés, si hay una mejor opción. Tratar de romper con ese sistema impuesto. Hace un tiempo decidí que si un extranjero se acerca a mí tratando de conversar conmigo únicamente en inglés, voy a negarme pues lo considero una falta de respeto, ellos vienen acá esperando que nosotros hagamos lo que ellos no quieren, hablar español. No quiero ser parte de ese sistema, donde tenga que verme obligada a hablar una lengua extranjera solo para poder comunicarme con otros o tener un status. En cambio preferiría aprender una lengua indígena, pues es una realidad de mi país que merece tener importancia. Es esa parte de México que simplemente no se puede ni se debe olvidar.
BLOQUEO LINGÜÍSTICO.
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Maite Hernández Cruz
a problemática que enfrentan hoy en día tanto adolescentes como jóvenes universitarios frente al idioma Inglés, se origina desde ideas como: el no entender, no saber pronunciar y ni se diga el saber escribirlo. Pero remontándonos a los posibles factores que provocaron este impacto en el idioma español mexicano, podemos aludir que se debe a la implementación de tratados comerciales, es decir a los tratados de libre comercio con Estados Unidos en 1994. El idioma inglés americano es hoy por hoy el idioma dominante en el ámbito de los negocios bussines. Sin embargo en la mayoría de la población mexicana existe un pánico de tan solo escuchar la palabra Inglés. Pero a qué se debe el temor a hablar una segunda lengua, de dónde provienen estos miedos monstruosos que paralizan el entendimiento, que permiten el pánico escénico y muchas otras barreras del dominio del inglés. Partiendo desde la condición sociocultural que el mexicano ha desarrollado a lo largo del tiempo, se podría inferir que la idea que éste tiene de sí mismo depende mucho de la identidad adquirida desde la época colonial, es decir, como conquistado, dominado, inferior. Estas características se pueden considerar como parte aguas de los tan reconocidos miedos o temores frente al idioma de los países de primer mundo. Sin embargo el idioma español se introdujo muy bien en México bajo la ideología del conquistador; el problema es una nueva conquista originada
en los noventas a causa de la globalización y como consecuencia del TLCAN, es decir, a nivel comercial, económico y cultural, lo cual hace que la entrada de un nuevo idioma en tan pocos años a tierras mexicanas como es el Inglés, no sea tan asimilado como se espera. Otro de los factores que origina el bloqueo ante el ya mencionado idioma, se deriva de la poca iniciativa que ha mostrado la secretaria de educación pública SEP para implementar este idioma desde el nivel preescolar y que a su vez sea impartido por profesionales en esta área y no solo como mero requisito para acreditar horas por parte de estos, que es lo que sucede en las instituciones públicas. Existe una desventaja respecto a la edad más apropiada en la que se aprende y adquiere habilidades para generar un nuevo conocimiento, entre los cuatro y diez años aproximadamente, en comparación a la edad que se tiene en la secundaria entre los doce y quince años. Ya que la implementación de la enseñanza del idioma ingles se da a nivel secundaria, edad en la que los estudiantes adquieren mayor capacidad de aprendizaje, cambios físicos, emocionales, hormonales, etc. Lo cual hace más difícil aun el aprendizaje de este idioma. Cabe señalar que la diferencia entre el Ingles Americano y el británico, es muy notoria y he ahí otra pequeña dificultad para hablarlo, entenderlo y escribirlo. El inglés americano se define como informal, mientras que el británico es lo opuesto. El que se imparte en las aulas mayormente es el formal, pero a la hora de pronunciarlo se hace una mezcla de ambos. Es en ese momento donde resulta frustrante y por ende muy difícil.
A partir de estos factores, es que mucha de la población estudiantil parece temerle a un segundo idioma y más en el caso del tan nombrado inglés. Pero si hacemos una reflexión de nuestro idioma o al menos el que ya hicimos nuestro, o sea el español, este está cargado de ciertas palabras provenientes del inglés, denominadas anglicismos incluso algunas han sido adaptadas al español. Claro ejemplo de esto son las siguientes palabras que Maria Gpe. Ha señalado en su artículo sobre la globalización del Idioma Ingles: Estrés que viene de la palabra en inglés stress Directorio (que en realidad puede ser empleada como guía) proviene de la palabra directory Disquete proviene de disket. La palabra beisbol se adaptó de baseball. Al igual que futbol de la palabra en inglés football. Gol de la palabra goal. Checar (revisar) viene de la palabra en inglés to check, Tenis se ha castellanizado también, de la palabra tennis, La palabra sándwich se ha castellanizado su ortografía igualmente pues en inglés es Sandwich, etc… (Castro; 4) Entonces podríamos concluir que los mexicanos no dominan bien el inglés, por un temor ya arraigado de mucho tiempo atrás que ha sido heredado a través de muchas generaciones. Pero si toman prestadas ciertas palabras e incluso se llegan a apropiar de ellas. Y ya lo dice Rafael Correa que “algunos hablan español pero piensan en Ingles”. En México piensan, hablan en español y adoptan anglicismos por pura moda.
Referencia bibliográfica Castro. Ma. Guadalupe 2012. La globalización y el impacto del idioma ingles en Sánchez Soler, M. D., Herrera, J., & Ponce, L. (2012). II Simposio de becarios y ex becarios del Conacyt. Edición Europa, Parlamento Europeo Estrasburgo, presentación en power point, PNPG, Conacyt, noviembre.[Links].Recuperado el 30 de marzo de 2017 a las 15:38 en: http://www.mufm.fr/ sites/mufm.univ-toulouse.fr/files/evenement/symposium/ ponencias/maria_guadalupe_castro_oliva.pdf
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Capítulo 6 59
UACM
Y A TI ¿QUÉ TE PASÓ POR NO SABER INGLÉS?
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Diana Paola Chávez Lorena
ay casos en los que un choque cultural nos pone fronteras y el idioma es una limitación de comunicación entre individuos dónde se rompen vínculos de socialización, el cual no debe ser una imposibilidad abierta al conocimiento. En la actualidad el inglés es un idioma dominante alrededor del mundo, y no hablarlo o tener un conocimiento de él ha generado conflictos desagradables para quienes no lo dominamos al cien por ciento. Este libro presenta algunos de los problemas que han sufrido individuos que no hablan inglés, en especial mexicanos que chocan con esta barrera del idioma., Muestra las inconformidades que se presentan al no estabilizarnos con otro idioma como lo es el inglés tanto personales, sociales, nacionales, etc. Estamos rodeados de inglés y cada día nos persigue más a donde quiera que vayamos. A continuación, respuestas de mexicanos estudiantes, amas de casa, empleados, migrantes, niños en fin, personas no hablantes del inglés que han tenido una limitación por no hablar o entender este amplio idioma. ¿Y a ti, qué te paso por no saber inglés? Viridiana Sánchez “No encontrar en internet una película que me guste en español”
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Carlos Chávez “Algunos de los instructivos de productos extranjeros no vienen en español, y descompuse mi primer celular por no programarlo correctamente” Giovany Jimenez “Hay algunos libros que sólo están en inglés, y aunque me interese el tema no le entiendo” Eriberto Gallegos “Me fui de mojado a Estados Unidos y el primer mes no hablé con nadie, hasta que empecé por familiarizarme con las oraciones básicas y tuve que entrar a una escuela donde enseñan ingles si quería continuar allá” Carlos Peña “Era nuevo en la ciudad y en mi primer clase tenía que pedir permiso para entrar a clase en inglés, me quede afuera del salón” Monserrath Espinoza “He visto que varias personas no entienden los letreritos de CLOSEDOPEN en las puertas de los negocios” Ana Mendoza “No me gusta que en los cines mexicanos aún haya películas en inglés, solo con subtítulos, deberían ser todas dobladas al español” Brissa Dominguez “Yo, las únicas palabras en inglés que les digo son: like, whatsApp, selfie, crush, Facebook, stalker” Aron Castillo “No entendí y no me gustó una película que estaba en inglés”
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Diego Oliver “Cuando empecé a estudiar programación quise renunciar por que se me complicaba entender los códigos en inglés” Laura Santander “No me gusta el inglés, sin embargo está en todos lados” Antonio Novales “Me cuesta mucho trabajo pronunciarlo” Alejandro Aguilar “Sé que si quiero un buen trabajo necesito aprender inglés” Jonathan Loera “Siempre que escucho hablar a un extranjero me quedo con la cara de ¿what?” Karen Guzmán “Me dijeron que si quería viajar a otro país del norte mínimo tenía que saber inglés” Cesar Reyes “No pase mi examen al Politécnico porque la mayoría de las preguntas estaban en inglés” Mariana Gaytan “A mí me hacen Bullying, se burlan de mi “ Javier Chávez “Me quedo con la duda del qué dijeron cuando escucho hablar a otras personas un idioma diferente al mío” Ismael Castro “Yo no entiendo la plática y sólo me rio cuando los demás se ríen”
Todos alguna vez hemos pasado por una situación similar, no entendimos un instructivo o le cambiamos a la película por qué esta en inglés o nos sentimos extraños si escuchamos hablar un idioma diferente al nuestro. Sin embargo cada día estamos más familiarizados con el idioma vecino, Tenemos al alcance el inglés, en la calle el nombre de empresas extranjeras en México, los nombres de las nuevas generaciones, el turismo en nuestra ciudad y en la tecnología en nuestras manos. Sin embrago el no saber inglés tiene varias consecuencias aún en nuestro país México.
LA IMPORTANCIA DE HABLAR INGLÉS
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Ismael Castro Alvarado
ablar inglés, ahora es indispensable. En nuestros días, el manejo de un segundo idioma es casi indispensable, sobre todo si se trata del idioma inglés. ¿Por qué se ha vuelto tan importante? En la vida cotidiana, nos encontramos en un sistema globalizado, y que mejor ejemplo de ello que un segundo idioma que se ha convertido en más utilizado para la vida cotidiana, el inglés. Sin duda es una herramienta en muchos sentidos, desde entender el instructivo de un nuevo aparato electrónico, un celular, una Tablet o cualquier dispositivo que se te acurra comprar, viene en inglés. Las instrucciones para armar un mueble o cambiar las baterías. Para leer obras, artículos o revistas de interés, que se escriben en éste idioma y te limitas sólo buscar información y leer en español, lo que evidentemente es una desventaja. Si te gusta la música en inglés, se da mucho que la quieres cantar y entender una canción que te gusta, lo cual resulta en cantar lo que le entiendes y que es sin ningún significado. Y cuando te decides a buscar el significado de la letra, es una aberración total. Otra situación es si viajas o visitas un lugar donde el turismo es internacional, el hotel, los restaurantes, los bares, antros y sitios turísticos se habla en inglés. Resulta sorprendente que hasta la señora nativa que vende sus artesanías, las promueve en otro idioma y tú al querer conocer a gente de otros países,
resulta que la principal lengua es inglés, lo que es algo malo porque entonces ya no conoces a los que quieres, sino los que te entiendan. En la parte laboral se ha convertido en una necesidad básica, ya que muchas empresas grandes están establecidas de México, sin embargo, su reporte es a otro país, en dónde el inglés es el idioma universal. Afortunadamente o desafortunadamente, estas empresas tienen mejores prestaciones que las nacionales, por lo tanto, el dominio del inglés es un factor importante para la contratación de nuevo personal y un elemento considerado esencial en su desarrollo. En consecuencia, ser bilingüe significa mayor oportunidad laboral. En el sector turístico, de manufacturas, de negocios internacionales, es indispensable para traspasar fronteras, para expandir, para vender y negociar. Muchos de los contratos tienen que ir y venir de otros países, y el estándar de idioma es inglés, según un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad, en México sólo 5% de la población habla inglés, lo que en consecuencia hace que el país pierda cada vez más competitividad y se quede rezagado frente a sus principales socios comerciales. Es pues un arma que permite comprender e interactuar, de competir y entender de mejor manera el mundo contemporáneo. Pero ahora podemos plantear y razonar la posición de la mayoría de los mexicanos con respecto al tema de saber hablar inglés, podemos empezar preguntándonos: ¿Cuántos mexicanos saben hablar este idioma? ¿Qué tipo de población son quienes tienen acceso al aprendizaje de éste? Es estatus social es una barrera importante en el aprendizaje.
En materia de educación pública ¿Qué es lo que se ha implementado para que los alumnos puedan aprender? Los profesores que se encargan de impartir la materia, ¿Qué nivel de inglés tienen? La calidad de enseñanza ¿Qué tan eficaz es? Aprender el idioma ¿Representa una amenaza cultural?
SOFÍ Mariana López Gaytán
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a partida. A largo de su vida, Sofí, se había preguntado qué había más allá… Más allá de la montaña, más allá de su colonia, más allá de su estado, más allá de su país, más allá de todo. Sofí quería conocer todo lo que sus ojos no habían visto, oler lo que su olfato no conocía, y tocar todo aquello que sus manos no habían palpado. Ya lo tenía decidido, tenía que irse, irse pronto, antes de que la cordura la detuviera, antes de que sus miedos la vencieran. Hasta hacía poco, lo único que la detenía a seguir en el mismo lugar en donde había nacido eran sus padres, pero ellos ya no estaban, ahora estaba sola, sin familia ni amigos. Ella siempre fue muy tímida y retraída, sus padres la educaron para no confiar en extraños, para tener cuidado y temor a lo desconocido. Aunque siempre hizo caso a las enseñanzas de sus padres, muy dentro de sí, sabía que no compartía la misma opinión por los extraños, pues se maravillaba, cada vez que veía a alguien ajeno al pueblo, los veía con atención, observaba, sus ropas, los ademanes, las palabras que usaban, el tono y la manera en la que hablaban, los chistes que contaban e incluso la manera de comer. E imaginaba de dónde venían, por donde habían pasado, hacia donde se dirigían y si algún día podría hablar con ellos.
Hacía un año que sus padres habían fallecido, le habían dejado una modesta herencia, algunos animales, un terrenito y su pequeña casa. Había averiguado cuánto le costaba llegar a Tijuana y después cuánto le costaba “cruzar al otro lado”, tuvo que trabajar todo este tiempo y vender todo lo que sus padres le habían dejado para poder conocer otro país. Una tarde, decidida y llena de curiosidad, Sofí partió de aquel pueblito del que nunca había salido, solo llevaba una mochila, grandes sueños y grandes esperanzas de conocer lo que había allá afuera. La emoción era tal que apenas recordaba que justo ese día era su cumpleaños, ella cumplía veinticinco años. Viajó y viajó por días, hasta que por fin llegó a Tijuana. Nunca había llegado tan lejos, se quedó viendo a la gente, ahí parada, en medio de todos. Pero eso no le duró mucho, pues, recibió empujones y reprimendas por estorbar. En su pueblo, mientras averiguaba como llegar a “los Estados Unidos”, había hablado con la señora Juana, quien tenía una hija que vivía en Tijuana, esta le ayudaría a encontrar un buen pollero para cruzar. En cuando pudo ponerse en contacto con Carla, hija de la señora Juana, fue en busca de ella. —¿Sofí? ¡pero qué grande estás!, híjole, ¡hace un chorro que no te veo! lamento mucho lo de tus padres, pero, ¿qué haces aquí? La verdad es que no creí que llegarás tan lejos ¿segura que quieres cruzar? ¡Es bien peligroso, además las cosas allá también están difíciles! —No tengo nada que perder, toda mi vida he estado limitada a quedarme en el mismo lugar y a hacer lo que mis padres hacían, pero ahora que no tengo a nadie, buscaré mi propio lugar, el que yo quiera— Contesto Sofí.
—Pues sí Sofí te entiendo ¡pero una mujer viajando sola! ¡Eso es una barbaridad! Si tuvieras marido allá, entendería que quisieras seguirlo, pero no tienes a nadie, además, es muy peligroso, no tendrás a nadie quien te defienda. —Ya no me digas eso Carla, tú me conoces muy bien, éramos amigas en el pueblo, eras mi única amiga y sabías cuanto quería salir del pueblo, tú saliste, ahora me toca a mí. - Contesto Sofí con cierto tono de reproche, pues nunca imagino escuchar aquellas palabras de Carla, ¿cómo podía desanimarla de esa forma? ¡Que egoísta! - pensó Sofí—Claro, Carla ya había experimentado la aventura, pero no quería que su amiga tuviera la misma experiencia. —Precisamente porque soy tu amiga te lo digo, mira, los extranjeros son malísima onda, se sienten superiores a nosotros, sobre todo los gringos, a esos, solo les basta con mirarte el color de piel para saber cómo tratarte. Además ¿cómo le vas a hacer allá, apoco sabes inglés? —Pues no, no hablo inglés, pero hay mucha gente en Estados Unidos que no habla inglés, hay paisanos que viven allá por años y no’ más no lo aprenden. Además, no todos los gringos son malos. Y eso del color de piel ¿qué tiene? Si nuestro color es re bonito ¡Te escuchas como mi mamá! Voy a cruzar al otro lado, está decidido. Sofí no imaginó lo complicado que era cruzar a Estados Unidos. Había escuchado muchas historias que contaban las desgracias que sufrían aquellos que intentaban cruzar, pero siempre pensó aquellos relatos, con la intervención de sus padres, eran inverosímiles, después de todo, sus padres siempre intentaban impedir que su única hija saliera del pueblo.
Allí estaba Sofí, apretujada y sudorosa, con mucha sed y poco oxígeno. Lo único en lo que pensaba era en las advertencias que le hacían a diario sus padres. El miedo la invadió. La única sensación que podía percibir era la desesperación que le transmitía los rápidos latidos de su corazón. —No, no todo puede ser tan malo. Solo es el cruce, seguro todo mejorará cuando esté en Estados unidos- se decía a sí misma, mientras entrecruzaba sus manos para abrazar sus rodillas. —¿Cómo te llamas? - escucho una vocecita chillona. Sofía, giro la cabeza y vio a una mujer delgada, cuya piel era extremadamente blanca, su pelo era largo y oscuro, mientras que sus ojos eran azules, tan redondos y grandes que daban la impresión de que, si los abriera bruscamente, estos podrían salirse. —Me llamo Sofía. —Mucho gusto, yo me llamo Andrea. —¿A qué parte te diriges? —A todos lados y a ninguno en especial— Contesto Sofí con la voz débil y entrecortada. - ¿Pero tienes a alguien con quien llegar? ¿algún familiar o conocido que te ayude mientras tú puedas trabajar? Pregunto Andrea, sorprendida y curiosa. —Mmm, no, a nadie. —¿Deberás? Claro, seguro vienes a trabajar, he conocido a mucha gente que por problemas económicos se aventuran a ir a Estados Unidos para poder mandarles dinero a su familia. No te preocupes eso es más común de lo que crees. —En realidad no voy por el dinero. No tengo familia solo soy yo y mis inmensas ganas de vivir la experiencia. Quiero conocer todo lo que pueda.
De pronto, una gran emoción volvió a invadir el cuerpo de Sofí, estaba recuperando aquella sed de vivir que había acumulado por veinticinco años. -Vaya-Vaya, eres muy valiente, se nota que no sabes lo que es vivir como indocumentada. Yo ya estuve en Estados Unidos pero fui deportada. Mi esposo está allá estamos casados. Me tomó meses volver a reunir el dinero para regresar. Yo soy de Hidalgo y a diferencia de ti, yo regreso no solo para ver a mi esposo, si no, para mandarles cada mes dinero a mis padres. Ellos ya están muy grandes y enfermos ya no pueden trabajar si no les mando dinero, no tendrían cómo sobrevivir. —¿Deberás está muy difícil? Yo he visto solo cosas buenas en la televisión, las películas, las actrices, las casas ¡la comida! ¡Los paisajes! ¡Uy, si está re bonito! Además, la vida es tan difícil como tú la veas depende de ti de tu actitud. —¡No, pues esos son puros cuentos! Esas cosas que mencionas, las casas, la comida y los paisajes, el glamour y la buena vida sólo son para los gringos, nosotros no vamos a disfrutar, si no a trabajar. —¿Nosotros?— Pregunto Sofí con cara indignación. En su pueblo siempre había escuchado esa palabra por parte de sus padres. Ellos la utilizaban para referirse a las personas del pueblo. —Nosotros somos gente humilde, de campo ¿a qué quieres ir capital? No, no, no allá no encajamosSus padres siempre utilizaban el “nosotros” para excluirse. Como si de alguna forma hubiera diferentes tipos de humanos y que de alguna manera estos tenían una regla; no mezclarse. Sofí jamás estuvo de acuerdo con esto. Pensó que eso no lo iba a volver a escuchar después de salir de su pueblo pero, por alguna razón Carla y ahora Andrea se lo volvían a repetir.
—Sí, nosotros los indocumentados. Los gringos, solo nos aceptan porque necesitan que trabajemos para ellos, pero en el fondo, creen que somos inferiores a ellos. Claro que hay excepciones pero la mayoría te trata mal, creen que invadimos su país. Ja. ¡como si no viviéramos en el mismo planeta! Sofí siguió platicando por horas con Andrea, le reconfortaba escuchar a alguien. Además de alguna manera se sentía a gusto con ella. Pronto olvidó la desesperación y pese a la primera advertencia de Andrea sobre las dificultades de estar en Estados Unidos, Sofí siguió escuchando a su nueva amiga sobre cómo era vivir allá. Imaginando lo maravilloso que sería su nuevaexperiencia. Dreams. Habían pasado seis meses después de que Andrea y Sofí habían llegado a Estados Unidos. Sofí había sido invitada a por Andrea a vivir con ella y su esposo mientras Sofí reunía el dinero suficiente para ir a recorrer el país. Sin embargo, Sofí sólo había tenido un empleo que duró muy poco, había sido contratada como empleada doméstica pero las cosas se tornaron un poco confusas cuando Sofí hacía lo contrario a lo que le pedían, pero el colmo de la situación llegó cuando le dejaron una nota indicando lo que tenía que hacer. Y por primera vez Sofí se emocionó al ver una frase que sí entendía. “¡Wash the carpet!” Así, Sofí comenzó a limpiar las carpetas que su jefe tenía en la oficina. Limpió cuidadosamente aquellas que eran de papel y lavó aquellas que eran de plástico. Sin embargo en cierta ocasión dejo caer un par de folders creando un tremendo caos. Sin poderentender lo que decía cada papel, Sofí metió los papeles de manera distinta a la original.
Cuando la señora de la casa llegó comenzó a reclamarle. Sofía sabía que su jefa estaba disgustada puesesta movía sus manos por el aire, mientras gritaba y daba vueltas en la misma habitación. Después de unos segundos Sofí pensó que jamás sabría el por qué la ira de su jefa. Hasta que escucho la siguiente palabra: “Carpet”. Entonces tomó a la señora por las manos y la llevo a la oficina de su esposo, enseñándole por medio de señas, lo que había entendido. La ya enojada señora, enfiereció mas al ver el desastre que había en cada carpeta. Así fue cómo la despidieron. Y por fin, Sofí entendió que “carpet” significaba alfombra más no “carpeta”. Así, con grandes ganas de aprender Sofí comenzó a memorizar palabras en inglés. Cierto día, Andrea llegó a casa con buenas noticias. —Sofí, estuve platicando con mi jefa, su esposo acaba de abrir un restaurante en la ciudad y necesita gente para trabajar, hombres y mujeres que limpien y laven. El sueldo no es mucho pero si logras ser mesera, te puede ir mucho mejor. Sofía, se emocionó y aceptó ir a una entrevista al otro día para obtener el trabajo. Pensó que era su oportunidad de obtener dinero y por fin hacer lo que siempre había soñado. Al día siguiente Sofí llegó al restaurante. Se llamaba “Dreams”. Ella tuvo que preguntar qué significa el nombre y al descubrir que significa sueños creyó que era una señal. [Continua las dificultades que Sofia al trabajar como mesera en el restaurante]
CapĂtulo 7
ROCK EN TÚ IDIOMA
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Agustín Miranda Nieto
afé Tacuba “Las batalla” En el año de 1992 fue el año que vería un golpe de estado fallido por parte del general Hugo Chávez, también fue el año en que se grabaría un unplugged de Pearl Jam, pero en México en particular, se producirían una nueva edición de los libros de texto gratuito, así mismo el grupo vanguardista que mezcla el rock alternativo, sonidos y letras populares mexicanas, conformados por Rubén Isaac Albarrán Ortega (voz principal y guitarra rítmica), Emmanuel del Real Díaz (teclados y coros), José Alfredo Rangel Arroyo (guitarra) y Enrique Rangel Arroyo (bajo y contrabajo), Café Tacuba el grupo que lanzaría su álbum debut homónimo. Estas dos últimas efemérides serán las que se unirán al conocimiento y transformación en el gusto musical de un chico que en ese año estudiaba el segundo grado de la secundaria técnica número veintiocho de la delegación de Xochimilco. Ese año la profesora que impartiría la materia de formación cívica y ética, no solo impartiría los valores y las transformaciones sociales de lo que en los años 90’s se vivía, sino que impartiría una tendencia clara en cuanto a su gusto musical, pues en aquel año la profesora dejaría el trabajo y la organización a los chicos de secundaria, la cual consistía en interpretar una obra de teatro con una canción de Café Tacuba “las batallas”.
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La canción habla de un chico llamado Carlos que esta rotundamente enamorado de María, rompiendo con esos estándares que la sociedad marca y de los errores que se cometen siendo jóvenes e inexpertos, este aprendizaje que imparte el plan de estudios la SEP, no es solo un método académico, al mismo tiempo es un aprendizaje dentro del ámbito musical propio e innovador de México. Al final de cuentas supongo que más que aprender de aquellos valores y normas preestablecidas por la sociedad, lo que aprendí es que la calidad e innovación que tiene este tipo de grupos o esta banda de (podríamos llamarlo así, puesto que la banda no se denomina del género rock) rock alternativo, es más importante para lo que será un gusto o una satisfacción personal. En los 90´s bandas como The Beatles, The door, Pink Floyd, Kurt Cobain, Pearl Jam, Pixies y Radiohead tuvieron un notable éxito en ciertos sectores de México, los cueles veían a el país vecino como un ejemplo a seguir en cuento a lo actual y moderno dentro de la industria de la música, así muchas personas en México crecerían escuchando a los grupos representativos para ambos países y, dando el comienzo para el rock en nuestro idioma, con la idea de copiar al género. Sin embargo Café Tacuba quedo marcado como el gusto musical de mí momento y de lo que seguiría para los años 90’s, así como de las nuevas variantes que llevarían a la creación de bandas como la Maldita Vecindad, Molotov, Botellita de Jerez, Jaguares, El Gran Silencio, entre otras muchas bandas que buscaban de aceptación y posicionamiento, en su propio país. Fue entonces cuando grupos de todas partes del mundo aportarían al rock en mí idioma y el género como Los Fabulosos Cadillac, Soda Estéreo que
eran de Argentina, los propios de los Estados Unidos los que marcarían mí gusto o tendencia por el género rock alternativo. Así comencé a escuchar música que producían los norteamericanos con Blink 182, Nirvana, Metallica, etcetera. Con la creíble convicción que era un chico que estaba en la sintonía del momento y al día en cuanto a las tendencias del momento, incluso intercambiaba con mis amigos o compraba los últimos discos que producían las bandas, escuchaba y escuchaba canción tras canción, disco tras disco, huachahuacheaba, rola tras rola sin siquiera hacerme una simple pregunta, ¿qué carajos quiere decir? En aquellos tiempo creo que solo seguía tendencias musicales e igual supongo que lo que más importaba era en primer lugar, las opiniones de los amigos, en cuanto a que escuchar y que no, así como en segundo lugar de, simplemente decir, “suena chido” y ¡ya! Sin embargo y al paso del tiempo fui reestructurando mi gusto en cuanto la música, pues aunque seguía escuchando la música en inglés que me hacía sentir en onda, ahora ya ponía atención hacia lo que comencé escuchando. Con un poco de madurez musical mi tendencia era cincuenta, pues el rock alternativo que escuchaba era tanto extranjero como nacional, así mismo las bandas con las que eh crecido a lo largo de estos últimos años, también lo han hecho musicalmente, sin embargo la gran desventaja que tengo yo como escucha y receptor, es que no lo entiendo, no lo comprendo y no sé cómo interpretarlo, en pocas palabras “no hablo ingles” y aun que se algunas palabras, sé que eso no es suficiente para poder entender de raíz lo que el cantante o la banda quiera que los que lo escuchan sientan.
Es un tanto frustrante el no saber comprender lo que las palabras en rima quieren decir, pues las tonadas y los ritmos que componen una canción, en muchas de las ocasiones son o se escuchan muy bien, solo que mi gusto se queda en esa composición musical, dejando en una total incógnita del qué quiere decir una rola. Y aunque la tecnología me ayuda a saber la traducción de una canción, no es lo mismo leerla que supongo yo, poder escucharla al momento, como lo hago normalmente con las rolas en español. Por esa razón mi tendencia musical se inclina un setenta a la escucha del rock alternativo en español, pues realmente la disfruto, la escucho e interpreto, sin la necesidad de estar descifrando, de estar sólo escuchando, de estar “huachahuacheando”, ahora ya no me preocupa tanto saber qué quiere decir, pues la música me gusta aun si no la entiendo. A diferencia del rock en inglés, el español es divertido, pues juega con la lírica narrativa y palabras coloquiales que el basto idioma en español brinda, como lo podemos escuchar con las bandas nombradas al inicio, como lo podemos ver y escuchar con la banda que crecí, con la que aprendí en segundo año de secundaria y con la que hoy en día sigo escuchando, Café Tacuba. Supongo que la riqueza en cuanto a la música e interpretaciones, aunado a la creatividad que tienen para conjugar sus personalidades y el uso de la cultura popular, es lo más atractivo que encuentro en este tipo de bandas, a diferencia de alguna otra extranjera, que no integran cualidades o características de su cultura y su país.
Si me preguntaran a mí sí quiero saber aprender inglés, contestaría que aunque el inglés es necesario, no es garantía y por gusto propio considero que no es forzoso aprenderlo, teniendo diversas formas de aprender y expresar la cultura, las ideas y los sentimientos de la forma en la que hasta hoy en día lo vengo haciendo.
LA MAGIA DEL INGLÉS
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Elizabeth Rodríguez Hernández
esde niña soñaba que cantaba, bailaba y actuaba como la actriz de la novela de niños que pasaban por la tarde. Recuerdo que me sentía Belinda en Amigos x Siempre. Compraba los accesorios, discos, posters y todo lo referente a esa novela. Imitaba todo, desde el peinado, la vestimenta, gestos y hasta mi comportamiento lo cambiaba para ser lo más parecido a la protagonista. Lo mismito pasó cuando salió la novela Cómplices al Rescate ¡Puff ! fue peor, aunque ya no me gustó, porqué cambiaron a Belinda por otra actriz que se llama Daniela Luján. Aunque yo seguía bailando y cantando como Belinda. Incluso, soñaba que era una de sus bailarinas. Empecé a tomar cursos de teatro, danza, actuación, etc. Hice todo ¡Todo! para prepararme. Estuve en la escuela Los Dramaturgos, en la cual había un pequeño auditorio donde nos presentábamos por temporadas, por ejemplo: en la primavera hacíamos la obra La Flor más Bella; el diez de mayo bailábamos para nuestras mamás. En una ocasión lo hicimos disfrazados de pollitos, no me acuerdo de la canción, pero si de lo vergonzoso que fue; para el día del maestro recitamos poemas; para el día del padre se montaba una obra teatral; el quince de septiembre un baile regional, donde no podían faltar esas faldas coloridas, sombreros y botas; para el día de muertos por lo general se hacía un performance y cerrábamos el año con una pastorela, ¡Mi favorita! Siempre interpretaba el papel de una diablita, me salía muy bien.
Y así estuve por cuatro años. En esas presentaciones, en los cursos, conocí “N” cantidad de gente. Hice muchos amigos, todos eran especiales, aunque unos solos eran espectadores de mi trabajo, compartíamos el mismo gusto por la actuación. En todo este mar de personas coincidí con la Britany. Nos hicimos amigas desde primer curso teatral. Hacíamos todo juntas, nos apoyábamos en todo, íbamos a los mismos lugares, coincidíamos en los mismos gustos, admirábamos a los mismos artistas. Parecía que nos conocíamos de años, hasta pensamos en hacernos un mismo tatuaje para demostrar nuestra amistad. Las dos íbamos tras el mismo sueño de ser la mejor actriz. Durante tres años estuvimos así. No sabía que ella tenía familiares que trabajaban en Televisa, una de las televisoras más grandes de México, solo me decía: -Tengo familiares a los cuales no veo ni les hablo, ¡Son unos engreídos!- y ¡Bingo! resulta que esos son sus familiares, “los famosos engreídos”. Pero ella con tal de conseguir su sueño los buscó para que la ayudaran entrar a esa televisora. Así que gracias a ellos logró entrar al CEA (Centro de Educación Artística). De inmediato noté que nuestra relación ya no era la misma, porqué nos empezamos a distanciar, hasta hubo un cambio en su actitud, ya se creía artista. Las pocas veces que nos veíamos solo escuchaba hablar de ella, de todos los personajes de la farándula que conoce y también me presumía de sus viajes y fiestas. Después de dos años era una persona diferente ¡Cielos! dio un cambio de 180°. La persona a la que había conocido cinco años atrás ya no estaba, solo era una chamaquita mal criada y engreída, decía: —¡Quiero esto! ¡Vamos
aquí! ¡Vamos allá! pensaba que merecía todo lo que quería y cuando lo quería. Su gran debut como actriz fue en el programa La Rosa de Guadalupe, desde entonces no nos hablamos. En cambio yo seguí luchando por alcanzar mi objetivo. Fui a muchos castings, recuerdo que había veces que en un solo día asistía hasta tres audiciones. Así me la pasé casi todo un mes. De todas esas audiciones me aceptaron en quince, entre obras y musicales. Esto me llevó año y medio y solo nos presentamos en un mismo lugar. Cuando tenía veinticinco años entré a la mejor escuela de actuación, la preparación fue de dos años, continúe con mi camino de casting tras casting, llegué a uno en el que solo nos hablaron de los personajes, jamás de la obra, también mencionaron que el estreno sería en Nueva York. ¿Nueva York? ¿Me estás hablando en serio? ¡Wow! No lo podía creer, sentía una gran emoción, como se erizaba mi piel, apenas si podía respirar ¡Era tan especial! ¡Mi gran oportunidad! ¡Lo que había buscado por años! A todos los aspirantes, nos hicieron como mil pruebas; canto: interpretar artistas internacionales clásicos, tocar instrumentos como el piano y violín; actuación: la imitación de nuestro artista favorito, el que no nos agradaba, el que actuaba mejor, el que brillaba por su peor actuación, el más divertido y el más deprimente, inclusive imitar al ganador del Oscar de ese año. Hice varias escenas de drama y tristeza, sabía que por ahí era lo mío, ese papel lo tenía completamente cubierto, mi segundo nombre es “Drama Queen”. Mis familiares, amigos y mi novio dicen que soy una dramática de lo peor, y que lloró con una facilidad increíble.
Después de días y horas de pruebas, sin dormir y sin comer en el recinto Las Palomas, todo para permanecer y llegar al final, ¡No me importaba! Los directores del casting lanzaron una lista con diez finalistas, en los cuales estaba yo, ¡Oh my god! No podía creerlo, estaba a casi nada de llegar a mi meta. Continuamos con otras diez mil pruebas, me empecé a desesperar, estaba cansada, harta, estuve a punto de mandar todo al carajo, era casi lo mismo que la primer prueba. El último día de casting, hicimos el musical de vaselina, estuvo muy divertido, parecía haber conquistado a los jueces, no dejaban de elogiarme, más tarde interpretamos Defendiendo al cavernícola, un monólogo bajo la dirección de Héctor Bonilla. Creí que por fin había acabado todo, que ya era lo último, pero no. Dos días después, publicaron otra lista, esta vez solo con tres personas. Nuevamente estaba yo en esa lista. Me quedé en shock, no supe que hacer, ¿llorar? ¿Reír? estaba extasiada ¡Lo sabía! Sabía que lo lograría. Esa lista era la definitiva, los ganadores, los que estaríamos en Nueva York. Por fin cumpliría mi sueño, millones de cosas pasaban por mi cabeza, el primer día que llegaría a Nueva York. Los lugares que conocería, en donde me hospedaría, en mi segundo proyecto, la ropa que compraría, perfumes, zapatos, bolsas ¡No lo podía creer! Pero… ¿Es posible que una persona que te subió al cielo de una manera tan increíble en un dos por tres, te baje de tu nube? ¡Si! nunca en la vida me había pasado, bien decía mi abuelita: “Para todo hay una primera vez”. Nos fueron citando uno a uno, a mí me dejaron al final, con cada finalista se tardaron como 3 horas, no sé qué tanto le decían y hacían. Los nervios
me invadían, pero la felicidad lograba tranquilizarme. Al fin escuché mi nombre ¡Jenifer! Ansiosa, apenas y podía caminar las piernas me temblaban, no podía respirar. Todos estos sentimientos me impidieron llegar con normalidad hasta la sala de audición. Empezaron con una entrevista ¿Cuántos años tienes? ¿A qué te dedicas? ¿A qué edad empezaste con tu preparación? ¿Estas estudiando? ¿Casada, soltera, divorciada, viuda? Dije: -”¿Eso es todo?” ¡Fácil!- Empecé a tranquilizarme a tal grado que ya hablaba sin trabarme, con una naturalidad. Se notó enseguida que les agradé, sonreían conmigo, bromeábamos, estuvimos así por horas. Hasta que llegó el momento del trancazo. Me dijeron: —”¡Eres especial!” De hecho eres lo buscamos, tienes mucho talento, solo te falta un requisito que es muy importante.— ¡Demonios! No pudieron decirlo desde un principio. Al segundo entró un chico alto y güero, muy guapo por cierto, empezó a hablar en inglés. Obviamente no entendía nada, primero pensé que se dirigía a los directores, después dije: -Seguro alguien lo traducirá.- Pero nada. Él se dirigía más a mí, o sea la plática era conmigo, era evidente que buscaba respuesta, los demás presentes solo observaban como me quedaba callada, escuchaba sus murmullos. El güero me habla y me hablaba, justo en ese momento sentí como si me tiraran un bote con agua y hielos. Entonces entendí todo. Me levanté, tomé mis cosas y me dirigí a la puerta. Quería salir corriendo. Me tranquilicé y con un nudo en la garganta, les dije: «—Yo no hablo inglés».
MACRINA: UNA SALIDA POR LA PUERTA DE ATRÁS.
E
César García Castelán
n todo el proceso histórico de la sociedad humana, hasta la actualidad, se sobreexpone que las clases sociales son antagónicas, es decir donde existen desigualdades entre: opresores y oprimidos, libres y esclavos, patrón y obrero, esto a su vez permite que existan jerarquías sociales de grados y posiciones. Por un lado la burguesía lucha por aumentar la ganancia, es decir tener un mayor control y poder sobre el trabajador (mayor plusvalía). Y por otro el proletariado lucha por tener un mejor salario, un horario pertinente y sobre todo una mejor calidad de vida. Desde épocas antiguas la mujer ha sufrido las transformaciones de esta lucha entre el patrón y el obrero. Hoy en día muchas mujeres son víctimas del rezago de esa lucha de clases, la eterna lucha entre el oprimido y el opresor, víctimas de violencia en el trabajo, en el hogar, en escuelas, etc. En el siguiente texto se pretende reflejar la perspectiva de una mujer oprimida, de la “otra” de “esa” de “ella” de “Macrina” la mujer emigrante, es decir una mujer esclava de sus tradiciones, una mujer extraña dentro de su mismo país, una mujer obrera en un país que no es el suyo y una mujer con sed de libertad. Macrina tiene veintitres años, hija de padres campesinos de la sierra de guerrero, cursó el bachillerato tecnológico en el estado de Chilapa guerrero, cansada de la vida en su comunidad, de vivir en una sociedad machista, misógina, decide partir a un nuevo país “Estados Unidos de Norteamérica”, ahí encontrara algo que había perdido en su hogar, su identidad, sin embargo
la situación actual de Estados Unidos, país donde trabaja, debido al cambio de presidente Donald Trump, es repatriada a la Ciudad México. Macrina lamentablemente, al regresar de estados unidos se encontrara que la verdadera frontera no es necesariamente otro país, sino el verdadero enemigo discriminatorio son sus mismos paisanos: envueltos en sus tradiciones, dentro de su mismo país y dentro de su misma familia. -23 de diciembre 2015, de noche, observo a la ventana y los ruidos de las camionetas de mis paisanos llegados de la “América” están a su máximo esplendor, estéreos muy ruidosos como si estuviéramos en el baile de la clausura de fin de año, escuchando a mis novios “Los chicos aventrura”,1 cantan como si aullaran los lobos, gritos y gritos, auyan canciones del Komander, Julion Álvarez, banda MS, canciones que me recuerdan a mi hogar. De alguna manera el escuchar esas canciones me hacen olvidar e imaginar, que lo que estoy a punto de hacer no me partirá el corazón, y me dará el carácter suficiente para no mirar atrás y huir de mi familia, de mi país, de mi hogar. Salgo por la puerta de atrás, todo el mundo está afuera como si fueran a ver el desfile del ejército mexicano, solo que aquí no hay soldados guapos, tanques pesados y ostentosos o equipo de guerra que me llevan a imaginar algún acontecimientos importantes de la historia, aquí sin embargo hay vagos que se fueron a ganar dinero de lavaplatos o recogiendo frijol en la tierra, “vagos” que hoy traen ropa gabacha y camionetones, por lo que todo el pueblo debemos brindarles pleitesías y respeto como si fueran reyes, “reyes que vinieron a mejorar tu comunidad o mejor a un tu linaje”, basura pienso¡ 1
Vease en internet https://es.wikipedia.org/wiki/Cumbia_sonidera
Pero… ¿Cuál es el motivo por el cual hui? ¿Por el cual estoy huyendo? es eso¡, tener que servirle a un vago que se cae de borracho, que me golpea para sentirse todo un hombre, porque según el quien mandan son los hombres, esas son ideas de mi hermano mayor. Hace algún tiempo Rogelio (mi hermano mayor) asumió el papel de mi papa y tomó el control del hogar, ya que mi padre nos dejó desde que éramos más pequeños, mi hermano se fue a América, él es quien nos manda dinero del otro lado y por el fui a la escuela, y cada fin de año regresa a emborracharse y restregarnos en la cara su cambio ¿Cuál cambio? ¡Me pregunto¡ El piensa que las letras con sangre entran y que a la mujer se le educa por los puños, según él así es como se educa a una mujer cuando es contestona, cuando una mujer no se deja porque le gusta leer en lugar de pasarse todo el día en la cocina, cuando una mujer habla abiertamente de orgasmos femeninos, en lugar de hablar de chismes de señoras que siempre están dejando a sus maridos por el mismo problema y lo peor que nunca hacen nada, cuando una mujer busca su libertad a soñar y no a que le digan que sueño debe de buscar o conseguir, a imaginar un mundo diferente no el mundo que todos buscan donde no hay sentimientos sino automatización, a imaginar que es libre de leer en el idioma que queramos, de disfrutar lo que no es disfrutable, aquello que siempre te prohibieron desde niña o mejor dicho desde que naces, el “amor” pero no el amor de Vicente Fernández, o de julion Álvarez, el que pasan siempre en las novelas del canal dos, que es el único que todavía hace algún tiempo se veía en las televisiones de mi pueblo, sino el amor que se siente en el estómago, el que te hace llorar, del que habla Frida en sus notas, del amor intenso del que escribe Cortazar o
ese amor prohibido de José Emilio Pacheco en las batallas del desierto, no del que canta Justin beber o maluma, que es lo único que se escucha aquí. Ya no se escucha en mi pueblo esas canciones rudas, recuerdo 2la”tigrada” esas canciones de banda a ritmo de viento, hace algún tiempo en mi comunidad se escuchaba una estación que pasaba corridos, y canciones de leyendas de nuestras costumbres, tocadas desde ritmos de aquí de mi pueblo, lamentablemente dejo de oírse cuando comenzó a escucharse a Justin Beber, maluma, y esa mujer exótica que se pone vestidos con cualquier cosa, hasta podría ponerse uno con caca de vacas y todo mundo le diría que ¡bien te ves¡3, pero yo que siempre traigo la ropa sucia ni siquiera se acercan a mí. En ocasiones me pregunto tienen buen ritmo, pero no sé lo que quieren decir, “no hablo ingles ¡pero imagino el mensaje¡». Mi pueblo ha sufrido una transformación desde que llegó a la T.V videos de artistas que no conozco pero que cantan en inglés y en español, no solo escuchamos esas canciones sino también nos vestimos, nos peinamos, y tratamos de comportarnos igual que ellos, dejamos de reconocernos y aceptarnos como nos vemos, por comportarnos como alguien que no somos. Pero culpo a las personas de mi comunidad, ya que todo viene desde mi hogar, ellos todo el tiempo hablan de “ser” de “pertenecer”, siempre decían “mira como ese en la televisión” “vístete como aquel” “habla el idioma como tal”. Una ocasión mi hermano me pego porque le dije que todo mundo dice que hay que respetar al “semejante”, pero en eso no estoy de acuerdo te deben de enseñar a tratar con quien es diferente a ti, en música, en vestimenta, en pensamiento, sin embargo mi 2 Wikipedia 3 Lady gaga
hermano me dejo una semana en cama por los golpes que me dio por no estar de acuerdo y mi mama no dijo nada porque él es quien da el dinero, por eso decidí huir, escapar a Estados Unidos. Tengo una amiga en SaltLake City la conocí en una práctica de campo de la escuela es de religión mormona, siempre me dijo que necesitaba a alguien con la limpieza haya donde ellos radican, desde aquel día que mi hermano me golpeo plane todo y mi amiga me ayudo, claro que les mentí a mis padres, y decidí viajar con ella a la América. De mi estancia en la América no diré mucho. Salt Lake City. El pasar al otro lado no fue fácil, pero en comparación con las historias que cuentan mis paisanos en las que perdieron algún familiar, o incluso dejaban a sus hijos encargados donde morían los padres en el desierto. Continuara…
EL NUNCA HABLO INGLÉS
H
Natanahel David Lozada Orduña
ace unos ayeres cuando aún yo era joven, hermoso, bello y aclamado por la juventud me invitaron mis amigos a una fiesta cerca de mi casa ubicada en la delegación Tlalpan, esta fiesta seria el viernes a las 9:00 p.m en un salón. Así pasaron los días, llegando el día y la hora para caerle a la fiesta, al reventón, pasando mis amigos por mí en una camioneta Chevrolet modelo 2001, esto paso alrededor de las 8:00 pm, durante el camino pasamos al Oxxo por un six pack de Tecate para ir calentando las gargantas y el ambiente, durante este trayecto las canciones que sonaban ya por el estéreo Sony eran en inglés, nadie entendía lo que decían pero se escuchaban chidas y padres. Al poco tiempo llegamos a la fiesta, enseguida buscamos un lugar para estacionar el coche lo cual fue un relajo ya que todo estaba lleno, hasta que un vehículo rojo salió dejando un pequeño espacio, así que nos dedicamos a aprovechar esa pequeña ventaja acaparando ese lugar. Nos bajamos y enseguida nos dedicamos a caminar hacia la entrada de la fiesta la cual estaba custodiada por dos sujetos masculinos los cuales no nos dejaron pasar a la fiesta sin antes a ver comprado los boletos que costaban ochenta pesos. Finalmente compramos los boletos y entramos.
Ya dentro de la fiesta nos percatamos que era una fiesta de médicos internos, por lo que había demasiada gente la mayoría eran trabajadores de hospital como eran camilleros, enfermeras, estudiantes de enfermería, médicos residentes, médicos pasantes, etc. Por otro lado también había mucha bebida alcohólica como era whisky, vodka, ron, etc. y mucha música de distintos estilos como era la bachata, cumbia, salsa, electrónica, rock, etc., observando y llegando a la conclusión de que esta fiesta tenía mucha variedad tanto de gente, música y bebida, decidiendo así en quedarnos un buen rato para disfrutarla. Durante ya un buen rato mis amigos se fueron desapareciendo eso no significa que se fueran de la fiesta sino que empezamos a convivir con los que nos rodeaban, más tarde empezamos a bailar con algunas enfermeras y doctoras, poniéndonos a conversar con ellas y derrochando las preguntas clásicas dentro de una conversación, ¿Cómo te llamas?, ¿Dónde trabajas?, ¿Cuántos años tienes?, ¿De dónde eres?, ¿A que más te dedicas?, ¿Qué haces en tus tiempos libres?, etc., la complejidad de las preguntas iban aumentando conforme se iba reforzando la confianza. Todo iba bien mucho bla bla bla por aquí y mucho bla bla bla por allá, hasta que de repente me topé con un doctor que no era de este país, siendo extranjero y con un lenguaje diferente al mío, esto sucedió ya después de haber bebido, bailado y conversado como loco. Se acerca y me dijo algo en inglés y como yo no entendí lo que dijo lo ignore siguiendo bailando y disfrutando de la fiesta, más tarde se volvió a acercar pero esta vez hablando con dificultades nuestro idioma y me dijo:
—Tú ¿Cómo te llamas? —Mientras que yo conteste: “David”. Enseguida pronuncio mi nombre en inglés, cayéndome de raro que el extranjero se acercara a volver hablarme sin embargo el alcohol en mi sangre y la materia que curse en la UACM llamada Comunicación Intercultural hizo su trabajo. Por lo que decidí seguir platicando y adentrarme a su mundo cultural de este extraño. Más aun yo me sentía confiado de seguir la conversación con el extranjero dado que ya había cursado las materias de inglés. Nuevamente el extranjero me pregunto, esta vez fue la edad y simplemente conteste mi edad, pero no podíamos mantener una conversación muy lineal dado que algunas enfermeras llegaban a sacarme a bailar dejando al extranjero solo por un rato. Cuando dejaba de bailar nuevamente regresaba con el extranjero a conversar y de igual manera me hacía preguntas de tal manera que yo entendiera y que le podía pronunciar fácilmente, de nuevo llegaban a sacarme a bailar y otra vez regresaba con el extranjero a seguir la plática o más bien dicho la poca platica que se podía ejecutar durante ese rato. Llego un momento en el que me pregunto que si sabía inglés y yo como buen estudiante de inglés en la UACM, más las copas y más el ambiente le dije que “yes”; enseguida empezó a hablarme en inglés y yo solo inventaba palabras para seguir la conversación aparte de que la música estaba en un nivel de volumen alto más el alcohol que el extranjero ingirió, me dije: no se ha de dar cuenta de lo que dijo. Así seguimos la plática, por su parte el extranjero seguía y seguía hablándome en ingles mientras que yo lo único que hacía era fingir que sabía pronunciar y entender lo que decía; nuevamente llegaron a sacarme a bailar
y pensaba interiormente: Ufff ! Me salve, ahora ya no regresare con este sujeto. Y así fue al termino de ese baile hui hacia el baño y de allí con mis amigos a seguir la fiesta. Pensando que ya había perdido al extranjero y que no iba a volver a toparlo en la fiesta, pues que creen que llego nuevamente a seguir con la plática, mis cuates por su parte se fueron dejándome solo con él, otra vez volví a fingir esta vez tardaron en sacarme a bailar. Cuando me sacaron a bailar pensé otra vez lo mismo en ocultarme del gringo y en ya no regresar con él porque no entendía nada de lo que decía por lo que me escape pero esta vez fuera de la fiesta con mis amigos. Y pensé: “esta vez sí lo logre, no volveré a ver al extranjero.” Y que creen que no, volvió a llegar el extranjero donde estaba, nuevamente mis amigos me volvieron a dejar con él y siguió hablándome en inglés, hasta que mi calma llego al límite y le dije que no sabía inglés y que la verdad estaba fingiendo escucharte y entenderte. Y me contesto: no te preocupes la verdad no son extranjero, lo único que quería era hacerme el interesante para conocerte porque la neta me gustas mucho. Al escuchar esto supe inmediatamente que era homosexual así que me eche a correr donde estaban mis cuates, los cuales ya se estaban burlando porque no me había percatado de los gustos preferenciales del “extranjero”. Más tarde y antes de retirarnos de la fiesta me acerca al “extranjero” y le dije: “no te preocupes vas a ver que encontraras a alguien que en realidad te quiera y te aprecie, ya lo veras”.
No hablo inglés
de los estudiantes de Produccion Editorial se termino de imprimir el 9 de Junio del 2017, en el laboratorio UACM de Comunicación Grafica y Producción Editorial plantel San Lorenzo Tezonco. El tiraje fue de 1.000 ejemplares impreso sobre papel bond marfil de 90 g. La composicion tipógrafica se realizo con tipografia Adobe Caslon Pro, diseñada por William Caslon
No hablo inglés Textos de los estudiantes del grupo de producción editorial.
David Lozada, César García Agustín Miranda, Elizabeth Rodriguez
ceda.editorial @ceda.editorial www.ceda_editorial.com
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