PĂĄg. 88
Denise Arregui
El gusto por lo artificial tambiĂŠn es una tentaciĂłn. Amo cualquier chupete de fresa, de esos que consumes lentamente hasta llegar al chicle interior.
Pรกg. 64
SalvadorVoysest
Lo salvaje de las olas es muy distinto a lo salvaje de una ciudad. Escapar de todo lo urbano, del sistema, eso solo se consigue en el agua.
14 Libreta de copas
Oficioso anfitrión de las mejores noches de tertulia y degustación limeñas, Ezequiel Furgieure es el hijo adoptivo favorito de Miraflores. Por eso acudimos a él para que nos enseñe la receta de la mejor caipirinha.
20 Elvira responde
Chicas Buenas ¿Se
va el verano y no has ido mucho a la playa?
cuenta que no hay dinero para ir al
¿Caíste en Mundial? Virna Flores
oirá tus problemas ligera de prendas convertida en nuestra
Señorita Helio (pág. 40), sola y libre en una habitación En Limpieza de Clóset (pág. 16), Wendy Vázquez
de hotel.
desecha su sostén de encaje al tiempo que te explica eso que
Se viene la Pantera Rosa y al buzón de Elvira Faucett llegó una carta firmada por el espíritu del mismísimo Peter Sellers. La pregunta lo debe tener intranquilo en la tumba: “¿De qué sexo es la Pantera Rosa?” Elvira responde esta y otras interrogantes.
22 Visión Nocturna
no acabas de entender sobre la ropa interior femenina.
en
Objeto (pág. 18), Mariana Orihuela te hablará de poesía y 4x4s. Nunca pensaste lo bien que ambas cosas van juntas. ¿Más? Bueno, Denise Arregui se pone un chupete en la boca en Sentido Alerta (pág. 88). Mujer
y
Daniel Flores Bueno coge una tarjeta de crédito, alista sus mejores dotes incógnitas y acude al Bulevar de Asia. El Zsa Zsa Bar es su objetivo. En el trayecto, hay un mueble que parece una cama. Y un par de mujeres que parecen rubias. Provecho.
24 En las ruedas de los Rolling Stones
Con la reverencia que producen los amplificadores de esta banda jurásica, cedemos nuestras páginas a Juan Villoro, arquitecto mayor de la palabra, quien oficia un homenaje a estos degenerados maravillosos que todos queremos ver.
30 Xica da Silva hubo solo una ...Y
no dos, como hay dos Isaura
La Esclava,
40
y eso que ambas
18
fueron puro invento de las mejores mentes de las telenovelas brasileras.
Xica
da
Silva,
la mujer histórica de carne y hueso,
cobra vida en este reportaje sin cortes comerciales.
36 Pecados Capitales
Abraham Valdelomar habrá sido Lima pero Hugo Chávez no es Caracas. A lo sumo será un lado de la ciudad. No se pierda las siete cosas que no debe hacer en la ciudad con algunos de los cuerpos más estremecedores del continente.
88 He 8
52 Instrucciones para ser un loser
Edgar Saba, director del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú (qué largo), se sentó y nos contó sus tips para fracasr en la vida. Tomamos nota y aquí se los presentamos. Para seguir al pie de la letra.
54 Guía sentimental de ciencia ficción La
guerra de las galaxias,
Blade Runner... Edmundo Paz Sol-
dán trae una selección íntima y las mejores armas para demostrar que tiene la razón.
Naturalmente, maestro, que empiece la función.
le dijimos adelante
62 Espacio Vital
A Hans Stoll le tomó medio segundo decidir cuál sería el rincón a fotografiar, y menos de una hora hacerlo. Un departamento de los años sesenta, una vista maravillosa, cero plantas, y cero animales. El espacio vital de Hans Stoll.
64
60 Galería Portátil
Le dimos a José Carlos Martinat un celular que en realidad es una pequeña palm con reproductor MP3, cámara y Windows XP incorporado. Aunque José Carlos se limitó a tomar decenas de fotos para nuestra Galería Portátil.
76 Cocina Veloz En
la
Casa Hacienda Moreyra
la vida es más sabrosa.
Para
llevarnos un poco de su inimitable carta a casa le pedimos a su chef,
62
Enrique Blondet, alguna receta bajo la manga. Vaya haciendo llamadas. Esta noche usted y nueve más comen.
84 Sexo
“María tiene una web pornográfica. Se llama girlswholikeporno.com y es, como su nombre lo indica, un sitio para chicas que gustan del porno”. Así da el puntapié inicial nuestra querida Gabriela Wiener en su columna mensual de Sexo. Léela.
Estilo
Verse bien es cuestión de estilo. Aunque no lo admitan, los surfistas lo saben bien, y por eso se vistieron para la ocasión en esta edición de Arsenal (pág. 64). Pero si además de verse bien, quieres verte mejor y escuchar la selección de tus mejores canciones con solo un par de lentes, entonces tendrás que buscar Estilo Helio (pág. 74) que presenta las estrellas de la colección de lentes Oakley. Y en Cachi Bytes (pág. 78), comprenderás lo inútil que es encariñarse con el monitor de PC que tantos años te acompaña. Bótalo, cámbialo y se feliz.
He 9
Año 1 Número 4 Marzo 2006
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Director Gerente Martín Iriarte Baca
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He 10
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Patricio de la Paz
Editor de cultura de la revista Qué Pasa del diario La Tercera. Becario de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano que dirige Gabriel García Márquez. Enseña periodismo en la Universidad Diego Portales de Chile y es un cronista de viaje que ha recorrido la Antártida, Marruecos, Grecia, Brasil entre otras ciudades. Sus crónicas han sido publicadas en las revistas In y en Gatopardo. Este año Tailandia se encarga de él.
Edmundo Paz Soldán
Vive en Nueva York. Ha ganado dos veces el premio nacional de novela en Bolivia. Acaba de terminar un libro sobre un hombre que escribe los discursos del presidente y ha comenzado otro sobre asesinatos múltiples. Río Fugitivo (1998), Sueños digitales (2000) y El delirio de Turing (2003) son sus novelas más conocidas. Es columnista del diario La Tercera de Chile y publica un blog en ClubCultura.
Juan Villoro
El año 2004, obtuvo el Premio Herralde de novela por El testigo. Ha publicado una larga lista de ensayos, crónicas, novelas y cuentos para niños. Su libro Safari accidental aparecerá este año en el Perú. Es un colaborador frecuente de la revista Letras Libres y publica semanalmente en el periódico mexicano Reforma. Por estos días, terminará de escribir Dios es redondo, un libro sobre la pasión por el fútbol.
Valentina Vitols
Es pelirroja, abogada, amante del documentalismo fotográfico y narradora de oficio. Trabaja en Cinesa TV para pagar sus cuentas y por aquello de la pasión por las imágenes. Ha asistido a varios talleres de escritura creativa en la Universidad de Iowa y en Caracas. A mediados de año espera estrenar un documental y publicar una antología de poemas eróticos.
Gabriela Wiener
Fue redactora de planta de la revista Lateral de Barcelona y blogger invitada de Club Cultura. Ha publicado en el Magazine de La Vanguardia, Letras Libres, Primera Línea, Paula , El Ajo, El Universal (México) y Travesías (México). Una crónica suya obtuvo una mención en el Premio Nuevo Periodismo 2004. Actualmente prepara un libro para la editorial Martínez Roca.
Cristian Alarcón
Artista plástico. En el 2003, obtuvo el segundo premio en el VI concurso “Pasaporte para un artista”, de la Embajada de Francia. Eso le permitió recorrer Europa y conocer, entre otras, la ciudad de Barcelona, un lugar al que pretende retornar tarde o temprano para buscar a una musa a la que aún no conoce, pero que está seguro de encontrar.
Gloria Arteaga
Empezó con el videoarte sin darse cuenta cuando estudiaba en la Universidad Católica. Como pintora, encontró en este espacio mucho más que técnica y formalidad: encontró libertad. En la actualidad, se gana la vida como ilustradora en la Fundación Telefónica. En sus ratos libres, trabaja animaciones, música y video. Su único dulce vicio es el Internet.
Eduardo Menéndez
Bachiller en Arte, con mención en pintura. Realizó estudios de piano y armonía con J. L. Madueño, y en la Escuela Nacional de Música. Es director del proyecto artístico Santos Media. Ha ilustrado en Santillana, Norma y El Comercio. Desde 1998, participa en exposiciones colectivas. El 2004, obtuvo una Mención Honrosa en la Primera Bienal Nacional de Cine y Video (2004) en la categoría Video Clip.
He 12
Edward Alba
En un abrir y cerrar de ojos, estuvo en todos lados. Semana a semana, miles de lectores agradecen al lente de Edward la serie de cuerpos perfectos que retrata para las más respetadas publicaciones locales y otras de la talla de Vogue. Ha cubierto bodas de famosos, conciertos de megaestrellas, y por su estudio desfila una larga lista de aspirantes a objetos de culto gracias a su trabajo. Bienvenido al equipo.
Luis Bellocchio
Diseñador, fotógrafo y publicista. Trabajó durante ocho años en una agencia de publicidad en Chile hasta que le encargaron la puesta en marcha de un proyecto de revista llamado Capital. Luego de seis años como director de arte, se dedicó a proyectos independientes y comerciales de televisión. El 2004, le dieron la dirección de arte de la revista Qué Pasa de Chile. La fotografía y los viajes son dos de sus pasiones.
Guillermo Figueroa
Si le preguntan, soltará con modestia algunas respuestas: Perú; fotógrafo; trabajó para el diario El Comercio de Lima; colabora en El País de España, Travesías de México y Don Balón de Barcelona. Con eso pudiera bastar, aunque debemos decir, sin su permiso, que Guillermo integró por años la banda imprescindible del rock peruano G3. Tenerlo en Helio resulta así un doble honor. Miguel Jose Flores En la redacción del diario La República recuerdan su cabeza calva. Hay que ver su melena ahora. Hace un año, Miguel José vio fortuna en un revés del destino: la revista en la cual se desempeñaba cerró. Sin más, Miguel José creó un estudio desde donde ha ganado a pulso algunos de los mejores contratos del medio limeño. Ninguno de sus pelos rima con tonto.
José Manuel Argüelles
Lo de José Manuel es casi fotografía por adicción, y varios han seguido tan apasionado culto. Una docena de medios limeños, entre ellos las revistas Somos, Para Ti, Cásate y Punto y Caretas publican todo lo que sus disparos atrapan. Comenzó a estudiar fotografía en Lima, luego lo hizo en Nueva York y Argentina. Hoy codirige uno de los estudios más agitados del país.
Grace Hoyle
Es la retratista oficial de Helio. Sus más grandes pasiones son la fotografía, la moda y su hijo de tres años. Estudió fotografía y modas en Nueva York. La primera en el School Visual Arts y la segunda en el Fashion Institute of Design. Actualmente, además de tomar fotos, diseña zapatos para una marca propia llamada Misk-Ay. En sus ratos libres, usa zapatillas.
Walter Iglesias
De cómo Walter pasó de biólogo molecular a fotógrafo, aún no se ha escrito lo suficiente. Igual le agradecemos haber rescatado el respeto por la luz, acaso su principal obsesión, meticulosidad que solo se explica cuando antes de una cámara estuvo un microscopio. Varias campañas comerciales, modelos, y clientes privados agradecen tanta pericia. Walter ha expuesto en el Museo a la Mujer en Dallas, Texas.
Nasim Mubarak
Con Nasim no cabe la palabra ubicuo porque no tiene que estar en todos lados para saber qué ocurre en los sitios más exclusivos del Perú. Sus lentes se han adueñado de la confianza de reinas de belleza, hombres de negocios, políticos y estrellas de estas tierras. Trabajó para Cosmopolitan y Vanidades. Pasó el Año Nuevo bailando en cuatro lugares distintos de la mano de su único amor (por supuesto, una mujer).
Adrián Portugal
Disfruta tomar cualquier tipo de fotos, ya sean campeonatos de “perreo”, persecuciones policíacas, producciones de moda o políticos grises que suelen decir mentiras. Egresado de la Pontificia Universidad Católica, ha realizado varios documentales de video. Trabajó en el diario Correo de Lima y en la revista Magaly. Actualmente, es fotógrafo del diario La Primera.
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Ezequiel Furgierure es dueño del bar Patagonia. Siente que los mejores años de su vida aún no los ha vivido, sino que se ha estado preparando para ellos. Se dedicó a profesor, artista plástico y periodista. En Patagonia, pueden respirarse tan nutridos recuerdos, entre los aromas de los mejores tragos.
La Caipirinha según
Ezequiel Furgieure
foto: grace hoyle
Es un trago a base de cachaza, un aguardiente de caña típico del Brasil. En ese país, el monopolio de cachaza lo tiene una marca que es malísima, así que recomiendo evitar comprar la más conocida y darse un tiempito para encontrar una mejor, de las que vienen de Bahía o Minas Gerais. La caipiriña me la enseñó a preparar el director de un periódico en Belem do Pará que se llamaba O Liberal, El Liberal. Yo estaba realmente misio y conseguí trabajo contando mis aventuras, porque para llegar a Belem me recorrí toda la selva del Perú. Viví allí en Brasil ocho años, entre Sao Paulo, Bahía y Río Grande del Norte. Aún no sabía que era pintor, así que trabajaba de periodista. Caipiriña quiere decir campesinita. Te apuesto a que no lo sabías. Brasil y su música, su gente, su bebida… cuando tomo una caipiriña
me evoca la posibilidad de tomar mis cosas e irme para allá. Al trago de cachaza también se le conoce con el nombre nada comercial en castellano de “pinga”. Te sirven la cachaza en un vasito como para un shot de tequila. A ver cuántos resistes.
INGREDIENTES En un vaso, coloca 3 oz. de cachaza (aguardiente brasilero), una cucharada de azúcar, 2 limones cortados y 4 o 5 cubos de hielo. Es muy sencillo, pero no por eso hay que hacerla de cualquier forma. La caipiriña que yo preparo es sin colar. Queda más elegante si se le cuela, es decir añadiendo el zumo de limón además de las rodajas, y mucha gente lo hace. Pero eso ya parece un pisco sour sin huevo. No va conmigo.
Una mujer para compartir una Caipirinha: Ezequiel Furgieure preferiría a Sonia Braga. Una mujer bellísima. Un símbolo inmortal.
He 14
Wendy Vásquez es una de las mejores actrices jóvenes del teatro nacional. Participó en Enrique V, Sacco y Vanzetti y El Mercader de Venecia, pero en su clóset solo hay jeans y pantalones ligeros. Algunos vestidos los heredó de su hermana o de su madre, por eso siempre los lleva debajo de la rodilla.
foto: miguel jose flores y manuel argüelles
C
He 16
uando lo vi en la tienda me pareció lindísimo –en verdad lo es—, porque tiene una telita transparente, con una media tela con florcitas y encajes. Creo que me lo probé y me quedaba bien. Ahora me queda grande. Supongo que con los años mi cuerpo ha ido cambiando un poco.
Desecho este brassière porque creo que me he estirado un poco y todo se me ha achicado. Y entonces, como que ya me queda un poco grande y no tiene ningún sentido usarlo. No estoy sacrificando la belleza por la comodidad, simplemente debo decirle adiós.
H as t a si e mp re, b r assi è re d e
aj enc
e
Fecha de ad q uisició Lu g a r n : 200 d 2 Algun e compr a : a tien da p o mento r depa s de Lim rtaMater a. ia Tall a : l: Nylon & ly 34B cr a
Dicen que las mujeres se ponen su mejor ropa interior cuando van a
tener sexo. Totalmente cierto. Pero este brassière no ha peleado tantas batallas porque no recuerdo haberlo usado tanto. Estaba tratando de acordarme en qué época me lo pude haber comprado porque, o fue muy agitada o estuve con novio, algo así.
Sí tengo algo en contra de la incomodidad, de la vestimenta demasiado arreglada. Mi idea de vestir bien es no querer quitarme lo que llevo encima. Por eso no tengo tantos vestidos de fiesta elegantones ni tacos. Ese tipo de sufrimientos lo reservo para matrimonios y bautizos.
Aunque debo confesar algo. Sí hay una ropa incómoda que me pondría. Es más, estamos planeando seriamente con mi novio desaparecer algo del vestuario de El Mercader de Venecia… es ropa de época, me parece súper erótica. Hay corsés y vestidos escotados muy bellos. Como él tiene lo suyo porque actúa conmigo, haríamos como La Serie Rosa. Qué vergüenza.
La lencería tiene un destino trágico porque acaba en el suelo. A veces tu pareja ni la ve. Me imagino que cuando compré este brassière la pasé divertido. Nunca lo llevé fuera del país. No ha trascendido las fronteras. De pronto me la pasé esperando la ocasión.
He 18
Mariana Orihuela salía de niña a la calle para observar automóviles, una de sus más tempranas delicias. Le gustaría tener una robusta Hummer, modelo escasísimo en esta parte del mundo. Arquea los ojos ante un Mustang de antaño. Y en casa, una 4x4 es testigo de sus aventuras de carretera, como cuando partió a la selva con los amigos.
Mariana Orihuela
Prueba la Toyota RAV4 GX 2.4 A/T
fotografías de adrián portugal
Soy amante de las camionetas. Me encantan. He viajado en 4x4 de copiloto, en grupo hasta la costa norte, a Máncora y a Oxapampa. Viajar dentro del Perú es increíble. Los climas cambian muy rápido y tienes la libertad de pararte en la ruta, en cualquier lugar del camino. Me gustó manejar esta RAV 4 porque es amplia y segura. Y sobre todo, se impone. Si tienes una camioneta grande los tipos ya no te gritan qué bestia, no sabes manejar. Te tienen miedo. Las combis te respetan. Y si tienes un choque, perdieron ellos, porque donde tú viajas es mucho más seguro. En una camioneta así tus mascotas también pueden entrar. Por
ejemplo, yo no entiendo el gusto por los perros chicos. Nada con los pekineses, ladran mucho. Para mí los perros de verdad vienen en gran formato, me gusta que se metan al agua, que jueguen. Tu perro contigo en una RAV 4. Esa es doble seguridad.
Pero una 4x4 no es necesaria para conquistarme. Para eso se requiere un buen corazón, respeto y una mente brillante. Cuatro ruedas no bastan. Una vez al volante nada puede fallar. Si la camioneta fuese mía, me iría hasta Brasil por ruta Cusco-Puno y de ahí seguiría hasta el norte por Bahía, bajando la costa y yendo a las playas. Aunque la verdad prefiero el mar a la playa. Mi animal favorito es la orca. Siempre me han gustado los carros, sé más o menos de marcas.
OBJETO Modelo: Toyota RAV4 GX 2.4 A/T Motor: 2AZ-FE, 4 cilindros en línea, 170 HP Largo: 4.6mts. Ancho: 1.8mts. Alto: 1.7mts. Peso Neto: 1,585kg. Capacidad de motor: 2,362cc. Aros: 17” Dirección: Piñón y cremallera, asistida electrónicamente. Tipo de transmisión: Automática de 4 velocidades Radio AM/FM con reproductor de CD: Audio y MP3 Faros: Halógenos tipo multireflector
Sé porque me gustaba de niña salir a la calle y ver los modelos. Me gustan los clásicos. No es un gusto adquirido a través de alguien más. A mí los carros me gustaron desde siempre.
MUJER Nombre: Mariana Orihuela Medidas: Información clasificada Ojos: Pardos Profesión: Escritora, empresaria, modelo.
Producción: Vanessa Antúnez / Locación: Centro Empresarial.
Escribo cuentos para niños. Estudié periodismo por un tiempo. Hago joyería. Me gustan los negocios. Me gusta leer. Voy a publicar mi primer poemario en mayo. Pregúntenme lo que quieran menos mis medidas. Eso sí es una tontería.
He 19
Siempre fue un misterio el sexo de la Pantera Rosa. ¿Cuál es? En un irreparable acceso de mal gusto, algunos foros de Internet han tenido la infeliz ocurrencia de incluir a La Pantera Rosa en distintas listas sobre personajes animados gays, obligándola a codearse con amanerados fantoches como el pusilánime Robin, el fronterizo Bob Esponja y el prematuramente esclerótico Barney. Ya el solo hecho de preguntar por la sexualidad de nuestra Pink Panther resulta muy ordinario como para, además, soportar esa imberbe clasificación que, estoy segura, no pretende otra cosa sino desvirtuarla. Es cierto que desde 1963 (año de la primera película de la Pantera) se viene especulado insistentemente con que el personaje —rosado y primoroso como una pompa de jabón— exuda una flagrante homosexualidad, y hasta ha llegado a sugerirse que es un pobre bicho travestido, menos viril incluso que el asexuado Winnie The Pooh. La verdad es otra. Sucede que el aspecto de la Pantera mutó a lo largo del tiempo, sufriendo pequeños añadidos o correcciones que algunos malintencionados han querido interpretar tendenciosamente. Por ejemplo, en la portada del disco de la banda sonora de la película de Edwards, vemos a una Pantera de rasgos muy femeninos, con los bigotes blancos, chupando coqueta una boquilla dorada. Lo concreto es que desde los tiempos en que Peter Sellers encarnaba al despistado inspector bigotudo Jacques Clouseau hasta la actualidad, en que Steve Martin ha sido convocado para la versión 2006, la Pantera se ha manejado con un donaire y una astucia impecables. Verdad que a veces mete la pata, pero incluso en su torpeza y fragilidad hay algo de gracioso aggiornamiento. ¿Hace falta, entonces, saber si es hombre o si es mujer? ¿Es necesario? En todo caso, me parece que la respuesta más atildada la ofrece el escritor Efraín Medina Reyes, autor del libro El Sexo de la Pantera Rosa (2005, Seix Barral): “Ella es una pantera negra que usa pijama rosada”.
¿Qué hay de cierto en eso de que los franceses no se bañan y huelen mal? Esa tesis urbana, lejos de tener algún asidero científico, se basa en las empíricas presunciones de los turistas prejuiciosos y asquientos que vieron mucho en la tele los dibujos animados de Pepe Le Pew, aquel galante zorrillo francés que apestaba a berrinche. Ahora bien, es cierto que los franceses no exudan rosáceos ventiscos axilares precisamente, sino más bien un podrido tufo silvestre que liquida a cualquier samaritano ni bien levantan los sobacos. Pero para comprender las razones de ese peculiar rasgo, debemos remontarnos atrás en la historia y recordar que durante la Edad Media el territorio francés fue duramente castigado con largas temporadas de sequía: una penuria que acostumbró a sus habitantes a vivir sin extrañar las bondades límpidas del agua.
, ra Rosa e t n a P la ales de ias del u x e s s ganc sterio Los mi narrables fra iosa vida liz. las ine lo y la delic ecir, fe d s e , a g ro sobaco ombre solte h l de
Poco después se superaron las calamidades climáticas, pero la cochina dinámica no cambió mucho. Así lo confirma Ibn Yaqub Ibrahim, un comerciante judío que durante la primera mitad del siglo X viajó por diversos países y regiones europeas, entre ellos Francia. Al referirse a los francos, Ibn Yaqub escribe: “No encontraréis a nadie más sucio e inmundo que ellos. Son gente pérfida y traicionera. No se bañan más que una o dos veces por año, y en agua fría, y jamás lavan sus ropas hasta que éstas se caen a pedazos...” Hoy los franceses han retomado solo en parte los hábitos higiénicos. En un número más o menos reciente de la revista TIME se dice que solo el 47% de los franceses se bañan a diario, lo cual quiere decir que hay un 53% que va viciando el aire de Versalles y los Campos Elíseos.
¿Existe algún estudio que demuestre que los solteros son más felices que los casados? Oscar Wilde repetía que los solteros deberían pagar más impuestos, pues no es justo que unos hombres sean más felices que otros. La de Wilde no es una reflexión estadística, aunque sí una genial frase que se adelanta a la concepción moderna de la soltería. Hoy los hombres solteros ya no son más vistos como una casta de misóginos renegados que, incapaces de enamorar ni enamorarse, se abandonan al infortunio de la vida en singular. Antes se creía que un hombre entrado en años que no había contraído matrimonio era un público candidato al entonces asolapado gremio homosexual. De ahí esa rima pegajosa y cojudona de “soltero maduro, maricón seguro”. Qué distintas son las cosas ahora ¿verdad? Hoy los solteros son los vivos del cuento. Viven en sus lofts o sus duplex, son dueños arbitrarios de sus cuentas corrientes y no tienen que andar de maridos o papás. Y las mujeres solteras de hoy también celebramos la independencia de ese estúpido atavismo que antes obligaba a una muchacha a casarse con cualquier huevofrito en nombre de las santas convenciones. Hay decenas de sondeos sobre “situaciones de vida” (ése es el nombre técnico) que arrojan diversos resultados. Según una última encuesta de la agencia de Internet Parship de Londres, los solteros españoles son los más felices de Europa, mientras los de Gran Bretaña dicen ser los más tristes. Por otro lado, otras encuestas genéricas en Estados Unidos y la Comunidad Europea advierten una mayor felicidad en casados que en solteros. Algunos exagerados mitos postulan que los hombres y mujeres en matrimonio tienen una expectativa de vida más alta, pero esa ley es fácilmente rebatible. Al menos yo —con mis 3(CENSURADO), mis tarjetas doradas y mi regia vida VIP— voy camino de imponer nuevas reglas.
TAS A: ESCRIBE TUS PREGUN
om elvira@revistahelio.c rgo ilustr ación : mario bu
PhD Elvira Faucett responde a esa clase de preguntas que jamás te atreverías a hacer en público por miedo a parecer ignorante, inculto, ingenuo, machista o simplemente, ridículo. En esta sección, ella esperará ansiosa las preguntas que puedas enviarle anónimamente.
He 20
s
Zsa Zsa Bar El secreto encanto de lo femenino
POR DANIEL FLORES BUENO
(corresponsal nocturno)
La chica que baila en la barra tiene un tatuaje en la espalda. Pero
no va a hablar de él. Así que no insistas. Se mueve al ritmo de esa canción de Barry Manilow que dice Her name was Lola, she was a showgirl, / with yellow feathers in her hair and a dress cut down to there. / She would merengue and do the cha-cha… Cero-cero horas de un sábado de febrero, y en el Zsa Zsa Bar del Boulevard Ibiza en Asia el porcentaje de mujeres contra hombres es de dos a uno. Su propietario, Xavier Nouel, un francés afincado en Lima, tiene la respuesta. “El concepto fue mezclar un ambiente de terraza francesa, muy mediterráneo, de paredes, techo, cortinas y muebles blancos con cierto toque muy femenino representado por los candelabros de plata, las velas encendidas en cada mesa y este mueble súper cómodo tipo cama”. El arquitecto fue Jordi Puig, el mismo que diseñó el Bar O, también propiedad de Xavier. Zsa Zsa mantiene algunos elementos de O, pero al ser un bar de playa es más fresco sin dejar de ser sofisticado.
El otro encanto del lugar radica en las chicas que bailan en la barra. Horas antes, Xavier me contó que esta tradición comenzó con una bailarina llamada Pierina, que con sus movimientos elevaba la temperatura del lugar. Por eso decidieron crear el día de las Coyote Zsa Zsa, tres chicas guapas: rubia, castaña y morocha, que todos los viernes hacen lo mismo que Tyra Banks en la película Coyote Ugly. Luego me enteraré por un bartender que la barra se presta para más desfiles. Algunos de moda, como el ocurrido hace unas semanas con una marca de bikinis. Otro desfile que paraliza el lugar es el de la espectacular diablita de cerveza Cusqueña, una rubia de metro ochenta en bikini y alitas rojas que mira de arriba para abajo cuando se pasea en la barra.
He 22
Durante la noche suena algo de lounge, pero conforme llega más gente y se va armando el ambiente, el dj altera los ritmos. Aparecen Alaska y Dinarama, Rafaela Carrá, Madonna, Michael Jackson y el amigo Barry Manilow. En ese momento, todos recogen sus vasos. Es la hora de la gogo-dancer. La chica del tatuaje en la espalda, vestida en hot-pants y polo blanco. Esta noche se mueve al ritmo frenético de la música con una espontaneidad que invita a observarla. En sus ratos libres, es bailarina de danza moderna, me entero. Una instructora de spinning fuma su Lucky avergonzada. Me cuenta que los viernes son sus días preferidos. También que solo toma martinis o vodka tonics. Hay una variedad de martinis en el Zsa Zsa que van desde el martini seco al orange martini, pasando por el aguaymanto martini. Cuando le pregunto qué es lo que más le gusta del lugar, la instructora no lo duda: la música, con esa onda muy ochentas. También el ambiente, cuyo target es mayores de treinta. Aunque por supuesto, ella aclara que tiene 28. Cerca de ahí, unos chicos no tan chicos piden un champán francés Vouvray, de 180 soles la botella. El barman me invita el cóctel de la casa, el “Zsa Zsa”, a base de maracuyá y pisco (aproximadamente 18 soles). Luego elijo el “French 69” y para brindar por la velada el “Choche”, un cóctel a base de pisco y uva borgoña. Para picar, me recomiendan una pizzetta de jamón. Tres rubias muy bronceadas conversan animadas, recostadas sobre un mueble muy cómodo que parece una cama. Falta mucho para el amanecer. Yo continúo la marcha.
He 23
foto: adriรกn portugal
POR JUAN VILLORO
He 24
s o t c a p s Lo o l b a i d l e d ones Una cita con los Rolling St proponen o tro sentido del tiempo� Jo hn Berger
foto: lynn goldsmith / corbis
“Las piedra s
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Una
de las frases más peculiares que Mick Jagger me dijo el 2001 cuando lo entrevisté en Londres fue: “no soy un historiador de mí mismo”. Habíamos llegado al clásico momento en que el entrevistador recuerda mejor las canciones que el hombre que las compuso. Lo mismo había ocurrido unos años antes en la extensa entrevista que Jagger concedió a Jann S. Wenner, el fundador de la revista Rolling Stone. “Me volvería loco si estuviera pendiente de todo lo que he hecho”, dijo Jagger y sonrió como un diablo teatral, mostrando que, después de todo, está en el rock para pasársela bien. El éxtasis de envejecer. El veterano que prometió no cantar Satisfaction después de los treinta años contempla su longevidad con idénticas dosis de placer y extrañeza. Su trayectoria podría ampararse en una de sus canciones: “Time is on my Side”. En efecto, el tiempo ha estado de su parte; los años curtieron a las Piedras Rodantes con precisión geológica. En gran medida, esto se explica por su propia música. Nunca aspiraron a ser supermodernos, al modo de Emerson, Lake & Palmer y otros expedicionarios del rock progresivo que hoy tienen el encanto de época de Los Supersónicos y demuestran lo arcaico que pudo ser el futuro. Anclados en el rythm & blues y el rock básico, los Rolling Stones han sido aventajados folkloristas de la era moderna. Su sonido no puede envejecer mucho porque en rigor nunca ha sido muy nuevo. Su dilatada producción se alimenta de una monomanía sin freno que sugiere una enérgica ilusión de congruencia: el encanto de lo mismo. Aunque el grupo ha sufrido notables altibajos (resulta imposible comparar una actualización urbana del blues como Exile on Main Street con el edulcorado cortejo de la música disco de Emotional Rescue), ha logrado un estilo tan uniforme que en los conciertos se da el lujo de tocar piezas de todas sus épocas sin que se produzca la menor disonancia. En 2005, en cuanto salió A Bigger Bang, le pregunté a José Enrique Fernández, quien dirige un grupo de estaciones de radio en la ciudad de México, qué opinión tenía de la nueva entrega de los Stones: “Es igualita a las demás”. Esta frase imprecisa tiene una extraña manera de ser cierta. Resulta imposible buscar particularidades en un sonido que se ha transformado en una atmósfera, un estado de ánimo sonoro que no puede ser objeto de estudio porque es el complemento de otra cosa: un consorcio, una leyenda, un tiempo sin tiempo donde lo nuevo es, misteriosamente, lo que fue. Nada más típico para estos devoradores de estadísticas que superar al cosmos. Si el limitado universo se originó con el big-bang, el mito ofrece un explosivo superior, el incalculable polvo sideral de A Bigger Bang. Expertos en negociar con la cronología, los Stones no sobrellevan bien un hecho biológico: sus fans han envejecido sin adquirir el fascinante aspecto de devastación del cuarteto. El auditorio es su dramático retrato de Dorian Gray.
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Jagger supervisa todos los detalles de las giras; se interesa por los refrescos que se venderán en sus conciertos y el precio que tendrá el estacionamiento. Las migraciones de los Stones requieren de la logística combinada del desembarco en Normandía y el despliegue de la versión filmada por Steven Spielberg. En 2006, uno de los asuntos difíciles de diseñar fue la aparición del grupo en el medio tiempo del Superbowl para el domingo 5 de febrero. El problema no era convivir con otra forma del espectáculo, sino con los fans de siempre. Hubo un tiempo remoto en que el rock no se prestaba a ser comparsa de una epopeya de la trituración de músculos. Si algo ha traído el siglo XXI, es la nivelación mediática y la imposibilidad de establecer diferencias. Recuerdo mi sorpresa al ver que los finalistas de la versión española del cotejo Operación triunfo iban a visitar a Mick Jagger para pedirle consejos. ¿Podía un aspirante a Luis Miguel mejorar algo oyendo la incomprensible fonética del prefecto del rock básico? La verdad sea dicha, en la actual sociedad del espectáculo lo único raro es que alguien sea tan ingenuo como yo para sorprenderse de ese encuentro. Los Rolling Stones no sobreviven por su pureza sino por lograr que sus claudicaciones parezcan una forma del estruendo. Jagger aceptó cantar en el Superbowl 2006 rodeado de fans, pero solicitó que ninguno de ellos tuviera su edad. El gerontófago se nutre de Pharmaton y juventud. Hacía mucho que Sir Mick no se mostraba políticamente incorrecto. ¿Podía discriminar a quienes habían llevado vidas paralelas a las suyas, esos ancianos que caminan con pasos medrosos, como si sostuvieran una bandeja en un buffet? La solución de compromiso consistió en buscar a fans de la promoción Sub-70 que se pudieran mover.
En 2006, dos ejércitos del pop avanzan en campañas paralelas: U2 y los Rolling Stones. Bono y Jagger han sobrevivido como arquetipos casi opuestos. Ambos dependen al máximo de su carisma, pero lo ejercen de manera distinta. Jagger es un hedonista de la tercera edad como Hugh Hefner. Se sirve de su picardía para cumplir un sueño narcisista: el mundo debe girar a su alrededor del modo más placentero posible. Es el capitán de un crucero de lujo que sólo conoce la ruta de sus caprichos. En cambio, Bono es un piloto en una misión de combate: todo lo que dice es urgente y gravísimo. No quiere estar a gusto en el mundo: quiere conquistarlo y salvarlo, cosas que para él son equivalentes. Cuando estuvo en México, en 1997, pidió entrevistarse con un grupo de periodistas y artistas para hablar de política después de uno de sus conciertos. Nos reunimos en un galerón del Foro Sol. Bono venía preocupado porque U2 acababa de tener un encontronazo con la impunidad mexicana. El hijo del presidente Ernesto Zedillo asistió al concierto y no respetó las medidas de seguridad. Uno de los roadies trató de detenerlo y fue agredido por uno de sus guardaespaldas entrenados para apoyar la prepotencia a puñetazos. Bono mencio-
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foto: jerry schatzberg / corbis
nó el asunto y esto dio pie a que una actriz hablara de la injusticia nacional y el caso de Chiapas. El cantante la contuvo en un tono casi solemne: “Ese tema no está en mi agenda; no puedo hablar de manera irresponsable de los asuntos que no conozco; tampoco puedo ocuparme de todos los asuntos”. No estaba ahí para intercambiar opiniones a la ligera sino para mejorar el mundo. Durante hora y media hablamos de algo que podría titularse “El papel del espectáculo en la sociedad post industrial y la ayuda que puede obtenerse de quienes han sido obscenamente favorecidos por el éxito”. El tema es extenso y severo, pero así son las frases de Bono, un apasionado que repudia la diversión. Cuando Jagger se convirtió en Sir de la corona británica, Keith Richards juzgó que se trataba de un episodio común para el más conocido de los charlatanes. El guitarrista es el motor áspero y resistente del grupo. El cantante es un fenómeno de comunicación que no alcanzó a estudiar McLuhan. En el documental que produjo para sí mismo, Being Mick, el nuevo miembro de la realeza viaja en jet privado y se sorprende de que la policía alemana le pida… ¡una identificación! Bastaría que sacara la lengua para que los guardias lo reconocieran, pero Alemania es el último reducto de las reglas. Mick Jagger muestra su pasaporte y pasa el resto del viaje imitando a los devoradores de chucrut. Los problemas íntimos de Su Satántica Majestad son intensamente públicos. Cuando rompe con la modelo de turno, su melancolía no es como la nuestra: en cualquier ciudad encuentra el rostro que lo abandonó, cubriendo edificios enteros para anunciar bloqueador solar. Obviamente, alguien que se relaciona con una cara capaz de cubrir un edificio sólo puede tener intereses desmedidos. Jagger ignora los detalles de su trayectoria, no es un historiador de sí mismo, pero sabe que la época es inconcebible sin su presen-
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cia. Cuando le pregunté si en verdad se interesaba en sus proyectos como solista, al margen de su legendaria agrupación, sonrió como Mefistófeles ante el inerme Fausto: “Supongamos por un momento que no existen los Rolling Stones”. La proposición es, por supuesto, insostenible. En cualquier parte del planeta el grupo tiene menos que ver con la música que con la certificación de un mito. “Persistencia de la memoria”, se llama el cuadro de Dalí con los relojes derretidos. Eso mismo sugiere una de las frases más oídas y sin embargo anheladas de la cultura de masas: “¡Damas y caballeros: los Rolling Stones”.
A diferencia de tantos músicos de su generación, los Rolling Stones no necesitan ser evocados en una misa negra de difuntos. Es absurdo volver a oírlos por la sencilla razón de que los seguimos oyendo desde hace más de cuatro décadas. El 17 de octubre de 1961, Mick Jagger y Keith Richards se encontraron en la estación Dartford y tomaron un tren que cambiaría la historia del rock. Los antiguos amigos se identificaron como fundamentalistas del blues y concibieron un grupo que empezaría a tocar en pubs malolientes unos meses más tarde y grabaría su primer sencillo en 1962. Para los mitógrafos, el andén donde Jagger y Richards redescubrieron su pasión equivale al Ponte Vecchio donde Dante vio a Beatriz. Los críticos tomaron el asunto con más reserva. Durante cuatro décadas, los Stones han sido el blanco favorito de sus testigos letrados. Truman Capote consideró que Jagger era tan sexy como un sapo orinando y Lester Bangs, el Rimbaud de la crítica de rock, calificó a los Stones como una corporación machista, ávida de dinero, incapaz de retirarse y dotada de nervios de rayos láser. Curiosamente, la baja opinión de los escritores ha dado realce a un conjunto al que le sientan bien las heridas. Mejor ser masacrado que ignorado.
nes. De cualquier manera, sus canciones permanecerán, junto a las novelas de William Burroughs, como un intenso expediente de los cielos intravenosos. En materia política han sido menos congruentes. Rara vez repitieron sus llamados a la rebelión de los años sesenta y su punto más bajo fue el festival de Altamont: en 1970, regalaron un concierto de fin de gira y le dieron 500 dólares en cerveza a los Hell´s Angels para que mantuvieran el orden. Mientras Jagger cantaba Simpatía por el diablo, las navajas de los Ángeles del Infierno asesinaban a un negro. Poco a poco, el cinismo se filtró a sus letras. Pero a veces la bestia vuelve a despertar: en 1991, Highwire fue una de las pocas protestas rocanroleras contra la primera guerra del Golfo.
¿Qué diablos son los Rolling Stones? ¿Un Apocalipsis controlado? ¿Un triunfo sentimental que despierta más aplausos al llegar que al despedirse? ¿El punto donde lo viejo se vuelve clásico? ¿Una extraña arqueología del presente? El poeta Gottfried Benn ofrece una clave para la edad glaciar de los Rolling Stones: “Quien ama las estrofas, también ama las catástrofes. Quien está a favor de las estatuas, tiene que estar también a favor de las ruinas”.
ilustración: gloria arteaga
Si a los 15 años eras virgen, no fumabas y te gustaba la leche, ahí estaba Cliff Richard y su corazón de azúcar glass. Si querías una pedagogía sobre el sexo, las drogas y la paternidad repugnante, podías inscribirte con los Stones. Desde su álbum debut de 1964, el grupo de la lengua no ha dejado de referirse a las muchas variantes (principalmente las misóginas) del amor carnal. Acusados de obscenidad, perseguidos por el Batallón del Vicio y las virtuosas ancianitas de Florida, no pudieron cantar la letra completa de Let’s spend the Night together en la televisión norteamericana. En 1970, la compañía Decca se negó a grabar una canción que llevaba el módico título de Cocksocker blues (Blues mamapingas) y que se convirtió en una de las rarezas más codiciadas de los discos pirata. Los años no disminuyeron esta temperatura: en 1994, el provecto Jagger cantó Sparks Will Fly (Saldrán chispas), tema entusiasta sobre el coito anal. La toxicomanía ha sido otra de sus constantes. Mother’s Little Helper trata de un ama de casa que coquetea con barbitúricos; Sister Morphine, de un hospitalizado que en su alucinación quiere ver a la “hermana heroína” y a la “hermana morfina”; Bitch, de una sobredosis de 15 días; Hertbreaker, de una niña de 10 años que se inyecta en el antebrazo, y Dead Flowers informa: “Estaré en la habitación de mi sótano, con una jeringa y una cuchara”. El 13 de julio de 1969, el guitarrista Brian Jones murió ahogado en su piscina. Por su parte, Keith Richards ha sido un cliente asiduo de las clínicas de desintoxicación (“en los primeros días amaneces con la paredes manchadas de sangre y restos de papel tapiz en la uñas”) y de abogados capaces de demostrar que la droga en su equipaje no representa un contrabando sino su alarmante dosis personal. A estas alturas del narcotráfico (que mueve el 10% de la economía mundial), lo que empezó como un arriesgada búsqueda interior y un desafío a la sociedad aletargada ante la televisión, ha sido rechazado incluso por los Rolling Sto-
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a v l i S a D
Aquí durmió
a c i X POR PATRICIO DE LA PAZ
ILUSTRACIÓN DE GLORIA ARTEAGA
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Un cronista chileno fue tras los pasos de Xica da Silva, una mulata caprichosa que en el siglo XVIII enamoró al hombre más rico del pueblo, hizo construir su iglesia y dicen descargó su furia contra los blancos y negros en la ciudad de Diamantina, centro de operaciones de la Corona portuguesa en Brasil de donde se extraía diamantes. Lo que encontró fue un pueblo que no se pone de acuerdo sobre lo que es verdad y mito en la vida de esta mujer. Para muchos, un ícono de la sensualidad negra capaz de conquistar en la cama al hombre blanco. Una historia digna de ser llevada al cine, al periodismo y a la televisión.
Diamantina hay guías turísticos que sienten la necesidad de ser justos. Y en un rapto de honestidad, siempre en voz baja, dicen que la historia ha sido un poco injusta con Xica da Silva, ese personaje reconocido por multitudes cuya vida fue llevada al cine y luego a la televisión por la Red Manchete. Según estos guías expertos en “Xicografía”, a nadie le consta tanta belleza en los rasgos de su heroína y menos tanta crueldad de su parte, atribuida por la leyenda popular. Ni siquiera hay un retrato del rostro de Xica y los que hoy cuelgan de las paredes de su casa fueron hechos en 1999 por al artista Marcial Avila, sobre la base de relatos orales. Y, lo que es más seguro, a partir de su propia imaginación. Primer descubrimiento: la imagen de la mujer negra que seduce con su belleza a los blancos por más racistas y poderosos que sean, no existe. Lo dicen investigadores históricos como la profesora Júnia Furtado, de la Universidad Federal de Minas Gerais, quien señala que las historias sobre Xica da Silva no tienen base real y que los libros, películas y telenovelas que hacen referencia a ella han presentado a una mujer que en realidad no existió, al menos con las características que le han colgado al cuello. Según ella, la Xica real tuvo privilegios como haber frecuentado elites de blancos o haber sido enterrada en el exclusivo cementerio de la Iglesia de San Francisco de Asís, lo cual demuestra que era una mujer que se comportaba de acuerdo a los patrones sociales y morales de la época. El resto de la historia, dentro de los que se mezcla su supuesta crueldad y sensualidad, sólo serían inventos mantenidos con la complicidad del tiempo. Sea como fuera, lo cierto es que el comendador Joao Fernández —amante de Xica y el hombre más poderoso de Diamantina— regresó a Portugal en 1771, y con él se llevó a los cuatro hijos hombres que tuvo con la mulata. Al partir, eso sí, le dejó toda su fortuna a su amada Xica, quien murió en 1796, llena de riquezas, pero nadie sabe si con la conciencia tranquila. Porque de eso sí que nadie sabe. Ni nadie lo comenta en Diamantina. Afuera de la mansión de Xica en la Rua do Contrato, todo sigue en silencio. Mudas bajo el cielo despejado de esta tierra minera, las piedras de sus calles no hablan. La imaginación, en cambio, parece que sí.
La Rua do Contrato es como todas las calles de Diamantina. Empinada, más bien angosta y cubierta con esas grandes piedras llamadas las solitarias, que con fuerza y paciencia los esclavos traían de las canteras cercanas para “pavimentar” la ciudad allá por el siglo XVIII. Claro que si las piedras hablaran, esta calle tendría las historias más sabrosas de todo el lugar. Porque sobre ella caminó diariamente, durante muchos años y a tranco firme, la célebre Xica da Silva. A la susodicha no le quedaba otra opción: esta calle, de apenas una cuadra, era la que separaba su
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casa — que compartía con Joao Fernández de Oliveira— de la iglesia que su enamorado le hizo construir para cumplir uno de sus tantos caprichos. Aunque ganó fama en pleno siglo XX como protagonista de una película y después como heroína de teleserie, Xica da Silva fue una mujer de carne y hueso. Y no cualquiera. Hija ilegítima de un europeo y de una esclava —Maria da Costa—, su fecha de nacimiento es incierta: en esa época no se manejaban documentos, menos aún si se trataba de negros. Algunos dicen que nació en 1734 en Milho Verde, un poblado diminuto cercano a Diamantina. Otros, que fue en 1736. Lo que nadie discute es que, desde muy joven, esta mulata con nombre de niña eterna —Xica es el diminutivo cariñoso de Francisca — supo que su mejor inversión era ella misma y que el juego de la sensualidad era más que rentable. Le quedó clarísimo cuando, aún sin abandonar la pubertad, enloqueció a su patrón, el médico portugués Manuel Pires Sardinha, con quien se emparejó sin culpa alguna y tuvo a su primer hijo, Simón. Una relación que, lejos de ser importante, a ella sólo le serviría para calentar motores para la jugada magistral que haría algunos años más tarde, exactamente en 1753. Justo ese año, apareció en su vida el hombre más rico y poderoso de Diamantina: Joao Fernández de Oliveira era el comendador de la ciudad, principal representante de la Corona portuguesa para supervisar la extracción de diamantes repartidos en los cerros de la zona. Apenas vio a la mulata, Fernández no dudó un minuto en comprársela a Pires. Enseguida le dio la libertad, aunque de ese acto samaritano el hombre no salió indemne: Xica, que no sólo entró en su vida sino también en su cama, se convirtió rápidamente en su amante. Ella, de seguro, ni se sorprendió de que su disparo haya dado tan certero en el blanco. Llevaba años con la lección aprendida: el juego de la sensualidad nunca falla. Y es siempre rentable. Fernández tenía sirvientes, varias propiedades y más de 600 esclavos. A la lista debió agregar pronto, a petición de Xica, una enorme mansión de dos pisos y una iglesia decorada con oro, construcciones que hoy siguen estando entre las principales atracciones de esta ciudad colonial que, pese al paso del tiempo, no abandona su aire provinciano. Con sus bares concentrados en una sola calle, generosas caipirinhas en vaso plástico a poco más de un dólar y gente amable que invita gratis a un corto de cachaza antes de cada comida, la vida transcurre aquí sin apuros. Muy lento. Con la calma que, de seguro, jamás conoció en los tiempos de Xica.
El mito sobre Xica empezó a construirse en el siglo XIX, con la aparición del libro “Memorias del distrito diamantino”, de Joaquim Felicio dos Santos. A partir de ahí, los años y los rumores
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heredados de boca en boca sólo fueron agregando más y más historias para mantener ardiendo la hoguera. Claro que hoy, en Diamantina, la figura de Xica no pasa de ser un atractivo turístico. No es comentario en las calles ni nadie se desgasta demasiado en contar sus peripecias. Excepto los guías turísticos, quienes hacen peregrinar obligatoriamente a los visitantes a la casa de Xica que, pese a los esfuerzos del Instituto de Patrimonio Cultural que se ha instalado allí, deja con sabor a poco. Excepto los muebles, en esta residencia todo es de esos años coloniales. La escalera de madera, los suelos de grandes tablones, las puertas. El paseo no tiene mayor gracia, excepto por las vistas de la ciudad desde las ventanas del segundo piso, cubiertas con esas persianas de madera que sólo permiten ver de dentro hacia fuera, y tras las cuales se escondía Xica para espiar en silencio el movimiento de todo Diamantina. Tal vez lo mejor de la casa sea el enorme patio trasero. Porque todo allí recuerda a Xica. Está, por ejemplo, la fuente de cemento donde sus esclavas le daban baños, lo cual era todo un lujo en esos tiempos: el agua era escasa y las fuentes para conseguirla eran públicas y estaban en las calles. Su cuerpo desnudo debió ser un espectáculo tentador para los moradores de esa casa, quienes, en todo caso, nunca osaron mirarla de frente. También hay restos de donde estuvo la capilla de Santa Quitéria, que se vino abajo hace más de ochenta años y nadie se ha interesado en reconstruir. En medio del jardín inmenso, se asoman varias plantas de ora pronobis. La misma que la mulata más célebre de la ciudad hacía mezclar con pollo para armar el guiso que ella, una autoreferente sin remedio, llamaba “xin-xim da Xica”. Un plato seguramente delicioso, pero casi inencontrable en cualquier restaurante popular de Diamantina, en los cuales se paga por peso y donde, lejos de excentricidades culinarias, manda lo calórico. El arroz blanco, el cerdo, la feijoada. Y punto. En todo caso, la mansión del comendador y su amante fue mucho más que la casa familiar donde nacieron los trece hijos de esta pareja en blanco y negro. Era, antes que nada, el cuartel general de Xica. Allí, se dice, urdía sus planes para escandalizar al pueblo. En su alcoba principal, asegura el mito sobre ella, Xica practicaba con arte y virtud todas las técnicas amatorias para tener rendido a sus pies al hombre más poderoso del pueblo. Desde esta casa, dicen los guías, “salía a irritar a las mujeres blancas que le hacían desprecios en la calle”. A ella le importaba un bledo: se paseaba como reina por las plazas, los mercados y la entrada de las iglesias. Por eso, los cronistas la han bautizado como “la reina negra”. Como se trataba de ser desafiante a toda prueba, se vestía igual que las mujeres que la miraban con desdén — con lujosos trajes con más de siete faldas — y en cada uno de sus pasos estaba acompañada por una corte de esclavos, que en sus mejores tiem-
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foto: luis bollocchio
pos llegaron a sumar más de cien. Pocas mujeres se podían jactar entonces de tener tal séquito de personas preocupadas hasta de si respiraba bien.
En su alcoba, asegura el mit o sobre ella, Xica practicaba con arte y virtud todas las técnicas amatorias para tener rendido a sus
foto: luis bollocchio
pies al hombre más rico del pueblo
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Que Xica da Silva quisiera tener una iglesia donde pasearse libremente no era sólo un asunto de vanidad. O de mostrar su riqueza. Era también un asunto de fe. Porque ella era una mujer creyente, tal como lo había sido su madre, quien la hizo bautizar muy niña en la iglesia Nossa Señora dos Prazeres, en Milho Verde. Que quede claro: Xica podía jugar a seducir, ser la amante de sus patrones o tener hijos como madre soltera, pero eso no le impedía ser una devota de tomo y lomo. Creyente en Dios y en los santos, que no se saltaba jamás su oración diaria. Por eso, cuando se mudó a vivir a la fastuosa casa que compartió con Joao Fernández, Xica quiso que en uno de sus costados se levantara su pequeña capilla personal. Se la dedicó a Santa Quitéria, su favorita. Ante su imagen, todos los días, la
amante del comendador de Diamantina y una de las mujeres más poderosas del pueblo se arrodillaba piadosa para repetir sus rezos. Y pedir perdón por los pecados cometidos. Pecados que, según la leyenda que se ha tejido en torno a Xica, no eran pocos. A su fama de devoradora de hombres y erotismo desenfadado —facetas explotadas hasta el cansancio por la película que en 1976 dirigió Cacá Diegues y por la teleserie transmitida en los años 90 —, se suma la vanidad y la crueldad de una mujer que el mito de sí misma ha dejado convertida en una desalmada. Una femme fatale de raza negra en la mitad del Brasil colonial. Se dice que Xica hacía que sus sirvientes le afeitaran el cráneo, pues estando calva le quedaban mejor las pelucas blancas con las cuales le gustaba mostrarse en sociedad. Y que era tan caprichosa que, como ella nunca había visto el mar, hizo que su amante le construyera un inmenso lago artificial, sobre el cual navegaba a cuerpo de reina en un velero —también regalo de Joao, por supuesto — donde cabían sólo diez personas que miraban las aguas falsas mientras de fondo una orquesta entonaba melodías alegres. Se dice también que Xica era una mujer cruel. De una frialdad que calaba los huesos. Especialmente con los esclavos, pese a que ella había sido uno de ellos hasta 1753. Cuenta la leyenda que le hizo arrancar todos los dientes a una sirvienta a la cual el comendador Fernández había encontrado linda. Sin compadecerse de ninguno de sus criados, los tenía todo el día en movimiento —muchas de las tareas encomendadas no eran más que caprichos de la patrona— y en las noches los hacía dormir en un pequeño galpón de madera al fondo del patio. No soportaba pensar que alguno pudiera pasar la noche bajo el mismo techo que ella. Porque había que marcar las diferencias: ella era negra, pero rica.
La historia de Xica da Silva se parece a la de un carbón debajo del cual se esconde una piedra preciosa. No sólo es la leyenda de una negra poderosa y seductora en el siglo XVIII. Es también la historia de una época y sus contradicciones. En Diamantina, ciudad del estado de Minas Gerais, la actividad económica comenzó a girar en torno a los diamantes. Se dice que sus habitantes vivían en completa paz, hasta que alguien se fijó en estas piedras preciosas que se escondían en sus cerros. Fue curiosamente un sacerdote quien en 1720 dio la voz de alerta. Y la corona portuguesa no dejó pasar el dato: siete años más tarde fundó Diamantina y mandó a sus mejores hombres para hacerse cargo del asunto. Fue duro para los esclavos. Debieron
construir, piedra a piedra, la que se transformaría en la Estrada Real, camino armado por la corona para sacar oro y piedras preciosas desde las montañas del interior a la costa, en Río de Janeiro o Paraty. De la mano con ello, vendría el desarrollo de la ciudad. A más minas aparecieron más calles, casas e iglesias. Muchas iglesias. Porque aquí hay nada menos que dieciocho, casi todas construidas en el siglo XVIII. En medio de una actividad gobernada por la codicia y la injusticia, la fe movía literalmente montañas. Tanta iglesia a la vista despertó, por supuesto, la envidia de doña Xica da Silva. Más aún porque ella, como todos los negros, tenía vedado el ingreso a casi todos los templos religiosos. Sin perder tiempo, le pidió a su amante que le construyera su propia iglesia. Joao obedeció. Y en 1761 se estrenó la flamante Iglesia do Carmo, que es hasta hoy la más lujosa de la ciudad. Llena de madera tallada, un techo repleto de pinturas y un órgano fabricado en oro, material que también reviste las esculturas del lugar. Todo muy barroco. Lo más curioso, sin embargo, es su torre campanario, que está ubicada en la parte de atrás de la iglesia y no en el frontis, como era la costumbre en el siglo XVIII. Las razones serían dos. Ambas, claro está, relacionadas con Xica.
A su lista de propiedades, el comendador debió agregar pronto, a petición de Xica, una enorme mansión de dos pisos y una iglesia decorada con oro Algunos explican que como la ley de la corona prohibía a los negros entrar a las iglesias más allá de la torre, el comendador la situó al fondo para que su amante pudiera pasearse con soltura por toda la nave de su iglesia. La otra razón está relacionada con la casa de Xica da Silva y Joao Fernández, construida en 1755 y ubicada apenas a una cuadra de la Iglesia do Carmo. Debido a la cercanía, la propia mulata habría pedido que el campanario estuviera bien atrás: sólo así el repique de las campanas no perturbaría su sueño. Verdad o no, lo cierto es que desde las ventanas de la casa de Xica, de dos pisos y dieciséis cuartos la polémica torre de la Iglesia parece al alcance de la mano. Nunca estuvieron tan cerca: sexo, religión y poder. Ingredientes indispensables para la leyenda, la historia o la mentira.
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e u q s a cos r e c a h s e b e d o n
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POR VALENTINA VITOLS
fotos: valentina vitols
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1.
Alquilar un automóvil. Caracas es una de las capitales más complicadas para manejar en el planeta Tierra. Si te avientas a una aventura motorizada, no solo podrías quedar “perdido en acción” sino también con un mareo de pronóstico reservado. Por situarse en un valle, la ciudad está plagada de subidas, bajadas y muchas curvas. Las vías rectas y la señalización desaparecen tan rápido como el buen ánimo del turista al volante. El tráfico es un eterno endemoniado capaz de causar jaqueca al conductor más paciente. No te arriesgues: recuerda que perderte en algún barrio feo de Caracas es, literalmente, estar perdido.
2. Ir al estadio con tu camisa favorita en temporada de béisbol. La pelota es casi una re-
ligión para los venezolanos y es muy probable que te pique el bichito de acudir al estadio buscando diversión y formas de drenar fanatismo puro. Pero ojo: a los caraqueños les gusta jugar a tirarse vasos llenos de cerveza. Y en este juego de “vasos voladores”, tu ropa siempre pierde. Ir al estadio es una experiencia llena de gritos y emoción (disfrutas del juego y de la pericia deportiva de varios de los mejores beisbolistas del mundo), y vale la pena disfrutarla. Pero eso sí, ve con tus peores trapos.
3. Pasar caminando con tu traje Armani por “La Esquina Caliente”. En esta ciudad convulsa, la mencionada intersección es el lugar donde se reúnen los partidarios de Hugo Chávez para hacer proselitismo político. Si tu ánimo guerrero te arrastra hasta este lugar de culto, procura vestirte sencillo. Si no lo haces, corres el riesgo de ser tildado de “escuálido” o incluso, de que te zarandeen en la calle.
4.
Comprar un “souvenir bolivariano” y exhibirlo en el Este de Caracas. Por estos días, estos souvenirs se venden por toneladas en la ciudad, y es fácil caer en la tentación de comprar alguno. Por ejemplo, aquella colorida gorra del programa dominical de Hugo Chávez, “Aló, Presidente”, es turísticamente irresistible. Pero cuidado: asegúrate de esconderla antes de regresar al Este de la capital caraqueña. No querrás que te griten “vendido”.
5. Buscar un hotel desconocido con tu nueva amante. No te hagas bolas yendo de aquí
para allá. Ve a lo seguro: nada como los “hoteles” de El Rosal. Aunque ya no existe el ostentoso Palacio Imperial (otrora reino de la crónica amatoria caraqueña), ni se ven letreros de “casa de familia” fuera de las residencias vecinas, Caracas sigue ofreciendo una colorida red de “puticlubs” y hoteles diseñados para el amor. En el caso de los últimos, la céntrica urbanización El Rosal es el lugar donde encontrar camas redondas, jacuzzis y espejos en el techo.
6.
Perderte la oportunidad de colarte en un matrimonio. Una boda es el acontecimiento social por excelencia. Para el venezolano, esta fiesta es sinónimo de parranda, jolgorio, juerga y cachondeo. La gente hipoteca la vida para “botar la casa por la ventana”. Beberás buen whisky escocés, comerás deliciosos canapés y tequeños y sacudirás el cuerpo con ritmos musicales insospechados. Es probable que salgas colgado del brazo de una bella venezolana. En este punto de la juerga, es un crimen dejar de comer las famosas arepas de maíz rellenas, en Altamira o en la Avenida Río de Janeiro, en Las Mercedes.
7.
Hacerle ascos al Cerro Ávila por verlo “muy turístico”. Si conoces a alguien en Caracas, insiste en que te lleven al Cerro. Podrás comer en alguno de los exquisitos restaurantes de la zona de Galipán, un lugar de bocados deleitosos, aire puro e intimidad. También puedes llegar hasta el Hotel Humboldt en el teleférico. La sensación de ver Caracas achicarse a medida que discurre el ascenso sobre las faldas de la montaña es indescriptible. Al llegar a la cima, disfrutarás de una vista espectacular y tendrás las opciones de comer un sándwich de pernil o fresas con crema, patinar sobre hielo o besar, por ejemplo, a la chica que acabas de conocer en la juerga nupcial.
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Virna
Perezosa y sola en la suite de un hotel
FOTOGRAFĂ?AS DE EDWARD ALBA
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Producción: Vanessa Antúnez / Locación: Sweet Dreams del Double Tree El Pardo Hotel / Maquillaje y peinado: Daysi y Rosa Chancafé de Intenz Salón / Asistencia de fotografía: Giovanno de Olazábal
Flores
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Ropa: Nike Heritage en N. Boga y Atomika / Locaci贸n: Sweet Dreams del Double Tree El Pardo
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Locaci贸n: Sweet Dreams del Double Tree El Pardo Hotel
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Vivir entre hoteles tiene su encanto, solo tienes que relajarte y no hacer nada. A veces es mejor que estar en casa, pero nunca es lo mismo. Tampoco soy de las que hacen destrozos por donde van, ni hago pasar a miles de amigos para celebrar a lo loco. Me gusta encontrar un espacio privado donde sea que vaya… y pasarla a mi modo.
Ropa: Nike Heritage en N. Boga y Atomika / Locación: Sweet Dreams del Double Tree El Pardo Hotel
Modelar no me resulta natural, es más difícil que actuar. Una sesión de fotos tiene un poco de sufrimiento. Todo depende de estar cómoda, de coincidir lo que el fotógrafo busca de ti con lo que le puedes dar. Eso sí, aceptaría sin problemas hacer un buen desnudo si el guión de historia lo amerita. Ya sé que todas las actrices dicen lo mismo. Es solo otro tipo de dificultad.
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Ropa: Nike Heritage / Locaci贸n: Sweet Dreams del Double Tree El Pardo Hotel
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Locaci贸n: Sweet Dreams del Double Tree El Pardo Hotel
Edgar Saba
53 AÑOS. INTENTÓ SER ABOGADO Y NO PUDO EJECUTAR UN DESALOJO; SER MÉDICO Y NO PUDO MATAR A LA RANA. HOY DIRIGE EL CENTRO CULTURAL DE LA PUCP
entrevistado por sandro mairata
Deshazte de criterios, piensa que no necesitas entender la diferencia entre ser un tipo con ilusiones
y ser un tipo iluso.
Nunca te enamores, y si lo haces, cuéntaselo a un periodista. Olvídate de la lógica, de la causalidad, de la continuidad en tus propuestas. Haz como el mejor político peruano: cree que solo en la retórica y el buen discurso radica el secreto del éxito. Sigue el estereotipo de decir “soy peruano” y añadir “lo siento”. Quédate en casa y hazle caso a tus padres. Asume que los impulsos no te servirán para crear nada que valga la pena. Siéntete miserable pensando que algún día vas a encontrar la felicidad eterna, como quien recibe una luz. No escuches si te dicen que la felicidad son solo instantes.
Cree con firmeza en todas las razones que alimentan nuestro sentimiento de inferioridad. Total, somos de una raza y no de otra, vivimos aquí y no allá. Asume que el derrotismo es nuestro mejor patrimonio.
Regodéate pensando por qué no metimos ese gol. A fin de cuentas en este país se celebra una fiesta cuando se empata con Brasil. Haz lo mismo en la vida: si te quedas a medio camino, siéntete un campeón.
Convéncete de que se puede vivir perfectamente aislado del mundo. No seas parte del movimiento de la vida. Cierra los ojos y obvia cosas como el desamor, o la conciencia de que algún día te vas a morir.
Escribe solo para cumplir con eso de “transmitir mensajes”. Limítate a crear dentro de las corrientes establecidas. Piensa que uno hace las cosas por dinero, fama o por reconocimiento. Si te dicen que también es importante el cariño y las ganas de compartir lo que amas, no hagas caso.
¿QUIERES SER UN PERDEDOR DE CAMPEONATO? SIGUE A LA LETRA ESTOS CONSEJOS. He 52
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foto: adriรกn portugal
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Guía sentimental de ciencia ficción
POR EDMUNDO PAZ SOLDÁN
ILUSTRACIONES DE EDUARDO MENÉNDEZ
Una guía de películas, series de televisión, historietas, videojuegos de playstation 2 y libros, recordados de manera nostálgica por un escritor que creció imaginando inventos fabulosos, detectives del futuro, hackers y cyberpunks.
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VERNE
Si
tuviera que hacer una lista de las películas, libros y revistas de ciencia ficción que han influido en mi visión del mundo, tendría que comenzar con Julio Verne. No leí las novelas de Verne, ¿quién lo hecho? A Verne se lo absorbe como parte imprescindible de la cultura popular. Cuando tenía nueve, diez años, llegaba a los kioskos de Cochabamba una colección argentina de revistas ilustradas con las novelas de Verne. Cada semana, había una nueva. Así fue como leí Veinte mil leguas de viaje submarino, De la tierra a la luna, etc. No tengo idea del estilo de Verne, ni siquiera en traducción, pero en este caso importa más el vuelo imaginativo que el lenguaje con que está descrito. Verne resiste a todo formato y traducción. Cuando lo leía, me apasionaba pensar que allá por el siglo XIX, mucho antes de que ocurrieran ciertas cosas en la historia de los descubrimientos científicos y tecnológicos, un solitario escritor había soñado esos descubrimientos. Como en el cuento de Borges, “Tlon, Uqbar, Orbis Tertius”, Verne había soñado ciertos artefactos con tanta fuerza que había terminado por imponerlos a la realidad. Primera lección importante para un escritor: la literatura proyecta modelos de mundos posibles. Si la realidad no los lleva a cabo, la culpa es de la realidad.
BORGES Ya que menciono a Borges, deberé decir que sus cuentos de Ficciones fueron la segunda educación sentimental más importante en mis relaciones con la ciencia ficción. Los críticos dicen que la literatura fantástica no es ciencia ficción, porque habla de mundos míticos y no necesariamente de ciencia. Sin embargo, en los mundos fantásticos de Borges siempre se cuelan conceptos científicos y disquisiciones metafísicas muy cercanas a la física teórica. No se entiende “El jardín de senderos que se bifurcan” sin las diversas teorías del tiempo y del infinito postuladas por Georg Cantor en las primeras décadas del siglo XX. De pronto, gracias a Borges, ocurre otro descubrimiento: las ideas científicas más audaces son, en gran medida, ficción. Se puede leer la teoría de la relatividad de Einstein como ciencia y también como ciencia ficción. Los físicos que hablan de agujeros negros y teorías de las cuerdas han alimentado buena parte de la mitología de Star Trek. Hay siempre un momento del escritor en que, al leer algo que lo conmueve, dice “esto quiero hacer yo”. Eso fue lo que me pasó con Borges a los catorce años, mientras estudiaba en el colegio Don Bosco en Cochabamba y mis padres me soñaban economista o ingeniero. Gracias a Borges descubrí que la ciencia ficción —la literatura, mejor— podía ser un sofisticado juego intelectual.
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Me han interesado otras versiones de la ciencia ficción —todas esas de batallas galácticas y planetas por descubrir— pero nunca me han dicho mucho sobre mí mismo. Y ya lo sabemos, la literatura primero tiene que decir algo sobre nosotros mismos para que luego nosotros podamos, a través de nuestra literatura, decirle algo al mundo.
DIMENSION DESCONOCIDA En la adolescencia no hubo mucha ciencia ficción en los libros; yo leía, sobre todo, novelas policiales. Pero sí hubo algunas series televisivas: recuerdo con cariño Perdidos en el espacio, aunque probablemente hoy no podría ver más de diez minutos sin apagar el televisor; y recuerdo, sobre todo, Dimensión desconocida (Twilight Zone). La serie era en blanco y negro y la pasaban en el canal estatal los viernes, casi a la medianoche. Yo debía tener once años cuando la descubrí. Prefería verla con papá; a veces, cuando la veía solo, me costaba dormir después, y daba vueltas en la cama tratando de entender las ideas que Rod Serling había presentado esa noche. Dimensión desconocida asustaba, pero era también un show intelectual, lleno de postulaciones metafísicas acerca de la naturaleza del tiempo y del espacio. Recuerdo un capítulo que podía haber escrito Borges, sobre una paradójica carrera de caballos en el que el que llegaba primero a la meta no ganaba. Luego me enteraría que varios guiones de la serie fueron escritos por Ray Bradbury.
LA GUERRA DE LAS GALAXIAS Yo fui otro de los adolescentes que sucumbió a la trilogía original de La guerra de las galaxias. Han Solo era un modelo para mí; si alguna vez en el futuro –uno nunca sabe–, llegaba a hallarme en el medio de una batalla interestelar, ya sabía con qué firmeza debía conducir mi nave. Con los años, me fui olvidando de Han Solo y fui atraído por el lado perverso de la fuerza. Es cierto, es admirable lo de George Lucas, esa paciente construcción de una vasta mitología dentro de un esquema simple sacado de las ideas de Joseph Campbell; y sí, puede haber creado mucha basura en los últimos quince años, pero su existencia se justifica por haberse animado a ser ambicioso, y, sobre todo, por Darth Vader. Para asustar a los enemigos sólo bastaba respirar con el toque de asmático impaciente de Darth Vader. Yo iba al cine, y la ciencia ficción me iba abriendo al universo que me rodeaba. De pronto, Cochabamba se iba ampliando, o más bien era un punto en el mapa que podía servir, a la manera del Aleph borgiano, para concentrar todos los otros puntos del planeta.
No he sido un gran lector de las novelas de horror, ni amante de esas películas onda Drácula. Pero sí me ha gustado el cruce que a veces ocurre entre la ciencia ficción y el terror. Allí, debo mencionar otra película que me sacudió: Alien. Primera vez que tenía como modelo a una heroína: Sigourney Weaver. “En el espacio, nadie puede escuchar sus gritos”, proclamaba la propaganda, y era cierto: en esa película, la ciencia ficción se mostraba capaz de conjurar al mismo tiempo vastos universos y un reducido y claustrofóbico espacio en el que nos jugábamos la vida a cada instante. El miedo era primitivo, salido de las entrañas de un chiquillo en la oscuridad de un cine de provincias. Pocas veces he vuelto a sentir ese miedo.
BLADE RUNNER La lista de películas disfrutadas durante la adolescencia podría continuar ad infinitum. Por ejemplo, toda la saga de El planeta de los simios, que llegué a ver en la televisión. Pero de pronto, se llega a uno de esos monumentos a partir del cual hay un antes y un después en la vida de las personas: a los quince años, entré a un cine a ver Blade Runner, y cuando se encendieron las luces yo era otro. Quizás porque disfrutaba de las novelas policiales y me identificaba con Deckard, un policía noir —con voiceover y todo en esa versión— con la misión de eliminar replicantes infiltrados en ese paisaje decaído de Los Angeles de luces de neón abusivas y una sobrepoblación multiétnica. Pero el genio de Ridley Scott hacía que también nos identificáramos con Roy Batty, el replicante que escapa de una colonia en un planeta lejano y vuelve a la tierra en busca de su Creador, rebelándose ante ese destino injusto que apenas le da cuatro años de vida. Todos nosotros somos Batty en algún momento de nuestras vidas, y quisiéramos confrontar al Creador y pedirle explicaciones por ese corto espacio de tiempo entre la cuna y el cementerio que nos ha sido dado vivir. Cuando escribí Río fugitivo, mi novela sobre la adolescencia en Cochabamba, la única certeza que tenía era que Blade Runner debía entrar de alguna manera, como un motivo recurrente. Musil dijo que debía escribir novelas muy largas para incluir en ella la única frase que en realidad quería escribir. Algo así me pasó con Río fugitivo y Blade Runner. Algunos lectores perspicaces se han dado cuenta de eso; los críticos, por suerte, no.
PHILIP DICK Y ya que hablamos de Blade Runner, hay que mencionar a Philip Dick. Vi la película casi diez años antes de haber leído a Dick. Lo leí por primera vez en mi primer año en los Estados Unidos, cuando vivía en Alabama, en una ciudad que había sido sede de los experimentos de Von Braun con los cohetes V-2. La novela no me impactó tanto como la película, acaso porque mi
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inglés no era tan bueno, pero recuerdo que sí pude entender el porqué del título original del libro (¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?). De Dick aprendí que había dos preguntas cruciales para el siglo XXI: ¿qué es la realidad? Y, ¿qué significa ser humano? Los robots, los clones, irán poco a poco haciéndonos cuestionar qué es lo que somos. De hecho, ya lo están haciendo. En las novelas de Dick, las máquinas pueden actuar como seres humanos, y los seres humanos a veces son más fríos que una máquina. La frontera que los separa nunca está claramente delineada. Dick también me ha permitido entender más a los Estados Unidos. Sus alucinaciones provienen de esa contracultura californiana que, pese a sus excesos de barbitúricos y anfetaminas, nos enseñó a desconfiar de las grandes corporaciones, a saber que, entre pensar bien y pensar mal del Estado, lo mejor es ser paranoico y pensar mal. Después de Dick, soy más paranoico. Hasta el momento me ha ido bien así. He leído otras novelas de Dick. Me quedo con una magistral: Ubik. Y he visto todas las adaptaciones cinematográficas de su obra: la mejor, hasta ahora, es Total Recall. Tengo mucha fe en la que se viene de Linklater (Through a Scanner Darkly).
BRADBURY, HUXLEY, ORWELL En la universidad en Argentina, a mediados de los ochenta, leí Fahrenheit 451. Después, ya en Alabama, leí Valiente mundo nuevo y 1984. Uno quiere ser un iconoclasta y decir que no le gustan ciertos libros que les gustan a todos, pero con algunos libros —con los que acabo de mencionar— no se puede. Debe ser porque son… clásicos. Una humanidad sin libros, un mundo dominado por las leyes de la genética, una sociedad regida por el Gran Hermano y por el doublespeak: Bradbury, Huxley y Orwell, al soñar el futuro, le tomaban el pulso a nuestro alucinado presente.
Mis últimos descubrimientos en la ciencia ficción han tenido lugar gracias al anime japonés, a las novelas gráficas y el Playstation 2
Aquí descubrí una gran lección, tan obvia que pocos se dan cuenta fácilmente de ella: en realidad, la ciencia ficción no habla del futuro sino del presente, de nuestro presente. Los miedos, las ansiedades de hoy están proyectadas en un futuro a veces tan lejano que nos permite distanciarnos de nuestros problemas, pero es suficiente escarbar un poco para darnos cuenta que ese futuro es presente. “El pasado no ha pasado. Ni siquiera es pasa-
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do”, decía un personaje de Faulkner en El sonido y la furia. Para el género de la ciencia ficción, conviene parafrasear a Faulkner y decir: “El futuro ni siquiera es futuro”.
DARK CITY, GATTACA, MINORITY REPORT No han sido grandes películas, pero su imaginería, su estética, merece que se las rescate: Dark City, de Alex Proyas; Gattaca, de Andrew Niccol; y Minority Report, de Spielberg. Cuando se trata de cine de ciencia ficción, a veces no importa tanto la historia que se nos narra como el mundo que se nos describe. Lo ideal, claro, es que una vaya con lo otro: ya Freud lo dijo mejor que cualquiera, la forma de nuestros sueños es su contenido. Cuando quiero ambientar un relato en un mundo urbano latinoamericano donde se cruzan las pulsiones del futuro con nuestros paisajes premodernos, pienso en esos detalles que hacen que funcionen estas películas: en Minority Report, esas propagandas que nos siguen cuando pasamos junto a ellas nos dicen más del futuro diseñado por Spielberg que su relato con innecesario final azucarado.
CYBERPUNK El universo del ciberespacio, con computadoras y hackers enfrascados en una lucha a muerte en un paisaje urbano lleno de luces de neón y cables. William Gibson y Neal Stephenson revolucionaron mi universo narrativo. Neuromancer fue una de las primeras novelas que leí en inglés. Snow Crash me dijo todo lo que había que decirse sobre los universos virtuales en los que vivimos cotidianamente sin darnos cuenta. Las obras de Gibson no están envejeciendo tan bien como las de Stephenson. Este último sigue escribiendo meganovelas ambiciosas; Criptonomicon es no sólo una gran novela de ciencia ficción; es una gran novela y punto. El cine no ha sido justo con el cyberpunk, excepto en la primera parte de The Matrix, esa trilogía de los hermanos Wachowski que fue perdiendo fuerza en los siguientes capítulos hasta desaparecer not with a bang, but with a whimper. Al igual que Orwell, Huxley y Bradbury, lo que estos escritores cyberpunk habían hecho era extrapolar ciertas tendencias del presente, intensificarlas, radicalizarlas y ubicarlas en un escenario futuro. Pensé: quizás la mejor lección del género, para un escritor “realista” interesado en narrar el presente urbano de América Latina, era ver esas tendencias radicalizadas en las novelas de la ciencia ficción, y rastrearlas al revés, hasta llegar a su origen en el presente. Una vez detectado el origen, entonces lo siguiente sería descontextualizarlo, intensificarlo pero sin dejar
de situar el relato en el presente. Toda esta lección me sirvió en mis últimas tres novelas: Sueños digitales (Orwell, pero imágenes en vez de texto), La materia del deseo (máquinas que nos permiten comunicarnos con el pasado y el futuro) y El delirio de Turing (¡hackers en Bolivia!).
LOS EXPEDIENTES X Suelo dar un chance a las series televisivas de ciencia ficción. De las que aparecieron en los noventa, Los Expedientes X es la única destinada a perdurar. Es casi imposible resistir a la atracción perversa que ejercen en nosotros las aventuras de Mulder y Scully en ese mundo paranoico donde lo más saludable es desarrollar teorías conspiratorias sobre el gobierno y sus pactos secretos con fuerzas extraterrestres, unidas a esos capítulos sobre leyendas urbanas (¡el Chupacabras!) y familias de retardados mentales salidas de un cuento de Lovecraft. La paranoia de Dick ha sido aquí actualizada con ciertos toques escabrosos. Como escritor, nada más útil que esa mirada de desconfianza de Mulder a todas las cosas. La paranoia es un exceso de sentido y susceptibilidad: vemos una piedra y pensamos que se trata de un cangrejo dispuesto a envenenarnos. La novela realista debería ser más paranoica. Los escritores latinoamericanos deberían ser más paranoicos. Piglia y Bolaño lo son y así les ha ido. Los escritores realistas latinoamericanos deberían leer y ver más ciencia ficción.
ANIME, NOVELAS GRAFICAS, PLAYSTATION 2 Mis últimos descubrimientos en la ciencia ficción han tenido lugar gracias al animé japonés, a las novelas gráficas y al
Playstation 2. En el animé he encontrado joyas como Metrópolis y Cowboy Bebop, y buena parte de la magistral obra de Miyazaki (que podría catalogarse como ciencia ficción ecológica). En las novelas gráficas, me he topado con Allan Moore, que en obras como V de Vendetta y The Watchmen mostró que más nos vale tomar en serio el género de la historieta. En los videojuegos hay una plétora de fascinantes aventuras que transcurren en el futuro: están los ganadores de muchos premios, como Halo, pero yo tengo una debilidad particular por la saga de Ratchet & Clank, con sus planetas y colonias interminables, sus armas cada vez más creativas, sus robots de todos los diseños… Pienso: ¿ya no me es suficiente la novela, debo ahora buscar otras formas estéticas para satisfacer mis ansias de una narración? ¿Debo apoyarme en narraciones con imágenes? Y luego recuerdo que uno siempre vuelve al principio. “Así vamos”, dicen las últimas líneas del Gran Gatsby, “botes que reman contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado”. La ciencia ficción que consumo hoy —el animé, la novela gráfica, los vieojuegos de estos días nevados en Nueva York— me arrastran a esas tardes largas de mi niñez en Cochabamba, cuando la literatura era tan sólo —nada más y nada menos— una novela gráfica de Julio Verne comprada en un kiosko. Un género del futuro que me habla del presente y me retrotrae a mi pasado. ¿Qué más puedo pedir? Ahora sí, me doy cuenta: que para mi formación como persona y como escritor, la ciencia ficción ha sido mucho más importante de lo que pensaba. “La vida son esas cosas que nos ocurren mientras estamos ocupados haciendo otras cosas”, canta John Lennon en “Starting Over”. Puedo decir algo similar: mientras leía literatura seria —Dostoievsky, Flaubert, Mann—, me ocurría, por suerte, la ciencia ficción. Eso era la vida.
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Oasis
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José Carlos Martinat es artista plástico. Tiene un hermano gemelo idéntico en Europa dejando recuerdos que llevan su rostro. Tiene una obsesión con la robótica y con la fotografía artística. Los celulares nunca lo alegraron, hasta que su chica le regaló uno con cámara incorporada.
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ARTINAT M S O L R JOSÉ CA
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con un celular, ier momento qu al cu o años. en r ia hace unos cinc r fotograf onales desde orada, el pode rs forma rp pe co su s in to en a ec ar do oy m tá maduran tografío pr es fo Tener una cá e o N mí qu . te to an ec ” in ó aluc sible proy Los “oasis para eso me pareci inicio de un po introspectivo. e el o al s o, to on nt rs ie en m pe om ca te os m Este es un acer un rollo bastan captan pequeñ . Todo parte de imágenes que la. el de de rie r se pa a y su concepto ca un es el inicio de nidad para n ia so y tid n ma. co i le sa m en ob en pr cond ntrar ces es un e puedo enco da rato. Y a ve ca a va se situaciones qu te raído, mi men Es que soy dist
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BENQ P50 Celular PDA
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Hans Stoll, uno de los fotógrafos comerciales y de modas más solicitados de Lima, dejó el periodismo cuando constató que de ello no viviría bien. Al menos, no tan cómodo como en el departamento que habita hoy tras una etapa personal de niño terrible. Alérgico a las plantas, solo atesora un minicactus que crece sin causar molestias.
foto: grely vivar
La Buena Vista de
Me gusta mi sala porque tengo una linda vista a un parque, y desde mi ventana se capta una luz muy bonita de las copas de los árboles. La vista que tengo es inmejorable, no me canso de decirlo, me ecanta mi sala. Estoy aquí desde el año pasado. Es un departamento de los años sesenta, lo encontré rapidísimo, me parece una maravilla. Fue un amor a primera vista. Antes estuve en otro departamento más antiguo, bien de los años cuarenta, de techos altos. Yo mismo he decorado el lugar. Me divierte el orden, soy muy ordenado, medio neurótico. No tengo animales. Tengo alergia a los pelos y a los olores, y a las plan-
tas tengo que mantenerlas afuera. Solo un minicactus ha sobrevivido a esta marginación.
Mi departamento es un lugar para vivir tranquilo. Mi época salvaje duró hasta el año pasado. Ahora estoy en mi etapa tranquila. Peor aún, ni siquiera puedo hacer mucha bulla. En este edificio viven varias familias y muy poca gente joven, entonces he vuelto a algunas reglas estrictas. Como todo edificio decente, ¿no?. Soy fotógrafo, pero aquí no hay cuartos oscuros. Disfruto mucho de las posibilidades de lo digital. A diferencia de otros, no extraño para nada los rollos ni el tener que revelar películas con ácidos. Es demasiado tiempo. (Y yo nunca he tenido que ver con ácidos en mi vida).
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i T
e d o p em
jóvenes de mar se s to es Y . to n le u o asfixiante ano agitado y turb ri cé pe o im n u el y es o e ch rb ce u a La al de las rompientes o d n u ten algo de su m r el pa e m tr co s en o n a ru mueven pe s s mejores surfista lo e d ro at a en una orilla. z u n C . ie g m o co o ís del sm a r Pa áximo secreto: el m su n ié b m ta y lo esti
FOTOGRAFÍAS DE MIGUEL JOSE FLORES Y MANUEL ARGÜELLES DIRECCIÓN DE KITTY GARCÉS
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Producción: Ernesto Barraza y Vanessa Antúnez / Peinado: Luis Flores de Intenz Salón / Asesoría: Renzo Zazzali de Tablas Klimax / Saltarín: Aníbal Zamora de El Manicomio Azul
Polo básico de Dunkelvolk Jeans (S/. 49), pantalón beige Dunkelvolk (S/. 109).
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n ó r t a P n E izoR e U q i r
Bermuda camuflada (S/. 85) y bividí (S/. 35) de Dunkelvolk.
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Camiseta naranja (S/. 49) y jeans regulares (S/.  99) de Dunkelvolk.
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Polo básico azul (S/. 49), camisa (S/. 79) y bermuda reloaded (S/. 85) de Dunkelvolk.
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o ui v a g t e s t u รก G Re
Camisa verde ($ 45) con jean ($ 48) de Reef.
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e n y a w S r e i v a J
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Camisa a cuadros (S/. 79) y pantal贸n beige (S/. 109) de Dunkelvolk.
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r r o o d d a a v t v t l s l s a e e s S s Sa o y y o V V
Polo Ocean & Earth y bermuda de corduroy Quiksilver ($45).
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Camisa a cuadros ($ 38) y jeans ($ 65) Quiksilver.
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Fives 3.0 con montura color Dark Grey y lunas color Black Iridium. $100.00
Half Jacket XLJ Con montura color Root Beer y lunas color Gold Iridium. $140.00
Dartboard (Ed. Limitada), con montura color Berry y lunas G30. $175.00
Co nt a c t o
vis u al
Hace mucho que los lentes no solo sirven para mirar sino para hacer que te miren. Te presentamos una selección de las más recientes provocaciones visuales de la línea Oakley, entre las que destacan los primeros lentes con reproductor MP3 incorporado en el mundo. Parte de la única colección de gafas fabricadas con tecnología aeroespacial. Verdadera ciencia al servicio del arte. Hasta que haya sol estás a tiempo. Sabemos que los necesitas.
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Thump 2 Con reproductor MP3 de 256 MB de capacidad. En montura color Polished Black y lunas color Gray. $395.00
Gascan con montura color Polished Black y lunas color Black Gradient. $135.00
foto: walter iglesias
Crosshair con montura color Chrome y lunas color VR28 Black Iridium. $175.00
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preparación :
Piernitas de pollo marinado a las finas hierbas. Piqueo para 10 personas
Caldo corto los elementos. Cuando la sustanEn una olla de tamaño mediano, hervir todos ras conservando el caldo y los cia se haya reducido a la mitad, retirar las verdu o corto” el pollo deshuesa“cald ese ajos. Agregar sal y pimienta. Sancochar en el caldo enfriando. dejar o Lueg o. jugos y o do, hasta que se vuelva opac Salsa finas hierbas el ajo cocido que separamos del Picar finamente las hierbas, también picar vinagre y la salsa inglesa un par de caldo y mezclar en un tazón, marinar con el y se bate hasta emulsionar. Agreminutos. Luego se agrega la crema de leche frío cortado en forma de dados. pollo el y oliva gamos la mayonesa, el aceite de r los sabores de las finas hierbas. Refrigérese hasta que cuaje, para amalgama ito del caldo corto. Antes de servir, soltar esta crema con un chorr un plato hondo y echarles la salsa Para armar el plato, acomodar el pollo en s. Espolvorear ají picado y colocar crema hasta que cubra la mitad de los dado a lo largo, no en rodajas). Opciondo gajos de tomate (el gajo se obtiene corta o picadito. Queda muy bien con un nalmente se puede agregar ají limo o rocot la salsa. pan campesino para aprovechar el juguito de (Pruebe reemplazar el pollo por langostinos
grandes siguiendo el mismo procedimiento).
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iente d e r ing
s 3 Pierna s de shue sada de pollo sin pie l.
Ca ld o co rto llo 1 lit ro de ca ld o de po 1 ta za de vino blanco 50 gr. de ajo ente ro ana 1 cebolla ente ra medi 1 ra mita de apio 2 hoja s de lau re l 200 gr. de za na ho ria
Entre los olores de una cocina y los sabores de su infancia, así evoca Enrique Blondet los orígenes de su afición culinaria. Antes de ocuparse de la carta en el Restaurante Casa Hacienda Moreyra, Blondet recuerda el “período oscuro de su vida” en que fue ingeniero. Había que ponerle sabor.
B l o e n u d q i et r n E ue be . ro qu e la ge nte pr ie qu yo e qu lo r s. Eso se M e gu sta im po ne evas presenta cio ne nu s, cla ez m as ev nu ad de Nu evos sa bo re s, un poco la volu nt rle la ob D a’. nz ia co nf pollo’. No, pu m, lla ma ha ce r ‘m en ú o? ‘Quiero co m er ¿N . do lin lo es o ar qu e lo qu e la pe rsona, es un reto. Dem ostr y ha lí Al . to es m ente . Es hoy va s a co m er pe rsona te nía en la e qu lo e qu or un o ofrece es m ej liciosa . r. Tota lm ente . Y de bo sa l de una tiranía piqu eo en un picnic, pa ra un ra pa a, ay pl la upo Este plato es pa ra e está s co n un gr qu en to en om m r ca r. alqu ie r. Es algo pa ra pi una fiesta . En cu za en m co ra pa e, n ha m br de am igos y tie ne ce r este de nte. Pu ed es ha un nt co es e qu es co nc ha s Lo bu en o de esto llo, la ngostin os o po y ha no Si s. qu ie ra plato co n lo qu e . so n fe no m enales
foto: grace hoyle
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s Sa lsa de fi na s hierba llo 1 cu charad ita de tomi 1 atad o de pe rejil 1 atad o de cu lantro 1 atad o de estragón 1 atad o de hi nojo 3 hoja s de albahac a 250 ml. mayone sa Crema de leche 50 ml. vinagre blanco 100 ml. ac eite de oliva a 1 golpe de sa lsa ingles (Worce stershire)
POR DANIEL FLORES BUENO(*)
Hoy existe una categoria de monitores de pantalla plana que pueden hacer las funciones de un un televisor. El pariente digital de la caja boba le comienza a sacar ventaja por su inteligencia. Menor espacio y multifuncionalidad son los signos de la era digital. Lo es también la convergencia. Con ustedes, una lista de los monitores televisores más celebrados. Samsung SyncMaster 192 MP Monitor
Puede cumplir las función de monitor y televisor. Según Yahoo! Shopping tiene cinco estrellas en la calificación de usuarios. Entre sus virtudes destacan su tamaño (19 pulgadas) y su resolución de 1280 x 1024 píxeles. Se puede conectar al dvd. Su precio aproximado es de 750 dólares. Una ganga.
Sony SDM-HS73/H Monitor
Este es un monitor LCD de matriz activa que, según los usuarios que lo han probado, tiene una definición por encima del promedio de monitores LCD (Liquid Crystal Display). Una tecnología utilizada en los monitores de notebooks. Su precio es de 448 dólares.
3M MicroTouch M170 Monitor Su tecnología Film on Glass permite ejecutar comandos con sólo tocar la pantalla. El diseño es compacto y se puede acomodar a la pared o al escritorio. Tiene una conexión a video analógico y digital. Su diseño permite variar el ángulo de la pantalla. Va por unos 783 dólares.
Apple Cinema Display Monitor
De arranque diremos que su resolución es superior a la mayoría de los LCD del mercado: 1680 x 1050. El tamaño de la pantalla es de 20 pulgadas. Su carcasa de aluminio anodizado es súper elegante. Su precio es de 799 dólares.
Ingram Micro Videoseven V7 E19PS Monitor
En el mundo de los precios, Ingram gana lejos. Su monitor LCD de pantalla plana cuesta aproximadamente 89 dólares. Lo que lee. El producto apuesta más al precio. El tamaño de su pantalla es de 19 pulgadas y su resolución es de 1280 x 1024. * danielfloresbueno@yahoo.com
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LOS PÍXELES DEL MILLÓN E
n un mundo que devora libros de autoayuda y de estrategias para los negocios, casi nadie conoce la respuesta a la pregunta del millón de dólares, ésa que dice ¿cómo ganarlos en poco tiempo? Por eso, ni las prestigiosas escuelas de finanzas, ni los gurús del e-business imaginaron que un joven británico de 21 años llamado Alex Tew, tuviera la respuesta. Alex había terminado el colegio en Bristol y se había encontrado con una dolorosa realidad. No tenía plata para pagar su carrera en la universidad, tenía deudas y unos calcetines indecentes. Hijo de modestos empleados británicos, pronto llegó a la conclusión que en su vida solo tenía dos opciones. O abandonaba sus sueños o respondía la pregunta que hace rato le daba vueltas en la cabeza. Una tarde se preguntó en su blog “¿Cómo me convierto en millonario?” Tras veinte minutos de asociación libre y conexiones neuronales a Tew se le ocurrió una idea: disparatada a primera vista, estúpida para muchos, genial a fin de cuentas. Su idea era vender anuncios publicitarios en una página web titulada “La página del millón de dólares” http://www.milliondollarhomepage.com. Anuncios que estarían enlazados a las webs de los anunciantes. Alex Tew notó que una pantalla web puede tener un millón de píxeles y se le ocurrió vender avisos a 1 dólar el píxel. “La compra mínima era de US$ 100 dólares por un cuadradito de 10X10 píxeles -el tamaño mínimo del aviso- donde podía ir el logotipo de la compañía anunciante” dice Alejandro Piscitelli, un gurú de las nuevas tecnologías que se saca el sombrero ante el ingenio del chico. Un píxel es una palabra surgida de la contracción Picture Element y no es otra cosa que un puntito o la mínima parte de la que se compone una imagen en el monitor de una computadora. Si todo salía bien, Alex podía vender 10,000 avisos, que es lo mismo que un millón de píxeles y ganar un millón de dólares. Lo primero que hizo fue comprar por 70 dólares el dominio de su página (www.milliondollarhomepage.com). Luego diseñó la página utilizando un código en Javascript que te avisa si están disponibles los píxeles marcados en casillas cuadriculadas. Su familia fue la primera en apuntarse y comprar un aviso por valor de mil dólares. Dinero que Tew invirtió en promoción y publicidad de su página. Hasta ese momento pocos veían lo que él sí tenía claro en su mente. A la par, Alex actualizaba todos los días su weblog con noticias de su proyecto http://www. milliondollarhomepage.com.blog.php Los días malos los sorteaba con sentido del humor y los buenos los promocionaba a través correos masivos o comentarios en su blog. Su esfuerzo comenzó a tener tibio rebote en los medios. De pronto los gigantes comenzaron a llamarlo. Fue entrevistado por Jim Hickey de ABC News Radio y retrasmitido a 3500 emisoras de Estados Unidos. Las cadenas CNET, BBC y CNN lo llamaron para hacerle entrevistas. Según algunos analistas, Tew puso en práctica algo que se llama publicidad viral, una de las técnicas del marketing en línea que intenta aprovechar las redes sociales para posicionar la imagen de una marca. Se llama viral por analogía a una epidemia transmitida de un usuario a otro como si fuera una infección. No es spam ni publicidad no solicitada, sino una idea, un meme para ser exacto (así le llaman los estudiosos a una idea que se replica con facilidad pasmosa de una menta a otra). Después de todo, la idea de Alex tenía todas las características que una buena historia debe tener: Un nombre original (la página web del millón de dólares), un elemento con el que nos podemos identificar: un proyecto con fines altruistas que buscaba ganar la suficiente cantidad de dinero para pagarse su carrera universitaria y last, but not least su carácter pionero en los negocios gracias a esa mezcla de tecnología e ingenio. A nadie hasta ese día se le había ocurrido vender píxeles utilizando un javascript. La publicidad se reducía en líneas generales a vender pop up, banners horizontales, verticales, botones, intersticial: una publicidad que aparece mientras se está esperando, patrocinios de un contenido y websites como herramientas de marketing. Alex Tew inventó una nueva forma de publicidad que ya cultiva prosélitos, pero que sólo funciona cuando eres el primero.
ilustración: eduardo menéndez
CACHI BYTES
Vanessa Sandoval y Mauren Hoogstraaten.
Fernando Santolalla, Claudia Cruz, Tomas Vega y Orlando Parodi.
Vanessa Terkes y Raúl Tola.
la fiesta in
Un hombre guapo mira el vacío a través del azul de sus ojos. Lleva puesto un terno plomo hecho a la medida de su vanidad. Pero está inmovilizado en una pantalla gigante, y parece dirigir un carnaval de brazos tostados por el sol que se alzan en la noche dibujando el recuerdo de The Village People. Es la fiesta de Hugo Boss, y nadie se atreve a mandar más que besos volados y whisky. Asia es una fiesta, y el 25 de febrero Hugo Boss se hizo dueño, por primera vez, de un espacio VIP en el Luau del km. 103. El auténtico rostro del dominicano Julio Sabala, el corazón dorado de Maju Mantilla, el cuerpo
Jessica De Gordillo, Julio Sabala y Marco Gordillo.
de ébano de Rosa Elvira Cartagena y la voz colombiana de Fanny Lu fueron algunos de los 250 invitados que tuvieron a su disposición copas con champagne Nieto Senetiner, Johnny Walker y fuentes de sushi del Benihana. Una mujer de labios rojos se acerca, deja que observen su vestido entallado y su mirada ausente. Se da media vuelta y desaparece de la pantalla para darle espacio al logo de Hugo Boss. Estilo para los más exigentes. La fiesta sigue, y mientras Fanny Lu canta que no pide flores, los mozos siguen llevando champagne.
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: s s o B Hugo agotable
Ginette Lumbroso, Alberto Rebaza y Carlos Ghibellini descubrieron mareas calmas en restaurante Tabla.
Incontenibles Leslie Stewart (portada de Helio 1), Marco Antonio y Pierina Aguilar. Todos en Kosiuko. Liliana y Aarón Fleischman en Tabla. Y que no acabe el verano.
Seducción en la forma de Giselle Vivanco, Mariana Orihuela, Carla Andía, Magali Bolívar, Francesca Ratto y Andrea Pardo. Discoteca La Huaka.
LITERATURA, VINOS Y CALOR Un acalorado desfile de moda en Kosiuko, una noche de pisco para el recuerdo, una irresistible prueba de comida en el restaurante Tabla y el lanzamiento por todo lo alto de la división peruana de Editorial Planeta. Símbolos del inicio de un 2006 que estalló con fuerza en la capital, convertida de un tiempo a esta parte en Lima La Incontenible. HELIO fue parte de ella.
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POR NASIM MUBARAK
Alfredo Bryce Echenique y Jaime Bayly en duelo narrativo durante cóctel de Editorial Planeta. Comparte Ximena Ruiz Rosas.
Soledad Cunlife y Javier Silva en Planeta.
Sintonía de Carlos González, Ximena Chirinos y Borkas Prialé en velada de letras, noche Planeta.
Cécile Serfaty, José Bracamonte. Comer, beber y celebrar en Tabla.
En compañía. Departieron en cóctel Planeta Genaro Delgado Parker y Luis Solari.
Juan Manuel Robles, director de HELIO, Fransec Sole, y Carmen D’Alessio.en cóctel de Planeta.
Orgullosa Liliana Galván celebra junto a vástago Sergio Vilela, editor de Planeta Perú, y Jenny Varillas.
Sandra Otoya, María Laura Lamanna. Presencia refrescante en desfile Kosiuko.
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1. Aerocóndor inauguró su cuarta oficina
En un concurrido cóctel se inauguró la cuarta oficina de ventas de Aerocóndor, en el distrito de Miraflores. La ocasión sirvió además sirvió para dar a conocer las nuevas rutas comerciales de la aerolínea y la adquisición del nuevo Boeing 737-200. Estuvo presente la plana mayor de la empresa, además de contar con la asistencia de nuestra Miss Mundo 2004, María Julia Mantilla, y del corredor de autos Ramón Ferreyros.
Carlos Palacín y Maju Mantilla
Claudia Fase y Maricrís Beguelin
Ramón Ferreyros, Luis Eduardo Palacin, Maju Mantilla y Enrique Yamaguchi
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Lincoln Pinzas, Elizabeth Pazo, Karina Cafferata, Juan Pablo Berckemeyer
2. Viñas de Oro en la Casa Hacienda Moreyra
Espectacular fue la presentación del pisco Viñas de Oro, en la Casa Hacienda Moreyra. El evento fue ofrecido por el Grupo Brescia en los acogedores jardines, donde la renombrada periodista y promotora gastronómica Mariella Balbi dio las palabras de honor. La nota musical corrió a cargo del grupo Nova Lima. Y el fin de la fiesta lo dio María del Carmen Dongo y sus 50 cajoneros en escena.
Mario Brescia, Javier Merino, Lourdes Gonzales, Pierre Belmont y James Bosworth
Guilermo Payet, Aída de Payet, Johanna Lombardi, Francisco Lombardi, Javier Merino.
3. HELIO y La Vinoteca te llevan a ver a U2
Revista HELIO y La Vinoteca, presentaron la promoción “Vamos a U2 en Santiago” con la presencia de los chefs Gastón Acurio, Rafael Osterling, Rafael Piqueras, Coque Ossio y el sommelier José Bracamonte, quienes además de presenciar el concierto de la famosa banda irlandesa, recientemente premiada en los Grammy y en gira por Latinoamérica, recorrerán los mejores viñedos chilenos. El evento se realizó en el Café del Mar, Miraflores.
Javier Merino, Fernando Puga, Pedro Brescia
4. El Día del Beso Clorets
Cadbury-Adams y su marca de chicles Clorets decidieron dejar atrás el concepto del 14 de febrero como Día del Amor y la Amistad y propusieron una alternativa mucho más seductora y divertida: El Día del Beso Clorets. La idea es poder con Clorets a la pareja, al amigo/a, al jefe y a los padres con total seguridad y confianza, manteniendo tu buen aliento después de comer, beber o fumar debido a la acción de la Clorofila y el Actisol. El evento central se realizó en el restaurante T.G.I. Friday’s. Celebración del día del Beso Clorets
Andres Haudry, Elías Plaza, José Bracamonte y Rocio de la Piedra
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rcó n al a an : cr ist i aci ón ilu s tr
a t Me o is s n por
POR GABRIELA WIENER
María tiene una web pornográfica. Se llama girlswholikeporno.com y es, como su nombre lo indica, un sitio para chicas que gustan del porno, es decir de las imágenes de contenido sexual explícito. Para adictas al porno, pero no al que te llena de virus la computadora, advierte, no del porno institucional sino de aquél que bebe y regurguita, por ejemplo, de los gigantescos pechos de Annie Sprinkle, la ex puta y ex actriz porno que un día invitó al público a mirar el interior de su vagina. Agitando un espéculo en el aire dijo: acércate más, mira, esto es de verdad sexo, no lo que ves en Playboy. Y así provocó el inmediato ablandamiento de los miembros del sexo opuesto. Brillante lección contra las décadas de normalización del morbo heterosexual. María, que es de Castellón de la Plana (Valencia), quizá el pueblo más feo de España y donde es muy fácil morir de sobredosis, habla en este blog de lo que le gusta, le da morbo, le pone, aquello que está en la antítesis del porno “reduccionista, sexista, patriarcal y fascista”. Por ejemplo, se declara fan de Tasty Trixie, la creadora de la web bloodytrixie, un site que sostiene que sangrar es sexi y ofrece un increíble catálogo de menstruantes mujeres en provocadoras poses, mostrando a la cámara las poéticas formas que deja la sangre en sus calzones. ¿Por qué la mierda, el sudor, el semen pueden ser sexis y no la regla? La pregunta de Trixie no es retórica. Y María, si no celebra la aparición de las muñecas lesbianas con vibrador incluido, que no necesitan un ken en sus vidas, se filma tirándose a su novio en la playa, arnés y vibrador mediante, o se exhibe calata manejando su viejo carro por las mortecinas calles de Castellón. Un día habla del tercer pezón de su hermano y otro hace un video del streap tease de su abuela. María es una activista de algo así como el post-post-porno barcelonés y fue una de las impulsoras de Queeruption, un congreso internacional –el año
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pasado se celebró en esta ciudad– que reúne a freeques, punks, butches, femmes, macho sluts, chicos en faldas, chicas en trajes, personas de cuero/sm, transexuales, obreros de sexo, travestis, locas, maricas, bolleras, transgeneras, polisexuales, andróginas, camioneras, transexuales, anti-gays, marimachas, invertidas, bisexuales, tortilleras, intersexuales, pansexuales, lesbianas, travelas, hermafroditas o simplemente muy desviadas, para saludar la sexualidad sin nomenclaturas. A mí no me suele excitar demasiado la política. Debe ser que yo no la bebí de la teta de la Sprinkle sino de la roja tetilla de mi padre. Y soy antifreudiana. En cambio, el porno lo adquirí fuera de casa. La primera película porno que vi, hace ya quince años, se llamaba Chicholina en la granja y en ella, creo recordar, la ex diputada se lo chupaba a un perro y luego a un caballo. Gracias a este video, propiedad de mi primer novio mayor de edad, mi iniciación en el mundo del porno no fue machista, ni siquiera humana. Fue animal. Demasiado animal. De la zoofilia pasé directamente al incesto, con Tabú 1. El video en el que María aparece teniendo un orgasmo real en la pose del misionero es muy erótico y por eso mismo revulsivo, pero si me preguntan por el erotismo de su crítica, los manifiestos queer y la defensa del fantástico pene-clítoris, le aplaudiré pero diré que siempre prefiero el buen porno al metaporno y, en una noche de soledad, no me vengo con sutilezas estéticas e incluso prefiero el porno pésimo. Nunca como ahora el género se había diversificado tanto. Me pliego al postporno de Bruce La Bruce y Catherine Breillat, pero no por eso dejaré de alabar Detrás de la puerta verde. Yo me pregunto: ya que el queer acoge a tanta gente distinta y de-generada, ¿por qué una chica con mentalidad plural e ideas post feministas, lamentable consumidora de pornografía fascista e incluso antiecológica, no puede ser un tipo de queer?
El Cevicheff en
Los Cocos
Cada fin de semana el Cevicheff de Cusqueña es todo un éxito, en cada fecha los asistentes pasan una tarde espectacular con ceviches de primera y Cusqueñas bien heladas. Este fin de semana el Cevicheff tuvo lugar en Cocos, en donde se premió el ceviche más rico, más estético y mejor preparado. Las barras siguieron alentando a sus equipos preferidos. Esta es la tercera fecha de donde sale el tercer finalista para el premio, un paquete a Varadero todo incluído.
Ganadores: Rodrigo Acha, Bea Bellido, Diego Mufarech, Jorge Bellido.
Gisell Vivanco, Alejandro Daly, Mauricio Kron.
Pilar Bellido, Cheff Yoshi.
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Inés Roe, Gustavo Bedoya, Carmen Banchero.
Cómo y dónde Libreta de Copas, pág. 14
Restaurante Patagonia. Calle Bolívar 164, Miraflores. T. 446-8705.
Limpieza de Clóset, pág. 16
Estudio de Fotografía Image. Centro Comercial Caminos del Inca, tienda 117, Chacarilla - Surco. T. 372-6662 / 9933-1447
Mujer y Objeto, pág. 18
Locación: Centro Empresarial de San Isidro. Vehículo: Toyota del Perú. Centro de atención al cliente: 0-800-16440. Visite www.toyotaperu.com.pe
Visión Nocturna, pág. 22
Zsa Zsa Bar. Boulevard de Ibiza, Playa Asia. Carretera Panamericana Sur, km. 97
Señorita Helio, pág. 40
Maquillaje y peinado: Daysi y Rosa Chancafé para Intenz Salon. Benavides 216, Miraflores. T. 241-4791 / 9581-5404. / Virna Flores Camisetas: Equiperú-Nike. Nike Heritage se vende en tiendas N. Boga y Atomika. Visite www.eqpe.com Locación: Double Tree El Pardo Hotel. Jr. Independencia 141, Miraflores. T. 617-1000 Visite www.doubletreeelpardo.com.pe
Instrucciones para ser un loser, pág. 52
Locación: El Cine, Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Av. Camino Real 1075, San Isidro. T. 616-1616
Galería Portátil, pág. 60
Línea de celulares Siemens y Siemens Benq en Av. Domingo Orué 971 Surquillo. T. 215-0030 Cel: 9753-0904 Visite www.benq.com
Arsenal, pág. 64
Producción: Vanessa Antúnez. / Asistente de producción: Juan Luis Toledo / Styling: Kitty Garcés / Peinado: Luis Flores para Intenz Salón, Av. Benavides 216, Miraflores. T. 241-4791 / 9581-5404 Agradecemos a Aníbal Zamora por el saltarín, al Laboratorio Escénico Visual El Manicomio Azul y a la Asociación Descubrir: Práctica Psicomotriz. Av. El Derby 351, Monterrico - Surco. T. 9509-6398 / 436-0753. VESTUARIO: Dunkelvolk se vende en tiendas Ripley, e-mail: info@dunkelvolk.com Visite www.dunkelvolk.com Quiksilver se vende en tiendas Ripley y Big Head del C.C. LarcoMar y C.C. Jockey Plaza Shopping Center. Vans se vende exclusivamente en tiendas Saga Falabella, e-mail: rgt-xts@speedy.com.pe Reef se vende en tiendas Saga Falabella, e-mail: gustavo@spondylusurf.com Tablas Klímax. José Gonzáles 486, Miraflores, T. 447-1685. Visite www.klimaxsurf.com
Estilo Helio, pág. 74
Lentes Oakley disponibles en Av. Libertadores 680 - San Isidro. T. 422-4214 Visite www.oakley.com
Cocina Veloz, pág. 76
Locación: Restaurante Casa Hacienda Moreyra en Paz Soldán 290, San Isidro. T. 222-0634
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n ú g e s o t s u g El
Denise Arregui
foto: guillermo figueroa
Lo que me maravilla del gusto es que puede ser despertado, súbitamente, por los demás sentidos. Cuando huelo un poco de ajo, albahaca o una copa de vino tinto, cuando veo miel de maple chorreando lentamente encima de una ruma de panqueques calientes, o el queso parmesano derritiéndose en un plato de risotto a los cuatro hongos, cuando toco un mango heladito recién sacado de la refrigeradora, o cuando escucho la brasa del carbón de una parrilla que fogosamente cocina un trozo de lomo fino, mis receptores gustativos empiezan inmediatamente a volverse locos.
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Dicen los especialistas que el gusto es el más débil de los sentidos. Ojalá fuera cierto eso. (Ustedes saben, los kilos de más y todo el rollo jodido de la estética femenina). Soy una persona bastante impresionable con respecto a los sabores, por lo tanto el sentido del gusto para mí es, más bien, el más tentador.
Hay algo curioso: si bien el gusto se ejercita individualmente masticando cada bocado, es uno de los sentidos más entretenidos para sociabilizar y compartir. Me resulta muy placentero sentarme a una mesa con gente que quiero, con buena comida y bebida, para disfrutar y comentar los sabores de los platos que están en frente. Aunque debo decir que el gusto por lo artificial también es una tentación. Amo cualquier chupete de fresa, de esos que consumes lentamente en tu boca hasta llegar al chicle interior. Es algo que me fascina. Y no es que quiera dármelas de romántica, pero nada se compara al sabor químico del primer beso, ese primer e irrepetible beso con alguien que te gusta mucho.