Teatro del siglo de oro

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INSTITUCI ÓN EDUCATIVA PARTICULAR

“SANTÍSIMA VIRGEN DE LA PUERTA” “Año de la Inversión para el Desarrollo Rural y la Seguridad Alimentaria”

PRECURSORES DEL TEATRO ESPAÑOL Los precursores, es decir, los primeros autores teatrales españoles, aparecen en la primera mitad del siglo XVI. Los más importantes son los siguientes:

JUAN DEL ENCINA 

Se le llama el Patriarca del teatro español, por haber sido el primero en escribir en forma constante para el teatro

Sus obras dramáticas, llamadas ÉGLOGAS, tienen generalmente al pastor como personaje principal.

Este pastor es el primer esbozo del BOBO de Lope de Rueda, que con el tiempo se convirtió en el GRACIOSO de Lope de Vega.

Las églogas se representaron en castillos y palacios, especialmente en el del duque de Alba, de quien fue su protegido. Por este hecho se considera que del Encina fue el primero en sacar el teatro del templo o del atrio para trasladarlo a los palacios.

GIL VICENTE   

Fue un buen continuador de del Encina. Nació en Portugal, país que lo tiene como el padre de su teatro. Vivió un buen tiempo en España y escribió unas once obras en castellano, razón por la cual se le cita como Precursor del teatro español.

BARTOLOMÉ TORRES NAHARRO 

Pasó gran parte de su vida en Nápoles, Italia (que en aquella época era colonia de España), donde escribió toda su obra.

Es un autor sumamente importante por las siguientes razones:

1. 2.

Introdujo la LOA o presentación de la obra ante el público. Fue el primero en desarrollar la ACCIÓN. En obras anteriores a las de él –escritas por del Encina, Gil Vicente-, los personajes sólo dialogaban sin hacer casi nada. Torres Naharro, por el contrario, gusta de que sus personajes hagan algo, se desplacen, entren y salgan.

3.

Fue el primero en dar REGLAS para escribir comedias. Así, dice que toda obra teatral debe constar de cinco actos o jornadas y que los personajes no han de ser menos de seis ni más de doce.

Su única obra se llama Propaladia. Contiene un prólogo y ocho comedias.

LOPE DE RUEDA 

Es, tal vez, el más importante de los precursores.

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 

Nació en Sevilla. Al comienzo desempeñó el oficio de batihoja o fabricante de panes de oro. Luego fue sucesivamente actor, autor de obras teatrales y director de una compañía, con la cual recorrió poblados grandes y pequeños de gran parte de España, dando representaciones para el pueblo.

Su gran significado dentro del teatro radica en lo siguiente:

1.

Es el Padre del teatro popular de España, por haber difundido el teatro en el pueblo. Mientras del Encina, Gil Vicente y Torres Naharro hicieron representar sus obras en castillos y palacios, Lope de Rueda, al frente de su compañía, fue el primero en hacerlo para el público de plazas, calles y mercados.

2.

Es el Creador del paso de comedia (antecedente del entremés). El paso de comedia es una representación muy breve, de índole cómica, en la que intervienen dos otros personajes populares (labradores, criados, etc.). De los diez pasos que escribió, el más célebre es Las aceitunas. En esta obra, un matrimonio discute acaloradamente sobre el precio al que, dentro de siete años, venderán las aceitunas de una higuera que acaban de plantar, hasta que llega un vecino y corta el ridículo pleito.

3.

Es el Creador del bobo, tipo simple o crédulo tomado del pastor de del Encina y que después se convertirá en el gracioso de Lope de Vega.

 Otros precursores dignos de mención son: JUAN DE TIMONEDA, JUAN DE LA CUEVA, le primero en escribir dramas nacionales con asuntos históricos tomados de las crónicas y romances españoles; MIGUEL DE CERVANTES y La Celestina, obra del siglo XV, escrita en forma dialogada.

LOPE DE VEGA MÉRITOS: Este admirable escritor se distingue por ser:

1.

El creador del teatro nacional de España . Esta es su importancia fundamental.

2.

Junto con Cervantes, es uno de los dos más grandes autores de la literatura española.

3.

Uno de los más notables poetas líricos de la lengua castellana .

BIOGRAFÍA: Nació

en

Los pocos el latín, y versos que él Proserpina. había escrito la Compañía

Madrid, en 1562. Su padre, Félix de Vega, humilde bordador, fue también algo poeta y muy apasionado. datos que se conocen de su infancia dejan una impresión notable de su precocidad: a los 5 años conocía como no sabía escribir, se dice que pagaba con dulces a sus mayores para que estos escribieran los les dictaba. A los 10 años tradujo del latín al castellano el poema de Claudiano El rapto de A los 12 era un caballerito con todas las de ley: danzaba, cantaba, manejaba diestramente la espada y su primera comedia: El verdadero amante. Estudió unos dos años en el famoso Colegio Imperial de de Jesús.

La vida de Lope fue muy inquieta, muy agitada, muy aventurera. Ya en esta época nos da muestras de ello escapándose, a los 16 años, en busca de aventuras. Fue detenido en Segovia, al tratar de vender una cadena de oro. Más tarde ofició de paje del obispo don Jerónimo Manrique y cursó durante cuatro años estudios de filosofía en la Universidad de Alcalá. Lope participó en dos expediciones militares por lo menos: en una dirigida por el marqués de Santa Cruz para conquistar la isla Terceira del grupo de las Azores; y en la famosa Armada Invencible enviada por Felipe II contra Inglaterra, para vengar la reina mártir, María Estuardo. Se embarcó en la galera San Juan, y se dice que a bordo de la nave compuso su poema épico La hermosura de Angélica. CONTRA LOPE DE VEGA Dicen que ha hecho Lopico contra mi versos adversos; mas si yo vuelvo mi pico, con el pico de mis versos

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a este Lopico lo-pico.

En épocas diferentes, fue secretario del duque de Alba, del marqués de Malpica, del marqués de Sarriá y del duque de Sessa. Este último personaje, veinte años menor que Lope, influyó más que nadie en su vida y en su obra literaria. Nuestro poeta fue no solo su secretario, sino su amigo y, confidente; le profesó un cariño a veces servil, a lo que el duque correspondió haciéndolo objeto de continuas dádivas y favores. Las dos más grandes preocupaciones de Lope fueron la poesía y el amor. Fue precoz hasta en el amor. A los 15 años ya amaba a una chica a la que llamó Marfisa en sus poesías. Tiempo después se enredó con una actriz, inteligente y bella, hija de un director teatral, Elena de Osorio. Cuando más enamorados estaban, ella, por instigación de su madre, aceptó a un aristócrata, sobrino del cardenal Gramvela. Lope, lleno de celos y despecho, escribió cosas terribles y hasta groseras contra los padres de la infiel y contra ella misma. A consecuencia de estos escritos lo condenaron a 8 años de destierro de Madrid y 2 de Castilla. Incumpliendo la prohibición regresó poco después a Madrid y raptó a doña Isabel de Urbina, a quien desposó y luego abandonó para embarcarse en la Invencible Armada. A su regreso se reconcilió con su esposa, pero ésta murió poco tiempo después. Contrajo segundas nupcias con doña Juana de Guardo, hija de un rico abastecedor de carnes y pescado, hecho que motivó una serie de burlas, especialmente de don Luis de Góngora. Mientras estuvo casado con doña Juana, y después de la muerte de ésta, tuvo muchas aventuras amorosas que lo califican como un verdadero Tenorio. A los 54 años de edad, arrepentido de sus culpas, se ordenó de sacerdote. Pero ni aun esto lo curó de su invencible afición a las mujeres; se enamoró perdidamente de una muchacha de 20 años, doña Marta de Nevares que sería su última y más grande pasión amorosa. Vivió con ella 16 años de amores turbulentos, que terminaron con la ceguera, la locura y la muerte de Marta. La vida de Lope osciló siempre entre la sensualidad y la religiosidad. Amó mucho tanto lo humano como lo divino. Repetidas veces repudió sus pecados y tuvo sinceros impulsos de arrepentimiento; pero estos nunca fueron definitivos porque no se le permitió su intensa inclinación hacia el mundo. La muerte de su hijo Carlos Félix y la de su segunda esposa contribuyeron a que se ordenara de sacerdote a los 54 años. Dice Entrambasaguas, excelente biógrafo de nuestro autor: “Aquél hombre que había intentado ser sacerdote en su juventud en Alcalá, y tal vez luego en Salamanca, frustrándolo ambas veces el amor, llegó a concebir como salvación de éste, abrazar el estado eclesiástico, y al mismo tiempo las desoladoras reflexiones sobre su pesado y la purificación de su amor inagotable en el amor divino coincidieron en un afán sincero de salvarse a sí mismo”.

A una calavera. Esta cabeza, cuando viva, tuvo sobre la arquitectura destos huesos carne y cabellos, por quien fueron presos los ojos que, mirándola, detuvo. Aquí la rosa de la boca estuvo, marchita ya con tan helados besos;

aquí los ojos de esmeralda impresos, color que tantas almas entretuvo. Aquí la estimativa que tenía el principio de todo movimiento, aquí de las potencias la armonía. ¡Oh hermosura mortal, cometa al viento! Donde tan alta presunción vivía, desprecian los gusanos aposento.

El deceso de doña Marta de Nevares y el rapto de su hija Antonia por un tal Cristóbal Tenorio fueron dos terribles golpes que abatieron totalmente a un hombre que parecía indestructible. Un día, después de regar las flores de su jardín, se sintió mal y tuvo un desmayo. Le hicieron una sangría, decayó rápidamente y murió al día siguiente. La enorme popularidad de que gozó en vida quedó claramente demostrada con ocasión de su entierro. Dice un biógrafo de su época: “Las calles estaban tan pobladas de gente que casi se embarazaba el paso del entierro, sin haber balcón ocioso, ventana desocupada, ni coche vacío. Y así viendo una mujer tanta grandeza, dijo, con mucho donaire: - Sin duda, este entierro es “de Lope”, pues es tan bueno.

Obras de Lope de Vega

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Se le atribuyen unos 3.000 sonetos, 3 novelas, 4 novelas cortas, 9 epopeyas, 3 poemas didácticos y varios centenares de comedias (1.800 según Juan Pérez de Montalbán). El llamado por Miguel de Cervantes "Fénix de los ingenios y Monstruo de la Naturaleza" , renovó las fórmulas del teatro español en un momento en que el teatro comienza a ser un fenómeno cultural y de masas. Máximo exponente, junto a Tirso de Molina y Calderón de la Barca, del teatro barroco español, sus obras siguen representándose en la actualidad y constituyen una de las más altas cotas alcanzadas en la literatura y las artes españolas. Fue también uno de los grandes líricos de la lengua castellana y autor de unas cuantas novelas.

COMEDIAS HUMANAS:

6.- Entremeses y loas

1.- Comedias en que domina el elemento histórico o legendario español o extranjero:  Peribáñez y el Comendador de Ocaña  Fuente Ovejuna  La Estrella de Sevilla 2.- Comedias novelescas o de imaginación:  El castigo sin venganza 3.- Comedias de intriga o de costumbres, llamadas de capa y espada:

COMEDIAS DIVINAS: 1.- Comedias bíblicas:  Creación del mundo y primera culpa del hombre  El Nacimiento de Cristo 2.- Comedias de Santos:  Barián y Josafá 3.- Autos sacramentales:  El viaje del Alma

 La moza del cántaro  El acero de Madrid

Entre las comedias históricas, inspiradas en crónicas y leyendas dramáticas de España, que son las más numerosas y notables, tenemos: Peribáñez y el Comendador de Ocaña, Fuente Ovejuna, El mejor Alcalde, el Rey, La Estrella de Sevilla, Lo cierto por lo dudoso.

4.- Comedias mitológicas:  El marido más firme 5.- Comedias pastoriles:  La Arcadia

Rasgos de su teatro Lope de Vega crea un esquema dramático nuevo que se conoce con el nombre de teatro nacional o comedia nacional. En sus obras dramáticas refleja los anhelos, los problemas y los ideales de las gentes de su pueblo. Las principales innovaciones que Lope introduce en su teatro son las siguientes: • Mezcla lo trágico y lo cómico. Antiguamente se reservaba lo trágico para la tragedia y lo cómico o • • • •

gracioso para la comedia. Mezcla personajes nobles y plebeyos. No hay separación por razón de escala social; aunque entre el personaje y su modo de hablar, vestir y comportarse hay una adecuación perfecta. Introduce bailes y cantos populares. Esto da variedad y espectacularidad a la obra. Combina estrofas muy diversas. Sus obras están en verso; pero no utiliza el mismo verso o la misma estrofa en todas ellas. División en tres actos. Las obras se dividen en tres actos que suelen corresponder con la exposición, la trama y el desenlace. EL MEJOR ALCALDE, EL REY ACTO 1

El honrado labrador Sancho de Roelas, a punto de casarse con Elvira, solicita el permiso pertinente al infanzón don Tello. Éste déspota acepta la petición y regala a Sancho con ganado, ofreciendo apadrinar la boda de su hermana Feliciano. Al asistir al acto nupcial conoce a Elvira, de cuya belleza se enamora y, para “honrar más a Sancho”, dilata la boda, y la suspende. Los consortes acuerdan verse esa misma noche, pues se consideran casados. Llegada la hora no es Sancho, sino Tello con criados enmascarados, quien se presenta en la casa de Elvira y la rapta. El agraviado, ignorando la acción del poderoso señor de Galicia, decide quejarse ante éste. ACTO 2

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Don Tello trata inútilmente de vencer la resistencia de Elvira, arguyendo que no es “un villano…digno de tanta hermosura”. Presentes ante él, Sancho y Nuño, aquél promete castigar al villano que raptó a la hermosa campesina. Pero en ese momento aparece Elvira tratando de huir, y los quejosos son expulsados a palos. Feliciana tiene el celestinesco encargo de convencer a la cautiva para que se entregue a su hermano, mientras Sancho se dirige a León para pedir justicia al rey. Alfonso VII escribe una carta ordenando a Tello que entregue Elvira a Sancho; pero el infanzón don Tello hace caso omiso a la misma. ACTO 3 Sancho y Pelayo vuelven donde el rey, quien determina ir en persona a Galicia, entre tanto, Tello a deshonrado a Elvira. Llegado el rey a Galicia realiza las correspondientes averiguaciones; ordena traer un clérigo y un verdugo, y con estos y su acompañamiento se dirige a la mansión de Tello. Altanero en un comienzo, cuando Alfonso se anuncia como alcalde; humilde y arrepentido después, cuando sabe que se halla frente al rey, el infanzón don Tello reconoce su delito. Alfonso VII escucha de labios de Elvira el relato de la afrenta; encontrando grave el delito, ordena que despose a Elvira e inmediatamente sea ajusticiado; y que, finalmente, Sancho y Elvira se casen con la mitad de la hacienda del noble como dote.

LA ESTRELLA DE SEVILLA Un joven monarca recién llegado al trono, visita una gran ciudad de su reino donde se encapricha de una joven, a la que pretende inmediatamente someter a su derecho de pernada como está acostumbrado a hacer con ayuda de su corrupto asistente. La joven Estrella está guardada y sometida a su hermano don Busto Tavera, al que soberano y consejero pretenden sobornar rápida y fácilmente. Pero topan con un ciudadano que desconfía de las lisonjas repentinas y hábilmente las rechaza, descubriendo la perversa razón de las mismas. Al soborno sí se prestará la esclava Natilde pero la trama es descubierta por azar. El soberbio Sancho decide matar al rebelde Tavera y encarga la tarea a un caballero, Sancho Ortiz de las Roelas, que es precisamente el atribulado novio de Estrella. Debatiéndose entre la amistad de don Busto y la lealtad al rey Sancho, se inclina absurdamente por la última y mata a su amigo y futuro cuñado a sabiendas de que perderá a Estrella. Pero a partir de aquí, todo se desboca con una hermana enloquecida que busca venganza, un Sancho IV a la defensiva y un don Sancho Ortiz que quiere morir a toda costa para purgar sus pecados. El Cabildo de Sevilla frena al rey de forma más bien liosa, cuando probablemente sea esencial, y finalmente nadie más muere, casándose Estrella con Ortiz a pesar de la tragedia, y siguiendo el rey campando por sus respetos. Si hubiera moraleja, en esta versión sería que sólo la palma el moralista extremo, y que su hermana y su amigo se olvidan raudamente de su sombra. Probablemente el autor pretendía todo lo contrario. Poco aleccionador desenlace y fallido resultado argumental.

La escuela dramática de Lope de Vega Muchos dramaturgos se apuntaron a las novedades de Lope de Vega e incluso perfeccionaron su modelo. Entre los mayores seguidores estuvieron Guillén de Castro, Antonio Mira de Amescua, Luis Vélez de Guevara y su hijo, Juan Vélez de Guevara, Juan Ruiz de Alarcón y Tirso de Molina. Figuras menores fueron Miguel Sánchez, Damián Salucio del Poyo, Andrés de Claramonte, Felipe Godínez, Diego Jiménez del Enciso, Rodrigo de Herrera, Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo, Jerónimo de Villaizán, Juan Pérez de Montalbán, Luis Belmonte Bermúdez, Antonio Hurtado de Mendoza, Alonso de Castillo Solórzano, Alonso Remón y Jacinto de Herrera, por no mencionar una innumerable serie de ingenios de tercer orden.

TIRSO DE MOLINA Gabriel Téllez (Madrid, 1579-Almazán, Soria, 1648), conocido en el mundo literario con el pseudónimo de Tirso de Molina, tuvo una andadura vital, a diferencia de Lope de Vega, con pocos sobresaltos y estridencias. De origen humilde ingresó de joven en el convento madrileño de La Merced para profesar un año después en el de Guadalajara. A partir de este momento su vida irá ligada a los designios de sus superiores, cuyos dictados Tirso cumplió siempre con dignidad y obediencia. Recorrió un buen número de conventos mercedarios (Guadalajara, Toledo, Soria, Segovia, Sevilla, Trujillo, Cuenca, etc.) ocupando el cargo de comendador en alguno de ellos. Junto con Madrid fue Toledo la ciudad preferida de Tirso. En la ciudad del Tajo, al principio de la segunda década del siglo XVII, pasó nuestro escritor una de sus épocas más felices: entregado a su vocación religiosa, a la lectura, a la producción teatral, a la enseñanza y al trato con los amigos. En esta ciudad se encuentra cuando es seleccionado para una misión pastoral en la isla caribeña de Santo Domingo (16161618). De este modo, Tirso es uno de los pocos escritores barrocos que tuvo la oportunidad de conocer de cerca la realidad del Nuevo Mundo. A ella se referirá en algunas de sus comedias, sobre todo, en la Trilogía de los Pizarro (1626-1629) y en la Historia general de la Orden de la Merced (1639), obra que Tirso escribe en su condición de cronista general de la Orden. El único suceso grave en esta biografía sin estridencias ocurre en 1625 cuando la Junta de Reformación de las costumbres ataca al mercedario por dedicarse a escribir «comedias profanas y de malos incentivos». Ello le obliga a Tirso a trasladarse fuera de la corte, en concreto a Sevilla. Años después (1627-1636) aparecen, hasta un total de cinco, los sucesivos tomos o partes que recogían el grueso de su producción teatral, así como su

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miscelánea de carácter religioso Deleytar aprovechando (1635), de estructura parecida a su gran miscelánea profana los Cigarrales de Toledo (1624). Tal vez afectado por el episodio de la Junta de Reformación y por las presiones recibidas dentro de la Orden, Tirso abandona lentamente la producción de comedias y textos profanos. Sus últimos años los pasa como comendador del convento de Soria. Y a principios de 1648 cae enfermo en el convento soriano de Almazán. Fallece hacia el 20 de febrero, y recibe sepultura en la capilla de enterramiento de los frailes. Tirso de Molina supo armonizar a la perfección su condición de fraile mercedario y de escritor de comedias, de las que llegó a escribir cerca de cuatrocientas según su propia confesión, aunque sólo nos han llegado unas sesenta. Dentro de la historia de la comedia española constituye una de las cumbres junto con Lope de Vega y Calderón de la Barca. Siempre se mostró orgulloso de su talento literario y defendió con ahínco la comedia nueva frente a los ataques de los moralistas y de los clasicistas. En su opinión, la comedia se configura como un espectáculo total y globalizador capaz de atraer a todos lo espectadores de los corrales de comedias. La tarea del comediógrafo ha de ser la de entretener, divertir, provocar la admiración de ese público heterogéneo, exigente y bullicioso. Y es precisamente ahí donde radica el valor fundamental del teatro tirsiano, en haber elaborado unos mundos cómicos, unas acciones coherentes y complejas, un universo de burlas y enredos admirable. Lo que sobresale, pues, en el teatro tirsiano es el humor refinado, las situaciones atrevidas, el gracejo de los personajes rústicos y de los criados urbanos, la atmósfera de juego y diversión que reina en buena parte de su producción teatral, en fin, la riqueza de los medios lingüísticos plagada de creaciones originales. A este propósito vienen bien las palabras que su gran amigo Juan Pérez de Montalbán dejara escritas en los preliminares de la Parte IV de las comedias de Tirso, en las que elogia las piezas teatrales del mercedario del siguiente modo: «lo sentencioso de los conceptos admira, lo satírico de las faltas corrige, lo chistoso de los donaires entretiene, lo enmarañado de la disposición deleita, lo gustoso de las cadencias enamora, y lo político de los consejos persuade y avisa, siendo su variedad discreta como un ramillete de flores diferentes que, además de la belleza y la fragancia, aficiona con la diversidad y la compostura». Todas esta características están presentes en sus comedias más conocidas y admiradas: Don Gil de las calzas verdes, Marta la piadosa, El vergonzoso en palacio, La villana de la Sagra. Bien es cierto que Tirso también escribió piezas teatrales serias, entre la que destacan El burlador de Sevilla y convidado de piedra, la pieza que más fama le ha dado al llevar a las tablas al mítico don Juan Tenorio, El condenado por desconfiado, La prudencia en la mujer, y otras obras inspiradas en las Sagradas Escrituras o en la Historia de España.

EL BURLADOR DE SEVILLA El burlador de Sevilla tiene una historia misteriosa y fascinante. No sólo hay dos versiones de la obra, ambas con títulos diferentes, sino que también hay varios autores que la reclaman.

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La versión más aceptada es la que se llama El burlador de Sevilla y convidado de piedra. Comedia famosa del Maestro Tirso de Molina. Se descubrió otra versión en 1878 que tenía el título Tan largo me lo fiáis y se pensó que era de Calderón, otro autor famoso del Siglo de Oro. Aunque las dos versiones son muy parecidas, hay diferencias con algunas palabras y descripciones y se ha pensado que son indicaciones de la fecha de las dos. Ahora, nadie cree que ni Burlador ni Tan largo fueron escritos por Calderón por razones estilísticas; todavía algunos dudan que Tirso tampoco fuera al autor. Las dos versiones son obras típicas del Siglo de Oro en que tienen tres actos, tienen acción que ocurre en lugares muy lejanos, y también contienen un elemento de tiempo que no se puede medir. También, los temas son típicos de la época, los de la justicia, el engaño, el honor, y el valor. En su época, Burlador no fue un drama muy popular porque la muerte de Lope de Vega en 1635 causó una disminución en la popularidad de este estilo de comedia. Sin embargo, su personaje principal, don Juan Tenorio, ha tenido más éxito que ningún otro salvo don Quijote. Como dice Théophile Gautier en 1845, el tema de don Juan "había de la vuelta en una dirección y otra, mil veces, pero todavía es tan nuevo como siempre." Originó como personaje con Tirso de Molina pero probablemente eran muchas las inspiraciones para el personaje en la historia y leyendas. Según el erudito Louis Viadot, don Juan Tenorio era miembro de familia noble de Sevilla y mató al comandante de Ulloa, raptó a su hija, y fue matado por monjes franciscanos. Los nombres de Juan y Pedro Tenorio y Ulloa de hecho existen en crónicas españolas pero no comprueban nada porque muchos autores toman nombres de personas conocidas para dar un aspecto auténtico. En el folklore medieval, el tema del hombre muerte invitado por un mozo irrespetuoso es bastante común. También, el teatro español tenía estatuas animadas y personajes que no respetaban las convenciones son las mujeres—más notables son Leucino en Infamado (1581) por Juan de la Cueva y Leonido en La fianza satisfecha (1612-15) por Lope de Vega. Aunque hay varios aspectos del personaje de don Juan, hay dos cosas en su carácter que llaman la atención del público. Primero, engaña a las mujeres para seducirlas. Esencialmente las deja sin honor y sin otras posibilidades salvo casarse con otro (pero sin la virginidad) o entrarse en un convento. El segundo aspecto es que a él no le importa que Dios vaya a castigarle. Las dos acciones demuestran la falta de honor personal y respeto para las reglas morales y de la sociedad. A diferencia de los otros personajes mujeriegos o descarados, don Juan no recibe el perdón de Dios. Tal vez, el autor quería que la sociedad degenerado prestara atención al castigo de don Juan y se arrepentirían antes de morir.

ARGUMENTO: Un apuesto enmascarado goza una noche en Nápoles, bajo la palabra de casamiento, A Isabela, dama de la reina, fingiendo ser su prometido Octavio. Don Pedro Tenorio, desterrado a Italia por haber cometido en su país atropellos parecidos. Don Juan Tenorio logra embaucar a su tío para que le permita escapara a España libre de castigo. De camino hacia Sevilla, su patria, don Juan Tenorio naufraga en las costas de Tarragona, en compañía de su fiel criado Catalinón. Son salvados por Tisbea, una gentil pescadora, que siempre ha alardeado de independencia y escepticismo frente al amor. A pesar de ello, se enamora perdidamente de don Juan Tenorio, quien, después de gozarla, con promesa de casamiento, huye con su criado Catalinón en unos caballos de la propia Tisbea. Una vez en Sevilla, el Marqués de la Motta, uno de los más antiguos amigos de francachela de don Juan, le confiesa estar enamorado de su prima Ana de Ulloa, mujer de la que don Juan inmediatamente se encapricha. Usando una capa de color que le presta el Marqués, burla la buena fe de este y se introduce de noche en casa de los Ulloa, con ánimo de gozar a doña Ana. Ella se resiste violentamente y, a sus gritos, acude su padre don Gonzalo, comendador de Castilla. Desenvaina la espada y lucha con el desconocido burlador, quien hiere de muerte al noble anciano. Pero antes de morir don Gonzalo Ulloa, le jura que su furor le seguirá más allá de la muerte. Antes de este incidente, don Diego Tenorio, padre de don Juan, alertado por su hermano don Pedro de las andanzas que han motivado en Nápoles la vuelta a Sevilla de don Juan, le busca para ordenarle que salga desterrado a Lebrija, de orden del rey. Su hijo le contesta con despego y total falta de respeto. Pero luego tras la muerte del Comendador (que todos achacarán al Marqués de la Motta, por haber conocido su capa de color), se asusta y sale huyendo hacia Lebrija para evitar sospechas. Catalinón, a pesar de que lo sabe todo y tiene miedo, le acompaña. Hacen un alto en el camino sen Dos Hermanas, invitados por unos acogedores aldeanos que están celebrando con rito pastoril, las bodas de Aminta y Batricio. Don Juan, antes de que se consume el himeneo, logra gozar a Aminta, contándole mil mentiras y prometiéndole el oro y el moro. Se vuelve a imponer la huida. Catalinón aunque escandalizado, no le retira ni la compañía ni la ni la lealtad. De vuelta a Sevilla, cada vez más enredado don Juan en las secuelas de sus propios enredos, aciertan a pasar por el cementerio que rodea a una iglesia. Sobre el sepulcro se yergue la estatua de piedra de don Gonzalo Ulloa con una inscripción que alude a la venganza que piensa tomarse sobre el burlador. Don Juan se acerca, le tira de las barbas y le desafía a que, si se atreve a mantenerlo, acuda esa noche a su posada. Ante el asombro de todos, la estatua de don Gonzalo se presenta en la posada de don Juan y con voz de ultratumba le cita para las diez de la noche siguiente en el cementerio. Don Juan aunque asustado por primera vez, promete que irá y la estatua desaparece. A todas estas, las diferentes victimas de don Juan han acudido a Sevilla, a través de los más barrocos periplos. Y, enfrentados unos a otros, van declarando sus respectivos agravios y demostrando su inocencia. Don Juan acude al cementerio, acompañado, como siempre, por su fiel Catalinón. Allí la estatua funeraria, escoltada por negros pajes, ha preparado a su invitado una cena esperpéntica compuesta de alacranes y víboras. Le acusa de su crimen, pero don Juan no se muestra arrepentido, sino insolente.

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En un determinado momento, don Gonzalo le pide que le de la mano y don Juan se la extiende, inmediatamente se siente abrasar y pide a gritos confesión. La estatua le recuerda que ya es tarde para salvarse y, tirando de él, le arrastra consigo al sepulcro.

PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA MÉRITOS: 1. 2. 3. 4.

El más grande autor de autos sacramentales del mundo y el creador del auto sacramental. El perfeccionador del teatro español. Uno de los tres más notables dramaturgos de habla castellana. Una de las más importantes figuras del Barroco español.

BIOGRAFÍA: Nació en Madrid, en 1600, de padres nobles. Solo se conoce una anécdota de su infancia. Decía él que “no sentía tanto los azotes del maestro como que los muchachos le llamaran el Perantón, por llamarse Pedro y haber nacido el día de San Antón”. Estudió humanidades (secundaria), como Lope, en el Colegio Imperial de los jesuitas de Madrid, dando muestras de gran inteligencia y precocidad: a los 13 años escribió su primera comedia: El carro del cielo. Continuó sus estudios en las universidades más famosas de España: Alcalá y Salamanca. Su juventud debió ser un tanto turbulenta, según se puede inferir del siguiente episodio: el hijo de cierto cómico hirió a un hermano de nuestro autor y se refugió en el convento de las Trinitarias. Violando el derecho de asilo (facultad que tenían ciertos conventos de dar refugio sobre todo a los delincuentes), penetraron en el monasterio don Pedro, su hermano y algunos alguaciles llegando incluso a zamaquear a las escandalizadas religiosas. A los 20 años se dio a conocer como poetas con ocasión del concurso poético convocado cuando la beatificación de San Isidro. A la muerte de Lope de Vega, en 1635, fue nombrado en su lugar Poeta de la Corte. Es importante señalar la gran estimación que le profesó el rey Felipe IV, gran aficionado al teatro. Con el monarca gozaba el dramaturgo de los privilegios concedidos sólo a los grandes de España (hablar al rey sin descubrirse la cabeza, dirigirle la palabra antes que éste lo hiciera, etc.). En cierta ocasión, cuando Calderón le comunicó que se disponía a ir a la guerra de Cataluña, el rey, a fin de retenerlo, expresó que sólo se lo permitiría en caso de que escribiese una nueva comedia. Calderón la escribió en ocho días y se marchó a guerrear. Destacó como soldado por su bravura y actividad. A partir de 1648 hasta su muerte escribió por encargo de las autoridades de diferentes ciudades (Sevilla, Córdoba, Valladolid, etc.) los famosos autos sacramentales con cuya escenificación se acostumbraba celebrar las fiestas de Corpus. En 1651 se ordenó de sacerdote y se retiró definitivamente de la vida mundana para llevar una existencia sumamente severa y apartada. Desempeñó durante 10 años la capellanía de la parroquia de Reyes Nuevos, en la ciudad de Toledo. Al cabo de ese tiempo, fue nombrado capellán de honor de Felipe IV. Murió en 1681. Contrastando con el entierro de Lope, el suyo fue sumamente modesto. Por disposición expresa de Calderón, su cadáver fue conducido descubierto. Así quienes lo viesen –había dicho él- advertirían cuán deleznables son las glorias mundanas.

OBRAS: Teatro profano

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1.- COMEDIAS DE CAPA Y ESPADA: Son lo más agradable del teatro calderoniano.  Casa con dos puertas mala es de guardar  La dama duende 2.- DRAMAS TRÁGICOS:  El Alcalde de Zalamea  El pintor de su deshonra

 A secreto agravio secreta venganza  El médico de su honra  El mayor monstruo, los celos 3.- DRAMAS FILOSÓFICOS:  La vida es sueño

Teatro religioso

1.- DRAMAS RELIGIOSOS:  El príncipe constante  La devoción de la cruz  El mágico prodigioso 2.- AUTOS SACRAMENTALES:

 La vida es sueño  Los encantos de la culpa  El gran teatro del mundo

CRÍTICA: Calderón escribió su obra dramática ciñéndose a dos estilos que se desarrollaron más o menos paralelamente: uno realista, en el que imitó a Lope de Vega, de quién se prestó algunos temas, aunque los desarrolló de modo más reflexivo, más artístico y perfecto que su modelo; otro simbólico, en el que abordó los problemas filosóficos y teológicos que atraían mayormente a los hombres d su época. El estilo realista predominó en la primera etapa de su vida. Puede ser apreciado particularmente en El Alcalde de Zalamea. El simbólico primó en sus últimos años y tiene su mejor concreción en La vida es sueño.

LA VIDA ES SUEÑO Es la pieza dramática más notable y conocida del autor y uno de los libros capitales de la literatura española. Su contenido es el siguiente: los augurios que acompañan al nacimiento del príncipe Segismundo revelan que éste humillará a su padre, el rey Basilio de Polonia. Para evitar que se cumpla la predicción, el rey encierra a su heredero en una torre apartada. Segismundo vive allí encadenado, sin más compañía que su ayo e instructor Clotaldo. El rey pretende probar al príncipe para saber si los pronósticos dicen la verdad. Con este objeto lo hace transportar, narcotizado, al palacio real. Al despertar y conocer su condición, se porta como un verdadero bárbaro: arroja a un criado por el balcón, ofende a su padre, intenta seducir a Rosaura y dar muerte a Clotaldo. Convencido el rey de que los augurios se han confirmado, ordena que lo devuelvan, igualmente narcotizado, a su antigua prisión. Cuando despierta, Segismundo cree que todo lo sucedido en la Corte ha sido un sueño. El pueblo se entera de que hay un príncipe heredero, se subleva a favor de Segismundo y lo liberta. A la cabeza de los rebeldes, marcha Segismundo contra Basilio, lo vence y puede verlo a sus pies; pero con la experiencia pasada, imaginando acaso que pudiera ser un nuevo sueño, se muestra prudente y generoso, se reconcilia con su padre y se le somete, dejando adivinar que en el futuro, cuando tome el cetro, será un rey ejemplar.

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