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Miércoles de Ceniza

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de Coordinadores

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EL MIÉRCOLES DE CENIZA LOS CRISTIANOS RECIBEN LAS CENIZAS EN LA FRENTE COMO SEÑAL DE ARREPENTIMIENTO Y COMPROMISO DE RECONCILIACIÓN, DE CARA A LA PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE JESÚS.

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Iniciamos nuevamente este tiempo de penitencia y meditación, camino de verdadera conversión para prepararnos para la gloriosa resurrección de Jesucristo, como cada año en nuestro Santuario se inició este día con una Eucaristía a las 7 de la mañana, para luego seguir imponiendo las cenizas a todos los que se acercaron a cada hora al Santuario hasta las 17hs; tanto la Misa de las 7 como la Misa central estuvo presidida por el Monseñor Enrique Meyer. Al inicio de la Eucaristía se anunciaron los cantos que reemplazarán al Gloria y al Aleluya durante esta cuaresma, y en su homilía el Monseñor nos recuerda que en este tiempo debemos ir a nuestro interior, porque Jesús quiere purificar nuestro corazón, para ello la Iglesia nos invita a tres aspectos fundamentales de nuestra vida cristiana, que tenemos que fortalecer en este tiempo, la oración, la limosna y la penitencia; para la oración y la meditación debemos alejarnos de los ruidos del mundo, tenemos que ayunar para aprender a tener dominio de nosotros mismos y ser verdaderamente libres; y la limosna, así como las obras de misericordia deben salir de lo profundo de nosotros, con humildad, sin aparentar. Al termino de cada Eucaristía se impusieron las cenizas a todos los fieles.

ORIGEN DEL MIÉRCOLES DE CENIZA

Antiguamente, los judíos y otros pueblos de oriente acostumbraban a cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y

La ceniza es el signo más conocido de la Cuaresma y tiene seis significados: como gesto de arrepentimiento profundo. En el año 384 d. c. la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el Siglo XI, la Iglesia de Roma empezó a imponer las cenizas para iniciar los 40 días de penitencia y conversión. El símbolo está centrado en el inicio de un tiempo de conversión y de preparación a la celebración del misterio central del cristianismo: la Muerte y Resurrección de Jesús, en la Semana Santa.

1. Reconocer que se es pecador y se ha ofendido a Dios y al prójimo.

2. Manifestar ante la comunidad un sincero arrepentimiento.

3. Pedir a la Iglesia que haga oración por la conversión.

4. Manifestar públicamente el compromiso al cambio.

5. Compromiso a hacer penitencia por los pecados cometidos.

6. Estar dispuesto a recibir el Sacramento de la Reconciliación.

PASTORAL DE JUVENTUD DEL PARAGUAY

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