El virreinato y el nuevo orden

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El virreinato y el nuevo orden

Después de tres décadas de la conquista se dio inicio a la evangelización, se hacían los intentos de hacer accesible la educación superior a la población. La población criolla y mestiza aumentaba considerablemente, entonces se pensaba que era necesario educar a niños y jóvenes de todas las clases sociales, fue así que los concilios fueron estableciendo los pasos a seguir para definir la orientación de la educación, ya que tenían que controlar la conducta y costumbres de la población que se salía de un molde ya sea la comunidad que conformaban los indios o los españoles. La población iba en asenso con el nacimiento de criollos y peninsulares, al igual que los mulatos y mestizos debido a la importación de esclavos africanos, esto generaba problemas y preguntas de cómo se debería evangelizar a toda la comunidad ya que tenían diferentes pensares y costumbres, era una tarea esencial el educar a toda la sociedad, debían de imponerse nuevas costumbres para que hubiese diferencia entre los cristianos y los salvajes, la religión cristiana en ese tiempo era universal, todos eran obligados a creer en lo que se les decía, pero debían de tener orden jerárquico según su estatus social, ya que se creía que habían diferentes pecados según tu posición además que lo intelectual también se creía era diferente, por eso se debía de educar a la población pues se consideraba que de esta manera obtendrían su salvación. La nobleza indígena fue desplazada de su función como mediadores, los caciques y señores también se mantuvieron al margen de la educación, aunque la Real Universidad se fundó en 1553 en la capital del virreinato, está estaba destinada a los hijos naturales de los españoles. La Universidad de México, la segunda de fundación real en América fue la primera en impartir clases y otorgar grados a partir de enero de 1553. Debido a que habían diferentes exigencias ya sean económicas o prejuicios sociales se debía crear orden social ajeno a tradiciones locales, los buenos cristianos eran los que eran sumisos y creían en todo lo que se les decía, esto tuvo frutos ya que la población era marginada, la forma de educar fue atinada pues la población en general era callada y sumisa, en cambio los hijos naturales de los españoles recibían una educación diferente, debían de tener mayor conocimiento y su comportamiento debía de ser ejemplar. Aún así nunca se consolido un sistema educativo estructurado de enseñanza, aunque esto no impidió que se cumplieran las necesidades de la política real y a que se tuviera una jerarquía por orden social.


Para discutir dudas y preguntas se realizaron juntas eclesiásticas, la primera fue en 1524 donde acudieron pocos franciscanos y clérigos seculares, después en 1532, 1536, 1537, 1539 hubo nuevas reuniones donde ya asistieron más autoridades antes mencionadas. Aquí se critico que se aceptara ayudantes indios que recién estaban bautizados, también fueron criticados los franciscanos pues asumieron una autoridad que no les correspondía, todo esto era castigado con encierros o azotes. En 1555 fue la junta formal llamada Primer Concilio

Los colegios de la Compañía de Jesús La Compañía de Jesús era una orden especializada en la enseñanza, pero esta no era la idea principal del fundador quien fue Ignacio de Loyola, su objetivo era formar clérigos desde las enseñanzas de las primeras letras hasta formar universitarios. Enviaban a jesuitas para iniciar sus tareas docentes y misionarias tanto con los criollos en las ciudades como con los indios en el campo. La primera misión estuvo compuesta por 15 religiosos que llegaron a la ciudad de México en septiembre de 1572, se esperaron 2 años para dar inicio a las clases formales. Los jesuitas se dieron a conocer como confesores y predicadores no sólo en la capital sino en otras ciudades en su forma de “misiones locales, temporales o circulares”, establecieron los primeros colegios e iniciaron las clases en el colegio de San Pedro y San Pablo de la capital, estos colegios fueron fundados a lo largo de 200 años, abrieron escuelas de primeras letras y de humanidades, e incluso de estudios superiores. Además del de la capital, también se le llamó colegio máximo o colegio de México, en el último cuarto de siglo otras nueve casas iniciaron sus tareas docentes. El establecimiento de un nuevo colegio de la compañía en una ciudad era un signo de prestigio y aun con el regreso de los superiores de Roma, que considera que los niños más pequeños como una pesada carga (párvulos), las escuelas no sólo fueron de gramática latina y de estudios superiores, sino de primeras letras porque difícilmente reunían alumnos para el estudio del latín en ciudades que no habían escuelas básicas o elementales. La misión fundamental de los jesuitas era cambiar la sociedad, hacerla más acorde con el Evangelio; recurrían a los mas valiosos métodos, ejercicios espirituales, practica piadosa establecida por San Ignacio que orientaba todas las actividades hasta las diversiones callejeras.


Siempre se orientaron hacia alguna especialidad ya fuera la enseñanza como cabecera de misiones, como residencia de sacerdotes profesos, como internado de estudiantes, como centro de formación para indios principales o como casa de ejercicios. Sus actividades mantenían la intensión didáctica, la enseñanza elemental era el catecismo del padre Ripalda, sobre el enseñaban la lectura y con el practicaban la memorización. Las lecturas latinas de humanidades, seleccionadas cuidadosamente y revisadas minuciosamente ofrecían el panorama de las letras clásicas como modelo de corrección en el lenguaje, la claridad de pensamiento y de elegancia en la exposición. Aspiraban a lograr, con el ejemplo de autores como Cicerón o Aristóteles, que los jóvenes supieran hablar, escribir e incluso hacer composiciones literarias, aun así este gusto por la literatura no era muy agradable y no se escribían composiciones poéticas con la excepción de Sor Juana Inés de la Cruz. Los clérigos preferían los libros que tenían que ver con su especialidad, en latín o castellano y el público en general eligió las novelas y sobre todo las comedias. La meta de Ignacio de Loyola era cambiar el mundo con el sostenimiento de un entorno de paz, legitimar los avances de la modernidad naciente y estar a favor de la justicia. En 1767 fueron expulsados los jesuitas por el rey Calos III.


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